Rebel, Rebel [Kenneth]

-Ver el futuro…-Repetí cuando sus palabras resonaron en mi mente.-Hay quienes dicen que esa clase de dones son una maldición. Yo creo que lo son, pero a su vez son un don. Es decir, si puedes ver el futuro, evidentemente puedes cambiarlo. Definitivamente no deberías verlo, ya con poder espiarlo, estarías modificándolo…-Fruncí el ceño, poniendo en duda mi propia teoría.-¿O no?-Sacudí la cabeza, demasiado drogado como para pensar en ello. No pude evitar soltar una gran carcajada con lo de los ángeles.
-¡Qué va!-Hice una risa breve.-Los artistas no saben ni mierda de los ángeles. Verás, incluso los celestiales son guerreros implacables, asesinos a sangre fría. Siempre lucen inexpresivos, como si nada de lo que sucede a su alrededor les afectara.-Noté entonces que hablar en tercera persona no tenía demasiado sentido.-Nosotros jamás fuimos de esos niñitos de las pinturas. Créeme; los ángeles somos tan escalofriantes como los demonios, aunque en otra forma.-Dejé una pausa para oír lo que dijo de mis alas y mi vestimenta, pero no dije nada al respecto. No sabía qué decir.-Vaya. Debo decir que me sorprendes. Para mí eres transparente, pero la gente suele decir que mi persona es algo abstracto y confuso. Sin embargo tú…-Alcé las cejas sorprendido, y mis palabras comenzaron a salir especialmente lentas.-Me lees como a un libro. Eso es atrayente… Pero me aterra un poco.-Reconocí.-Guardo-cosas-buenas…-Repetí sus palabras analizándolas.-Bueno, eres la primera persona en decir eso. Y debo decir que no sé si me lo creo.-Guardé silencio.-No. No lo hago.-Sonreí.-Ah, acerca de eso, yo no estoy mucho mejor. Ya estoy acostumbrado a esa clase de cosas. Aunque tú tal vez no estés acostumbrado a esto.-Le dije y me arrodillé encima de su cuerpo, dejando mis piernas una a cada lado de su cuerpo. Luego me acerqué a su rostro y pasé mi lengua despacio por sus labios.

- Oh, eso es malo - murmure desde el pasto - a mi me gustaba pensarlos asi - sonrei - has matado mi ilusion - bromee y solte a reir, oh genial llegabamos a los ataques de risa - no la verdad es que siempre los pense diferente, en casa se nos educo de una forma bastate apegada a la iglesia, todo era sobre no puedes hacer esto, ni aquello o te iras al infierno y sin embargo ..... sin embargo no haciamos mas que matar vampiros a los que nadie les pregunto pr sus pecados, spongo que eso tambien me hace una mala persona.

- Eres transparente - conteste - tal vez por que me recuerdas un tanto a mi, tal vez solo te utilizo para proyectarme una imagen de mi mismo - lo mire - si si lo haces, auqnue lo niegues - sonrei otra vez.

¡Benditas drogadas! Te hacian reir aunque te sintieras como mierda por dentro.

Luego se acerco a mi, lo vi ponerse sobre mi y besarme .... o algo parecido a n beso, no dije nada y tampoco lo aparte - ¿Y eso por que fue? - pregunte con su aliento aun golpeandome, estire mis manos hasta su rostro otra vez para que no se alejase - Es un sitio publico - murmure.

Reí de nuevo con su broma. Además su risa era muy contagiosa. Escuché lo que me contó acerca de su familia con atención.-Al final todo es una gran mentira. Y no sólo en el Cielo, sino que en la Tierra es exactamente igual. Así es que cazadores, ¿uh? Espero entonces que no tengas nada en contra de los emplumados...-Solté otra carcajada tonta, no podía evitarlo. La droga me ponía como un imbécil.-Me sorprende que alguien como tú pueda asesinar... Supongo que las apariencias siempre engañan.-Asentí con la cabeza despacio.-¿Así que lo dices así, sin más? ¿Que me estás utilizando?-Reí.-Bueno, no me afecta ser utilizado, si es por ti...-Puse mis dos manos sobre mi boca intentando ahogar esas estúpidas palabras, pero ya era demasiado tarde.
Colocó sus manos en mi rostro. Ya no podía evitarlo, la droga circulaba por mi cuerpo a una velocidad increíble, y no lograba retener mis ideas sólo para mí. Me acerqué a su oído y pasé mi lengua dentro.-Te deseo.

- Si he matado - respondi - a tanto que ya perdi la cuenta y desde antes de dejar de ser un niño, por eso en algun momento de mi vida visitare ese lugar que describiste como el peor de todos y aun asi creo que no seria suficiente para pagar por esas "personas" - o vampiros, la verdad es que siempre habria creido que los vampiros eran carentes de alma y en aquella ciudad habia descubierto lo contrario.

Mi cuerpo se entremecio con su contacto y su voz, mis dedos se enrollaron en su cabello - Asi que no te molesta ser utilizado por mi - repeti sus palabras y atraje su rostro cerca del mio, esta vez yo lo bese, tal vez por le influyo de la droga en combinacion de mi deseo de ser aceptado por alguien - Por que soy tan ruin que tal vez lo haga - me separe de ss labios - realmente soy una mala persona Chase.

Me pareció percibir tristeza en su voz al contarme de sus asesinatos. Una tristeza que no me fue indiferente.-Es curioso...-Dije, pensativo.-He matado también. He matado a muchos. Humanos, celestiales, caídos, vampiros, hechiceros... Creo que no hay una especie sobre la faz de la Tierra que haya escapado de mí. Y sin embargo pensar en eso no me hace sentir culpa alguna. ¿Quién es peor persona?
Cuando sus dedos se enrollaron en mi cabello, de pronto mi cuerpo se sacudió. Y luego cuando me besó... De verdad necesitaba tenerlo.-Si quieres hacerlo, hazlo. No hay nada ni nadie que te lo impida.-Mi voz sonó especialmente suave y comencé a pasar de nuevo mis manos por su cabello.-Mira, de todas formas ya he dicho que los humanos no van al Infierno. Y suponiendo que lo hicieran, ya tendrías un lugar asegurado allí dentro, por lo que me cuentas. No creo que usarme alargue de forma alguna tu estadía allí. Además, yo no puedo amar a nadie. No sólo porque no quiero hacerlo, sino porque aún si quisiera definitivamente no lo conseguiría. Sé que sonará muy estúpido, pero lo que sea en el cuerpo de cualquier ser normal que le permita enamorarse está muerto dentro de mí. Así es que, técnicamente, nos estaríamos usando mutuamente.-Asentí con la cabeza, reafirmando mis palabras.
-Parece bastante justo.-Me encogí de hombros, quitándole importancia al tema.

Enrede mis manos en su cabello, y entonces me di cuenta que si lo hacia seria por venganza, por envidia y por egoísmo, sin pensarlo la imagen de Darius me vino a la mente, la forma en que protegia a Adrian, su hermano pero también ... su ex esposo, la persona que tanto amaba, yo quería eso, ellos tenían eso, amor, el mas puro que había conocido en mi vida, yo quería que alguien sintiese eso por mi, quería que alguien me amase, que alguien quisiera estar conmigo sobre todas las cosas y sin embargo me sentía tan vacío .... esa sensación de estar cayendo por un pozo sin fondo golpeo mi pecho.

La imagen ruda que intentaba mantener con la gente termino de venirse abajo - Oh, Chase - murmure, mis manos aun se mantenían en su cabello pero sin moverse mientras sentía una sensación húmeda en mis mejillas, estaba llorando, yo estaba llorando

Una vez más, su reaccón me había dejado perplejo. El ser transparente no lo convertía en predecible. Esa definitivamente no era una característica suya. Dijo mi nombre y se echó a llorar. ¿Llorar?¿Realmente estaba llorando? Sí. Lo hacía. Sus azules y enormes ojos de pronto habían adquirido una vidriosidad que me era desconocida. Yo nunca había visto a alguien llorar, por lo que en realidad no sabía cómo se suponía que debía reaccionar a ello. Lo observé un momento cuando de pronto algo dentro mío se quebró. ¿Por qué estaba sintiendo eso? Pasé mis manos por sus mejillas con suavidad.-Andy, esto no es tu culpa.-No iba a decírselo, pero entonces el modo en que eso sonara por alguna extraña razón me traía sin cuidado.-Eres la persona más encantadora que he conocido.-Suspiré antes de continuar.-Y si me enamorara de alguien, definitivamente sería de ti o de alguien como tú.-Le miré directo a los ojos, retirándole un cabello del rostro.-Pero no puedo hacerlo. No puedo. Una vez amé, di mi alma por ese amor y aún no fue suficiente. Esa persona se burló de mis...-Dejé una muy breve pausa y negué con la cabeza. De verdad quería no poder evitar serle tan sincero.-...sentimientos y mi sacrificio. Le importó una mierda todo lo que hice por él. Y lo maté.-Confesé.-Yo lo maté. Al hombre al que amaba.-Dejé otra pausa y me acerqué a su rostro lo suficiente para sentir su respiración.-Pídeme lo que quieras, cualquier cosa y voy a complacerte. Pero no me pidas que te ame Andy, por favor. Porque puede que tal vez lo haga.-Acabé diciendo cuando cerré los ojos y de ellos escaparon, por primera vez, un par de lágrimas que rodaron por mis mejillas.

¿Por que mis lagrimas? No era un llanto profundo mas bien un ligero sollozo acompañado de aquellas lagrimas ligeras corriendo por mis mejillas pero ¿por que? Tal vez por que por fin entendi la soledad en que vivia, tal vez era mi propia lastima haciendo presente o quiza ... ¿seria por esa otra persona?, no no podia ser, no eramos nada, esa noche el nunca dijo que lo seriamos.

Respire.

- No quiero que me ames - respondi - nunca te pediria eso menos despues de lo que has sufrido, no estoy en posicion de hacerlo, ni a ti ni a nadie, inclusive tampoco yo podria amarme a mi mismo - estire los brazos hasta rodear su cuello y enterrar mi cara en su cuello buscando un abrazo, eso necesitaba, solo un abrazo - ¿me veo como un idiota no? Debes estar pensando 'Pobre niño sin amor, que sabe el de la vida'

En esa situacion podia sentirse la calidez que irradiaba, ese toque casi mistico que debia ser su cualidad como el angel que un dia fue.

- No quiero estar solo - murmure - por lo menos esta noche no, de la forma que quieras hacerlo, quedate conmigo esta noche.

Sentí un profundo alivio cuando dijo que no me pediría que lo amara. Él podía entender por lo que había pasado, y eso en cierta forma me agradaba. Que tuviera esa particular consideración por mis experiencias. Me sorprendió cuando dijo que no podía amarse a sí mismo. Me había pasado. Conocía muy bien eso.
-Sabes, cuando... Cuando recién caí, estaba muy confundido. Aún no sabía qué era lo que quería, qué debía hacer, qué era correcto. Y durante ese tiempo, me odié. Me supe como el peor ser sobre la faz de la Tierra. Deseé dejar de existir, emigrar a algún espacio neutro donde no debiera de convivir con nadie, ni siquiera conmigo mismo. Luego comprendí que lo correcto en realidad no exisitía, que siempre había sido y siempre sería subjetivo. Entonces decidí hacer frente a mi realidad. Pero eso fue luego de mucho tiempo, vagando sin identidad alguna.-Dejé una breve pausa.-A lo que me refiero es a que sé lo que es estar vacío, perdido, solo... Sé que es imposible que lo hayamos vivido del mismo modo, pero creo que hay algunas cosas que los dos sentimos, o eso me hacen pensar tus palabras.-Se acercó a mí y me abrazó. Otra vez un escalofrío. Permanecí algunos segundos inmóvil, paralizado por aquel acto. Luego, despacio, fui rodeando su cuerpo con mis brazos también.-No te juzgo Andy, no soy nadie para hacerlo. No quiero.-Cuando me dijo que no quería estar solo, finalmente llegué a la irrefutable conclusión de que nadie lo quería realmente. Ni siquiera yo.
-No iré a ninguna parte...- Le dije.-Te deseo.-Solté por segunda vez, pero en esta ocasión mi voz llevaba un tono algo apagado.-Lo sabes muy bien. Pero no quisiera hacer nada que tú no quieras. Voy a respetarte, de la misma forma en que tú lo haces.-Comencé a alejar despacio mi cuerpo del suyo.

Senti esa desesperacion cuando se separo de mi, me senti como un niño que es despojado de algo, sin pensarlo me incorpore y sujete su muñeca para que no alejara mas.

- No te vayas - murmure con la cabeza alejada - ¿Cuanto me deseas? - pregunte mirando al suelo sientiendo ese rubor llenandolas de nuevo - Nunca te dije que no queria que tu ... - calle de golpe.

"Bien andy, siempre alejas a todos de ti, a vr si aprender a cerrar tu boquita"

- Chase - murmure.

-No iré a ninguna parte, ya te lo he dicho.-Dije, en un tono neutral. Me sorprendió su pregunta, no la esperaba para nada.-No sé si podría expresarlo con palabras. Sólo puedo decir que lo hago con locura. Que no hay un centímetro de mi piel que no me pida tus labios, tu cuerpo.-También me ruboricé cuando dije eso. No solía sucederme porque en realidad no tenía demasiados problemas para ser frontal, incluso sin haber ingerido drogas, pero definitivamente aquello era más de lo que acostumbraba decirle a las personas. Aunque era cierto. Me gustaba cómo sonaba mi nombre al salir de sus labios, con esa voz profunda que mezclaba masculinidad y niñez a la perfección.

Senti una ola grande de pena golpeandome, agache la cabeza y di un paso mas hacia donde estaba hasta quedar al frente de el, mi estatuta hizo que lo que tuviera cerca fuese su pecho, respire profundo y en el acto un mareo me sobrevino por el estado en el que estaba, no habia notado que estaba de pie y de milagro por que mis piernas temblaban asi que puse mis manos sobre su pecho, rei un poco ante esa sensacion, vaya que si debia saber que era lo que me habia metido esa noche.

Por fin levante la cara, para encontrarme con su mirada, era agradable, esa sensacion de tranquilidad que desprendia, algo turbia y sombria pero calida - Debiste ser un angel hermoso - murmure cerca de su rostro - Demuestralo - murmure - lo que acabas de decir, demestralo - pase mi una de mis manos por su cuello para pegarme a ss labios - por favor - pegue mis labios a los suyos en beso profundo, mas que aquellos anteriores que el me habia dado.

"Debiste ser un ángel hermoso", dijo, y temblé. Temblé porque estaba drogado, temblé porque hacía frío, temblé porque el rememorar mis tiempos como ángel celestial me dolía, me aterraba.. Temblé porque sabía lo que estaba pasando, y sabía lo que ocurriría. Temblé porque no podía cambiarlo, temblé porque mientras mi instinto hablaba, mi cuerpo gritaba. Temblé porque supe que estaba cruzando una línea peligrosa, esa que yo mismo me había jurado no volver a cruzar. Y es que cuando mi corazón humano se sacudió con sus palabras y mis manos se humedecieron de sudor, supe que esa noche no pretendía poseerlo... Sino hacerle el amor.
Sus cálidos y dulces labios me quitaron de pronto de todo aquel torbellino de pensamientos, confusiones y emociones. Y aunque un último vestigio de consciencia me exigió alejarme, no podía negármele. Simplemente no podía. Lo jalé por el cabello con una violencia que se entremezclaba con ternura. Acerqué aún más su cuerpo al mío, para que mi lengua pudiera acabar de encontrarse con la suya y recorrer su boca en un beso urgente y nervioso. Luego mis labios descendieron y se detuvieron en su cuello, mientras me perdía en la fragancia de su joven y extremadamente suave piel. Levanté la cabeza de nuevo y mientras chupaba su oreja despacio, le pregunté:-¿De verdad quieres que lo haga? Porque juro que una vez que comience, no voy a parar.-Le advertí mientras enredaba mis dedos en su cabello.

Me estremesi cuando profundizo aquel beso con la humedad de su lengua en una fuerte furia, no tenia ni la fuerza ni la conciencia para alejarlo o decidir sobre aquello, no pensaba con claridad o puede que no quisiera hacerlo.

Mis manos seguian sobre su cuello sintiendo sus labios deslizandose por mi cuello en una placida sensacion que me hizo cerrar lo ojos y abrirlos de golpe cuando su voz llego a mi seguida de gesto, aquello me arranco un gemidito imprevisto - Seguro - murmure sintiendo sus calidas manos entre mi cabello - Eres tu quien le da muchas vueltas a este asunto - mi respiracion comenzaba a agitarse - Aun estamos en un parque - bueno eso de la el exibicionismo aun no era lo mismo.

¿Qué era lo que sucedía?¿Por qué me comportaba de esa forma?¿Por qué razón le trataba con tanto cuidado? Aunque no quisiera, lo sabía.-Pareces tan...-Cerré los ojos y alcé el entrecejo. Frágil. Iba a decir frágil. Pero por alguna razón preferí no hacerlo.-Yo no... No quisiera...-Me mordí el labio inferior, como si por ello pudiera contener las palabras. Él tenía eso, parecía que se fuera a quebrar, metafóricamente hablando. Tal vez era sólo yo, pero no podía evitar esa sensación.
Aquel tímido gemido que escapó de su boca me provocó el doble de ganas de hacerlo mío, pero de todas formas tenía razón en lo que decía. Aún estábamos en el parque. En lo que a mí respectaba, cualquier sitio estaba bien, incluso allí mismo. No era que me gustara exhibirme, pero tampoco me importaba demasiado, en especial con todo lo que me había metido.-Tengo una casa no muy lejos de aquí. No es que pase demasiado tiempo dentro, de hecho no lo hago. Pero podríamos ir allí, si te parece.-Propuse, aún sin quitar mis manos de sus cabellos.

Asenti con la cabeza - Vamos - deslice mis manos para alejarme de el pero mis piernas no respondieron como deberian asi que en lugar de poder dar un paso me fui hacia atras, cayendo sentando en el pasto y soltando a reir sin razon alguna - Aunque no se como planeas que haremos eso - seguia riendo - quiza puedas llevarme arrastrando - puse las manos entre la hierba aun quedandome sentado - definitivamente necesito mas de esta cosa que me diste.

Mire a lo lejos donde algunos de los edificios y los arboles cercanos comenzaron a moverse como en vaiven de un lado a otro, cambiando su color, parpadee un par de veces, era obvio que todo estaba en mi cabeza - Es divertido - luego lo mire y extendi la mano - ¿me ayudas?

Él continuaba allí, tirado sobre el pasto y riéndose sin sentido. Yo estaba de pie a su lado, sólo viéndolo y riendo tontamente también. Imagino que aquello habría de verse, a los ojos de un tercero, como la escena más ridícula del mundo. Pero, definitivamente, por entonces no me importaba en lo más mínimo.
-Podría hacerlo...-Respondí mientras asentía con la cabeza.-Aunque mira que si bien estoy acostumbrado a meterme esto, no significa que no me haga efecto. Tal vez no deberías confiar en mi lucidez.-Volví a reír y me tambaleé un poco.-Si he de ser sincero, este es el mejor material que hay en el mundo. Creo que en cada una de éstas...-tomé una píldora roja y le ofrecí una amarilla.-...hay varias clases de drogadas mezcladas. No sé cuáles ni cuántas, pero...-Alcé el entrecejo bebiendo la mía con un sorbo de cerveza.-... ¿Qué más da?-Extendió su mano hacia mí, pidiéndome ayuda, cuando de pronto aquel acto evocó un recuerdo. No era precisamente personal ni demasiado importante, simplemente una imagen. Yo estaba sentado en la vereda, en un callejón, cuando un joven herido de bala en el pecho extendía su mano hacia mí, pidiéndome auxilio. En vez de eso, había acabado con su vida quebrándole el cuello. Era un humano, al igual que quien tenía en frente en ese momento. La experiencia era algo paradójica visto de ese modo. Salí de mi ensueño y todo retornó a su aparente verdadera forma. Tomé su mano y lo jalé con fuerza para luego recargarlo en mi hombro. Su cuerpo era tan liviano como parecía.-¿Puedes andar?

-¿Para qué querría yo dinero? Es muy sencillo de conseguir, y de todos modos siempre está la coercibilidad, ¿cierto?-Me encogí de hombros e hice una muy breve risa.-Quédatela si quieres.-Dije, y le extendí la mano con el frasco de píldoras.-No es como si no tuviera más. Además, lo único que realmente necesito es el cigarro. Del resto siempre puedo prescindir.-Alcé el entrecejo y me mordí el labio inferior. De verdad me gustaría tener uno por esos momentos. Pero, ¿qué hacerle? No lo tenía. Al menos aún no había comenzado a sentir la abstinencia, y eso, bien o mal, era algo. Comenzamos a caminar despacio, trastabillando varias veces como idiotas. Al principio me costó recordar hacia dónde nos dirigíamos, pero luego logré ordenar mejor mis ideas y proseguí. Jamás había necesitado un sitio al que llamar mío, porque de todas formas nunca lo había tenido. No necesitaba de esa casa, y nunca estaba allí. Prefería andar por el mundo, sin un camino. No dormía ni comía, y si lo hacía era por placer o aburrimiento. Hacía años ya que no llevaba a nadie a la casa. Literalmente años. Pero por entonces estaba cruzando el umbral de la puerta de un sitio que verdaderamente nada tenía que ver conmigo, pero que de todas formas me servía de guarida con Andy y de cierta forma me sentí un tanto extraño, como si hubiese quedado al descubierto. Ahora que lo pensaba, era la segunda vez que invitaba a alguien a mi cama en toda mi existencia. Eso me puso muy nervioso y mis manos comenzaron a sudar de nuevo.

Yo no pare de reir cuando por mi peso ibamos a caer, por que lo adminita, el torpe era yo, practicamente el estaba cargando mi peso por completo yo intentaba caminar pero mis pies no respondian como yo se los pedia.

- Gracias, te debo una - guarde el frasco en el bolsillo con algo de dificultad, era como si me hubiera metido un coctel de anfetaminas digno de una sobredosis marca muerte.

Ademas creo que camino a donde fuese que ibamos me quede dormido por que habia una laguna mental en el camino, pero finalmente llegamos, levante la cabeza para mirarlo - Se sincero me veo fatalmente horrible, ¿verdad? Por que si me veo como me siento soy un asco - pase mis dedos por mi cabello para apartarlo de mi rostro y peinarlo un poco - Hey que pasa, ya te arrepentiste de traerme aqui o por que la cara de indignacion ...

Habíamos llegado por fin. Allí estábamos. No podría describir el lugar, no había demasiado que decir. Era de una planta. Tenía una cocina, un comedor, una sala, un dormitorio y un baño. Nada especial, nada personal. Nada que mostrara a quién pertenecía. Estaba perfectamente limpia y ordenada, puesto que le pagaba a alguien para que lo hiciera. La decoración, toda era en blanco o negro. Muebles clásicos. nada fuera de lo común.
-No te preocupes.-Dije como respuesta a su declaración de que me debe una.Luego preguntó si se veía mal. Negué con la cabeza.-Te ves bien...-Dejé una pausa y relamí mis labios.-Muy bien, debo decir.-Sentí cómo de pronto mis mejillas se encendieron, lo cual en realidad no ocurría a menudo. Frente a su última pregunta, no supe exactamente qué decir.-No, para nada. no estoy arrepentido. Es sólo que...-¿Cómo iba a explicarlo? Como fuere, estaba tan drogado que ya no importaban las palabras exactas, porque sería inevitable y completamente sincero.-Hace mucho tiempo que no traigo a nadie aquí. Se siente extraño...-Bajé la mirada y alcé el entrecejo. Reí tontamente, pero, a diferencia de las demás, esta risa fue nerviosa.

Mire alrededor, eso no se veia como el lugar en el que un angel caido pudiera habitar, mas bien se veia como una casa comun y corriente - ¿Tienes casas en todo el mundo o es solo que te gusta esta ciudad? - seguia asi literalmente colgado a el, senti que si lo soltaba recibiria un buen golpe contra el suelo.

- Eres un angel muy curioso Chase, oh lo siento, ¿te molesta que te diga asi? - gire un poco para verlo - ¿prefieres algun adjetivo diferente? Aunque si tienes alas y una cara linda, entonces eres un angel.

Volvi a mirar el sitio - Sencillo pero algo acogedor

-Si he de ser sincero, LA es de mis sitios favoritos. Simplemente, me encanta. Pero tengo casas en aglunos otros sitios. No es que me guste coleccionarlas, pero es bueno tenerlas, por si a caso. Aunque casi siempre paso deambulando por la ciudad, y de todas formas no necesito dormir. Así es que, técnicamente, las tengo por mera comodidad.-Me encogí de hombros. Nadie hubiera pensado jamás que esa era la casa de un caído en absoluto. Y para mí era mejor así, más íntimo, más privado.Extraño. Él había dicho que era un "ángel extraño". Definitivamente llevaba razón en eso... No hacía lo que los demás en absoluto. Y siempre había sido de ese modo, desde que era celestial actuaba diferente. Porque pensaba diferente. En primer lugar, pensaba. Negué con la cabeza.-Llámame como tú quieras. Al fin y al cabo, caído o no, siempre seré un ángel. Y no me molesta demasiado saberlo. Lucifer también lo es. Un ángel, quiero decir. Y sin embargo hace todo lo opuesto a los de su raza, como yo.-Volví a encogerme de hombros. Una cara linda. ¿Había dicho que tenía una cara linda? Comencé a mordisquear el borde de mi dedo pulgar, algo nervioso. Cerré los ojos de pronto y presioné sus labios contra los míos, aún teniéndolo recargado sobre mí.

- Te entiendo, yo solo venia de paso, una parada en mi escala a algun otro pais lejos y simplemente me quede mas de lo esperado - me sorprendia que mis palabras tuvieran coherencia auqneu fuera en oraciones cortas, no me animaba a hacer comentarios largos por que pensarlos era un dolor de cabeza y en esos momentos no estaba apensando mucho.

Sonrei un poco cuando vi morder su pulgar - ¿Que no el avergonzado deberia ser yo? - quiza nisiquiera termine de responder cuando el contato de sus labios se hizo sentir sobre los mios, no pude separarme y no es que pusiera tanto empeño en eso contrario a eso mi otro brazo termino de rodear su cuello, ahora todo mi peso por completo dependia de mis brazos sobre su cuello en aquella prolongacion del beso - Vaya que eres directo - respondi separandome de el un poco y luego volver a besarlo