Nightmare house -Priv +18

Ya había pasado un mes desde que salí del infierno, y en realidad, las cosas parecían mejorar progresivamente. Había conseguido un trabajo -un buen trabajo, increíblemente-, y ahora me dedicaba a ser vendedor en una tienda de ropa ubicada en la parte céntrica de la ciudad, con cuya paga ayudaba a comprar comida y pagar las cuentas a Cerberus. También me había comprado algo de ropa y maquillaje, y cada día, me volvía más yo mismo, el joven seguro de sí mismo, algo irreverente y de alma desbocada.

Aquel viernes salía temprano del trabajo y me fui directo a la casa para cambiarme de ropas y arreglarme un poco, me vestí con una falda corta y una blusa negra al estilo gothic lolita, me puse unos terraplenes recién adquiridos y tomé un bolso que había comprado hacía poco, iría a las ruinas de la ciudad en busca de algunas plantas y hierbas, además de un poco de tierra para uno de mis hechizos... Dejé mi teléfono nuevo sobre la mesa y algo de dinero en un sobre con la palabra "Comida" grabado en él, por si Cerberus llegaba antes que yo.

Cogí las llaves y salí de la casa con paso rápido y decidido, llegando rápidamente a las ruinas y empezando a buscar las hierbas que necesitaba, unas que sólo crecían en donde había ocurrido desastres terribles y muertes de inocentes. Tras un par de horas, llegué hasta las ruinas del viejo hospital. Tuve una especie de deja vú y entré con cuidado, observando a mi alrededor atentamente. Recordaba ese lugar, aunque no sabía muy bien la situación que me había llegado a eso en el pasado. Sólo cuando la luz empezó a escasear, me di cuenta de lo tarde que era y decidí regresar, caminando con cuidado y sigilo por los largos y tétricos pasillos, atento a cualquier sonido; no fuera a ser que cediera el techo o algún muro.

si habia una cosa.... una unica cosa que Lucifer rescataba de esa asquerosa raza creada por su padre ... eza peste que enfermaba el mundo y la cual estaba ya a punto de erradicar, era esa capasidad... de sentir " esperanza" eterna e incondicionalmente... no todos.. pero de vez en cuando encontraba... alguna que otra alma que no podia ser doblegada por completo... todas se doblegaban al fin y al cabo, en diferentes niveles, pero habia algunas que simplemente se resistian a haceptarlo... este joven que obserbaba desde las sombras, era una de esas almas... le hacia sonreir con sorna... pobre alma, realmente tenia la esperanza de estar libre de sus garras...

se combirtio en un cuervo y paso graznando sobre el rostro de es humano, solo unos pocos segundos, dejando unas plumas caer al piso y desapareciendo en una ventana rota, como lellamaban los humanos a eso.... ho si.. " jugar al gato y el raton"

de esas plumas que calleron al piso, los vordes se volvieron rojisas cual sangre y negras hacia adentro, el verdadero color de sus plumas como angel caido. se daria cuenta? o en medio de la noche no lo veria.... le observaria solo un poco mas desde las sombras... espectante...

Vi el cuervo casi cuando chocaba contra mí, haciéndome dar un sobresalto y liberar un grito ahogado. Mi respiración se aceleró notablemente por el susto y mi vista lo siguió hasta que desapareció por una ventana, mentado animal que por poco provocaba que me diera un infarto. Pero entonces, mi cuerpo se congeló, casi por instinto, y me estremecí por completo, temblando... Esa presencia, hacía que mi magia ardiera como fuego en mi interior y que mi labio temblara, pero cerré los ojos y retrocedí, debía ser mi imaginación.

Un crujido leve llamó mi atención, haciéndome saltar otra vez. Noté que había pisado algo y al acercarme y tomar la pluma, un grito de terror escapó de mi garganta. La reacción fue casi instintiva, reconocería esas plumas donde fuese, esa presencia... Empecé a correr por el pasillo a sabiendas de que, si él estaba allí, de todas formas no conseguiría salir otra vez a la calle. ¿Por qué? ¿Por qué? ¡¿Cómo me había encontrado tan rápido?!

cuando ese humano grito de horror y comenzo a correr, lucifer sintio un placer inmenso en su cuerpo, soltando una carcajada, no macabra sino socarrona, como diciendole que jamas saldria de alli si el asi no lo deseaba...

- tan rapido?- su vos resono en todo el edificio - ho pequeña muñeca.... no habras creido realmente... que te perdi de vista en algun momento o si?- la vos sonaba lejana en el edificio, pero tetrica.

- siempre he estado obserbandote pequeña marioneta- susurro en su oido aferrandole por el cuello, quedando detras de Alexei. - me extrañaste?-

Escuchaba aquella risa resonar por todo el edificio y me quedé inmóvil, llevándome las manos a los oídos para no escucharlo más. Entonces su voz, haciéndome temblar otra vez. Me cubrí con mayor fuerza los oídos y cerré los ojos, repitiendo mentalmente mi nombre, mi edad, mi situación actual... para no recaer en una crisis nerviosa otra vez.

El tacto de su mano en mi cuello me hizo dar un salto y de inmediato aferré su mano con fuerza y miedo, sabía que era incapaz de apartarla de mi cuello, pero no perdería nada con hacer en intento. Su voz me hizo estremecer involuntariamente y me sentí asqueado por su cercanía, luchando por apartarme de su agarre.

-Aléjate... ¡aléjate de mí! -grité con miedo y rabia-. ¡Quítame tus asquerosas manos de encima! -mi aura temblaba peligrosamente debido a mi magia, y sin pensarlo dos veces, enterré mis largas uñas en su mano y creando una bola de energía en mis palmas, buscando quemarle o hacerle algún daño para poder liberarme.

pocos aromas eran tan deliciosos como el del miedo... sonrio ante los intentos de aquel humano de soltrce, clavandole las uñas, mas cuando comenzo a crear energia para quemarle, apreto mas su garganta para sacarle el aire, sin perder su sonrisa, incluso soltando una leve risa suabe, calma... hasta que lo avento con fuerza contra una puerta desvencijada.

- veo que liberaste tus poderes... tal ves deveria sellarlos nuevamente.. con un sello mas potente... que dices?- levanto la mano que Alexei habia quemado, y la lamio, de ella aun salia un humo de carne cocida, pero fue curando al ser lamida.

- eres una marioneta muy traviesa, no es asi Alexei?- declaro dando lentos y calculados pasos hacia el.

Mi corazón golpeaba con fuerza mi pecho, sobretodo luego de que presionara mi garganta quitándome el aire. Cerré los ojos intentando controlar mi miedo, pero entonces, un fuerte golpe contra una puerta me dejó ligeramente aturdido. Me deslicé con la espalda apoyada contra la puerta hasta el suelo notando las piernas temblorosas, quedando finalmente sentado y aovillado frente a él, escuchándole con pánico.

-No caeré dos veces en tus garras -respondí creando un escudo de magia frente a mí para evitar que se acercara, mi magia ahora era mucho más poderosa que en el momento en que me selló por primera vez debido al tiempo que había pasado, estaba seguro de que ahora no le sería tan fácil... O por lo menos, yo no le pondría tan fácil las cosas-. ¡Y no soy tu maldita marioneta!

La "esperanza" de ser mas fuerte... la "esperanza" de poder enfrentarle, ese humano, asi como muchos otros mortales, le divertia... por eso no hiba a dejarlo ir tan fascilmente.

- ho, no te menosprecies... no eres "una marioneta" eres "MI" marioneta...- dijo viendo ese escudo de energia.. probablemente si lo tocara, volviera a ser quemado... por lo que alzo una mano señalando a Alexei

- y como eres mio... puedo romperte a gusto- dijo mirandole con altivez, mientras se relamia los labios, de sus dedos salio un rayo de hielo que se clavo en este escudo haciendolo añicos, y llegando a alexei.

-No soy tu marioneta, ¡no te pertenezco! -le grité con rabia, temblando por el tono de voz que usaba al decir todo eso, sin embargo, sostuve su mirada de forma altiva y arrogante, repitiéndome mentalmente que no era su marioneta, que no era un juguete que pudiera usar a gusto.

Dejé escapar un grito ahogado cuando aquel rayo de hielo se clavó en mi hombro, manteniéndome pegado a la puerta en la cual me apoyaba. Mordí con fuerza mi labio inferior para no gritar de dolor ni dejar escapar quejido alguno, no le daría en el gusto de poder regodearse en mi dolor, como había hecho en el pasado.

Cerré los ojos intentando respirar con normalidad y, tomando aire y valor, llevé mi mano buena hacia el rayo de hielo y lo jalé con fuerza, quitándolo de mi hombro y sintiendo un agudo dolor. Miré a Lucifer con odio y desprecio, sin levantarme del suelo y sintiendo la sangre caer por mi brazo-. ¡Maldito hijo de puta!

sonrio mas que complacido con esa exprecion desafiante.

- si, lo eres.. o acaso no lo recuerdas... vives, porqeu yo asi lo permiti... y tu... pequeño ingrato... - cruzo su cara de un golpe mientras sonreia, pero no era un golpe con fuerza humana, era un golpe demoniaco, - tu pequeño desagradecido crees que realmente puedes escaparte de mi a placer y decicion tuya? me perteneces, y me perteneceras hasta que yo decida que ya no me eres de utilidad...- miro el cuerpo de alexei.

- tal vez deva recordarcelo a ese cuerpo tan particular tuyo... que eres mio...- sonrio con una exprecion macabra.

Aguanté un quejido de dolor ante su golpe, derrumbándome en el suelo y sintiendo el sabor metálico de la sangre en mi boca. Un par de lágrimas se escaparon de mis ojos debido a la fuerza de su golpe, pero por suerte, no había conseguido arrancarme ningún diente. Ante sus palabras lo miré con odio y escupí la sangre de mi boca en sus relucientes zapatos, sin importarme las posibles consecuencias de mi irreverencia.

-¡Tú me engañaste! ¡Ya no te pertenezco, no más! -Me enfrenté a él, sintiendo su mirada recorrer mi cuerpo y sintiéndome asqueado. Recogí las piernas desnudas instintivamente al oír sus palabras, sintiendo cómo mi rostro empalidecía de sólo imaginar sus manos sobre mí. Su sonrisa macabra, sin embargo, me hizo temblar de miedo y recordar todas las veces que la había visto antes... adivinando lo que le seguía-. Aléjate de mí, ¡no te atrevas a tocarme! -Chillé levantando mi mano y lanzándole una bola de energía al rostro.

- jamas te engañe... dije unos pocos años... pero jamas dije cuantos.. para mi miles de años, son pocos - dijo sin mucha importancia

atrapo esa bola de energia con la palma de la mano, probocandoce nuevas quemaduras...

- o que? - pregunto con una mirada glacial y esa sonrisa macabra intacta, con la mano herida aferro la mano con la que Alexei le habia atacado y le trituro los huesos - que me haras si te toco? - aferro el rostro ajeno estampando la cabeza contra el muro sin utilizar demaciada fuerza... no queria desmayarle y que se perdiera la divercion

Imposible fue contener mi grito de dolor frente a su acción, sentía el dolor de cada hueso roto y varias lágrimas cayeron por mis mejillas. Cuando aferró mi rostro golpeándome contra la pared, sin embargo, luché con todas mis fuerzas para aguantar mis quejidos de dolor y sólo me limité a mirarle con odio, algo aturdido por el golpe.

Su pregunta me llegó un tanto lejana, pero aún así, atiné a escupirle en el rostro como respuesta, sonriendo de forma altiva y desafiante. Sabía que me estaba jugando la vida con eso, pero estando entre sus garras, mi miedo a la muerte desaparecía, siendo reemplazado por la enorme necesidad del mismo: prefería morir mil veces a ser su juguete y puta personal.

la sonriza de Lucifer desaparecio por unos segundos al ser escupido... el admiraba las ganas de resistirce de los mortales, pero despreciaba la groseria de acciones como esa, preciono la mandibula ajena de modo que le quedara entumecida y no pudiera volver a hacer algo asi por un buen rato.

- vamos a enseñarle a esa boca tuya a hacer cosas mas interesantes que escupir... que te parece?- declaro lanzando a Alexei por una de las puertas de los pasillos, calculando presisamente donde tirarlo, sabiendo que caeria en una de las raidas cama de la seccion psiquiatrica del hospital... con una leve orden de su mente, las riendas de esta no solo apresaron las manos de Alexei, sino que se endurecieron cual piedra.

- ese es tu lugar, y siempre lo sera Alexei... una cama desconocida he inmunda.- declaro sonriendo mientras se le acercaba

Me tragaba cada quejido y jadeo de dolor y sólo me limitaba a mirarle con odio... lo cual era lo único que podía hacer, ya que por su acción apenas podía articular palabra. Cuando me lanzó hacia aquella camilla, estaba tan aturdido que apenas me di cuenta de qué pasaba, hasta que sentí las correas en mis muñecas. Esto provocó que de inmediato el aturdimiento que nublaba mi mente desapareciera, trayéndome antiguos recuerdos de juventud que me hicieron tiritar y perderme un poco...

¿Una cama? ¡Una cama de hospital! La situación era demasiado demencial, un deja vu tras otro me hicieron luchar contra aquellas amarras haciéndome daño. Pequeños flashback de mi aborto... la cama de hospital... las amarras... Por mis muñecas empezaron a salir finos hilos de sangre de tan fuerte que jalaba, a la vez que veía con pánico cómo Lucifer se acercaba. Casi por inercia, replegué mis piernas contra mi cuerpo aprovechando que estas no estaba amarradas, decidido a no separarlas pasara lo que pasara.

lucifer le vio retorcerce aun amarrao, lastimarce las manos, haciendocelas sangrar, solo podia imaginar cuanto podia estar destruyendo aquella mano que le habia pulverizado, tal vez el recuerdo era mas doloroso que el dolor ficico de ese momento... entonces, solo devia de esforzarce mas.

- pobre marioneta, tienes acaso perturbadores recuerdos?- pregunto con falsa preocupacion y vos "consternada" - no tepreocupes los reemplasare por nuevos recuerdos en solo unos momentos.- su vos se torno mucho mas seria y su mirada penetrante se clavaba en los ojos aterrados de Alexei, mientras una sonriza se dibujaba en sus labios al verle replegar sus piernas, accion que eventualmente le hiso reir. mientras le aferraba un pie, solo aferrandoselo, nada mas, para disfrutar de las reacciones.

Todo mi cuerpo se tensó cuando aferró mi pie y en un intento un tanto desesperado, le lancé una patada a su mano para que me soltara, replegando las piernas de inmediato todo lo que podía. Ya empezaba a sentir de nuevo mi mandíbula y apenas pude pronunciar palabra otra vez, cerré los ojos fuertemente repitiéndome a mí mismo en voz baja que eso no estaba pasando, que no era real, que era producto de mi imaginación al igual que los recuerdos aquellos que me atormentaban.

Lágrimas de frustración y miedo recorrían mis mejillas mientras seguía jalando mis muñecas, empezando a sentir nuevamente el dolor de mi mano y de mi hombro, atroces, como fuego que me abrasara. Dejé aquellos intentos por liberarme y volví a mirarle, desesperado, pero decidido a no dejar de luchar-. No te atrevas a tocarme... ¡no soy tu maldito juguete! ¡No lo soy!

miro el movimiento de las piernas de alexei como si mirara el volar de una avispa, sin importarle si le pegaba o no.

- lo eres y siempre lo seras, me vendiste tu cuerpo y alma a cambio de estar vivo, no lo olvides... - aferro con fuerza la pierna del humano y le obligo a abrirlas, atando con mas correas la otra pierna.

Intenté debatirme contra él pero era inútil luchar contra su fuerza, pero no iba a gritar ni a suplicar, no esta vez. Lo miraba con odio y rabia en mi mirada, y sin previo aviso, mi magia provocó que todos los vidrios del edificio explotaran y que el resto de camillas de la habitación salieran disparadas hacia él.

-¡Ser tu marioneta no es estar vivo! -Grité con rabia haciendo arder de la nada las correas que me sujetaban, mis poderes estaban fuera de control debido a todos los sentimientos que me embargaban. Había pasado tanto tiempo sin usar magia, que apenas podía controlarla ahora que se había liberado con tanta fuerza, debido a los mismos años de vida que llevaba.

las camillas que habian volado hacia el, a un metro de distancia de su cuerpo, se convirtieron en cenisas, cubriendolos de estas a ambos, lucifer sonrio macabramente al ver las correas arder, el poder del muchacho habia aumentado bastante, ye so le hacia reir.

- si sientes dolor, es porque estas vivo...- declaro riendo mientras trituraba el tobillo de alexei de igual manera en que habia triturado su muñeca y con la otra mano aferraba la garganta para impedir que le llegara aire, solo por unos segundos

- y voy a demostrarte que tan vivo estas, cada ves que asi lo desee- agrego trepando sobre el y aferrando su mandibula para obligarle a mirarlo.

- ingrato... eres una marioneta ingrata que no aprecia el seguir vivo...- decia clavando su mirada en los ojos ajenos.

Grité de dolor por mi tobillo, sintiendo las lágrimas caer por mis mejillas al mismo tiempo que mi magia volvía a replegarse, tanto dolor me nublaba los sentidos e incluso mi magia se veía afectada, llegando al punto que sólo el odio y la rabia eran canalizadores lo suficientemente fuertes como para liberarla... La presión en mi cuello evitó que pudiera tomar aire y canalizar el dolor, provocando que en cuanto me soltara, dejara escapar un humillante sollozo.

Temblé cuando sentí su cuerpo sobre el mío y sólo me limité a sollozar y guardar silencio cuando me obligó a mirarle, estremeciéndome, incapaz de moverme y jalar de las correas, incapaz de nada que no fuera sentir una horrible angustia y vacío... Cuando acabó de hablar, entre lágrimas y sollozos, sólo fui capaz de negarme, con voz temblorosa, casi rogándole-. N..n-no... d-déjame... déjame... -y aunque mi intención había sido sonar forme y decidido, nada más lejos de la realidad. Cerré los ojos y casi por inercia, separé un poco las piernas, sabía lo que venía, lo veía en su mirada...

lucifer comenzo a reir ante las expreciones de Alexei, y sus acciones, de pronto se volvia una marioneta tan sumisa que le fascinaba, esos cambios y esa frustracion unica de los humanos...

- asi es... sabes como comportarte... mi marioneta...- dijo remarcando las ultimas dos palabras con un tono particular, lasibo, mientras desgarraba las ropas enteras del chico.

- ahora vamos a recordar tu estancia en mis tierras, y a quien le perteneces...- advirtio llendo al cuello ajeno y mordiendo con poca delicadeza, haciendole sangrar, rasguñando mientras los costados del torso ajeno.

Un nuevo grito de dolor seguido de un estremecimiento al sentir su mordida, podía sentir la cálida y húmeda sangre deslizarse por mi cuello y hombro y eso sólo me hacía sollozar con más fuerza.

Cerré los ojos y mordí mi labio inferior, resignando a quedarme quieto, aunque tampoco le daría el gusto. Me propuse convertirme en un piedra, fría, sin emociones, sin moverme... Que hiciera lo que quisiera conmigo, pero de mí no obtendría nada.

Dejé mi mente en blanco, esperando que de alguna forma, aquella tortura pasara rápido, rogando interiormente que se marchara pronto... para luego, suprimir todo pensamiento y dejar escapar un suspiro frustrado.

lucifer vio la exprecion de Alexei, adivinando cual era su intencion, haciendole reir nuevamente de manera macabra. sus ropas se de combirtieron en plumas oscuras, callendo entre ellos, mientras ferraba la pierna herida del humano, abriendola, dejando su sexo indefinodo expuesto... casi olvidaba lo peculiar de ese cuerpo...

- veremos cuanto duras indiferente a mi...- sin parsimonia y sin amor, penetro el ano ajeno, con violencia, empujando todo su miembro dentro de el, soltando un leve jadeo ante la sensacion de sentirce apretado en el...

- voy a marcarte.. de manera que nadie querra estar contigo jamas.- un ataque psicologico y ficico a la vez, mientras comenzaba a envestir el cuerpo humano con rudesa, sabia que los humanos eran criaturas ecepcionales, algunos capas de repudiar a aquellos que eran marcados, y otros, completamente distintos, con un amor estupido y sobreprotector a aquellos marcados, sus palabras no tenian valides en el mundo de los humanos.. siempre habria un idiota que creeria poder salvar el alma rota de su marioneta, lo cual, lo hacia mucho mas divertido.

Un nuevo grito de dolor, aunque a esas alturas, pensaba que ya estaba acostumbrado a la forma salvaje en que me penetraba y me embestía... Nuevas lágrimas caían por mi rostro mientras me mordía el labio inferior, ahogando mis gritos y quejidos de dolor, tragándome toda mi angustia...

Sentía cómo la sangre se deslizaba por entre mis piernas mientras me decía aquello, mi cuerpo temblaba por completo y se había tensado haciéndome sentir el doble de dolor, pero no podía relajarme, ni siquiera dejar mi mente en blanco e irme... tenía razón, ¿quién querría estar con alguien como yo? Yo mismo me daba asco, y más aún, al sentir que me estaba rindiendo ante el... ¡no! Cerré mis ojos con fuerza luchando por no moverme, por no emitir sonido. Mi labio inferior empezaba a sangrar de lo fuerte que lo presionaba con mis dientes, pero aquel dolor ni siquiera lo sentía.