beauty killed the beast +18 priv

Suspire con los ojos cerrados terminando la pera, me levante caminando hacia él y le acaricie la mejilla sonriendo levemente.

No creo que vaya a irse con otra mujer, estarás dispuesto a darle tu energía? Por eso te decía que tendrías que comer más. No creo que te deje- me puse de puntillas para abrazarle mejor y darle un beso en la mejilla

-Suelo comer lo necesario para mi organismo.-susurré antes de apoyar mis manos en una jaula de ave vacía.

El ave que allí había estado había muerto solo, sin pareja, jamás pude hacerle una compañera. Un ave tan hermosa había terminado siendo pasto del tiempo, del desconsuelo y de una soledad que se pegaba a mí con rabia. Jonte me había mostrado que era no estar solo, ahora ya no deseaba estarlo.

-Si él necesita tomarla de mí yo comeré lo suficiente para ambos, soy más poderoso y menos frágil de todo lo que aparento.-siseé abriendo la jaula y cerrándola de nuevo.-Debería buscar un nuevo ave... pero lo haré cuando regrese Jonte... y tú poseas un cuerpo.-siempre buscaba nuevas criaturas, incluso algunas que ya habían sido dadas por desaparecidas.

Suspire cerrando los ojos y comencé a rascar detrás de la oreja a Sammy escuchando lo que decía.

Mañana iré a dar un paseo buscare algo interesante, toma - le di un móvil que había comprado hacía unas semanas. - Así podrás saber donde estoy - sonreí jugueteando con el mio, y con Sammy.

-Nunca he usado uno.-dije tomándolo de sus manos, inspeccionándolo con cierto interés.-¿Cómo funciona?-preguté olfateándolo.

Se encendió mostrando música y lo dejé en la mesa. Estaba criado en una vida prácticamente medieval, vivía en un mundo donde la tecnología sólo se usaba para ciertos avances científicos, no para la vida cotidiana.

Reí por su reacción cogí el móvil y le dí a mostrar el mensaje que le había enviado.

Cuando suene la música le das a mostrar, y puedes leer el mensaje que te envíe, luego le das a este para escribir la respuesta con estas teclas, luego le das a enviar pones el numero que hay con mi nombre y me llegará al mio - le mire esperando que hubiera entendido al menos eso. - No es tan difícil luego de varias veces

-Nunca necesité uno, siempre usé el de rueda.-era un viejo teléfono estilo 1950, tenía una rueda que se giraba y un sonido clásico.

Estaba acostumbrado a él, puesto que no tenía que llamar a nadie salvo a mis clientes. Aquellos que sabían de mi venían a mi tienda, pocos llamaban por teléfono y cuando lo hacían era porque la muerte les asechaba.

-Aprenderé, sé aprender rápido.-murmuré mirándolo fijamente.-No debe ser tan difícil.-dije antes de sentarme de nuevo.-¿Y esto de juegos?-pregunté mostrándole la pantalla.-¿Juegos? ¿Qué tipo de juegos?

Sonreí levemente y me puse a su lado mirando la pantalla enorme, reí levemente.

Tenían unos juegos de última generación, pero no me gustaban así que los borre y piratee unos juegos antiguos... un puzzle, el juego de la serpiente... uno de unas naves... - me encogí de hombros señalando los juegos que salían en la pantalla. -Puede que te gusten, son clásicos pero se ven bien

-Ah, recreativos.

Cuando era sólo un niño siempre había visto a los demás jugar a esos juegos en los recreativos, mi abuelo siempre me dijo que eran para bárbaros y que pudrían el cerebro. Pero yo siempre quise probarlo, al menos intentarlo. Con mis largasuñas no podía hacer mucho, sólo pulsar algunas teclas con dificultad.

-Ah, no puedo con mis garras.-comenté dejando el móvil en el bolsillo.-Y no me digas de cortarlas, son más duras que el acero.-susurré mirándolas.-Además son mi orgullo.

No había pensado nada tranquilo - sonreí mirando sus manos y suspire cerrando los ojos.
Me levante y cogí la fuente dejando una manzana encima de la mesa para que se la comiera mientras me ponía a fregar los platos y las cosas que había utilizado para hacer la comida. No quería ser inútil que no hacia nada.
Cuando termine de sacar todo regrese al salón espachurrando a Sammy.

Quería jugar, incluso destrozar el móvil para ver su funcionamiento, pero mis manos eran de animal aunque parecieran delicadas. Me frustraba aquello, quería sentirme un poco niño porque jamás lo había sido. Suspiré pesado mirando la manzana, moviéndola sobre la mesa y allí me quedé pelándola con mis uñas como navaja, para luego comerla lentamente.

-Nunca he sido un niño.-murmuré cuando aúno estaba.

Cuando la vi abrazar a Samantha sonreí leve, ellas parecían comprenderse y supuse que sería una de las bendiciones de ser un animal, encontrar un dueño que realmente te quisiera como un igual.

A todo esto, Sammy sabe hablar? - pregunte con la cabeza ladeada y con curiosidad en los ojos - Me gustaría hablar con ella como si fuera mi amiga y contarle cositas... - pestañee y la mire para darle un beso en la mejilla ronroneando.

Quería que fuera mi amiga a parte de mi mascota, así podía dar paseos con ella también.

-No, aunque comprende varios idiomas y sabe obedecer órdenes.-comenté antes de mirar a Samantha abriendo mis brazos.

De inmediato el animal se movió del lugar donde estaba, aproximándose a mí sin miedo alguno. La abracé acariciando sus cabellos, hundiendo mis dedos entre esas ebras tan finas y aromáticas.

-¿Verdad que odias a los hombres?-dije sonriendo y ella esbozó una sonrisa.-Siempre que he encontrado dueño para ella ha terminado huyendo o destrozándolos, salvo un chico andrógino de cabellos dorados... el resto, incluso los de su especie, les causa terror. Temo que no encuentre macho y no pueda ser madre... aunque si lo fuera tendría varios hijos.-reí notando sus besos en mi cuello, su forma de abrazarme.-Me ve como su padre, en cierta forma es mi hija... me niego a ser padre, si fuera así sería padre de mínimo cinco criaturas... y la verdad, no me llevo bien con los bebés.

Deje que fuera con él viendo como le daba besitos por el cuello escuchando que no hablaba, agache un poco la cabeza mirando mis dedos. Suspire y les mire con media sonrisa.

Me voy ya a dormir - murmure levantándome y comencé a caminar hacia la habitación, me encontraba algo mal y me dolía la cabeza.

-Ve con ella.-susurré a Samantha para después ir tras ambas.

Mis pasos eran más cortos, quizás era por mi frialdad que implicaba incluso una forma de andar calmada y una actitud fría. Me acerqué a Lauren antes que se tumbara, rodeándola.

-Tú también eres mi hija.-susurré en su oído.-No permitiré que nada te pase, aunque tenga que dar mi vida por ti... tú y Jonte sois mi familia.

Me senté en la cama con los dedos en las sienes con los ojos cerrados, casi nunca tenía dolor de cabeza, aquello me parecía raro, no me lo hacia papa.
Escuche que dijo que era su hija y que eramos su familia, sonreí y le di un beso en la mejilla y otro a Sammy.

Me duele la cabeza - murmure aun con el ceño fruncido, suspire levemente y me acurruque en sus brazos.

Dejé que Samantha durmiera con nosotros, en ocasiones aparecía esperando tener hueco en la cama. Puse mi mano sobre la frente de Lauren, calmando su dolor.

La noche sería tal vez tranquila, deseaba que lo fuera, pues me estaba quedando sin energías. Tenía sueño, había agotado mi magia por hoy con esa última caricia.

Me tumbé entre los dos cuerpos acurrucándome entre los dos, notando la mano en mi cabeza, cerré los ojos ronroneando.

Buenas noches.... - susurre cogiéndoles de la mano a cada uno notando como el cuerpo de Sammy se pegaba al mio.

-- CERRADO --