Enchaîné -priv-

Sábado 23:30

La pequeña figura de Mei deambulaba de un lado para otro por su moderno apartamento, buscaba prendas que poder ponerse esa noche, ya que repetiría una de sus costumbres, ir a fiestas. Los mortales enseguida perdían el control, y era una clara diversión para Mei observarles, y, aunque fuese algo demasiado fácil, sacar algo de beneficio ante esta vulnerabilidad.
No tardó mucho en enfundarse un ceñido vestido y tras una breve sesión de maquillaje salio pegando pequeños brinquitos hasta pararse frente al mueble, que se encontraba frente a la cama. Sobre aquel mueble ,una pequeña muñeca miraba al infinito, Mei con su dedo indice le acarició la mejilla y con una sonrisa se dirigió a ella.
-Buenas noches pequeña Mihi- la agarro entre sus manos y la re-coloco al borde del mueble, haciendo que sus delicadas piernas colgaran. -Espero que te portes bien sin mi. Volveré pronto.-

Sábado 24:00

El taxi se paró a una calle de la entrada, había una cola que recorría media manzana. Se colocó los tacones que llevaba en la mano y salió de este, guiñándole un ojo al conductor. La gente murmuraba al verla ignorar la cola y directamente entrar, pero no estaba dispuesta a espera toda la noche para luego quedarse fuera. Sin cruzar aun el umbral de la puerta ya podía escuchar la música rebotar en las paredes, y como el suelo vibraba con las pisadas al ritmo de la música. Las luces de láser apuntaban a todas partes y la cegaban de vez en cuando, pero entre algunos empujones y pisotones llegó hasta la barra, donde simplemente se sentó en un taburete, mirando la pista.

-Señorita- la llamó una voz a su espalda, que al girarse se percató que era un camarero -el hombre de allí la invita a esta copa- dijo girando su cabeza en la dirección. Mei recorrió con la mirada todas las personas que había en esa parte de la barra, hasta legar a un señor de unos 45 años que la miraba llevándose una copa a la boca. Bufó y rodó los ojos, esperando que se percatase de su molestia, parecía que la seguía, simplemente la invitaba a copas, y, si podía se acercaba a ella, pero manteniendo distancias. Ignoró la copa y volvió a dirigir toda su atención al océano de cuerpos que se movían a unos metros de ella, la música ensordecedora hipnotizaba a la muchedumbre, y a Mei tal movimiento también , sería por el calor y el ambiente cargado de alcohol. Tan metida estaba en sus pensamientos que no se percato de que aquel hombre se había acercado a ella hasta que sintió su mano ascendiendo por su muslo. Con semblante serio observaba aquella mano, y a su dueño, que sonreía, buscando aprobación. Tomó la mano entre las suyas y la retiró de aquel lugar, se levantó y se alejó con una sonrisilla hasta los baños. Entro al baño de hombres, de donde salió con su apariencia de piel canela y metro ochenta y tres de altura, vestido de traje negro. No tenía ganas de perder su tiempo intentando convencer mentalmente a aquel hombre de que la dejase en paz, sin contar que parecía que tenia una fuerte y cerrada mente y seguiría en sus treces por mucho que lo intentase. Pero se acercó hasta su posición , junto al susodicho, y colocándole la mano en el muslo llamó su atención. Notó como se tensaba ante su tacto y sus pulsaciones aumentaban, y mas cuando con un guiño y una sonrisa en los labios tomó la copa y se la bebió de un trago. Kai estaba dispuesto a seguirle el rollo, pero parecía que al hombre se la habían quitado las ganas de jugar, por lo que rápidamente se levanto y se perdió por el local.

Domingo 3:30

Después de muchas otras copas que le llegaron, se unió a la marea y a su movimiento al son de la música, parecía que el objetivo de muchas chicas esa noche era el y desabotonar su camisa. Aparecían, se pegaban a el hasta casi fusionarse, y atacaban su cuello mientras llevaban sus manos a los bordes de la camisa, algunas incluso clavaban sus uñas y luego se alejaban pidiéndole con mirada suplicante que las siguiera. Cosa que no hacía, perdiéndose de nuevo entre la gente.

Domingo 4:45

Hacia unos minutos que un chico, un poco mas bajo que Kai, se estaba acercando a el, tenía el pelo rubio alborotado, seguramente de bailar, y no le quitaba el ojo de encima. Tenía un rostro aniñado, fino, casi femenino, y unos ojos alargados, perfilados de negro que se movían nerviosos evitando la mirada directa de Kai. Este ultimo se acercó a el, y acortó distancias agarrándole de la cintura, bailando lo mas pegado posible. Kai le respondía con un tirón de pelo cada vez que se acercaba a buscar sus labios, pero el chico no se rendia, buscando mas contacto.

Domingo 14:58

La luz del sol llevaba ya un tiempo filtrándose por los ventanales de la habitación, cuyas cortinas estaban totalmente recogidas, dando permiso al sol para despertar a Kai, que tenia una sensación asquerosa en todo el cuerpo, y un humor no muy bueno en la mañana. Gruñó varias veces antes de abrir los ojos y encontrarse de lleno con el cuerpo de otra persona. Se incorporó un poco sobre sus brazos, intentando asimilar la situación. Se frotó los ojos y bostezó un par de veces, sin cambiar de posición, observando el torso pálido salpicado de marcas rojizas de su acompañante, y de como estaba atado al cabecero de la cama.
Se levantó a duras penas, haciendo el mayor ruido posible y esquivando toda la ropa que estaba desperdigada por el suelo. La mañana del después siempre era difícil, y tenía la esperanza de que se hubiese ido antes de despertar. Una vez que llegó al baño se contempló en el espejo, como Dios le trajo al mundo, y comprobó que tenía marcas de uñas por todas partes, destacando un arañazo que cruzaba su pectoral izquierdo, justo sobre su marca, que ardía como el mismísimo infierno.

Decidió tomar una  ducha y buscar un poco de ropa que ponerse, era extraño que no hubiese restaurado energías en la noche que había vivido, al contrario, se sentía tan cansado que ni se tomó la molestia de volver a ser una chica. Simplemente pasó, de nuevo, cerca del chico, dejándole la llave de sus ataduras en un lugar cercano, y se fue. No sin antes dedicarle una sonrisa y un guiño a la estática muñeca, que ahora parecía que observaba con detenimiento al chico de cara aniñada.

Salió de su apartamento y del bloque donde se ubicaba, y anduvo durante unos minutos, dejándose caer sobre un banco de un parque cercano. Con sus gafas de sol, y su fino jersey, sentía como el sol intentaba combatir el invierno.
Veía como los niños correteaban de un lado para otro, las señoras se quejaban de su vida y también como el chico de cara aniñada cruzaba a toda prisa el parque, pasando delante de el.

Hoy sería un día aburrido.

Cuando salio el chico de piel de canela los ojos del chico con rostro aniñado se tornaron negros.

-Mitsuketa...-Dije aun dentro del cuerpo de aquel chico aniñado.

El cuerpo de aquel chico parecía tener compulsiones hasta que finalmente un abundante humo negro salio de la boca de este dejando al chico inconsciente por la posesion que había realizado en el.Tan pronto como salí del cuerpo tome mi forma femenina para ir tras aquel chico que habia salido.Pues si mi vision de almas no fallaba era un ángel aunque su alma no era tan luminosa y pura como la de los demas angeles lo que me llevo a pensar que era un ángel caído.Cosa que comprobé al ver su marca de angel caido en su pecho.

-Me sera útil...-

Me teletransporte al banco donde el se encontraba sentado , justamente a su lado.

-Yeheey!-Dije con un tono feliz.

Una energía se sentó junto a Kai en el banco, la observó un poco sorprendido al verla aparecer de repente,pero ahora mismo, le era indiferente.¿Qué le pasaba hoy? estaba demasiado distraído, como si el mundo le estuviese aplastando, tendría que dejar a Mihi indefensa durante un tiempo en el apartamento hasta que se recuperase.

Volvió su mirada al frente, ignorando a su acompañante, fijando su vista en una señora que pasaba a lo lejos. Con un rápido movimiento atrajo a la figura femenina hasta el, apretándola contra su pecho, mientras que con su mano libre señalaba a la señora. -¿Ves aquella alma,pequeño demonio?, obsérvala , un color curioso ¿verdad?- decía en un tono casi susurrante, analizando el color que desprendía-va a morir- sentenció -y ella lo sabe. ¿Crees que irá al cielo o se reunirá en el infierno con su marido?- terminó diciendo con un chasquido de dedos.

Volvió a soltar a la chica, pasando la mano entre sus cabellos desordenándolos, se acomodó en el incomodo banco y siguió mirando al horizonte. -Por cierto- dijo con una pequeña sonrisa -una noche interesante, ¿cierto?-

Ignore sus comentarios sobre aquella señora , pues no me interesaba , pues yo era un demonio libre del infierno  , iba a mi propio aire sin tener que cumplir ordenes ni normas de ahí abajo.

-No me importa su alma.Aunque seguro que debe estar exquisita.Comprobemos a donde iria...-Dije con un tono picaro teletransportandome detras suyo y con las manos sujetandole la cabeza girandola bruscamente rompiendole así el cuello , seguidamente introduci mi mano en su cuerpo sacando una esfera brillante que parecia ser el alma de aquella mujer , abri mi boca y el alma entro directamente a mi boca como si de una aurora boreal se tratara.

Me peine el cabello con los dedos de las manos y me coloque bien mi chaqueta.

-No estaba mal de sabor.He tenido noches mas interesantes.Meterme en el cuerpo de un repartidor de pizza no es algo de lo que pueda presumir-Dije burlandome del que había sido mi traje de carne anteriormente.

-El asunto es que te he estado buscando.-

Deje un momento de silencio para llamar la atención del ángel caído , esperando que preguntara el porque pero sabia que siendo como era aquel ángel a lo mejor aquella pausa no funcionaba.

-Veo que no le haces ascos a nada- Bufé divertido ante el espectáculo delante de mis ojos. Ya podía leer los titulares de las noticias de mañana : ''Mujer aparece muerta en extrañas circunstancias''. Que más da, un alma menos.. Pensó recostándose en el banco, mirando indiferente al cielo.

-¿Repartidor de pizza?, no estaba nada mal como para dedicarse a tal cosa. Espero que con su sueldo pueda pagarse un buen psicólogo- Se mordió el labio pensativo -¿Crees que si encargo una pizza vendrá el?, me gustaría ver su cara cuando le abra la puerta...- volvió a morderse el labio.

¿Buscándome? Gruñí dirigiendo un rápido vistazo a la chica, -No deberias estar buscándome- Dijo con una mueca de desaprobación en los labios, a medida que se levantaba del banco,y poniéndose de pie se estiraba llevando los brazos sobre su cabeza. -Pero ya que lo haces,- Apareció junto a ella -no seré descortés- dejó ambas manos sobre los hombros contrarios e inclino la cabeza para seguir hablando -y dejaré que me cuentes- se separo de ella y le tendió una mano -pero paseemos, no quiero escuchar los gritos de la gente cuando encuentren un cadáver.-

Si , supongo que sera mejor que nos vallamos de aqui.

Cogi la mano del angel caido y me levante.

Me alegro de ver que no te importa que te estuviera buscando.Me imagino que sabras que soy el pecado capital de la pereza...Me e tenido que molestar mucho en buscarte.Mi primera pista fue que te gustaban las fiestas y durante semanas estuve poseyendo a barmanes.Supongo que sabras de los barmanes que aparecieron muertos...Hasta que porfin posei al de aquel local en el que te encontre ayer.En cuanto deje su cuerpo murio instantaneamente...Por mi poder muy pocos pueden soportarme en su cuerpo.-Dije con un tono picaro sabiendo que con ello estaba demostrando mi poder-

Supongo que te preguntaras el porque te estuve buscando...

Sonrei amistosamente para que supiera que la buscaba en son de paz.

Se acomodó las gafas de sol sobre su nariz y con las manos en los bolsillos echó a andar. En realidad no estaba poniendo mucha atención a sus palabras ¿Para que le había dicho que hablase? Ahora aprecia no tener fin.
Alcanzó a escuchar la confirmación a su instinto, era Pereza, un pecado capital, si no lo hubiese dicho, no hubiese terminado de creerlo, dudó al pensar que se había tomado molestias en buscarlo, siendo quien es.

No pudo evitar bufar y sonreír cuando la escuchó alardear de su poder. Pero borró la sonrisa cuando analizó sus palabras anteriores. -¿Fuiste tu, pequeña arpía?, los locales siguen cerrados desde entonces, y cerrarán este también ¿ahora donde me entretengo yo?- dijo haciendo un infantil puchero para luego sonreír. -Y si, claro, muero- dijo dando énfasis a la ultima palabra -por enterarme por que tantas molestias por dar conmigo- completó con ironía.

No habra problema con los locales , enseguida los abriran con nuevos barman.Lo que queria decirte , es que te he estado buscando para que te unieras a mi.Como angel caido tienes el doble de enemigos.Los angeles normales , demonios , etc...¿Mi sugerencia? Como ya te he dicho soy un demonio independiente del infierno y mi objetivo es derrotar al anticristo.Tus habilidades me vendrian bien y estoy dispuesto a darte lo que desees.-Dije todo mientras sonreia.-

Seguia caminando junto al angel caido.

Perdona mi mala educacion , no me he presentado con el nombre con el que me selen llamar.Mejor que pereza , llamame Jin.

Se paró en seco -Mm... suena interesante, sobre todo la parte de darme lo que quiera, tengo curiosidad que me podrías ofrecer, pero, cuéntame, ¿para que todo esto?- Se echó todo el pelo para atrás haciéndolo volver a su posición. Hacía tiempo que Kai se había desentendido de todo lo relacionado con estos temas, estaba tan metido en la vida de los humanos que había perdido todo el contacto con los de otras razas. -Y aunque tenga muchos enemigos, soy pacífico, no como otras.- Dijo rodando los ojos acompañado de una sonrisilla. -A parte, de que también me gusta ser independiente.-

-Muy bien, Jin, espero que no te moleste que no te llame por tu nombre, aunque ahora lo conozca, no acostumbro a hacerlo.- Dijo con una sonrisa. -De todas maneras, llámame Kai, o Mei, ya averiguarás cuando utilizar cada nombre.-

Suspiró llegando finalmente a un cafetería donde entro, esperando que Jin le siguiera. Tomó asiento en una mesa y enseguida le llegó el Té de burbujas que había pedido mentalmente.

Entré en la cafeteria tras kai quien ya habia hecho su pedido mentalmente. Me acerque al mostrador donte se encontraba un atractivo y joven camarero con una gran sonrisa en el rostro para atender a sus clientes.Kai que ya se habia sentado en una mesa le hice esperar para pedir en el mostrador.

Yo lo pedire de esta forma , No tardare mucho.-Dije con un tono amable-

Decidida di la espalda a kai para hacer mi pedido viendo la carta en la que se encontraba todo el menu.

Al poco de sentarse ya estaba distraído con el paisaje que ofrecía la ventana, y seguidamente, se entretuvo con el menú y cosas varias que había sobre la mesa. Le dedicó una sonrisa al camarero cuando sirvió su Té y siguió echándole un vistazo a la cafetería, acompañado de un tic nervioso en la pierna, el aburrimiento le estaba consumiendo.

Tomó varias servilletas, de la caja que las expendía, y agrupándolas se concentró en quemarlas. Tuvo que dejar de intentarlo, al percatarse que en la mesa de al lado, una desagradable niña le observaba fijamente. Hizo una bola con los papeles y los lanzó lejos, intentándole dar a Jin.

Se concentró ahora en tu bebida, esperando a su acompañante.

Al elegir lo que iba a pedir , entregue el menu al camarero.Mis ojos se tornaron negro y puse en marcha la manipulacion mental , un chico guapo , atractivo y carismatico queria probarle , hice que cogiera un cuchillo y pusiera una taza de cafe enfrente suya , agachandose por encima de la taza se rajo el cuello con el cuchillo sirviendome su sangre.Enseguida lo teletransporte al maletero de uno de los clientes que se encontraba alli.

Como ya te dije , te puedo dar lo que desees , asi como asegurar que las almas que tu elijas no vallan al infierno o todo lo contrario , que los condene a bajar alli.Tan solo pide por tu boca , pero no te lo dara hasta haber terminado con el asunto que te propuse antes.Con un contrato y un par de firmas , el trato quedara cerrado.Veras , muchos piensan que los demonios solo hacemos tratos a cambio de almas , sin embargo , tambien podemos hacerlos como este.

Con la taza de cafe en la mano la lleve a mi boca para beber la sangre de aquel camarero , la sangre mancho mis labios de rojo.

Espero no estar aburriendote.-Dije con un tono suave y un rostro inocente mientras me limpiaba la sangre de los labios con una servilleta , siendo consciente de que habia una niña al lado.

Gire mi cabeza hacia la niña y puse mis ojos en negro para atemorizarla y que pensaran que todo era producto de una mente e imaginacion joven..

Observó atentamente como su acompañante conseguía su pedido, psicópata. No estaba seguro de quien era el raro ahí, si ella, por no poder aguantar su sed de sangre, o el, por estar demasiado humanizado. Pero ya eran muchos años, siglos, milenios ¿tal vez? los que había vivido cerca de humanos, ya era algo natural vivir como ellos, ni siquiera recuerda la ultima vez que mato a alguien.

-Frena el carro,demonio- dijo como respuesta ante las palabras de su acompañante. -Si tuviera que llevar a alguien al infierno, preferiría hacerlo yo mismo, ¿no crees?, ¿y a quien voy a salvar de las llamas eternas?, si va allí es por algo, no lo voy a librar de su destino.- concluyó.

Veía como bebía de su taza con total naturalidad, aunque la dichosa niña la mirase. -Tranquila, es entretenido, pero de todos modos no me convences, y si de verdad quieres hacerlo, tendrías que probar de otra manera.- Sugirió.-Por cierto, ¿a cuantos mas has intentado convencer?, por curiosidad, a lo mejor la presión de grupo ayuda con mi decisión.-

En mi rostro se dibujo una sonrisa al ver que kai no tenia ni pizca de tonto.No sabia por que pero el hecho de que a primeras se negara y pidiera muestras me resultaba complaciente , algo rapido y facil nunca era divertido para mi.

Como dije , tan solo debes pedirmelo.

Hice una pequeña pausa para seguir bebiendo la sangre del camarero y volvi a dirigir palabra.

Por ahora eres la primera a la que le hago esta oferta , Aunque , tengo en mente algunos compañeros mas-Dije con un tono sarcastico-

No te preocupes por quienes seran los demas , solo debe importarte tus intereses y aquello que deseas pedirme y que conseguiras , aunque claro esta , algo que un demonio como yo pueda hacer.Yo no desaprobecharia la oportunidad.

-Oh, que honor, soy el primero. Pues no te lo voy a poner fácil, ¿lo sabes?.- Dijo levantándose del lugar que ocupaba. Se inclino un poco para quedar a su altura y susurró. -Sígueme si quieres- antes de atravesar el local y la puerta hacia la calle. Que pisó con su forma femenina, vistiendo una camiseta ancha, pantalones cortos y un lazo infantil adornando su cabello largo castaño.

Caminó todo recto revisando de vez en cuando si Jin la seguía. No podía evitar caminar de un lado para otro, de vez en cuando pegando saltitos y alguna que otra carrerita inquieta. Caminaba sin rumbo especifico, hasta que se le pasó por la cabeza visitar una de las salas recreativas que había cerca, por ejemplo, en el centro comercial que había a la vuelta de la esquina, por lo tanto se dirigió hasta allí.
No tardó mucho en llegar y ocupar una de las maquinas, y luego otra, y otra, así fue probando una tras otra, hasta que se quedó jugando en una de disparar con un arma simulada bastante conseguida.

Pronto notó como una energía se volvía a colocar cerca suyo, a la cual volvió a ignorar.

Por la pereza que me daba caminar empezaba a levitar haciendo un uso de mi telekinesis conmigo misma , levitando asi a pocos centimetros del suelo siguiendo a mei hasta llegar a una sala de juegos recreativos a lo que mei entro y se puso como una loca a probar todos los juegos mientras que yo solo la observaba jugar para ver que juego me gustaria mas a mi y asi no tener que probarlos yo. Me coloque al lado de mei en una maquina que ella ya habia probado segundos antes de la cual me agradaba el juego.

Para ser un angel eres muy avispada.Sin embargo , que no tengas una necesidad ahora no significa que no la puedas tener en el futuro.-Dije con un tono coqueton-

*Off Rol : Siento haber tardado tanto >,<*

Escuchó las palabras de Jin y vio como se acercaba a una de las maquinas que ella había jugado -Podría ayudarte- Dijo Mei apoyándose en la maquina, observando al contrario -pero en contadas ocasiones, por lo tanto no firmaré nada- concluyó con una sonrisa infantil. 

Dedicó una miraba a su alrededor, no había mucha gente, pero el ambiente estaba cargado. Un escalofrío recorrió su cuerpo de pies a cabeza. Un alma ya conocida estaba cerca, y esa sensación se unió a la que ya sentía desde que entro en la sala recreativa. Alguien estaba observando. 

Volvió su vista a Jin, y pronto sintió una mano en su hombro, obligándola a girarse. Al hacerlo se topó de lleno con la mirada de un señor apunto de entrar en la categoría de la tercera edad. En que maldito momento decidió volver a su forma femenina... . Era el hombre de la noche anterior, pero esta vez podría seguirle el juego con su actual cuerpo. El hombre le dedicó una sonrisa y después habló. -Que agradable sorpresa, un ángel ha decidido visitarme.- Decía acompañado de una caricia por todo su brazo. 
La mirada de Mei indicaba indiferencia, asco y repulsión, pero un segundo mas tarde su rostro mostraba una inocente sonrisa. -Si, que encantadora coincidencia-

-Al final no te tomaste la copa que te invité, princesa, déjame invitarte a algo ahora- Dijo tomándola de la mano. Pero en esos momento Mei tenía otros planes para aquel hombre, así que pensaba como llevarlo a cabo, pero sin poder de por medio, ya que seguía encontrándose algo cansada.

-¿Que tal si te llevo yo a otro lugar? mi casa no está muy lejos de aquí, será divertido- Sugirió , observando como la mirada de aquel desgraciado se iluminaba.
Mei seguía con su inocente rostro, hasta que miró a Jin, cambiando su expresión a una sonrisa de lado , con una ceja alzada, esperado alguna objeción. Esperaba que aceptase, ya que podría saciar un poco ese hambre suyo, después de que Mei terminase con su plan.

Esta bien, yo te esperare aqui , pero no tardes mucho , sino me quedare dormida sobre la maquina de juegos.-Dije con una sonrisa dulce y aniñada aun con mi apariencia femenina-

Aunque... si pudiera acompañaros...me sentiria muy sola aqui-Dije con el proposito de que aquel hombre me invitase tambien y asi poder divertirme con mei.-

Me quite la chaqueta de cuero dejando ver un poco de escote y me acomode el cabello con la intencion de llamar la atencion del hombre mientras que mentalmente con mi telepatia hablaba con mei.

¿De que forma te divertiras con el? si va a ser sangriento , me gustaria estar delante para verlo.

Perfecto.

-Claro que puede venir, ¿no te importa verdad?- dijo a la vez que pegaba su mejilla a la de Jin y hacia un puchero. 
Aquel hombre parecía no caber en sí mismo, asentía emocionado, y rebosante de felicidad. Mei se abrazó al brazo del hombre, lo mas pegada posible , mientras que Jin, que se acomodaba el pelo, ahora sin chaqueta, atraía su mirada directamente a su escote.

Comenzó a conducir al hombre fuera del establecimiento y se comunicó mentalmente con su otra acompañante. -Claro que será sangriento- sonrió dedicándole una sonrisa a Jin -Y después de que nos divirtamos un poco, puedes acabar con el- 

Ya solo faltaba llegar a casa y terminar con aquel ser.

PD::

Al salir del establecimiento me agarre al brazo libre que quedaba de aquel hombre.Me daba un asco increible.Tan inocente y lujurioso a la vez. Inocente porque ¿Acaso pensaba que se llevaria a dos chicas tan guapas? nisiquiera podria llevarse a una.Aun asi me alegraba que aquel hombre hubiera picado el anzuelo , habia sido una diana facil y un juguete con el que jugar.

¿A donde vamos?-Dije con un tono picaro y jugueton.


Empezaba a imaginarme la de cosas que mei y yo le hariamos a aquel hombre que me probocaba continuamente arcadas.


Off : Siento haber tardado , eh estado liado y cuando entraba al foro no sabia como seguir el tema >.<

Mei y Jin caminaban agarradas de ambos brazos de aquel hombre, sacándolo del local. -A mi casa, ¿que mejor lugar para pasar un buen rato?- Preguntó, acompañada de una amplia sonrisa, aunque no esperaba respuesta.

No pasó mucho tiempo hasta que atravesaron las puertas de su apartamento, y a partir de aquí todo pasó rápidamente. El hombre se dejó conducir encantado, se podía imaginar que al final del pasillo que recorría se encontraba un dormitorio. No cabía en sí de gozo. Estúpido.

Con tan solo imaginarlo, ya había una silla en medio de la estancia, pronto el hombre se sentó, gracias a la sugerencia de Mei. Le dejó acomodarse, y se colocó de pie delante de el, cruzándose de brazos, le dedicó una sonrisa antes de hablar. -No te garantizo que sea rápido, y no tenemos la intención de que no duela- Miró a Jin con una sonrisa cómplice. -Pero pásalo lo mejor que puedas- Dicho esto, caminó hacia el armario que estaba a su espalda, y de uno de los cajones sacó una serie de cadenas, cuerdas y demás. Aprovechó que estaba fuera de su campo de visión y le coloco desde su espalda una cadena en el cuello, aquel ser pareció reaccionar, ya que saltó en su asiento al notar el frío metal.

Mei tiraba suavemente hacia atrás, aumentando la fuerza. -Das asco- Afirmó dando el ultimo tirón, no fue lo suficiente fuerte como para matarlo, ya que no era el momento, pero si ayudó a que la cadena llegara a unirse y dejarle la cabeza inclinada hacia atrás.
Continuó con su juego de cadenas , hasta que quedó bien atado. Muñecas, y codos , tobillos y rodillas y por ultimo cabeza y pecho. Y una vez comprobado, dejó de hacer fuerza en su cerebro, dejándolo ,poco a poco, volver a ser consciente de donde estaba. Le acarició la mejilla, con una sonrisa de pura inocencia, que se transformo en algo mas oscuro. -Cariño,es mejor que estés consciente-

Una vez dentro de la casa de mei , aquel repugnante hombre habia sido atado por completo por mei en una silla , tan solo podia ver lo asustado que se encontraba aquel hombre.
Mei , cogere un par de cosas prestadas , espero que no te importe.-Dije con una cara angelical a pesar de ser todo lo contrario-
Me dirigi hacia la cocina y cogi dos cuchillos bien afilados y empece a rozarlos uno contra el otro provocando el tipico sonido al afilar un metal.Juguetee con el cuchillo que tenia en la mano derecha y poco a poco me acercaba al hombre atado en la silla.Me sente encima de el y le abri la camisa.
Asqueroso-Dije mientras volvia mis ojos negros y mi piel tan blanca que mis venas se veian moradas.-
Le di el cuchillo que tenia en la mano izquierda a mei y con el de la derecha empece a hacer cortes superficiales en el torso del hombre a medida que los hacia bajaba hasta llegar a la parte inferior de su torax.
Quiza deberia enseñarte a no ser tan repugnante.-Dije apuntando el cuchillo hacia su pierna.-
A los perros se les castra.-Dije dejando caer esa indirecta.-Me levante de las piernas del hombre para dejar que Mei se divirtiera.

-Claro que no, toma lo que quieras- Dijo mientras repasaba la habitación de un extremo a otro. Ahora no recordaba donde lo había guardado.
Observó a Jin , que ya volvía, con dos cuchillos en sus manos, haciéndolos sonar entre sí, uno le fue entregado, pero Mei no tenía intención de usarlo, por lo que lo dejó clavado en el respaldo de la silla.

Con un pequeño puchero en sus labios avanzó hasta el mueble en frente de ella, en el cual reposaba su muñeca inerte, se agachó y presionando las patas que lo levantaban del suelo un pequeño hueco se abrió como un resorte. Le dedicó una breve mirada a Jin, que seguía entretenida y volvió al mueble, introdujo las manos en el hueco y de él sacó una pequeña caja de madera. En su interior había una hoz, totalmente de plata brillante, cuyos símbolos parecían tener un brillo especial.

Con ella firmemente agarrada en su mano, se acercó al hombre, y coloco la punta afilada en su sien, y mientras hablaba la arrastraba por su piel. -Que despiste, no sabemos tu nombre, ¿Cómo te llamas?- dijo frenando un poco, pero parecía no querer colaborar. Mei frunció los labios y apretó la punta a la altura de su brazo. -Como te llamas- El hombre abría su boca, pero no salían sonidos importantes de ella, hasta que al hacer mas presión y arrastrarlo un poco más empezó a murmurar.

Me situe detras del hombre al igual que de la silla.Me agache y con el cuchillo en mano empece a hacerle un corte poco profundo en el brazo subiendo desde la muñeca hasta el hombro finalmente clavandolo en el hueco que hay entre la clavicula y el hombro.
Si no hablas no podremos pasarnoslo bien.-Dije con un tono pasteloso.-Deje el cuchillo clavado en el cuerpo del hombre y empece a darle vueltas al cuchillo haciendo mas grande la herida hecha por dicho instrumento.

Mire a Mei con una mirada de complicidad y sonriendo , al ver que ella misma guardaba su propio instrumento de tortura.

Mei seguía con el rostro fruncido , ya que aquel hombre seguía murmurando , pero no decía nada. Alejó la hoz de su cuerpo, y se inclino, dejando su rostro a una cierta distancia, pero a su misma altura. -Vamos, sabes hablar, lo has demostrado antes-  El murmuro comenzó a transformarse en algo mas fluido, formando silabas. -Vamos, no te ha pasado algo tan grave como para olvidar algo tan básico- Afirmo con una pequeña sonrisa, intentando disimular su molestia.
Mei quiso volver a pronunciarse, pero la voz del hombre la calló. -Zorra- dijo con rapidez, para luego escupirle en la cara, en un vago intento de rebeldía.
Mei , por acto reflejo cerró sus ojos y quedó paralizada ante tal acción.

-Se acabó- sentenció Mei. Y con rapidez clavó la hoz en su estomago y ascendió con ella a través de todo su cuerpo, llegando a la barbilla, donde la dejó.

Se separó del cuerpo rápidamente y se dirigió ,escuchando entrecortadas respiraciones , al baño, donde retiró con cuidado los fluidos que había salpicado su piel, para luego salir , aun pasando la toalla por sus brazos , y apoyarse en el marco de la puerta para contemplar como todo se esparcía por el suelo.