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Puntualidad inglesa [Privado Talbot]
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Re: Puntualidad inglesa [Privado Talbot]
David asintió, su rostro estaba pétreo, reservado, sus ojos dorados destellaban en la penumbra de las catacumbas, estaba ciertamente disgustado, apesumbrado por lo ocurrido aquella noche pero sobre todo porque fue demasiado consciente que él no podía proteger como debía a Vittorio ni a su hermana, Cassel poseía poder pero ese poder no era suficiente para hacer frente a los demonios cuerpo a cuerpo, en medio de una lucha sería rápidamente reducido a cenizas, completamente liquidado con un barrido de mano y él, un vampiro de apenas trescientos años estaba lejos de poseer el poder de Marius o del propio Armand, inmortales mucho más antiguos y poderosos. Ladeó el rostro, sus ojos recorrieron el brazo teñido de escarlata del licántropo, no lo tocó, Jhon demostraba que la presencia de los vampiros no era de su agrado, David sabía que los lobos poseían un sisteme de regeneración precoz, cuestión de tiempo que el brazo de Jhon volviera a estar en condiciones de nuevo.
Subiero por la rampa y sobre ellos se desplegó el cielo nocturno ahora teñido de naranja por la llamas que estaban consumiento el viejo edificio, David se quedó quieto, unos segundos, sabiendo que signficaba aquel fuego; era una declaración de guerra abierta contra la orden. Respisó profundamente, su rostro estaba todo teñido de sombrían marcas por las cenizas al igual que sus ropas desgarradas, sus cabellos castaños alborotados se apretaban contra sus pómulos, David hubiera preferido gozar de cierta paz relativa porque por fin iniciaba una relación con otro hombre pero este hombre era mortal y pudo haber sucumbido esta misma noche.
Volvió los ojos hacia Cassel que estaba allí, pegado a su hermano, se aproximó rápidamente a ellos, los supervivientes también estaban cercanos a ellos, formando un círculo, viendo caer todo entre las rojas llamas, de lejos se apreciaba incluso a algunos invidado de otros órdenes, un hombre maduro, alto y fuerte. de cabellos blancos cuyo acompañante era un joven de cabellos rojo flama y aspecto de gitano que cruzó sus ojos azules con Jhon como si se reconocieran, después la pareja inclinó sus cabezas, hablando entre ellos y marcharse entre las sombras.
-¿Estaís bien?-David los miró a ambos, sus rostros blancos del miedo y la culpabilidad hizo presa en él, el remordimiento más monstruoso. Acarició el rostro de Cassel, observando las pupilas completamente dilatadas, la sangre que manchaba su piel. Si Cassel no lo hubiera conocido nada de esto hubiera pasado...recordó las palabras de Armand, tarde o temprano cuando se tenía un amante mortal, este fallecía rápidamente, donde estaba un vampiro siempre rodanba la muerte. Los tomó suavemente de las manos, mirando a Jhon-Vamos, señor. Vos también estaís herido.- de lejos veía el coche con Alfred al volante, esperándolos imperturbable como buen mayordomo inglés ya lloviera agua o demonios del cielo.
Subiero por la rampa y sobre ellos se desplegó el cielo nocturno ahora teñido de naranja por la llamas que estaban consumiento el viejo edificio, David se quedó quieto, unos segundos, sabiendo que signficaba aquel fuego; era una declaración de guerra abierta contra la orden. Respisó profundamente, su rostro estaba todo teñido de sombrían marcas por las cenizas al igual que sus ropas desgarradas, sus cabellos castaños alborotados se apretaban contra sus pómulos, David hubiera preferido gozar de cierta paz relativa porque por fin iniciaba una relación con otro hombre pero este hombre era mortal y pudo haber sucumbido esta misma noche.
Volvió los ojos hacia Cassel que estaba allí, pegado a su hermano, se aproximó rápidamente a ellos, los supervivientes también estaban cercanos a ellos, formando un círculo, viendo caer todo entre las rojas llamas, de lejos se apreciaba incluso a algunos invidado de otros órdenes, un hombre maduro, alto y fuerte. de cabellos blancos cuyo acompañante era un joven de cabellos rojo flama y aspecto de gitano que cruzó sus ojos azules con Jhon como si se reconocieran, después la pareja inclinó sus cabezas, hablando entre ellos y marcharse entre las sombras.
-¿Estaís bien?-David los miró a ambos, sus rostros blancos del miedo y la culpabilidad hizo presa en él, el remordimiento más monstruoso. Acarició el rostro de Cassel, observando las pupilas completamente dilatadas, la sangre que manchaba su piel. Si Cassel no lo hubiera conocido nada de esto hubiera pasado...recordó las palabras de Armand, tarde o temprano cuando se tenía un amante mortal, este fallecía rápidamente, donde estaba un vampiro siempre rodanba la muerte. Los tomó suavemente de las manos, mirando a Jhon-Vamos, señor. Vos también estaís herido.- de lejos veía el coche con Alfred al volante, esperándolos imperturbable como buen mayordomo inglés ya lloviera agua o demonios del cielo.
David Talbot- Cantidad de envíos : 394
Fecha de inscripción : 14/02/2012
Localización : Puede que Trafalgar Square
Re: Puntualidad inglesa [Privado Talbot]
Mientras los minutos transcurrian lentamente Cassel no habia hecho amago alguno de levantarse. Julia seguia gimoteando en su pecho y terminó por rodearla con sus brazos, acariciandole espalda, cabellos mientras apoyaba el menton en su coronilla. Su mirada estaba perdida aun en aquel bosque por donde habia desaparecido la extraña pareja y su mente iba mas allá, analizando los hechos, la situación. Ya el peligro parecia haber pasado, a lo lejos escuchaba las sirenas de las ambulancia, aquellos helicopteros habian terminado de sofocar la situacion y ahora solo trataban de mitigar un fuego indomable que estaba devorando todo el edificio. Hacia unas horas Vittorio se sentia excitado ante el evento, estaba entusiasmado por conocer, por saber y penso que seria una velada agradable...una de las primeras reuniones sociales en las que tuvo la iniciativa de llevar a su hermana...y ahora solo quedaban cenizas, desconcierto y miedo.
Pero, ¿Por que? se pregunto Vittorio mientras exhalaba un suspiro cansado ¿por que ninguna fuerza celestial acudió en defensa o simplemente para echar una mano? ¿Es que ya no les importaba que los demonios vagaran a sus anchas coleccionando cadaveres? ¿Por que? ¿Acaso el cielo habia perdido? ¿Estabamos perdidos?. Sus pensamientos eran cada vez mas pesimistas. Quizas David pudiera arrojar luz en el asunto...David...entonces sus pensamientos cambiaron y se volcaron en él quien aun no volvia. ¿Lo habrian matado?. En la garganta se le formó un fuerte nudo que le impedia tragar. Que idiota al pensar que era invulnerable. Ahora mas que nunca se habia dado cuenta de la fragilidad de su pareja y de la suya propia...
Sus temores y miedos se disiparon al ver la figura del vampiro seguida de la del lobo cuya apariencia volvia a ser completamente humana. Sostuvo a Julia para levantarla junto con él y lo miró con gesto aliviado, estaba entero, no parecia que lo hubiesen herido o quizas sus heridas ya se habian regenerado. Sin embargo la caricia le parecio mas fria de lo habitual, no por su piel si no por la falsa sensacion de seguridad que representaba. Tragó saliva y asintió. No mucho mas lejos estaba el cadaver decapitado del demonio quien sin darse cuenta Cassel se estaba consumiendo como si el infierno lo reclamara filtrandose en la tierra.
-Chico...¿Eso lo has hecho tu?.- la voz de Jhon lo sacó de su propio estupor, lo miró con desconcierto y nego con el rostro -Fue la mujer roja.- susurro con la voz algo entrecortada. El lycan se acercó al cadaver comprobandolo antes de que lo invitaran a subir a la limusina. Francamente no le hacia gracia ir con ellos, tenia pensamiento de largarse lejos, a los bosques mas profundos, mear en todos los arboles y contruir su refugio anti basuras demoniacas...pero la situacion era alarmante y no era tan orgulloso como para ir solo a la aventura en estos momentos.
Una vez todos estuvieron acomodados en el coche y este se alejaba dejando atras el desastre Cassel se inclinó hacia Alfred y le pidio por favor que pusiera la radio, las noticias. Al menos asi romperia el incomodo y tenso silencio que se habia creado. La solucion fue peor que el problema. Un locutor con voz ansiosa relataba los continuados ataques de fuerzas oscuras en diferentes puntos del mundo: El vaticano, Los Angeles, Paris, y otros puntos claves. Una de las tantas frases desesperanzadoras que lanzo fue "El infierno ha ganado y el cielo nos ha abandonado". Julia tembló y se apretó contra el brazo de su hermano, el lycan gruñó de rabia manteniendo los puños apretados y tensos sobre sus rodillas y finalmente termino por decir en un claro mensaje hacia David -Lo mejor que podemos hacer ahora es escondernos. Creeme, es mejor ser invisibles que ser cadaveres y carroña.-
Cassel miró al lobo y luego al vampiro a quien interrogó con la mirada, suspiro y dijo -¿Nadie los puede detener? ¿Esta todo perdido?.-. Por fin parecian llegar a los terrenos de David, aunque el estomago se le contrajo y se le revolvio al pensar que ni tan siquiera la mansion fuera lo suficiente segura para ellos ahora.
Pero, ¿Por que? se pregunto Vittorio mientras exhalaba un suspiro cansado ¿por que ninguna fuerza celestial acudió en defensa o simplemente para echar una mano? ¿Es que ya no les importaba que los demonios vagaran a sus anchas coleccionando cadaveres? ¿Por que? ¿Acaso el cielo habia perdido? ¿Estabamos perdidos?. Sus pensamientos eran cada vez mas pesimistas. Quizas David pudiera arrojar luz en el asunto...David...entonces sus pensamientos cambiaron y se volcaron en él quien aun no volvia. ¿Lo habrian matado?. En la garganta se le formó un fuerte nudo que le impedia tragar. Que idiota al pensar que era invulnerable. Ahora mas que nunca se habia dado cuenta de la fragilidad de su pareja y de la suya propia...
Sus temores y miedos se disiparon al ver la figura del vampiro seguida de la del lobo cuya apariencia volvia a ser completamente humana. Sostuvo a Julia para levantarla junto con él y lo miró con gesto aliviado, estaba entero, no parecia que lo hubiesen herido o quizas sus heridas ya se habian regenerado. Sin embargo la caricia le parecio mas fria de lo habitual, no por su piel si no por la falsa sensacion de seguridad que representaba. Tragó saliva y asintió. No mucho mas lejos estaba el cadaver decapitado del demonio quien sin darse cuenta Cassel se estaba consumiendo como si el infierno lo reclamara filtrandose en la tierra.
-Chico...¿Eso lo has hecho tu?.- la voz de Jhon lo sacó de su propio estupor, lo miró con desconcierto y nego con el rostro -Fue la mujer roja.- susurro con la voz algo entrecortada. El lycan se acercó al cadaver comprobandolo antes de que lo invitaran a subir a la limusina. Francamente no le hacia gracia ir con ellos, tenia pensamiento de largarse lejos, a los bosques mas profundos, mear en todos los arboles y contruir su refugio anti basuras demoniacas...pero la situacion era alarmante y no era tan orgulloso como para ir solo a la aventura en estos momentos.
Una vez todos estuvieron acomodados en el coche y este se alejaba dejando atras el desastre Cassel se inclinó hacia Alfred y le pidio por favor que pusiera la radio, las noticias. Al menos asi romperia el incomodo y tenso silencio que se habia creado. La solucion fue peor que el problema. Un locutor con voz ansiosa relataba los continuados ataques de fuerzas oscuras en diferentes puntos del mundo: El vaticano, Los Angeles, Paris, y otros puntos claves. Una de las tantas frases desesperanzadoras que lanzo fue "El infierno ha ganado y el cielo nos ha abandonado". Julia tembló y se apretó contra el brazo de su hermano, el lycan gruñó de rabia manteniendo los puños apretados y tensos sobre sus rodillas y finalmente termino por decir en un claro mensaje hacia David -Lo mejor que podemos hacer ahora es escondernos. Creeme, es mejor ser invisibles que ser cadaveres y carroña.-
Cassel miró al lobo y luego al vampiro a quien interrogó con la mirada, suspiro y dijo -¿Nadie los puede detener? ¿Esta todo perdido?.-. Por fin parecian llegar a los terrenos de David, aunque el estomago se le contrajo y se le revolvio al pensar que ni tan siquiera la mansion fuera lo suficiente segura para ellos ahora.
V. Cassel- Cantidad de envíos : 264
Fecha de inscripción : 23/02/2012
Localización : Los Angeles
Re: Puntualidad inglesa [Privado Talbot]
David parecía una estatua de bronce, quieto, con las manos sobre sus muslos, la ropa desgarrada sobre aquel cuerpo que parecía estar hecho de marmol, cubierto con la patina sobrenatural, sus ojos dorados miraban hacia afuera, observando el cielo de Londres que parecía teñirse de sangre, las llamas estaban devorando varios edificios de la gran ciudad, era una señal, los demonios invadian la tierra, tomaban lo que deseaban y no había fuerza alguna para detenerlos, ninguna criatura celestial, ningún dios cruficado...¿acaso habían caido las mismas puertas del Cielo? David no lo sabía, no sabía si aquello era el maldito final de toda la creación, si era el momento en el cual los Jinetes hollarian la tierra, si las trompetas del Juicio Final sonarían y las almas serían colocadas en una balanza y los muertos se alzarían de sus tumbas. No lo sabía, ni todos sus conocimientos ni toda su sabiduria lo ayudaría a predecir lo que estaba a punto de ocurrir y cual era el futuro...estrechó sus dorados ojos, observando Londren..sí, veía fuego, veía sangre y veía mucho dolor.
Ladeó el rostro, observando a los dos hermanos, uno de ellos, su amante, eran meros humanos, su carne era frágil, su voluntad fácilmente domeñable, sus vidas una luz que se extinguiría con la oscuridad que se avecinaba como una afixiante ola y David conoció en ese momento la más profunda desesperación...sí, desesperación, podía luchar, podía esconderse pero ...Vittorio, Julia..no teían poder para estar siempre protegiéndolos como esa misma noche quedó demostrado, eran tan vulnerables como unas rosas en medio una tormenta de nieve, ellos no sobrevivirian a lo que estaba engullendo el mundo entero. David notó que se le iba desgarrando el alma a medida que se acercaban a la mansión Talbot, apenas prestó
atención a las palabras del lobo, se le partía el corazón, solo le quedaba una salidad, una posibilidad y era usar el don oscuro con Vittorio y Julia, convertirlos, darles la inmortalidad y la sed de sangre para toda la eternidad, hacer de ellos sus hijos, sus pupilos y vertes el poder que le dio Lestat en los dos, unirlos en un lazo.
David se contuvo para no derramar lágrimas de sangre, amargas y culpables, no podía pasar de aquella noche, debían traerlos a la oscuridad, habían visto la luz del sol por última vez sin saberlo. David cerró por completo su mente, bloqueando sus emociones para que Vittorio no las sintiese ni supiera de sus intenciones. El coche se detuvo delante de la mansion Talbot y todos bajaron del coche, David miró al lycan.
-Esconderse solo servirá un tiempo, nos buscaran y cuando nos encuentren en la más profunda madriguera, nos daran muerte como a ratas acorraladas.-su voz era extrañamente tenebrosa. Él ya conocía su destino e iba a darle otro a Vittorio y Julia, haria de ellos sus neófitos, haría aquello que juró que nunca haría a la fuerza, dar el don oscuro, estaba seguro que en alguna parte, Lestat debía de reir salvajemente y Armand relamerse los labios. Observó al lobo que lo miraba, con furia mal contenida, no lo invitó a entrar, esta noche no, lo que iba a ocurrir en la mansión Talbot era demasiado terrible para otros ojos-Puedes ir la casa de invitados.-indicó, señalando la construcción en e linde de sus terrenos.
Esperó que se apartara de ellos y con un sutil gesto de los dedos indicó a Richard que se podía retirar, cogió las manos de ambos hermanos, llevándolos él mismo al interior de la mansion, notando que Julia temblaba pero equivocadamente, lo que iba a pasar ahora...esa debería ser la verdadera razón para temblar, lo haría rápido.
David cerró las puertas y se giró hacia ellos, clavando sus ojos dorados en los verdes de ambos-No espero que lo entendaís-se despojó de su camisa, mostrando su torso.-ni que lo perdoneís...pero os daré poder, poder para sobrevivir a lo que viene, al Infierno, poder para hacer frente a vuestros enemigos y a la misma muerte-el rostro delicado de Julia comenzó a teñirse de la horrible compresión-Os daré el don oscuro...para siempre.-y David se movió.
Julia ni supo lo que la golpeó, de repente algo sorbió toda la sangre, dejándola al borde de la muerte, Vittorio gritó, un grito que jamás David habia escuchado de él, golpeó salvajemente al vampiro pero sus puños eran blando contra la carne sobrenatural de David. El vampiro lo tiró a un lado y dejó caer a Julia al suelo, casi muerte...casi pero no todavia, asaltó a su amante y lo mordió, bebiendo su sangre, escuchando como su corazón se iba parando a medida que él le quitaba la vida, David sentía que ahora realmente era perverso, ahora sí, Armand tenía razón, era malvado.
Lo cogió entre sus brazos, observando sus ojos velados, las pupilas dilatadas, vigilando también a Julia-lo siento, amor mío..-se mordió la muñeca y vertió la negra sangre en su boca, un torrente de poder y oscuridad se deslizó por la lengua del joven y su garganta como fuego líquido.
Ladeó el rostro, observando a los dos hermanos, uno de ellos, su amante, eran meros humanos, su carne era frágil, su voluntad fácilmente domeñable, sus vidas una luz que se extinguiría con la oscuridad que se avecinaba como una afixiante ola y David conoció en ese momento la más profunda desesperación...sí, desesperación, podía luchar, podía esconderse pero ...Vittorio, Julia..no teían poder para estar siempre protegiéndolos como esa misma noche quedó demostrado, eran tan vulnerables como unas rosas en medio una tormenta de nieve, ellos no sobrevivirian a lo que estaba engullendo el mundo entero. David notó que se le iba desgarrando el alma a medida que se acercaban a la mansión Talbot, apenas prestó
atención a las palabras del lobo, se le partía el corazón, solo le quedaba una salidad, una posibilidad y era usar el don oscuro con Vittorio y Julia, convertirlos, darles la inmortalidad y la sed de sangre para toda la eternidad, hacer de ellos sus hijos, sus pupilos y vertes el poder que le dio Lestat en los dos, unirlos en un lazo.
David se contuvo para no derramar lágrimas de sangre, amargas y culpables, no podía pasar de aquella noche, debían traerlos a la oscuridad, habían visto la luz del sol por última vez sin saberlo. David cerró por completo su mente, bloqueando sus emociones para que Vittorio no las sintiese ni supiera de sus intenciones. El coche se detuvo delante de la mansion Talbot y todos bajaron del coche, David miró al lycan.
-Esconderse solo servirá un tiempo, nos buscaran y cuando nos encuentren en la más profunda madriguera, nos daran muerte como a ratas acorraladas.-su voz era extrañamente tenebrosa. Él ya conocía su destino e iba a darle otro a Vittorio y Julia, haria de ellos sus neófitos, haría aquello que juró que nunca haría a la fuerza, dar el don oscuro, estaba seguro que en alguna parte, Lestat debía de reir salvajemente y Armand relamerse los labios. Observó al lobo que lo miraba, con furia mal contenida, no lo invitó a entrar, esta noche no, lo que iba a ocurrir en la mansión Talbot era demasiado terrible para otros ojos-Puedes ir la casa de invitados.-indicó, señalando la construcción en e linde de sus terrenos.
Esperó que se apartara de ellos y con un sutil gesto de los dedos indicó a Richard que se podía retirar, cogió las manos de ambos hermanos, llevándolos él mismo al interior de la mansion, notando que Julia temblaba pero equivocadamente, lo que iba a pasar ahora...esa debería ser la verdadera razón para temblar, lo haría rápido.
David cerró las puertas y se giró hacia ellos, clavando sus ojos dorados en los verdes de ambos-No espero que lo entendaís-se despojó de su camisa, mostrando su torso.-ni que lo perdoneís...pero os daré poder, poder para sobrevivir a lo que viene, al Infierno, poder para hacer frente a vuestros enemigos y a la misma muerte-el rostro delicado de Julia comenzó a teñirse de la horrible compresión-Os daré el don oscuro...para siempre.-y David se movió.
Julia ni supo lo que la golpeó, de repente algo sorbió toda la sangre, dejándola al borde de la muerte, Vittorio gritó, un grito que jamás David habia escuchado de él, golpeó salvajemente al vampiro pero sus puños eran blando contra la carne sobrenatural de David. El vampiro lo tiró a un lado y dejó caer a Julia al suelo, casi muerte...casi pero no todavia, asaltó a su amante y lo mordió, bebiendo su sangre, escuchando como su corazón se iba parando a medida que él le quitaba la vida, David sentía que ahora realmente era perverso, ahora sí, Armand tenía razón, era malvado.
Lo cogió entre sus brazos, observando sus ojos velados, las pupilas dilatadas, vigilando también a Julia-lo siento, amor mío..-se mordió la muñeca y vertió la negra sangre en su boca, un torrente de poder y oscuridad se deslizó por la lengua del joven y su garganta como fuego líquido.
David Talbot- Cantidad de envíos : 394
Fecha de inscripción : 14/02/2012
Localización : Puede que Trafalgar Square
Re: Puntualidad inglesa [Privado Talbot]
Durante un rato quedó absorto. Ni siquiera se despidió del su viejo amigo cuando este se fue hacia la cabaña mirando con un extraño recelo al vampiro. Su mente estaba en otro lado, apabullada por el miedo y la tristeza. Sentia su animo por los suelos, como en aquellos dias cuando era mas joven y se metian con él en el colegio por ser adoptado. Hijo de nadie lo llamaban y el respondia entre gritos y lagrimas que se fueran a la mierda. Pero la sensacion era mucho peor, mucho. Amargamente se rió para sus adentros "24 años luchando por sobrevivir y la muerte me acecha en cada esquina" pensó egoista sin detenerse en el peligro que corria su hermana. David parecia encerrado en si mismo. Su expresion lo desconcertaba y si, le daba pavor, era como si se hubiera decidido a algo que definitivamente no queria hacer.
Su mano siempre era fria, apenas se volvia un poco mas calida cuando bebia sangre o cuando tenian sexo. En aquel momento la encontró desconsoladamente helada y cuando sus piernas fueron subiendo las escaleras las sintio cada vez mas entumecidas. La pobre Julia seguia nerviosa, solo la habia visto asi cuando recibio la noticia de la muerte de sus padres y sus nervios y congoja duraron varios dias.
Al principio Cassel no comprendio por que David los llevaba al dormitorio de él, pero todo ocurrió a una velocidad alarmante, sus palabras, sus acciones, en un pestañeo tenia la vida de su hermana pendiendo de sus labios. El primer impulso fue el de agarrarse a la vida con uñas y dientes, pero era inutil David implacable como el vampiro que era bloqueó los golpes de Cassel quien aturdido solo pensaba en salvar a su herman. Sintió que el corazon se le iba quebrando en pedacitos muy pequeños cuando el destino con dientes afilados fue a buscarlo. La muerte se cernió en su mirada que perdió ese deslumbrante brillo y cuando plegó los parpados las lagrimas cristalinas y gruesas fluyeron por su mejilla.
Los segundos parecieron eternos. Vittorio estaba de pie y todo era blanco a su alrededor. Frente a él estaba su hermana, pero le daba la espalda. Estaban también sus padres, pero no lo miraban. Vittorio grito llamando su atencion pero solo consiguio que una espalda se girara, la de su padre que no tenia el rostro de su padre, si no el de David Talbot. Se alzó sobre él, se hizo inmenso y aterrador, esos ojos tan atractivos, esa miel de su mirada se habian transformado en hiel iracunda. Entonces toda vision se desvaneció cuando la sangre que le inundaba la boca se replego por todo el organismo. Puede que jamas hubiese sentido un dolor semejante. Era como si sus articulaciones, sus musculos, sus organos, todos se pudrieran y murieran por dentro. Agonizó entre gritos y gruñidos mientras se alejaba de David para apretarse el estomago entre sus manos. Queria apretarselo todo! era tan desgarrador ese dolor...
Sus ojos brillaban con esa intensidad tan anormal que parecian unas malditas gemas preciosas. Miró a David por primera vez con aquel don que aturdia hasta el mas minimo sentido. Lo veia todo, lo escuchaba todo, lo podia oler todo...la sangre, el incendio, el olor de su amigo el lobo....el hedor de la muerte. Se agarró la cabeza con ambas manos y jadeó mientras imploraba silencio. Que se callen dijo a esas voces que rezaban por su salvacion. Parecia enajenado, enloquecido...y en un impulso llevó su cuerpo a la ventana rompiendo el cristal para salir al exterior. La luna bañó por primera vez su febril y palido rostro. Habia saltado desde un segundo piso y habia llegado al suelo sin sentir dolor alguno y no tardo en correr con una velocidad sin precedentes. Atravesó la larga extension pasando por al lado de la casa de invitados, se sumergio en el bosque mas cercano dejando marcas de su miedo y furia tras de si.
Su mano siempre era fria, apenas se volvia un poco mas calida cuando bebia sangre o cuando tenian sexo. En aquel momento la encontró desconsoladamente helada y cuando sus piernas fueron subiendo las escaleras las sintio cada vez mas entumecidas. La pobre Julia seguia nerviosa, solo la habia visto asi cuando recibio la noticia de la muerte de sus padres y sus nervios y congoja duraron varios dias.
Al principio Cassel no comprendio por que David los llevaba al dormitorio de él, pero todo ocurrió a una velocidad alarmante, sus palabras, sus acciones, en un pestañeo tenia la vida de su hermana pendiendo de sus labios. El primer impulso fue el de agarrarse a la vida con uñas y dientes, pero era inutil David implacable como el vampiro que era bloqueó los golpes de Cassel quien aturdido solo pensaba en salvar a su herman. Sintió que el corazon se le iba quebrando en pedacitos muy pequeños cuando el destino con dientes afilados fue a buscarlo. La muerte se cernió en su mirada que perdió ese deslumbrante brillo y cuando plegó los parpados las lagrimas cristalinas y gruesas fluyeron por su mejilla.
Los segundos parecieron eternos. Vittorio estaba de pie y todo era blanco a su alrededor. Frente a él estaba su hermana, pero le daba la espalda. Estaban también sus padres, pero no lo miraban. Vittorio grito llamando su atencion pero solo consiguio que una espalda se girara, la de su padre que no tenia el rostro de su padre, si no el de David Talbot. Se alzó sobre él, se hizo inmenso y aterrador, esos ojos tan atractivos, esa miel de su mirada se habian transformado en hiel iracunda. Entonces toda vision se desvaneció cuando la sangre que le inundaba la boca se replego por todo el organismo. Puede que jamas hubiese sentido un dolor semejante. Era como si sus articulaciones, sus musculos, sus organos, todos se pudrieran y murieran por dentro. Agonizó entre gritos y gruñidos mientras se alejaba de David para apretarse el estomago entre sus manos. Queria apretarselo todo! era tan desgarrador ese dolor...
Sus ojos brillaban con esa intensidad tan anormal que parecian unas malditas gemas preciosas. Miró a David por primera vez con aquel don que aturdia hasta el mas minimo sentido. Lo veia todo, lo escuchaba todo, lo podia oler todo...la sangre, el incendio, el olor de su amigo el lobo....el hedor de la muerte. Se agarró la cabeza con ambas manos y jadeó mientras imploraba silencio. Que se callen dijo a esas voces que rezaban por su salvacion. Parecia enajenado, enloquecido...y en un impulso llevó su cuerpo a la ventana rompiendo el cristal para salir al exterior. La luna bañó por primera vez su febril y palido rostro. Habia saltado desde un segundo piso y habia llegado al suelo sin sentir dolor alguno y no tardo en correr con una velocidad sin precedentes. Atravesó la larga extension pasando por al lado de la casa de invitados, se sumergio en el bosque mas cercano dejando marcas de su miedo y furia tras de si.
V. Cassel- Cantidad de envíos : 264
Fecha de inscripción : 23/02/2012
Localización : Los Angeles
Re: Puntualidad inglesa [Privado Talbot]
Cuando Vittorio se alzó, David pudo apreciar en todo su esplendor el efecto del don oscuro que le había concedido a su amante y que ahora era también su hijo según aquel código de vampiros no escrito. Ahora su piel destellaba, las arrugas, las imperfecciones minúsculas estaban completamente alisadas y le conferían aquel aspecto marmoleado, cubierta por la patina sobrenatural que afectaba hasta las uñas, haciéndolas relucir, los cabellos ahora eran un desafio oscuro, negro y reluciente como el ala de un cuervo y se movía de la misma manera cuando Vittorio sacudió su cabeza, los ojos...ah, los ojos, ahora eran flamas verdes en el rostro del neófito, unas hermosas esmeraldas que atravesaban el velo de cualquier noche. El don oscuro, en su burla por sus infectos orígines abría la belleza de la carne como de una rosa mostrando todos sus pétalos, Vittorio era un vampiro hermoso, hermoso como un poema e hiriente en su dolor cuando lo miró...desconcertado, desgarrado y traicionado.
-Vittorio...-susurró David, suplicante, viéndolo marcharse a esa gran velocidad, le había dado gran parte de su sangre, sería un vampiro poderoso a pesar de su juventud, sería fuerte. No lo siguió, no podía, Julia estaba casi muerta, los latidos de su corazón cada vez más espaciado, aun debía convertirla a ella. La cogió delicadamente entre sus brazos, acariciando su rostro, David sabía que ningún vampiro había hecho lo que él, convertir a dos en una sola noche con unos minutos de tiempo entre ambos, puede que eso lo pusiera al mismo borde de la muerte por perdida de sangre, Julia recibiría menos que su hermano mayor.
David le abrió suavemente los labios con la punta de los dedos y dejó caer la oscura sangre entre ellos, observando el blanco perla de los dientes de Julia, la curva graciosa de su cuello, su pecho tentador y de doncella. Le dio sangre hasta que sintió que sus venas se secaban, sus ojos dorados se apagaban y apartó la mano cuando ella gritó, su cuerpo se moría. David la aferró con fuerza, entre sus brazos mientras ella se debatía entre gritos y sollozos, lo arañó con furia pero David no la soltó hasta que ella se dejó caer entre sus brazos, jadeando y sus cabellos se alargaron mas abajo de la cintura, la piel se volvio blanco cisne, el rostro gracil y maravillosamente cándido, dulce, los labios rojos y los ojos como los de Vittorio.
David la acarició, apretandola contra si con ternura-mi preciosa niñia, mi preciosa Julia..-la alzó del suelo, ahora era tambien su hija. Alzó la vista, las luces se apagaron, Londres entera se apagó y los demonios cubrieron el cielo de fuego. David apretó los labios y subió al dormitorio de la joven, la vampira que habia recien creado aun estaba aturdida, temblorosa-debes cambiarte de ropa...¿puedes sola?-pero no la soltó, temía dejarla sola y que cometiera una locura-¿te importa si lo hago yo?-si Vittorio no volvía antes del amanecer, entonces sí tendría razones para preocuparse, bueno, más razones que las de ahora mismo, sabía que Vittorio debía odiarlo y él irónicamente hizo aquello por amor.
-Vittorio...-susurró David, suplicante, viéndolo marcharse a esa gran velocidad, le había dado gran parte de su sangre, sería un vampiro poderoso a pesar de su juventud, sería fuerte. No lo siguió, no podía, Julia estaba casi muerta, los latidos de su corazón cada vez más espaciado, aun debía convertirla a ella. La cogió delicadamente entre sus brazos, acariciando su rostro, David sabía que ningún vampiro había hecho lo que él, convertir a dos en una sola noche con unos minutos de tiempo entre ambos, puede que eso lo pusiera al mismo borde de la muerte por perdida de sangre, Julia recibiría menos que su hermano mayor.
David le abrió suavemente los labios con la punta de los dedos y dejó caer la oscura sangre entre ellos, observando el blanco perla de los dientes de Julia, la curva graciosa de su cuello, su pecho tentador y de doncella. Le dio sangre hasta que sintió que sus venas se secaban, sus ojos dorados se apagaban y apartó la mano cuando ella gritó, su cuerpo se moría. David la aferró con fuerza, entre sus brazos mientras ella se debatía entre gritos y sollozos, lo arañó con furia pero David no la soltó hasta que ella se dejó caer entre sus brazos, jadeando y sus cabellos se alargaron mas abajo de la cintura, la piel se volvio blanco cisne, el rostro gracil y maravillosamente cándido, dulce, los labios rojos y los ojos como los de Vittorio.
David la acarició, apretandola contra si con ternura-mi preciosa niñia, mi preciosa Julia..-la alzó del suelo, ahora era tambien su hija. Alzó la vista, las luces se apagaron, Londres entera se apagó y los demonios cubrieron el cielo de fuego. David apretó los labios y subió al dormitorio de la joven, la vampira que habia recien creado aun estaba aturdida, temblorosa-debes cambiarte de ropa...¿puedes sola?-pero no la soltó, temía dejarla sola y que cometiera una locura-¿te importa si lo hago yo?-si Vittorio no volvía antes del amanecer, entonces sí tendría razones para preocuparse, bueno, más razones que las de ahora mismo, sabía que Vittorio debía odiarlo y él irónicamente hizo aquello por amor.
David Talbot- Cantidad de envíos : 394
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Re: Puntualidad inglesa [Privado Talbot]
Algo le azotaba el rostro continuadamente pero eso no lo hacia detenerse, tampoco lo harian los sonidos extraños y tenebrosos que envolvian aquel bosque, los cuales ahora escuchaba tan claramente pese a que se encontraran a kilometros de distancia. Tan rapido corria que parecia flotar... entonces se detuvo jadeante, paró en seco levantando una nube de polvo y tierra. Su cuerpo temblaba mas no de frió pues fria era ahora su piel y dura al tacto, tenia ansiedad, deseaba algo con fervor pero no sabia exactamente el que. Lanzó un rugido que llamó la atencion de unas cuantas criaturas salvajes, las asustadizas se fueron bien lejos de su alcance. Una de ellas, un precioso conejo blanco, brincaba escondiendose de arbusto en arbusto pero aun asi sus ojos inmortales consiguieron guiarle hasta ella. Corrió de nuevo y a los pocos segundos mantenia agarrado al conejo por las patas. Lo alzó y lo miro con intensidad, bajo el espeso pelaje blanco podia ver como la sangre fluia por las venas azuladas otorgandole la vitalidad al animalillo.
Apretó al capturado sin percatarse de que la fuerza de sus manos estaba quebrandole los huesos de las patas con lo cual el animal pegaba incesantes gemidos.
-Callate.- gruñó sujetandolo ahora por la cabeza y hundió la misma en el espeso pelaje, buscando la carne mas alla. Clavo los dientes y le arrebato toda la sangre al animal hasta que los fuertes latidos del corazon del pequeño dejaron de sonar..entonces tiró a la criatura al suelo y miró a su alrededor buscando mas, pues ni siquiera se sentia minimamente saciado. Ahora ese cuerpo vampirico mandaba, era dueño de sus pensamientos y en su mente solo habia sangre, sangre y mas sangre.
Ratas, mas conejos, gatos...
Se encontraba apoyado inconsciente del tiempo que habia empleado en aquella salvajada, con el cadaver de un gato atigrado en el regazo, su pequeña cabeza colgaba en un grotesco angulo por encima del muslo de Cassel el cual tenia en las comisuras de sus labios las evidencias de su euforicos y freneticos actos. Ya no sentia esa ansiedad, pero parecia ido, tenia la mirada verde fija en un punto lejano e imaginario y su mano derecha acariciaba el pelaje del gato muerto. Los remordimientos de haber matado tantos animales, él que los habia adorado en vida, los habia acariciado, los habia alimentado, iniciaron el efluvio de unos lagrimones sanguinoletos que descendian como cascadas por sus mejillas.
David lo habia convertido en lo que odiaba...un asesino..y ni siquiera habia bebido sangre humana y ya se sentia miserablemente mal. El policia que habia presenciado actos abominables, cadaveres abiertos por las entrañas, desmembrados, vidas segadas por criaturas malvadas ahora se habia convertido en un caminante de la noche, un eterno maldito... y todo para que? ¿Por miedo? ¿Cual seria la justificacion de David? ¿Lo hizo por amor? ¿Proteccion?.
-No tenias derecho.- susurro una y otra vez con la cabeza agachada, cada susurro mas lento e inaudible que el anterior. ¿Y su hermana? ¿Que habria sido de ella? Muerta, convertida...cualquiera de las dos opciones desesperaba a Cassel. Ni siquiera pudo asimilar el cambio no....todo tan de repente...le habian impuesto un nuevo modo de vida.
Sentia que debia levantarse, debia regresar para ver a su hermana, para enfrentarse a David y decirle todo lo que tenia en la mente pero no podia, no...en lugar de ello percibio unos ruidos lejanos de pasos que fueron haciendose mas fuertes y claros conforme aquel ser se acercaba a él.
-No pensé que fuera a hacerlo...pero lo hizo.- murmuro el lobo cuando vió a Cassel. Su mirada estaba repleta de asombro y también de compasión -Seas lo que seas Cassel, no es buen lugar para estar.- bajó la mirada a las criaturas muertas que se arremolinaban en torno al suelo y se acercó sorteando los cadaveres -Escucha, comprendo que estes confuso, que te sientas perdido pero debes volver con él....te enseñara a ser...- pero la mirada fria e hiriente del neofito lo dejó sin habla. El lobo detuvo su avance y frunció el ceño -Yo no soy comida Cassel.- afirmo rotundamente cuando vió como sus colmillos asomaban entre dientes pero para entonces el vampiro ya se habia levantado y se encontraba muy lucrativo mirando la gruesa y palpitando vena de su cuello. Esa si era buena sangre, pensó Cassel, deberia poder probarla, aunque fuera un poco...si...deberia probarla... y para entonces sus pensamientos eran mas lentos que sus acciones.
Se precipito hacia el fuerte lobo y lo empujó contra el roble de ancha corteza. Jhon soltó un gruñido amenazante y agarró a Cass por el hombro y por el brazo para evitar que avanzase mas..ya sus labios practicamente tocaban la calida piel del lobo, ya casi el neofito podia saborear pero entonces el lobo reaccionó y golpeo fuertemente con la rodilla el estomago del moreno y acto seguido le asesto un puñetazo en la cara que rompió la nariz al vampiro. Como consecuencia su cuerpo dió unos pasos atrás solamente, de haber sido humano Jhon le habria reventado cuanto menos la cabeza.
Cuando alzó el rostro Cass estaba llorando de nuevo -Lo siento yo....yo no se que....- mordió su labio inferior tembloroso -llevame con el...- musitó con mas firmeza, irguiendose y retirandose la sangre de la cara.
Apretó al capturado sin percatarse de que la fuerza de sus manos estaba quebrandole los huesos de las patas con lo cual el animal pegaba incesantes gemidos.
-Callate.- gruñó sujetandolo ahora por la cabeza y hundió la misma en el espeso pelaje, buscando la carne mas alla. Clavo los dientes y le arrebato toda la sangre al animal hasta que los fuertes latidos del corazon del pequeño dejaron de sonar..entonces tiró a la criatura al suelo y miró a su alrededor buscando mas, pues ni siquiera se sentia minimamente saciado. Ahora ese cuerpo vampirico mandaba, era dueño de sus pensamientos y en su mente solo habia sangre, sangre y mas sangre.
Ratas, mas conejos, gatos...
Se encontraba apoyado inconsciente del tiempo que habia empleado en aquella salvajada, con el cadaver de un gato atigrado en el regazo, su pequeña cabeza colgaba en un grotesco angulo por encima del muslo de Cassel el cual tenia en las comisuras de sus labios las evidencias de su euforicos y freneticos actos. Ya no sentia esa ansiedad, pero parecia ido, tenia la mirada verde fija en un punto lejano e imaginario y su mano derecha acariciaba el pelaje del gato muerto. Los remordimientos de haber matado tantos animales, él que los habia adorado en vida, los habia acariciado, los habia alimentado, iniciaron el efluvio de unos lagrimones sanguinoletos que descendian como cascadas por sus mejillas.
David lo habia convertido en lo que odiaba...un asesino..y ni siquiera habia bebido sangre humana y ya se sentia miserablemente mal. El policia que habia presenciado actos abominables, cadaveres abiertos por las entrañas, desmembrados, vidas segadas por criaturas malvadas ahora se habia convertido en un caminante de la noche, un eterno maldito... y todo para que? ¿Por miedo? ¿Cual seria la justificacion de David? ¿Lo hizo por amor? ¿Proteccion?.
-No tenias derecho.- susurro una y otra vez con la cabeza agachada, cada susurro mas lento e inaudible que el anterior. ¿Y su hermana? ¿Que habria sido de ella? Muerta, convertida...cualquiera de las dos opciones desesperaba a Cassel. Ni siquiera pudo asimilar el cambio no....todo tan de repente...le habian impuesto un nuevo modo de vida.
Sentia que debia levantarse, debia regresar para ver a su hermana, para enfrentarse a David y decirle todo lo que tenia en la mente pero no podia, no...en lugar de ello percibio unos ruidos lejanos de pasos que fueron haciendose mas fuertes y claros conforme aquel ser se acercaba a él.
-No pensé que fuera a hacerlo...pero lo hizo.- murmuro el lobo cuando vió a Cassel. Su mirada estaba repleta de asombro y también de compasión -Seas lo que seas Cassel, no es buen lugar para estar.- bajó la mirada a las criaturas muertas que se arremolinaban en torno al suelo y se acercó sorteando los cadaveres -Escucha, comprendo que estes confuso, que te sientas perdido pero debes volver con él....te enseñara a ser...- pero la mirada fria e hiriente del neofito lo dejó sin habla. El lobo detuvo su avance y frunció el ceño -Yo no soy comida Cassel.- afirmo rotundamente cuando vió como sus colmillos asomaban entre dientes pero para entonces el vampiro ya se habia levantado y se encontraba muy lucrativo mirando la gruesa y palpitando vena de su cuello. Esa si era buena sangre, pensó Cassel, deberia poder probarla, aunque fuera un poco...si...deberia probarla... y para entonces sus pensamientos eran mas lentos que sus acciones.
Se precipito hacia el fuerte lobo y lo empujó contra el roble de ancha corteza. Jhon soltó un gruñido amenazante y agarró a Cass por el hombro y por el brazo para evitar que avanzase mas..ya sus labios practicamente tocaban la calida piel del lobo, ya casi el neofito podia saborear pero entonces el lobo reaccionó y golpeo fuertemente con la rodilla el estomago del moreno y acto seguido le asesto un puñetazo en la cara que rompió la nariz al vampiro. Como consecuencia su cuerpo dió unos pasos atrás solamente, de haber sido humano Jhon le habria reventado cuanto menos la cabeza.
Cuando alzó el rostro Cass estaba llorando de nuevo -Lo siento yo....yo no se que....- mordió su labio inferior tembloroso -llevame con el...- musitó con mas firmeza, irguiendose y retirandose la sangre de la cara.
V. Cassel- Cantidad de envíos : 264
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Re: Puntualidad inglesa [Privado Talbot]
Cuando se acercaron a la mansión Talbot se escucharon grito provinientes de su interior, las puertas principales se abrieron bruscamente y Richar emergió corriendo por ellas, rodó por las escaleras, pálidos y sudoroso, con una mueca de estúpido terror pintada en la cara y parte de las ropas desgarradas. En el umbral, repentinamente apareció Julia, hermosa como nunca, los cabellos largos y sueltos, relucientes incluso en la penumbra de la noche y entreabrió sus jugosos labios, mostrando la punta de los colmillos, parecía que iba a saltar sobre el infortunado hombre cuando David apareció tras ella y la agarró con firmeza, ella chilló, debatiéndose contra él, arañandolo pero el David se mantuvo interterrito, dejando que ellas descargara toda su fueria contra él, a pesar de la enorme pérdida de sangre, David era todavía más fuerte que ella.
-Controlate, Julia-sabía que la sed era dolorosa y acuciante pero le asombraba esa perdida de control cuando él, en su nacimiento como caminante de la noche, no se desbocó de aquella forma pero claro, él era David, antiguo dirigente de la Talamasca, con un control sobre su mente y sus poderes que pocos alcazaban a imaginar y eso lo ayudó en la transición. Ella continuo luchando hasta que se agotó y sollozó debilmente, David la abrazó y se vió claramente que ella lo mordía en un hombro, David hizo una mueca de dolor pero a pesar de su debilidad le permitió beber de él para que se calmara, acariciando sus cabellos. Posó los ojos en Richard-Coge todo el equipaje que puedas y metelo en el coche, nos vamos mañana por la noche.
Alzó la vista y sus ojos dorados, ahora devaídos, se posaron en la pareja que se acercaba, su faz se contrajo de dolor al ver el aspecto que presentaba Cassel, la ropa toda sucia de tierra, los cabellos revueltos y machas de sangre delatoras, no se pudo controlar, probablemente no se podía controlar todavía, vio la nariz rota e inspiró profundamente.-Julia, tu hermano..-le susurró, sintiendo que le dolía el cuerpo entero, había perdido demasiada sangre y poder para lograr que los dos hermanos renacieran como vampiros. Ella se separó despacio de él y se giró, corrió hacia Vittorio con enorme rapidez, con la ligereza de una mariposa y se abrazó fuerte a su cuerpo. David se frotó el hombro herido y se acercó, notando la mirada de profundo reproche y asco de Jhon.
-Debeís acostaros a dormir, pronto amanecerá y aunque mi sangre es muy fuerte el sol os quemará-respiró roncamente, no podía hacer frente a la mirada acusadora de Vittorio, todavía no, la culpabilidad era un veneno que le estaba quemando hondamente-id...-ordenó, haciendo un gesto con la mano, todavía no podía hablar, no tenía palabras y estaba a poco de desmayarse alli mismo, ni siquiera tenía fuerzas para salir a cazar.
-Controlate, Julia-sabía que la sed era dolorosa y acuciante pero le asombraba esa perdida de control cuando él, en su nacimiento como caminante de la noche, no se desbocó de aquella forma pero claro, él era David, antiguo dirigente de la Talamasca, con un control sobre su mente y sus poderes que pocos alcazaban a imaginar y eso lo ayudó en la transición. Ella continuo luchando hasta que se agotó y sollozó debilmente, David la abrazó y se vió claramente que ella lo mordía en un hombro, David hizo una mueca de dolor pero a pesar de su debilidad le permitió beber de él para que se calmara, acariciando sus cabellos. Posó los ojos en Richard-Coge todo el equipaje que puedas y metelo en el coche, nos vamos mañana por la noche.
Alzó la vista y sus ojos dorados, ahora devaídos, se posaron en la pareja que se acercaba, su faz se contrajo de dolor al ver el aspecto que presentaba Cassel, la ropa toda sucia de tierra, los cabellos revueltos y machas de sangre delatoras, no se pudo controlar, probablemente no se podía controlar todavía, vio la nariz rota e inspiró profundamente.-Julia, tu hermano..-le susurró, sintiendo que le dolía el cuerpo entero, había perdido demasiada sangre y poder para lograr que los dos hermanos renacieran como vampiros. Ella se separó despacio de él y se giró, corrió hacia Vittorio con enorme rapidez, con la ligereza de una mariposa y se abrazó fuerte a su cuerpo. David se frotó el hombro herido y se acercó, notando la mirada de profundo reproche y asco de Jhon.
-Debeís acostaros a dormir, pronto amanecerá y aunque mi sangre es muy fuerte el sol os quemará-respiró roncamente, no podía hacer frente a la mirada acusadora de Vittorio, todavía no, la culpabilidad era un veneno que le estaba quemando hondamente-id...-ordenó, haciendo un gesto con la mano, todavía no podía hablar, no tenía palabras y estaba a poco de desmayarse alli mismo, ni siquiera tenía fuerzas para salir a cazar.
David Talbot- Cantidad de envíos : 394
Fecha de inscripción : 14/02/2012
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Re: Puntualidad inglesa [Privado Talbot]
Jhon contuvo las ganas de consolar a Cass, de haber sido humano le hubiera dado unas fuertes palmaditas en la espalda o le habria revuelto los cabellos, pero tras el ataque ya no se fiaba del chico, no queria hacerle daño si volvia a atacarlo con ese ansia. Asi que durante el trayecto de ida a la mansion ambos mantuvieron un escrupuloso silencio, sin embargo Cass que no habia dominado para nada el arte de no meterse en la mente ajena escucho claramente los pensamientos del lobo: "Lo podria llevar conmigo, no, demasiado riesgo...ademas no puedo confiar en él completamente, es un vampiro por todos los santos...!¿En que estaba pensando aquel hombre?! En un momento como este....". Cass frunció el ceño mientras se frotaba la cara con sus frias manos, esa pregunta tambien se la hacia él, pero trato de cerrar sus oidos a cualquier pensamiento externo, no queria decirle a Jhon lo derrotado que se encontraba en estos momentos.
La vision de su hermana lo desafió, tan hermosa y sobrenatural fue cual gracela a abrazarse a su hermano, el cual durante unos segundos no correspondió el abrazo, solo unos segundos, mas luego suspiro largamente y la apretó contra su pecho. Y mientras lo hacia alzó los verdes ojos, gemas llenas de dolor y enfado hacia David. Ahora si quiso ahondar en esa mente, escuchar lo que pensaba, pero no habia nada ahí, nada...de nuevo solo los pensamientos de lobo y esta vez los de su hermana. "Me largo, me ire al norte.. por alli, la manada de lobos.." pensaba Jhon; "Gracias a Dios estas bien hermano, pensé que ya no volverias" pensó su hermana sin dejar de apretarle la espalda con sus graciles y ahora fuertes manos.
David eludió su mirada, algo que sin duda enervó mucho mas a Cassel. Ni siquiera se atrevia a enfrentarlo y le dolió...sufrió el hecho de no poder odiarlo por completo por que lo amaba demasiado...pero a las personas que de verdad se aman no se le hacian estas cosas, no se las obligaba a vivir para siempre. Jamas le perdonaria eso. Su mandibula estaba tensa, tenia los dientes apretados los unos contra los otros y giró el rostro hacia Jhon dibujando una precaria disculpa en su rostro -Cuidate- susurro en un hilo de ronca voz y separó a su hermana de su cuerpo para cogerla de la mano -Vamos Julia.- dijo finalmente tirando de ella que quedó mirando con preocupación a David. Si lucia agotado, pero Cassel no tenia nada que decirle a ese hombre que le temia.
Subió hacia el cuarto donde se habia alojado hasta ahora sin mirar atras, sin mirarlo a él y se encerró en este con Julia. Corrió las cortinas, cerró las ventanas y prendió la luz aunque sus ojos sobrenaturales podian ver ahora en la oscuridad.
Lentamente dandole la espalda a su hermana fue desvistiendose, primero los pantalones, calcetines, corbata y camisa. Quien lo hubiera pensado, un día atras se encontraba inmensamente feliz y al otro....todo cambiaba drásticamente.
-Lo hizo por amor Vittorio...nos quiere mucho...no te enfades con el.- susurró su hermana con voz fragil y preocupada mientras se quitaba el vestido para quedar en un camison interior. Se metió en la cama, bajo las mantas y sabanas aunque no tenia frio y espero a su hermano. -Nos arrebató la vida Julia...no se lo perdonare tan facilmente.- susurro frio como el hielo antes de meterse en la cama con ella. La abrazó, que fria se sentia la piel de sus brazos, que helada estaba la mejilla que se pegó a su pecho buscando el amparo protector de su hermano. "Jamas podrás tener una familia....jamás podras envejecer..lo vida de tus sueños ya no existe" pensó Vittorio mientras apoyaba el menton sobre su cabello y cerraba los ojos. Julia lo escuchó en la mente, no podia reprocharle al fin y al cabo que Cassel se sintiera tan enfadado y decepcionado.
La vision de su hermana lo desafió, tan hermosa y sobrenatural fue cual gracela a abrazarse a su hermano, el cual durante unos segundos no correspondió el abrazo, solo unos segundos, mas luego suspiro largamente y la apretó contra su pecho. Y mientras lo hacia alzó los verdes ojos, gemas llenas de dolor y enfado hacia David. Ahora si quiso ahondar en esa mente, escuchar lo que pensaba, pero no habia nada ahí, nada...de nuevo solo los pensamientos de lobo y esta vez los de su hermana. "Me largo, me ire al norte.. por alli, la manada de lobos.." pensaba Jhon; "Gracias a Dios estas bien hermano, pensé que ya no volverias" pensó su hermana sin dejar de apretarle la espalda con sus graciles y ahora fuertes manos.
David eludió su mirada, algo que sin duda enervó mucho mas a Cassel. Ni siquiera se atrevia a enfrentarlo y le dolió...sufrió el hecho de no poder odiarlo por completo por que lo amaba demasiado...pero a las personas que de verdad se aman no se le hacian estas cosas, no se las obligaba a vivir para siempre. Jamas le perdonaria eso. Su mandibula estaba tensa, tenia los dientes apretados los unos contra los otros y giró el rostro hacia Jhon dibujando una precaria disculpa en su rostro -Cuidate- susurro en un hilo de ronca voz y separó a su hermana de su cuerpo para cogerla de la mano -Vamos Julia.- dijo finalmente tirando de ella que quedó mirando con preocupación a David. Si lucia agotado, pero Cassel no tenia nada que decirle a ese hombre que le temia.
Subió hacia el cuarto donde se habia alojado hasta ahora sin mirar atras, sin mirarlo a él y se encerró en este con Julia. Corrió las cortinas, cerró las ventanas y prendió la luz aunque sus ojos sobrenaturales podian ver ahora en la oscuridad.
Lentamente dandole la espalda a su hermana fue desvistiendose, primero los pantalones, calcetines, corbata y camisa. Quien lo hubiera pensado, un día atras se encontraba inmensamente feliz y al otro....todo cambiaba drásticamente.
-Lo hizo por amor Vittorio...nos quiere mucho...no te enfades con el.- susurró su hermana con voz fragil y preocupada mientras se quitaba el vestido para quedar en un camison interior. Se metió en la cama, bajo las mantas y sabanas aunque no tenia frio y espero a su hermano. -Nos arrebató la vida Julia...no se lo perdonare tan facilmente.- susurro frio como el hielo antes de meterse en la cama con ella. La abrazó, que fria se sentia la piel de sus brazos, que helada estaba la mejilla que se pegó a su pecho buscando el amparo protector de su hermano. "Jamas podrás tener una familia....jamás podras envejecer..lo vida de tus sueños ya no existe" pensó Vittorio mientras apoyaba el menton sobre su cabello y cerraba los ojos. Julia lo escuchó en la mente, no podia reprocharle al fin y al cabo que Cassel se sintiera tan enfadado y decepcionado.
V. Cassel- Cantidad de envíos : 264
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Re: Puntualidad inglesa [Privado Talbot]
David pudo percibir como Vittorio intentaba tantear sus pensamientos pero parecía haber olviado lo que leyó de las crónicas vampíricas, un neófito no podía entrar en la mente de su maestro, de igual forma un sire no podía leer en su hijo, pero aun pudiendo Vittorio estaba lejos de poder asaltar telepáticamente a David, este llevaba demasiado tiempo guardando sus secretos, incluso del mismo Lestat cuando quiso meterse dentro de su cabeza y se topó con un muro infranqueable. Pero pudo sentir su terrible cólera y su odio, era como un cuchillo al rojo vivo que se metió entre sus costillas hasta llegar al corazón, removiéndose ahí, pero no pudo hacer frente a sus verdes ojos, llenos de la luz de su nueva condición como caminante de la noche, era culpable y jamás lo negaría, les dio el don oscuro en su afán por protegerlos porque en el mundo que se avecinaba, donde los demonios serían los nuevos amos, ser humano era casi ser el ganado preparado para el sacrificio.
Inspiró despacio cuando los hermanos pasaron al lado suyo y sus pálidos ojos dorados se posaron en Jhon que lo acusaba con la mirada, alzó una mano y entreabrió los labio spero luego meneó la cabeza, demasiado agotado, exahusto por haber entregado gran parte de su sangre en una misma noche, fue un parto complicado. Se giró y entró en la mansión, sin importarle si Jhon se iba o lo seguía para arrancarle la cabeza. Penetró en el cómodo e inglés despacho de la planta inferior y acomodó su cuerpo, mas bien lo dejó caer, en el viejo sillón de orejas de terciopelo rojo, su aguzado oido le informó que el lycan se marchaba, ni siquiera se despidió de él pero lo cierto es nunca fueron colegas hasta esta misma noche no intercambiaron más de dos palabras.
Su preocupación era otra, decidir donde ir, ¿Paris o Roma?, pudiera parecer absurdo pero los vampiros más poderesos estaban en Italia, Paris era demasiada peligrosa para los neófitos y mas desde que en su momento acordaron no crear nuevos vampiros, David férreo seguidor de las normas las había quebrantado, ya casi podía ver la mueca burlona de Armand en su rostro de ángel o escuchar el sermon de Marius que lo amonestaría por su locura y por dejarse llevar por las emociones. En la penumbra del despacho los ojos de David eran ahora amarillos, las venas se marcaban bajo la piel y parecían esculpidas en piedra, le dolía todo el cuerpo, era un dolor sordo y pulsante, jadeó y echó la cabeza hacia atrás, necesitaba descansar, sol estaba próximo, se fue alertagando y finalmente se quedó dormido.
A la noche siguiente, debilitado, despertó apenas fue el ocaso, tambaleante se dirigió a la cocina, abrió la nevera para buscar sangre, sangre fria, horrible pero que calmaría parcialmente su sed, necesitaban irse cuanto antes, era cuestión de tiempo qe los demonios fueran a la mansión Talbot. Bebió, diez bolsas, arrojandolas a la basura a pesar que abandonaría su hogar esa misma noche, luego se duchó y se vistió de forma practica, una camiseta negra, pantalon negro de marca y una americana del mismo tono. Subió a la planta de arriba y entró en el dormotorio de sus ...hijos, sí ahora eran suyos, los observó dormir, hermosos y pálidos, abrazados el un al otro, sus frentes perfectas y tersas apoyadas para darse consuelo. David prendió las luces.
-En pie-su voz volvía a ser firme y serena-vestios y coged lo imprescindible-fue hasta el gran armario y comenzó a sacar ropa a gran velocidad.
Inspiró despacio cuando los hermanos pasaron al lado suyo y sus pálidos ojos dorados se posaron en Jhon que lo acusaba con la mirada, alzó una mano y entreabrió los labio spero luego meneó la cabeza, demasiado agotado, exahusto por haber entregado gran parte de su sangre en una misma noche, fue un parto complicado. Se giró y entró en la mansión, sin importarle si Jhon se iba o lo seguía para arrancarle la cabeza. Penetró en el cómodo e inglés despacho de la planta inferior y acomodó su cuerpo, mas bien lo dejó caer, en el viejo sillón de orejas de terciopelo rojo, su aguzado oido le informó que el lycan se marchaba, ni siquiera se despidió de él pero lo cierto es nunca fueron colegas hasta esta misma noche no intercambiaron más de dos palabras.
Su preocupación era otra, decidir donde ir, ¿Paris o Roma?, pudiera parecer absurdo pero los vampiros más poderesos estaban en Italia, Paris era demasiada peligrosa para los neófitos y mas desde que en su momento acordaron no crear nuevos vampiros, David férreo seguidor de las normas las había quebrantado, ya casi podía ver la mueca burlona de Armand en su rostro de ángel o escuchar el sermon de Marius que lo amonestaría por su locura y por dejarse llevar por las emociones. En la penumbra del despacho los ojos de David eran ahora amarillos, las venas se marcaban bajo la piel y parecían esculpidas en piedra, le dolía todo el cuerpo, era un dolor sordo y pulsante, jadeó y echó la cabeza hacia atrás, necesitaba descansar, sol estaba próximo, se fue alertagando y finalmente se quedó dormido.
A la noche siguiente, debilitado, despertó apenas fue el ocaso, tambaleante se dirigió a la cocina, abrió la nevera para buscar sangre, sangre fria, horrible pero que calmaría parcialmente su sed, necesitaban irse cuanto antes, era cuestión de tiempo qe los demonios fueran a la mansión Talbot. Bebió, diez bolsas, arrojandolas a la basura a pesar que abandonaría su hogar esa misma noche, luego se duchó y se vistió de forma practica, una camiseta negra, pantalon negro de marca y una americana del mismo tono. Subió a la planta de arriba y entró en el dormotorio de sus ...hijos, sí ahora eran suyos, los observó dormir, hermosos y pálidos, abrazados el un al otro, sus frentes perfectas y tersas apoyadas para darse consuelo. David prendió las luces.
-En pie-su voz volvía a ser firme y serena-vestios y coged lo imprescindible-fue hasta el gran armario y comenzó a sacar ropa a gran velocidad.
David Talbot- Cantidad de envíos : 394
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Re: Puntualidad inglesa [Privado Talbot]
La llegada del sol los forzó a dormir. Fue algo mas alla de sus volutades o cabezonerias, sus cuerpos se debilitaban y quedaban somnolietos y desorientados sin embargo Cass habia abierto los ojos dos horas antes de que David los avisase. Durante aquellos minutos estuvo mirando en silencio el techo de la habitacion, con sus suaves formas geometricas que habian esculpido y que parecian moverse y bailar con sus ojos. ¿Asi serian todos sus despertares? ¿Tendria esa sensacion agria en el paladar y ese extraño malestar? ¿O era solo que estaba hambriento de nuevo? Su hermana parecia mas tranquila, a su lado, apretada a él, seguia pareciendo el angel inocente que habia sido hacia excasas horas. Ignoraba si ella se habia alimentado bien, pero ni los conejos, ni los gatos, ni las ratas saciaron su sed.
Le volvió a atormentar la vision del regio cuello de Jhon, la vena que abultaba su piel de un color morado en cuyo interior podia ver incluso como la sangre fluia y viajaba a traves del cuerpo. Aunque su aroma lo repugno a saber por que, eso no hizo que no tratara de asaltarlo. Posiblemente no lo volviera a ver jamas. El mundo habia cambiado junto con ellos, el caracter de Vittorio estaba dominado por el rencor, la tristeza y el odio.
Cuando David entró, prendió la luz y dió esas ordenes como si ambos les perteneciera -aunque en cierto modo asi era- Cass se levantó en silencio zarandeando suavemente a su hermana y se despojo de las ropas ajadas y ensangrentadas, de aquel hermoso traje reducido a jirones. En el reflejo de la ventana vió su palido pecho, pulido como el de una estatua de marmol, su figura parecia ahora mas fantasmagorica que de costumbre. Sin pedir ninguna clase de intimidad fue desnudandose ante aquellos dos con los cuales apenas tenia secretos y capto un par de prendas de aquellas que con velocidad asombrosa David lanzó en la maleta. Se calzó unos vaqueros gastados y un jersey de cuello alto con gruesa lana color verde esmeralda. Cuando miró a su hermana ella tambien se habia cambiado, apenas se atisbo su figura desnuda por la rapidez con la cual lo habia hecho. Tambien vestia de vaqueros, una blusa blanca y una chaqueta en tonalidades gris y azules.
No le dijo nada a David, tampoco lo miró. Bajó la vista al suelo y caminó hacia fuera de la habitación con los puños cerrados apretando las uñas contra sus palmas. Bajó con rapidez las escaleras y se detuvo en la puerta principal volteando el rostro para apreciar aquella hermosa y suntuosa mansion: lo que pudo haber sido y lo que fue. Una mueca de desilusion se dibujo en sus labios.
Julia en cambio se acercó a David y le ofreció su ayuda. Entre ambos recogieron la ropa necesaria pero la hermana no pudo aguantar mas aquel silencio.
-Deben hablar de todo esto...él esta esperando que le des explicaciones, disculpas...algo...pero no pueden fingir que no existen el uno para el otro.- su voz era suave bañada en calma y ligera pena -Por favor David...ustedes se quieren, esto no pueden distorsionar lo que sienten el uno por el otro.- afectuosamente apretó el hombro del mayor y salió de la habitación para reunirse con su hermano.
Le volvió a atormentar la vision del regio cuello de Jhon, la vena que abultaba su piel de un color morado en cuyo interior podia ver incluso como la sangre fluia y viajaba a traves del cuerpo. Aunque su aroma lo repugno a saber por que, eso no hizo que no tratara de asaltarlo. Posiblemente no lo volviera a ver jamas. El mundo habia cambiado junto con ellos, el caracter de Vittorio estaba dominado por el rencor, la tristeza y el odio.
Cuando David entró, prendió la luz y dió esas ordenes como si ambos les perteneciera -aunque en cierto modo asi era- Cass se levantó en silencio zarandeando suavemente a su hermana y se despojo de las ropas ajadas y ensangrentadas, de aquel hermoso traje reducido a jirones. En el reflejo de la ventana vió su palido pecho, pulido como el de una estatua de marmol, su figura parecia ahora mas fantasmagorica que de costumbre. Sin pedir ninguna clase de intimidad fue desnudandose ante aquellos dos con los cuales apenas tenia secretos y capto un par de prendas de aquellas que con velocidad asombrosa David lanzó en la maleta. Se calzó unos vaqueros gastados y un jersey de cuello alto con gruesa lana color verde esmeralda. Cuando miró a su hermana ella tambien se habia cambiado, apenas se atisbo su figura desnuda por la rapidez con la cual lo habia hecho. Tambien vestia de vaqueros, una blusa blanca y una chaqueta en tonalidades gris y azules.
No le dijo nada a David, tampoco lo miró. Bajó la vista al suelo y caminó hacia fuera de la habitación con los puños cerrados apretando las uñas contra sus palmas. Bajó con rapidez las escaleras y se detuvo en la puerta principal volteando el rostro para apreciar aquella hermosa y suntuosa mansion: lo que pudo haber sido y lo que fue. Una mueca de desilusion se dibujo en sus labios.
Julia en cambio se acercó a David y le ofreció su ayuda. Entre ambos recogieron la ropa necesaria pero la hermana no pudo aguantar mas aquel silencio.
-Deben hablar de todo esto...él esta esperando que le des explicaciones, disculpas...algo...pero no pueden fingir que no existen el uno para el otro.- su voz era suave bañada en calma y ligera pena -Por favor David...ustedes se quieren, esto no pueden distorsionar lo que sienten el uno por el otro.- afectuosamente apretó el hombro del mayor y salió de la habitación para reunirse con su hermano.
V. Cassel- Cantidad de envíos : 264
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Re: Puntualidad inglesa [Privado Talbot]
David inspiró despacio, ladeó el rostro hacia Julia, observando aquella extraño luz que ahora bañaba sus ojos, era algo entre escalofriante y hermoso, aquellos orbes que DAvid sabía que en la oscuridad de un callejon relucirian como los de un gato, pero el apretó sobre su hombro fue afectuoso, sus palabas cálidas, ella le tenía afecto a pesar de haberla condenado en una sola noche a la oscuridad eterna. Pero Julia no sería un pinchoncito desprevenido, ella fue una lectora apasionada de las crónicas vampiricas, muchas escritas por él mismo David donde se narraba el despertar de nuevos vampiros, como eran los primeros años y los peligros a los que se exponían incluso a manos de los congéneres de su propia especie. Sabría cuidarse de la seducción de la sangre con el paso del tiempo, estaría bajo su protección hasta que una noche, David lo sabía, decidiría irse por su cuenta pero de momento, de momento, era una niña recien nacida.
Cogió la gran maleta con facilidad, saliendo del dormitorio, bajando las escaleras a la planta inferior, no volvería a la casa donde nació, probablemente los demonios se presentarían en aquel lugar, lo quemarían o se proclamarian propietarios del mismo, otorgando el título de amo a algun principe infernal. Richard ya estaba allí, silencioso, recogiendo todo el equipaje para colocarlo dentro del maletero del deportivo que esperaba a las puertas. Alzó la vista hacia el vampiro de dorados ojos.
-Señor-no perdía su flema inglesa, la misma que poseía David-Los demonios están quemando casi todo Londres y parece que se acercan a los terrenos, al bosque.
-Lo sé, pronto estarán aquí-David acarició la barandilla de la escalera-espera fuera, Richard. Gracias.-debían irse ya, el tiempo pasaba en contra de ellos, ellos que supuestamente tenían toda la eternidad.
El sirviente se retiró dejando a los tres caminantes de la noche a solas, David terminó de descender los escalones y se aproximó a Vittorio que todavía tenía los ojos clavados en el suelo, percibía la ira manando de su cuerpo tenso, una cólera oscura.
-Vittorio..-la voz de David se hizo más suave, más cálida, alzó la mano derecha y acarició la mejilla de Cassel, despacio, bajando al suave cuello, notando que sus temperaturas eran iguales ahora.-No albergo esperanza alguna que me perdones-no era idiota, había cosas que eran imperdonables, lo sabía, sobre todo para alguien con un sentido de la justicia como su amante.-pero espero que comprendas que lo hice porque te amo como no he amado a nadie en esta tierra, por eso rompí la promesa de no crear jamás a un vampiro, de no tener "hijos". Ahora me odias pero a medida que pasan las noches puede que aprecies el poder que te he dado con mi sangre, todavía no tienes ni idea de todo lo que eres capaz ahora y de ...-se calló, de repente lo abrazó en un impulso, cuerpo duro contra cuerpo duro-no me odies para siempre-susurró en oido y besó la mejilla.
Cogió la gran maleta con facilidad, saliendo del dormitorio, bajando las escaleras a la planta inferior, no volvería a la casa donde nació, probablemente los demonios se presentarían en aquel lugar, lo quemarían o se proclamarian propietarios del mismo, otorgando el título de amo a algun principe infernal. Richard ya estaba allí, silencioso, recogiendo todo el equipaje para colocarlo dentro del maletero del deportivo que esperaba a las puertas. Alzó la vista hacia el vampiro de dorados ojos.
-Señor-no perdía su flema inglesa, la misma que poseía David-Los demonios están quemando casi todo Londres y parece que se acercan a los terrenos, al bosque.
-Lo sé, pronto estarán aquí-David acarició la barandilla de la escalera-espera fuera, Richard. Gracias.-debían irse ya, el tiempo pasaba en contra de ellos, ellos que supuestamente tenían toda la eternidad.
El sirviente se retiró dejando a los tres caminantes de la noche a solas, David terminó de descender los escalones y se aproximó a Vittorio que todavía tenía los ojos clavados en el suelo, percibía la ira manando de su cuerpo tenso, una cólera oscura.
-Vittorio..-la voz de David se hizo más suave, más cálida, alzó la mano derecha y acarició la mejilla de Cassel, despacio, bajando al suave cuello, notando que sus temperaturas eran iguales ahora.-No albergo esperanza alguna que me perdones-no era idiota, había cosas que eran imperdonables, lo sabía, sobre todo para alguien con un sentido de la justicia como su amante.-pero espero que comprendas que lo hice porque te amo como no he amado a nadie en esta tierra, por eso rompí la promesa de no crear jamás a un vampiro, de no tener "hijos". Ahora me odias pero a medida que pasan las noches puede que aprecies el poder que te he dado con mi sangre, todavía no tienes ni idea de todo lo que eres capaz ahora y de ...-se calló, de repente lo abrazó en un impulso, cuerpo duro contra cuerpo duro-no me odies para siempre-susurró en oido y besó la mejilla.
David Talbot- Cantidad de envíos : 394
Fecha de inscripción : 14/02/2012
Localización : Puede que Trafalgar Square
Re: Puntualidad inglesa [Privado Talbot]
La vision de un cielo plagado de estrellas luminosas, desde el punto de vista de su nueva condicion, lo perturbo durante unos instantes. Se perdió en la inmesidad de la bóveda celeste, observando como los luceros de la noche parecian hacerle guiños a su sola persona, como la luna se exhibia orgullosa en su dulce y paulatina ascensión...pero la vision terminó por resultarle amarga al cabo de un rato, el olor del mayordomo de David lo atoró durante el instante que paso por su lado. Sentia una imperiosa necesidad de apoderarse de su vida, un maligno deseo de someterlo de alguna forma, de arrebatarle el alma tal y como hiciera su creador con él. Mas permaneció con el rostro tenso, la mirada fija en los adoquines del suelo, con los ojos muy abiertos y pavorosos de sus propios pensamientos.
David rompìó el "hechizo". No olia a vida, a calidez no olia a nada mas que muerte. Alzó el rostro para fijar su verde mirada sobre las pupilas de aquel, la caricia en su mejilla no suavizaron el dolor de Cass. ¿Amor y odio? ¿Que parte seguir?. Vittorio tambien lo queria mucho si, antes de aquello su corazon vibraba y latia con fuerza con solo estar cerca de David y ahora no latia nada dentro de él, no escuchaba su propia respiracion y no habia sangre alguna corriendo por sus venas. Esas palabras le sonaron amargas, una pobre excusa aunque era la unica que probablemente tendria su sire.
David lo abrazó pero el no correspondio, por unos instantes quiso refugiar el rostro en el cuello de el y soltar algunas lagrimas de pura ansiedad retenida, pero no hizo nada mas que acercarse a su oido y susurrarle con calmada frialdad -El amor no justifica tus actos David...usaste mi vida para tu propio egoismo...dispusiste de mi alma sin ni siquiera decirme algo antes. Mas que tu amante parezco un objeto que puede ser moldeado y poseido a tu beneficio..- se separó del vampiro, hizo una pausa y trato de coger aire, pero el aire no entraba ya a sus pulmones, aun tenia recuerdos de la vida que habia perdido.
-Por amor me condenas a una eternidad de sangre, ansiedad y crueldad... ya me duele arrebatarle la vida a un gato. ¿Que sera de mi cuando me vea obligado a dañar a una persona?.- prosiguió manteniendo la cordura, la "calma". Julia los veia desde lejos, pero lo escuchaba todo aunque fueran susurros. Prefirio guardar silencio, con el rostro compugido por la tristeza y rabia de su hermano y por la situacion entre ambos. Seguia viviendo en un mundo de "rosa".
-Quizas cuando deje de odiar lo que soy..dejare de odiarte a ti.- sentenció con resignación y pena. Le dió la espalda y abrió las puertas de la mansión para salir por ellas. Dió la espalda a aquel lugar que lo vio morir y lo vio nacer, a su creador y a su hermana...para adentrarse en un nuevo rumbo desconocido. Julia tomó la maleta mas pesada que ella y la cargo sin problemas hasta abajo negando la ayuda que le ofrecia Richard.
-Esta hambriento y desesperado...¿Cuanto crees que podria aguantar sin beber David?- le dijo la chica cuando se hubo aproximado a él. Ella no tenia esos problemas morales, habia descubierto que la sangre, es la vida.
David rompìó el "hechizo". No olia a vida, a calidez no olia a nada mas que muerte. Alzó el rostro para fijar su verde mirada sobre las pupilas de aquel, la caricia en su mejilla no suavizaron el dolor de Cass. ¿Amor y odio? ¿Que parte seguir?. Vittorio tambien lo queria mucho si, antes de aquello su corazon vibraba y latia con fuerza con solo estar cerca de David y ahora no latia nada dentro de él, no escuchaba su propia respiracion y no habia sangre alguna corriendo por sus venas. Esas palabras le sonaron amargas, una pobre excusa aunque era la unica que probablemente tendria su sire.
David lo abrazó pero el no correspondio, por unos instantes quiso refugiar el rostro en el cuello de el y soltar algunas lagrimas de pura ansiedad retenida, pero no hizo nada mas que acercarse a su oido y susurrarle con calmada frialdad -El amor no justifica tus actos David...usaste mi vida para tu propio egoismo...dispusiste de mi alma sin ni siquiera decirme algo antes. Mas que tu amante parezco un objeto que puede ser moldeado y poseido a tu beneficio..- se separó del vampiro, hizo una pausa y trato de coger aire, pero el aire no entraba ya a sus pulmones, aun tenia recuerdos de la vida que habia perdido.
-Por amor me condenas a una eternidad de sangre, ansiedad y crueldad... ya me duele arrebatarle la vida a un gato. ¿Que sera de mi cuando me vea obligado a dañar a una persona?.- prosiguió manteniendo la cordura, la "calma". Julia los veia desde lejos, pero lo escuchaba todo aunque fueran susurros. Prefirio guardar silencio, con el rostro compugido por la tristeza y rabia de su hermano y por la situacion entre ambos. Seguia viviendo en un mundo de "rosa".
-Quizas cuando deje de odiar lo que soy..dejare de odiarte a ti.- sentenció con resignación y pena. Le dió la espalda y abrió las puertas de la mansión para salir por ellas. Dió la espalda a aquel lugar que lo vio morir y lo vio nacer, a su creador y a su hermana...para adentrarse en un nuevo rumbo desconocido. Julia tomó la maleta mas pesada que ella y la cargo sin problemas hasta abajo negando la ayuda que le ofrecia Richard.
-Esta hambriento y desesperado...¿Cuanto crees que podria aguantar sin beber David?- le dijo la chica cuando se hubo aproximado a él. Ella no tenia esos problemas morales, habia descubierto que la sangre, es la vida.
V. Cassel- Cantidad de envíos : 264
Fecha de inscripción : 23/02/2012
Localización : Los Angeles
Re: Puntualidad inglesa [Privado Talbot]
David conocía el sabor amargo de la traición, era el mismo que se depositó en su lengua cuando Lestat lo convirtió sin su consentimiento, aunque la conversión fue más violente, Lestat bebió hasta tres veces de él mientras David se resistía con todas sus fuerzas consiguiendo meramente que el vampiro encontrara toda la situación más excitante. Ya aquella noche, David, pudo controlar perfectamente su naturaleza de depredador, manejar su nuevo cuerpo y su nueva vista de una forma que asombró a su mismo Sire por su intrepidez. Pero Vittorio no, era un niño lloroso que suplicaba por ver de nuevo la luz del día, que se angustiaba de horror ante la mera de idea de vagar en la noche, de ser un monstruo entre monstruo. David deseó poder llorar en ese momento, de arrepentimiento y frustración, de culpabilidad, pero sus ojos dorados estaban secos, ahora no podía llorar, ahora tenía que huir y sobrevivir.
Aquellas palabras de Vittorio lo llenaron de un dolor sordo, pulsante, igual que el de una quemadura violenta, que nunca cesa de arder la piel. Un puñal de aire que lo atravesó por completo, su anciano corazón de vampiro. Por unos instantes estuvo a punto de decir; "¿Por qué te enamoraste de mi si para ti soy ese ser aborrecible y condenado que vive en la oscuridad?" El vampìro formaba parte de su ser pero no era la parte más importante pero si conformaba una facete del hombre que era ahora, la condición de bebedor de sangre te enseñaba nuevas lecciones y debías aprender muy rápido. Cerró los ojos, unos breves instantes, puede que todo hubiera sido una estúpida ilusión, que el amor que parecía profesarle Vittorio solo durara unos meses hasta que se cansara del vampiro, hasta que encontrara insoportable el cuerpo frio de David y su excesiva formalidad inglesa, su afición a la sangre.
David abrió los ojos ante la pregunta de Julia-No aguantará nada, se descontroló por completo la primera noche. Sube al coche Julia, yo me ocuparé.-él mismo entró en el auto y se sentó al lado de Vittorio, David quedó entre los dos hermanos en el asiento trasero y el coche se puso rapidamente en marcha.
Ladeó el rostro y observó a Vittorio, alzó una mano y la uña de su dedo índice creció, la hincó en su propio cuello y desgarró la vena, la sangre oscura y espesa comenzó a brotar, con la otra mano agarró la nuca de Vittorio y lo atrajo hacia él, hacia su cuello, con una presa de hierro, hizo que colocara sus labios sobre la herida, David se estremeció brevemente-Bebe...te alimentarás de mi hasta que dejes de tener miedo y te enseñe a controlarte, las presas pueden ser elegidas, si no quieres acabar con vidas inocentes te enseñaré a cobrar vidas llenas de pecado. Ahora, bebe.-susurró, lo que pudiera sentir él o Vittorio carecía de importancia en ese momento, solo deseaba que Vittorio viviera, que sobreviviera aunque le odiara.
Aquellas palabras de Vittorio lo llenaron de un dolor sordo, pulsante, igual que el de una quemadura violenta, que nunca cesa de arder la piel. Un puñal de aire que lo atravesó por completo, su anciano corazón de vampiro. Por unos instantes estuvo a punto de decir; "¿Por qué te enamoraste de mi si para ti soy ese ser aborrecible y condenado que vive en la oscuridad?" El vampìro formaba parte de su ser pero no era la parte más importante pero si conformaba una facete del hombre que era ahora, la condición de bebedor de sangre te enseñaba nuevas lecciones y debías aprender muy rápido. Cerró los ojos, unos breves instantes, puede que todo hubiera sido una estúpida ilusión, que el amor que parecía profesarle Vittorio solo durara unos meses hasta que se cansara del vampiro, hasta que encontrara insoportable el cuerpo frio de David y su excesiva formalidad inglesa, su afición a la sangre.
David abrió los ojos ante la pregunta de Julia-No aguantará nada, se descontroló por completo la primera noche. Sube al coche Julia, yo me ocuparé.-él mismo entró en el auto y se sentó al lado de Vittorio, David quedó entre los dos hermanos en el asiento trasero y el coche se puso rapidamente en marcha.
Ladeó el rostro y observó a Vittorio, alzó una mano y la uña de su dedo índice creció, la hincó en su propio cuello y desgarró la vena, la sangre oscura y espesa comenzó a brotar, con la otra mano agarró la nuca de Vittorio y lo atrajo hacia él, hacia su cuello, con una presa de hierro, hizo que colocara sus labios sobre la herida, David se estremeció brevemente-Bebe...te alimentarás de mi hasta que dejes de tener miedo y te enseñe a controlarte, las presas pueden ser elegidas, si no quieres acabar con vidas inocentes te enseñaré a cobrar vidas llenas de pecado. Ahora, bebe.-susurró, lo que pudiera sentir él o Vittorio carecía de importancia en ese momento, solo deseaba que Vittorio viviera, que sobreviviera aunque le odiara.
David Talbot- Cantidad de envíos : 394
Fecha de inscripción : 14/02/2012
Localización : Puede que Trafalgar Square
Re: Puntualidad inglesa [Privado Talbot]
Mientras aguardaba en el coche plegó los parpados que cubrian su mirada e intento poner su mente en blanco, no pensar en nada, pero los sonidos de la noche se lo impedian. Escuchaba gritos de niños, gemidos de mujeres, alaridos de hombres, sirenas, explosiones, oraciones a todos los dioses habidos y por haber y no se callaban, los sonidos por muy lejanos que fueran lo alcanzaban y no lo dejaban tranquilo. Vittorio frunció el ceño y se obligo a si mismo a desterrar tales sonidos, un vampiro no podria "vivir" siempre con aquello en su cabeza "Silencio" se repetia una y otra vez hasta que los sonidos menguaron y tan solo escuchó los de la noche mas proxima, los de las aves nocturnas, las cigarras y los demás animalillos del bosque, los pocos que quedaban.
A donde iban no le importaba lo mas minimo, sentia que ya no tenia hogar ni lugar en este mundo y pensó si todos los vampiros recien nacidos sentirian lo mismo que él o todos los encajaban tan bien como su hermana Julia. Pese a que sus ojos veian con mas belleza y terror todo lo que le rodeaban, la vision de un cielo plagado de estrellas anormalmente brillantes y una luna clara no provoco ni un ápice de animo en su ser y por ello cerró los ojos de nuevo. Mas no podia cerrarlos eternamente. Sintió que David y Julia con sus aromas cada uno caracteristico ocupaban los otros dos asientos del coche. Percibió la sangre antes de que David le tomase de la nuca y le obligase a beber de su cuello. No se resistió mucho, aunque él no lo hubiese cogido del cuello, él habria sido atraido magneticamente hacia ese liquido oscuro. Sus colmillos crecieron a medida que chupaba del cuello como si fuera un biberon de teta, pero no necesitaba heridas para alimentarse, ya no, tenia sus colmillos ¿Cierto?. Asi pues los clavó, los hundió y traspasó la piel tomando mas de esa sangre que ejercia un poderoso efecto placentero en él.
Cuando era mortal, recordó, y paseaba sus labios y sus dientes fragiles sobre aquel cuello duro deseaba marcarlo de alguna forma, pero la carne tan dura no se dejaba y cuando asi era su marca desaparecia casi de inmediato, como si hubiera pegado sus labios a un cristal y fuera el vaho su mordida. Ahora tenia poder para traspasar la frontera, para hundir más sus dientes si queria y la sangre que paradojicamente provenia de un muerto, corria por su garganta y alimentaba a su frio organismo. En ocasiones habia probado gotas de la sangre de David y conocia las sensaciones que despertaban en su cuerpo, pues esta vez esas sensaciones eran multipicladas por diez, pero su cuerpo era mas reacio a la estimulacion, no asi su mente. Bebia orgasmo y gemia ronco por ello. Si tan delicioso resultaba beber del cuello de un vampiro, ¿Seria mas delicioso hacerlo de un cálido humano?. Ya empezaba a pensar como ellos y tan siquiera se habia dado cuenta.
Cuando David relajo los dedos sobre su nuca él se separo jadeante, lanzó una mirada tan ávida que por un momento deseó que su sire le arrancara las ropas y lo penetrara hasta la extenuacion...si...probar los limites de ese nuevo cuerpo que le habia dado. Sin embargo el odio y la tristeza mantenia a raya esos deseos. Ladeó el rostro y apoyó la frente en el cristal mirando por la ventana mientras la sensacion de placer iba desapareciendo de cada rincón de su cuerpo.
El coche arrancó y el trayecto fue envuelto en incomodo silencio. Julia de vez en cuando lo rompia para preguntar a donde ibamos, para preguntar cuestiones vampiricas, interrogantes que habian despertado las biografias escritas por David, cualquier cosa que se le pasara por la cabeza y Talbot las respondia con voz monotona aunque con aquel acento gentil ingles. Vittorio escuchaba a medias y otro tanto estaba encerrado en sus ensoñaciones, distante y lejano a la vez, a veces sentia que estaba en aquel coche y otras veces que no, que se encontraba muy lejos, solo y con la oscuridad como unica compañera.
El conductor los llevó a unos almacenes y cuando un par de mozos abrieron las puertas el joven de mirada esmeralda observó el avión en el cual ivan a montar. Era pequeño, pero no tanto como para que pudiese alvergar tres feretros que en ese momento cargados, tres cajas grandes, negras y de un material brillante.
A donde iban no le importaba lo mas minimo, sentia que ya no tenia hogar ni lugar en este mundo y pensó si todos los vampiros recien nacidos sentirian lo mismo que él o todos los encajaban tan bien como su hermana Julia. Pese a que sus ojos veian con mas belleza y terror todo lo que le rodeaban, la vision de un cielo plagado de estrellas anormalmente brillantes y una luna clara no provoco ni un ápice de animo en su ser y por ello cerró los ojos de nuevo. Mas no podia cerrarlos eternamente. Sintió que David y Julia con sus aromas cada uno caracteristico ocupaban los otros dos asientos del coche. Percibió la sangre antes de que David le tomase de la nuca y le obligase a beber de su cuello. No se resistió mucho, aunque él no lo hubiese cogido del cuello, él habria sido atraido magneticamente hacia ese liquido oscuro. Sus colmillos crecieron a medida que chupaba del cuello como si fuera un biberon de teta, pero no necesitaba heridas para alimentarse, ya no, tenia sus colmillos ¿Cierto?. Asi pues los clavó, los hundió y traspasó la piel tomando mas de esa sangre que ejercia un poderoso efecto placentero en él.
Cuando era mortal, recordó, y paseaba sus labios y sus dientes fragiles sobre aquel cuello duro deseaba marcarlo de alguna forma, pero la carne tan dura no se dejaba y cuando asi era su marca desaparecia casi de inmediato, como si hubiera pegado sus labios a un cristal y fuera el vaho su mordida. Ahora tenia poder para traspasar la frontera, para hundir más sus dientes si queria y la sangre que paradojicamente provenia de un muerto, corria por su garganta y alimentaba a su frio organismo. En ocasiones habia probado gotas de la sangre de David y conocia las sensaciones que despertaban en su cuerpo, pues esta vez esas sensaciones eran multipicladas por diez, pero su cuerpo era mas reacio a la estimulacion, no asi su mente. Bebia orgasmo y gemia ronco por ello. Si tan delicioso resultaba beber del cuello de un vampiro, ¿Seria mas delicioso hacerlo de un cálido humano?. Ya empezaba a pensar como ellos y tan siquiera se habia dado cuenta.
Cuando David relajo los dedos sobre su nuca él se separo jadeante, lanzó una mirada tan ávida que por un momento deseó que su sire le arrancara las ropas y lo penetrara hasta la extenuacion...si...probar los limites de ese nuevo cuerpo que le habia dado. Sin embargo el odio y la tristeza mantenia a raya esos deseos. Ladeó el rostro y apoyó la frente en el cristal mirando por la ventana mientras la sensacion de placer iba desapareciendo de cada rincón de su cuerpo.
El coche arrancó y el trayecto fue envuelto en incomodo silencio. Julia de vez en cuando lo rompia para preguntar a donde ibamos, para preguntar cuestiones vampiricas, interrogantes que habian despertado las biografias escritas por David, cualquier cosa que se le pasara por la cabeza y Talbot las respondia con voz monotona aunque con aquel acento gentil ingles. Vittorio escuchaba a medias y otro tanto estaba encerrado en sus ensoñaciones, distante y lejano a la vez, a veces sentia que estaba en aquel coche y otras veces que no, que se encontraba muy lejos, solo y con la oscuridad como unica compañera.
El conductor los llevó a unos almacenes y cuando un par de mozos abrieron las puertas el joven de mirada esmeralda observó el avión en el cual ivan a montar. Era pequeño, pero no tanto como para que pudiese alvergar tres feretros que en ese momento cargados, tres cajas grandes, negras y de un material brillante.
V. Cassel- Cantidad de envíos : 264
Fecha de inscripción : 23/02/2012
Localización : Los Angeles
Re: Puntualidad inglesa [Privado Talbot]
David no emitió sonido alguno cuando los colmillos de Cassel se hundieron en su dorado cuello, aspirando su vida, cogiendo la poderosa sangre que llevaba el don oscura en ella, cerró los ojos, quedándose quieto, debió ser algo placentero para él pero lo cierto es que fue doloroso, había perdido mucha sangre en dos noches seguidas y su cuerpo estaba resentido, también era doloroso por las emociones que manaban de Cassel, ya no podía leer sus pensamiento, de hecho jamás lo hizo porque él era un caballero...sí, un puto y jodido caballero inglés, mentiroso e hipócrita que se saltaba sus propias normas y principios cuando le convenía, notaba el desprecia de Vittorio, su furia y su tristeza que licuaba como veneno, proyectantose hacia su Sire. Quizo acariciar sus negros cabellos, besarlo cuando se separó, consolarlo entre sus brazos...hacer el amor como en el pasado pero un gran muro de hielo se había levantado entre los dos y de momento, para David, a pesar de todo su poder le resultaba totalmente infranqueable.
Observó como lo rehuía, de nuevo ni siquiera quería mirarlo, David se volvió a acomodar, cerrando la camisa, el cuello amoratado, rígido, las venas que parecían estar talladas en la piel, la tela cubrió ese panórama. Respondió a todas las preguntas de Julia, ella parecía estar asumiendo su nuevo cuerpo, su nuevo estatus como vampiresa rapidamente, se adaptaba para sobrevivir mientras que Cassel se resistía, eso lo preoupaba profundamente, muchos vampiros neonatos fallecían el primer año de existencia porque no eran capaces de asumir su existencia como criaturas de la noche, al ser débiles, eran atacados por otros vampiros, su especie era canibal de si misma, los más fuerte erradicaban a los menores, a los enclenques, no querían más competidores.
Bajaron del hangar y el jet privado ya los estaba aguardando, David poseía una gran fortuna y ese capital aumentaba con el paso de los años. Subieron los ataudes a borde mientras ellos ascendían la rampa. Se acomodaron en sus asientos mientras la compuerta era cerrada. Los asientos eran de cuero blanco como todo el revestimiento interior de la cabina. Un hombre vestido de negro se aproximó con un télefono a David que lo cogió, se quedó mirando los números de los marcadores un largo rato y luego los apretó rápidamente, nunca creyó tener que utilizar ese número en circunstancias parecidas, esperó y descolgaron.
-Buenas noches, Armand-el jet estaba despegando de la pista- Soy David. ¿Quisiera saber si te resulto molesto que acuda a Venecia a quedarme unos días en el Palacio de la Noche?-era una enorme mansión en el corazón de Venecia, heredada de Marius por Armand y éste la había reformado por completo. En tiempos más felices se celebraba un baila de máscaras exclusivamente para vampiros-Sí, necesito un lugar donde protegerme, supongo que ya estás informado sobre lo ocurrido en Londres y en la sede de la Talamasca-se escuchó una voz por el auricular, cultivada, de tono aterciopelado-Gracías, eres muy amable-David entrecerró sus dorados ojos por un comentario que solo él pudo escuchar-Sí, tenemos mucho sobre lo que hablar. Buenas noches-colgó y ladeó el cuerpo, mirando por la ventana. Abandonaban su tierra natal, sus posesiones familiares y todo pasaría a manos de algun duque o principe infernal, aquello solo iría a peor pero los vampiros eran capaces de negociar con los demonios, sobrevivirían, sus hijos, su amante, también.
Observó como lo rehuía, de nuevo ni siquiera quería mirarlo, David se volvió a acomodar, cerrando la camisa, el cuello amoratado, rígido, las venas que parecían estar talladas en la piel, la tela cubrió ese panórama. Respondió a todas las preguntas de Julia, ella parecía estar asumiendo su nuevo cuerpo, su nuevo estatus como vampiresa rapidamente, se adaptaba para sobrevivir mientras que Cassel se resistía, eso lo preoupaba profundamente, muchos vampiros neonatos fallecían el primer año de existencia porque no eran capaces de asumir su existencia como criaturas de la noche, al ser débiles, eran atacados por otros vampiros, su especie era canibal de si misma, los más fuerte erradicaban a los menores, a los enclenques, no querían más competidores.
Bajaron del hangar y el jet privado ya los estaba aguardando, David poseía una gran fortuna y ese capital aumentaba con el paso de los años. Subieron los ataudes a borde mientras ellos ascendían la rampa. Se acomodaron en sus asientos mientras la compuerta era cerrada. Los asientos eran de cuero blanco como todo el revestimiento interior de la cabina. Un hombre vestido de negro se aproximó con un télefono a David que lo cogió, se quedó mirando los números de los marcadores un largo rato y luego los apretó rápidamente, nunca creyó tener que utilizar ese número en circunstancias parecidas, esperó y descolgaron.
-Buenas noches, Armand-el jet estaba despegando de la pista- Soy David. ¿Quisiera saber si te resulto molesto que acuda a Venecia a quedarme unos días en el Palacio de la Noche?-era una enorme mansión en el corazón de Venecia, heredada de Marius por Armand y éste la había reformado por completo. En tiempos más felices se celebraba un baila de máscaras exclusivamente para vampiros-Sí, necesito un lugar donde protegerme, supongo que ya estás informado sobre lo ocurrido en Londres y en la sede de la Talamasca-se escuchó una voz por el auricular, cultivada, de tono aterciopelado-Gracías, eres muy amable-David entrecerró sus dorados ojos por un comentario que solo él pudo escuchar-Sí, tenemos mucho sobre lo que hablar. Buenas noches-colgó y ladeó el cuerpo, mirando por la ventana. Abandonaban su tierra natal, sus posesiones familiares y todo pasaría a manos de algun duque o principe infernal, aquello solo iría a peor pero los vampiros eran capaces de negociar con los demonios, sobrevivirían, sus hijos, su amante, también.
David Talbot- Cantidad de envíos : 394
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