[+18] From The Cradle To Enslave (Priv)

Los asesinos vuelven siempre al lugar del crimen. Siempre. Quizas no al día siguiente, seria una completa gilipollez, pero si pasados unas semanas, unos meses....incluso unos años. Nadie más sabia que yo habia sido el responsable de aquel suceso, excepto aquella niña demonia del parasol japones. Seguramente alguien me andaba buscando. ¡Bien! Ardia en deseos de que me encontrara, de enfrentarme a el y de subyugarlo bajo mi polla. No necesariamente por ese orden.

La seguridad era una mierda, sus mentes facilmente manipulables y al entrar en el recinto parcialmente cubierto por una enorme carpa que impedia su vision a los curiosos observé que la reconstruccion de la Basílica habia comenzado. Iban a construir sobre tierra manchada de sangre... ¿Que tenia de sagrado aquel lugar ahora? ¿Hasta donde llegaba la hipocresia de la iglesia? Unos bonitos murales, unas hermosas columnas, nada de eso taparia la masacre aquí ocurrida....

Debi haber aplastado todo el Vaticano en aquel momento, después de todo si no me detuvieron al destruir la Basílica...¿Quien iba a hacerlo en ese momento? ¿El dinosaurio del jodido Papa titera de los intereses de una falsa iglesia?
Retire la capa de mi cabeza, llevaba un vestuario propio de un monje para pasar desapercibido, pero como costumbre allí no habia ni un alma..a excepcion de los que allí habian muerto y de los cuales aun percibia su esencia.

Solté un gruñido y patee uno de los andamios provocando que cayera el de al lado con un efecto dominó. La iglesia podia pintarle una cara nueva a ese lugar, pero yo habia dejado mi semilla de destruccion y muerte en ella. Jamás seria un lugar seguro. Jamás.
Me giré sobre mis pasos para salir de allí, estaba tan furioso que necesitaba sangre para calmar mi rabia.

Un paso tras otro me iba alejando, pensando tal vez en mi siguiente rumbo, un sendero a seguir....un asesinato o violación que cometer. Mantenia los puños apretados al punto de que mis uñas casi rasgan la carne de mis manos. Me propuse relajarme, al menos hasta que pudiera explotar libremente y crear lo que se me viniera en gana con visceras y sangre. Pero el eco de mis pasos se confundió con el sonido masculino de varios gemidos furtivos y unos susurros inquietantes. Me giré para inspeccionar de nuevo el lugar movido por la curiosidad y la morbosidad de pillar a alguien fornicando en ese sacrosanto lugar.

Volví sobre mis pasos y me detuve cuando percibí unas claras palabras, una voz masculina, joven, desesperada, nublada, desgarrada... Su ubicación se encontraba en el lateral de aquel altar en reconstrucción, habian instalado ahí unos cubículos que simulaban ser un confesionario y la sangre se desbordaba por el suelo del mismo poderosamente llamativa en contraste con el blanco marmol. A continuación cayó el cadaver de un parroco con el pecho ensangrentado.

Descorrí las cortinas impetuosamente buscando al asesino en el interior. Espere encontrarme con un demonio, un ente peligroso, algo con cuernos y alas negras o sin duda unos ojos de un color llamativo y sobrenatural...pero solo encontre a otro parroco, un chico joven confuso, con la sangre salpicandole el rostro y las manos.

Torcí los labios en una sonrisa, un asesino oculto tras una fachada de aparente inocencia.
-¿Es este un nuevo metodo de confesión?- sisee burlonamente acariciando con mis dedos aquella basta tela que cubria el confesionario -¿Es la nueva educación que le dan a los siervos de Dios?.- reí por lo bajo alejandome un par de pasos y descendiendo la punta de mi bota metalica aplaste el rostro desencajado de aquel despojo cristiano. La suela se impregnaron de sus sesos, se torno viscosa cuando alce el pie.

Aquel sacerdote, asesino, demente y estupido chico se avalanzó hacia mi dandome una bofetada con aquel objeto que usaba de arma del tamaño de un puñal. Para nada habia esperado esa reacción, esa locura. Estaba poseido por un demonio sin duda y ese demonio interno le pedia sangre y mas sangre. No se habia satisfecho de matar a aquel cura, ahora queria matarme a mí... pero su objetivo era y es erroneo, no sabia a quien se estaba enfrentando. Alcé mi mano para agarrarle del cuello pero el muy bastardo resulto ser también hechicero o quizas solo hechizado dicha arma. Me importaba tres capullos, yo tambien estaba cabreado y el ataque solo habia alebrestado mi ira y mis instintos asesinos. Matar o ser matado.

Jale las riendas que me afixiaban provocando que el cura viniese hacia a mí. Golpee su rostro con el puño cerrado, certeramente, desviando el tabique de su nariz al rompersela y acto seguido agarre sus cabellos con fuerza, abrí mis fauces y clave mis colmillos envenenados en su hombro derecho, atravesando la tela y la carne. El liquido entro en su carne, en sus venas. Era un potente elixir con poder narcótico y debilitador...asi que aquellas cuerdas de sangre finalmente aflojaron el agarre asi como el joven dejaba caer su cuerpo como peso muerto que yo atrape con un brazo, rodeandole por la cintura.

-Tu vas a ser mi victima esta noche- escupí practicamente cerca de su oido consciente de l sonido de esos latidos que iba a amainando. Seria muy facil matarlo ahora, dejar su cadaver sobre el otro y que por la mañana se encontraran el pastel....pero ese crucifijo, el poder que entrañaba llamó mi curiosidad, que menos que descubrir la magia negra que este chico sabia manejar antes de acabar con su patetica existencia.

Lo cargué sobre mi hombro derecho una vez quedo desfallecido y me largué de aquel reciente escenario de crimen. Mi veneno aseguraba un par de horas de noqueo, suficiente para construir un nuevo escenario para mi conejillo de indias.
Cerca de allí tenia una guarida, habia alquilado el sotano de un gran edificio y lo habia habilitado con un laboratorio con las mas modernas tecnologias asi como las mas arcaicas. En la habitación contigua habia una sala de paredes negras, una de las paredes tenia un gran espejo y del techo colgaban unas cadenas con grilletes incluidos. Lo mas llamativo era el crucifijo de madera a gran tamaño salpicado de sangre, aún en uno de los extremos colgaba piel y carne hundida y sujetada por un gran clavo de hierro.

Alli no preguntaban por nada. Era un lugar seguro para asesinos en cierta manera, un centro de corrupcion. Drogas, alcohol , putas baratas y asesinos, una hermosa combinación. Asi que no se soprendieron cuando me vieron con aquel chico cargado a mis hombros, ni preguntaron.
Abrí la puerta sin necesidad de llave alguna, solo tocando el pomo con la mano y me dirigí a la habitación negra. En dicho lugar tome los grilletes y se los fui colocando al cura en las muñecas para dejarlo levemente alzado, aun cuando las rodillas practicamente rozaban l suelo. Arranqué el rosario y lo examiné mas de cerca...mas algo me dijo que necesitaria de mis aparatos para desentrañar su modo de funcionar.

Salí de aquella habitación de oscuras paredes iluminada unicamente por una bombilla cuyo halo de luz era de un color verdoso y me dirigí hacia el laboratorio. Suspendí la cruz ensangrentada en el aire creando a su alrededor un hechizo invisible de protección por si acaso reaccionaba a la voz de su amo y acudia en su busca. Tendria incluso tiempo de cambiarme si me placia, aunque la sangre en mis ropas no era el mayor de mis problemas. Me quité la capucha, aquel sayo y lo examine. Me latió un palpito en la cabeza, algo me empujaba a investigar sobre aquel crio demente. Sujeté la tela tensandola y con una de mis uñas que creció mas de lo normal, completamente afilada, rasgue un pedazo manchado.

En las dos horas siguientes me di una ducha, me puse "mas comodo" y me propuse analizar la sangre...o por lo menos a empezar con aquello. Desgraciadamente no contaba con suficiente tecnologia, lo cual resultaba tedioso y ademas tardaba el doble de tiempo. Pero fueron esas inutiles oraciones las cuales me sacaron de mi estupor. ¿Como se atrevia el desgraciado a rezar en mi lugar de trabajo?
Dejé el tedio para despues intrudiciendo la muestra limpia en el ordeandor para que la maquina hiciera el resto. Mientras me divertiria un rato con este extraño especimen. Camine hasta un armario adyacente a la puerta y sustraje del mismo un látigo de cuatro colas que llevé arrastrando hasta la habitación en donde se encontraba el sujeto.

-Buenas noches meapilas...no sigas rezando, tus palabras no le van a llegar nunca...- sisee rodeandolo hasta dar cara a él -No tiene sentido darle mi nombre a alguien que esta a punto de morir pero...hare una excepcion.- paladee mientras mis dedos afianzaban el arma -Leichnam....¿Y tu curita? ¿Como te llaman a ti? Oh si..yo lo se...hipocrita, pecador, asesino, lujurioso, zorra....- esboze una sonrisa pletórica -Has pecado zorra....se que anhelas expiar tus pecados....asi que yo procurare un castigo digno de un masiquista como tu...asi como tu idolo Jesus...lo sufrió en su tiempo a manos de los crueles herejes.- solte una tremula carcajada y alzando la mano en dirección al parroco jale sus ropas con brusquedad hasta rasgarlas privandole de ellas.

Debo confesar que su fisico resultaba atractivo, interesante...carne joven, tempranos pecados, lujuriosos anhelos, amarga culpa...había algo que me atraia de ese cerdo con sotana. Puede que fuera su demencia...o puede que fuera el hecho de haber tenido tratos con un demonio. Estos, como todos, gustaban dejar marcas en las criaturas con las cuales habian pactado..asi estas marcas fueran invisibles. Imperturbable me situe a sus espaldas observando la cantidad de cicatrices que tenia en ella, era como un maldito mapa. Alce la mano que agarraba el latigo para descargar con crueldad el primer golpe haciendo un debil surco en la piel de esa espalda musculosa.

Se defendia como una niña que defendia su virgo a capa y espada, pero en aquella situacion, atado e impedido, era completamente mio. Ciertamente sus quejidos comenzaban a molestarme, hasta el punto de desatar mi ira al grado máximo. Apreté el mango del latigo alzando de nuevo el mismo dispuesto a arremeter para cuando giró su rostro hasta un grado imposible para lanzar aquel escupitajo.

-¡Vas a desear no haber nacido hijo de la gran puta!- gruñí soltando el latigo para dirigirme iracundo hacia uno de los rincones de la habitación en donde habia un pequeño armario. Saqué del mismo unas piezas de madera que ejercian de pinza. Habia pensado en cortarle la lengua, pero igual luego me podria servir de algo, asi que opte por usar este artilugio.

Me acerque raudo a el y lo tomé del cuello apretando este con una mano hasta que su rosada lengua asomó de entre aquellos malhablados labios y la atrapé con el artilugio de madera, de una forma rapida y precisa. De este forma, cuando solte su cuello, era imposible que cerrase sus labios, que dijera cualquier cabronada mas, a excepcion de sonidos guturales y gemidos que nacierona directamente de la garganta.

-Ahora si...estas perfecto- sonreí y antes de volver a ocupar mi posición de castigador me percate de que su sexo estaba mas rigido de lo que debia. Reí a grandes carcajadas, era mas masoca incluso que yo, o eso habria que verlo...el caso es que tenian gustos parecidos y no podian ser mas diferentes. Pellizcó una de sus tetillas tirando de ellas, divertido al ver su mirada furiosa que trataba de retener algo de dignidad.

-¿Cuantos latigazos tendre que darte hasta que se te ponga del todo dura?.- sisee con malicia y volvi a tener el latigo entre mis manos para luego situarme a sus espaldas.
Fui contando los latigazos que iban rasgando aquella espalda, cada golpe era peor que el anterior, ponia toda mi furia de veras en aquel castigo. De alguna manera me imaginaba que esos latigazos los recibia mi espalda, que la sangre que corria era la mia, aunque yo no me sentia pecador, sucio, yo solo era yo, un maldito agnostico que buscaba su camino y deseaba alcanzar su mas vieja ambición.

Rojo, blanco y negro. Tres colores que ahora dominaban, el negro latigo surcando el aire en la negra habitacion, un blanco lienzo en el cual despertar el intenso rojo que descendia en forma de pequeños riachuelos. Su olor me excito mucho mas que cualquier gemido que pudiera haber procurado sus labios, su vision, la carne abierta, musculos rojos... Relamí mis labios y coño, casi experimente algo parecido a la ternura al verlo asi, como lindo corderito maniatado por lo que dejé de agitar vigorosamente el látigo hasta que resbalo de mi mano y cayó al suelo. Me encontré a mi mismo jadeando, aunque no sonoramente y decidi acercarme, pegar mi cuerpo a su espalda sangrante y rodear su cintura con mis brazos hasta que mis manos dieron con su vientre liso de piel joven.

-Se siente bien en el infierno, ¿verdad?- susurre dulcemente en su oido mientras una de mis manos se deslizaba para palpar el miembro endurecido. Tomé su oreja, jalandola con mis dientes, mordisqueando el lóbulo, lamiendo el camino descendiente hasta encontrar su cuello el cual succioné dejando tras mis labios marcas moradas. Senti ese cuerpo estremecerse, aunque no supe si de placer o de terror y bien poco me importaba. Estaba dispuesto a torturarlo, ahora de otra forma en la que él mismo podria encontrar ese placer sucio del cual renegaba.

Masturbé energicamente su polla una vez cesé con los tocamientos y mi propio pene crecia chocando contra la tela del pantalon, ansiando enterrarse con fuerza en esas tremulas nalgas.

-Dios no existe y si existio alguna vez, nos ha olvidado. Los angeles caen, los demonios resurgen con fuerza expandiendo su pecado, un pecado que nos alcanza a todos, incluso a los mas puros, tarde o temprano- hablé tremulo, en mi voz anidaba el deseo de poseerlo que rapidamente se vió saciado. Solté su agarre para bajarme los pantalones hasta las rodillas, asi como mis calzones.

-Por eso....si todo esta tan jodido...joder debe ser nuestra primera maxima- reí cinico y posicione ambas manos en sus nalgas abriendolas y dejando que la sangre fuera el liquido que humedeciese al agujerito. Dirigi mi capullo al fruncimiento carnal y empuje hasta sentirlo enterrado por completo. Gemí alto, profundo, extasiado. Aquella carne dura retenia cruelmente mi polla tornandose ahora torturadora de la carne.

Daba gusto follarse a este crio, corromperlo desde dentro, aun mas, y experimentar como pasaba del insulto al orgasmo en cuestion de minutos. No veia posible mover mi verga en tal estrechez y de hacerlo bien podia apretarla demasiado, pero la ansiedad de moverme, de encajarme como un loco pudo mas y atrapando sus nalgas las abrí para facilitar el balanceo de mi cadera.

-Aaah- gemí quedo en su oido receptivo a todas las lamentaciones y a todos los balbuceos que salian de su boca impedida. Decidí liberarlo entonces, poco mas podia hacer que gemir. Tomé el extremo de la pinza y presione para soltár la lengua tirando la pinza mas allá. Me sumergi de nuevo en ese cuerpo, embistiendo fieramente, balanceando su anatomia al ritmo de mis caderas, gimiente, estremecido, sudoroso y afiebrado. Había algo raro en esto, era una sensacion, un palpito, quizas una ilusion o una vana fantasia de mi cabeza. Fuera lo que fuera, no podia atender a ello ahora mismo...este cura me estaba desquiciando con su culito apretado.

Apretó sus tetillas, pellizcandolas cruelmente al sentirlas totalmente erectas y predispuestas -jmmm....estas tan tierno curita que por ti me volvia religioso- jadee en su oido puramente ironico y cinico riendome poco despues sin dejar de mover mi cuerpo contra el suyo. Lamí su nuca desprovista de cabello llevandome todo el aroma masculino de su cuerpo y baje mis manos manchadas de su propia sangre por sus costados, caderas, deslizandolas hacia adelantes donde se encontraba esa polla babeante.

Apreté sus testiculos con una, masajeandolos, mientras con la otra mano exprimia practicamente su polla observando goloso como los borbotones de esperma blancos salpicaban el suelo rojo. Sendos escalofrios descendieron de mi cerebro, viajando por la columna vertebral, reactivando los nervios que avivaban el placer. Realmente encajado como estaba, en aquel tremulo hueco, mis huevos se machacaban con su culo, haciendo estremecer la firme carne, haciendome gemir ronco, de la misma forma que cuando se la hube metido por primera vez.

Su cuerpo presa de incesantes temblores, de escalofrios placenteros que recorrian cada nervio, terminaria por desfallecer tarde o temprano....pero eso a mi no me importaba, el placer que derivaba de someter a una presa como esta era mucho mayor como para no seguir follandomelo aun cuando hubiese perdido la conciencia. Pensé quizas que aguantaria mas que él que ya se habia corrido varias veces, pero ese cuerpo, ese agujero que penetraba con rabia tenia la virtud o la desgracia de estrangularme de tal forma que fue inevitable que un generoso chorro de esperma invadiera dicha cavidad. Me sentí transportado a otro nivel, otra dimension que se alcanzaba a la llegada del orgasmo, la mente se desligaba del cuerpo quien sufria los estragos de la lujuriosa union, viajaba proporcionando mas y mas espasmos de placer.

Solté su polla cuando ese cuerpo quedo laxo, colgado y sostenido unicamente por las muñecas y ahora por mis manos que aferraban su cadera. Seguia embistiendo y con cada hundimiento en esa carne ardiente y humeda una corriente de esperma brotaba de mi enrojecido capullo acolchando liquidamente aquel interior. Brotaba de su ano una mezcla rosada, sanguinolenta y espesa que ya desbordado no podia mantener. Manó un suspiro quedo, profundo, extenuado que hizo vibrar toda mi garganta y apoye mi rostro en el hombro desnudo, apretando ese cuerpo contra el mio en un fuerte abrazo al cual senti finalmente desfallecido.

Su cabeza estaba echada hacia adelante, jalé sus cabellos y la gire levemente para verle el rostro. Tenia los labios entreabiertos y casi podia escuchar el embotado sonido de su corazon latiendo fuertemente pese a que su cuerpo se encontraba languido. Su mirada estaba velada por el profundo placer y por la extenuación aunque mantenia los ojos abiertos, a saber si mirandome o mirandose el interior de su cabeza.
Ahora llegaba el dilema. ¿Asesinarlo o no asesinarlo? ¿Usarlo como nuevo conejillo para mis experimentos o simplemente mantenerlo atado para follarmelo cada vez que me diera la gana? Era divertido, mas bien tentador, tener a ese chico que ya era esclavo de su educacion y de la religion que le habian inculcado, atado a mi, corromperlo mas si aun cabia, poco a poco, hasta que sus pensamientos hacia Dios, hacia Jesus y hacia los malditos angeles se tornaran negros y corrosivos. Pues nadie iba a salvarlo, ahora estaba atrapado en mi red de araña y yo era una jodida viuda negra muy cabrona.

Debia pensar mi decision y para ello debia alejarme de ese tremulo cuerpo asi que me desencaje a golpe de un gruñido de esfuerzo al mantenerse tan apretado y reteniendo su cuerpo abrazandolo por la cintura abrí las esposas que lo mantenian alzado. Automaticamente su cuerpo cayó y fue recogido antes de dar contra el suelo de bruces. Lo llevé conmigo, arrastrando sus pies y lo alcé subiendolo a una camilla oscura que estaba relegada en un rincón. Ahí lo coloque y me aleje sin dejar de observarlo, desnudo y sangrante, desviando la mirada hacia el generoso charco de sangre que habian en el suelo. Lo limpiaria mas tarde, ahora necesitaba ir a la habitación contigua, a lavarme y a meditar cual seria mi siguiente accion.

Cerré la puerta con llave una vez abandone la habitación y me eché en un sillon algo desvencijado y viejo. Los minutos corrian y mi mirada estaba fija en la cruz, solo un sonido, el de una maquina pitando, como lo haria un microondas una vez el objeto hubiese sido calentado, me despertó de aquellos pensamientos. El adn que habia puesto a analizar estaba listo para ser examinado.

Ahora mismo sentia pereza en explorar y examinar nada, mi cuerpo estaba cansado tras la experiencia y claro, necesitaba recuperarse. La maquina seguia pitando insistente y yo estaba ahi apalancado en aquel sillon que se hacia mas confortable por momentos. Entonces a punto de dormirme unos gritos me sobresaltaron. ¿Aun le quedaban fuerzas para gritar y exigir? ¿Como coño era posible? Por un segundo me dieron ganas de patear la puerta, agarrar al capullo del pelo y estampar su rostro contra la pared hasta que los sesos desparramaran por ella, pero por otra parte pense: Ya se cansara y si no....pondre musica para acallar sus gritos.

Y lo hice. A golpe de un chasquido la habitacion resono con una potente riff de guitarra y una voz satanica hablaba de la virgen pecadora de cuyo coño nació algo mas que un profeta. Era una cancion de letra escandalosa sin duda, puro ruido, una locura de melodia, pero a mi me servia para concentrarme en mi tarea.

Finalmente me levante y fui hacia el sofisticado aparato. Tomé los papeles que parecerian jeroglificos para alguien que no controlara de eso y leí atento y conforme avanzaba mis ojos se abrian mas y mas reflejando pura sorpresa e incredulidad. Conocia muy bien mi sangre, cada detalle, cada anomalia y especialidad y jamas pense que pudiera encontrar a alguien que compartiera ese gen especial que habia heredado de mi padre. No podia creerlo. Rehice la prueba y en total obtuve cuatro copias, todas iguales, todas proporcionando el mismo resultado....tenia un hermano pequeño y me lo tirado salvajemente.

Apagué la musica, la respiracion se me habia acelerado. Los genes de mi idolatrado padre en otro ser y experimente varios estados de animo al mismo tiempo, rabia, confusion e incluso pena. ¿Seguiria vivo el chico? No quise pensar mas, tenia que averiguarlo de sus propios labios.
Abrí la puerta de la habitación oscura y lo encontre en el suelo aprovechando su excasa fuerza y que su garganta parecia haberse privado de voz, lo recogí en peso y lo llevé al baño. Por el camino mis ojos se fijaban en ese rostro. Hermanos...hermanos de sangre y habia estado a punto de matar la unica conexion. No queria pensar de nuevo, mi objetivo era recuperarlo en la medida de lo posible.

Llene invocando el elemento del agua la tina con tibio liquido y lo sumergi en la misma apoyandolo bien para que no se hundiera. Salí apresurado del baño y tome un reconstituyente de fabricacion propia, un potente elixir que regeneraria sus tejidos y huesos hasta la completa recuperación aunque su cuerpo retozaria de nuevo dolor.
Incliné su rostro y lo hice tragar -Te sanara- adverti, aunque claro no esperaba que se fiase de mí asi que tuve que obligarlo. Estaba ensimismado, enmudecido, solo mirandolo hasta la extenuacion.

Casi no habia parpadeado en el transcurso de aquella recuperacion. Los minutos se dilataban extensamente, pareciendo horas, pero el tiempo para mi fue casi efimero, un reflejo fugaz y ante las preguntas de Jakob no supe si responder con la verdad o darle cualquier excusa. Tragué saliva, estaba perturbado y me solté de su agarre salvaguardandome las distancias. Tenia el ceño fruncido y desvié la mirada hacia el espejo que me devolvió el reflejo de mi propio rostro que ofrecia una expresion novedosa en mi.

-Como te llamas.- empecé el cuestionario con voz firme, no habia atisbo de burla en mi voz, tan solo queria la pura verdad, la verdad mas absoluta. -Y quien te engendró- seguí finalmente clavando mis ojos ambarinos en los suyos. El parecia un cordero degollado, presentaba mas confusion que yo si es que eso era posible, su cuerpo flotaba tenue entre aguas rosadas..aquel cuerpo que habia disfrutado azotando y follandolo sin pena alguna. Me sentia molesto de alguna forma por no ser el unico hijo de Derek, por saber que tenia ese vastago y por encontrarlo tan diferente a mí. Pero en su rostro pude ver afinidades, pude ver el reflejo de mi propia faz y mi cuerpo se tensó manteniendose rigido durante varios minutos.

-Dimelo todo de ti.- dije por ultimo en un hilo de voz.

Ninguna de esas respuestas me dejo satisfecho. Habia esperado un nombre, el apellido siquiera, aunque su padre era un santo cabron que desde luego bien habria podido abusar de esa monja y follarsela hasta la saciedad. Su historia tenia sentido conforme iba hablando, por su madre supo que su padre gustaba mucho de la gelidez impasible de tierras noreuropeas y que habia pasado largas temporadas allí investigando y descubriendose a si mismo. Estaba tan ensimismado asimilando información que ni me percate de que Jakob se levantaba con toda la disposicion de irse. Imposible, no podia irse.

Impulsivamente me levante y le corté el paso colocandome frente a la puerta, la unica válvula de escape -Tenemos mucho de lo que hablar hermano.- dije a bocajarro, mi mirada seria indicaba que no eran falsas mis palabras y mis pasos decisivos me llegaron a acercarme a el nuevamente -Tienes la sangre de mi padre fluyendo por tus venas...¿O es que acaso pensaste que tu dura infancia influyo para ese caracter bipolar y retorcido que posees?- mantuve la distancia. Una vez soltando mi descubrimiento dudaba de que quisiera marcharse, una minima curiosidad lo retendria aqui, minimo para preguntarme sobre mis afirmaciones.

Me volteé y me dirigi al salon en donde ocupe aquel comodo asiento que me habia acogido una hora atras. El crucfijo seguia pendiendo en el aire, protegido por una barrera elemental mágica. Aun ni lo habia examinado, pero ya no tenia ganas de ello. En mi fuero interno lo sabia. Desde pequeño siempre desee un hermano, alguien con quien jugar, con quien compartir inquietudes, poderes, ambiciones..quizas de haberlo tenido, no habria sido tan huraño como era herencia de genes paternos.

Tardó en salir...seguramente estaria postrado rezandole a ese Dios inutilmente mientras sopesaba tal información y mientras tanto yo hacia algo parecido para asimilarla, tragarla, engullirla y adaptarla. No estaba tan solo como pensaba, tenia un hermano y estaba tan podrido como yo quizas incluso mas, por que él lo negaba categóricamente. La idea de formar una familia nacida de la nada me parecio estupidamente absurda. Era mi hermano, me lo habia tirado y ahora vomitaba en el vater presa seguramente del asco.

La situación no mejoraria, lo mejor seria dejarlo marchar...por que ya....ya no podia matarlo...no podia hacerlo, eliminarlo implicaria eliminar parte de la sangre de mi padre en él y eso era simplemente una blasfemia. Deseaba poner esa excusa al hecho de que no pudiera cortar su carne y extraer el musculo de su corazon, pero el hecho es que, en mi fuero interno sabia que esa nueva informacion me habia debilitado en alguna forma.

Salió y me sorprendió por lo entero que parecia. Es decir, lo habia "restaurado" en cierta medida, pero no se mostro enloquecido por aquel hecho, en cambio parecia haberlo asimilado bien, demasiado...bien.
-¿Me estas jodiendo?- susurre ante su pedido de un espejo de cuerpo entero. No se fiaba de mis palabras, bien, podia entender ese hecho, pero estabamos hablando de ciencia y la ciencia habia mostrado que las sangres poseian similitudes fraternales. Pero claro...hablaba con un hombre mistico, un hombre de fé, un Santo Tomas moderno.

Bufé molesto, ceñudo y me levanté abriendo de par en par el armario en donde uno de los laterales contenia dicho espejo. Se puso frente a él dejando un espacio y observó por el rabillo del ojo como se acercaba. Su reflejo le devolvió un rostro receloso, ávido y ciertamente confuso. Tenian diferencias claras, pero habia un parecido, un rasgo similar... y mientras el otro escudriñaba el reflejo hayando la inminente verdad en aquella superficie y en nuestros cuerpos me habia decidido a no pedirle perdon por nada. Me lo habia follado y habia disfrutado, tenia un buen culo, un cuerpo apetecible y seguramente lo volveria a hacer...si, lo haria una y otra vez, pues esa voz, gimiendo habia enchido mi ego.

-¿Contento?- musité enarcando una ceja, ya era suficiente de aquella estupidez, el tenia sus respuestas y yo tenia mis preguntas, nuevas preguntas y una sospecha de que aquel joven huiria, como el pajarillo herido que aun trata de recuperarse tras una horrenda caida, aleteando debilitado, en busca de un consuelo que yo no podria darle y que buscaria en las rodillas de cualquier sacerdote. Se iria y la fraternalidad, aquella que podria haber nacido si las circunstancias no fueran estas, se perderia en el olvido.

Regrese al sillon en donde me hundi con toda le expresion de la palabra, apoyando los codos en ambos brazos del mismo para juntar las palmas sobre mi rostro, adoptando esa posicion meditabunda cercana al mistico que reza pero nada mas lejos de la realidad. Lo contemplaba, este, mi nuevo hermano, recorria cada curvilinea de su cuerpo, el sexo dormido que pendia de entre sus piernas, los musculosos brazos y ese porte altivo aunque flagelado por los remordimientos. Y nisiquiera me levante para impedir que se llevara el crucifijo el cual ni habia investigado aun, aunque no debia buscar demasiado para saber que gran parte de su poder magico lo albergaba dicho objeto.

Me abstraje durante un segundo, buscando algun indicio de remordimiento o de culpa por haberlo hecho padecer en aquella habitacion de negras paredes..puede que todo ese daño, puede que me hiciera sentir en verdad culpable, pero no me lo hacia sentir el placer que habia tenido cuando ambos cuerpos se encajaron el uno contra el otro. Cuando senti el jalon de mi muñeca desperté de mi abstracción y centre la fiera mirada en aquel chico que me miraba con tal fervor.

-¿Arrepentirnos?- la sola mencion de la palabra me hizo soltar sonoras carcajadas de incredulidad. Y segui riendome mientras decia todo aquello sobre el pecado, sobre lo que deberiamos o no deberiamos hacer. ¿De que vale el arrepentimiento? No iba a borrar nuestros actos impuros y claro, a mi no me daba la gana de rezarle a nadie.
-Yo no rezo a nadie.- gruñí deshaciendome de su agarre y me levante enfrentandolo de manera que mi rostro quedo muy junto al suyo, mi cuerpo tambien.

-No me arrepiento....soy un pecador y disfruto saboreando cada uno de mis pecados...y saber que eres mi hermano no ha disminuido mi deseo de poseerte una y otra vez y dudo que tu pollita no reaccionara si la acaricio de esta manera.- sisee deslizando mi mano por su entrepierna, agarrandola fuertemente para luego ir deslizando mis dedos por la largura de esta -Eres cinico, eres hipocrita...yo nunca he tenido un hermano...y tu tampoco... ¿Asi que en que te basas para tal afirmacion? De pronto debo comportarme como uno...cuando nunca he tenido tal experiencia..- lo acorrale dando pasos hacia adelante hasta que su espalda y sus altivas nalgas dió con aquel espejo.

-Espero dejartelo bien claro Jakob, no soy ni sere nunca un hombre de fe..- musite ahora en su oido muy lentamente -he asesinado, he violado, he practicado magia negra, he hecho pactos con demonios y les he servido en alguna ocasion....asi que no hay perdon alguno para mi, ni me interesa.-