beauty killed the beast +18 priv

Acepté su beso saboreándolo, sabía que estaría sin verlo al menos unas semanas. Si bien, sabía que no estaría solo e intentaría hacer de ella una chica con glamour, algún punto sofisticado, sin dejar su caracter salvaje a un lado, aunque algo más domado para que no echara a los chicos de su lado con una mala mirada.

-Me visto y nos movemos.-dije antes de tomar sus productos.-Intentaré asemejar sus aromas.

Me fui hacia la habitación tomando mi ropa, acomodándola con calma ya que era fácil de quitar y complicado de poner. Cuando acabé de vestirme recogí mis cabellos dejando algunos apliques que se habían caído al suelo en algún movimiento con Jonte.

Le mire con una sonrisa triste porque sabía que se extrañarían, pero yo necesitaba algo mas que libertad.
Deje que cogiera mis productos y cuando se puso a vestir abrí el armario y cogí un corsé negro y una minifalda negra, unas braguitas también negras, las medias de rejilla y las botas poniéndome las cosas con calma.

Ronronee y me puse unas mechas de color rosa a los lados, me gire hacia él sonriendo.

Lista~

-Entonces todo perfecto.-dije girándome para contemplarla.-Después te enseñaré como soy sin esta apariencia, bueno una de ellas. La apariencia de dragón la dejaremos para cuando vayamos a Japón.-comenté antes de estrecharla entre mis brazos.-Cuidaré bien de ti.-dije besando su mejilla.-Sólo intenta obedecer e intenta no meterte en líos, creo que tu padre te dará voto de confianza y debes sacar partido de ello.

Jonte era bueno, aunque rezara como un demonio. Era un buen hombre. Tomé su mano como si fuera una niña, entrelacé finalmente mi brazo con el suyo y eché a caminar.

-Iremos primero a por dulces, después los tomaremos y haremos lista de todos los aromas que te agradan... luego miraré en mi libro de pociones y hechizos... tomaremos los geles que sean para cuidar tu piel, mejorar tu recuperación tras un combate y atracción de hombres hacia ti.-iba diciendo eso hasta llevarla a la puerta.

Le abrace también cerrando los ojos con una sonrisa.
Deje que me tomara la mano mientras decía todo aquello, sonreía de tener a un amigo que tolerase mi genio.

Intentare no meterme en líos cuando esté contigo, me portare bien y obedeceré lo que digas como buena niña -sonreí poniendo cara de niña buena.

Me encantó la idea de ir a por dulces, quería muchos y de todos los sabores.

Dulces~~ muchos dulceeess~~ - comencé a canturrear alegre.

Comencé a reír como jamás lo había hecho desde niño, al menos no recordaba que riera así en público. Bajamos hacia la calle, a dos manzanas estaba la tienda donde solía comprar aquellos manjares y a dos pequeñas calles, casi minúsculas, mi tienda.

-Sí, muchos dulces.-dije sonriendo con las mejillas sonrojadas, deseando comer unos milhojas y quizás algunos de tarta de manzana.

Me costaba mucho elegir mis dulces favoritos, todos me parecían perfectos. Incluso los que eran de cabello de ángel y nada más.

Era ya como un amigo, ahora ya podía escoger mis propios dulces así él se comería los suyos tranquilamente.
Le mire aun con cara de niña buena mezclada en forma de gatita.
Oyeee me puedo quedar con Sammy - parpadee con carita de niña refiriendome a samantha

-Cariño, Samantha tiene unos cuidados muy específicos. Te podrás quedar con ella cuando aprendas a cuidarla, en un mes quizás podrás incluso sacarla a pasear sin que se vuelva loca. Ha tenido varios dueños.-dije con cierto dolor.-Todos intentan propasarse con ella, se olvidan que su envoltura sólo es un hechizo y en realidad es un animal asustadizo.-murmuré antes de sonreír.-Te daré a Samantha en cuanto aprendas todo sobre ella, así quizás pueda defenderte en algún ataque.-besé su mejilla y seguí caminando.

Era lo mejor, educar a ambas para que fueran una en momento de peligro. No quería que fueran débiles y a Lauren la veía débil en algunos sentidos, no en todos, y deseaba que fuera fuerte y paciente. Ambas tenían que ser más sosegadas y concienzudas. Sí, unirlas como ama y mascota sería lo mejor para ellas.

Le mire cuando dijo aquello, eso significaba que si lo sabia todo sobre sus cuidados y de ella y si me portaba bien y hacia lo que Daichi decía al final si podría quedarme con Sammy.

Wiiiiiii!!! - di un salto colgandome de su cuello comenzando a darle muchos besos en la mejilla.
Luego me baje e hice como si nada caminando hacia la pastelería que quedaba poco para llegar - dulceees~~

Reí bajo tras salir del pasmo. Me parecía tierna y eso hacía que la viera como una niña.

-He pensado que mañana podemos hacer pasteles.-dije tomándola de la mano.-De chocolate relleno de fresas o de vainilla y chocolate blanco.-comenté antes de tirar de ella.-¿Sabes? Lo pasé mal cuando os fuisteis preocupado por ti y con celos por culpa de tu padre.

Valee seguro que es divertido - sonreí dejando que me tomara las manos y luego me puse a pensar en eso que dijo pero sonreí mas.
A mi no me pasó nada... Pero te puedo decir que gracias a mi no disfruto mucho con la brujita porque no dejaba de pensar en ti y yo de paso le enviaba imágenes tuyas de como sería hacerlo de mil maneras... -susurre lo último sonrojandome y mirando hacia otro lado por eso.

No supe si reír o llorar de rabia, porque mientras yo le echaba de menos él se tiraba a una idiota. Yo no era una mujer, ni lo iba a ser. Yo sólo era un ser extraño que no sabía siquiera ser expresivo.

-Gracias cariño.-dije antes de besar su mejilla- Yo cuudaré bien de ti.-susurré antes de abrazarla y besar su frente-Mañana te haré un pastel de chocolate

Suspire triste porque note aquello de él, agache la mirada dejando que me diera un beso en la frente escuchando que decía que me haría un pastel de chocolate.

Siento eso...Pero al menos tu le tienes a él y te quiere de verdad- sonreí y le di un besito cerca de los labios. Suspire de nuevo y abrí la puerta de la pastelería.

Sus besos me hacían desear abrazarla y decirle que todo iría bien. Entramos en la pastelería y de los productos para repostería tomé los necesarios para el pastel.

-Elije los que quieras, pero sólo para hoy mañana haré yo.-dije antes de mirar los milhojas con una sonrisa golosa.-Yo dos milhojas y un pozo de los deseos.-era un gran tubo de galleta de canela con merengue y cacao espolvoreado.

Me quede mirando el mostrador mientras él cogía las cosas para mañana, me pasee mirando todos los bollos y pasteles que habían allí.

Quiero un bollito de nata, de chocolate, de fresas, de crema... -dije mientras los mostraba con el dedo indice y una sonrisa.
Mire a Daichi sonriendo como niña buena aun esperando que aceptara todos esos para mi

Me giré escuchándola mientras recordaba la receta. Sonreí al ver su mirada dulce e inocente, pero volví a la frialdad habitual cuando noté que salía el dependiente.

-Dos milhojas, un pozo y lo que ella quiera. Será para llevar.-dije dejando los productos en la encimera.-Y también cóbreme esto.-le miré duro esperando que empezara a cobrar.

Solté una risita al ver como cambiaba su carácter al ver al dependiente cuando salió. Cuando me miró le dije los bollitos que quería y luego fui hacia Daichi agarrándole bien del brazo, ronronee cerrando los ojos esperando a que el dependiente guardara bien mis bollitos en una bolsa para que nos lo lleváramos.

Creo que nos mudaremos a tu tienda, así podré estar con Sammy mas tiempo - dije mirándole desde donde estaba sonriendo

Asentí cuando dijo aquello, acariciando sus cabellos antes de besar su frente. Tomé las bolsas dejando las monedas y billetes justos que mostraba el tiket.

-Podrás tener tu propio cuarto, tengo el de mi abuelo... Para tus cosas. Porque si quieres puedes dormir conmigo.-dije antes de girarme y caminar con mi porte normal, elegante y sensual como si no existiera tiempo.

Supongo que quien querrá dormir contigo será Jonte, a mi no me importa - me encogí de hombros sin dejar su brazo.

Camine también con tranquilidad como él, viendo que algunos que pasaban por nuestro lado se nos quedaban mirando.

Si tuviera un cuerpo no os molestaría e iría a la mía buscando compañía - murmure cerrando levemente los ojos y suspirando, me gire hacia la bolsa y olisquee el aroma de los dulces.

-Es una de mis promesas, hacia ti y hacia tu padre. Necesitas un cuerpo.-susurré antes de girarme.-Solo temo que cambie tu rostro, tus ojos o tu voz... Eso quizás hace que te entristezcas.-dije antes besando su mejillas.-Necesitas un hombre que no sea tu padre, uno que sea listo y atractivo. Listo para que vea lo valiosa que eres, lo de atractivo es porque nadie quiere un cardo.-reí al decir eso mientras abría la puerta de la tienda.-Ahora yo tambien soy tu padre, tómalo así... Como uno que no te regaña.

Sonreí mirándole con cara de gatita y cerré un poco los ojos.
Yo quiero un cuerpo, me da igual que cambie mi cuerpo y esas cosas, solo tener un cuerpo -ronronee y le di un besito. -No te esfuerces mucho con encontrarme un cuerpo, papi, ya llegara - le acaricie la mejilla y entre en la tienda viendo que los animales me miraban.

Me hacía sentir extraño, pero era hermoso a la vez. Era una de esas sensaciones que no creí tener hacia una mujer, la quería pero de una forma distinta a Jonte. Yo a Jonte no quería cuidarlo, quería que me cuidara. Con ella era todo distinto, además desprendía dulzura a pesar de ser un demonio.

-Ve con Samantha.-dije.-Estará en mi cama, pasa el día allí.-comenté notando como alguno de mis animales la rodeaban igual que a mí.-En mi armario hay algo para ti, es un regalo.

Era un aplique para el pelo en forma de mariposa, era violeta y con bordes negros. La había creado con una que murió en mi vivero, la disequé y coloqué en un aplique para ella. Cuando un insecto o animal moría usualmente si podía lo revivía y si no... usaba su esencia para sanar a otros. Si bien, con las mariposas no podía hacer nada. Ellas vivían poco.

-Ve y dime si te gusta... está en una pequeña caja que además es joyero, también para ti.

Acariciaba la cabeza de los animalitos sonriendo, cuando dijo que fuera con Sammy le mire con ilusión escuchando que decía que había un regalo para mi. Le di un beso en la mejilla.

Vooooyyyy - grite corriendo hacia la habitación, abrí la puerta y la vi tumbada en la cama, me subí a esta - Sammy!! me extrañaste? siii? - pregunte acariciándole la cabeza y abrazándola, le di un besito y luego fui al armario buscando el joyero, lo encontré y lo abrí viendo la mariposa. La olisquee y luego regrese con Sammy dándole mimos.

Entré en mi habitación tras alimentar a las sirenas, ellas tomaron la comida de la bandeja nada más dejarla en el borde. Mis ojos se quedaron fijos en los tanques, pensaba que cuando Jonte estuviera tendría que poner mil candados al lugar. Suspiré pesado antes de recorrer el pasillo y entrar en mi cuarto.

-Veo que ambas os echasteis de menos.-susurré entrando para tomar el aplique.

Agarré los cabellos de Lauren, atándolos con cuidado y dejando descubierto un lado. La mariposa quedó en su lugar aparentando estar viva y haberse posado simplemente para descansar.

-Te haré varios, para el kimono que tengo encargado para ti.-dije con una leve sonrisa.-Deseo verte con uno, quiero ver como queda y si te gusta podrás lucirlo cuanto quieras.

Le rascaba la pancita mirándola sonriente dejando que Daichi me pusiera el aplique escuchando lo que decía.

Shiii- me gire para mirarle y le abrace ronroneando con los ojos cerrados.
Podré ponérmelo cuando estemos en Japón - deje de abrazarlo y volví a prestarle atención a Sammy

-Sí, así es amor.-dije acariciando sus cabellos.-Sólo desearía encontrar la solución al problema, a tu problema, antes de ir y que tu padre pueda disfrutar de verte de esa forma. Me gustaría que él pudiera conversar contigo frente a frente, poder ver como se marca tu frente cuando te molestas y como mueves casi todo el cuerpo al escuchar las palabras mágicas... "pastel" "dulce"-reí bajo antes de besar su mejilla.-Mañana empezaré a indagar, mi abuelo logró algo similar en mí... recuerdo que me dijo que usó el cuerpo de su hijo, que yo soy su hijo reencarnado. Pero no sé cuánto de cierto hay en eso, lo desconozco.

En realidad era una extraña mezcla, pero desconocía el resto. Era un experimento para revivir a su hijo mezclando animales para hacerlo más letal, más fuerte y sobretodo independiente. Pero al verme nacer nuevamente su protección se volvió excesiva y asfixiante, ahora lo veía pero hasta hacía unos meses para mí él sólo me vigilaba desde lejos.