Wicked Game - Priv Alexandre-

-Supongo que tienes razón, aunque ya hallaré la forma, cuando no aguante más esta maldita locura -comenté, dándole una fuerte y larga calada a mi cigarrillo. Me acerqué a una de las cajas de libros y observé algunos, deteniéndome frente a un álbum de fotos antiguas... Las últimas que me había tomado, había sido en el siglo XIX, con Anssi. Dándole una nueva calada al cigarrillo, me acerqué con el álbum a la chimenea y lo lancé a las llamas, no necesitaba eso, definitivamente, o terminaría por provocar nuevamente al muchacho para que entrara en crynos y dejarme matar... Oh, qué seductora idea.

-¿Te gustan los libros? -Pregunté mientras miraba el álbum consumirse por las llamas-. Si quieres, puedes quedarte con los míos, me traen demasiados recuerdos que deseo olvidar. Los álbumes de fotos puedes quemarlos, o quedártelos, como desees -comenté, soltando el humo de mis pulmones y regresando a la caja de libros, dejando aparte, sobre la mesa, mis diarios personales.

observo como lanzaba un album de fotos al fuego y tubo por reflejo el querer sacarlo, pero logro contenerce, miro al vampiro cuando le decia de quedarce con los libros.

- t... tengo u.. una libreria... una t.. tienda.. e.. estas seguro?- pregunto timidamente mientras sacaba otros libros de la caja y los miraba algo distraido por el aroma a fotografia quemada, le rebolvia el estomago...

- l... luego querras.. l.. leer algo y no tendras que...- segun el uno siempre tenia que tener libros, mientras mas mejor

-Te los regalaré con la condición de que no los vendas, son libros... importantes -iba a decir especiales, pero me detuve, en su momento, habían sido especiales, libros que Anssi leía, libros mucho más antiguos, algunos de herbolaria, escritos y dibujados a mano por ella...

Observé uno que tenía en la mano, forrado en cuero, muy antiguo y casi desecho por los años, aún así, estaba bastante bien conservado, había invertido gran parte de mis años y de mi dinero en su perfecta conservación... Ese libro se quedaría conmigo. Lo apreté contra mi pecho inconscientemente mientras me perdía un poco en los recuerdos, hasta que, luego de un rato, lo dejé sobre la mesa junto a mis diarios personales.

-Con este será suficiente, el resto, son tuyos -sentencié, llevándome nuevamente el cigarrillo a los labios y apartándome de esa caja, observando a mi alrededor, otra vez, sin ganas de hacer nada. Luego miré a Morgan, quien parecía bastante distraído observando los libros que le había obsequiado.

- g.. gracias.... e. entonces los .. los llevare a mi casa y.. y no al negocio- no pudo evitarlo, tenia que ojearlos al menos un poco todos eran viejos, libros que no solia ver... bueno solia ver de ese estilo de libros pero no esos.

- en que puedo... a.. ayudar? donde po... pongo las cosas?- pregunto mirando al vampiro, porque por mas que aceptara ayudarle, esa no era su casa y no sabia donde poner cada objeto., otra vez, Alex tenia esa exprecion de artasgo para con el mundo... supuso que con su edad.... eso noe ra dificil.. uno devia artarse de vivir tanto.

-Ya da igual, ni siquiera me dan ganas de ordenar esto -comenté dejando salir el humo. Observé a Morgan notando que mi chaqueta le quedaba bien, y pese a que era mi favorita, tal vez podía dejarle quedársela, después de todo, era una simple prenda de ropa impregnada del olor del lobo mayor, nada que no pudiera quitarme de la mente con facilidad.

-¿Bebes? ¿Te invito a una copa? Es deprimente beber solo -comenté, sin embargo, esta vez no tenía ganas de embriagarme y olvidar, simplemente, tenía ganas de beber un poco de alcohol para distraerme y hacer algo.

sonrio algo incomodo cuando al final el vampiro se rindio con lo de ordenar las cosas y se le quedo obserbando un poco... la sonrisa se incomodo un poco mas aun cuando le pregunto si bebia porque beber solo era deprimente... en realidad... no... no bebia, bebia hace años, y de manera muy ocasional, pero ya hacia unas cuantas decadas que no bebia alcohol.. pero no era cortes definitivamente no lo era, dejarle beber solo cuando acababa de decir que eso no le era grato, bueno no con esas palabras ecxactamente pero si era lo que habia dicho.

- s... si... que quieres... que quieres beber?- pregonto con una sonrisa amable levantando la mirada hacia alex.... no se notaba que mentia porque no tenia eso en mente, sino que estaba pensando que evidentemente los siglos estaban afectando demaciado a ese vampiro...

Correspondí su amable sonrisa con una cansada, tomando la copa sucia y haciéndole una seña con mi mano para que me siguiera a la cocina. Realmente nunca las utilizaba salvo para almacenar las copas y vasos que pudiera tener, y por supuesto, para almacenar el alcohol-. Tengo una botella de un vino que me gusta mucho -respondí a su pregunta, en momentos como ese, en que el aburrimiento me podía, el vino era lo mejor, ya dejaría las bebidas más fuertes cuando tuviera renovadas ganas de embriagarme.

Lavé la copa de cualquier vestigio de sangre y busqué una segunda, para mí, para luego sacar del mueble una botella de vino francés. Llené las dos copas y me mordí el dedo índice levemente, dejando caer unas pocas gotitas de sangre en cada una, eso, le daba al vino un sabor bastante delicioso y único.

-Aquí tienes -dije tendiéndole su copa a Morgan, sonriéndole levemente mientras me apoyaba en el mueble de la cocina, con gesto cansado y despreocupado. Alcé mi copa levemente y le sonreí al cachorro, con cierta coquetería, a la vez que le guiñaba un ojo-. Salud...

le siguio hasta la cocina y le observo en silencio mientras serbi a las copas y les hechaba unas gotas de sangre... seria esa una costumbre de todos los vampiros? al no beber con normalidad, no estaba seguro. tomo la copa y la levanto cuando Alex hiso brindos a la salud.

- salud- bebio un poco y se contubo de hacer mueca,. porque aunque la sangre le daba un sabor mas ameno.. definitivamente entre los alcoholes, el vino no era lo suyo... la cerbeza era amarga, pero probablemente estaba mas acostumbrada a ella... de todos modos sin chistar o mostrar el muecas dedesagrado, bebio lentametne y de a poco la copa.

- v...vives s...solo?- pregunto aunque luego nego con la cabeza como si su pregunta feura demaciado tonta como no hiba a vivir solo si la casa era uuna mugre y ademas andaba de acostones con su padre....- l.. lo s.. siento no... no me incumbe-

Bebí un corto trago y dejé mi copa en la encimera, mirándole y sonriendo de lado cuando preguntó aquello y luego negó con la cabeza, como si se respondiera a sí mismo algo demasiado obvio. Me acomodé un mechón de cabello tras la oreja y observé la copa, sonriendo casi melancólicamente.

-Desde hace casi 400 años, vivo solo -respondí sin más, no que me molestara realmente su pregunta, aunque tampoco, tenía demasiadas intenciones de contarle demasiadas cosas sobre mí. Volví a beber un nuevo sorbo y cerré los ojos un momento, degustando el exquisito sabor del vino combinado con la sangre.

-No me molesta que preguntes, aunque no esperes recibir demasiadas respuestas -comenté, volviendo a mirarle, observando cómo bebía el vino, parecía que no era demasiado de su agrado aunque no comenté nada, tampoco que le obligara a beber.

- 400... e.. eso son muchos.. muchos años.... - comento suavemente pensando en si alguna vez llegaria a vivir tanto... 400 años de soledad... no era precisamente una idea alentadora. llebo a sus labios la copa de vino terminandola... sin acostumbrarce aun a su sabor.

- n.. no pl.. planeo interrogarte... n... no necesito..s..saber tanto d.. de ti...- declaro mirando para otro lado, no era su intencion saber los detalles de la vida de un "compañero de cama" de su padre.

-No son tantos, a decir verdad -comenté, torciendo el gesto ligeramente y terminando mi copa, sirviéndome nuevamente y ofreciéndole con un gesto de mi mano. Solté una leve carcajada divertida cuando dijo eso último, en verdad, aquel chico conseguía subirme el ánimo y divertirme un poco.

-Quién lo diría, dado que partiste la noche interrogándome -comenté con sarcasmo, acercándome a él, casi como un felino al acecho. Fijé mis ojos en los suyos de forma seductora y un tanto perturbadora, medio acorralándolo contra la encimera de la cocina-. ¿Ya no te interesa saber de este solitario vampiro?

nego educadamente con la cabeza cuando le ofrecio mas vino... no podria tomar tanto sin sentirce mareado o algo, puesto que el vino no era su costumbre, por lo que le tenia idea...

le miro avergonzado cuando recordo que habia comenzado la noche interrogandole... " y de mala manera" penso morgan, para cuando se quiso dar cuenta, estaba siendo acorralado por el vampiro contra la ensimera y le obserbaba de esa manera tan penetrante... con un rapido movimiento nervioso y torpe, por no ser grosero y empujarlo, morgan se alejo lo mas que pudo dentro de esa cocina, , quedando pegado a la heladera, siceandoo, completamente ruborizado y temblando lijeramente...

- n... no.. d... de. defi.. definitivamente ...n.. no m.. me intereza n... naada s.. s.. sobre ti....- declaro.. dandoce cuenta qeu eso era igual de grocero que si no se hubiera apartado y lo hubiera dicho de todos modos.

Dejé escapar una divertida carcajada frente a su reacción, apartándome de él y llevándome una mano a los cabellos, enredándolos un poco-. Ya, me lo imaginé -comenté con una sonrisa sarcástica, divertido.

-En fin, ya puedes relajarte, a mi los cachorros, como tú, no me van. Prefiero divertirme con adultos -comenté con sarcasmo, aunque era verdad. Los seres así de jóvenes no llamaban mi atención ya, había tenido suficiente de seres demasiado jóvenes e inmaduros y había sufrido bastante tras prendarme de algunos de ellos. Y bueno, en el caso de vampiros neófitos... a ellos, prefería incluirlos dentro de mi cena semanal.

-Además, eres el hijo de un amigo, ni siquiera te haría daño -comenté como quien no quiere la cosa, desviando la mirada hacia mis uñas-. Si hubiera sabido quien eras desde un principio, no me habría molestado por atacarte con mi poder, aunque seas algo prepotente a la hora de preguntar.

definitivamente... ese vampiro no seria alguien con el que morgan quisiera relacionarce por gusto.. su manera de hablarle y de brularce de el cada que podia, le molestaba mucho... aunque bajo la mirada nuevamente cuando menciono lo de que no le hubiera atacado de saber su parentesco con su padre, y lo de que preguntaba las cosas de manera prepotente... no era cierto... no solia ser asi...

- yo...l..lo siento n.. no.. no se.. no suelo.. s.. ser asi...- dijo disculpandoce, soltando un suspiro, ciertamente se decepcionaba bastante de si mismo al pensar en sus acciones de esa noche, se llevo una mano al puente de la nariz, frotandoce levemente.

- po.. podrias dejar de probocarme?- pidio de pronto levantando la mirada, enfocando al vampiro -n... no le.. v..veo para nada..l.. lo divertido, sabes? -

Me acerqué a él, usando mi velocidad vampírica, y sujeté su barbilla con firmeza, aunque sin hacerle daño, cuando pidió aquello. Con su mente, aprovechando la distracción del muchacho, lo dejó totalmente inmóvil en su lugar, incapaz de huir de su agarre o de apartarle.

-Está bastante bien que no le veas el lado divertido... Y no te estoy provocando, sólo te digo las cosas a la cara, directamente, por tu bien -señalé, soltándole y liberándole de mi agarre, retrocediendo un par de pasos para darle su espacio a respirar.

-Ahora ya deja de disculparte tanto, levanta el rostro con orgullo y seguridad, y deja de temblar, esa actitud tuya me pone nervioso -comenté, refiriéndome al tipo de nerviosismo que me provocaban también los niños, de no saber si van a llorar, o se van a desmayar, o se van a poner a llorar en cualquier momento porque alguien les arrebató su preciado juguete-. Quiero verte seguro de ti mismo, como tu padre, no como si fueras a desarmarte en cualquier momento.

sintio un lijero ataque de panico cuando no pudo moverce,cuando lo tubo tan peligrosamente cerca, cuando le agarraba de ese modo del rostro... cuando le solto aun tardo un poco en reaccionar, escuchando todo lo que el decia de que lo ponia nervioso... " quiero verte seguro, como tu padre"... le molesto... le molesto demaciado.... tanto, que antes de haberlo pensado le habia asestado una patada con el 100% de su fuerza en la pierna de alex a toda velocidad... probocando un sonido de hueso roto que lleno toda la casa...

- NO... no soy mi padre... y no tengo porque serlo.- declaro friamente sin remordimiento mientras esquibaba a alex para irce de alli.

Vale, esta vez me lo había buscado, aunque admito que la reacción del muchacho sí que me dejó bastante conforme... salvo por el dolor de mis huesos rotos. Casi sonreí de forma retorcida mientras el chico se iba, dejando salir un jadeo de dolor mezclado con una risa tétrica y un poco desquiciada.

-Pues ahora mismo, eres igualito a él -comenté en voz alta para que me oyera, mientras me deslizaba por el borde del mueble de la encimera hasta acabar sentado, apretándome la pierna herida... Con un frío movimiento reacomodé mis huesos, reprimiendo un jadeo de dolor, notando que poco a poco y muy dolorosamente, empezaba a sanar. Aquel insoportable dolor, de alguna forma, me causaba gracia... Supongo que para ese punto, ya había llegado nuevamente al borde de la locura.

se detubo en la puerta de la coscina muy molesto y le hecho una mirada peligrosa a Alex quien estaba en el piso  reacomodandoce los huesos rotos... vicion que no le causo pena, para su sorpresa.

sentia un temblor mas bien de molestia ante la comparacion constante para con su padre.

- no es cierto...n... no me paresco para nada a el..  jamas.. jamas sere como cerberus - declaro dandoce vuelta y  saliendo de alli.. no queria ser como su padre..  cerberus habia hecho sufrir en muchas ocasiones a quinn por su irresponsabilidad para con su cuerpo... o solia perder el control por nada... y lo peor de todo, le habia olvidado a el, y a su pareja... no queria ser comparado con un padre que no recordaba a su esposo o a su hijo.

-Sigue repitiéndolo y tal vez te lo creas -siseé con una enorme sonrisa burlona, viéndole marcharse y riendo divertido, me parecía un cachorro caprichoso y berrinchudo y eso me hacía mucha gracia. Una vez dejé de sentir su presencia, me recosté sobre el frío suelo mirando el techo, quedándome allí hasta que mis huesos sanaron completamente.

Pasaron un par de horas hasta que volví a moverme, repentinamente agotado. Me llevé las manos al rostro y esperé hasta que amaneció, rindiéndome ante el sopor del amanecer y sintiendo los rayos del sol que se colaban por la ventana empezando a quemarme, finalmente, lo había hecho...


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FIN DEL TEMA