Lollypop Luxury Amidas

Después de haber conocido a Hang y a Daichi me había acostumbrado a ir allí. Ni decir que estaba la tienda donde debía de comprarle el alimento a mi pequeña mascota de la cual me he encariñado totalmente. Debía de agradecerle mucho a Daichi por habérmela dado, me hacia mucha compañía en mis días solitarios.

Ya con el alimento en mano debía de disponerme a ir a casa aunque dar una vuelta no estaría mal ¿Verdad? Guarde el alimento en mi cartera y me dispuse a recorrer esos barrios que ya no se me hacia aterrador como la primera vez que me lleve tal susto con esos demonios, prácticamente me destroce los pies pero dah... ya era tiempo pasado.

Camine de manera distraída observando algunas pocas tiendas que se encontraban en ese momento abiertas y me quede viendo una con suma curiosidad hasta incluso pose mi mano en el vidrio del escaparate sin dejar de mirar el interior.

Aquella voz me hizo separarme de manera rápida y voltear hacia donde había provenido esta, encontrándome con un hombre de largos cabellos y con una maleta el cual se detuvo a una distancia algo alejada de mi pero la cual me hacia oír su voz a la perfección ¿Quién podía ser? Aparte no estaba haciendo nada malo, solo por curiosidad había posado mi mano ahí por nada más pero ese ultimo comentario me hizo fruncir el seño y suspirar para tranquilizarme.

- Acaso... ¿La tienda en suya? Tampoco es que el cristal haya quedado sucio, esta en perfecto estado de limpieza.

Me encogí de hombros desviando un poco la mirada para después volverla a él arqueando una de mis cejas a la vez que me cruzaba de brazos.

- Así que no debería de hablar antes de tiempo. Ni decir que no tiene ningún derecho a llamarme "gato" no nos conocemos -descruce mis brazos para arreglar un poco mi vestido y me dispuse a voltearme para salir de ahí, no conocía a ese hombre y tampoco iba a quedarme ahí para escuchar como me hablaba de esa forma.

No pude ni dar un paso cuando lo tuve cerca mío. Su risa me hizo volverme hacia él escuchándole con atención, llegue a sentirme un poco tonto, me había tomado aquello como un insulto o algo por el estilo pero parecía que esa no era la intención. Solté un resoplido y negué haciendo que mis cabellos se mecieran un poco al compás de ese movimiento, no se que me había pasado recién.

- Oh ya, lo siento ¿Eh? Es solo que pensé otra cosa -vi esa sonrisa y yo también lo hice, con cierto tinte de vergüenza junto con un suave tono rosaseo en mis suaves mejillas- ¿Nikita? Nunca había escuchado ese nombre -susurre y tome su mano- yo soy Amidas, u-un gusto -hice una reverencia después, separándome a los segundos.

Alcé una ceja ante ese apelativo. No entendía porque me decía de esa forma pero bueno, no iba a ponerme como antes tan a la defensiva porque notaba que no me quería hacer nada malo así que mejor era no decir nada por ahora.

Me sorprendí cuando me hizo esa pregunta ¿Cómo sabía que me gustaban? Era extraño, pero sonreí asintiendo. Cuando se trataban de cosas dulces me ponía de mejor humor.

- Si me gustan pero ¿Qué es la Anne Bloody? No había escuchado ese nombre nunca -le pregunte con curiosidad y vi después la maleta- ¿Le ayudo con su equipaje? -apunte ha esta mientras me acercaba más de él.

Espere su respuesta con calma, había actuado antes con mucha impulsividad y eso no era para nada propio de mí, lo cual me hacia sentir un poco mal. Cuando me respondió sonreí... dulces, era lo que más me gustaba aunque Junsu me tenía a dieta porque podía engordar pero ya hacia tiempo que no comía nada así que no me podría hacer daño ¿Verdad?.

- Entiendo y esa tienda ¿Es suya? -me aleje un poco al momento en que me dijo que no necesitaba ayuda para llevar su equipaje.

Vi esa sonrisa y también sonreí comenzando a caminar a su lado con tranquilidad aunque él llevaba un ritmo más rápido. Lo cual hizo a los segundos que me tomara de la mano, lo mire de reojo sonrojandome levemente por esa acción de su parte.

- Pues algo, no tanto como usted. Aunque aun me falta conocer lugares de esta ciudad -mire su maleta por unos segundos y después lo mire a él.

Creo que no debí de haber preguntado aquello, su mirada cambio por completo y eso era de tristeza por lo sucedido con su hermano. No me gusto para nada ver esa expresión en él así que me sentí por completo culpable. Baje la mirada sintiendo mi mano seguir siendo apretada con fuerza.

- Oh lo siento, no fue mi intensión recordarle ese suceso -le dije apenado y de repente vi como su expresión cambiaba. Parecía un niño que quisiera algún juguete y se lo estuviera pidiendo a sus padres.

Alce una ceja esperando a que soltara lo que le quería decirle y termine sonriendo. Así que era eso, no tenía ningún problema.

- Claro ¿Por qué no? Yo no tengo problema en ello. A veces es bueno salir acompañado -di una suave caricia en su mano para que me siguiera guiando hasta su tienda.

- De todas formas discúlpeme -agache un poco la cabeza diciéndole aquello con la voz levemente avergonzada y de repente el me hablo ¿Perro? Vaya, entonces es un cambiaformas. Porque de esencia de demonio no tenía, debí haberme dado cuenta de un principio de eso pero por como había comenzado la situación lo pase por alto.

El sonrojo de nuevo se instalo en mis mejillas por la lamida que me dio y su risa ¿Por qué había hecho eso? Esta era la primera vez que me ponía rojo tantas veces en tan poco tiempo y con la misma persona, me sentía raro.

- No hay problema, no siempre los perros y los gatos deben de llevarse mal ¿No cree? -terminamos por soltarnos de las manos y seguimos caminando hasta llegar a la tienda que debía de ser su dulcería.

Era extraño que dijera aquello, no le gustaban los gatos pero yo si ¿Cómo era posible? Entrecerré los ojos pero no dije nada, tal vez fuera lo mejor que yo le agradara porque así nos ahorraríamos una pelea de la cual uno de los dos saldría mal parado y sinceramente esas cosas no era de mi agrado.

- Entonces tengo suerte de no ser odiado por usted -leve sonrisa afloro de mis labios mientras terminábamos por parar en la tienda.

Esta estaba cerrada y con un cartel afuera que decía que lo estaba por la muerte de alguien, y ese alguien era el dueño de esa dulceria o más bien el anterior porque ahora era Nikita quien lo era.

La puerta se abrió de repente saliendo una joven de ahí mientras el otro cambiante me tomaba de la mano haciéndome entrar junto con él al lugar. Hablaron solo unas pocas palabras y ella se fue dejándolos solos de nuevo, escuche su pregunta y mire los dulces que habían ¡Todos se veían demasiados ricos! No sabía cual eligir.

- Etto... se ven tan deliciosos todos -murmure con voz emocionada- quiero de ese -apunte hacia un dulce muy parecido al dango en japón pero este de vez de tener tres bolitas poseía una grande y con diferentes sabores.

Spoiler:

Escogí el de chocolate con lacasitos encima, se veía tan delicioso, aunque los demás también. Me sentía como un niño en ese lugar.

- ¿Enserio? Eso es genial, llevan de buena manera las tiendas entonces. A mi me gusta preparar dulces, pero este ultimo tiempo no me he hecho nada, aparte que un amigo me tiene a dieta porque en mi versión felina me veo algo rellenito -cerré los ojos suspirando, en humano no me veía nada de gordo. Incluso me había pesado y no había subido ningún gramo desde la ultima vez que lo hice. Incluso seguía pesando los 40 kilos, lo cual no era mucho ¿Verdad?

Lo vi sacar el dulce que le pedí poniéndolo en una bandeja y me dijo que escogiera otro ¿Enserio podía? Haha si Junsu estuviera aquí ya me habría dicho que primero debía de hacer ejercicio, ahh me sentía tan bien.

- ¿Enserio puedo sacar otro? ¡Gracias! Eres tan amable mmm deme de eso -apunte un muffin que era de chocolate pero encima tenía una crema de color rosa junto con una verde y otros pequeños dulces de colores que hacia un adorable contraste.

Spoiler:

Cosas así eran de mi total agrado y era divertido prepararlos uno igual. Ojala no estuviera siendo una molestia.

Era curioso ese gesto que tenía de lamerse los labios casi a todo momento, debía de ser una costumbre o maña que poseía pero bueno eso a mí no debería de importarme, cada persona tenía lo suyo. Le sonreí y me anime por lo que dijo, si tenía menos grasa eso era genial y no me haría tan mal.

- Si es así entonces puedo estar más tranquilo y comer sin mucho remordimiento –cubrí mis labios para soltar una risita encantadora observando como depositaba el muffin con el otro dulce que con anterioridad había escogido.

Tomo la bandeja y me dijo que iríamos a un departamento que había arriba, asentí con suavidad comenzándole a seguir. No tardamos mucho en llegar, el lugar era sencillo pero eso no tenía nada de malo. Si vivía una persona estaba bien. Lo mire algo sorprendido cuando me dijo eso, me sentí raro… porque ¿Cómo había sabido que me podría llegar a sentir una molestia? Yo no lo había dicho en voz alta, al contrario solo lo pensé. Bueno no diría nada.

- Gracias, aunque no me digas bobo –suspire haciendo un leve puchero y sentí sus dedos en mi frente, me toque ahí y suspire sonrojandome levemente. Me senté al verlo partir para esperarle, ojala no tardara mucho.

Nikita no tardo mucho, a los minutos llego con la bandeja y le vi sentarse aunque la sonrisa con la que se instaló desapareció de manera rápida. Sus ojos se llenaron de lágrimas y me acerque preocupado hasta donde se había sentado y apoye mi mano en su hombro.

- Tranquilo, desahóguese si eso es lo que desea –retire mi mano para abrazarlo con cuidado. Ese cambiaformas había perdido a alguien importante hace poco y las lágrimas debían de prácticamente salir por si solas, pero las tenía contenida en sus ojos. Lo abrace con más fuerza comenzando acariciar sus cabellos, yo no iba a burlarme de él o algo por el estilo si lloraba.

Me hacía recordar cuando yo perdí a mi padre, pero en ese momento yo no tenía a nadie quien pudiera abrazarme y decirme que todo iría bien, estaba solo y ni siquiera era mayor edad y ni decir a que esa edad era más pequeño y no usaba zapatos de tacones alto. Muchos creían que podían pisotearme y hacer lo que quisieran conmigo pero no me deje, suspire apoyando un poco mi cabeza en la suya, esperando que se desahogara.

Sus brazos tardaron en rodearme pero al final se descargó, su rostro estaba en mi pecho y las lágrimas salían mojando mi vestido pero eso no me importaba si con eso él estuviera mejor. Pensé que se quedaría más llorando, que sacara todo pero no… solo duro un tiempo demasiado corto, estaba más que claro que aun quería llorar pero no quería mostrarse débil ante mí.

Yo no entendía porque las personas pensaba que llorar era un acto de los débiles, ese concepto estaba muy equivocado y no me gustaba para nada, pero bueno era decisión de Nikita seguir llorando o no. Se limpió los ojos y me aleje un poco para que tuviera su espacio, sonreí un tanto ruborizado por la acaricia y el beso en mi mejilla y asentí apenas.

- Si puede ser pero no importaba si era para que usted estuviera bien –sonreí algo avergonzado y observe como acercaba mis dulces junto con una taza de té, la tome sintiéndola algo caliente aun y suspire- no tiene que agradecer ¿Si? Esta todo bien.