Rebel, Rebel [Kenneth]

¡Demonios! cerre mas las manos sobre sus hombros, hundiendo las uñas en la carne, mis dientes cerraron con fuerza atrapando mi labio en aquella mordida - Solo un momento - volvi a pedir - Chace - un segundo, solo un segundo - mis ojos se mantenian cerrados, esa sensacion era mas que placentera tanto que los espasmos acrecentaron de forma incontrolable.

- Por favor - murmure - voy a correrme - respiraba con dificultad, entre cortadamente con mi pecho inhalando y eexhalando con fuerza - no quiero hacerlo en tu cara

No iba a parar, no quería parar, ya no podía. Mi cuerpo no obedecía a mi mente, aunque de todas formas mi mente tampoco tenía una voluntad en particular. Yo sólo deseaba una cosa, y como hubiera dicho Envidia la primera vez que nos encontramos, uno merece.-Lamentablemente tendrás que hacerlo. No me detendré ni un segundo. Verás, tu voz me dice una cosa y tu cuerpo todo lo contrario, envías mensajes confusos. Además, gimes tan fuerte, que no puedo entender tus palabras, así es que, ¿qué remedio? Obedeceré a la parte de ti que puedo comprender. Y no hay nada que puedas hacer al respecto.-Me encogí de hombros y relamí mis labios para continuar con mi labor. Su sudor aún resbalaba por mi rostro y mi nuca, me agradaba la sensación. Realmente deseaba que lo hiciera, quería que se corriera en mi boca.

¡Maldición! ya no podia aguntar mas, aquel esfuerzo dolia, mi cuerpo estaba lleno de entusiasmo de exitacion pero aguantar ese climax me estaba matando.

- Ya no puedo, Chace - mis manos se aferraron por completo a sus hombros con mas fuerza, oi mis dientes rechinar, ese golpe electrico se intensifico por completo, grite con fuerza al sentir mi cuerpo relajarse mientras explotaba de golpe en el.

Respire mas tranquilo despues de aquello y en el acto mi rostro se torno caliente y comletamente rojo - Lo siento Chace, lo siento - le incorpone un poco para mirarle apenado por aquella accion.

Sentí su cuerpo estremecerse a la vez que lo hacía el mío. Jalé de sus caderas y lo acerqué un poco más cuando todo ese éxtasis estalló de pronto. Cerré los ojos con fuerza en el momento en que mi boca se inundó de esa caliente, amarga y ajena humedad, la que tanto ansiaba. Era como un delicioso elixir para mis sentidos, que se encontraban absolutamente despiertos, pidiéndome desesperadamente más y más de aquel placer que podría acabar por volverme loco. La respuesta de su cuerpo al mío era posiblemente lo que más me excitaba; hacerlo llegar al punto máximo del clímax, uno tan grande que doliera. Aún seguía aferrado a sus caderas y mis uñas estaban enterradas a sus lados. El sudor corría por mis sienes, no lograba distinguir si era mío o de él, si era sudor u otra cosa... Aunque eso era poco probable, ya que aún tenía todo su miembro en mi boca. De todas formas, aquello me traía sin cuidado. Fruncí el entrecejo mientras aumentaba la intensidad con que succionaba un poco más, y luego otro poco, mientras tragaba con algo de dificultad el dichoso líquido blanquecino.
Luego de varios momentos, cuando hube terminado, limpié mis labios con el dorso de mi mano y me detuve para recuperar el aliento. Sólo entonces proseguí a responder a su disculpa.-No lo hagas.-Sonreí.-No hay nada que deba disculparte, créeme.-Hice una pequeña risa e inspiré hondo, aún tumbado en la cama a su lado.

No pude contenerme, aquella sensacion era muy grande como para poder resistir mas, mi cuerpo se tenso por completo sintiendo latigadas de dolor antes de terminas explotando en un aliviado pero penoso acto.

Aun asi no deje de sentirlo rodeandome, aun cuando me habia venido en el no me solto, el sonrojo mas vergonzoso me vino cuando lo senti tragando aquello con la misma intencidad que mantenia por mi cuerpo.

Abri un poco los ojos para verle cuando hablo, trate de simular una sonrisa que ocultase mi nerviosismo - Eso es nuevo - murmure con las mejillas ardiendo y mi pecho inflandose y desinflandose sin control, opte por dejar caer mi espalda en la cama y mirar al techo -bastante nuevo.

OFF: Dile Vianney al traviesillo de Dennis que me debe post. Digo, que se tome el tiempo que necesite, yo sólo decía por si se había olvidado de mí

Me encogí de hombros con sus palabras.-También lo es para mí.-Permanecí algunos segundos analizando mis palabras. No era la primera vez que actuaba de esa forma, pero sí la primera que lo hacía con él, y desde luego que esa variable cambiaba todo. Su respiración, al igual que la mía, estaba agitada, su pecho bajaba y subía velozmente. Estaba nervioso, podía sentirlo. Y quizás también algo avergonzado. A su manera, eso me gustaba. El modo en que se sonrojaba por mis descabellados y perversos actos. Pero sabía que le gustaba. En realidad sí quería ser corrompido. Me dolía un poco la cabeza y la habitación había comenzado a girar de nuevo. Giré sobre mí mismo en la cama y coloqué mi cabeza en su pecho, percibiendo el calor de su cuerpo. Cerré los ojos y en un acto espontáneo, comencé a acariciar sus labios con la yema de los dedos.-Sabes bien.-Solté luego, como si tal cosa y me eché a reír relamiendo mis labios. Sabía que le incomodaría ese comentario, pero aún así no me importó.-Aunque digamos que aún no me contento. No del todo. Tal vez si me mostraras qué puedes hacer, me sentiría mejor. Es decir, yo ya sé que soy peligroso. Mi pregunta ahora es... ¿qué tanto lo eres tú?-Le pregunté y alcé un poco mi cabeza para mirarle a los ojos.-Tortúrame Andy. Sé que lo deseas.-Le susurré luego al oído mientras una de mis manos jugueteaba con algunos mechones de su cabello y la otra rozaba su vientre a la altura del ombligo.

Occ: Oups ... lo siento ya lo mando

Mi corazon golpeaba con fuerza mi pecho y el sudor corria por mi rostro dejando ese sabor saldo en mi labios, miraba fijo al techo como si alli fuera a aparecer algo importante, cuando oi sus palabras desvie la mirada al lado contrario de el y no die comentario alguno, no sabia si tomar eso como un cumplido o no, ademas eso me apenaba.

Luego lo mire directamente y una sonrisa se dibujo automatica e involuntariamente en mi rostro.

"Que tan peligroso eres"

- No quieres saberlo - me incorpore ligeramente del sitio y con habilidad inata en una fraccion se segundo mi cuerpo estaba sobre el suyo, mi rostro casi pegado al suyo - Realmente no quieres saberlo

Noté que se sintió algo apenado por mi comentario, y de todas formas ya lo había supuesto antes de hacerlo. Si había algo que jamás había comprendido y jamás comprendería era los sentimientos humanos. Eran demasiado complejos. Quizás y era solamente porque nosotros, los ángeles, éramos seres de emociones primitivas, apuntando en realidad a que siquiera las tuviéramos. O quizás podría ser también porque todo lo que pudiese haber sentido más allá de ira, resentimiento, desprecio, envidia, lujuria estaba ahora marchito dentro mío de un modo u otro. El caso es que no entendía en realidad qué llevaba a Andrew a apenarse por tan poco. Era como si... Casi como si por momentos se avergonzara de ser quien era. O al menos eso me parecía. Curioso eso. Curioso estar otra vez en esa situación. Sin lograr explicarme qué atravesaba la mente de un ser con el que, al menos esa noche, compartía la cama. Un movimiento brusco de pronto me devolvió a la realidad. Prácticamente en un parpadeo, su cuerpo se encontraba sobre el mío, y nuestras mejillas pegadas.-Sí que quiero.-Respondí, después de algunos segundos volviendo a ubicarme en espacio/tiempo/situación.-Y, a riesgo de sonar presuntuoso, creo que podría hacer que te acabaras al menos dos veces más en esta noche...-Me encogí de hombros, giré los ojos y luego asentí con la cabeza, como para subrayar mis palabras.-¿Qué me apuestas tú?-Le desafié,acariciando su mejilla con la yema de los dedos.

Sonrei con mis manos a los lados de su rostro - Antes de contestarte a esas preguntas yo quiero hacer una ¿Por que me miras de esa forma? Desde la playa, el bar y ahora lo estas haciendo.

Apenas roce sus labios - Eso si que es presuntuso, muy presuntuso - mis piernas rozaban sus caderas con cierta intension - ¿apostar? Yo no pauesto Chace, el que apuesta solo juega esperando ser favorecido por la suerte y ser presuntuoso - acerque mi rostro al suyo - y el ser presuntuoso a veces no es bueno .... yo prefiero actuar en lugar de hablar - murmuro en su oido lasivamente.

Colocó sus manos en mi rostro y yo puse las mías encima de las suyas. Permanecí algunos segundos detenido en el tiempo, mientras sentía que sus palabras flotaban en la habitación. Posiblemente, todas esas sensaciones extrañas eran producto de la droga, aunque no estaba del todo seguro. Clavé mi mirada en sus ojos por varios segundos y no le dije nada. Sólo me quedé viéndolo así. Como intentando almacenar, en algún lugar del terreno fangoso que era mi memoria esa imagen. Esa situación, ese momento. No supe por qué lo hacía en realidad. Por qué me esmeraba en conservar ese recuerdo. Sólo sabía que se hacía complicado con todos los estupefacientes que había consumido.-Ya te he dicho que me gustas.-Le dije sin más.-¿Eres tan presumido que tengo que decirlo una y otra vez?-Aún no le despegaba la vista.-Entonces lo haré. ¿Por qué razón no habría de mirarte? Es decir, eres muy lindo, eso ya lo sabes.-Me encogí de hombros y dejé una prolongada pausa.-Pero además...-Suspiré.-Me agrada verte así. Casi puedo saber en qué piensas sin que lo digas, sin que me meta en tu mente. Resulta bastante fascinante. Aunque de todas formas hay cosas que todavía no comprendo... Y no creo que vaya a hacerlo en algún momento, ciertamente.-Volví a dejar una pausa.-¿Te molesta? ¿Te molesta que te mire?-Le pregunté jalándolo hacia mí, y sintiendo más cerca sus piernas de mis caderas. Me reí brevemente.-Yo no creo en la suerte Andy... Sólo apuesto cuando estoy seguro. Y bien, si prefieres actuar en lugar de hablar, hazlo ahora. Porque oye, soy un amante demandante.-Sonreí y mordí su labio inferior levemente, para fundir mi boca con la suya en un beso profundo.

- Lo soy, me gusta oirlo - sonrei - las veces que sean necesarias, nunca estare satisfecho - quiza era por mi constante necesidad de sentirme apreciado y amado, quiza como el lo habia dicho solo era por ego y satisfaccion personal, fuese cual fuese la razón, me gustaba ser admirado.

- ¿Asi que sabes lo que pienso? - murmure sobre sus labios en un breve beso - Me gustaria oirlo, tal vez sea mas claro que lo que esta en mi mente - le sonrei - y no no me molesta.

Comence a moverme ligeramente sombre su cuerpo, creando roces ligeros y marcados entre ambos, tomando sus labios.

-Está bien.-Le dije al cabo.-Lo haré. Te lo diré la cantidad de veces que me lo pidas.-Me encogí de hombros y me acerqué a su oído.-Si me lo pides, haré lo que quieras.-le susurré en tono sugerente mientras mordía el lóbulo de su oreja.-Pero debo decir que yo tampoco estoy satisfecho jamás. Y eso es malo. Eso es muy malo.-Me moví un poco como respuesta a aquel roce, para hacerlo un poco más intenso.-Porque nunca te dejaré ir. No hasta que te haya disfrutado lo suficiente.-Alcé el entrecejo.-Tal vez deberías habértelo pensado un poco antes de venir. O, bueno, dejarte traer. Por lo menos haberte asegurado de que no te tirarías a un psicópata obsesivo y sadomasoquista.-Enredé mis dedos en sus cabellos y permanecí algunos segundos buscando las palabras para responder a su última pregunta.-¿De verdad quieres saberlo? Puedo ser muy duro con las palabras...-Le advertí, acariciando sus mejillas con suavidad. No quería hacerle daño, pero si le decía la verdad, necesariamente lo haría.

- Repitelo, Chace - murmure mordiendo y jalando ligeramente su labio - repitelo hasta que me canse de ello, hastq que te duela, hasta que ya no puedas y pierdas la voz, repitelo y te lo recompensare - baje una de mis manos por su pecho hasta mas haya de su viente, rodeando ligreamente su miembro.

- ¿psicópata obsesivo y sadomasoquista? Esos son terminos muy complicados y no muy aptos para un angel - mi mano comenzo a moverse con ligereza presionandole entre mis dedos.

- ¿Y seras muy duro conmigo tambien? Si quiero oirlo tambien - casi ronronee sobre sus labios acelerando el movimiento sobre el.

Jaló de mi labio y me le acerqué un poco más, haciendo que nuestras lenguas se rozaran. Sus palabras me llegaron de pronto y me hicieron sonreír. Sentí luego su mano bajar por mi vientre y comenzar a presionar mi entrepierna. Cerré los ojos con fuerza, lo atraje más hacia mí mientras notaba mi respiración agitarse y pasaba con cierta desesperación mi lengua por sus sienes, pudiendo sentir el sabor salado de su sudor.-Me enloqueces. Andy... Tú...-Mordí mi labio inferior y solté un gemido.-Tú...-Intentaba conseguir el aliento para poder hablar.-Eres... perfecto.-Lo tomé del cabello, lo atraje a mí y besé sus labios de la forma más atrevida que conocía, tan profundamente que casi podía sentir su úvula.-Yo no soy un ángel cualquiera, y lo sabes...-Podría haber dicho alguna otra cosa, pero en el momento, no podía pensar. Mordí con fuerza mi labio inferior cuando aumentó la velocidad de sus movimientos sobre mi sexo.-No puede ser que hagas que me acabe tan fácil... ¡Mierda! Seguro que esto no estaría pasando si no fueras tan....-Respiré y alejé su mano un poco, sólo lo necesario para poder hablar y contener el placer.-De verdad te me antojas...-Relamí mis labios.-¿En serio quieres que hablemos de eso ahora? No sería demasiado cortés tratarte de tal modo con lo bien que te estás portando...-Pregunté. Posiblemente era el tema menos indicado para la ocasión.

Tuve que empujarlo cuando su efusividad estaba ahogandome - Hey, no se tu pero yo si respiro - sonrei - ya te lo dije tratame bien - volvi a besarle de uan forma no tan descarada como la suya, mi mano aun se movia sobre el.

Al menos mi ego interno y mi ansiedad estaban siendo saciadas por sus palabras o era lo que mi poca cordura me permitia comprender.

- ¿Acaso realemnte vas a ser muy duro conmigo? - mi mano se aferro de una forma mas dura, presionaba con fuerza, casi estrujandole sin cuidado pero aun asi complaciendole - Quiza esa sea una razon para parar ahora, no seria justo que me portase bien contigo y tu no seas venebolente ..... ¿No lo cress? - murmure sobre su oido y aprete con mas fuerza

-Entonces hazlo.-Concluí al fin.-Será mejor que lo hagas. En especial si quieres que…-Cerré los ojos en un gran intento por controlar mi excitación.-Si quieres que te hable al respecto. Porque, siendo sinceros, me estás imposibilitando a hacer cualquier cosa, más que…-Me aferré a las mantas que cubrían la cama con fuerza, como intentando no caer. No caer en aquel profundo abismo de placer desenfrenado que me atraía con alguna extraña especie de magnetismo mucho mayor que mi voluntad, la cual se volvía endeble con cada movimiento de aquel joven sobre mí. Me acerqué a su oído y le susurré con apenas un vestigio de voz, proveniente de no sé dónde.-Desearte desesperadamente, como una ramera cualquiera. Y oye, quedar en tal evidencia no es demasiado agradable.-Sentí cómo, a pesar de sus palabras, sus dedos presionaban con más fuerza mi entrepierna, a tal punto que comenzó a cruzar la delgada línea que separa el placer del intenso dolor. En tal momento no pude evitar un gemido fuerte.-Ahh…Ya…-No sé cómo logré hablar de nuevo.-Ya detente Andy-Le rogué.

Levante una ceja - ¿Una ramera cualquiera? Eso es muy ofensivo ¿sabes? Realmente si tu no te vas a la cama con cualquiera menos yo - le aprete con mas fuerza con cierta molestia por sus palabras - ¿parar?¿Por que deberia? Tu no lo hiciste ¿por que deberia hacerlo yo? -

-No va por ti.-Dije, mordiendo con más fuerza mi labio.-Lo de ramera. Lo decía por mí. Y no es que suela hablar de esa manera de mí mismo, pero lo cierto es que en estos momentos...Ah!-Guardé silencio unos segundos y respiré lo más que pude, que por cierto era poco.-Te deseo como una...-Cerré los ojos y alcé el entrecejo, intentando pensar.-Como una adolescente virgen desesperada por un poco de sexo salvaje.-Terminé de decirle por fin.-Yo no quiero que pares. Pero dijiste que querías hablar, y así... Así no puedo.-Le dije y mi voz apenas salió.

Mi enojo paso - Bueno deberias expresarte mejor , chase - sonrei - uhhh que horrible aprieto .... dejarte hablar o no dejarte hablar .... ¿Que hare? - murmure - ¿Que deseas que haga? - me movi sobre de el causando mas friccion entre ambos - Supongo que de seguir asi esto sera un cuento de nunca acabar ¿no lo crees? - murmure en su oido - para ser un caido no eras tan malo, ni perverso.

Movi las caderas sobre de el gimiendo seca y ahogadamente en aquel roce de su cuerpo

Fruncí el entrecejo y negué con la cabeza ante sus primeras palabras.-¿Lo dices en serio? No jodas Andy, no puedo...-Solté un suspiro a causa de la agitación involuntariamente.-¿Apenas puedo hablar y tú encima quieres que piense lo que digo?-Escuché sus palabras con la mayor atención posible, que de hecho era poca.-Has lo que quieras. Pero te advierto que todo lo que hagas acarreará consecuencias. Y no respondo por ello. Por ejemplo si decides...-Hice una breve pausa para controlarme y seguir hablando.-Si te detienes ahora. Puede que sea más cruel de lo que tenía previsto. O puede que sea muy duro e impiadoso...-Me acerqué a su oído.-Pero en otro sentido. Ya te dije que no me gusta que me calienten para dejarme con las ganas. Tú ves lo que haces...-Me encogí de hombros sintiendo mi cuerpo estemecerse ante aquel contacto íntimo, aquel que hacía tanto tiempo no tenía con nadie y de pronto me sobrevino un extraño sentimiento. Casi como vergüenza, o al menos pudor. Simplemente por el hecho de realizar que estaba haciendo un acto tan privado como ese con un chaval que acababa de conocer. Era más que anormal que me sobreviniera un sentimeinto con aquel, de hecho nunca me había sucedido. Pero algo me hacía pensar que estar junto a ese mortal me debilitaba psicológicamente, por alguna razón que no entendía. Me alejé un poco de él sin quererlo y mis mejillas se encendieron de modo indisimulable. De todas formas, intenté ocultarlo con mis palabras.-Este cuento puede ser de muchas cosas, pero no de nunca acabar.-Me sonreí.-Sé que puedes entenderme.
"para ser un caído no eras tan malo, ni perverso."
Reí con esas palabras.-Aún no me conoces lo suficiente. Además, digamos que dentro de mi comportamiento habitual, estoy siendo en demasía cortés y bondadoso contigo, ya hasta me doy asco. Posiblemente otro humano en tu lugar ya estaría muerto. Pero, como ya dije, tú eres lindo.-Repetí y volví a sonreír; sabía cuánto le gustaba que se lo dijera.

- Me gusta hacerte sufrir - conteste honestamente sin dejar mi trabajo en su muy despierto y duro miembro, tal vez por que disfrutaba de aquel rol dominante sobre una creatura cuya naturaleza era abominable - es divertido verte confundido - sonrei maliciosamente pegandome haciendo que mi miembro se rozara a su abdomen descaradamente, gemi con aquello.

Entonces pare con sus ultimas palabras.

- Lo se - sonrei honestamente cuando dijo que me trataba de forma especial y asi me hizo sentir, para alguien yo destacaba de una forma "linda" - Gracias Chace - sin pensarlo bese su mejilla de una forma honesta y pura diferente a como lo habia estado tocando.

El movimiento rítmico de su mano sobre mi despierto miembro sumado a sus palabras produjeron en mí una gran excitación, que aumentó aún más al sentir su miembro en mi vientre y escucharle gemir.-Ya lo veo. Pero ten en cuenta que todo lo que me hagas sufrir, lo sufrirás el doble.-Tomé su entrepierna con una de mis manos y la presioné con fuerza, como reflejo a todo lo que estaba sintiendo, la acaricié con la yema de los dedos haciendo presión, la recorrí de la base a la punta varias veces, masajeando con firmeza, pero luego cuando se detuvo, también lo hice. Sus siguientes actos congelaron mi sangre. El tono que utilizó para agradecerme y la clase de beso que me dio simplemente me paralizaron. No sabía cómo reaccionar a algo como eso. No estaba acostumbrado a los besos en la mejilla, pero sabía que, al menos entre los humanos, tenía un significado especial, de afecto puro. Puro. Permanecí pensando en esa palabra, que me era completamente ajena, extraña, pero no incómoda. No del todo. La sensación era rara. Se sentía bien, muy bien. Era agradable. Pero eso a su vez despertaba cierta angustia en mi interior. Me recordaba que alguna vez había tenido sentimientos y dejaba en evidencia el hecho de que, aún en contra de mi voluntad, por alguna extraña razón, en ese momento casi podía experimentarlos de nuevo. Porque todavía estaban allí, en algún sitio recóndito del ser abstracto y confuso que era. Allí ocultos donde pudiesen ser olvidados, en ese sitio en donde dormían todas las bestias que me atormentaban, las cuales no podía enfrentar por más que me lo propusiera. Me alejé de pronto y bajé la mirada, sintiéndome especialmente miserable.-¿Quién eres?-Le pregunté en un tono que apelaba a su sinceridad.-¿Cómo...? ¿Cómo diablos...? ¿Por qué rayos has hecho eso?-Me le acerqué hasta poder sentir su respiración y lo puse contra la pared.-¿Qué es lo que pretendes?-Susurré en su oído sin poder evitar cierto dejo de tristeza. Inspiré profundo y el aroma de su piel relajó mis sentidos. Cerré los ojos de pronto e incoscientemente rocé mi rostro contra el suyo como alguna especie de extraña caricia. Luego le aparté un cabello y, casi sin querer, coloqué mis labios en su mejilla y le besé de forma lenta, intensa, respetuosa y estúpidamente cuidadosa.

Su actitud fue más sorpresiva que la mia, senti un ligero cambio en sus reacciones que no entendi - ¿Quien soy?- repeti tratando de entender su pregunta - ¿Que pretendo? - Hice una pausa para acomodar mis ideas a la situación - No pretendo nada, tampoco soy nada, solo queria agradecerte todo lo que haz dicho, me has descrito de una manera grata, con las palabras que harian que cualquiera se sintiera feliz y maravilloso, incluso a pesar del poco tiempo desde nuestro encuentro - traté de sonreir para no sertirme tan tonto - y me acabas de confesar que me tratas diferente a las demas personas ¿Por que no debia de agradecerte? - senti el roce calido de sus labios.

Note sus reacciones bañadas con la ligereza del ¿dolor? ¿Yo le habia provocado dolor?, me senti culpable de eso - ¿Dice algo que no debia? - mire sus ojos - ¿Hice algo mal, chace?. Lo siento si fue asi - puse mis manos sobre sus mejillas - Un angel caido pero a fin de cuentas un angel

Escuché cada una de sus palabras con atención y sonaban absolutamente lógicas. Mis preguntas habían sido tontas, era cierto. Pero de todos modos aún no estaba satisfecho con sus respuestas, no del todo, aunque sabía que no mentía. Guardé silencio. No dije ni hice absolutamente nada. Simplemente permanecí así, mi rostro pegado al suyo, nuestra respiración el único sonido, y a lo lejos el movimiento de la ciudad, Los Angeles. Incluso con todo lo que ocurría en mi interior, el mundo seguía su curso, pasaba de mí una vez más, como siempre había hecho. Claro que si me marchara no sentiría mi ausencia, porque jamás había pertenecido a él. Pero, ¿a dónde realmente pertenecía? ¿Había un lugar al que llamar mío? Sabía la respuesta, y la verdad nunca me había apenado. Estaba acostumbrado a no tener un hogar propiamente dicho, era uno de los precios a pagar por ser fiel a mí mismo. Pero entonces, eso dolía. No sabía el por qué, no podía explicármelo, sólo sabía que me sentía solo. Más solo que nunca. O tal vez simplemente más consciente de ello.
“¿Hice algo mal Chase?” Su voz sonó a preocupación y la verdad eso era nuevo. No estaba acostumbrado a que las personas se interesaran por mí.
¿Cómo podía responderle? ¿Cómo explicarle todas las cosas que me estaban ocurriendo? Si de verdades se trataba, lo adecuado, sin lugar a dudas hubiese sido decir: “¿Quieres saber si me lastimaste? Lo cierto es que sí, y aún lo haces. Me estás haciendo mierda. ¿Y quieres que te explique el por qué? Estoy cansado de ser quien soy. Me odio. Ya no quiero cargar con mi puta existencia, no sé qué rayos hacer con ella. Ya no puedo mentir más, estoy confundido, perdido. Tengo sentimientos que desearía no estuvieran ahí, pero lo están, y no consigo deshacerme de ellos. Estoy solo Andy. Y ya no quiero estarlo.” Pero no, no podía decir nada como eso, sería inútil y completamente estúpido.-Quédate conmigo Andy.-Solté de pronto.-Sólo por esta noche. Para mí es suficiente. No voy a pedir más que eso.-Seguro había mucho más que podía decir, pero preferí no hacerlo. Lo abracé como un niño aferrándome a su oscura cabellera y cerré los ojos. Por un momento sentí que no había nada más. No quería que lo hubiera. Entonces, deseé que ese momento durara para siempre. Que por alguna mística razón, el tiempo y el espacio desaparecieran por completo para dejarme sólo eso. Un momento, unas horas, una noche. El momento más feliz de mi vida, aquel que era tan grato, que más que ningún otro, dolía.

No encontre palabras para cuestionarle, parecia que cada vez que lo hacia su actitud cambiaba más. asi que me quede asi, inmovil sintiendo la caricia de su mejilla sobre la mia y el abrazo con el se aferraba a mi o quiza era yo quien me aferraba a el.

- Chase - murmuré su nombre sin mucha fuerza, ese ya no era el hombre con el que me habia topado en la playa, ni aquel con el que habia estado bebiendo, el algun momento despues de cruzar esa puerta el habia cambiado de manera tan drastica y yo no podia parar de sentirme culpable por ello.

Me quede helado con sus palabras, el tono en que me lo dijo, me separe de su rostro y puse mis manos sobre sus mejillas. Incluso miraba de una forma tan distinta, pero por aquel breve instante lo entendi, lo entendi por que era lo que yo le habia pedido. Ninguno de los dos queria estar solo y ese dolor lo entendia por que tambien era el mio.

- Lo haré - respondi sin pensarlo - Por esta noche ninguno estara de los dos estará solo - segui sin soltar sus mejillas - Quiero saber una cosa más - le llame - Chase .... ¿Ese siempre ha sido tu nombre? ¿El nombre que el te dio, siempre ha sido Chase?