The Wolf meets the Fox -Priv

Dastya asintió a las palabras de su nuevo amigo, era natural casi el extrañar a los padres y más aún, en los particulares casos de ambos chicos, Morgan con los suyos muertos y Dastya, con esa situación que le había llevado a irse de su casa y de su país. Cuando el muchacho le indicó cómo tratar con el gato, la jovencita rió ligeramente, enternecida por cómo Kuroro había quedado entre los brazos del chico. 

Se levantó y se acercó tomando al felino en sus brazos de forma delicada, dejando leves caricias en su cabeza y sonriendo al notar que éstas eran bien recibidas por el gato, el cual empezó a ronronear de la misma forma que hacía el blanco gato persa de su madre-. Creo que sí le agrado un poco -comentó con una dulce sonrisa y su vista fija en el felino; sus ojos, parecían casi resplandecer por la emoción y la alegría de juguetear con el minino.

morgan sonrió viendo como dastya entraba en confianza con Kuroro, como su expresión cambiaba a una mas amena.

- hum... d... Dastya... tienes donde quedarte?... o.. o como.... pagar una estadía en algún lado?...- pregunto de pronto sintiendo preocupación repentina por el destino de la chica...... en todo caso, le ofrecería dormir unos días en su cuarto de Huésped

-¡Oh, es cierto! Lo había olvidado -comentó levantando la vista a Morgan con dulzura y una leve sonrisa. Sus mejillas se habían teñido de un pálido rojo al darse cuenta que ya era tarde y debía volver al motel en donde había dejado sus pertenencias, temiendo de pronto el que pudieran saquear su cuarto o que algún cazador rastreara su esencia hasta allí. Sólo entonces se dio cuenta del peligro que significaba la ciudad y aquel continente que no conocía, en donde los cazadores le seguirían el rastro siempre que pudieran.

-Ya tengo que volver, dejé mis pertenencias en un cuarto de motel y si me roban... Oh, no, no quiero ni pensarlo -susurró contrariada, bajando al gato y mirando alrededor por sus ropas y su mochila, repentinamente muy asustada de lo que le esperaba cuando saliera de ese departamento y preguntándose si podría sobrevivir a ese nuevo estilo de vida en la ciudad-. De verdad te agradezco todo lo que has hecho hoy por mí, Morgan, y lamento los problemas que te ocasioné. Será mejor que me cambie y me apresure...

- hum... es.. espera... si de lo que es mejor... se trata... mejor te quedas con esas ropas.... las.. las tuyas llaman.. llaman mucho la atención...- le advirtio preocupado de que le hubiera malentendido

- no... no lo decia para que te fueras.... solo es... que me preocupa...- aclaro mirando el piso con un leve sonrojo, no podia evitarlo, al igual que su padre cerberus, habia heredado ese complejo de perro guardian sobreprotector por llamarlo de una manera

-No, Morgan, no podría... no podría quedarme con tus ropas, no es correcto -dijo con sinceridad y algo de pena, lamentándose interiormente por no poder cambiar en aquel momento, ya que si era un canino, sería más sencillo circular por la ciudad... Sin embargo, para eso, debían pasar al menos un par de horas, pues por el veneno y la herida en su hombro, aún se sentía demasiado débil para cambiar a su forma de can. 

-Además, mis cosas... si los cazadores me rastrean y encuentran mis pertenencias... no, eso sería terrible -la muchacha no pudo evitar empezar a hablar con mayor rapidez y medio temblar por los nervios, el sólo imaginarse la foto de su familia completa en manos de un cazador la aterraba de tal forma, que le hacía sentir un ligero dolor en el pecho. Retrocedió un par de pasos llevándose las manos al pecho, sobresaltándose al pisarle sin querer la cola al gato y terminando por resbalar y caer sentada sobre la alfombra, golpeándose el hombro herido con el borde de la cama y dejando escapar un gritito de dolor.

- Dastya!!- morgan se levanto con rapidez y se agacho junto a la chica, kuoro salió corriendo de la habitación adolorido por la pisada, pero no podía preocuparse por ello ahora. suspiro al ver que su hombro volvía a sangrar.

- te llevare a donde te estés hospedando, iremos en un taxi... quédate con las ropas, no es problema, puedes traérmelas cuando gustes.- la ayudo con mucho cuidado a levantarse.

-Auch... -se quejó bajito presionándose el hombro herido, notando que la sangre humedecía sus vendajes y su mano. Dejó que Morgan la ayudara a levantarse con las mejillas totalmente encendidas, demasiado avergonzada por su caída y su reacción tan nerviosa-. Lo siento, que torpe soy... -se disculpó en un susurro, pensando que si su madre la hubiera visto, le estaría gritando y regañando por lo torpe que era. 

Se entristeció y avergonzó tal vez más de lo que correspondía y sintió sus ojos humedecerse por la vergüenza, negando con la cabeza rápidamente y cubriéndose los labios con los dedos para evitar llorar o tartamudear-. No.. no tienes que acompañarme, además, ya es tarde y... y puede darte frío y no es seguro o correcto o... ¡además! Tengo que devolverte tus ropas, solo... solo pagué por esta noche y tengo que viajar y.. y... ay, soy tan torpe, perdón por hablar tan rápido y sin sentido -se disculpó cerrando los ojos con fuerza, demasiado apenada por su reacción tan nerviosa e inapropiada para una señorita como ella... Pues casi sin notarlo, seguía siguiendo las reglas y normas de etiqueta y educación con la cual había sido criada.

- ... Dastya....- dijo con un suspiro de comprensión. - lo correcto, precisamente, que te acompañe hasta tu residencia, como caballero que soy- explico con una mano sobre su pecho y con gesto solemne.

- si solo pagaste por una noche, puedes traérmelas mañana antes de irte, si piensas seguir camino, o llamarme de donde decidas quedarte, te daré mis datos de contacto para que puedas comunicarte conmigo, ademas, así estaré tranquilo de que no estas en peligro.

-Pero... ¿y si hay cazadores merodeando? Pueden hacerte daño, no tienes que acompañarme, si cambio a mi forma de can, nadie sospechará de mí -sugirió, demasiado apenada para abrir los ojos o controlar los latidos de su corazón, el cual parecía que en cualquier momento podría salirse de su pecho. Cuando finalmente abrió los ojos, respiró profundamente y tomó asiento en la cama del muchacho, observando sus dedos manchados de sangre y bajando la vista apenada. 

No es que precisamente se arrepintiera de haber abandonado su hogar, pero sí, echaba de menos el salir huyendo a encerrarse en su cuarto y abrazarse a su almohada, demasiado apenada y avergonzada para hacer nada más. Luego volvió a ver a Morgan y le sonrió levemente, aquel semblante protector del chico le parecía tierno y le infundía un poco de confianza, pues al menos, no la había regañado ni se había burlado como solían hacer sus hermanas mayores cuando se equivocaba o actuaba de forma demasiado infantil.

-Eres muy amable, Morgan, de verdad te agradezco todo lo que haces por mí pese a ser una completa desconocida -dijo con palabras sinceras y llevándose ambas manos al pecho, como correspondía a una señorita hacer cada que agradecía con gestos sinceros.

- hoy ya has tomado... la forma de Zorro Dastya, eso significa que hasta dentro de 24 hs mas o menos no podrás tomar la forma de un perro... y un zorro blanco definitivamente llamara la atención- morgan no conocería otros cambiaformas... o no seria consciente de conocerlos... pero si leía demasiado sobre todas las razas existentes y sabia sobre esas cosas....

- desconocida o no, es lo correcto, lo que un caballero debe de hacer, así fui criado.

-Yo sí puedo cambiar... todos podemos, no es necesario que pasen tantas horas... hay muchos mitos sobre nuestra raza -indicó, aunque si lo pensaba bien, no se sentía lo suficientemente fuerte como para cambiar, pues su herida le dolía y su nerviosismo afectaba su estabilidad emocional y mental. Desvió su mirada cuando Morgan dijo que era lo correcto para un caballero y recordó las heridas que había recibido en su espalda por culpa de aquel indeseable licántropo que quiso capturarla, y se sintió muy mal, no quería involucrar a otras personas en sus problemas y que éstos salieran lastimados.

-Si te lastiman de nuevo, no podría perdonármelo... ¿Estás seguro de querer acompañarme? -No terminaba de convencerla la idea, y tras volver a presionarse el hombro y hacer una mueca de dolor, suspiró pesado y bajó la mirada. Si seguía sangrando así, no podría cambiar a su forma de perro incluso pasadas las 24 horas.

- estoy seguro, Dastya, pero primero dejame limpuar tu herida de nuevo y cambiar las vendas, de nada sirven si se abrio y sangra de nuevo de ese modo.- dijo buscando mas vendas

- no te preocupes por mi- dijo con una exprecion extremadamente triste - lamentablemente.... estoy acostumbrado a que los cazadores se crucen en mi camino... y a llorar cuando llego a casa, por el recuerdo que desatan... el haberme cruzado contigo, no le agrego nada nuevo a mis dias en ese sentido al menos - dijo con un tono apesadumbrado, apenado de confesar que lloraba cuando era atacado... una vez que estaba solo en su casa claro.

La joven cambiaformas se sintió profundamente apenada por las palabras del muchacho, y más, por el hecho de que abiertamente le confesara que lloraba, y que había llorado en el baño antes. Su instinto de can afloró nuevamente y sin pensarlo dos veces, dejando de lado todas las normas de etiqueta y cortesía que habían regido su vida entera, se levantó y se acercó a Morgan, abrazándolo. 

-Oh, Morgan... -susurró con tono protector, buscando consolarle con aquel abrazo. No le importó el dolor de su brazo y apenas se percató de que ya había manchado medio brazo de la camiseta holgada que Morgan le había prestado-. Lamento mucho haberte provocado un mal recuerdo, y definitivamente no me gusta ver esa expresión tan triste en ti... Eres mi nuevo amigo y no quiero que llores o estés triste, ahora también me tienes a mí -indicó separándose para verle con una tierna sonrisa, de repente, aquellos centímetros de diferencia en altura con Morgan, sumados a su instinto canino protector y fiel, más aquella triste mirada del muchacho, hicieron que la chica se sintiera casi como si fuera su hermana mayor.

morgan tembló en ese abrazo, no le gustaba, mas bien los abrazos, le ponían extremadamente nervioso, prefería evitarlos, a toda costa, pero no supo retorcerse entre sus brazos a tiempo, que ella ya lo estaba soltando.

- h... hay... hay q... que cambiarte..... l... las.. v.. vendas y... y te dare.... te dare otra prenda.... declaro alejandoce un poco buscando otra prenda para prestarle, tambien olgada para que no le apretara la herida ni nada

- s.... sacate la... la anterior...e...esta manchada....- hablaba completamente rojo a causa del abrazo y los nervios que eso le habia probocado.

La nena notó que su abrazo, en vez de reconfortar a quien consideraba su nuevo amigo, sólo sirvió para incomodarlo más y se sintió un poco mal por ello, aunque sin llegar al punto de sentirse inútil. Cuando Morgan le pidió quitarse la prenda, se ruborizó completamente, esperando a que el chico le pasara una nueva prenda para ir a cambiarse al baño y que no tuviera que verla en sujetador, aunque si lo pensaba bien, por la forma en que sangraba y el hecho de que el dolor empezaba nuevamente a limitarle el movimiento, lo más probable es que terminara llenando de sangre la nueva prenda. 

-Ehm... tal vez suene tonto pero... ¿me ayudas? Si lo hago sola... yo... creo que mancharé con sangre tu camiseta... -murmuró en voz muy baja, casi un hilillo de voz. El tono rojizo pálido de sus mejillas destacaba sobremanera sobre su pálida piel de porcelana, e interiormente se preguntó, ¿dónde estaban sus mucamas cuando las necesitaba? Obviamente, en Rusia, en la mansión de sus padres. De repente Dastya se sintió como una niña pequeña y perdida, demasiado inútil para sobrevivir por sí misma en la ciudad, con otros seres racionales como ella, dado que había demostrado una buena capacidad de sobrevivir en los bosques polares... Bajó la mirada tragándose sus ganas de llorar, ya podría hacerlo cuando encontrara un nuevo hogar, cuando finalmente, estuviera a salvo de su destino.

morgan sintió que el rostro le hervía de tan rojo que se puso ante ese pedido... pero.. tenia que ayudarle no?....

- v...va....vale....- se le acerco y sujeto la prenda que ella llevaba puesta, con manos temblorosas - s... solo... solo mueve el.. el br... brazo sano.... no.. no muevas el herido... l.. la pren... prenda es bastante holgada... para salir s... sin moverlo s.. si?- advirtió ayudandole a pasar su brazo sano y sacar la prenda de su cabeza dejándola solo agarrada del brazo herido, el cual con el mínimo movimiento también libero. Dejo en manos de dastya la prenda manchada para que se cubriera si quería lo mejor que podía, mientras aun temblando pero con muchísima delicadeza sacaba las vendas manchadas, limpiaba la herida y volvía a vendarla. también así le ayudo a ponerse la nueva prenda, casi evitando por completo el mirarla realmente y evitando que moviera el brazo lo mas posible.

- co.. como.. t..te s.. sientes?- estaba en exceso nervioso.

La joven cambiaformas asintió a las palabras de su amigo y se dejó ayudar a quitar aquella prenda sintiéndose demasiado avergonzada y apenada. Su cuerpo temblaba ligeramente aunque era en sus manos en donde mas se notaba su nerviosismo, pues sus dedos se habían tensado totalmente y su cuerpo en general, estaba demasiado rígido. Si Morgan fuera una mujer, pensaba, aquello sería mucho más sencillo y no se avergonzaría tanto... pero se trataba de un chico y con hombres, Dastya tenía demasiados problemas. En cierta forma, Morgan la intimidaba demasiado, aunque era lejos la persona más tierna, amable y atenta que había conocido hasta el momento.

-¿Yo? Ah... bueno... avergonzada -respondió sin pensarlo dos veces, aunque al percatarse de lo que a su parecer, fue una estúpida respuesta, cerró los ojos con fuerza medio jalando su brazo para que ya no la tocara ni viera-. Digo... bien, ya no duele, sólo un poquito -dijo rápidamente, mientras se acomodaba la camiseta cubriendo su blanco sujetador y su pecho y vientre, sintiendo que su respiración, de tan nerviosa que se había puesto, se había vuelto casi entrecortada.

-Morgan... tengo... tengo que irme... -murmuró bajito, de forma casi inaudible mientras pegaba su vista en el suelo, sintiendo que nuevamente empezaba a entrar en pánico-. Si me rastrean... si los cazadores encuentras las fotos de mi familia... los buscarán... No quiero que nada les suceda... -explicó avergonzada, sin terminar de hablar realmente, limitándose a acabar el resto de la frase en su mente. Pues la verdad, era que empezaba a darse cuenta de su situación real en ese momento, totalmente sola en un apartamento desconocido, junto a un hombre más fuerte que ella y que si lo quisiera, podría hacerle lo que se le ocurriera. Sintió miedo de la situación y ahogó un sollozo mordiéndose los labios, viéndose demasiado indefensa a simple vista, demasiado frágil y casi, como si en cualquier momento se pudiese romper.

- t.. te.. te d... deves i.. ir?- repitio para luego escucharle lo de los cazadores y si la rastreaban y la vio sentirce cada vez mas angustiada.

- Dastya... q.. quieres qu.. que te... te acompañe? t...te... te protegere s... si.. si hay alguien... alguien que.. que qu.. quiera da.. dañarte.....- dijo preocupado viendo como estaba ella... y sintiendoce tambien avergonzado por haberla tenidoo que tener casi desnuda para limpiar su herida y vendarle.

-Y si... ¿y si te hacen daño por culpa mía? ¿Y si nos atrapan por intentar ayudarme? -levantó la vista con ojos de pánico, sintiendo cómo se le escapaban un par de lágrimas que limpió de inmediato de su rostro, pues no quería que Morgan la viera llorar o que pensara que ella era demasiado sensible o incluso demasiado torpe y nerviosa. Aunque más bien, esas lágrimas salían casi por el recuerdo de aquel otro hombre que le había hecho daño, y el estar allí con aquel híbrido no ayudaba a que se relajara o calmara.

Y pese a haber vuelto al mismo tema otra vez, de ir acompañada hasta el motel, la chica no podía evitarlo. Pensaba que si algo le sucedía a su nuevo amigo -porque pese a su creciente pánico y miedo, seguía considerándolo un amigo-, jamás se lo perdonaría y definitivamente, no se quedaría de manos cruzadas. Además, el chico ya le había confesado que lloraba cada vez que era atacado por cazadores, entonces, ¿cómo podía ella permitir que se expusiera nuevamente a eso, por su culpa?

dastya.... murmuro medio frunciendo los labios viendo lo contrariada y preocupada que parecia estar su nueva amiga, lo preocupada de que le hirieran por su causa, se irguio en su escasa altura comparada con la de ella y se quito la prenda superior, que de todos modos se habia manchado con la sangre nueva de dastya, mostrando esos tatuajes que cubrian cicatrices de un viejo ataque, y señalo primordialmente una frace que tenia tatuada en su pecho cubriendo la cicatriz de un corte largo, su rostro estaba rojo por el pudor, pero queria mostrarle.

- dastya... c...cada... cada t... tatuaje.... cubre una... una ci.. cicatriz... hecha por un cazador... 60 años atras... puedo manejar a loz cazadores.... son recuerdos los... los que me atormentan... pero en.. en el momento... no pueden hacerme frente realmente... decia aquello con una mirada ensombrecida... se volteo dandole la espalda al ir a buscar otra prenda, en sus brazos y en su espalda se podian ver mas tatuajes, algunos sobre cortes, otros sobre disparos, y otros sobre quemaduras.

- creeme.. si soy herido.. al.. al proteger a alguien de basuras como los cazadores... son heridas que llevo con honor... los recuerdos de quien no pude proteger, son los que me hacen llorar, pero en eso... no tiene nadie la culpa mas que yo y mi inexperiencia, por fabor, no te preocupes por ello.... se vistio y volteo con una sonrisa, algo triste pero animada tambien - no te preocupes, geneticamente estoy diseñado para proteger sin importar que ...-

La chica perdió cualquier atisbo de color en su ya de por sí pálido rostro cuando Morgan se quitó la camiseta enseñándole su torso desnudo, y de hecho, si no hubiera estado sentada, probablemente habría caído al suelo debido al temblor de sus piernas. Aquella era la primera vez en su vida que veía el torso desnudo de un hombre que no fuera alguno de sus hermanos o su padre, cuando jugaban en la piscina en verano. Sin embargo, no pudo bajar la mirada o salir huyendo simplemente porque sus ojos quedaron fijos en esas cicatrices, las cuales podía ver perfectamente pese a los tatuajes que las cubrían. 

-Santo Dios... -susurró apenas, no muy segura en realidad de haber dicho eso en voz alta. Estática en su lugar como estaba, sus ojos recorrieron cada marca y no pudo aguantar el abrazarse a sí misma para reprimir sus temblores y estremecimientos, casi sintiendo el dolor de aquellas heridas en su cuerpo, imaginándose cómo calaría ese dolor en su piel.

Lenta, delicadamente, llevó una mano hacia su nariz sintiéndola humedecerse y apenas Morgan le dio la espalda, buscó un pañuelo sin mucho éxito, sintiendo que la sangre medio se le escurría entre los dedos. Casi sorprendéntemente, había pasado de estar blanca y lívida como el papel, a totalmente roja y nerviosa de nuevo. Una vez Morgan se volteó a verla otra vez, apenas sí pudo corresponder su sonrisa con una avergonzada, sin quitar su mano de su nariz y asintiendo a sus palabras, pensando que si algo sucedía, no importaba cómo, no dejaría que a su amigo le sucediera nada. Después de todo, al menos en su forma de lobo, sabía luchar bastante bien.

morgan la vio cubrirce la naris y olio la sangre fresca... sonrio volviendoce a poenr rojo, notando que habia sido su culpa, por lo que le alcanzo un pañuelo, sentandoce junto a ella en la cama.

- l.. lo s... siento.. h.. he sido i... imprudente... no.. no lo hice c... concientemente... sonrio comprensibo ante la sangre en la nariz de Dastya y no dijo nada, puesto que era algo que podia sucederle a el mismo con normalidad.

La muchacha recibió el pañuelo con una mirada agradecida y sus mejillas totalmente rojas, quitando su mano y limpiándose con gestos lentos y delicados y riendo nerviosamente ante la disculpa del muchacho, evitando mirarle directamente-. Ah, no.. está bien, no es tu culpa. Creo que fue porque... bueno, eres el primer hombre... que veo sin camiseta... además de mis hermanos -indicó tímidamente, terminando de limpiarse y mirando el pañuelo ensangrentado en su mano, apenada.

-Dime... ¿dolieron? Los tatuajes... tienes muchos... -comentó, subiendo la mirada hacia él y sonriéndole tímidamente, aunque con calidez-. Entonces... ¿me acompañarás? ¿Seguro? Yo... si algo sucede... prometo protegerte -ante esas palabras, sus ojos adquirieron su pasividad sincera de siempre, aquella seria calma que volvía sus ojos más misteriosos, casi como espejos del alma de quien la mirara.

morgan le sonrio amablemente a la niña.

- no dolieron tanto, la verdad... pro.... probablemente estaba demasiado concentrado en borrar lo que ocultan, y por eso no dolieron... aunque puede que mi propia naturaleza hiciera que no doliera... se sonrojo cuando ella dijo que le protegería si sucedía algo, no era correcto que ella le quisiera cuidar, el era el caballero y tenia que protegerla de cualquier daño, al menos así había sido criado por sus padres.

- t....te ... te ac.. acompañare, de... devo asegurarme de que estes bien... s... sino... y... ya luego no estare.. t... tranquilo. dijo sonriendole simpatico, olvidando las penas.

La muchacha asintió en silencio imaginándoe nuevamente ese dolor, el de las heridas. En realidad era por eso por lo cual había querido preguntar, pero no lo consideró adecuado ni educado, pues seguramente era algo muy difícil y personal para su nuevo amigo. Aún así, ser consciente del dolor de los tatuajes de todas formas la hizo estremecer.

-Eres muy tierno y amable. En verdad me gustaría seguir en contacto contigo una vez me vaya de la ciudad -anunció, girándose a verle con una amable sonrisa. Se puso de pie y observó las ropas que usaba, las que Morgan le había prestado, y volvió a sonrojarse notoriamente-. Ah... Creo que debería cambiarme por mis ropas, insisto en que no es correcto abusar así de tu hospitalidad y amabilidad -comentó, pensando por un momento que tanta formalidad, timidez y nerviosismo, no les llevaba a ambos a ningún lado, pues ¿cuántas horas ya habían pasado entre que decidían si ir al hotel de Dastya o no?