Lollypop Luxury Amidas

- Esta bien confiaré en usted –deje que acariciara otra vez mi mejilla mientras tomaba otro poco del té. Estar en su compañía era algo agradable aunque en un principio no fue así por la forma en que me hablo pero ¡Bah! Fui yo quien se dejó llevar por aquello.

Tome con cuidado el dulce que se parecía al dango y le di una mordida a esa bolita mientras escuchaba sus preguntes, me sonroje mucho por la ultima que dijo ¿Para qué quería saber eso? No creía que fuera un dato importante, aunque bueno tampoco me costaba mucho responderle. Suspire bajando un poco la vista para intentar que el color bajara de mi rostro pero no… se empeñaba en hacerme sentir ese calor en ellas que confirmaba que aún seguía ahí.

- Pues soy de Tokushima –sonreí a la vez que dejaba el dulce de donde lo había sacado- ¿La verdad? N-no tengo novio. N-nunca lo he tenido –suspire encogiéndome un poco de hombros.

Su riza me tranquilizo un poco pero no podía evitar sentirme raro en su compañía, lo mire curioso cuando dijo que quería ir a Japón. A mi encantaría volver por unos días pero por ahora no tenía el dinero para viajar así que me tendría que esperar aunque tal vez él si tenía dinero y podría viajar. Era un lugar bonito y grande, demás que le gustaría si iba.

- Le gustara aunque haya mucha gente. Hay lugares muy hermosos –la sonrisa de nuevo se instaló en esos labios y se acercó mucho a mí. Lo mire con ciertos tintes curiosos en mis pupilas por nuestra cercanía pero cuando tomo mi rostro entreabrí los labios sorprendido mientras las mejillas se ponían más rojas y lo sentí. Sus labios contra los míos en un beso corto, incluso podía llamarse roce pero después dejo otro y esta vez si era largo.

No sabía bien cómo actuar y ahora sus manos se posaron por mi cuello dejando suaves caricias. Cerré por completo los ojos, correspondiéndole después de unos segundos el beso. No entendía bien porque lo hacia pero me dejaba llevar por lo que sentía en esos momentos, si estaba mal o no se vería después pero ahora solo sabía algo dentro de mí lo quería.

Un estremecimiento, su cuerpo apegándose más al mío y mis manos posándose en sus hombros mientras el beso continuaba tan solo unos segundos más y al final se separó. Lo mire con la respiración agitada, las mejillas sonrojadas y con mi corazón latiendo de manera rápida, podía notar como las mejillas ajenas estaban iguales que las mías, suspire avergonzado mientras llevaba una mano a mi pecho esperando que mis latidos se calmaran y sucedió. No sabía ahora ni que decirle respecto a eso pero ante sus palabras sonreí algo agradecido de que hubiera sido algo distinto.

- Y-yo ah… claro no habría problema, espero que se la pase bien conmigo allá -susurre tomando de nuevo el dulce que había dejado a medio comer- aunque claro debo de confesar que conozco más en donde nací que los demás lugares de Japón pero no creo que nos perdamos -sonreí y le di una pequeña mordida al dulce, retándole importancia a ese detalle.

- Hai, vendré a verle, aunque me tiene que decir cuando la va abrir. Tampoco quisiera venir antes y molestar –sonreí y termine ese dulce dejando el palito sobre donde había estado el dulce apoyado. Había estado muy rico, se notaba que era hecho ahí y no traído de otra parte.

De nuevo sentí su cercanía pero ahora en una acción muy diferente, su lengua pasó por la comisura de los labios lamiendo un poco de dulce que había quedado ahí. Desvié la mirada escuchando su risa y suspire llevando mi mano hasta mi mejilla acalorado, apenas conocía a ese joven y ya me sentía tan extraño ¿Cómo era posible? Era tan raro.

Sus labios de nuevo se unieron a los míos pero esta vez fue diferente, más atrevido y con mucha más cercanía. Sus brazos rodearon mi cintura y me acomodo en el piso, puse mis brazos a su cuello y cuando los besos fueron bajando por mi cuello solté un gemido suave mientras el tono en mis mejillas se volvía rojo.

- N-nikita... -gemí su nombre sacando mis manos de su cuello para posarlos en sus hombros y solté otro gemidito avergonzado.

Arquee mi espalda cuando sus manos se colaron por mi falda tocando la piel de mis muslos. La sensación que sentía en esos momentos era diferente, nunca antes me había sentido así aunque era una sensación que me agradaba no podíamos seguir. Recién nos conocíamos y no sería bueno aquello. Gemí un poco más fuerte cuando me mordió de manera intensa, me supuse que me quedaría una marca ahí pero eso no me importaba.

- Ahn y-yo m-me gusta esto pero recién nos conocemos y-y no se, siento que esto está yendo muy rápido, lo siento –murmure entre gemidos suaves por las caricias que seguían siendo proporcionadas en mis pálidas piernas, lo mire llevando una de mis manos a su mejilla y cerré los ojos- lo siento tanto, y-yo ¿Cómo puedo decirlo? M-me agrada y le quiero aunque apenas nos estamos conociéndonos.

Un último beso y se reincorporo extendiéndome la mano para que yo también lo hiciera a la par que arreglaba un poco la falda de mi vestido que había quedado arriba, cuando estuve sentado me comenzó hablar con una sonrisa en sus labios. Le sonreí de igual manera un tanto sonrojado por la situación y negué, no me había sentido incomodo es solo que llegar más allá no me parecía porque recién lo estaba conociendo aparte que podía parecer alguien fácil y lo que menos yo era eso.

- No me sentí incomodo, me gusto es solo que es demasiado rápido. Tal vez sea anticuado para ti no se –junte mis manos en mis muslos y lo mire unos segundos observando después la taza en donde estaba el té- oh ya veo ¿Manejar los hielos? ¿Cómo es eso? -tome la taza dándole un sorbo y saque a los segundos un poco del muffin que se veía tan rico y lo era, estaba delicioso.

Me sonroje aún más cuando dijo aquello de que si otro no me violara ¿Qué tantas cosa podía llegar a decir este hombre? Era… me hacía sonrojar bastante con unas cuantas palabras.

- A mí nadie me quiere violar Nikita no sé porque me dices eso –me puse a jugar con el muffin de manera distraída mientras escuchaba las explicaciones, yo no sabía nada de esos poderes de los demonios, pero ojala encontraran pronto alguien que les ayudara con eso- comprendo espero que eso suceda lo más pronto posible, hacen dulces muy ricos -sonreí y apoye mi cabeza en su hombro llevando otra el muffin a mi boca dándole una mordida.

¿Estaba escuchando bien? Yo no podía creer que estuviera diciéndome esas cosas ¿Todo iba enserio lo que decía? ¿O era una broma? Levante mi cabeza de su hombro y lo mire intentando procesar bien lo que me decía. Sentía un pequeño cosquilleo en mi mejilla como si esta siguiera recordando las caricias que me había estado dejando en ella. Después de unos segundos pude por fin decir algo, aunque me escuchaba tan no se... ¿Tonto? Si algo así.

- ¿A-ah? Y-yo ¿Darme amor? B-bueno no se e-es tan p-pronto pero me gustaría -otra vez mis mejillas las sentía calientes por la vergüenza- ¿C-comerme? No sea tan exagerado Nikita -baje la mirada y después de unos segundos rodee con mis delgados brazos su cuello, ocultando mi rostro en esa parte de su cuerpo.

Me sonroje más cuando dijo que podía seguir dándome besos, menos mal que mi rostro ya lo había ocultado por completo en su cuello si no, él seguiría viéndome de esa manera y me daría aún más vergüenza por ello. Sus caricias en mi cabello me relajaron un poco mientras lo seguía escuchando, me aleje un poco de su cuerpo después que sus labios besaron mi cabeza y lo mire sonriendo levemente.

- ¿Sabe a dulce? No me lo imagino –reí con suavidad y cerré los ojos por unos segundos- ¿Dormir? Bueno si es bastante tarde para volver, está bien me quedo, tampoco es que desconfié tanto de usted.

Sonreí de manera dulce y acaricia sus mejillas para los segundos depositar un tierno beso en sus labios y continuar después con lo que quedaba de mi muffin junto con el té, que ya se encontraba por completo helado.

El muffin termino por desaparecer en unos segundos y me tome el té mientras lo veía ir y venir en busca de ropa. Agradecí que me prestara algo porque me era incomodo dormir con el tipo de ropa que siempre llevaba. Deje la taza vacía en la mesa y tome las ropas que me extendió asintiendo. Era tan amable.

- Muchas gracias, no importa si me queda grande es solo para dormir y con esto estaré más cómodo que con el vestido –sonreí y sentí sus labios de nuevo contra los míos por última vez antes de que se fuera al baño.

Cuando ya estuvo dentro me levante del cojín y comencé a quitar lazados y otros elementos para que se me facilitara la tarea de quitármelo. Era un poco complicado pero nada que no haya hecho antes.Estire un poco mi brazo hacia atrás, bajando el cierre del vestido el cual se fue deslizando a la par de lo que hacía cuando lo baje por completo saque mis brazos de las mangas y este cayó hasta mi cadera. De ahí con mis manos lo saque por completo hasta quedar en ropa interior.

Doble la ropa con cuidado dejándolo en el cojín en donde antes había estado sentado y me dispuse a sacar los altos zapatos que usaba, terminando por dejarlo aún lado y quedando de mi real estatura, suspire con algo de pena ¡Cómo me hubiera gustado ser más alto! Aunque bueno de todas formas pudo ser peor porque un año antes de que se terminara aquella edad en donde supuestamente era el limite donde el hombre crecía, no llegaba ni al metro cincuenta.

Negué sacando esos pensamientos de mi cabeza y me puse la camisa con la cual dormiría y si que me quedaba grande y después continué con colocarme el pantalón corto que se deslizaba un poco por mi cadera. Me senté y lo espere, después le pediría el baño para quitarme el maquillaje.

Solo pasaron unos minutos desde que termine por arreglarme cuando él salió, se acercó hasta mí y como si ya de una costumbre se tratara me beso, le sonreí correspondiendo unos segundos y al estar ya separados me dijo que podía entrar al baño. Me levante acomodándome un poco las ropas que me dio y asentí.

- Oh esta bien, no tardo -camine hasta el baño y me metí ahí, dirigiéndome rápido hasta el lavamanos el cual abrí para ver como caía el agua. Tome algo de agua entre mis manos y moje mi rostro, volviendo hacer el mismo procedimiento un par de veces notando como el maquillaje comenzaba a correrse.

Saque algo del papel higiénico con el cual comencé a limpiar el rostro del maquillaje corrido hasta quedar por completo sin el. Me mire al espejo unos segundos y sonreí quitando los moños que tenían recogido mi cabello y este quedo por completo suelto, no sabía porque pero en ese lugar al lado de Nikita me hacía sentir bien.

Sonreí otra vez y puse en el basurero los papeles que ocupe para limpiar el maquillaje y salí esperando que ya estuviera en el departamento.

Al salir estaba ahí sentando, sonreí cuando se me acercaba y sus dedos se enredaban en mi cabello. Suspire entrecerrando sus ojos y lo deje a la vez que besaba mi frente. Verlo así inclinado me hacía avergonzar un poco ya que él comparado conmigo era alto, me sacaba 20 centímetros, tal vez no debí aún de sacarme los zapatos altos.

- ¿Me lo dijo? No lo recuerdo… ¡Gomen ne! Bueno yo tengo 29 años –me deje llevar hasta la cama y me senté junto con él- aunque no lo parezca -reí de manera adorable y con su mano tomada comencé a jugar con ella de manera cariñosa, dejando caricias y todas esas cosas- Mnh ¿Me podía repetir cuantos años tienes?

Empecé a mecer mis pies a la vez que apoyaba mi cabeza en su hombro comenzando a tararear una canción con mi voz suave y relajada.

¿Tenía 28? Entonces yo era mayor, le sonreí de igual manera sin darle mucha importancia a ello. La edad eran meros números y no media a decir verdad la madurez o los sentimientos. Me deje de hacer en sus brazos y lo mire a los ojos contemplándolo. Estábamos tan cerca en esa posición que incluso podía sentir su respiración golpear un poco mi rostro, me sonroje levemente por sus palabras.

- ¿Te gusto así? Bueno tú también me gustas alto y guapo –pase mis brazos por su cuello riendo- pude haber sido más bajo ¿Sabes? Unos diez centímetros menos pero a último paso otra cosa –susurre cerca de su oído, suspirando un poco y pasando mis labios por su cuello dejando unos cuantos besos- estar a tu lado me deja una sensación cálida y agradable.

Me separé de su cuello sonriendole otra vez, cariñoso, acomodándome de mejor forma en su regazo. Sus manos solo se mantenía en mi cintura y nada más, creo que estábamos adelantándonos mucho a las cosas pero no se algo en mí quería permanecer así en sus brazos.