Now, you live {Kenneth Shaw}

Anastasia había llegado allí después de semanas vagando por otros lugares. Se había topado con aquel lugar por pura suerte, y la verdad es que le venía de perlas, porque estaba cansada a más no poder. Se paró entre unas ruinas y se sentó allí, tranquila, pues en esos lugares era donde Anastasia se podía relajar, ya que no solía haber nadie cerca. Se apoyó contra un muro medio destruido y cerró los ojos. Ese día estaba nublado y había brisa, y a ella le encantaba sentir la suave caricia en su rostro y moviendo su cabello, con el olor como si fuese a llover en cualquier momento. Ella prefería los días de sol, pero no despreciaba una tarde de tranquilidad y sombras.

Dejó que su olfato se guiase por la brisa, buscando un olor en especial. Le habían dicho que por allí podían haber más como ella, pero Anastasia no estaba segura. Y por la brisa no olía a ningún otro licántropo por aquella zona. Suspiró decaída aún con los ojos cerrados, negándose a abandonar lo que tantos años le había costado, y heridas. Buscaría unos días más, sino, iría a otro sitio. Pero no se daría por vencida, estaba harta de esa soledad que ella misma se puso, quería vivir, conocer gente y no esconderse.

Se estiró como un gato contra la pared, alzando los brazos para arriba y arqueando su cuerpo hacia delante. Luego se acomodó contra la pared, todavía con los ojos cerrados y acurrucándose. Se relajó un poco más, solo un poco, o eso pensó, pero cuando se dio cuenta estaba medio dormida.

No me gustaba Vollkommen. Jamás me había agradado. Quizás era porque la había conocido cuando ya era un descampado lleno de cadáveres de otros tiempos y no en su tan comentada época de esplendor, en que era una de las ciudades más bonitas de todos, incluso en medio de la guerra. Bah, o al menos eso era lo que la gente solía decir Yo era muy joven como para saberlo, y mi estadía en la Tierra era relativamente breve, por lo cual aún estaba descubriéndolo todo. Pero aquella noche, tenía una razón importante por la cual estar allí, un objetivo definido y fijo: información. El ejército infernal necesitaba mantenerse comunicado y no sabíamos qué tan seguro era reunirnos, por lo cual nos manejábamos agrupándonos entre unos pocos que debían transmitir la información a otros, y así sucesivamente hasta que las noticias llegaran a todos y pudiésemos delibrar al respecto. En lo personal, no creía que los celestiales fuesen tan imbéciles de intentar atacarnos cuando estábamos en grupo, pero... ¿qué remedio? Las órdenes venías desde arriba, y debíamos acatarlas. De todas formas, exceder en cuidados no nos hacía ningún daño.
Ya cumplido mi cometido, decidí quedarme a merodear por los alrededores, simplemente por diversión... O inercia. no estaba del todo seguro. Ya tenía tanta costumbre de andar por todos lados que era prácticamente lo mismo. Me apoyé contra una pared y me propuse encender un cigarro, pero había olvidado el encendedor en mi apartamento, lo cual me hizo sonreír; nunca estaba allí, y una vez que iba, olvidaba lo más importante, el encendedor. -¡Madición!- Farfullé entre dientes cuando divisé a una chica de blonda y larga cabellera unos metros más allá. Parecía dormida, pero no estaba seguro, así es que me le acerqué a paso ligero.
-Disculpa, ¿no traes un encendedor?-Como no respondió, toqué su hombro despacio y repetí mi pregunta.

Noté que la chica me observó por un largo rato, supongo que analizando mis palabras o intentando recordarlas, ya que posiblemente no las hubiese comprendido al estar sumida en tal sueño del que la había despertado súbitamente.-Me preguntaba si por casualidad no traes un encendedor o algún fósforo. He dejado el mío olvidado en casa y no creo que quiera regresar allí a buscarlo.-Le dije.-Por cierto, lamento haberte despertado.-Si bien no se me daba demasiado eso de ser afable, sí sabía comportarme con educación y cortesía, y aunque no lo hiciera siempre, me pareció que la situación lo ameritaba; estaba pidiendo algo a una persona que no conocía y no tenía ninguna razón para ayudarme, y además se trataba de una mujer... Una joven especialmente bonita, cabe mencionar.