Red Secrets Darks memories *Priv Kanade*

morgan le miro con expresión preocupada, no iba a regañarle precisamente, soltó un sonido de sorpresa cuando lo agarro de la cintura pegándolo a el, , miro a kanade de nuevo, acariciando su rostro.

- debes dormir.... declaro preocupado por Kanade. -es... es por eso que te enfermas...- suspiro aun preocupado y se acerco a dejar un tímido beso en sus labios - si.. si te enfermas demasiado... harás... harás que viva preocupado....- agrego casi sobre sus labios, subiendo mas las mantas sobre ellos

-No puedo descansar mucho cuando estoy de gira, debo admitir que es muy estresante... aunque estando contigo me relajo bastante -comentó, aliviado casi como un niño al no verse regañado. Sin embargo, sentía que eran peores las palabras y la preocupación de su amado, puesto que esta vez, sí que le importaba. Volvió a acercarse a besarle cuando Morgan acabó de hablar, acariciando su cintura a la vez que se perdía en los ojos ajenos, casi como si éstos pudieran absorberle y sobrecogerle en cualquier instante.

-Está bien, procuraré cuidarme más y no enfermarme tanto, sólo por ti -declaró, cubriéndose mejor con las mantas y volviendo a abrazar a su pareja, suprimiendo un escalofrío por el renovado frío que empezaba a sentir-. Ven aquí, acomódate en mi pecho para poder abrazarte mejor -pidió con una coqueta sonrisa, aunque más que nada, quería sentir el calor del muchacho cubriéndole para ya no sentir frío. Luego, empezó a dejar suaves y breves caricias en la cintura ajena a la vez que cerraba los ojos, dándose cuenta de lo cansado y agotado que se sentía-. ¿Quieres que te cante una nana?

morgan seguía preocupado pero ya no decía nada, mejor no hacerle sentir mal, porque se notaba que tampoco  le hacia super feliz ser consciente de la preocupación del chico.

se estremeció ante las caricias en su cintura, y al acomodarse mejor sobre el pecho de kanade, tomo su mano,  tímidamente, quitandola de su cadera, y entrelazando unos temblorosos dedos en ella, dejando las manos cerca de su rostro, aun le ponía nervioso aquellas caricias en su cintura.

- hum....no.... ya tengo tu corazón latiendo.... eso... me arrulla...- contesto tímidamente sintiendo ese corazón chocar contra el pecho de kanade, cerrando los ojos y soltando un suspiro - t... te quiero...- susurro, rogando que kanade no hiciera como el y le preguntara por que, porque aun no podía descifrarlo y eso lo perturbaba

Entrelazó sus dedos con los de Morgan notando que temblaban, por lo cual quitó su otra mano de su cintura y se dedicó a acariciar sus cabellos suavemente, enredando aquellas rastas entre sus largos y finos dedos. Cuando el muchacho dijo que le quería, sonrió ampliamente bastante feliz por ello, sintiendo su corazón acelerarse un tanto por la emoción que le provocaba. 

-Yo también te quiero -susurró besando los cabellos de Morgan, para luego dejar salir un profundo suspiro notando cómo el sueño y el cansancio hacían mella en él, aunque no se durmió de inmediato, sino que dormitaba acariciando aún los cabellos de Morgan-. Descansa, mon cher... -tras decir aquello, apretó levemente la mano cuyos dedos entrelazaba con él y se preparó para dormir, dejándose llevar por el calor y la comodidad de estar abrazado al chico al cual amaba.

agradeció en cierta forma que kanade dejara su cadera por la paz, soltando un suspiro sobre su pecho, sintiendo como poco a poco el iba rindiéndose al cansancio, morgan también lo hacia.

duerme bien, Kanade... susurro, disfrutando de esas caricias en su cabello, quedándose rápidamente dormido arrullado por esos latidos.

Dado que el cantante llevaba demasiados días sin dormir, sumado a su constante ir y venir entre juntas, ensayos, charlas administrativas y demases, más una precaria alimentación, era lógico que el sueño lo venciera de aquella forma. Más que una siesta ligera, Kanade no pudo evitar dormirse profundamente y pasar de largo, totalmente envuelto en las sábanas y mantas y estrechando a Morgan contra su pecho, buscando su calor inconscientemente. 

Tras un par de horas de profundo sueño, el cielo empezó a oscurecerse y la tarde, a refrescarse. Luego de un rato, el joven cantante, entre lo que se movía acomodándose en sueños, terminó medio abrazando a Morgan, medio abrazando una almohada, casi tapado hasta las orejas y con los largos cabellos totalmente revueltos pese a la coleta que usaba.

Morgan dormía profundamente probablemente dado al cansancio emocional mas que otra cosa... pero la noche comenzó a caer, y su instinto vampiro a despertar, como pasaba siempre, aunque luego lo suprimiera sin problema, una vez que la noche estaba en apogeo, el sentía ese revivir de energías en su cuerpo... y sed... y siempre era mejor que nada, escuchar esa sed...

Abrió los ojos encontrándose con el rostro de Kanade en su sueño mas profundo, se lo veía tan agotado, tan placida y profundamente dormido... que morgan se sintió apenado de tener que despertárle... debía irse... si no se iba, al día siguiente no querría ir al ensayo, y eso solo seria para mal, se mordió los labios indeciso, y al final, como luego de unos 10 minutos de contemplarlo, decidió que primero iría a beber sangre de la nevera, y luego le despertaría.

se levantó con cuidado de no despertarle con sus movimientos, y salio de la habitación sin ponerse calzado, dirigiéndose a la cocina, donde puso sangre en el microondas y se quedo esperando sobre la medianera.

Kanade dormía tan profundamente, que apenas se percató de que Morgan se había levantado, salvo porque ya no sentía aquel reconfortante calor que emanaba el cuerpo del muchacho. Luego de unos minutos se revolvió entre las mantas abrazando y apretando la almohada más cercana, medio enrollándose entre las mantas terminando totalmente acurrucado y enredado. 

Siguió durmiendo plácidamente sin enterarse de nada, definitivamente, tanto sobre exigirle a su cuerpo y mente ahora le pasaba la cuenta con creces. Aún así, el cansancio no evitó que empezara a soñar y a revolverse más entre las mantas, suspirando de vez en cuando y temblando ligeramente de frío cuando su cuerpo volvió a enfriarse y tomar aquella gélida temperatura que lo caracterizaba.

luego de beber dos tazas, volvió a la habitación para ver a kanade medio temblando de frió todo desordenado entre sueños, y aunque decidió que debía despertarle, primero le cubrió con otra manta, para que no sintiera frío.

cuando iba a tomarle del hombro para moverlo un poco, sonó su celular haciendo que saltara de la manera mas inhumana posible... de hecho quedo casi colgado de las vigas siseando, dandose cuenta de lo ridículo de su susto, volvió al piso sin sonido alguno y tomo el celular, aun así, con su corazón reventando su caja toraxica, no conocía el numero, pero aun así atendió.

- h... hola?- pregunto al atender, casi sintiendo que el corazón que tan rápido le latía, se detenía y se helaba al descubrir que era yuuki quien le llamaba, que rayos podría querer al llamarle, entonces vio el teléfono apagado de Kanade, odiándolo por ello.

Se había hecho tarde y aunque el cantante no se enterara de nada, sumido en el sueño como estaba, en el hotel, tenía a la mitad de su equipo de trabajo preocupados por su paradero, dado que había dejado el teléfono apagado y ya había anochecido. Y aunque los principales intereses de la banda y de su manager fueran preservar la vida del cantante intacta para seguir ganando dinero, el joven cachorro guardaespaldas de Kanade sí que estaba preocupado por él, temiendo que algo malo le hubiera pasado o que Morgan lo hubiera atacado...

Fue por eso, que Yuuki buscó el número de Morgan en la agenda personal del cantante y le llamó, intentando sonar firme al hablar aunque eso fuera lo que peor se le daba-. Buenas noches, ¿hablo con Morgan Blackwood? Soy Yuuki, el guardaespaldas de Kanade -indicó con voz fría, casi en un gruñido al oír la voz del chico-. Quisiera hablar con Kanade urgentemente, por favor. Aquí estamos todos preocupados por él y su integridad física -señaló aquello último con amenaza en su voz, pues temía que aquel chico le hiciera daño al rubio.

morgan sintió algo así como una punzada... no le gustaba... para nada la forma en la que le hablaba Yuuki, como si fuera una amenaza... aunque si lo pensaba un momento, tal vez si lo era.

- en... en estos momentos Kanade no esta disponible...- miro a kanade envuelto en las mantas -esta durmiendo.... e..e.estaba a.. a punto de despertarle cuando...s..sonó el teléfono admitió, no necesitaba pelear con ese lycan, no quería hacerlo, de hecho se sentía dolido cada vez que le hablaba así, porque era alguien que pertenecía al circulo de kanade, no quería que desconfiaran de el... pero aun seguía muy ofendido también por haber interpretado que era un cualquiera que se acostaría con kanade porque era famoso.

El licántropo guardó silencio frente a esa respuesta y frunció los labios, aún desconfiando del híbrido del cual Kanade parecía tan enamorado-. Bien, apenas despierte, te agradecería que le dijeras que encienda su teléfono y me llame. Y recalco la urgencia de la llamada -casi siseó usando su tono más amenazante, el cual, realmente dejaba mucho qué desear con lo tímido e inseguro que era, tal vez, mucho peor que Morgan aunque sabía controlarse lo suficiente como para no tartamudear-. Eso es todo, buenas noches -se despidió secamente y colgó el teléfono, pensando que si el cantante no se comunicaba pronto, iría él mismo a buscarle. 

Mientras tanto en el apartamento de Morgan, el cantante seguía profundamente dormido, ya finalmente quieto y sin sueños que le molestaran. Pese a que su pareja hablara por teléfono cerca de él, ni siquiera había sentido su voz en la lejanía de la inconsciencia, pues tenía un sueño bastante pesado.

morgan escucho lo que le decía, de esa manera tan... tan... con ese tono de amenaza... no supo realmente que fue lo que le llevo a eso, pero se enfureció, apretó tanto el teléfono tras que le cortara que lo rompió y lo lanzo contra un muro sin darse cuenta ya estaba soltando un grito de frustración he ira.

QUIEN DEMONIOS SE CREE!! gruño pisando el celular con demasiado ímpetu, dejándolo casi en trozitos demasiado pequeños para siquiera pensar que podría arreglarse.

Con el grito de Morgan, el cantante finalmente abrió los ojos un tanto sobresaltado y desorientado, viendo cómo el chico hacía trizas su teléfono en pleno berrinche. A Kanade le sorprendió bastante ver así a Morgan y rápidamente dedujo que se trataba a alguna llamada indeseada, pues sino, el chico no estaría pisoteando el teléfono con tanto ímpetu.

Se levantó sin decir nada, preocupado por él, y se acercó posando sus manos suavemente sobre los hombros del híbrido, sin realmente preocuparse por la reacción de su pareja o porque pudiera apartarle con la misma fuerza con la cual destrozaba el pequeño aparato electrónico-. Morgan, tranquilízate... ¿qué sucede? -Preguntó preocupado, con el ceño ligeramente fruncido y haciendo una leve presión en los hombros del chico para que se alejara de lo que quedaba del teléfono, haciendo que lo mirara.

su cuerpo se tenso completamente al sentir las manos de Kanade en sus hombros y se avergonzó de su exabrupto, pero aun  estaba rabioso por culpa de esa llamada, por lo que solo por si las dudas se separo para no darle la razón al muchacho que le trataba de esa forma, y no lastimar a kanade con algún movimiento brusco.

- es... es ese maldito lycan que tienes como guardaespaldas!! por que tiene que hablarme así! como si yo fuera una amenaza!! con ese desdén y sin respeto!.... lo detesto!- su cuerpo estaba ruborizado entre el enojo y la vergüenza de haber despertado de ese modo a Kanade, su mirada estaba clavada en el piso, mientras cerraba los puños con fuerza.

Escuchó sorprendido las exclamaciones del muchacho y frunció el ceño sintiéndose muy molesto con Yuuki, pues al parecer, no importaba cuántas conversaciones serias tuviera con él, el licántropo no cambiaba su actitud para con Morgan. Resopló molesto y se acercó a su pareja tomando sus manos, notando como apretaba los puños.

-Tranquilo, Morgan... me encargaré personalmente de Yuuki cuando llegue al hotel, y si no quiere respetarte como te mereces, lo despediré -dijo enfadado, o más bien, un poco dolido porque su guardaespaldas no entendiera que él era feliz y que Morgan no significaba ningún tipo de amenaza. En realidad, pensándolo bien, lo enviaría mañana mismo de vuelta a Roma, aunque le doliera tener que "deshacerse" de él. Sin embargo, era el muchacho a quien tenía al frente quien más le importaba en el mundo. 

-Tranquilízate, mon cour... Te aseguro que Yuuki no volverá a molestarte, mañana mismo lo enviaré a Roma -aseguró, soltando una de las muñecas del chico y haciéndole levantar la vista-. Ya no volverá a molestarte nunca más, ¿está bien? Lamento mucho que tengas que pasar por ésto...

Morgan se ruborizo mas aun ante las palabras de Kanade, soltó sus manos y se sentó en uno de los sillones que tenia allí, como en la habitación de huésped. Se llevo las manos al rostro despejandolo de sus rastas, respirando para tranquilizarse y no darle la razón al mentado lycan. mientras apoyaba sus codos en las rodillas.

- n... no..... no quiero que le corras o lo mandes a ... Roma.... no seria correcto que lo alejes solo porque... se preocupa por ti... solo... solo.... suspiro, sintiendo que todo lo que había descansado en esa siesta había sido en vano.- solo quiero que deje de tratarme como si fuera a destrozar tu garganta en cualquier segundo...- cubrió mas su rostro -para mi no es fácil... estar cerca de un humano, el... el debería de saberlo... y... y que me trate de esa forma me hace de sentir que mi esfuerzo por ignorar el aroma de tu sangre o el... el tentador latido de tu corazón, es casi en vano, porque no logro que... que deje de tratarme como a una amenaza... por que me trata asi?-

Kanade suspiró algo exasperado y se acercó a sentarse frente a Morgan, llevándose una mano a masajearse el puente de la nariz para relajarse un poco y no llamar en aquel momento al licántropo para mandarlo al demonio, si fuera necesario. A veces verdaderamente, a Kanade le molestaba que lo cuidaran de esa forma, casi lo trataba como a un niño. 

-Lo enviaré a Roma a cuidar de Himeko, además, mi hermana necesita una mascota que cuide bien de ella -el término "mascota" no lo dijo con mala intención, aunque no podía en veces evitar pensar en Yuuki de aquella forma, pues en el fondo, ¿no era casi como su propio perro guardián?-. Me molesta que sea tan celoso, aunque estoy seguro de que no lo hace con mala intención o directamente para herirte, eso solo que... -se detuvo y observó a Morgan detenidamente, preguntándose si debería contarle algunas otras cosas sobre él y su pasado y su relación con Yuuki. 

En realidad, si por él fuera, omitiría bastantes detalles incómodos de su vida, y de él mismo, cosas que nadie más necesitaba saber. Suspiró con frustración y no supo muy bien qué contestar a la pregunta de Morgan, por lo cual, para distraerse un poco y acabar ese problema de raíz, buscó su teléfono entre sus bolsillos, lo encendió, y marcó el número de su guardaespaldas. Apenas le dio a la tecla de llamada, cuando el chico contestó del otro lado de la línea, pero sin dejarle decir nada, con voz fría y ruda, el cantante habló, cerrando los ojos-. Haz tus maletas. Mañana te irás a Roma -tras decir eso, colgó no sin antes escuchar el llanto y los tartamudeos de Yuuki, pero su expresión molesta no cambió un atisbo por esto.

morgan se quedo helado ante esas palabras de kanade al teléfono.

- N... No!!...- exclamo levantándose y aferrando el brazo de kanade, había escuchado el semi llanto antes de que le cortara - n.. no quería eso!...n.. no quiero eso! no esta bien!!... asi no solo me detestara me odiara!!- no queria ser odiado... no por ese motivo tan tonto... noto entonces que su misma reacción había sido muy infantil.

- no lo hagas... kanade... no.. no lo mandes a Roma de ese modo...- dijo sintiendo que era algo muy feo lo que había provocado, pedia de manera suplicante tirando de la prenda ajena, en el fondo... Yuuki solo quería proteger a Kanade, Cierto?

-No te odiará por eso, me encargaré de que no lo haga -contestó cambiando su semblante, suspirando pesadamente mientras atraía a Morgan de modo que se sentara sobre sus piernas y dejara de tironear su camisa. Esta vez sin embargo no hubieron besos, estaba un poco molesto aún por aquel pequeño problema y no quería herir los sentimientos de Morgan tampoco. 

-No tienes que preocuparte, Morgan... mañana por la mañana iré a dejarle al aeropuerto, tal vez estar conmigo, o mi ambiente, sea mucho para sus nervios -explicó con voz más suave, rodeando la cintura del muchacho y cerrando los ojos, dejando descansar el rostro entre el hombro y el cuello del muchacho. Lo meditó unos momentos mientras suspiraba una vez más, tal vez, Morgan necesitaba una explicación más detallada de todo-. ¿Quieres que te cuente... una historia? Así tal vez ya no pienses que Yuuki te odia... Aunque es una historia un poco triste. 

- pero... pero estaba llorando...- susurro muy apenado y sintiendose mal por causar ello, si no hubiera reaccionado de esa forma, Kanade no mandaría a yuuki a Roma... mas aya de que lo detestara por la forma en la que lo trataba, tenia la impresión que de todos los que rodeaban a Kanade, Yuuki era el único que realmente se interesaba por su salud sin esperar a cambio que se suba a un escenario.

-n.. no seria mejor si el y yo...h... habláramos?... aclaráramos.. todo?- pregunto mientras kanade le sentaba sobre sus piernas y le preguntaba si quería que le contara una historia, morgan le miro extrañado. - c.... cuéntame....- accedió

-Dudo que quiera hablar... al menos de momento, y descuida, siempre llora cuando le hablo así -comentó, no con demasiado ánimo obviamente porque tampoco era una situación que le agradara demasiado. Se separó del cuello del chico y lo miró a los ojos con una sonrisa algo triste-. Es un cuento que me leyeron una vez, pero no debes contárselo a nadie, ¿está bien? -Pidió acomodando algunas rastas de su pareja, suspirando pesado antes de empezar.

"Hace unos años, en Japón, había un escritor muy joven y muy tímido, pero también, muy famoso y querido por sus fans. Este escritor tenía un novio, un joven italiano que hacía unos retratos maravillosos aunque nadie jamás lo reconoció por sus obras, sino por su relación con el joven escritor. 
Cuando cumplieron diez años de relación, el pintor decidió pedirle matrimonio al escritor, y todo Japón se conmocionó por la noticia, ya que el joven era muy querido por sus fantásticas novelas. Decidieron casarse en Italia, en la ciudad de Roma, el día del 32° cumpleaños del escritor...
El mismo día del matrimonio, al cual cientos de fans asistieron, algo malo sucedió. El escritor esperó, y esperó, y esperó... pero el pintor no apareció. Entonces alguien llamó a su teléfono y le dio la triste noticia... el novio, había sido asesinado camino a la iglesia en donde harían la ceremonia. El escritor no pudo resistir la noticia, y tras el funeral de su amado, decidió dejar de escribir para siempre. 
Casi un mes después, los asesinos del pintor aparecieron en la casa del escritor: se trataba de un grupo de fans obsesionados con él, una manada de licántropos. El lobo alfa obligó al escritor a ser su pareja y que le escribiera una historia, pero el chico se negó, y fue convertido contra su voluntad. Los lobos se lo llevaron de vuelta a Roma, y ahí lo mantuvieron cautivo, maltratándolo constantemente, violándolo y explotándolo, hasta que un día, el escritor decidió huir.
Por esos entonces, en la ciudad, un cantante se daba a conocer. Esa noche, el cantante caminaba con unos amigos por el parque, todos vampiros, y encontraron al escritor solo y perdido, pero no le prestaron atención y siguieron adelante. Sin embargo, se detuvieron cuando la manada del escritor apareció para llevárselo, golpeándolo y maltratándolo allí mismo. El cantante al ver la escena, se enfadó mucho y, sin pensarlo dos veces, sacó su katana y amenazó al lobo alfa con matarle si seguía haciendo daño al escritor, y con él, sus amigos. Fue una lucha sangrienta, pero el cantante, pese a ser sólo un humano, mató al lobo alfa y los vampiros se encargaron del resto. Desde entonces, el escritor ha seguido al cantante fielmente, juró protegerle de todo y de todos, pues por la fama, él perdió a quien más amaba en el mundo..."

Kanade guardó silencio al terminar su historia y observó a Morgan con una triste sonrisa, y aunque sinceramente no creía que por su fama le pudiese ocurrir lo mismo que a Yuuki, entendía en cierta forma por qué o sobre protegía-. La primera vez que me enamoré, fue de una vampira. Sin embargo, ella sólo quería mi sangre, y si no hubiera sido por Yuuki, yo estaría muerto. Supongo que teme que me vuelva a suceder, pero no te odia, y no te odiará porque lo envíe a Roma. 

morgan escucho.... y escucho... y a medida que Kanade avanzaba en su historia... sentía un nudo mas y mas grande en la boca del estomago, incluso uno en la garganta. morgan tragó con dificultad y se bajo de las piernas de Kanade, arrodillandose ante el y tomándole las manos.

- por favor .... por favor kanade no lo envíes a roma... pidio con dificultad mientras apoyaba su cabeza en las rodillas ajenas, no quería que lo enviara lejos cuando era alguien que cuidaba tanto de el, cuando se preocupaba de esa manera... cuando tenia un pasado tan triste... un pasado que no podía simpatizar del todo, pero simpatizaba al menos en lo que era la perdida de un ser amado.

El cantante observó a Morgan más que sorprendido, sintiéndose algo incómodo y extraño al verle arrodillado, sujetando sus manos. En realidad, ver al muchacho en aquella posición, rogándole así, no le gustaba demasiado, le daba cierta tristeza y esos ojos... definitivamente, jamás podría negarse a aquella mirada. 

-Ay, Morgan... ¿Cómo puedo negarme si me miras de esa forma? -Se quejó sin ser una verdadera queja, bajándose del asiento y arrodillándose junto al muchacho, sin soltar sus manos en ningún momento. Besó el dorso de las manos de su pareja y le sonrió levemente-. Hablaré con él para que no vuelva a ofenderte o a hablar de forma inapropiada, ¿sí? 

asintio aliviado bastante aliviado al decir verdad cuando kanade le dijo que no podia negarcele en ese momento, y sonrio lijeramente cuando le dijo que hablaria con el.

- d... dile...q... que si tiene tantas dudas.... es... estoy dispuesto a que venga a verme..... y hable conmigo en ... en persona.- declaro mucho mas calmado, inclinándose un poco hacia kanade - g....gracias Kanade.... Muchas gracias- dijo a escasa distancia del rostro ajeno, cerrando los ojos inclinándose para besarle con ternura.