beauty killed the beast +18 priv

-En mi país no se toca a las personas, el saludo respeta las distancias.-comenté tomando una de las rosas, preguntándome si con ella y canela podría hacer un perfume agradable.

Me arrodillé frente al rosal comenzando a cortar varias rosas, tanto rojas como blancas, así como varias ramas de canela y romero. Usaría tantos ingredientes naturales como pudiera. Necesitaba cremas, colonias y geles que fueran más agradables. Además, haría otros con aromas más masculinos para Jonte. Era mi forma de agradecer que quedaran a mi lado.

-Además, detesto que me toquen. Siempre me han visto como un ser al cual amedrentar, desconocen mi poder y mi orgullo.-entrecerré los ojos contemplando las margaritas. De ellas había sacado miel mis abejas. Tenía varios frascos en mi despensa.

Me alejé de ella tomando moras, haría algo con ellas. Pensé en una mermelada, pero supuse que bañadas en chocolate quedarían más apetitosas.

Los Japos son muy raros - dije haciendo media mueca.
Suspire y me senté en la hierba cerca de las rosas para esperarle, no quería curiosear mas, si era un jardín secreto sería secreto aunque ya había visto un poquito.
Olisquee la rosa que tenia al lado recordando las que siempre me comía cuanto papa le traía a mama de regalo, estaban ricas. Reí levemente y me puse a acariciar las hierbas que tenia delante.

Regresé con la cesta llena de productos. Acomodé mi ropa puesto que sentía que estaba algo más delgado. El tiempo que estuvo Jonte fuera prácticamente lo usé para estudiar, casi no me alimentaba salvo por algunos dulces o frutas.

-Ya tenemos todo.-dije mostrando la cesta con una sonrisa dulce.-Ahora me retiraré a elaborar los productos y veremos que sale.

Mire la cesta y olisquee los aromas mezclados, sonreí mirándole y me levante.

Puedo ir a jugar con Sammy? - parpadee con cara de niña buena.

Camine hacia afuera del jardín donde estaban mis zapatitos, pero no me los puse los cogí y seguí por el pasillo viendo a Sammy moviendo su cola, sonreí y moví la mano en saludo.

Dejé que fuera con Samantha, mejor era que no viera mis conjuros todavía. No quería que un día quisiera investigar, los usara y saliera mal. Podíamos salir todos por los aires o hacer un cambio en su cuerpo que no sería agradable. No quería que Jonte pensara que no la cuidaba, que no vigilaba sus acciones, así que pedí a una de mis aves que la vigilara.

Fui a mi habitación, puse los frascos en la mesa y comencé a sacar cosas de la cesta. Lo primero fue los productos que debía machacar, herbir y dejar reposar. De las flores sacaría algo de polen para imitar a la miel, porque la miel en sí la usaría para más tarde para un producto calmante de heridas, sabía que cicatrizaba rápido pero siempre era bueno dejar un cicatrizante que calmara ese escozor. Además, dejaba la piel suave.

Pasadas unas tres horas comencé a etiquetar todo, prácticamente estaba hecho. Había delantado la hora del reposo, así como algunos mecanismos de fabricación. No tenía que estar más de tres días, todo porque mis conjuros valían para algo.

-Y ahora un amuleto.-susurré buscando una bolsita para meter una piedra preciosa que le daría suerte, sería su talismán, y quizás de ese modo encontrara alguien que la amara.

Fui al salón con Sammy y recogí la mesa, limpie las tacitas y la tetera y luego de secarlas guarde estas en su lugar. Regresamos al salón y aparte la mesa para jugar con la pelota y Sammy con algún que otro animalito que se apuntaba a un bombardeo.

No sabía cuanto tiempo había estado jugando con ellos que termine tirada en el suelo acurrucada en el costado de Sammy y rodeada de dos tigres dormida soltando gruñidos con los de ellos.

Terminé con todo después de cinco largas horas. Dejé todo en una cesta a parte, llevé las moras a la cocina y al pasar por el salón sonreí. Estaban dormidos casi en la entrada a mi tienda, todos alrededor de ella. Jamás se habían portado tan enérgicos y a la vez calmados con un ser. Sabía que ella tenía algo especial.

Noté que había recogido todo, me había ayudado incluso con aquello. Así que decidí preparar una tarta de moras. Estaría fría y en su punto a la mañana siguiente, tendríamos un desayuno calórico.

Me desperté al escuchar ruidos procedentes de la cocina por lo que me estiré bostezando viendo a Sammy a mi lado, sonreí y me teletransporte a la cocina viendo que estaba haciendo un pastel.

Tengo hambre - volví a bostezar buscando un baso para ponerme aguita. - A sido divertido - sonreí rascando un poco el brazo encima de un arañazo ya curado y cicatrizado.

-Los productos los he acabado.-dije terminando de verter la masa en el molde.-He pensado que te gustaría el molde redondo, es más grande.-comenté mostrándoselo.-Tendrá moras por encima, pero eso cuando ya esté la masa subida mezclada con una crema especial familiar.

Dejé el recipiente en el horno, me quité el delantal y la abracé. Tomé su rostro entre mis extrañas garras, acariciando sus mejillas y apartando sus cabellos. Se veía preciosa, aunque sabía que muy en el fondo quería avandonar ese cuerpo y tener el suyo propio.

-Ve a mi cuarto, hay una cesta de productos para ti... tienen un lazo morado.

Mire el molde redondo cuando me lo mostró y sonreí pasando la lengua por mis labios, vi que metía el molde en el horno y bebí un sorbo de agua dejando el baso cuando me abrazo correspondiendo y cerrando los ojos.
Sonreí mirándole cuando me acaricio las mejillas, y le acaricie suave los labios.

Cuantas horas habré dormido? - me rasque la cabeza con el ceño fruncido. Hice aparecer mi cepillo y comencé a peinarme de camino a la habitación, quería ver lo que había hecho y olerlos para saber que tenían. Me senté en la cama poniendo delante de mi la cesta y cogí el pintalabios viendo que era de color rojo, olisquee y olían a los frutos rojos, olía rico.

Ya había anochecido, prácticamente, y supuse que había dormido al menos cinco horas. Mientras se dedicaba a olisquear, rebuscar y probar... yo me dedicaría a realizar la cena. Dejé pasta cociéndose y limpié verduras, para después alimentar a los animales. Todos parecían agotados así que no hacían jaleo.

-Voy a tener que cansarlos con mayor frecuencia.-murmuré antes de marcharme a la cocina.

La cena sería sencilla. Pasta con verduras y salsa especial, así como un cuenco de frutas y unos jugos de piña y coco gracias a la licuadora. Yo no tomaba carne, no para mí. Pero sabía que para ella otro dría tendría que cocinar algo adecuado.

Todos huelen rico - murmure con cierto aire de curiosidad llevando un dedo al pintalabios que había cogido al principio y luego pase la lengua sobre la pintura para ver si sabía a las frutas.

Hice una mueca, sabia a las frutas, luego escuche que dijo de cansar mas a los animales, y me sonroje sin saber si pedir perdón o que.

Fue un divertido placer - sonreí abriendo otro frasco y lo primero que llego a mi nariz fue la canela y la miel - Que bien huele todo - ronronee y luego fui a la cocina viendo que estaba haciendo pasta - rico...

-Tendré que aprender a preparar algo de carne, yo soy vegetariano.-dije moviendo la pasta.-Me sentaría mal comer carne.

En realidad, si tomaba carne mi lado dragón despertaba y tardaba semanas en volver a tener mi forma habitual. Me costaba mucho mantenerme como humano, no como un enorme animal que lanza llamas heladas. Porque ese era mi poder como dragón, llamaradas heladas.

Ya había sacado la tarta del horno, pero estaba caliente aún para decorar. No comeríamos eso en el postre, sería para la mañana.

-Hay de postre fruta, para el desayuno tomaremos tarta de moras.

Ah! no te preocupes, tu solo compra carne, ya la hago yo - sonreí olisqueando la masa humeante casi metiendo el hocico dentro.

Puse media cara de asco cuando dijo fruta pero suspire con resignación mirando las frutas. Luego mire la pasta y también la olisquee.

Puedes hacer salsa de tomate con atún de lata? - puse cara de gatita lamiendo mis labios.

-No tengo atún, debo comprar.-comenté terminando la vechamel con verduras.

Tenía un sabor algo picante, muy atractivo, y como eran de mi pequeño jardín eran extramadamente tiernas, jugosas y con un toque distinto.

-No tenía nada preparado, pero es algo que te gustará. La fruta es buena si se le añade almibar o nata.-comenté mostrándole el cuenco con un poco de almibar.-Incluso puedes tomar fresas con chocolate si lo deseas. Pero ahora no tengo salsa con atún.-murmuré mostrándole la pasta con la salsa que había hecho.-Pero creo que esto te gustará.

Oh... mmm... bueno no importa, igual huele rico - sonreí moviendo mi cuerpo hacia los lados suavemente.

Olisquee la vechamel cerrando los ojos y luego me lamí con la idea de fresas con chocolate.
Fresas con chocolateee!! - di un leve saltito y saque los platos para que pusiera la pasta. Ya me conocía casi donde estaban todas las cosas puestas.

Eché un buen plato para ella, igual que para mí. No habíamos comido nada excepto los dulces. Necesitábamos alimentarnos, y aquello era nuestro almuerzo y cena.

-Tomaremos esto e iremos a la cama, al menos yo sí.-dije con el rostro algo cansado, nada para lo que realmente estaba. Me sentía agotado, tanta magia usada y el sexo me habían provocado estar como si me hubieran dado una paliza.

Claro - sonreí cogiendo mi plato de pasta y fui a la mesa ya que la había vuelto a poner bien después de olisquear mis cositas.

Me senté en el cojín delante de él como siempre, vi que Sammy se ponía a mi lado junto con las panteras chica, les rasque la cabeza antes de ponerme a comer ya que esperaba a que Daichi se sentara.

Sabes, cuando tenga un cuerpo podría ayudarte con la tienda... Bueno si quieres - sonreí y bebí mas agua, tenía sed estos últimos minutos.

-Podrías ayudarme a alimentarlos, me cuesta mucho trabajo a veces.-dije acomodándome en mi lugar, dejando que mi ropa cayera con cierto encanto. La tranquilidad de mis actos, más bien la frialdad de estos, era notable.-También a limpiar y ordenar.-susurré antes de comenzar a tomar pequeños bocados y tragos.

Comía siempre con cautela, como si el alimento estuviera vivo, y era porque me perdía en mis pensamientos junto a mi frialdad aparente.

-Y también podrías ayudarme con Jonte, traigo todo tipo de compradores a mi tienda... algunos son castigados por su estupidez y otros recompensados por cuidar bien a mis criaturas... no quiero que los atormente, asuste o expulse y tú también deberías tener en cuenta eso.

Comencé a comer la pasta con tranquilidad escuchando lo que decía, sonreí levemente asintiendo.

Vale, me gustaría mucho, me llevo bien con todos - mire un momento a Sammy y sonreí. - Pero eso de Jonte tendrás que hablar-lo tu con él, sois pareja a fin de cuentas no? - sonreí y bebí un poco de agua comiendo de nuevo la rica pasta con la bechamel

-Ya, pero mejor que se lo digamos los dos y le quede claro.-comenté antes de mirar la comida, ya no tenía apetito y había tomado bastante poco.

Solía comer muy poco, era de tomar muchos dulces y fruta pero poca comida. Coloqué mis manos sobre mis rodillas, agaché la mirada y me quedé pensando. Necesitaba poner en orden mis ideas, nunca había sentido nada así y me provocaba pavor que se marchara.

Vale, no hay bronca - sonreí levemente comiendo lo que quedaba de pasta viendo que no se terminaba la suya.
Papi se enfadara si ve que no comes comida - reí y me levante cogiendo los platos para dejarlos en la cocina, cogí la fuente con la fruta y la llevé a la mesa. - Luego a mimi

-Pues tu padre debería saber que como poco, soy más de fruta y los almuerzos, como cenas, son escasos.-dije como respuesta.

Comía poco, pero aún menos lo hacía con esos miedos que tenía. Sentía que me podía dejar, irse con cualquier mujer y a mí usadme para poseer el cariño que no sabían darle. No era de esos que "al menos vuelve conmigo" porque me hacía daño pensar de esa forma, no quería creer que él se fuera y volviera porque me amara... si me quería, aunque no fuera amor, que se quedara conmigo.

Sonreí levemente y le acaricie la cabeza, notaba el miedo que tenía que papi se fuera con cualquier mujer. Me senté en mi sitio cogiendo una pera y mordisquearla.

Desde que mataron a mama odio a las mujeres, si Jonte se va con alguna de ellas y no la mata sabe que seré yo quien lo haga. Perdieron todo mi respeto al matar a mama por celos, Camille era a quien amaba mas - suspire cerrando los ojos. Yo no vi como la mataban pero pensar que no estaba me hizo volver la princesa destructiva que era ahora.
- Puede que escuches que la reina del caos sea Hella, pero la princesa soy yo. - sonreí dulcemente comiendo mas pera

-No es eso, es que yo no quiero a otro hombre en mi cama y a él parece que eso de jugar se le da bien.-murmuré aún con los ojos llenos de tristeza.-Las mujeres para mí no son agradables si no son niñas o animales, la mayoría siempre me ha tratado con desprecio y con la misma moneda pago.-comenté antes de levantarme para caminar despacio por la habitación.

Estaba nervioso, aunque mi aspecto frío no mostraba siquiera como me sentía o pudiera hacerlo. Mis ojos estaban clavados en el suelo, justo en mis pies, los cuales estaban descalzos desde hacía un buen rato. Las uñas de mis pies eran aún más extrañas que las de mis manos, parte de mis escamas más extrañas recubrían mis tobillos y parte de mis dedos.

-Me da cierto asco tener que pensar que comparto a quien amo con ellas.