Rebel, Rebel [Kenneth]

De forma estúpida, me sentí reconfortado al oír sus palabras. Sin entender mucho el por qué, eso casi me hizo feliz por un momento. No necesitaba verdaderamente algo eterno, o inmenso, o importante. Había entendido que cuanto más posees, más vació estás. Yo tenía lo que cualquiera desearía. Cualquiera excepto yo. Como ya lo había dicho en reiteradas ocasiones, la vida, Dios, o lo que fuere, era cruel. Nos dotaba de cualidades y virtudes... Pero también del terrible e imperante deseo de más y más. Esa insatisfacción, esa eterna inconformidad te carcomía por dentro. Te hacía triste, desesperado, frágil, inseguro. Conocía muy bien todo eso, porque era exactamente lo que me ocurría. Nadie es feliz con lo que tiene. No en realidad. Así es que por fin había alcanzado la moción de que la felicidad en realidad no era más que un puñado de fugaces y tontos momentos de plenitud como aquel. Drogarte con un chaval al que ves por primera vez y acabar por contarle de ti mucho más de lo que crees volverás a compartir con alguien jamás. A un auténtico extraño... Me sonreí con esa conclusión.-No.-Respondí al cabo.-Tomé ese nombre para usarlo aquí, en la Tierra. Pero el mío realmente es Kenneth. De la misma forma tomé un apellido, Shaw.-Me encogí de hombros.-No sé ya cuál es el verdadero fin del álter ego, pero como sea, ya me acostumbré a ser llamado de cualquiera de las dos formas. Incluso Kenneth me desagrada un poco. Me recuerda a mis tiempos como celestial.-No agregué más nada. No era necesario. Sabía que él podía comprender el resto por sí solo; era un chico inteligente. Permanecí con mis manos en su cabello y guardé silencio,

- Supongo que a nadie le gusta su nombre pero Kenneth me gusta - murmure aun con su rostro cerca - es mejor que el mio, mucho mejor y es un tanto como tu, extraño pero agradable.

Respire y hundí mi rostro en su pecho guardando silencio, sintiéndome extrañamente confortable en aquella situación, no puede hacer más que cerrar los ojos dejándome envolver por esa tranquilidad.

Abrí los ojos después de un momento mientras sonreía nerviosa y tontamente en aquel ligero abrazo en el que nos manteníamos aun - Emmmm Kenneth ¿Qué se supone que sigue ahora? - mordí mi labio un poco agachando la mirada evitando sus ojos, sintiendo venir un sonrojo, pero era una pregunta un tanto necesaria a mi parecer por que estábamos en medio de algo cuando las cosas se habían torcido y habíamos terminado así, me moví un poco y como consecuencia sentí el rose de su piel desnuda en la mía.

Ademas estaba casi seguro que la droga estaba saliendo de mi sistema - Tal vez podríamos empezar de cero o hacer otra cosa - me sentí como tonto sugiriendo aquello.

"Extraño pero agradable." Aquellas palabras hicieron eco en mi mente por algunos momentos, aún no sé del todo si fue por la droga o por lo que ellas significaban. Como fuere, me sorprendió que me diera tales adjetivos, aunque no dije nada al respecto.-Yo prefiero Andy que Andrew. Es más sencillo, y suena lindo.-Allí estaba yo, una vez más diciendo cosas tontas.-Oye, no vayas a creer que yo todo el tiempo digo esta clase de estupideces, es que...-Reí.-Estoy tan drogado...-Volví a reír sin sentido alguno.-Me gusta Andy, se oye como tú. Inocente, como a... niño pequeño.-Me encogí de hombros y sonreí. Mordí mi labio inferior con su última pregunta y decidí inconscientemente responder de forma sencilla y directa. Me acerqué a su oído y le susurré, mientras colocaba uno de sus cabellos detrás de su oreja.-Date la vuelta y te lo mostraré.

Mi sonrisa fue un reflejo - ¿Crees que soy tan inocente como un niño pequeño? - murmure - Realmente solo dices las cosas que quiero escuchar, es una lastima que solo sea por la droga. Por cierto Andy también me gusta, es solo que que no has escuchado mi nombre completo, Kenneth - aquella situación era un tanto extraña, estábamos pasando por todos los estados de animo en cuestión de minutos.

Asentí con la cabeza cuando me ordeno dar la vuelta, frene el impulso de preguntar el propósito, así que solo lo hice, me gire y cerré los ojos.

Me sorprendió que lo hiciera, que volteara sin hacer preguntas, sin presentar reclamos de ningún tipo. De verdad no lo esperaba de esa forma. Pero no era como si quisiera objetar algo al respecto. Me gustaba lo cambiante que era. Aunque siempre se mostraba de alguna forma sumiso, lo que me hacía sentir que llevaba el control en la situación. No era parte de la mayoría, que creían que en el sexo, así como en el amor y en otras tantas cosas de la vida había reglas o roles. Para mí, nada de eso tenía sentido. Siempre había preferido romper con lo tradicional y dejar que las situaciones se dieran totalmente solas. Desde mi punto de vista, en la cama, cualquier cosa estaba permitida. No me negaba o resistía a nada. Estaba dispuesto a hacer lo que fuere que mi acompañante quisiera si sólo me lo pedía. La única condición era que ambos saliéramos satisfechos. De igual forma, sabía que, así como era complaciente, también era demandante. Y no me detendría hasta estar completamente conforme. Me le acerqué y empujé su cuerpo contra la pared, colocando mis brazos uno a cada lado de su cuerpo para impedirle cualquier movimiento.
-Tal vez no debiste hacerme caso. Podría hacerte cualquier cosa ahora...- Cerré los ojos y comencé a moverme lentamente sobre su cuerpo, provocando un intenso roce entre mi miembro y su piel desnuda. Luego, una de mis manos se posó en su cadera y se fue deslizando a través de esta hacia adelante para acariciarle mucho más abajo de su vientre con suavidad, con descaro..-Pero estoy tan piadoso esta noche, que voy a escuchar tu voluntad.-Presioné mi cuerpo contra el suyo e hice presión con mi mano..-Dime que lo quieres y voy a hacerlo. Pero primero quiero que te pongas de rodillas y me lo ruegues. Hazme querer complacerte.-Le tomé por el hombro y lo hice girar hacia mí para luego besarlo pasionalmente. Después acaricié sus labios con la yema de los dedos, con deseo..-Estoy seguro de que esos hermosos labios no van a negárseme...-Me acerqué a su oído y palpándole con la lengua, le susurré:.-o sí?...-Le empujé hacia abajo despacio.

Que mas daba si estaba bien o mal, lo importante es que era agradable, asi que por que oponerme a algo que se sentía tan bien, cerré con fuerza los ojos mordiendo con ligera fuerza mis labios, su fuente contacto y su buena destreza manual estaban arrancando sonidos nuevos de mi garganta otra vez. cerré los puños y creo que gemi su nombre, estaba claro que mi cerebro estaa mas que apagado.

Intente sonreír ¿piadoso? Estaba conociendo mucho de su lado piadoso - no creo que realmente vayas a lastimarme - volví a cerrar los ojos ante la prision de su manos, un tiron en la columna me vino con su húmedo murmullo, sin embargo sonrei cuando me empujo ligeramente hacia abajo, quite su mano de mi hombro en un toque ligero - Oh Kenneth, Kenneth, empezamos a tener problemas, yo no me arrodillo ante alguien tan facil - alli estaba ese lado de mi saliendo a flote, a veces esos cambios de actitud me parecian raros hasta para mi pro yo no pensaba solo hablaba, me separe un poco y camine hasta la cama sentandome al borde de esta, cruzando las piernas y sonriendo de la forma mas provocativa que pude lanzar - pero tengo otras formas de convencer, solo tienes que venir aquí -

-Uhm, eso no lo sé...-Dije ante su declaración de que no creía que fuese a lastimarlo.-Depende de cómo te portes tú conmigo. Aunque tal vez quiera herirte sólo por placer. Ya te he dicho que en verdad puedo ser malo si me lo propongo. Además, ¿por qué no hacerlo? Sería demasiado excitante verte sufrir...-Me sonreí ampliamente de forma espontánea con sus siguientes palabras. Me encantaba que se me negara. Era aún mejor que que me consintiera. Pero de todas formas me tomaba por sorpresa.-Sabes, creo que ya has conocido demasiado de mi bondad. Tal vez debería comenzar a ser un poco grosero.-Observé y asentí con la cabeza.-Pero quiero conocer tus habilidades... Convénceme. Dame tu mejor intento. Incluso con eso no creo que puedas hacerlo, soy bastante intransigente si así lo quiero.-Le dije finalmente cuando me le acerqué despacio.

-No lo creo.-Respondí convencido.-Tú eres incapaz de lastimar a nadie Andrew.- (Sólo podrías hacerte daño a ti mismo...)
Me jaló y me tiró en la cama para colocarse sobre mí, a lo que no presenté resistencia alguna.-Mmm... Podría ser...-Respondí a lo de su hipótesis.-Eso o tal vez sólo me gusta hacerme desear...-Me encogí de hombros. Se acercó aún más a mí para besarme de forma salvaje, acabando por morder mis labios, haciéndolos sangrar. Lo empujé para alejarlo de mí al sentir el ardor y pasé mi dedo índice por mi boca, llegando a verlo teñirse de rojo. Luego me relamí, lo jalé del brazo y me coloqué sobre él.-¿Así es que me estás declarando la guerra? Eso es algo arriesgado de tu parte, aún sabiendo que he luchado varias veces en dos diferentes bandos... Pero por mí está bien si así lo quieres. Sólo quiero que sepas que esto te va a doler...-Lo puse boca abajo y comencé a moverme sobre su cuerpo, generando un roce directo entre mi miembro y sus glúteos. Luego enredé los dedos de una de mis manos en su cabello y lo tomé del hombro con la otra, enterrándole las uñas con mucha fuerza.-Dime ahora, ¿qué tan malo eres?-Mi tono fue desafiante, provocador. Sostuve sus dos brazos con mis manos, imposibilitándole cualquier movimiento y comencé a jadear.

Era difícil de aceptar pero tenia razón, yo no era capaz de ser malo, ya no, quizá ya no quedaba rastro del cazador que una vez fui, no sabia en que momento había pasado pero era así y pese a ser lo que había deseado cuando huí de Londres sentí cierta nostalgia ... ¿eso era perderse a si mismo?.

Deje de pelear sintiendo su peso sobre mi, rechine los dientes cuando le sentí moverse, eso hizo que se mitigaron los gemidos de mi garganta - ¿Por que no lo haces de una vez y ya? - murmuré molesto - ¿Que es lo que esperas? Aun que luche con todas mis fuerzas sera en vano, eres irremediablemente mas fuerte que yo o es que esperas que alimente tu ego con mi debilidad - allí estaba de nuevo, la sombra del viejo yo había hablado - ¿Por que no me dices exactamente que quieres que haga? Ahorremonos esto.

Sentí cierta satisfacción cuando sus esfuerzos cesaron, pero también llamó mi atención que lo hicieran.-Me sorprende que te des por vencido tan fácil. Hubiese aventurado a decir que me enfrentarías aunque fuere un poco más. Pero finalmente me sorprendes de nuevo tomando una decisión inteligente y práctica. Como dice el dicho, "si no puedes contra ellos, deja que te follen".- Asentí con la cabeza y sonreí, esperando que mi joven acompañante no lo considerara una falta de respeto, ya que en realidad estaba siendo verdaderamente cortés con él, no como podía serlo con otros, en especial de su especie.-Pero no soy tan ansioso como parezco Andy, me gusta tomar mi tiempo para hacer las cosas. Además, adoro cuando las personas se irritan conmigo, así como tú ahora. Resulta bastante agradable, sólo estaba buscando eso, ¿sabes? Que te molestaras conmigo, e incluso que pensaras que no iba a hacerlo. Ya que lo logré, ahora sólo quiero una cosa, y es metértela hasta las entrañas, algo más que eso. Quiero que me ruegues, quiero sufrirlo, pero que tú lo sufras el doble. Así que... ¿qué remedio?-Me encogí de hombros, me acomodé sobre su cuerpo, jalé con fuerza de su cabello con una mano mientras enterraba mis uñas en su hombro con la otra y empujé con mis caderas hacia él sintiendo su cuerpo sacudirse, su piel húmeda y suave me provocaron un placer intenso, agudo y creciente. Mi piel se erizó y me estremecí de pronto al dar con su reducida entrada. Alcé su cabeza tomándolo por la cabellera.-¿Te gusta saber que soy más fuerte que tú, uh?-Le susurré al oído, aún sin aventurarme a su interior. Rocé su mejilla con mi lengua lentamente, dejando escapar algunos gemidos.-A mí me encanta.-Admití.-En especial porque voy a abusarme de eso...-Pasé con ciertas ansias mi rostro por su sien, y aún sin alejarme, comencé a penetrarlo despacio. La resistencia de su cuerpo a mi miembro me obligó a hacer más fuerza en cada estocada. La mano que sostenía su hombro pasó a su cadera, me sostuve de ella para atraer su cuerpo más hacia mí y poder hacerlo más cómodo. Sentía la excitación crecer en fuertes oleadas de calor y ciertos choques de electricidad que recorrían cada centímetro de mi piel. No me detendría por nada del mundo.

Gruñí enfadado intentando safar vanamente mis manos del abrazo de las suyas cuando su fría y húmeda lengua me hizo volver a luchar pero casi en el acto volvi a desistir- Ya te dije ¿Qué caso tiene? No haré más que satisfacerte con mi desesperación, es cierto deje de luchar pero eso pero ahora que me lo pones así, si esperas que te ruegue, que te grite e implore - corte la frase cuando mis músculos se mencionaron uniformemente ante el contacto más intimo, rechine los dientes negándome a dejar escapar sonido alguno - no voy a hacerlo - sonreí decidido - no vas a tener ese gusto.

Abrí mas los ojos cuando comenzó a invadir mi interior de esa forma tan dolorosa, el desgarre de su avance, de la forma en que se hacia paso a través de mi. "No grites, Andy no grites" mordí mi labio con tanta fuerza que el sabor ferroso de la sangre pronto lleno mi garganta, mantenía los ojos cerrados mientras aferraba mis manos a las sabanas de la cama, pegando la frente al colchón cada que sus empujes se hacían mas fuerte.

¿En que me había metido?

-Ahh, Andy...-Suspiré.-Quieras o no, en cada cosa que haces o dejas de hacer estás satisfaciéndome. ¿A caso aún no lo has notado? Desde que te vi a los ojos en la playa tuve estas intenciones. Y mira cómo estamos...-Me encogí de hombros e hice una mueca tonta. Sentí su delgado, esbelto y juvenil cuerpo tensarse ante aquel íntimo contacto, aquella atrevida e intensa intromisión. No pude evitar percibir los increíbles esfuerzos que hacía para soportar ese dolor que, al menos para mí, estaba siendo creciente y agonizantemente placentero. Jalé con un poco más de fuerza su cabellera hacia mí.-Sí, lo harás. Lo harás para mí. Quieras o no. Verás, siempre obtengo lo que deseo. A toda costa. Y no será un simple jovenzuelo, un humano como tú quien me lo impida por primera vez.-Volví a empujar con las caderas hacia él y ahogué un grito. De verdad dolía mucho. Y sabía que igual le estaba ocurriendo a él. Pero también sabía que habría de soportarlo mucho menos, ya que su anatomía no presentaba la resistencia de la mía. Me adentré más y luego otro poco más. Con firmeza, con fuerza, casi con furia y volví a jalarle del cabello para acercar su cabeza hacia mí y susurrar en su oído.-Grita. Quiero oírlo. Sé que estás sufriendo, sé que tus ánimos te incitan a implorarme piedad.

Al escucharle replicar, solté una de mis manos y la coloqué sobre su boca para hacerle callar. Me acerqué más a su oído y mi blonda cabellera cayó sobre su rostro:-Shh...No me malinterpretes. Sí quería ser tu amigo y sí te me haces un humano encantador y exquisito, adjetivos que en realidad no suelo darle a los de tu especie. Podría decirse que llamas mi atención de todas las formas posibles. Y me gustas. Me agradas, me cautivas y sí, también me excitas. ¿A caso crees que no se puede querer y querer follar a alguien a la vez?-Mis últimas palabras hicieron eco en mi mente algunos varios segundos. ¿Por qué había dicho algo como eso? Era cierto, estaba ebrio y bastante drogado, pero aún así, no solía decir esa clase de... ¿estupideces?-¿Por qué insistes en creer que...-Suspiré y me detuve un momento.-¿Qué te hace pensar que...-Volví a suspirar, más profundamente. Mis ideas estaban algo confusas.-Lo lamento.-Solté y sacudí la cabeza.-Es sólo que...-Lo había dicho. Que estaba usándole, que no le quería en lo más mínimo. Y de pronto había caído en esa contradicción. No pude evitar recordar los momentos vividos con el humano del que me había enamorado. Y en realidad, se sentía bastante parecido a aquello... En especial porque me apenaba profundamente. Mis siguientes palabras fueron susurros breves y suaves.-A... A veces las... Las personas... Bueno, no sé si los ángeles entran en la categoría de...-Suspiré otra vez y cerré los ojos.-El punto es que puedes ser querido... A veces. Si es que... Si eso existe.-Me aferré a su espalda y comencé a masajear sus omóplatos mientras me acomodaba sobre su cuerpo. Permanecí sólo así, por algunos momentos. En esas caricias tontas y sin sentido, en absoluto silencio antes de volver a entrar en él de un modo diferente a con que venía haciéndolo. Aún de forma intensa, aún con fuerza, aún con dolor, pero esta vez mis actos llevaban cierta delicadeza, alguna clase de pasión más allá de la carnal. Y es que por esos momentos, de la forma más primitiva y sin usar palabras, estaba reclamándolo como mío. Tomé mi tiempo antes de responder a sus últimas palabras. Pero sonaba diferente; mis palabras eran completamente contrarias al tono de voz con que las decía:-Ni que lo digas, claro que planeo follarte hasta que me aburra. Y en realidad no creo que vaya a hacerlo lo que se dice pronto, porque de veras me gustas. Y bueno, de todas formas yo tampoco sé de la piedad. Y no te la concedería aunque rogaras.-Me encogí de hombros y volví a empujar mis caderas hacia sus muslos mordiendo mi labio inferior.-¿Así que yo gritaré?¿De veras? Emm... No lo creo. En primer lugar no sé si en algún momento te soltaré, aunque tal vez lo haga sólo para ver qué tan molesto estás, y qué puedes hacer. Sonará prejuicioso, pero en realidad no te considero capaz de hacerme daño.-Lo embestí de nuevo con más fuerza y luego me acerqué a su oído.-Pero tal vez me gustaría que lo hicieras.-Me sonreí.

Me quede quieto cuando su mano cubrió mi boca, sentí su aliento pegando sobre mi odio mientras su cabello cubrió parte de mi cara, escuche sus palabras sin moverme de ninguna forma posible ¿por que dudaba de esa manera? Intente entenderle, algo verdaderamente dificil, solo el sabia lo que su mente pensaba.

- Sabes - murmure - cuando no actúas como un verdadero patán eres agradable - solté las sabanas de mis puños, me moví bajo de el separándome un poco aun estando baje de el - Si tan solo me pidieras las cosas de una distinta forma mi actitud de respuesta seria otra muy diferente kenneth

Sonreí de forma tonta con sus palabras.-No puedo.-Le dije de forma bastante sombría.-Creo que esperas demasiado de mí, hay cosas que simplemente...-Mordí mi labio inferior y suspiré.-No puedo pedirte. Nunca haría algo así.-De pronto mi tono fue especialmente frío, casi aterrador.-Preferiría morir primero. O volver al Infierno. Porque el respeto por mí mismo es todo lo que me queda ahora, y no pienso dárselo a nadie, lo siento.-Terminé diciendo de una forma que denotaba que no lo hacía.
-Incluso en el sexo. Puedo no tener el control, pero no me verás suplicar como una niña.-Esbocé una sonrisa breve y moví la cabeza hacia un lado en modo de apoyar mis palabras.-¿Así que debo tomar lo que dices como un cumplido?-La manera en que hablé, la expresión en mi rostro y el encogerme de hombros y morder mi labio inferior le dieron a mi parlamento un aire inocente y tonto. Solía cambiar bruscamente de tono al hablar, pero me ocurría en especial si estaba ebrio o drogado. Y en la situación, me ocurrían ambas cosas.-Ya te he dicho que soy considerablemente bueno contigo, pero no suelo ser así. No está en mi naturaleza. A decir verdad, me mueve más el deseo de hacerte daño, aunque vengo reprimiéndolo bastante.-Asentí con la cabeza despacio, como procesando lo que acababa de decir.

- ¿Y siempre eres tan contradictorio? - cuestione - Tus actos no cuadran con tus palabras, dices que eres mas condecendiente conmigo que con cualquier otro pero apenas tuviste la oportunidad me obligas a pedir piedad, hablas de forma alagadora pero actuas con animal en celo ¿Eso tiene sentido para ti? - comence a deslizarme despacio debajo de el, paracia un tanto distraido asi que por que no aprovechar y poner un poco de distancia.

- Yo no te he pedido suplicar nada, Kenneth ¿o si? ¿Quien mas lo sabria? - se veia confundido, incluso su dolorosa accion habia parado pero me encontraba en el filo limite del enojo y el miedo, debia recordarme segundo a segundo esconder esa sensacion - Hablas de ser querido ..... ¿esta es la unica forma que conoces de hacerlo? - trage saliva esperando que mis palabras sirvieran de algo

Noté que se deslizaba de debajo de mi cuerpo, y también me aparté un poco. Sus palabras me llegaron despacio, lentas pero fuertes. Cada una de ellas hizo eco en mi mente por algunos segundos. Y no supe qué hacer. ¿Golpearlo? ¿matarlo? ¿abusar de él? ¿besarlo? Había infinidad de posibles reacciones a adoptar. Pero sencillamente no podía seguir deshaciéndome de lo que me causaba algún daño o representara una debilidad. Así es que decidí hacer frente a ello no con violencia, sino con espontaneidad. Comencé a dejar salir todos mis pensamientos de la jaula que representaba mi mente. Y las palabras expresaron exactamente lo que estaba sintiendo, sin más ni menos. Sin pensar en las consecuencias de ello.-He sido sincero contigo, Andy. Más que con nadie. Te dije cosas tan privadas... Tan... Íntimas... Cosas que nunca le había dicho a nadie. Cosas que ni siquiera me atrevía a conversar con mi conciencia. Tal vez ninguna de ellas tenga sentido para ti y nunca lo haya tenido. En realidad no creo que puedas entenderlas, ahora que lo pienso. Así como yo no puedo entenderlos a ustedes y sus sentimientos. Porque somos especialmente diferentes. Ustedes no sienten como nosotros, nosotros no sentimos como ustedes. Tenemos características completamente opuestas. Pero de verdad he heho lo mejor posible. Esta noche te he tratado de la mejor forma que sé. Creo que eso en realidad no es a lo que estás acostumbrado, o lo que esperabas de mí o de cualquier otra persona. Pero si solamente quisiera follarte, no hubiese hecho ninguna de esas cosas, tampoco estaría teniendo esta conversación aquí, ahora...-Dejé una pausa.-Lo que intento decir es que me comporto así porque es lo único que conozco. Es lo mejor que puedo hacer, como te dije, dada mi condición, dadas mi forma de pensar y de sentir... dada mi naturaleza.-No sonaba violento, sino apenado, resignado, inofensivo.-No puedes pretender que el Sol salga en la noche, Andy. Hay cosas que nunca van a ocurrir. Y debí saberlo. Debí saberlo mucho antes. Si hubiese sido así, muchas de las cosas qaue ocurrieron se hubieran podido evitar.-Por un momento, mi vista se perdió en otro tiempo...-Quizás siempre lo supe. Que humanos y ángeles no tienen nada que hacer juntos. Que de esas uniones sólo pueden resultar errores y cualquier clase de aberraciones. No es porque lo diga Dios o porque lo diga nadie, hablo de eso porque lo vi. De la peor forma, lo vi. Y aunque siempre lo supe, aún así y todo, decidí seguir intentando tontamente. Supongo que lo único que quería era conciliar lo que inevitablemente soy, y lo que anhelo ser en silencio.-Tragué profundo y sentí mi garganta reseca. Bajé la mirada.-No sé si aún estás entendiendo alguna de todas las palabras que digo... Pero he sido según mi modo, lo más considerado que puedo. Y acerca de lo de querer, no sé por qué demonios dije algo como eso, de verdad no tengo idea. Ese es un concepto humano y no se aplica en absoluto a nosotros. Sólo sé con certeza que, como te dije, mi instinto me hace querer hacerte daño. Pero hay otra cosa que me mueve, no sé qué sea. Pero ese algo es lo suficientemente fuerte como para que estés aquí ahora y me lleva a lo contrario A ser convaleciente contigo. A protegerte...-Lo había dicho. Todo lo que sentía y pensaba. Se lo había dicho todo. Estaba completamente desarmado ahora. Y ya no podía remediarlo.-Debería asesinarte ahora, después de todas las cosas que he dicho. No debería dejarte salir de este apartamento con vida. Sería uno de mis peores errores.-Observé.- Soy consciente de ello y aún así lo haré. No voy a atentar contra ti porque sé que de todas formas eso no me haría sentir mejor. Por primera vez en la vida, hacerle daño a alguien más no puede causarme placer en absoluto.-Dejé una prolongada pausa, mientras las ideas surgían de a poco en mi confundida mente y mientras le daba tiempo a él de asimilarlo todo.-No creo que hayas tenido en cuenta esta noche lo que soy, la forma en que eso me condiciona.-Suspiré y le vi directo a los ojos.-Las cosas que te dije, no son inventos, no son mentiras. Y todo ese odio en realidad sí está dentro de mí, latente a cada momento...Esperando una víctima incauta para hacerse con ella.-Mi tono fue especialmente sombrío, aunque luego perdió un poco de eso para volver a adquirir tristeza.-No soy la clase de individuo que quisieras tener a tu lado siempre. Lamento si en algún momento te di a entender lo contrario.-Mordí mi labio inferior. No solía pedir disculpas, y menos a un humano. Pero acababa de hacerlo, y estaba siendo en extremo sincero.

- ¿Es tan malo sentir emociones y demostrarlas?

Me quede mirándolo, tacito, ¿Como habíamos llegado a eso? Nunca hubiera pensado que una situación así se desencadenará a partir de una fortuita coincidencia en la playa - Eso es algo que aprecio - murmure - a menudo para las personas no soy alguien con la importancia que tu me has dado - me mordí el labio nervioso - Me parece que te tomas muy enserio lo que dices que eres, estas muy casado con cosas sobre sufrimiento y como causarlo, pero tu no siempre fuiste así, no siempre pensaste en eso, alguna vez amaste como lo que fuiste ..... un angel, dices que no sientes como nosotros los humanos y yo digo que no es cierto, ¿Como puedes sentir diferente? Simpatía, dolor, amor, ira .... es lo mismo siempre, quizá en diferente profundidad pero no en esencia.

Hice un movimiento mas para quedar relativamente mas cómodo - Quizá no debería preguntar pero ¿por que ser un caído? Haz dicho que te enamoraste y tu amor fue traicionado pero de allí al hecho de perder tus emociones para entrar al infierno ¿cual fue el camino? ¿Que te hizo perder la fé?

Yo hablando de perder fé cuando yo mismo la habia perdido hacia tiempo ... o quiza solo la habia cambiado por otra.

- ¿Quien esta atras de la mascara?¿Quien es el verdadero Kenneth?

-Es malo.-Respondí en tono seco.-Es muy malo. Para cualquiera, pero en especial para nosotros. Representa una debilidad, una grieta en nuestra fortaleza. Una mediante la cual van a atacarnos.-Bajé la mirada.-Debemos cuidarnos de todo y todos, no tenemos de otra. Somos guerreros, no lo olvides.-No estaba tan orgulloso de eso, no en aquel momento al menos. Tampoco me avergonzaba, simplemente no era algo de lo que quisiera presumir. Era una cruz, a ser sinceros.Me quedé mudo con sus siguientes palabras. Más que por lo que ellas significaban, por la certeza que llevaba su voz.-No lo sé...-Solté despacio.-No sé qué fue lo que ocurrió...-Dejé una breve pausa y miré hacia la nada, recordando los momentos vividos con mi amado. Recordando ese sentimiento que ya se me hacía tan lejano y ajeno.-Hubo algo. No sé si fue amor, obsesión, apego. No tengo la menor idea. Pero hubo algo una vez. Fue una casualidad estúpida. Yo allí... Luego empezó a hacer preguntas. No debíamos manifestarnos frente a ellos. Obviamente no tuve alternativa...-Fruncí el ceño, recordando cada detalle de la noche en que conocí a aquel joven. Fue en un callejón pobre, sucio y olvidado de Los Angeles. Estaba allí con un objetivo, nada demasiado serio. Tenía que acabar con un demonio de bajo rango. Había estado vigilándole, siguiéndole los pasos desde hacía días. Sigiloso, planeando el momento ideal para atacarle. Pues bien, aquella noche le encontré al acecho de un humano. Y fue ante el intento de asesinarlo que intervine y con movimientos certeros y veloces acabé con él. No había percibido mi presencia. Nada me movió aquella vez más que la obligación de cumplir con mi deber, y de proteger a tan frágil raza, la que teníamos a nuestro cuidado.-Pero llamaba mi atención... Y le dije muchas cosas. Debía haberlo curado y marchado inmediatamente. Pero hablamos. Creo que ese fue el gran error...-Dejé una breve pausa.-Supongo que no concebía la traición, o la cobardía. Eran cosas ajenas a mí. ¿Cómo podría la raza favorita de Dios hacer cosas como esas? Nunca lo hubiese pensado. Como sea, luego volvimos a vernos. LA puede ser una ciudad pequeña. Y supongo que todo comenzó después de eso.-Bajé la mirada y tragué profundo.-Y luego llegó ese maldito momento en que fui descubriendo cómo son en realidad las cosas. Que estoy solo. Que siempre lo he estado. Que mientras actuaba en función de un ideal, de mi ejército y blah blah, los demás actuaban cada quien sólo en función de sí mismos. Que no hay camino trazado, que lo haces mientras caminas. Que no hay bien ni mal, no objetivamente hablando. Que no le debo amor ni lealtad a nadie... Porque nadie los tuvo para mí. Simplemente, me desencanté de todo y todos. Y fue de la peor forma, con dolor y confusión. Tuve que morir para surgir de nuevo. Como un ser nuevo. Uno que se adapta a las condiciones que hay, porque es consciente de que no tiene otra forma de supervivencia.

u: Siento tardar tanto en responder T_T ahora si ya no va a volver a pasar lo aseguro >w<

Sonrei un poco.

- La verdad, la verdad no entendí ni la mitad de lo que dijiste hablas un tanto complicado para mi, y contradictorio, se lo que es ser un guerrero, se lo que no mostrar piedad .... pero también se que eso es un asco y que no puedes renuncia del todo a la estorbosa carga de un corazón.

Lo mire detenidamente unos segundos - menos tu, procedes de dios, mata a tu corazón, pisalo, hazlo pedazos y entiérralo pero aun así seguirá siendo una creación divina. Quizá esa es la razón por la que te odias tanto - tome un respiro - La prueba mas sencilla es que yo en mi insignificante existencia te hago dudar de tu temple.

Me acerque un poco a el gateando sobre la cama.

- Realmente si pides las cosas de una forma amable el mundo te abrirá un sin fin de posibilidades - tome su rostro en mis manos y pegue mis labios a los suyos - ¿Acaso un guerrero no puede bajar la guarda una vez en su vida? Hay momentos que valen la pena aunque solo sean banales y sin sentido - susurre en sus labios -  Solo dilo de la forma correcta

OFF: No te preocupes, yo también me tomo mi tiempo a veces. Contestas en la medida de lo posible,conmigo no hay bronca

 
Sentí sus cálidos labios sobre los míos y no tardé en responderle, aunque no de forma intensa, esta vez fue un beso suave.-Sabía que no entenderías, no te esfuerces. Bueno, ustedes no son como nosotros, ya lo dije.¿Como podrías sólo tener una idea de lo que hablo?-No era un reclamo ni un lamento, solo una observación, un pensamiento en voz alta. Frunzo el ceño al oír sus palabras, sin saber del todo como reaccionar.-No entiendo por qué estoy escuchándote. Quiero decir, han habido muchas personas que me resultaron atractivas, pero no a todas ellas les he prestado la atención que a ti. Y cabe destacar que nunca escucho a nadie, menos si de humanos se trata. Pero tú...-¿Podía ser que llevara la razón en sus palabras?¿Podía un insignificante y repugnante humano saber más de mí que yo mismo? Bueno, no sabía quién era. Eso no lo podía negar ni ocultar. Pero, ¿cómo era que me manifestaba de forma tan clara para el jovenzuelo aquél?-Entonces qué, ¿estás diciendo que si quieres algo de alguien simplemente se lo pudes sin ninguna clase de amenaza o daño físico y lo hace sólo así? Oye, disculpa que lo diga, pero eso parece imposible. De donde yo vengo, nada es tan fácil. Nadie te da nada “por la bondad de su corazón”. Si deseas algo, deberás demostrar que tienes los cojones y la astucia para hacerlo tuyo y que permanezca siendo así hasta que alguien más fuerte que tú decida quitártelo. Fuimos creados para matar, somos salvajes, no lo olvides. Y acerca de lo que dices de mi... corazón o, bueno, como sea...En realidad nunca creí tenerlo. Eso nos decían... Una vez intenté hacer algo que hace la gente que tiene uno de esos, y... no funcionó. Tal vez los sentimientos no son lo nuestro... Pero reconozco que en cierto punto hasta parece a veces como si...-Tragué con dificultad. ¿Por qué iba a confesarle algo como eso?- A veces duele como si poseyéramos alma. Una compleja, así como la suya...-Frunzo la boca.-Es muy extraño.-Froto mi barbilla y lo miro.

- Bueno quiza no soy tan humano como creemos, uno nunca sabe, siempre existe una excepción a todo  - Respire y me senté sobre la cama antes de recostarme en ella con los brazos extendidos - blah, blah, blah, hablas demasiado actúas poco, yo creo que ese es tu problema Kenneth, piensas mucho en las cosas, te aferras a lo que debes hacer o a quien debes hacer, tienes muchas cosas en la cabeza a la que les das vuelta. siempre eres asi? - puse las manos sobre mi vientre.

- Y por otro lado no te digo que siempre la respuesta sera si pero sin duda las palabras correctas pueden abrirte un mundo de posibilidades, contéstame una cosa que has logrado usando la fuerza aparte de toda esa amargura? - Hice una pausa - aunque quizá seas de esos que disfruten con el dolor ajeno y esas cosas ... ¿lo eres? Por que de ser así te veo muy miserable con una vida que debería darte placer

-Eso es quizás porque ustedes nunca piensan en nada. Hacen lo que les viene en gana, en cualquier momento. Pero de todos modos, la respuesta es no. No siempre pienso antes de actuar, aunque lo intento. Soy un estratega, no se supone que simplemente salte a ciegas. ¿O te crees que en medio de toda esta destrucción y en este mundo de mierda se sobrevive por accidente?-(Bueno... Tal parece que ese es tu caso, porque con tanta inocencia, no sé qué tanto puedas durar... O tal vez tengas a alguien que vele por ti, no lo sé...)-Sacudí la cabeza.-Claro que si siempre pensara antes de actuar, no hubiese cometido tantos errores... Si pensara antes de actuar, no estaríamos aquí. No así. No ahora.-Fruncí el ceño, pensando en cada una de mis palabras. Era cierto lo que decía. ¿Quién en su sano juicio vuelve a juntarse con humanos después de la experiencia que tuve con uno de ellos? Nadie, por supuesto. Sin embargo, yo estaba haciéndolo. ¿Y qué sentido había en ello? Tal vez sencillamente ya estaba tan lleno de resentimientos, que necesitaba hacer algo tonto. Sabía que no me llevaría a ninguna parte, pero no me importaba. Preguntó qué había logrado con la fuerza, y la verdad, la respuesta se me hizo demasiado obvia.-Sobrevivir.-Solté decidido. Eso no podía ponerse en duda.-Como te dije, es la única forma que conozco de asegurarme la vida, y funciona. Así es que, ni modo, la fuerza es mi arma.-Su siguiente parlamento congeló mi piel. Su voz resonó en mi cabeza por un instante, y no supe qué decir. Pero no podía sólo permanecer en silencio.-No lo sé...-Dejé escapar sin verle al rostro.-Mentiría si dijera que no disfruto del sufrimiento ajeno, pero...-¿Era eso suficiente para hacerme feliz?...Suspiré y me recosté en la cama con la mirada puesta en el techo.-Todo es tan complejo...