Borderline - priv -

No hubo dolor, sólo un ligero cosquilleo en mis nudillos a pesar de que sangraba, me quede en blanco mirando la sangre fluir de mis heridas, sentí un espasmo en mi estómago y una nueva sensación tomar el control de mi, trague saliva y comencé a lamer mis nudillos son ansías locas, debía verme como un demente pero no podía parar.

Mientras lo hacia la puerta se abrió para revelar un aroma jodidamente delicioso, yo estaba tan fuera de mi pero reaccione rápido y le empujé con fuerza contra la pared del baño con ese gruñido en mi garganta, use mi cuerpo para evitar que se moviera y enterré mi nariz en un punto donde el aroma predominaba, su cuello.

- Tengo hambre - masculle guturalmente.

Me habia quedado en blanco, ese aroma de la sangre simplemente era algo desiquisiante, tenia dias sin alimentarme, de hecho ya no recordaba cuando habia sido la ultima vez que habia bebido sangre, y su aroma... Pero lo que realmente me habia dejado sin pensamientos coherentes habia sido su imagen, la desnudez de su cuerpo, la blancura y la perfeccion de esos ojos tan azules y fieros, no pude reaccionar a tiempo, solo hasta que me tuvo acorralado en la pared, pegado peligrosamente a mi.

-Que es lo que deseas? - pregunte en un murmullo, moviendo mis manos posandolas en su cintura, para pegarlo mas, si es que se podia, a mi cuerpo, sentir el contacto y la suavidad.

El instinto me dijo que debía hacer, mi nariz se movía sobre la piel, podía sentir que la sangre que fluía bajó de ella me están gritando, abrí la boca para darle espacio a mis nuevos amiguitos con filo, sí embargo antes de dar la estocada su voz llego a mi conciencia.

- Darius - murmuré separándome con rapidez - lo siento! - dije dando un paso atrás - yo no .... Yo iba .... Lo siento! Lo siento! No se qué paso, yo sólo ... - segundos atrás estaba decidido a morderlo, todo en mi había gritado por despojarlo por completo de su preciosa sangre, dejarlo vacío - no quiero lastimarte

-No podrias lastimarme - dije, sonriendo, aun pegado a la pared - Eres un vampiro joven.. entiendo lo que sientes... la ansiedad y como los impulsos te ciegan - me movi, un par de pasos hacia el, quitandome la chaqueta y la camisa.

-Puedes beber de mi, si eso deseas... - ofreci, ladeando la cabeza, mostrandole mi cuello.

Sonreí nervioso - la costumbre - murmuré - algunas cosas van a ser difíciles de erradicar.

Asentí con la cabeza cuando me ofreció su sangre, realmente la deseaba.

Camine hasta tenerlo cerca, puse mis manos en sus mejillas y lo atraje a mi, me estremecí cuando los torsos desnudos se pegaron, mi nariz se volvió a pegar con su piel aspirando profundo recordando cual era el propósito de esa cercanía, abrí la boca clavando mis dientes en la base de su cuello, dejando que la sangre fluyera hasta mi boca, bebiendo de el a grande a sorbos.

Lo estreche entre mis brazos, pegándolo totalmente a mi cuerpo, estremesiendome al sentir sus afilados colmillos en mi carne, y la sangre manar de aquella herida a su boca, alimentándolo. Lleve una de mis manos hasta su cabeza, acariciando sus negros cabellos.

-Bebe, todo lo que necesites - murmure y bese su hombro, aquella dulce y blanca piel, tan núbil y ahora eternamente perfecta.

Cerré los ojos recibiendo ese sabor dulzón, embriagante y fuerte, de alguna forma la sangre de Darius sabía a exactamente como era Darius, no despreciaba la sangre de mi padre que también merecía su mención honorífica pero por el infierno mismo que aquello que corría por mi garganta era el mejor de todos los vinos que hubiese probado, me pegue lo más que pude a el succionando con fuerza.

Las mismas escenas que había imaginado empeña aquella cabaña volvían pero ahora más reales, mi mano corrió por su espalda varias veces, separarme de el no era grato pero debía de hacerlo, mi estómago de nuevo uso amenazaba con hacer una jugada sucia, así que me aleje a regañadientes de el, no lamí su herida para cerrarla, de hacerlo sabía que volvería a succionar más de el.

- Gracias - fije aún pegado a el - mi deuda contigo ya es enorme - dije con mis manos en su cintura - ¿estas bien? - pregunte como comprobación de que no había tomado más de la cuenta.

Lo mantuve lo mas cerca que pude de mi en cuanto dejo de alimentarse, sintiendo que su cuerpo aun se sentía tibio, en comparación del mio.

-De nada - dije sonriendole, estirando una mano para quitar los mechones de pelo oscuro de su frente - Y ya buscare metodos para que me pagues esta deuda - comente, acercandolo a mis labios, besandolo ardientemente, realmente deseaba sentir mas de el en este su nuevo estado...

Correspondí su besó con la fiesta intensidad, desahogue esa ansiedad hasta convertirlo en una especie de lucha de labios, mis brazos formaron una prisión alrededor de su cuello para que no se alejará de mi, estaba decidido a satisfacer ahora mi hambre de sus labio, aunque la que sentía por su cuerpo gritaba por atención.

Me separe para mirar sus ojos, el bonito color negro que ahora brillaba hermosamente bajo la luz artificial del baño, me hizo sentir la necesidad de darle voz a mi sentir y confesar ese loco sentimiento que burbujeaban en mi pecho.

Pero no lo hice.

- Tócame - murmuré bajando la mirada - por favor.

Sonrei aun sobre sus labios, bajando las manos de su cintura hasta sus nalgas, estrujandolas ligeramente.

-Dime que es lo que quieres que haga? - pregunte, pegandolo a mi cuerpo - Dime y yo obedecere a cualquier orden que me des, Andrew...

Reprimí un gemido - solo tócame - repetí o mejor dicho suplique. 

- Ya no soy frágil - murmuré - siempre has sido amable conmigo pero ya no tienes que limitarte más - las palabras se escapan de mi un tanto torpes - trátame como a los demás, convierteme en un verdadero amante para ti aunque solo sea una vez... por favor-

Deje escapar una ligera carcajada, volviendo a atacar sus labios sin detenerme a pensar mas en si podria hacerle daño o no.

-Eso lo se...-murmure- Aun asi no quiero hacerte daño... no te trataba con delicadeza por que fueras fragil... solo era por que realmente me gusta sentirte, tocarte de aquella forma... para mi tu eres importante - indique, sin embargo la forma en que mis manos tocaban su cuerpo, empujandolo con fuerza contra la pared, mientras lo levantaba y obligaba casi a enredar sus piernas a mi cintura... me contradesian.

Sonreí cuando mi espalda golpeo duro y secamente contra la pared, mis manos buscaron sus cabellos para tirar con fuerza de ellos haciendo que su rostro se doblara ligeramente hacia atrás - No es justo - lamí la amplitud de su cuello - ellos te han tenido de una forma en que yo quiero tenerte - mis piernas se apretaron a sus caderas provocando que mi expuesta desnudes rozará con sus pantalones soltando un gemido repitiendo la acción para sentir mas de ese placer.

-Y de que forma crees que ellos y ellas me han tenido, Andrew? - prgunte, jadeando ante la textura de su lengua en mi cuello, bajando mis manos hasta sus nalgas, ayudandole a moverse contra mi cuerpo, moviendo el mio al ritmo, gimiendo mientras me apoderaba nuevamente de sus adictivos labios.

Natural, sin restricciones, salvaje. Demasiadas palabras para articularlas cuando mi boca hacia algo mejor.

Ademas acaba de darme cuenta de algo, no solo los sentidos habían cambiado con la transformación también la forma en que sentía las cosas era diferente y ahora mismo lo notaba por que esa frase insignificante que había salido de sus labios me estaba por provocarme una alerta de ataque de celos en camino.

Enterré mis uñas en su espalda sin el mas minino cuidado mientras hacia sangrar sus labios - Detenme ahora - murmuré separándome de el - antes de que sea tarde, antes de que no pueda pararlo, yo no tengo la fuerza para hacerlo - lamí la sangre que se había escurrido por su barbilla - paralo ahora.

Segui moviendo su cuerpo, clavando las uñas en su carne sin llegar a cortarla, disfrutando del filo de las suyas en mi espalda, de sus colmillos cortando mis labios.

-Y que si no quiero detenerte? -pregunte besando sus labios - Que si quiero arriesgarme contigo? Ya no tengo nada que perder... Si te pierdo a ti... eso si que me mataria totalmente.

Abrí lo ojos, me aparte de el y baje mis manos a mis costados mientras daba un paso atrás, mirándolo a el, mi mirada fija en el, ¿Que se supone que esta sintiendo? Digo sabia lo que sentía pero nunca había sido creíble, no para mi, no eran mas que fantasías rosas de mi cabeza - Si no lo paras - fantasías que solo me iban a consumirme por dentro si no terminaban - vas a terminar de romperme en mil pedazos - por que ¿Que posibilidades tenia yo para significar algo para el?

-Jamás - dije, acercandome nuevamente a el, mientras me quitaba el cinturon, bajandolo de golpe, provocando que este cortara el viento que nso rodeaba y el sonido del cuero al golpear el suelo humedo del baño - Mil veces preferiria que hicieras el trabajo que te encomendo tu orden... preferiria la muerte a tus manos que vivir el resto de la eternidad sin ti... sin un motivo real por el cual seguir... 

Dije, casi murmurando las palabras, acorralando su cuerpo mas pequeño contra la pared del baño, usando el cinto de cuero para atar sus manos, con fuerza, y tirar de ella y a el en consecuencia, saliendo del cuarto de baño hasta la habitación.

-Tu dijiste que me quieres tener como otros lo han hecho... ¿no? - pregunte - Pero la verdad es que solo dos personas antes de ti me han tenido de verdad... y aun que mi alma ya no sea mia, te puedo asegurar que el resto de mi ser  te pertenecesar por siempre - decia mientras ataba sus manos en alto en el docel de la cama.

De todas las reacciones que creí que tendría esa no me la esperaba, di un paso atrás cuando cinturón cortó el aire y mi respiración pero no pude retroceder más por que la pared del baño pegó en mi espalda y cuando regresa la mirada al frente su semidesnudo cuerpo estaba cerrando el circuito, sus manos tomaron las mías, su cinturón sintiéndose apretado en mis muñecas.

Yo era importante para el. El corazón me dio un vuelco.

- Darius ... - sólo su nombre era lo único coherente que podía pensar y mientras tiraba de mi fuera del baño o incluso cuando sujetó con fuerza los amarres a la cama no pude dejar de pensar en la tormenta que había invocado, por que al diablo mis dudas existenciales, ya luego recogería los pedazos que quedarán de mi, por que ahora lo quería a el.

Totalmente expuesto, con la piel aun empapada por el baño, mi cabello se pegaba a mi cara tanto que tuve que mirarlo a través de un mechón delgado - Creo que ya se te olvido que ya soy perfectamente capaz de soltarme de esto, que te hace creer que voy a ser sumiso - sonreí mostrándole mi nuevo juego de colmillos.

-Debes ser un niño bueno - dije en un murmullo con mi voz grave, moviendome por el cuarto, buscando entre las cosas que ahi estaban, algo util, encontrando la cinta de seda con la que ataban las gruesas cortinas. Me acerque nuevamente, usando la tira para atarla sobre sus ojos -  Debes ser muy bueno... o de lo contrario esto no va a funcionar - dije pegandome a su costado, restregando un poco mi dolorosa ereccion aun oculta contra su muslo - Oh... no quieres jugar? 

Pregunte y pase la lengua por la lateral de su cuello, arrastrando los colmillos por la palida piel.

Solté un gemido ahogado cuando sentí una humedad áspera recorriendo mi cuello, involuntariamente mis caderas se movieron hacia adelante, además podía sentir cierta parte de mi comenzando a despertar, sonreí - no soy un niño bueno - murmuré mordiendo mi labio

-Deberas serlo - murmure, volviendome a pegar a su cuerpo, pasando una de mis manos por su pierna, acariciando la piel interna de sus muslos, llegando casi a su entrepierna, rosando, ligeramente su ingle.

Volví a gemir más fuerte, a mover las caderas con mas frecuencia, mordiendo mis labios con fuerza para mantenerlos cerrados, tire con poca fuerza de las ataduras sin romperlas - quiero tocarte - murmuré - lo necesito

-Aun no - dije en un murmullo muy bajo, acariciando el hueso de su cadera con las uñas, dejando lamidas en su cuello - Quiero que te concentres en todo lo que voy a hacerte... ahora... después... quizás te deje tocarme, solo si eres un buen niño.

Cerré los ojos con fuerza como respuesta a su toque, agradecí mi posición por que mis piernas no serían capaces de sostenerme ya, gemi con los labios pegados uno al otro para ahogar los gemidos que eso me provocaba y lo hice con tanta fuerza que mis inexpertos colmillos perforaron la carne haciéndome sangrar