The heart get no sleep

Llevaba varias horas en aquella biblioteca, había repasado aquellos documentos varios cientos de veces y aun no dejaba de darle vueltas al asunto ¿Estaría haciendo lo correcto? Claro que debía ser lo correcto, no había otra forma, actuar había sido su mejor desicion.

Respiro mientras se recargaba en el amplio respaldo de la silla, miro su reloj y cruzo sus manos frente a su barbilla, si las cosas salían como estaban planeadas pronto tendría mucho que hacer en esa casa, de momento todo estaba tal y como le gustaba: "tranquilo", pero dentro su cabeza todo era alboroto completo y eso no era grato.

Sus dedos recorrieron el borde de una de aquellas hojas esparcidas frente a el, reorganizo las fotos por orden en que habían sido tomadas, bastante buenas eso debía reconocerlo.

La noche era luminosa, y ruidosa. De alguna forma la ciudad había vuelto a ser lo que había sido alguna vez en el pasado, cuando era un ser mortal o creía serlo, cuando nada mas importaba que buscar diversión nocturna y olvidarme de mis problemas y responsabilidades, así era esta noche, fría y ruidosa, llena de luz artificial, aun que no se sentía igual, estaba solo, sin los amigos que solían acompañarme en aquellas noches, y ahora con su desaparición, todo se sentía mas extraño.

Siegfried, el vampiro que se había convertido en mi amante durante los últimos diez años, un vampiro al que haba conocido hacia casi doscientos y que en cierta forma había sido la razón de que aun siguiera caminando noche tras noche, un capricho en cierta forma y que ahora, nuevamente sin el a mi lado se sentía el espacio vació de su presencia en mi vida.

Había decidido salir a caminar entre las calles, evitando las catacumbas que me traían cierta aversión, me sentía melancólico y extrañando la compañía de alguien confiable, pues justamente, esta noche, ni Garret, ni Darius estaban cerca, pues atendían cada uno, sus cosas personales, aun que realmente dudaba estar totalmente solo, siempre había alguien siguiéndome, pero daba igual, no era tan cercano como para platicar.

Fuertes rayos de luz haciéndose espacio entre las cortinas capturaron su atención por un par de segundos, eso significaba que aquel otro lugar debia estar acercándose la hora, confiaba en sus hombres.

Hacia mas de 2 años que su padre había muerto y que el había ascendido a su posición actual, así que recientemente había tenido que tomar muchas desiciones de pro de aquella población dentro de las murallas, sobre todo teniendo en cuenta la situación critica que se avecinaba lentamente. Afortunadamente había una esperanza en aquella noticia recibida meses atrás, si ese chico era quien se decía que era entonces las cosas podrían dar un giro, pero para ello lo necesitaba cerca, aunque fuese contra su voluntad.

Aquellos documentos frente a el eran el resultado de una intrincada investigación y planeación, todos los puntos estaba cubiertos, no había forma en que eso fallase.

Seguí con mis pasos, aquel largo paseo nocturno era similar al matutino, cuando aun podía caminar bajo los rayos del sol sin afectación alguna. Cerré los ojos, concentrado en el sonido del viento, quitando de fondo el sonido del trafico, solo el viento, cantando a través de los arboles. 

Me quede de pie, en medio del parque, que ahora lucia mas como un bosque, en total silencio, disfrutando de la naturaleza que crecía a mi rededor, sin prestar atención a las miradas extrañas, de los pasos acercándose con precaución, las presencias que eran ajenas a las que habitaban aquí, en esta ciudad...

Abrí los ojos al sentir unas manos sosteniéndome con fuerza, voces hablando en murmullos y una mano que me impidió gritar y el dulce aroma del éter y el pinchazo en el brazo y luego, lentamente, el mundo comenzó a girar y mostrarse borroso ante mis ojos.

"¡PELIGRO!"

Fue lo ultimo que cruzo por mi mente antes que viniera la inminente oscuridad.

No habría una llamada de confirmación, eso seria muy riesgoso, la única forma de saber que el "secuestro" de ese chico había funcionado era hasta que el grupo de hombres estuvieran de regreso, lo cual tardaría considerablemente y claro si es que volvian.

Por lo demás estaba todo listo, sonrío ligeramente, hacia mucho que no sentía esa sensación de inquietud rondándole, aunque quiza le esperaba una buena dosis de aquello por más tiempo.

Salir de la biblioteca y camino por el pasillo.

¿Qué haría con el? ¿Matarlo? ¿Utilizarlo? ¿Que tanto beneficiarían ambas cosas a sus planes? Lamentablemente todas esas preguntas iban a ser respondidas hasta que su invitado estuviera frente a el.

Soñaba y sentía el movimiento, era como estar danzando como una hoja de otoño al caer, ingrávido, sin forma...

¿Cuantas veces había sentido aquello en mi vida? No lo recordaba ciertamente, pero estaba seguro, aun en la inconsciencia, que ya no estaba en mi hogar, ya no sentía el frío y contaminado viento de la ciudad, sus ruidos a los que me había acostumbrado, y de alguna forma a ese confort de que nada me sucedería estando en aquella ciudad.

Abrí los ojos en algún momento, sintiendo el cambio de clima y el aroma el mar, el calor que emanaba del sol, algo inquietante, aterrador, sentía ese calor en mi cuerpo, un ligero ardor en mi piel y no podía moverme, me sentía demasiado laxo y la luz que provenía de algún lugar, la luz que me hacia doler la piel me cegaba. Me moví ligeramente, gimiendo y alguien vino, pronunciando unas palabras que no alcance a descifrar, tirando sobre mi una pesada manta, regalándome la bendita oscuridad, el frescor de una falsa noche, donde estaba seguro de cualquier herida grave que pudiera infringir en mi cuerpo los rayos del imponente sol.

Finalmente llego el momento, el éxito previsto se había cumplido, eso le hacia exponer una sonrisa de satisfacción.

Nada debía ser fuera de lo común, alguien siendo llevado a la mansión era algo un tanto ocasional, a menudo aquellos que se atrevían a cruzar las murallas eran llevados para interrogatorios y ese tipo de cosas, así que la escena aunque fue vista por varios ojos no causaría revuelto, solo uno más.

- Segundo Nivel - murmuro a los hombres que cruzaron el umbral sosteniendo un pequeño cuerpo que evidentemente era incapaz de ponerse en pie - ¿Es el? - cuestiono ante esa fragilidad que podía notarse aun debajo de aquella manta.

Los siguió por detrás, el lugar de destino era un cuarto completamente blanco y vacío, vacío salvo por la pequeña cama en una de las paredes mas lejanas.

- Déjenlo dormir - articulo antes de salir - veamos como reacciona cuando despierte, refuercen la vigilancia en las calles y las murallas, quizá tengamos visitas.

Y nuevamente el cambio, sabia que este era otro lugar, y ya no me movía, se sentía fresco, muy fresco y había silencio, demasiado, algo que me resultaba desagradable, teniendo en cuenta que había nacido y crecido en una ciudad llena de gente, el "silencio", era distinto, puesto que siempre había ruido proveniente de algún lugar, autos, aves, gente, perros, gatos, cualquier cosa, pero no un silencio total, un silencio como de sepultura.

Me moví, quitando la pesada manta de encima mio, sintiendo un mareo al querer incorporarme y abrir los ojos, notando un extremo brillo en el lugar, exagerado, doloroso, totalmente blanco, no había mas color que el de mi piel que aun permanencia con color, debido a mi edad, y el color de mis ropas, negro y azul y rojo...

Había rojo en algún lugar, manchando el suelo pulido de mármol, donde no había ninguna veta que empañara aquel impío y aséptico color. Sangre, sabia que era sangre que venia de mi boca, tenia el sabor en ella y sentía la humedad de la misma sobre mis labios y con ella, el dulce sabor del éter.

Reaccione casi aterrorizado, sin saber exactamente donde estaba y la razón de mi estancia en ese lugar, rememorando eventos de mi infancia, el horror de encontrarme en garras de unos captores demasiado podridos mentalmente como para dañar a un niño de nueve años, para usarlo de juguete, para saciar sus deseos.

Comenze a temblar inconsciente, incapaz de gritar, solo apretaba los dientes, escuchándolos rechinar, observando aun la mancha disforme de sangre en el suelo blanco y comenzar a entrar en desesperación.

"El chico desperto" fueron las palabras que lo hicieron dirigirse con rapidez a una de esas muchas pantallas de las cámaras de vigilancia.

Era mucho mas pequeño de lo que había pensado y se veía mas normal de lo que esperaba que fuese, por un momento tuvo un pensamiento hacia su hermano, se veían de la misma edad.

"Mi Señor, ¿Que desea que hagamos ahora?" alguno de los presentes hablo "Se ve asustado".

- Nada - respondió sin separar su vista de monitor - Démosle más tiempo y entonces hagan las preguntas de rigor - se dio la vuelta para salir de la habitación - E informenme si hay algún cambio notorio.

Me habia recostado en la cama que estaba ahi, el unico mueble que habia en la blanca habitacion, aun temblando, jale de la manta que me habia estado cubriendo, en un vano intento de calmar los temblores, aun que sabia que no era por frio, mi cuerpo de echo era frio, el calor lo habia abandonado hacia mucho tiempo.

Cerre los ojos con fuerza, rogando que en cualquier momento Siegfried o Garret vinieran a rescatarme, o Darius, cualquiera, no importaba cual de ellos, solo queria estar de vuelta en casa, seguro.

Un par de horas después de aquello, un par de hombres irrumpieron en la tranquilidad de aquel cuarto, según se les había ordenado debían interrogar al chico sin moverlo de habitación ni neutralizarlo como se supone era costumbre, pero dado que el chico se había mantenido relativamente quieto aquellos hombres no hicieron más preguntas.

"Hey, chico" hablo uno de ellos desde el centro de la habitación "Será mejor que despiertes, tenemos unas preguntas para ti"

Me estaba quedando dormido, cuando nuevamente vinieron a irrumpir, el sonido de los pasos y el latido de sus corazones, la sangre fluyendo por las venas, mas que sus palabras fueron los que lograron sacarme de aquel estado de entumesimiento.

Me sente sobre la cama, aun mareado, y veia algo borroso, pero ya no temblaba tanto.

-No hablare con ustedes- murmure con la voz afectada- Dejenme ir por las buenas o vendran a destruir este lugar hasta sus cimientos para sacarme - gruñi y levante la mirada, observando a uno de los hombres que me miraba fijamente.

Hubo una risa "Eso seria grandioso" respondió el hombre "Pero no tienes ni idea de donde estas ¿verdad?" dio un paso más al frente.

"¿Cual es tu nombre?" cuestiono.

Del otro, estaba el observándolo todo, esperaba con ansias el resultado de su pequeño experimento, seria el despeje de todas sus dudas o al menos parte de ellas.

-Por que me preguntan, si me tienen aquí es por que saben quien soy, o no? -dije mirando a ambos hombres, intermitentemete, tratando de encontrar una forma de escapar, de que su sangre corriendo por sus venas no me turbara mas, pero no podia evitarlo, sentia mucha sed, hambre y ansiedad por probar su sangre.

-¿Donde estoy y para que me tienen aquí? - pregunte, apretando la manta que aun tenia sobre mis piernas - Quiero hablar con su jefe-exigi y aguarde en silencio, respirando agitadamente.

"Constesta la pregunta" respondió ignorando todo lo que había salido de la boca del chico, como si no hubiese dicho absolutamente nada.

"¿Cual es tu nombre?" repitió.

Poco allí sabia la verdad sobre quien era el invitado del cuarto blanco, los dos de allí no pertenecían a es eliminado grupo, solo estaban cumpliendo algo de rutina según su idea.

Baje la mirada, sintiendo como un gruñido que parecia ajeno a mi salia de mis labios, el filo de mis colmillos clavandose en el inferior y la sed acuciante... Era demaciado tenerlos tan cerca. 

Aprete los ojos, ya sin poder reprimirme, gruñendo mas fuerte, levante el rostro mostrando mis colmillos, los ojos dilatados, supongo que parecia alguna especie de cachorro de leon intentando atacar, pero ellos eran humanos a final de cuentas, no habia nada mas en ellos que me indicara lo contrario, asi que me lance contra el mas cercano, directo a la yugular, clavando mis colmillos con fuerza, tanta que la sangre llego a manchar mi ropa antes de entrar directo a mi boca, llenandola con aquella suculenta y caliente sangre.

Gemi ligeramente, saboreando la sangre, ignorando las imagenes que venian del hombre que ya comenzaba a morir entre mis brazos, aun sintiendo las manos del otro sujeto sobre mi, intentando separarme de su compañero, fue ahsta que tiro de mis cabellos que logro separarme, dejando caer el cuero laxo del hombre antes de levantarme, gruñendo como un animal rabioso, lleno de sangre tibia, me sentia mas fuerte, con la potencia suficiente para golpearlo directo en el pecho, lanzarlo hasta la puerta que hasta hace unos segundos estaba custoriando, logrando con ello derribarla y salir corriendo, aun escuchando los quejidos del hombre ya que con el golpe, un trozo de madera se habia clavado en su esternon.

Sonrío ante la escena, así que el pequeño no era tan indefenso como parecia, era eso una buena señal

Tomo su arma y se movió de regreso al pasillo, la ventaja de conocer esa casa es que sabia el punto exacto donde todos los corredores convergían en uno solo, y la ventaja de su naturaleza le permitía saber con rapidez a donde deba moverse y mientras sus pasos firmes lo guiaban comprobó el estado de su arma. 

Encontrarlo fue rapido, se detuvo al termino de pasillo por el que acaba de dar vuelta la dorada cabellera, la amplitud de su cuerpo servia al propósito de tapar el avance que intentará el chico.

- ¿Asi pagas la amabilidad que se ha tenido? - pregunto del otro lado del pasillo

Me detuve en seco al sentirnla presencia que se interponia entre mi propósito de escapar y permanecer ahi. Su aroma distinto al de los humanos, un aroma que conocía perfectamente por mi hermano y el que había considerado mi padre. Un licantropo.

-No hay nada de amable al traerme aquí a la fuerza- dije en un gruñido - ¿Quien demonis eres tu? - pregunte y avance un poco hacia él, limpiando la sangre de mi rostro.

- No haz sido lastimado - respondio - no has sido atado ni encadenado, inclusive me asegure que hayas sido debidamente alimentado y nadie ha levantado un arma contra ti ¿Eso no es muestra de nuestra hospitalidad? 

Estaba convencido de que había sido así - Estas varios piso abajo de la superficie, deberas tomar el ascensor si quieres salir de aquí, tu casa queda bastante lejos pero no veo problema en que puedas llegar a ella. Solo contesta una preguntas y podrás irte tranquilamente por tu propio pie.

-No contestare a nada - sisee, mirándole fijamente, esperando de alguna forma que se quitara del paso. Necesitaba salir de ahí, de una u otra forma, despues, veria la manera de comunicarme con garret o con alguien de la guardia, quien sea, no importaba.

-Quitate de mi camino - gruñí al tiempo que me agasapaba para saltar sobre el hombre.

Respiro molestamente, por que siempre debia ser de la manera complicada, bueno aunque quejarse no servia de mucho, el mismo habia pedido que la sala donde estaba tuviera baja seguridad y desde que planeo su llegada a la mansion nunca penso que seria facil.

Gruño y salto sobre de el, sonrio en una fracción de segundo y contrataco su movimiento, sujeto su muñeca dandole la vuelta para hacer que su brazo quedará en su espalda mientras empujaba su cuerpo con fuerza contra la pared usando su propio cuerpo para que el chico de menos tamaño quedará inmovilizado.

A veces tener esa fuerza resultaba de mucha ayuda, eso aminoraba el peso de su maldición.

- La proxima vez que te de una orden, la cumples - susurro en su oido - mi casa, mis reglas.

Me escuche gritar, un ruido breve y luego gruñir cuando sentí su mano sosteniendome de la muñeca con fuerza, torciendome el brazo por completo, la forma en que me sometia totalmente contra la pared. 

Me senti mas molesto, casi insultado, me movi, tratando de empujarle con toda la fuerza de mi cuerpo, pero me fue imposible, el era mucho mas alto y pesado y la posicion en la que me tenia no ayudaba en nada, aun que habia un detalle, el calor que emanaba de su cuerpo y ese aroma, fuera del de su colonia y los productos de limpieza que usaba, ese aroma que conocia perfectamente.

-Sueltame si no quieres que grite y haga que tu gente sepa lo que eres, sucio licantropo - sisee, aun que no me gustaba hablar tan despectivamente de esa raza, mi padre y mi hermano eran licantropos, muchos de los hombres de la guardia lo eran, pero a veces, era necesario.

No pudo evitar soltra una risa, corta, fugaz y casi inexistente, aplico un poco más de fuerza en el agarre del chico.

- ¿Tienes idea siquiera donde estas?¿Tienes idea quien soy?¿No te has preguntado, por que apesar de que escapaste nadie vino tras de ti? - la gente en esa casa lo sabia, al menos los que podian percibirlo, los demas estaban callados por decreto suyo y por ese complejo laberinto de situaciones que ocurrian en esa casa - Hazte un favor si valoras tu vida.

Lo parto de la pared - A medida que te comportes serás tratado - y comezo a conducirlo por el pasillo - revalora tus prioridad y piensa si realmente no quieres responder mis preguntas.

Me removi ante el agarre, gruñendo y con deseso de poder soltarme y darle un buen golpe en la cara. ¿Por quien me tomaba?

-No se quien eres, no me interesa - sisee - Y el que no sabe con quien se mete eres tu, ya me encontraran y de ti y tu gente no quedaran ni cenizas- lo empuje e intente darle una patada.

Por un ligero momento se solto de su agarre pero volvio a recuerar las muñecas del chico llevandolas de regreso a su espalda, nisiquiera le contesto, esperaba todo tipo de amenzas que vinieran de el.

- No somos tan debiles como crees - respondio.

Siguieron caminando por el pasillo hasta cruzar un par de puertas más donde al fin un grupo de hombres enfundados en negro se acercaron a el - Dejemos que el invitado descanse un tiempo más - se dirigio al chico - ¿Quieres hacerlo facil o dificill, Adrian? - lo llamo por su nombre por primera vez.