The Wolf meets the Fox -Priv

cuando dastya dijo que le gustaria seguir en contacto con el, morgan sonrio y se puso a buscar en unos cajones por algo, escuchandole mientras de que no queria abusar de su hospitalidad, y de que deveria de cambiarce de ropas.

- p... puedes cambiarte dastya..a.aunque.. seria.. seria mas seguro si... si no lo hicieras...t..tus ropas atraen mucho la atencion... y no la atencion que.. que alguien q... quiciera atraer p.. precisamente... me preocupa e.. eso.. d... deverias.. deverias usar r.. ropas menos ll... lamativas. dijo dandose vuelta con una sonrisa triunfal al haber encontrado lo que buscaba, una de las trajetas de su libreria, la cual le entrego

- a.. ahi esta el numero de telefono del local... y... y el de mi celular.... y.. y una cuenta de mail... q.. que no suelo mirar mucho l.. la verdad....- dijo sonriendole.

La muchacha le vio con curiosidad mientras Morgan buscaba por algo en su cajón, escuchando sus palabras con atención pensando que pronto debería de comprar ropa más adecuada para ir por la ciudad sin parecer una princesa rusa. Pues sabía que, aunque las ropas que había seleccionado para traer en su escapada eran prendas viejas y usadas, su delicada composición y lo finas que eran no pasaban desapercibidas en un mundo en donde siquiera imaginar telas de ese tipo era un lujo.

Y suspiró con cierta frustración, pues se sentía realmente avergonzada por abusar así de la confianza y la amabilidad de Morgan. Y más aún, se sentía un poco extraña de ir por la calle luciendo ropas de hombre, aunque éste hecho poco se notara y poco llamara la atención. ¿Acaso no vestían de hombre las damas de los siglos pasados, en específico, de los siglos XVIII y XIX, cuando querían pasar desapercibidas? Y luego, pensó en el tema de recibir aquel tipo de atención... y se estremeció notoriamente ante ello, prefiriendo no imaginarse en aquella desagradable y avergonzante situación. 

-Tienes razón... prometo devolver tus ropas nada más llegar al hotel, ¿está bien? -Dijo con decisión, tomando entre sus dedos la tarjetita que Morgan le tendía y sonriendo feliz al escucharle. Ahora podrían mantener el contacto sin problemas de por medio-. Muchas gracias, Morgan, prometo llamarte siempre que pueda... aunque estoy segura que sería más sencillo si usáramos el correo electrónico... ¿Podrías dejar aquel medio para contactarnos? -Preguntó con ojos amables y cálidos, y una tierna sonrisa radiante.

morgan sonrio satisfecho de que decidiera ir con prendas mas discretas al menos hasta el hotel y de que estubiera felix de tener sus datos de contacto.

- d... de acuerdo... a ... aunque no es necesario ... r... realmente que me las devuelvas, es... estoy acostumbrado... a... a prestar mis ropas... q... quisas no lo... no lo paresca `pero...s.. soy probablemente... u.. uno de los mas adinerados en... en New Orleands... podria vivir sin t... trabajar al menos unos.... 300 años, aun pagando e... estes penhouse,- le explico para uqe no se preocupara por la ropa dado que no le costaba nada realmente comprar nueva.

- bueno... p.. prometo revisarlo al menos una vez a la semana... d... decirte que lo hare mas seguido.. p.. probablñemente seria especular...

Fijó nuevamente su mirada en Morgan al oírle decir que era una persona bastante adinerada, sin saber qué comentar al respecto. Con disimulo observó a su alrededor otra vez, como si quisiera asegurarse de que sus palabras eran sinceras, pero, según su opinión y su estilo de vida, le pareció que todo en aquel penthouse era bastante sencillo y no demostraba ostentosidad en lo absoluto. Supuso que en sí, debería ser a causa de que Morgan parecía ser una persona mucho más sencilla que la gente a la cual estaba acostumbrada. Y probablemente era aquella sencillez la cual le hacía sentir como si se estuviera aprovechando de su amabilidad.

-Oh, con una vez a la semana bastará... Tengo planeado seguir viajando y mantenerme en movimiento, no me gustaría ser encontrada por cazadores o... -dejó la frase sin acabar, desviando la mirada hacia la ventana para no tener que imaginar a su familia buscándola. ¿Realmente lo harían? ¿La buscarían sus hermanos, sus padres? No estaba demasiado segura de ello, realmente, y prefería no tener que pensar demasiado en ello-. Te escribiré cada que llegue a un lugar seguro, para saber qué tal te encuentras, ¿está bien? -Desvió el tema de la forma más sutil que pudo, guardando la tarjetita que Morgan le tendiera en los bolsillos de aquel pantalón y acomodándose luego los cabellos.

- esta bien... p... pero no te olvides.. p.. por fabor, si? n... no quiciera preocuparme, pero se... que.. que lo hatre si no te comunicas- dio sonriendole amablemente, decidiendo no preguntar sobre las fraces que dejaba incompleta, imaginandose que era algo de lo que realmente no queria hablar, a causad e su mirada.

- ha! po... podemos usar uno de los c.. coches a disp... dispocicion del hotel, t... tienen choferes, y se.. seria mas rapido que a... andar esperando a un remis o t... taxi, si, haremos eso, de to... todos modos s... solo le suman el co... costo a la renta del mes, q... que ni es t... tanto, tienes to... todas tus cosas?- declaro de pronto y desidio ya solo sin preguntarle a Dastya, porque veia que ambos eran muy timidos y muy corteses, y entre ambas cosas, si el no tomaba un poco las riendas de la situacion, jamas avanzarian al respecto.

-No lo olvidaré, lo prometo -declaró la muchacha sonriendo amable y radiantemente, bastante segura de sus palabras y 
totalmente decidida a no preocupar a su nuevo amigo a causa de descuidos como olvidar escribir o cosas por el estilo. Asintió educadamente cuando Morgan sugirió usar los coches del hotel y buscó su mochila y el resto de sus ropas, lista para seguir al chico y evitando pensar en que se aprovechaba de la humildad y hospitalidad de su nuevo amigo, o volvería a sentirse renuente frente al tema de aceptar su ayuda.

-Estoy lista, ¿seguro que está bien que usemos uno de esos coches? ¿No será un problema para ti? -Quiso asegurarse la metamorfa, con voz suave y amable aunque sin poder ocultar demasiado bien su nerviosismo. Sin embargo, su encanto y dulzura natural ayudaban bastante bien para que sus nervios pasaran desapercibidos.

morgan la miro con una sonrisa amable cuando pregunto si estaba seguro de que no seria un inconveniente para el.

- te re...refieres al ... al hecho de que lue... luego lo sumen a mi r...renta?- pregunto riendo ligeramente con las mejillas algo sonrojadas y algo avergonzado - no es pro.. problema alguno, en serio.. l.. la verdad como te dije ant.. antes, tengo bastante din... dinero como para vivir sin pr... preocuparme y sin tra... trabajar por unos 300 años, y.. yo trabajo asi que... no podria af... afectarme menos ...- se mordio ligeramente el labio al sentir que habia sonado grocero como lo habia expresado.

- me.. me refiero..a... a qu.. que no.. no me es... no me es prob.. problema mon.. monetario y... y que... que no me mol... molesta pa... para nada el.. el a ... ayudarte...- dijo suspirando frustrado al no poder comunicarse como el pretendia, a su parecer claro esta.

Dastya rió bajito, cubriéndose delicadamente los labios con los dedos, pues no había sido al tema monetario al cual se había referido exactamente, pues ya le había quedado más que claro que Morgan gozaba de una buena situación, sino a si a él, en lo personal, no le desagradaba o incordiaba acompañarla. Aún así, frente a la notable frustración del muchacho, la chica no podía ofenderse, por el contrario, se sentía enormemente enternecida.

-Oh, comprendo a qué te refieres, no es necesario que estés tan nervioso -comentó con dulzura y amabilidad, esperando no haberle ofendido-. Lo siento si no me he expresado con claridad, a veces me cuesta un poco encontrar las palabras adecuadas en este idioma -se disculpó de inmediato, apretando un poco su bolso entre sus brazos, aguardando a salir del apartamento.

Morgan tomo el intercomunicador con la porteria y le aviso a Oscar q preparara un coche del hotel para llebarlo a la ciudad.

Una vez hecho eso, tomp su morral vigilando que lo de siempre estubiera dentro... lo que incluia un libro, um cuaderno en blanco, unos lapices y la daga de plata que era de su padre.

Abrio la puerta para llegar al asensor.

- q.... quieres quedarte en tu hotel o que te llebe tambien a l terminal de buses para seguir viajando?- pewgunto timidamente ( no estoy poniendo mucho tartamudeo porque me olvido al estar en el celular asi que..... imaginalo plis)

Dastya siguió a Morgan hasta el elevador y escuchó su tímida pregunta, pensando en su largo viaje y lo cansada que aún se sentía pese a haber dormido una ligera siesta nada más llegar a la ciudad. Tal vez dormir le vendría bien para acabar de reponer energías; había sido un día larguísimo y un viaje agotador, había luchado y salido herida y había cambiado a una de sus formas más veces de las que se sentía capaz de soportar.

-Hasta el hotel estará bien, Morgan, no tienes que preocuparte. Lo cierto es que llevo mucho tiempo viajando y esta es la primera ciudad que encuentro habitada, necesito descansar bien antes de continuar -se explicó sonriéndole tímida, esperando que el muchacho comprendiera sin tantos detalles ni explicaciones.

- est.... esta bien.... siempre y cu... cuando me llames si sucede algo o si te sientes en pel.... peligro. - le pidio morgan saliendo del ascensor.

En la puerta los esperaba Oscar, quien le dio las llaves de un auto a morgan.

-- morgan hace muchos años que no manejas autos ... asi que asegurate de no acelerar mucho... a pesar de tu tranquila peraona, se muy bien que te gusta pisar el acelerador.- le recordo el anciano probocando que el joven se pusiera tan colorado como su sangre se lo permitia.

- es.... eso solo lo... lo ha.... hacia cuando manejaba s... solo ... ja ..... jamas en compania Oscar.... a ... ademas ya... ya perdi la costumbre .- aun asi se le escapaba una leve sonriza... ese guato por la velocidad era herencia de sus dos padres.

Morgan abrio la puerta a la calle y la puerta del auto para que ella subiera

La muchacha siguió al híbrido en silencio, pensando que tal vez no sería muy prudente o una buena idea decirle la realidad de su situación ni comentarle que siempre solía sentirse en peligro, específicamente desde que huyera de su gélido país. Siempre criada dentro del palacio, esta era su primera gran aventura fuera y aunque parecía llevarlo bastante bien, no podía negarse a sí misma lo asustada que se encontraba y más ahora que debía separarse de su único amigo allí en América.

Una vez se encontraron con el anciano portero, la chica le sonrió de forma tímida y amable y aunque procuró no escuchar su conversación con Morgan, pues le sabía de mala educación, no pudo evitar dejar escapar una leve risita ante el gusto de la velocidad que el calmo muchacho parecía tener. Salieron ambos en dirección al coche y Dastya de inmediato subió al asiento del copiloto, más emocionada de lo que podía expresar. 

Esperó a que su amigo subiera al vehículo y tras colocarse el cinturón de seguridad, le miró con ojos ansiosos y expectantes, visiblemente emocionada-. Es primera vez que puedo subir aquí delante -comentó mirando al híbrido-. ¿Conduces desde hace mucho? ¿Crees que algún día podrías enseñarme? -Preguntó demasiado rápido, sonrojándose levemente al sentir que no estaba actuando de forma muy correcta.