Let's go party tonight - Lutho

-Pues quítamela si puedes! -Exclamé riendo divertida, huyendo de él intentando que no me alcanzara al mismo tiempo que husmeaba a ver qué cosas encontraba. Sólo por molestar, o por curiosidad, o por aburrimiento... o por desviar varios temas, como fuera. 

Saltaba ágilmente entre los sillones y los muebles, medio agitando mi nuevo trofeo para molestarle y procurando no mentarme la madre contra nada... era una buena forma de entrenar y no perder la práctica ¿no? Jugando, divirtiéndose... distrayéndose. Todo bien hasta que sonó el timbre con nuestros pedidos para comer y beber.

-Oh shit! -solté bajito, parando de reír y frenando de golpe antes de mentarme la madre contra la mesa y contra Andy, no tengo ni la menor idea de cómo. Tras quitármelo de encima conteniendo la risa, le hice señas hacia la puerta para indicarle que fuera él-. Tu turno de actuar, Brad Pitt ahahahahha

- Dale, voy yo - respondí aprovechandome de la situación para recuperar mi cartera y volverla a poner en su lugar, menos mal el contenido seguía casi intacto.

Acomode mi pantalón puesto que era la única prenda que aun tenia y abrí la puerta - Si diga - abrí la puerta y me recargue en la pose mas "sensual" o lo que yo creía que era - Adelante, estábamos esperando - me hice a un lado mientras le guiaba el ojo al chico del servicio.

Luego me acerque hasta a Lutho - Cariñito tus cosas están aquí, la rodee con el brazo y recargue mi barbilla en su hombro - ¿Es todo lo que querías o necesitas algo mas?

Me puse de pie rápidamente y me acomodé un poco la escasa ropa que tenía, me desordené los cabellos y cuando el chico entró con la comida, puse mi mejor y más sensual sonrisa "ebria"... aunque podríamos decir que ya estaba con algunas copas de más. Cuando Andy me rodeó y puso su barbilla sobre mi hombro, reí tontamente y me llevé un dedo hacia el labio inferior, actuando como toda una rubiecita fácil y tonta.

-Ays, creo que no falta nada... ¿Tal vez mas mantas y almohadones? ¡Me encantan cuando las plumas se salen! -Exclamé conteniendo la risa y abrazádome a Andy, besuqueándole el cuello mientras le guiñaba el ojo al muchacho-. ¡Ya sé! Algo de hielo, el ambiente aquí es taaan caliente...

El chico del servicio se ruborizó completamente y aproveché la distracción para besar larga y fogosamente a Andy en los labios, medio encaramándome sobre él medio restregándome contra su cuerpo. Apenas, y pude escuchar cómo el chico se atragantaba, tosía y huía fuera del penthouse en busca de hielo, y eso si es que lo había tomado en serio.

-Mmm tu boca sabe rico, a alcohol -ronroneé contra sus labios mirándole seductoramente, sólo para molestarle y cohibirle.

Aguantarse la risa era casi imposible, que alguien le diera un maldito premio por su actuación de "chica en película porno austriaca de bajo presupuesto" por que al menos yo si se la había creído y por la forma en que actuaba ese pobre chico pues creo que no había sido el único.

Pero le seguí el juego hasta cuando me beso y su cuerpo se estampo de cierta forma extraña al mio - Si - respondí cuando pude hablar - supongo que si - torpemente intente alejarme de ella y de sus bracitos como tentaculos de pulpo - Seguro ese hombre es virgen - dije bromeando - creo que lo asustaste.

-Pues no es al único que he asustado... ¿También eres virgen? ¿O sólo lo eres con mujeres? -Pregunté sin reservas ni nada de tacto, mirándolo directa e inquisidoramente mientras Andy huía tan gaymente de mí. 

-De todas formas, si el nene es virgen o no, lo descubriré -una enorme sonrisa de suficiencia y maldad apareció en mi rostro, pues después de todo, saber y averiguar cosas sobre la gente era parte de mi trabajo. Así era como normalmente encontraba a vampiros y licántropos para luego cargármelos...

-Si se entusiasma y se une a nosotros, es que no es virgen. Tal vez pueda enseñarte algunas cosas, cariñito -dije de forma burlona y algo retadora, me hacía gracia cómo se ponía de nervioso cuando lo toqueteaba o besaba.

Sonreí nerviosamente - Bueno si lo ves así, algunas personas nacemos con capacidades diferentes -  y es que técnicamente si lo era, tenia un pequeña y secreta historia de fracasos con mujeres que ahora era evidente por que, pero eso no se lo iba a contar.

- Y ¿No te importa? - pregunté, estaba ya un tanto alcalizado asi que el tacto de mis palabras ya no era muy bueno - me refiero a hacerlo con cualquier persona, la ultima vez que yo hice algo así me sentí vació, obviamente fue bueno, no me quejare pero a fin de cuentas vacio ¿Enserio no hay aguien especial en tu vida?

Reí divertida ante sus palabras, juro a los espíritus que sin ánimos de ofenderle o burlarme de él. Lo cierto es que pensarlo en sí me hacía gracia, acostarse con cualquiera, yo...

-Pero, tú no eres cualquiera, ¿o sí? Ya te considero mi amigo -indiqué cuando dejé de reír, volviendo a sentarme y estirándome felinamente-. La verdad es que no me acuesto con cualquiera, lo habré hecho dos o tres veces en mi vida nada más, cuando era más niña -dije sonriendo levemente, recordando las locuras de mi adolescencia-. Mi actitud es una cosa, soy burlona y engañosa, gajes del oficio... Pero siempre me valgo o de mis dones, o de la magia, o de las pociones y drogas. A ti te molesto porque sé que eres gay, y estás bueno y puedo sentir que eres un buen chico. En cuanto a alguien especial... 

Ya estaba tan ebria, ¿por qué no decirlo? ¿Qué me impedía hablar de ello? Supongo que el remordimiento, o esa vocecita en mi cabeza que algunos llaman consciencia y que siempre podía acallar con un trago más...

-Sarah era especial. Jamás he visto a nadie como ella... -me encogí de hombros, levantándome por una botella de vodka y bebiendo un trago que casi me destroza la garganta con su ardor.

vaya que era extraña, pero me tranquilizaba un poco que realmente no hiciera ese tipo de cosas de esa forma, tal vez por que me agradaba demasiado y no le deseaba esa vida - Bueno yo también te considero una amiga, siento como si ya te conociera de años, sonara loco o tonto pero así lo siento, así que gracias por lo que acabas de decir menos por lo de gay, en esa parte te odio - luego reí ligeramente.

- Sarah? Y dices que el gay soy yo - me acerque a ella o quizá a lo que me acerque era a la botella - Quién es Sarah? - pregunte curioso - y por que "era"?

-Acéptalo, guapo, eres gay o un virgen demasiado tímido. Commo sea, yo no soy gay, te follaría si te dejaras -le guiñé el ojo coquetamente y luego otro trago, ya me temía yo que preguntara y no lo culpaba por eso, yo a veces también era curiosa o rayaba en lo metiche. Noté que se acercó a mí y le ofrecí la botella, mirando por un momento a la nada, con una leve sonrisa melancólica.

-Sarah era mi novia y una de las mejores hechiceras que he conocido alguna vez -relaté, recordando a esa dulce muchachita con rostro inocente-. De verdad era hermosa, de cabello negro y largo, blanca como la nieve... yo le decía "Blancanieves" sólo para molestarla -reí ligeramente, aunque el gesto me supo amargo. Miré mis manos con sus relucientes guantes blancos... bueno, cuando me los dieron relucían. Ahora estaban llenos de polvo y tierra, lo cual me hizo fruncir levemente los labios.

-Y digo "era", porque murió hace un año -puntualicé y le miré a los ojos, con rostro serio-. Yo la asesiné -la angustia en mi voz era palpable, pero no iba a llorar; después de todo, sentía que ya no me quedaban lágrimas-. Fue un accidente...

Me quede ¿impactado? Sí bueno tampoco es que pudiera tener otra reacción ante esa confesión y peor aún no tenía ninguna posible respuesta, intenté articular algo pero en el momento me arrepentía y sólo abría la boca.

Le di una larga bebida a la botella - Bueno fue una buena muerte - dije mirando hacia la ventana, al oscuro cielo de la ciudad - debe ser una muy buena forma de morir .... Por las manos de la persona que amas

-¿Tu crees? -Pregunté con sarcasmo, mirándole con una ceja alzada. Le quité la botella y bebí un largo trago, bajandola luego y recargándome en el hombro de mi nuevo amigo, mirando en la mima dirección que él, la ventana y las luces que iluminaban la ciudad. 

-Si de verdad fuera valiente, hace mucho que me habría suicidado -comenté luego de un breve silencio, pensando en Sarah, en mis padres, en mi padrino. Recordando la muerte de cada uno de ellos, para terminar pensando en el sonriente rostro de Alexandre y la forma en que siempre me subía el ánimo-. No creo que para ella haya sido una bonita forma de morir. La muerte nunca me ha parecido algo bello, más bien, se me hace que es horriblemente vacía y fría, la simple nada... Nunca me lo voy a perdonar.

Ni siquiera la mire, sólo la escuche.

- Quizá suene tonto Lutho pero en este tiempo con todas esas formas de morir que hay ¿Cuál elegirías tu? Sin duda alguna creo que por amor sería mejor, por que lo que hiciste no fue con la intención de lastimarle así que no deberías sentirte culpable, no creo que falla te culpe.

-Lo sé, pero ella confiaba en mí y yo le fallé -indiqué mirándole, moviéndome un poco para verle el rostro. Sí, definitivamente ya estaba ebria, sentía que la mitad de la habitación me daba vueltas y volví a acomodarme sobre Andy como estaba, procurando no marearme demasiado.

-Y de todas formas, aunque ella tal vez no me culpe o esté realmente en un lugar mejor, eso no evita que la extrañe y me duela como el demonio -suspiré y me encogí de hombros, bebiendo un nuevo trago y cerrando los ojos-. Nunca te has enamorado, ¿verdad?

Pase mi brazo por sus hombros como manera de confortarla.

Suspire - No - reí ligeramente pensando en lo que había sido mi vida - seré sumamente franco contigo - levanté la mirada al techo - y te diré un secreto que nadie más sabe, el amor, el hecho de llegar a enamorarme realmente de alguien .... esa es la única cosa que realmente me aterra en esta vida - sonreí apenas un poquito - he salido con personas, he estado con personas pero nunca lo he sentido, además cuando las cosas comienzan a ponerse serias salgo corriendo.

Bien donde estaba esa botella por que ahora si que tenía ganas de darle un trago a fondo.

-Eres como la novia fugitiva, ¿no? -reí con aquel pésimo chiste y terminé por tumbarme sobre la cama, todo me daba vueltas y el piso se veía peligrosamente inestable, pero seguía estando cuerda, lo sentía, aún no estaba lo suficientemente ebria y la noche apenas comenzaba.

-El amor no es realmente tan malo, no te niego que fui muy feliz con Sarah y aunque luego viene un dolor del infierno y arruinas tu vida para siempre guardando luto eterno, creo que vale la pena, aunque sea por los recuerdos -comenté, frunciendo ligeramente el ceño, ahora que lo decía en voz alta ya no sonaba tan tranquilizador como en mi mente.

-Hey, tú que estás más sobrio que yo, trae acá esas botellas que no se van a esfumar solas -dije sonriendo de lado mirándole, estaba borroso pero seguía viendo su bonita carita de niña. Me relamí los labios inconscientemente preguntándome qué tan bien se sentiría estar encima suyo haciendo cosas más interesantes hasta que recordé que era medio gay, y tampoco es que yo fuera una violadora. Al menos no mientras siguiera estando ligeramente "sobria".

Solté una risa sonora - Si más o menos algo así - respondí - De hecho, sabes, tenía una prometida , algo arreglado por mi padre, ella era agradable pero nunca funciono de esa forma - que tan borracho estaba que ya había comenzado con las confesiones.

- Si quizá eso de estar enamorado sea lindo pero algún se acabará, todo en esta vida tiene un ciclo de término, así que para que enamorarse si al final vas a terminar sólo y con dolor - hice una pausa - no quiero sentir dolor.

Me pare y toma la botella que ella me había indicado - Hey estas segura que estas bien?

-Pero ¿qué es la vida sin un poco de dolor? Después de todo te recuerda que sigues vivo, que sientes, que perteneces al mundo -comenté recibiendo la botella que me traía, sentándome un poco cerrando los ojos para evitar el mareo, dándole un buen trago que desestabilizó mi mundo por completo.

-Creo que ya estoy ebria, me siento de maravilla -indiqué riendo y mirándole. Conseguí, de alguna extraña forma, moverme hasta donde él estaba y le abracé por la espalda, rodeando su cintura-. Entonces ¿nunca funcionó con esa chica? Sé lo que es un matrimonio arreglado. Recuerdo que en algún punto de verdad mi familia consideró la opción de casarme con tu hermano, ¿te figuras? Creo que me hubiera escapado y te habría llevado conmigo -declaré sonriéndole amistosamente, apretándole por la cintura para no darme de trompadas con el suelo, usándole casi de soporte. 

-Debimos habernos conocido antes. Tal vez nos hubiéramos ahorrado algunos sufrimientos innecesarios y hubiésemos conquistado al mundo -comenté riendo divertida por la ocurrencia, aspirando el aroma de Andy, era agradable, muy agradable a decir verdad. Besé su cuello sin poder contenerme y le asesté una ligera mordida, sólo por molestarle.

- Creo que el dolor es algo a lo que nunca me acostumbrare en la vida - daba gracias que estuvieramos bebiendo por que sobrio ya me hubiera ahogado de verguenza por mi conducta cero viril de esos momentos.

Me separe apenas ligeramente de ella cuando me mordio - No soy comestible - murmure - bueno quiza si pero aun sigo sobrio - solte una carcajada y luego volvi cerca de ella, me resultaba grata su cercania.

- Honestamente eres el tipo de chica con el que me hubiera gustado salir - respondi seriamente - claro si no fuera TAN gay como dices .... ¡hey! te hubieras casado, me hubiera gustado tener a alguien agradable en esa casa ... quiza .... te imaginas el dia de tu boda yo hubiera llegado tipo pelicula cursi gritando "no te cases" repartiendo patadas mientras te subia a mi bella e imaginaria Harley Davidson negra con flamitas rojas y llantas de ensueño mientras todos trataban de impedirlo - a esa descipcion la acompañe con mimica y sonidos.

-¿Sabes qué considero realmente triste? Acostumbrarse al dolor. Creo que nadie debería llegar nunca a ese punto, las cosas en este mundo están realmente mal si lo piensas detenidamente -comenté en un momento de inesperada seriedad, o tal vez no. Era típico que estando bebida me pusiera a filosofar de la vida y a hablar de política, todo eso por supuesto, mientras intentaba violarme a alguien o hacer el tonto cada cinco minutos. Como era el caso ahora mismo. 

Reí divertida con su comentario y le ofrecí mi botella-. ¿Pues a qué demonios esperas que sigues sobrio? ¡Bebe, vamos! Quiero comerte, ñam ñam -dije entre risas volviendo a abrazarle cuando se acercó, me gustaba el calor que su cuerpo emanaba. Era como el hermano mayor que siempre deseé tener, o al menos me imaginaba que así debía de sentirse. Segura. Tranquila. Capaz de hablar de cualquier cosa sin ser juzgada o mirada mal. 

Seguí con la mirada sus gestos imaginando el espectáculo que describía, riendo de vez en cuando. Y cómo no, también tenía que hacer mi aporte-. Te imagino dando patadas estilo ninja mientras yo huyo de tu hermano como doncella secuestrada, dejando dramáticamente pedazos de vestido en el camino y luego en la moto, recorriendo Europa como la novia fugitiva y su amante el ninja vengador, por siempre salvando a los pobres y robando a los ricos -en ese punto y también gesticulaba y hacia ruiditos de moto y fuga, pero qué más daba, ¡era gracioso! 

Terminé riendo de mi propia imaginación explosiva y negando con la cabeza, a veces no podía conmigo misma. Una vez que me hube calmado, volví a verle con expresión algo más seria, considerando todo lo que habíamos divagado-. ¿Sabes? Ahora que lo pienso... hubiera sido muy probable que termináramos juntos. No hubiera soportado a tu hermano, pero tú eres realmente agradable y me entiendes. Hubiéramos sido un buen matrimonio -comenté con tono más melancólico, imaginando todo...

-Eres exactamente mi tipo de chico -comenté de la nada, mirándole a los ojos-. Aunque seas un poco gay. O puede que yo tenga un problema y me gusten los gays y mi cuerpo esté equivocado. O no sé... Es todo tan extraño. Es lo genial de la vida. Nunca sabes lo que te espera...

- Creo que con ese caracter que tienes tu hubieras terminado cargandome a mi, eres de esas super chicas que ya no hay en el mundo, aun con un vestido puesto patearias traseros a diestra y siniestra - solte a reir - tienes razon, no te llevarias con alguien como mi hermano y el no te mereceria - pase un mechon de pelo atras de su oreja - eres demasiado bonita y unica para el.

Suspire - Exacto, nunca sabes que te espera, quiza yo no soy tan gay .... o quiza si ..... no crees que tu y yo estamos en cuerpos equivocados?

Casi que ronroneé, desbaratando toda mi imagen de rudeza, cuando acomodó el mechón de cabello. Me apreté un poco más contra él tomando la botella y dando un nuevo trago, viendo luego el líquido a través del vidrio de la misma mientras escuchaba las palabras de Andy-. No me halagues, no creo ser tan bonita. Hay mujeres que sí parecen mujeres y luego vengo yo... -comenté, haciendo un gesto con la mano restándole importancia al asunto. 

-Debería existir un hechizo para cambiar de cuerpo -señalé apenas acabó de hablar-. Aunque hablar de magia sea sacrilegio -hice una pequeña pausa y me miré las manos enguantadas, cuya mágica tela seguía impecablemente inmaculada y casi parecía una segunda piel. Con gestos lentos debido al mareo producto de la ebriedad, me los quité con toda la elegancia con la que fue posible... La cual, básicamente, fue nula-. Definitivamente voy a buscar un hechizo así -declaré con determinación, tirando los guantes al suelo sin mucha parsimonia. Mis manos lucían tan delicadas como las de una dama gracias al permanente uso de los mismos, y mis uñas estaban limpias y cortas. Sonreí levemente.

-Tal vez seas lo contrario de los chicos comunes... Cuando bebes te vuelves hetero, ¿no? -dije de la nada, riendo y mirándole con una ceja alzada-. De todas formas, por ser tú, no me molestaría ayudarte a descubrirlo.

- Me vuelvo más sinceró ciertamente - respondí - como que se me olvida seguir mi imagen de hombre gay malo - sonreí - Pero ¡Hey! ¿Qué no pareces mujer? Eso te hace más especial que todas esas súper producidas y falsas mujeres que abusan del maquillaje y terminan como payasos de circo - intenté ponerme en pie tropezando hasta la ventana donde después de pelear unos minutos con el estúpido pestillo de la ventana se rehusaba a dejarme abrirlo.

Levanté las manos triunfante cuando sedio y la ventana giró hacia afuera, respire el aire frío de la noche y luego regrese a su lado - Lo siento pero amo el frío - tome la botella - después de esta noche a donde irás?

Las palabras de Andy consiguieron levantarme el ánimo en cuanto a ese tema, y bueno, había que decir que tenía razón. No entendía cómo algunas mujeres podían maquillarse al punto de parecer payasos en plena actuación de circo, ¡y esos taconazos! Para eso mejor se ponían zancos y hacían el mismo ridículo.

-Me gusta que seas sincero, eso es bueno a decir verdad -indiqué, viéndole trastabillar y tambalearse hasta la ventana. Riendo cuando comenzó a pelearse con el pestillo de la misma-. Hey, no asesines a la pobre ventana, que nada te ha hecho salvo existir -comenté sonriendo de lado, respirando el fresco aire frío que circulaba ahora por el cuarto-. El frío es genial, me recuerda a casa...

Me estiré de forma felina y le quité de nuevo la botella para poder beber lo último que quedaba-. Fuck, ya se acabó... ¿cuánta dotación nos queda? -Pregunté, levantándome y acercándome al minibar, husmeando entre las botellas que ya habíamos vaciado y regresando con un vodka de Finlandia. La abrí y le di un buen trago antes de acomodarme a su lado y ofrecerle la botella-. Supongo que me quedaré un par de noches en el refugio y luego... -me encogí de hombros-. Ni idea. No tengo lugar al cual ir ni al cual llamar hogar.

- Si a mi también me recuerda a casa - suspire pesadamente, por que iba a negarlo, odiaba aquel sitio pero también era lo único que conocía y principalmente lo único que tenia, en una ciudad nueva me sentía mas solo que de costumbre.

_ He estado pensando en volver - le respondí mientras ella se movia en el mini bar - se que es contradictorio pero .......... - mire el techo y luego mis manos - todo lo que soy esta allí, quizá tienen razón y no puedes escapar a tu destino.

Alcé una ceja escuchándole, meditando un poco sobre lo que planteaba. Era contradictorio, por supuesto, porque la mayoría del tiempo yo también me sentía igual.

-No sabes cómo te comprendo, pero... creo que cada uno tiene el derecho a forjarse un destino, ¿no crees? No siempre podemos ser lo que ellos esperen, somos seres libres después de todo -comenté, lo suficientemente ebria como para filosofar acerca de ese tema que a mi parecer, era bastante serio y delicado. Digo, es lo que nos definía, ¿no? Lo que nos hace personas, supongo...

-No creo que debas volver -dije al cabo de unos momentos, imitando su gesto y mirándome las manos-. Tal vez nunca seas más tu mismo que aquí y ahora. Tal vez este es el Andy de verdad y no el que se dedica a cazar seres diferentes a nosotros sólo porque nuestro apellido nos lo exige.