Rebel, Rebel [Kenneth]

Levante una ceja - Suenas como caso digno de investigación para freud, claro si es que el estuviera vivo, tenemo que hacer algo al respecto - me levante y camine hasta donde mi chaqueta se encontraba, la levante solo para sacar el bote que me había dado con esa extraña droga, puse dos patillas en mi mano y regrese la prende al suelo, luego camine de regreso hasta el.

- Bien, nosotros no pensamos en nada y hacemos lo que queremos, eso si te entendí y tu debes aprender a hacerlo - me trepe sobre de el con mucha carencia de gracia en ello - Kenny se un buen niño y di "Ahh" o te abro la boca a la fuerza - lo amenace - y sin esperar a que decidiera coloque el contenido de mi puño en sus labios entreabiertos - No eres humano así que no te matare de una sobredosis, pero por lo menos espero que funcione para ver si mandamos a dormir a cerebro un raro que asi me mareas - Me mantuve literalmente sobre de el.

Escuché sus palabras y no pude evitar esbozar una sonrisa. Ojalá tuviera alguna remota idea de quién fue Freud, y por consiguiente, qué había querido decir Andy exactamente. No creí que fuese demasiado importante, así es que no hice preguntas ni declaraciones de ningún tipo y permanecí expectante a sus siguientes actos y declaraciones, los cuales de cierta forma me tomaron por sorpresa. Definitivamente, no dejaría de llevármelas. No aquella noche. No con aquel chaval. Nuevamente sonreí al escuchar su "amenaza", pero esta vez mucho más ampliamente. ¿De veras se suponía que tenía que tomármelo en serio? Bueno, dadas las circunstancias, ya ni siquiera sabía distinguir entre las bromas y lo serio.-¿Te mareo?-Le dije entre pregunta y afirmación, frunciendo el entrecejo y poniendo expresión tonta.-¿Entonces qué? ¿Jugaremos a ser de la misma especie por una noche? Mmm... Eso podría ser divertido... Aunque tal vez no me guste tanto dejar de usar la coercibilidad contigo, pero... ¡Qué va!-Me encojo de hombros.-Hagámoslo. No hay nada que perder, en verdad.-Le jalo del brazo obligándole a caer sobre mi cuerpo y fundo sus labios en los míos en un apasionado y húmedo beso.

- Una noche siendo lo que odias - murmure sin alejarme pasando mis manos entre su cabello jugando con los mechones que quedaban atrapados en mis dedos, tirando un algo de fuerza de ellos - creí que te gustaría la idea - sonrei y regrese mis labios a los suyos por un momento jugando con ellos - al menos por un instante dejaras de envidiar la miseria humana, esa que te hizo dudar y caer, tómalo como un regalo - mi cuerpo se movió rozando el suyo ligera e íntimamente, tanto que una serie de pequeños gemidos se asomaban de mi garganta.

"Una noche siendo lo que odias". Esas palabras retumbaron en mi cabeza algunos varios segundos. ¿Hasta qué punto les odiaba verdaderamente? Ya ni podía clasificar mis propios complejos sentimientos. ¿No sería tal vez que había algo de deseo de ser como ellos? ¿Cierta admira...No. Sólo considerar la posibilidad me daba asco. Sacudí la cabeza, un tanto confundido, ya empezando a sentir los efectos de la droga nuevamente.--Oye, vas a causar estragos conmigo, ¿sabes?-Solté, cerrando los ojos y alzando las cejas. Sentí sus dedos jalar de mi cabello con algo de fuerza, percibiendo cierto ligero placer esparcirse por mi cuerpo en forma de estremecimiento.-Regalo...-Repetí despacio, intentando procesar sus palabras y solté luego una carcajada sonora y sin sentido. Le jalé por el brazo y le mantuve a centímetros de mi rostro para acariciar el suyo con mis manos cuando mi respiración se comenzaba a agitar por el tacto de su piel en la mía, y por los deliciosos gemidos que empezaba a emitir.-Está bien. Entonces lo acepto. ¿Cómo quieres que.. ahh!-Cerré los ojos y tragué profundo, sintiendo un subidón de adrenalina y aferrándome a su cabellera con fuerza.-¿Te recompense?

Sonreí un poco separándome de el un poco - ¿recompensa? - repetí y luego negué con la cabeza - no busco una, ya te lo dije quizá yo sea tan malo como tu y solo te este utilizando - volví a pegarme a su rostro, enmarcando sus labios con mi dedo - pero si quieres que te pida algo, bueno .... de momento quiero que te calles ¿Para que mas crees que te volví a drogar?

Quite mi dedo y volví a pegar mis labios a los suyos ligeramente - ¿Crees que puedas hacerlo? Solo mueve la cabeza - me encargue de que no articulara palabra ocupando sus labios en otra cosa

No pude evitar sonreírme ante sus palabras. Me agradaba que intentara imponerse, y no planeaba resistirme en absoluto tampoco. En realidad, siempre había sido extraño con esos temas. Me gustaba tener el control de las situaciones, pero a su vez también me agradaba que el otro lo hiciera de a momentos, por alguna extraña razón. Asentí con la cabeza sin más y le jalé del cabello acercándolo, provoqué un roce intenso y rítmico entre mi rodilla y su entrepierna, casi obligándole a darme alguna respuesta.

Creo que empiezo a sospechar que mi actitud es una especie de montaña con altos y bajos cuya dependencia variaba entre el alcohol, las drogas y lo que me decidiera meter, ta vez era momento de recapitular que tan bajo ya había caído y cuan mas aun podía caer. No me quejaba, era justo lo que quería, acabar conmigo mismo paso a paso y tanto como me fuera posible.

Un quejido propio y una sensación extraña me hicieron regresar a la situación, cerré los ojos como una segunda respuesta, me separé un poco de el y cerré los puños sin rechazar su roce pero dudante de la situacion

OFF: Miil perdones por la tardanza :$

Todos trazamos, más tarde o más temprano, consciente o inconscientemente nuestro camino hacia el Infierno. Yo ya lo había hecho y recorrido más de una vez. Pero el jovenzuelo, mi compañero de cama al menos durante aquella noche, recién comenzaba en esa demente y  perversa aventura, y qué decir? Corromper a otros continuaba siendo divertido. En especial, no podía negar que seguía teniendo debilidad por los chavales así; rostros y cuerpos perfectos, jóvenes, de apariencia inocente. Y ello a su vez conllevaba cierta ironía para tratarse de un ángel como yo lo era. Caído, pero ángel al fin. Sonreí y sacudí la cabeza. Era un imbécil. Noté cierta duda en Andrew al alejarse un poco y decidí atraerlo de nuevo. No había una cosa que me excitara más, que ver a mi acompañante excitarse... Era extraño en verdad, como todo en mí, pero igualmente cierto.-Gime...-Pensé mientras mis dedos comenzaban a jugar de nuevo entre sus piernas con caricias sutiles al principio y muy marcadas después.-Gime más  fuerte, quiero oírlo...

Dont worry

Mis manos se aferraron a las sabanas que se plegaban cerca de su rostro mientras mordía mi labio inferior cuando su mano me aprisiono en un rítmico masaje, cerré los ojos, y un sonido alto se escapo de mis labios, no oi con claridad sus palabras pero mi garganta se soltó por si sola soltando sonidos uno cada vez mas fuerte que el anterior.

Me mantenia sobre de el, apoyando mis caderas sobre su pelvis, aunado a la situación inconscientemente mis caderas siguieron el ritmo de su mano formando pequeños círculos sobre sus caderas en un roce que incremento los sonidos.

Escucharlo me resultaba sencillamente delicioso. Muerdo mi labio inferior cada vez más fuerte a medida que aumenta el volumen de sus gemidos. Sus caderas siguen mis movimientos, lo cual me motiva aún más. Le tomo de la cabeza sin ningún cuidado y lo acerco a mí para susurrarle al oído, entre jadeos.-Poséeme. Quiero que me hagas tuyo.-No estaba del todo convencido de por qué decía algo así. Era la primera vez que planeaba adoptar esa postura. No iba a obligarle a nada, pero en ese momento, verdaderamente deseaba saberlo, cómo se sentía... Y quería que fuese con él.

Me detuve cuando la fuerza de su agarre me acerco a el para oir su jadeante voz.

Ante aquello me quede completamente quieto como principal reacción, mis ojos se abrieron mas mientras me separaba confundido, procesaba sus palabras o eso intentaba, vaya que con ese hombre no se podía predecir absolutamente nada.

- ¿Estas seguro? - murmure bajo mordiendo mi labio - Tu ... es tu primera - tartamudee, no parecía del tipo que si -  ¿Lo haz hecho antes?

Sabía que aquella propuesta iba a tomarle por sorpresa. En realidad, hasta a mí me sorprendía habérselo dicho. Pero nada tenía realmente importancia. No aquella noche. Y no era como si en verdad mi existencia pudiese verse demasiado modificada por ese acto, aunque claro que de todas formas era algo nuevo.Reí un poco sin demasiado sentido, con la respiración todavía agitada.-Bueno, ¿y cuándo he estado yo seguro de algo?-Me apoyé sobre los codos en la cama, sin quitarle la vista de encima. Relamí mis labios mientras le notaba enredarse en sus propias palabras, aún sin querer intervenir. -¿Por? ¿Tanto se me nota?-Sonreí de lado.-No. No lo he hecho antes. A decir verdad, nunca se me había ocurrido. Es decir, nunca deseé verdaderamente hacerlo...Hasta ahora...-Dejé una breve pausa.-Algo me dice que tú nunca se lo has hecho a nadie tampoco. ¿O me equivoco?-Me encogí de hombros, miré hacia abajo y volví a su rostro mientras me mordía el labio inferior.

- Lo he hecho - respondí - una vez ... con esa persona - sacudí la cabeza para no profundizar en cosas tanto dolorosas como confusas.

Puse mi dedo en su boca - Cállate - y me volví a mover - estas hablando demasiado otra vez - me hice ligeramente un espacio entre sus piernas, me ahorre el responder si lo haría o no, digo después de todo estaba contestándole con mis movimientos.

Volví a acercarme a sus labios- Quizá duela ... mejor dicho dolerá - pegue mis labios a los suyos con algo de fuerza mientras una de mis manos se hacia espacio entre sus piernas y un par de dedos se introducían dentro de el

Me sorprendió que dijera que ya lo había hecho. De verdad no era lo que decía su apariencia, pero como fuere, parecía que aquella noche no terminaría nunca de darme sorpresas. "Esa persona"... Tal frase hizo eco en mi mente por algunos segundos. Según parecía, no era el único que había sufrido por... amor, o, bueno como fuera que se llamara ese maldito sentimiento. Preferí olvidarlo por un momento. Todo empezaba a dar vueltas de nuevo, y no podía concentrarme en ningún pensamiento coherente.
Sabía que dolería, no necesitaba que me lo dijera. Era bastante obvio, a decir verdad. Pero no tenía miedo. Por el contrario, me sentía cautivado. Disfrutaba del dolor físico en el sexo, le daba un toque especial que no podría poner en palabras aunque quisiera. Me besó con fuerza y se hizo espacio entre mis piernas, introduciendo un par de dedos en mí. Ante tal contacto, todo mi cuerpo se estremeció y creo que solté un casi inaudible quejido mientras hacía mi mayor esfuerzo por contener el impulso de cerrar las piernas como reflejo inmediato. Se sentía extraño, era totalmente nuevo, pero quería más de aquello. Solté un par de gemidos bastante fuertes cuando la intromisión fue más intensa y eché la cabeza hacia atrás apoyado sobre mis codos.-No te... No te detengas.-Creo que alcancé a decir.

Me incorporé hasta su rostro y sonreí con los gestos que articulaba, mi mano libre se poso en su nuca y luego recorrió un cambio entre su cabello aferrándose a este, tirando de el con fuerza hacia atrás, mientras lamia su cuello.

- Cambio de papeles, Kenneth - murmure sobre sus labios - ¿Te gusta? - mis dedos se movieron alrededor de el, podía las contracciones de su interior en torno a ellos - supongo que eso es un si - hace un movimiento mas brusco dentro de el, a un ritmo mas fuerte - Dime ahora ¿que quieres? - respire con dificultad - Pero primero quiero que te pongas de rodillas y me ruegues . Hazme querer complacerte - sonreí maliciosamente, sabría que reconociera la frase que había pronunciado después de todo era suya, las mismas exactas palabras que el me había dicho - ¡Hazlo!

Le sentí jalar de mi blonda cabellera con fuerza y solté un gemido fuerte que luego se intensificó aún más cuando pasó su lengua por mi cuello. Cuando preguntó si me gustaba, preferí no responder. Era bastante obvio, y no quería hacer un esfuerzo innecesario por hablar. Siendo pasivo por primera vez. Yo. Creo que un par de años antes, si me lo hubiesen dicho, no lo hubiese creído. Pero allí estaba, disfrutándolo como una perra. Y no me importaba en lo absoluto. Mi respiración estaba ya muy agitada. Al oírle citar mi frase, me sonreí socarronamente..-Eres... Eres un maldito bastardo hijo de puta. Eso es lo que eres Andy.-Le empujé con los pies, le aparté dejándole tumbado boca arriba sobre la cama y me coloqué sobre él acariciando su cuerpo sólo con el dedo índice, comenzando en su cabello, siguiendo por su rostro y luego bajando hasta su pecho. Me detuve allí aferrándome a su piel con las uñas y haciendo presión con movimientos circulares de mi dedo pulgar sobre sus pezones.-Ya te he dicho que puedo chupártela toda la noche si es lo que quieres. Más aún si a cambio de eso vas a metérmela, así que... ¿Qué remedio?-Me encogí de hombros, le dediqué la mirada más lasciva del  mundo y comencé a apretar su duro miembro enérgicamente. Me acerqué hasta su oído y le susurré entre jadeos mientras jalaba de su cabello con mi mano libre..-Me encanta el sabor de tu semen...-Tal vez, muy probablemente, ya se lo había dicho. Pero estando tan drogado, se volvía imposible recordarlo. Dichas estas palabras, me relamí y sonreí maliciosamente.

Su empujón me tomo por sorpresa, mi cuerpo reboto un par de veces en la cama antes de que su peso se sintiera sobre mi - Lo soy - murmuré - pero soy un maldito bastardo hijo de puta que te gusta - cerré los ojos y ahogue un par de gemidos un instante como respuesta a sus caricias y a la prision a la que sus manos me sometian.

Respire entre cortadamente mirándolo intentando hacer palabras inaudibles, aunque realmente no tenia mas que decirle.

-Me gusta.-Le respondí sin rodeo alguno.-Me gusta mucho.Me pone a mil.- La última frase se la susurré. Mordí mi labio inferior antes de pasar mi lengua lentamente por la punta de su miembro, aún aprisionado entre mis manos, que no cesaban de moverse.-Si no me lo haces después de esto, tendré que asesinarte por bastardo, quiero que lo sepas.-Lo tomé por las caderas y acerqué su cuerpo más al mío para introducir su miembro totalmente en mi boca con esas ansias que se tienen por lo moralmente incorrecto. Aunque yo no tenía moral, pero ese ya es otro tema.

Solo sonreí en respuesta a su amenaza.

Cerré los puños aferrándome a la tela que cubría la cama, habia dejado de contenerme y los gemidos eran mas sonoros, mismos que incrementaron cuando la ligera humedad de su boca me rodeo por completo.

Entonces comencé a decir una serie de palabras carentes de sentido, maldiciones mayormente y vocales unisonas sin orden alguno.

Comencé a moverme sobre su miembro, a recorrerlo de la base a la punta de forma rítmica, excitándome aún más al oírle maldecir y gemir. Dejé escapar varios gemidos y al notarle a punto de correrse, me detuve, le besé los labios con fuerza e introduje un par de dedos entre sus glúteos sin mayores deliberaciones. Me puse de puntillas (fue recién entonces que me di cuenta que era más alto que yo) y le susurré al oído pegando mi rostro al suyo y sin dejar de mover los dedos:-Andrew...-Apenas alcancé a decir al principio entre jadeos.-Andy...-Agregué luego.-Penétrame. Penétrame ahora...-Mi tono de voz adquirió una lascivia que era capaz de rebanar el aire, mis dedos se clavaron como cuchillos dentro de él, me le acerqué aún más para besarle intensamente y morder su labio inferior con fuerza, buscando despertarle furia, más bien violencia.

Mi respiración se agitaba al punto del dolor, creer los ojos con fuerza ante la enorme excitación que aquello provocaba su húmedo y rasposo contacto, mis manos se cerraban con fuerza, entonces paro de golpe, antes de que pudiera quejarme sus labios me cortaron las palabras y una extras intromisión termino por sacarme del estado en el que estabas.

Entonces volvió a hablar, a hacer esa petición.

Lo empuje con fuerza por el pecho haciendo que cayera boca arriba sobre la cama, lamí mi labio punzante, avance hasta el sin palabra alguna, mis ojos fijos en el, abriendo sus piernas de con fuerza, si el lo quería pues lo tendría, y aunque no quera hacerlo de esa forma le penetre sin cuidado alguno, cerrando sus labios con los míos, comenzando a moverme dentro de el.

Al parecer, mis actos habían tenido el efecto deseado en él, le habían despertado cierta violencia que anhelaba. Me empujó dejándome boca arriba en la cama y sentí que podría morir si no me lo hacía en ese preciso instante. Le contemplé durante algunos segundos con la respiración muy agitada y con una mirada que conciliaba a la perfección el desafío y la petición. Se acercó en un movimiento rápido, separó mis piernas e introdujo su miembro en mí. Aquella invasión brutal y repentina me hizo aferrarme de la sábana y gemir fuerte sobre sus labios. El doloroso y desconocido placer me recorrió en forma de electricidad, llegando a cada punto de mi cuerpo, obligándome a empujarle hacia atrás; sentía que me quebraba en dos. Cerré los ojos, le tomé por el brazo y lo acerqué de nuevo, yendo en contra de mis reflejos naturales. Allí estaba de nuevo, la cicatriz ardiendo como el mismo infierno. Ignoré aquello completamente y moví mi cuerpo hacia él. Le besé brevemente, porque parecía que si no dejaba salir los sonidos de placer de mi garganta, me ahogaría.-Hijo de puta...-Maldije, rodeándolo con mis piernas.-Maldito hijo de puta.

Mis manos se deslizaron por parte de su brazo subiedo hasta su cuello para perderse en su cabello donde mis dedos se hicieron de un mechón de cabello y tiraron con fuerza de su cabeza dejando completamente expuesto sue cuello para mi - ¿Que sucede? - murmure en el tono mas irónico que pude pegado a su piel - ¿No es lo que esperabas? - mi aliento pegaba contra de el y se regresaba contra de mi.

Mientras tanto los movimientos dentro de su cuerpo no paraban, seguía moviéndome ritmicamente, golpeando con fuerza - Si quieres que pare solo dilo

-No...-Solté con dificultad entre gemidos fuertes. En tal momento, agradecí que no hubiera establecimientos de ningún tipo demasiado cerca, porque si bien no era vergonzoso, debía reconocer que tampoco me gustaba que la gente supiera de lo que hacía o dejaba de hacer, y cómo o con quién me gustaba follar.-No pares...-Logré por fin completar la frase. -No quiero que pares, estás...-Mordí mi labio inferior y lo atraje más a mí con las piernas para intensificar la penetración. -Estás haciéndolo bien, me gusta.-Cuando acercó su rostro al mío y jaló de mi cabello hacia atrás, no pude evitar sentir una erupción de placer que ya casi había olvidado. Cerré los ojos y mordí el lóbulo de su oreja con mucha fuerza.-Hazlo más duro...-Le susurré con lascivia enredando mis dedos en su cabello.

Me sentina extraño en aquella situación de poder, no era desagradable en absoluto, más bien se trataba de una sensación un tanto familiar, era como estar en contacto con aquel pasado del que huía con tanto frenesi, pero en ese momento, la percepcion de poder y control sobre su cuerpo aunados a la forma en que gemía.

Mi respiración se entre corto cuando su voz sono tan cerca de mi y luego el dolor, sonreí inconscientemente, mientras apresaba sus labios metiendo mi lengua dentro de su boca antes de golpear con todas mis fuerzas dentro de el