Castillos de arena. [privado Amidas]

Los días habían pasado lentos desde que conocí a ese otro cambia formas, el cual no había podido sacar de mi cabeza, a cada momento pensaba en él y me era extraño porque nunca antes me había pasado algo igual ¿Cómo era posible? Ni yo tenía respuesta para eso.

Ese día me decidí ir de viaje para volver a la playa que una vez visite y conocí cierto demonio que me había hecho pasar una tarde divertida. Me encontraba en ese momento caminando por la orilla del mar con un sencillo vestido color blanco que se ceñía a mi delgado y estilizado cuerpo mientras que un sombrero me daba algo de sombra en el rostro, sonreí con suavidad al ver a lo lejos como un animalito jugaba en el mar ¿Qué era en verdad? Parecía un lobo o algo así. Me acerque a pasos lentos sentándome en la arena abrazando un poco mis piernas mientras no dejaba de mirar al lobo, porque sí, había sido ese animal.

Era un tanto extraño ver algo así en la playa pero no importaba, los tiempos eran otros y se podían apreciar muchas cosas.

Miraba como jugaba pero de repente comenzó a la ladrarme y no entendía él porque ¿Acaso lo había perturbado? Parpadee con mucha curiosidad cuando se acercó a mí hasta tirarse encima de mi cuerpo mojándome, provocando que el vestido se trasluciera de algunas partes ¿por qué se comportaba así? Lo mire algo sorprendido cuando me lamio el rostro de esa manera, transformándose de repente en alguien.

Sus brazos me rodearon el cuello y lo vi ¡Era él! Lo había extrañado demasiado, cerré mis ojos rodeando su cuerpo con mis brazos correspondiéndole el beso de manera cariñosa, soltando de vez en cuando suspiros.

Después de unos cuantos minutos me separe con la respiración agitada y las mejillas sonrojadas.

- Hola... t-tanto tiempo...

Sus brazos me rodearon con más intensidad mientras me explicaba el porque no, nos habíamos podido ver, negué con suma suavidad porque no había problema si estaba ocupado.

- Entiendo, no hay problema Nikita. Espero que todo haya salido bien -bese su mejilla y el acarició la mía aventurándose después a colar sus manos por mis vestidos acariciando mi suave piel a la par que soltaba unas especies de ronroneo.

Solté unos gemidos entrecerrando los ojos mientras las mejillas se coloreaban más, lleve una de mis manos hasta donde estaba acariciando y la pose sobre una de él para a traerlo hasta mi y dejando un beso en esa mano.

- He estado bien y haciendo ejercicio, claro no es que lo haga siempre acompañado con él solo de vez en cuando porque trabaja bastante. Así que la mayoría del tiempo lo hago solo -acaricie sus cabellos con mi mano libre.

Las pestañas se movieron al compás del movimiento que hice con estas al parpadear ¿Quería saber su nombre? Oh vaya sí que era curioso Nikita pero no iba a negárselo, Junsu era mi amigo y no tenía porque ocultarlo o algo por el estilo. Había sido la segunda persona que conocí en este lugar y fue muy amable.

- Pues se llama Junsu, es coreano. Fue una de las primeras personas que conocí en esta ciudad –sonreí sin dejar de acariciar sus cabellos- más que nada dice que me ejercite para que me haga más resistente ya que hay muchos demonios vagando por esta ciudad y son peligrosos.

Le comente más que nada el principal motivo por el cual hacia ejercicio, ya que era verdad. Había tanto peligro en este lugar que cualquier cosa me podía pasar.
Cerré los ojos suspirando por los besos que me proporcionaba, y los cuales fueron bajando a mi suave cuello en donde jugo como si fuera de su propiedad, gemí levemente abriendo los ojos sorprendido cuando me dijo esas dos palabras ¿Era enserio? Mi labio inferior tembló sin poder creerlo.

- ¿M-me amas? ¿D-de verdad? –mi voz me salió suave y temblorosa por no poder creer del todo aquello, me sentía algo inseguro.

Se apartó de mí cuando le pregunte si era verdad que me amaba, me sentí mal por eso pero es que no podía evitar estar con esa inseguridad porque muchas veces personas se acercaban a mí solo porque me deseaban pero bueno, ahora este no era el caso. Se oía tan sincero Nikita que mis ojos brillaron mientras el sonrojo se intensificaba en mis mejillas y aparecían en las de él.

- Y-yo tampoco he podido dejar de pensar en ti, de extrañar estar a tu lado y sentirme en tus brazos –desvié la mirada sintiendo como tomaba mi rostro con una sonrisa y volvía a unir nuestros labios. Le correspondí el beso apoyando mis manos en sus hombros para terminar a los segundos por separarnos y volver a hablarme- N-nikita... t-también te amo. No quiero separarme de tu lado... no por ahora.

Mi voz salió en una especie de ruego mientras me abraza a él y ocultaba mi rostro entre la curva de su cuello y hombro. Soltando varios suspiros, jamás pensé que me sentiría de esta manera. Pero era una sensación agradable cuando se estaba a su lado.

Entonces quédate a mi lado…

¿Enserio estaba escuchando esas palabras? Me estremecí sintiendo después ese beso en la nuca que me relajo por completo. Era tan agradable la sensación de estar así con él. Lo amaba, era eso… quería disfrutar de estos momentos a su lado aunque pudieran no ser tan seguidos o quien sabe, tal vez las cosas podían cambiar ¿No?.

Me deje tumbar en la arena y nos quedamos mirando por unos segundos en los cuales no pude evitar un leve cosquilleo y una sensación extraña en mi cuerpo. Sonreí cuando comenzó a repartir besos por mi rostro y sus manos se paseaban por debajo de mi vestido mientras me preguntaba si aún me parecía guapo ¿Era broma? Claro que lo era.

- Pues sí, eres demasiado guapo con o sin ropa –se alejó para que lo viera mejor y reí avergonzado, cubriendo un poco mis labios pero después lo descubrí observándolo y sintiendo de nuevo sus labios apegados a los míos. Colee mi lengua en boca mientras me aferraba a él, cariñoso, abriendo un poco más mis piernas y pasarlas por su cintura.

Reí entre avergonzado y divertido por sus palabras. No hacía la gran cosa para que se excitada o algo por el estilo, estaba normal. Pero bueno, suspire sin soltarle viendo sus colmillos en esa gran sonrisa.

- Oh pero si no hago nada –le susurre sintiendo sus dientes en mi cuello y gemí cuando se unió a eso las caricias en mis nalgas. Me relamí los labios alzando un poco las caderas haciendo un leve movimiento con esta para “molestarlo”- pensé que podías aguantarte.

Dije con tono inocente mientras recostaba mi cabeza en la arena echándola hacía un lado pero sin dejar de verlo con una expresión inocente. Quería ver cuál sería su reacción.

Una mordida más fuerte fue dada en mi cuello por lo que hice y cerré los ojos para volver abrirlos después por sus palabras. Estreche los ojos levemente y sonreí mordiendo mi labio inferior.

- ¿Y quien dijo que yo no quería caer? Nikita no pongas palabras en mi boca -dije con tono de voz ofensiva, pero era solo bromeando, sonreí por sus mordidas en mis labios y sus caricias.

La falda del vestido fue subida más hasta más arriba de mi estomago. Un cosquilleo me recorrió cuando sus labios fueron a la piel expuesta a la par que sus manos y varios gemiditos se escaparon de mí. Era una sensación maravillosa.

- Mnh ahn... n-no lo negaré... ahh deseo más -susurre llevando uno de mis dedos a mis labios después del beso que me dio.

Me estremecí ante sus caricias y cuando me quito la ropa me sentí algo avergonzado. Pero no dije nada, solo gemía y me removía levemente por sus atenciones en mi cuerpo, nunca antes había sentido algo así. Solo con él y me gustaba, observe su sonrisa y lo mire sonrojado observando como volvía a lamer mi vientre y muslos. Gemí algo más fuerte y después paro y lo miré algo sorprendido.

Gatito… Eres virgen?

Esa pregunta me puso nervioso acaso si lo fuera ¿Iba a dejar todo eso? Mordí mis labios bajando la mirada quedándome en silencio. No sabía si contestarle, su voz había sonado molesta ante esa pregunta y no quería enojarle más.

- Y-yo bueno podemos dejarlo así, si quieres -susurre tanteando con mis manos la arena para tomar la ropa que me saco para poder volvérmela a poner.

Me sorprendí por sus palabras y aquel movimiento fue inesperado. Ahora me encontraba en cuatro, podía sentir entre mis manos la arena y agarre un poco de esta al intentar formar en puño mis manos y cerré los ojos echando un poco el cuerpo hacía delante en el momento en que mordió mi espalda soltando gruñidos.

Era como si su lado animal estuviera bastante presente, me sonroje levemente cuando aquellas mordidas bajaron hasta mi trasero, mordió ambas nalgas y después coló su lengua hasta mi entrada. Me tensé un poco por esos movimientos pero nada más. Sonreí por sus palabras cuando dijo que sería suyo.

- Claro que lo seré… siempre será así ¿Ne? –susurre cerrando los ojos y sentí como ingresaba ese dedo. Cerré con fuerza las manos a la vez que soltaba un gemido algo más fuerte incomodo por aquel intruso en mi interior.

Sonreí ante su respuesta pero cuando me tense por ese intruso en mi interior él se alejó sacándolo. Mientras me decía que no me moviera, voltee un poco la cabeza observando como corría hacía una dirección. No tardando mucho en su regreso a la vez que llevaba unas cosas en su mano y estiro la toalla.

Lo mire con curiosidad cambiando un poco mi posición, escuchándole. Me sonroje levemente sintiéndome algo tonto por no poder resistir aquello. Me deje recostar y eche mi cuerpo hacía gimiendo cuando comenzó hacer aquello.

- L-lo siento N-nikita -me disculpe entremedio de gemidos de placer por lo de no poder continuar con lo anterior. Aunque igual sería mejor podía en cualquier momento venir alguien y vernos en tal estado.

Gemí excitado. Mi rostro se encontraba sonrojado a la par que movía un poco mi cuerpo cuando mi miembro estaba en su boca. Sentía la lengua húmeda recorrerme provocando leves estremecimientos y una sensación de cosquilleo en mi bajo vientre.

Pase uno de mis brazos en mi rostro posandolo cerca de mis ojos para que no me vea del todo así ya que sentía algo de vergüenza por como me sentía y debía de verme.

Más gemidos comenzaron a escaparse de mis labios mientras podía notar algo de sudor por partes de mi cuerpo por el calor que todo aquello me provocaba. Nikita sabía como hacer estas cosas y yo... bueno apenas y lo había hecho bien cuando se lo hice ¡Que pena!.