Un error lo tiene todo el mundo. -privado-

-Una nochecita de estas, antes de irnos a sobar.-comenté acariciando sus cabellos de pie sin sentarme aún.-Joder, echo de menos los viejos cines al aire libre, el colarse en los parques de atracciones, el disfrutar de un helado o simplemente tumbarme en el tejado y respirar calmado... eso lo hacía con unos dieciocho o así... justo antes de meterme de lleno en la coca.-eso último fue un murmullo, porque no me sentía orgulloso de haber caido como un idiota.

Le miraba intermitentemente, comiendo y notando sus caricias en el pelo que le hacían sonreír - no he vivido nada de eso, en realidad se podría decir que no he tenido vida propiamente dicha. Me crié con mis abuelos, no había nadie más a mi alrededor solo ellos, así que nunca tuve amigos. Y cuando me vi sin ellos la venganza era lo único que me impulsaba a seguir respirando... así que no he tenido adolescencia, pasé de la niñez al mundo adulto de un golpetazo.

- Por que no te sientas? Aún me queda un poco para terminar de comer - dando un trago la cerveza - esta noche tendrás que salir?

Me senté a su lado mirando a mi alrededor. Todos estaban hablando con sus compañeros de guardia, otros hacían planes, se repartían otros las misiones y un par simplemente se engullían como si el mundo se fuera a terminar precisamente hoy. Yo estaba allí mirando a todos y a nadie.

-Killian, si me pasa algo no quiero que llores.-comenté sintiendo cierta sensación extraña, como si fuera a tener problemas.-Si me matan, o si me hieren feo, sólo quiero que estés entero y no hecho una pelota ¿de acuerdo? no me gustaría verte en un rincón lloriqueando.

Siguió comiendo, terminando la ensalada mientras el castaño se sentaba junto a él. Iba a empezar la natilla cuando dijo aquello, dejó la cuchara a un lado para mirarle.

- Soy un llorica así que no voy a prometerte eso, si no quieres que llore entonces vuelve. Si vuelves no lloraré y si vuelves herido intentaré no llorar mucho - fue su respuesta, girando a mirar la natilla y empezar a comerla. No podía prometer que no lloraría, por que era algo que no podría cumplir, lo sabía desde que le vio herido y desangrandose, medio muerto, en aquel callejón y tuvo que cargarlo en su espalda hasta la tienda de D. Si Amaury sufría algún daño iba a llorar lo quisiera o no.

-Sabes que no voy a morirme, que seré peor que los piojos cuando eres criajo y te los pegan en el colegio.-comenté antes de mirarle fijamente, tan fijamente que milimetraba cada rasgo.-Pero no quiero que llores, porque me haces sentir mal... y yo soy un guerrero, además de un chupatintas.-murmuré tomando una de sus manos para acariciarla, jugando con los huesos de su muñeca y después con cada uno de sus dedos.

¿Cuántas veces había pensado que me gustaría que lloraran por mí? miles, pero ahora no quería porque era él. No deseaba que llorara, porque no podía pensar ni instante la imagen de su rostro compungido con sus lágrimas rodando por sus mejillas.

La natilla no duró mucho, erapequeña y además se le formó un nudo en el estómago que le quitó el hambre. La dejó a un lado, entrelazando los dedos de la mano que acariciaba con los suyos y acurrucandose contra él.

- Casi lo haces una vez, si no me hubiera dejado guiar por mi olfato e instinto no se que hubiera sido de ti - murmuró bajo, casi en un susurró, antes de alzar la vista para mirarle, apoyado en él. - Tu vuelve y yo no lloraré - volvió a repetir - ... te quiero, no puedo prometer que no lloraré precisamente por eso.

-Oye, vamos a otro sitio más tranquilo. Tengo poco rato para irme.-comenté antes de levantarme porque no quería verme débil frente a todos, necesitaba hablar con él en privado.

Quería decirle que olvidara todo, que volvería siempre bien. No deseaba ahora ver que cada vez que me fuera se pusiera histérico. Jamás permitía que saliera solo, que montara guardia, y sólo estaba como hechicero de emergencia por si necesitaban curar las heridas de algunos soldados.

-Anda, levanta y vamos... iremos algún sitio a solas.

Se quedó mirandole, unos minutos, sin moverse, para finalmente asentir. - Ok, vamos a otro sitio, de todas formas ya he terminado de comer - levantandose y recogiendo la bandeja para llevarla a la barra y dejarla allí.

- Donde podríamos ir? - preguntó mientras salían, notando como algunos les miraban, era, oficialmente, el amante del segundo al mando, del hombre de confianza del jefe, eso llamaba la atención. Incluso había rumores, rumores y malas lenguas de que había conseguido el puesto que ahora tenía por follarse al secretario, que nunca hacía trabajo de campo y siempre estaba protegido precisamente por eso.

Acabé por tomarlo de la cintura y lancé a la mente de alguno que otro que se metieran en sus asusntos, no lo hice verbalmente porque no quería que me escuchara él. No deseaba que se sintiera ofendido. Por cosas como esas yo no quería que supieran quién era en realidad, igual que no deseaba que él me sintiera como una pareja real. ¿Para qué hacerle sentir de esa forma? sabía que le dolería todo.

-Anda vamos, que quiero mostrarte algo.-murmuré antes de salir de aquella cafetería rumbo a la azotea.

Allí podríamos estar, lejos de todos, conversando a pesar del frío. Sin embargo, había hecho un pequeño invernadero para plantar algunas flores y plantas para elaborar medicamentos. Lo metería allí, refugiados ambos de las bajas temperaturas. Era pequeño, en realdiad eran cuatro plásticos bien acondicionados.

Alzó la mirada a él cuando le tomó por la cintura, sonriendole leve - si,vamos, vamos - contestó dejandose guiar. Aunque le extrañó bastante cuando acabaron en la azotea, esperaba que más bien le llevara a su despacho.

Respiró profundo, sintiendo el frío en la car cuando salieron, mirando al cielo para ver las estrellas... pero prácticamente no había rastro de ellas. - Es triste que no se distingan bien las estrellas... de que querías hablar Ama? - mirándole ahora a él, el brillo de la luna en su piel le daba una tonalidad extraña por culpa de su palidez.

-He puesto un pequeño invernadero, para vosotros.-dije mostrándole una pequeña habitación sobre aquel enorme edificio, allí antes había un helicoptero para cuando se precisaba asistencia en zonas con cierto riesgo, ahora era sólo un trozo enorme con una H medio borrada.-Me ha ayudado a crearlo uno de los ángeles caídos, dijo que para su novia vendría bien y dije que si podía ser más grande mejor. Él creó los materiales y nos pusimos a ello.-iba diciendo abriendo la pequeña portezuela hacia el interior.-Es nada y menos, pero al menos ahora tendréis más hierbas para pociones, todo más rápido.

Aún quedaba mucho para que creciera algo allí, pero estaba a una buena temperatura. Los cajones con abono tenían algunas notas de lo que llevaba sembrado... tomillo, diente de león... etc.

-¿Qué tal? ¿gusta?

Ladeó la cabeza al ver la pequeña habitación de plástico y se dejó guiar al interior, paseando por ella, fue pasado y mirando los diferentes tiestos y lo que había senbrado en ellos, aunque pocos habían crecido lo suficiente como para verse brotes, se notaba que era reciente todo.

- Si, además es una buena idea, si por cualquier motivo nos falta o corta el suministro podemos tener esto para ir tirando también - contestó, parando de andar para mirarle. - Si colocamos a algún hechicero de la senda de lilith y con poder selvático al cuidado ya seria genial, todo crecerá más rápido y fuerte.

-Su novia lo es, pero aún no lo domina del todo... anda practicando con algunas plantas en su apartamento.-comenté tomándolo por detrás.-Ella será aquí la jefa, todos tendréis que tener cuidado con esto.-susurré cerca de su oído.-Joder...

Había caído que tenía que salir pronto, para alimentarme y para mirar de cerca ciertos altercados que decían que ocurrirían. Besé su cuello y luego lo rodeé con mis brazos.

-¿Crees que deberíamos comprar unos laboratorios? he pensado decirle a Darius que los comprara... para clonar... humanos digo... ya cada vez hay menos. Se podría hacer que algunos niños que morían a temprana edad volvieran, sin enfermedades o defectos genéticos.

Acarició sus brazos cuando le abrazó por la espalda, asintiendo y sonriendo un poco - que pasa? - preguntó girando un poco la cara para verle. Arrugó un poco el ceño, sopesando lo demás - eso sería un poco jugar a ser dios ¿no? aunque mala idea no es.

Se giró en sus brazos, pasando los suyos por su cuello - tienes que irte ¿verdad? Pero antes, quiero que tomes un poco de mi... sabes que no me agrada pero llámalo antojo, quiero que bebas un poco de mi Ama.

Se desabotonó un poco la camisa, dejando al descubierto uno de sus hombros, besándole leve los labios al hablar, acabó por atraer su boca hacia su cuello, ladeando la cabeza para exponerlo más.

-¿Por qué quieres darmelo?-pregunté acariciando sus cabellos lentamente, notando como se deshacían en mi mano... bueno parecía oro líquido que no quemaba. Yo podía ver las cosas de forma distinta gracias a mis poderes, además era bipolar y poseía cierto contacto con la fantasía.-Dime.-murmuré rodeándolo como si fuera una víctima más, pero lo hice con cariño.

Mis dientes crecieron un poco más, me sentía tentado a beber de él. Tomé un trago de su cuello perforándolo como si fueran dos alfileres. Gemí bajo por culpa de ese placer que era la sangre, su sangre. Al apartarme cerré la herida con cuidado y le miré a los ojos.

-Killian... te voy a decir algo.-susurré acariciando sus mejillas con una de mis manos.-Te amo, sólo te amo a ti... sólo a ti. No importa lo que digan sobre mis noches de juerga, sobre cualquier cosa que haga... tú me conoces y ellos no.

- Tómalo como un amuleto... quiero contigo Ama, dentro de ti - murmuró bajo, acariciandole el pecho con los dedos. Frunció leve el ceño al notar el pinchanzo, notando el olor a sangre, peor lo ignoró centrandose en sentirle él y el extraño placer que el mordisco le daba.

Fijó su mirada en la suya - eso suena como música para mi - murmuró sonriendole un poco con la mejillas rojas de golpe - te amo - acariciandole los labios - vuelve...

-Volveré, ya verás.-dije antes de rodearlo para besar sus labios, lo hice con cierto sabor metálico por culpa de su sangre.

Lo había dicho, le había dicho lo que sentía y extrañamente me sentía bien. Pero quería que fuera algo entre nosotros, el resto del mundo no tenía porque saber lo que sentía o no sentía.