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Recordando viejos tiempos [privado]
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Recordando viejos tiempos [privado]
Estaba cansada de todo. Hacía tantos milenios que estaba en el mundo que ya nada me sorprendía, nada me resultaba lo suficientemente atrayente. Además, hacía demasiado tiempo, miles de años, que no veía la luz del Sol, y me aburría demasiado tener que quedarme en mi apartamento horas y horas esperando que su brillo se hiciese menos intenso para no estallar en llamas al salir a la calle. Me gustaba mi vida, no lo iba a negar, pero en ocasiones anhelaba mi vida de humana, de hechicera. Sin embargo, no extrañaba a mis padres, aquellos que me habían echado de casa sólo por no pensar como ellos. Lo que verdaderamente echaba de menos era mi vida tras independizarme, y necesitaba recordar cómo me sentía durante aquella época.
Viajé a Lyon dispuesta a recobrar parte de lo que un día, mucho tiempo atrás, fui. Era cierto que ya nada era como lo recordaba, pues se notaba el paso del tiempo en cada aspecto, por mínimo que fuera, de la ciudad. Aun así, conservaba aquel brillo que me había seducido en mi juventud, cuando en mí quedaban aún leves rastros de humanidad a pesar de utilizar magia negra, los cuales perdí por completo al convertirme en lo que era hoy día, un ser monstruoso. Era un vampiro, pero era algo más que eso, era un demonio, y en ocasiones me convertía en ello. Pero aquella noche estaba nostálgica y me apetecía no sólo aparentar que era humana por mi aspecto, sino en cierto modo serlo, todo lo que mi nueva, aunque no tan nueva, naturaleza me permitiera. Deseaba sentir como una humana, intentar serlo.
Recorrí las calles de la ciudad bañada por las luces de cientos de farolas hasta que llegué a un parque. Me descalcé y sentí bajo mis pies la fría y ligeramente húmeda hierba por la cual paseé unos minutos antes de tumbarme en aquella verde alfombra bañada por la luz de la Luna. Todo estaba tranquilo, pero con los años había aprendido que nada duraba eternamente, y menos aún la tranquilidad. Además, nada era lo que parecía. Nunca
Viajé a Lyon dispuesta a recobrar parte de lo que un día, mucho tiempo atrás, fui. Era cierto que ya nada era como lo recordaba, pues se notaba el paso del tiempo en cada aspecto, por mínimo que fuera, de la ciudad. Aun así, conservaba aquel brillo que me había seducido en mi juventud, cuando en mí quedaban aún leves rastros de humanidad a pesar de utilizar magia negra, los cuales perdí por completo al convertirme en lo que era hoy día, un ser monstruoso. Era un vampiro, pero era algo más que eso, era un demonio, y en ocasiones me convertía en ello. Pero aquella noche estaba nostálgica y me apetecía no sólo aparentar que era humana por mi aspecto, sino en cierto modo serlo, todo lo que mi nueva, aunque no tan nueva, naturaleza me permitiera. Deseaba sentir como una humana, intentar serlo.
Recorrí las calles de la ciudad bañada por las luces de cientos de farolas hasta que llegué a un parque. Me descalcé y sentí bajo mis pies la fría y ligeramente húmeda hierba por la cual paseé unos minutos antes de tumbarme en aquella verde alfombra bañada por la luz de la Luna. Todo estaba tranquilo, pero con los años había aprendido que nada duraba eternamente, y menos aún la tranquilidad. Además, nada era lo que parecía. Nunca
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Re: Recordando viejos tiempos [privado]
"He sido demasiado descuidado", pensó el brujo mientras corría por las callejuelas de París intentando, sin muchas esperanzas, huir de los tres vampiros que le perseguían. Eden llevaba varios meses dando tumbos por Europa siguiendo una corriente de pistas que en teoría tendrían que llevarle hasta uno de los autores materiales y más sanguinarios de la masacre del que durante casi 20 años había sido su hogar, la institución Bluetenthal. El mortal nunca se había propuesto hallar a aquellos demonios sanguinarios, tenía claro cuales eran sus prioridades, sin embargo no pudo ignorar la oportunidad de cazar a aquel que había asesinado a su maestro Tomás, "el mendigo" Saizar Lemaitre, uno de los demonios más indeseables de toda la esfera terrestre.
Por desgracia, el hechicero no solo tenía el obstáculo de sus propias debilidades como mortal, sino que al parecer Lemaitre no era un tipo al que fuera fácil de acceder, y aquellos vampiros que lo perseguían eran una muestra de ello. Eden tenía que hacer uso de la velocidad sobrenatural que le aportaban sus hechizos para mantenerse con vida, sin embargo era una carrera hacia la derrota, puesto que sin ninguna duda se cansaría antes que aquellos ávidos chupasangres por lo que tenía que pensar en algo y hacerlo rápido. Una de las opciones era confrontarlos, sin embargo no quería, primero armar una escena en una vía publica, y segundo, someterse al estrés de enfrentarse a tres seres sobrenaturales a la vez. El brujo dobló una esquina y se detuvo con la espalda pegada contra los ladrillos jadeante y bastante fatigado, sin embargo, tenía una idea. Con un par de gestos de sus manos creó una pequeña corriente de aire que se extendió a lo largo de la calle que acababa de atravesar, haciendo que la misma adquiriera una velocidad frenética para en poco tiempo, generar un pequeño tornado.
Los vampiros llegaron hasta aquel torbellino y en el momento en el que estuvieron lo suficientemente cerca, este desenrolló todo el aire comprimido y condensado que tenía en su interior y esparció sus entrañas por toda la calzada. El mortal no se preocupó por comprobar sus cadáveres y reanudó su marcha; poco importaba si estaban muertos o no, solo necesitaba el tiempo suficiente para poder sobrevivir. Tras continuar con la huida durante unos minutos, el mortal llegó a un parque sobre el que, literalmente, se tiró encima para recuperar el hálito. Eden se abrió la chaqueta negra de cuero que llevaba ataviada y cerró los ojos: "Lo he conseguido", se dijo. Cuando el brujo volvió a la realidad se quedó anonadado, no por la visión de uno de sus perseguidores, sino por lo que parecía ser una imagen diseñada por su propia imaginación para arrastrarle a la lujuria más pecaminosa. La dama más hermosa que recordaba haber visto lo observaba fijamente cual fiera que acababa de encontrar a una presa allanando su territorio.
El hechicero se incorporó y la devolvió la mirada, de repente el frenesí de la situación precedente se había esfumado, ¿quién era esa mujer?
Por desgracia, el hechicero no solo tenía el obstáculo de sus propias debilidades como mortal, sino que al parecer Lemaitre no era un tipo al que fuera fácil de acceder, y aquellos vampiros que lo perseguían eran una muestra de ello. Eden tenía que hacer uso de la velocidad sobrenatural que le aportaban sus hechizos para mantenerse con vida, sin embargo era una carrera hacia la derrota, puesto que sin ninguna duda se cansaría antes que aquellos ávidos chupasangres por lo que tenía que pensar en algo y hacerlo rápido. Una de las opciones era confrontarlos, sin embargo no quería, primero armar una escena en una vía publica, y segundo, someterse al estrés de enfrentarse a tres seres sobrenaturales a la vez. El brujo dobló una esquina y se detuvo con la espalda pegada contra los ladrillos jadeante y bastante fatigado, sin embargo, tenía una idea. Con un par de gestos de sus manos creó una pequeña corriente de aire que se extendió a lo largo de la calle que acababa de atravesar, haciendo que la misma adquiriera una velocidad frenética para en poco tiempo, generar un pequeño tornado.
Los vampiros llegaron hasta aquel torbellino y en el momento en el que estuvieron lo suficientemente cerca, este desenrolló todo el aire comprimido y condensado que tenía en su interior y esparció sus entrañas por toda la calzada. El mortal no se preocupó por comprobar sus cadáveres y reanudó su marcha; poco importaba si estaban muertos o no, solo necesitaba el tiempo suficiente para poder sobrevivir. Tras continuar con la huida durante unos minutos, el mortal llegó a un parque sobre el que, literalmente, se tiró encima para recuperar el hálito. Eden se abrió la chaqueta negra de cuero que llevaba ataviada y cerró los ojos: "Lo he conseguido", se dijo. Cuando el brujo volvió a la realidad se quedó anonadado, no por la visión de uno de sus perseguidores, sino por lo que parecía ser una imagen diseñada por su propia imaginación para arrastrarle a la lujuria más pecaminosa. La dama más hermosa que recordaba haber visto lo observaba fijamente cual fiera que acababa de encontrar a una presa allanando su territorio.
El hechicero se incorporó y la devolvió la mirada, de repente el frenesí de la situación precedente se había esfumado, ¿quién era esa mujer?
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Re: Recordando viejos tiempos [privado]
Y no me equivocaba. Pronto se acabó mi tranquilidad. A pesar de tener los ojos cerrados sabía que alguien se acercaba, y corriendo además. Abrí los ojos y en un rápido movimiento me puse en cuclillas sobre la hierba, observando al recién llegado, aunque pronto me di cuenta de que no corría con intención de atacarme, ya que ni siquiera había reparado en mi presencia. Parecía cansado de correr, por lo que deduje que no estaba haciendo ejercicio precisamente, sino que huía de alguien. Últimamente me cruzaba con demasiada gente que huía de alguien, y no me hacía demasiada gracia verme envuelta en tantos líos, aunque no tuvieran que ver conmigo. Sin embargo, parecía haber dado esquinazo a sus perseguidores, lo que en cierto modo me tranquilizó.
Cuando recuperó el resuello me vio, y no supe si era por la falta de aire en su cerebro o por el cansancio de la huida, pero me miraba con cara de alucinación. En el momento en que se puso en pie hice lo mismo, quedando a un par de metros de distancia de él, mirándolo con curiosidad pero concentrada en cada uno de sus movimientos por si le daba por intentar atacarme, aunque estaba segura de que podía ser mucho más rápida que él, y más después de la carrera que daba la impresión había corrido. Pero había algo que no podía negar, aquel hombre, hechicero en concreto ya que podía sentir su esencia, era bastante atractivo, tenía algo que me llamaba demasiado la atención. Sin embargo, no iba a bajar la guardia ante él a no ser que me demostrase que podía confiar en él, aunque había aprendido que no se podía confiar en nadie.
Cuando recuperó el resuello me vio, y no supe si era por la falta de aire en su cerebro o por el cansancio de la huida, pero me miraba con cara de alucinación. En el momento en que se puso en pie hice lo mismo, quedando a un par de metros de distancia de él, mirándolo con curiosidad pero concentrada en cada uno de sus movimientos por si le daba por intentar atacarme, aunque estaba segura de que podía ser mucho más rápida que él, y más después de la carrera que daba la impresión había corrido. Pero había algo que no podía negar, aquel hombre, hechicero en concreto ya que podía sentir su esencia, era bastante atractivo, tenía algo que me llamaba demasiado la atención. Sin embargo, no iba a bajar la guardia ante él a no ser que me demostrase que podía confiar en él, aunque había aprendido que no se podía confiar en nadie.
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Re: Recordando viejos tiempos [privado]
Eden tardó varios segundos en salir del ensimismamiento en el que había caído al observar a aquella mujer. Lo primero era lo primero, comprobar si estaba fuera de peligro. Para ello hizo uso de un hechizo de perímetro a través del que sería capaz de discernir si había o no alguna presencia amenazadora en las inmediaciones, prueba que resultó ser negativa para descanso del mortal. Lo segundo, y quizás más difícil, era solventar pacíficamente la peliaguda situación en la que acababa de introducirse, aparentemente, alterando a aquella mujer cuya belleza indicaba a todas luces que no se podía tratar de una mortal puesto que esa hermosura solo estaba al alcance de aquellas que habían atravesado las gruesas líneas de la humanidad.
El hechicero tragó saliva, y decidió que la vía diplomática era la más adecuada en aquella situación. Estaba frente a una vampiresa o algo peor, su fibra mágica se lo indicaba, por lo que como era habitual, haría uso de la cautela para salir airoso de la situación.
-Perdóneme si la he molestado-Se disculpó el brujo-. He quedado tan deslumbrado por su presencia que por un momento he perdido el sentido del tiempo y del espacio.
Eden intentaba no quedar embrujado por sus expresivos ojos negruzcos, tratando de escudarse en los suyos verdes, transmitiendo a través de su mirada que no tenía ninguna intención de hacerla daño. Sin embargo no podía evitar que aquella mujer le evocara cierto recuerdo, uno que le dolía y le desgarraba por dentro. Se parecía a Zaira, en una forma más sobrenatural y perfecta, pero tanto el bronceado color de su piel como la complexión de sus labios inevitablemente le recordaban a ella, la única, la que murió sin que él pudiera salvarla y cuyo espectro siempre le perseguiría y le atormentaría hasta el fin de sus días.
El hechicero tragó saliva, y decidió que la vía diplomática era la más adecuada en aquella situación. Estaba frente a una vampiresa o algo peor, su fibra mágica se lo indicaba, por lo que como era habitual, haría uso de la cautela para salir airoso de la situación.
-Perdóneme si la he molestado-Se disculpó el brujo-. He quedado tan deslumbrado por su presencia que por un momento he perdido el sentido del tiempo y del espacio.
Eden intentaba no quedar embrujado por sus expresivos ojos negruzcos, tratando de escudarse en los suyos verdes, transmitiendo a través de su mirada que no tenía ninguna intención de hacerla daño. Sin embargo no podía evitar que aquella mujer le evocara cierto recuerdo, uno que le dolía y le desgarraba por dentro. Se parecía a Zaira, en una forma más sobrenatural y perfecta, pero tanto el bronceado color de su piel como la complexión de sus labios inevitablemente le recordaban a ella, la única, la que murió sin que él pudiera salvarla y cuyo espectro siempre le perseguiría y le atormentaría hasta el fin de sus días.
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Re: Recordando viejos tiempos [privado]
Esperé de pie sin mover un solo músculo ni pronunciar palabra alguna a que el hechicero reaccionase. No sabía si se trataba del cansancio de la carrera, de que necesitaba acostumbrar su vista a la poca luz que había, si no había visto jamás una mujer, o si simplemente era cortito de mente, lo cual hubiera sido una lástima. Finalmente vi cómo hacía un hechizo que conocía bien, pues en mi época humana lo había utilizado alguna que otra vez. Me reí al ser consciente de que pretendía asegurarse de que estaba fuera de peligro y de que no había criaturas extrañas en las inmediaciones. ¡Sorpresa! Tenía ante sí a una vampiresa demasiado aburrida.
Observé en silencio y con expresión divertida cómo pensaba bien las palabras y el tono que debía utilizar para dirigirse a mí. Estaba claro que me tenía miedo, y eso me gustaba. Además, al fin comprendí la causa de su ensimismamiento: yo. Aún no terminaba de acostumbrarme al hecho de que al dejar de ser humana me había convertido en un ser prácticamente perfecto y hermoso a ojos de los humanos.
- Qué bonito suena... - dije al fin, riéndome levemente - De todas formas, estaba demasiado aburrida, y creo que tú podrías ser un buen entretenimiento...
Parecía que pretendía dar una imagen de inofensivo, que quería mostrarme que no me iba a hacer daño y que estaba a salvo, lo cual no sólo me parecía un chiste, sino una ofensa, ya que si de verdad quisiera lo podría despedazar antes de que se diese cuenta. ¿Acaso no se había dado cuenta de que no era humana? Los hechiceros estaban perdiendo facultades...
Observé en silencio y con expresión divertida cómo pensaba bien las palabras y el tono que debía utilizar para dirigirse a mí. Estaba claro que me tenía miedo, y eso me gustaba. Además, al fin comprendí la causa de su ensimismamiento: yo. Aún no terminaba de acostumbrarme al hecho de que al dejar de ser humana me había convertido en un ser prácticamente perfecto y hermoso a ojos de los humanos.
- Qué bonito suena... - dije al fin, riéndome levemente - De todas formas, estaba demasiado aburrida, y creo que tú podrías ser un buen entretenimiento...
Parecía que pretendía dar una imagen de inofensivo, que quería mostrarme que no me iba a hacer daño y que estaba a salvo, lo cual no sólo me parecía un chiste, sino una ofensa, ya que si de verdad quisiera lo podría despedazar antes de que se diese cuenta. ¿Acaso no se había dado cuenta de que no era humana? Los hechiceros estaban perdiendo facultades...
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