une journée spéciale pour vous (+18) priv

Cuando se sentó encima pase las manos por sus piernas, sonreí levemente disfrutando de aquel beso que casi hacia que perdiera el sentido.
Ladee la cabeza sin dejar de mirarle cuando dijo aquellas palabras, por un momento creí que se había transformado o algo así.

Jadee levemente al notar su mano cerrando un poco los ojos, luego reaccioné.

Me encantaría... comienza querido- acaricie con un dedo su miembro sin dejar de mirarle sonriendo, me preguntaba que es lo que haría ahora

Mis manos se pasearon sobre su vientre mientras me deslizaba entre sus piernas. Mis dedos jugaban a dibujar surcos en sus muslos, caricias nada más, hasta que incliné mi cuerpo sobre él dejando una lamida en el inicio de su sexo. Estaba nervioso y jamás había hecho algo así, sólo había leído y visto.

Poco a poco mis labios rozaron su sexo, su vientre y sus muslos. Eran besos escuetos, también lamidas, hasta que comencé a masturarle con una de mis manos y finalmente lo rodeé con mi boca saboreando su miembro. Mis ojos se fijaron en los suyos, lo hice intentando averiguar que tanto le gustaba todo aquello.

Llevé una mano detrás de mi cabeza mirando lo que hacía, sonreí de lado por su timidez, pero me gustaba, notaba que tal vez leyó como hacer lo que hacía, y parte era de lo que yo hacia.

Jadee levemente cerrando los ojos y arqueando un poco la espalda, abrí un poco mas las piernas cuando comenzó a lamer mi miembro y a masturbarlo, haciendo que jadeara un poco mas.

Así... Suave y corto - murmure con respecto a como mover su mano en mi. - Da lamidas cortas en la punta

Me sonrojé cuando me dijo eso, me sonrojé muchísimo y durante un par de segundos me quedé paralizado. Volví a tomar su miembro para seguir jugando con él, saboreándolo. Cerré mis ojos y permití que mi instinto fuera más allá. Me estaba excitando haciendo aquello, como si él pudiera tocarme a mí y no yo a él.

Me aparté porque ya no podía más, me estaba muriendo del pudor. Quedé sentado frente a sus piernas con una pose bastante inocente para lo que acababa de hacer.

Jadee de nuevo con a cabeza hacia atrás, abrí los ojos cuando se aparto y mire que estaba sonrojado y con aquella pose, sonreí divertido y le moví poniendo su cuerpo hasta el borde de la cama. Me levante y le tome de las mejillas abriendo un poco su boca y con la otra mano puse la punta pasándola por sus labios y haciendo que entrara un poco en su boca acariciando sus mejillas.

No te gusta? - susurre inclinando un poco mi cuerpo hacia él para darle un beso en la mejilla.

Aparte mi miembro de su boca y lo tumbe en la cama cogiendo sus piernas, alce una dejando la otra en la cama y atraje mas su cuerpo para rozar la punta alrededor de su ano hasta que termine por ponerme el condón y entrar poco a poco en su interior.

Todo aquello me dejó más rojo y sensible que de constumbre. No sabía donde mirar o qué hacer, estaba sintiéndome un niño. Sin embargo, cuando entré gemí de forma ronca deseando más. Mis caderas se movieron solas, lentamente de forma contraria, mientras prácticamente me retorcía porque lo había estado deseando. Cada vez se notaba más mis caderas, no sabía si el sexo venido por las hormonas afectaban a mi desarrollo físico... aunque aunque no lo pareciera aún era un recien nacido para todos los siglos que tenía por delante.

Lo notaba un poco mas sensible, pero no le di mucha importancia por lo que seguía empujando hacia su interior. Subí la otra pierna poniéndola en mi hombro así las dos estaban alzadas, mientras seguía embistiendo y soltando leves gemidos y gruñidos al sentirme de nuevo dentro suyo.

Cogí su mano derecha dejándola en su miembro para que comenzara a masturbarse.

Tócate cielo - murmure entre jadeos sin dejar de penetrarlo y dando lamidas por sus finas piernas.

Yo nunca me había tocado hasta haber caído en la trampa de estas sensaciones tan extrañas e intensas. Sólo después de la primera vez con Jonte, sólo después de eso, me masturbé deseando que fuera él. Era torpe con mis manos, no sabía bien como darme placer y todo era instintivo.

Moví mi mano de arriba hacia abajo una y otra vez. Gemía con los ojos cerrados sin poder abrirlos, el placer me cegaba. Tenía aún el maquillaje, no se iba siquiera con el sudor que perlaba mi piel y empapaba las sábanas. Mi pose era aún más erótica que días atrás, me retorcía y no me importaba mostrarme desesperado. Poco a poco aprendía a dejar el tabú.

Sonreí levemente al ver que se tocaba, parecía que ya lo había hecho al menos una vez. Solté un gemido y dejé sus piernas colgando para ponerme encima de su cuerpo sin dejar de penetrarlo llevando mi mano a su dureza para masturbarle mejor y mas rápido.

Me encanta... Eres tan follable - susurre en su oreja para lamerla con las manos en sus caderas me empujaba hasta su fondo mientras seguía gimiendo, cada embestida iba mas rápido

Cada embestida iba más rápido y preciso, llevaba hasta lo más profundo y yo gritaba como una colegiala. Me sentía lleno, incluso esas palabras me hacían sentir lleno.

-No pares, no me dejes esta noche... no pares.-quería que siguiera durante toda la noche, que se alimentara de mí hasta caer sin poder mover siquiera una de mis pestañas.-Jonte, te amo.-gemí jadeoso.

Mis piernas fueron entorno a él, pegándolo más a mí. Mis manos fueron a su trasero hundiendo mis uñas en sus nalgas. Lo atraía más, quería más de todo aquello.

Jadeaba sin dejar de morder su cuello dejando marca de mis dientes hasta chupetones para que todos supieran que él era mío y que me pertenecía aunque le quedara el olor a ángel caído para mi marcas que podían verse eran mejores para que cualquier humano tampoco se atreviera a tocarle.

Noté como me pegaba mas a su cuerpo y como hundía sus uñas en mis nalgas haciendo que jadeara y gimiera aumentando mas las embestidas, al igual que escuchaba sus gemidos altos como nunca antes.

Me aparte un poco saliendo de su interior jadeando, me temblaba todo el cuerpo, moví su cuerpo con la mente para dejarlo en medio de la cama que estaba ya casi descolocada y luego volví a pegar mi cuerpo al suyo entrando de nuevo en él volviendo a penetrarlo de manera frenética jadeando en su cuello con los ojos cerrados y mi cuerpo bañado en sudor.

Te amo - respondí por fin después de varios minutos pegando mi boca a la suya y enredando mi lengua con la suya.

Cuando me apartó de él estuve por incorporarme para soltarle una sonora bofetada, así como tirarme encima de él para seguir haciéndolo. Mis manos arañaron su torso cuando regresó a mí, mi boca se hizo esclava de su lengua y sus labios. Esas palabras sólo me motivaron a moverme más y más, mis caderas se veían agitadas como me hubiera poseido un espíritu rabioso.

Gemí echándome hacia atrás, notando que me venía. Los dedos de mis pies se cerraron y mis nalgas se despegaron por completo del colchón. Sin embargo, nada más venirme volví a moverme deseando más, no quería que terminara ahí. Si me tenía que venir más veces lo haría, pero yo quería continuar.

-No pares.-dije casi sin aliento.-Más... quiero más.

Solté un gruñido cuando me arañó el torso, sabía porque lo había hecho por lo que sonreí de lado sin dejar de penetrarlo. Él estaba por venirse por lo que volví a llevar la mano a su dureza para masturbarlo y ayudar a que se viniera, cuando note el liquido manchar mi mano la lleve a mis labios y pase la lengua.

Cuando me pidió que siguiera solté media carcajada volviendo a moverme dentro de él.

Mira en que te he convertido... Solo para que no me vaya con furcias... - reí entre dientes volviendo a besar sus labios.

Lo cogí por las caderas hundiendo mas mi miembro en él jadeando y gimiendo frotando mi cuerpo y el vientre en su miembro ahora algo flácido, y lamiendo su cuello y rostro.

-No... no es sólo por eso.-dije entre jadeos con las mejillas rojas y el cuerpo lleno de sudor, aunque no era todo sudor ya que me había manchado con mi simiente.-Jonte.-gemí bajo moviendo mis caderas, no podía dejar de hacerlo, mientras mis manos acariciaban su espalda y sus brazos.

En mi mente ya no estaba la voz de mi abuelo regañándome, sólo existía la voz de mi conciencia pidiéndome más de todo aquello. Quería darle mi energía, pero también deseaba que me dejara satisfecho a cambio. Por mí no dejaría de hacerlo en toda la noche, aunque cayera casi muerto al colchón.

Sonreí levemente lamiendo sus labios moviendo mas mis caderas apretándolas a su cuerpo soltando gemidos desesperados hasta que noté un pinchazo en mi vientre terminando por correrme arqueando la espalda gimiendo largo.

Salí de su interior y me quite el condón tirándolo por la habitación, me quede sentado, jadeando y temblando mirando su cuerpo sudado y antes de que intentara pegarme hablé entre jadeos.

Me recupero un poco... y lo hacemos en la bañera -dije entre jadeos mirándole con una sonrisa de pervertido.

-Te amo.-murmuré provocando que mi echizo para mi majillaje desapareciera, viéndome sin un triste trozo de color.

Mi piel pálida, algo tibia gracias al esfuerzo, parecía de muñeca, o quizás más bien de escultura griega. Me coloqué mejor en el colchón a duras penas, porque me pesaba todo el cuerpo.

-Jonte... ¿Me das fruta?-pregunté alargando su mano acariciando su rostro.-Manzana, por favor.

Y yo a ti - respondí con una sonrisa viendo como se movía hacia mi y me pedía fruta.

Hice aparecer varias manzanas como me había pedido, viendo que el maquillaje ya no adornaba su rostro sudoroso. Acaricie el lugar donde había estado el maquillaje y tome una de las manzanas comenzando a mordisquearlas. No me gustaban mucho pero al menos me daría un poco mas de vitalidad.

Te a gustado? - pregunte con cierta curiosidad en mi rostro sudado

-Sí, tienes un excelente servicio a domicilio.-murmuré mordisqueando la manzana, completamente inocente de su referencia al sexo hasta que caí en la cuenta.-Ah... eso.-me sonrojé un poco más, quedándome nervioso.-Muy rico... pero quiero más Jonte.

Seguí en silencio comiendo mi fruta, era lo más delicioso que podía tomar. La fruta era algo que siempre me había apasionado desde niño. Dejé de comer carne cuando vi como morían algunos animales, no quería sacrificar algo tan hermoso.

Ladee la cabeza perplejo por su inocencia al decir aquello de las manzanas, hasta solté a reír cuando se dio cuenta que no me refería a las manzanas.

Lo sé, te daré mas en la bañera - sonreí y seguí comiendo la manzana.

Aproveché en abrir el grifo de agua caliente y fría para comenzar a llenar la bañera con espuma, le miraba aun pensando que era un sueño aquello, yo también pensaba como él solo que me lo callaba, tenía miedo a que Lucifer me lo quitara si llegara a enterarse.

Cerré los ojos intentando borrar esos pensamientos y volví a mirarle por si se había dado cuenta, sonreí levemente y le di un beso en la mejilla.

-¿Ocurre algo?-pregunté al notar que me miraba y se sacudía la cabeza.

Mi aspecto era parecido al de una sirena, mi abuelo había asemejado siempre a ellas mi belleza. Las sirenas de los jarrones que poseía en mi local. Todas ellas parecían hermosas mujeres, sin embargo eran peligrosas. Mis cabellos negros decía que parecían de seda. Él no paraba de hablar sobre mi belleza, aunque ambos éramos semejantes físicamente.

-Me pregunto como estará mi mascota... y como estarán mis pequeños... Lauren se hace cargo, pero a veces algunos son muy desconfiados y quizás no quieren tomar nada si no se lo doy yo.-comenté antes de incorporarme con la última manzana en mis manos.-Jonte... mañana en la mañana telefoneamos para saber si están bien, quiero quedarme otro día aquí y ver alguna función de teatro.

No me gusta pensar que mi hermano es capaz de hacerte algo si se entera de que me he vuelto a enamorar - confesé algo sonrojado, mirando las sábanas.
Aunque sabía que tal vez me protegería como siempre había hecho pero pensar que a lo mejor se le cruzaban los cables y no aceptaba a Daichi a mi lado me ponía enfermo.

Escuche que decía de llamar a la tienda y a quedarnos un día mas hizo que sonriera para darle un beso en los labios.

Nos quedaremos los días que quieras... Estarías dispuesto a dejar Bloody Rose para venir con nosotros al infierno? - murmure mirando fijamente a sus ojos sin dejar de acariciar sus mejillas.

No quería que le pasara nada malo, y menos que se lo hiciera Lucifer.

-No, no quiero ir al infierno.-dije con los ojos tremendamente asustado.-Si estoy en los Bloody Rose es porque ellos me han tratado siempre bien, tengo amigos allí y también en los Thorns... son personas que me han apreciado siempre y no quiero que les suceda nada.-comenté acariciando su rostro.-¿No te puedes quedar conmigo? Tú y Lauren, los dos conmigo.-me aferré a él soltando la manzana mientras lloraba aterrado.-No quiero ir al infierno, no me gusta ese lugar... es como si ya lo conociera.

En realidad lo había conocido, pero en otra vida, y no fue una experiencia agradable. Me había enamorado de un demonio, el cual terminó prácticamente siendo el culpable de mi muerte. Hundí mi rostro en su cuello besándolo, mientras temblaba.

Suspire cerrando los ojos cuando se abrazó a mi llorando, después de lo que dijo. Le di un beso en el cabello acariciándolo con una mano mientras la otra acariciaba su cintura.

No lo se cariño, nos quedaremos siempre que no nos llame Lucifer - suspire de nuevo y le aparte de mi cuerpo para verle, le acaricie de nuevo las mejillas limpiando sus lágrimas y le bese de nuevo. - Te protegeré de él hasta que me muera - sonreí y volví a besar sus labios cerrando el agua de la bañera. - Vamos a bañarnos?

-Jonte, no quiero que mueras... no quiero que digas eso.-murmuré aferrándome a él.-No me dejes, no quiero que me dejes. Si me dejas yo me moriré, sé que me moriré. No voy a soportar levantarme a sabiendas que no estás.-alcé mi rostro y le miré con los ojos llenos de lágrimas cristalinas.

Me separé de él introducirme en la bañera, lo hice intentando no tiritar al sentir el calor del agua. Cuando entré mis ojos se cerraron relajándome, aunque prácticamente brinqué. El contraste con mi piel siempre era elevado.

-Ven.-susurré aún con la voz rota.

Acariciaba sus mejillas escuchando sus sollozos, negué con la cabeza con una sonrisa cuando me pidió que no me muriera.

No tengo pensado en morirme, y menos ahora que te tengo - sonreí besando su frente.

Luego vi como se iba hacia la bañera y yo le seguí dejando que entrara él primero, cuando estuvo dentro le acaricie el cabello de nuevo y me metí dentro quedando en frente de él contemplándolo fijamente.

Está bien de temperatura? - pregunte tomando su mano acercando su cuerpo al mio para abrazarle de nuevo, sabía que me necesitaba a su lado.