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El puente de los suspiros [Privado]
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El puente de los suspiros [Privado]
Cuando la tapa del ataud negro se cerró sobre él quedo largo tiempo mirando a la oscuridad que lo rodeaba y no fue hasta minutos despues que el sueño lo cubrió o mejor dicho, aquella inconsciencia que les arrabataba las fuerzas a los caminantos eternos. En el transcuros hubieron transportado los tres susodichos ataudes en un discreto camión de mercancias que se dirigia a la ciudad de Venecia. Una vez allí a bordo de un pequeño barco los condujeron a la Isla de la Noche, una porcion de tierra con dueño propio. Vittorio no fue consciente del trayecto hasta que se despertó y empujó la tapa con fuerza. Al asomarse por ella sus ojos verdes abiertos como platos escudriñaron el lugar y por un momento pensó que podia bañarse bajo el radiante sol de Italia que tanto habia adorado en su niñez.
Mas no habia sol, no habia luz, tan solo una oscuridad iluminada tenue y precariamente. Percibió los otros dos ataudes, ambos vacios. Por lo visto habia sido el ultimo en despertarse de a quel largo sueño. En la comoda contigua a su ataudo habia una muda para cambiarse. Automaticamente lo hizo sin prestar atencion a lo que se ponia o a como se lo ponia. Tenia la mente dispersa y mucha hambre. Lo sentia en las entrañas, como le ardian, como deseaban embriagarse de nuevo con aquel liquido que era su perdición propia. En la habitación reinaba el silencio, pero a medida que se alejaba de ella, una vez se hubo adecentado los ropajes, el bullicio cobraba vida.
Se escuchaba la torpe ejecución de la escala de un piano seguido de un suspiro de frustración. Tras ello una voz amable y aterciopelada le daba directrices al novato pianista y entonces volvia a sonar la escala, ahora si a un ritmo mas atractivo. Cass avanzó en pulcro silencio, con timidez y un poco de miedo. Desconcia aquel entorno y desconfiaba de él, pero cuando vió la espalda de su hermana sentada frente al piano, que resulto ser la torpe novata sintió que podria exhalar un suspiro de alivio. Junto a ella vió a una figura de un joven de larga melena castaño rojiza. Conforme la luz incidia sobre aquel cabello nuevos tonos de color sangre despertaban, la sola vision del cabello resultó reveladora e inquietante, incluso un poco hipnotizante. Sin embargo cuando el joven se incorporó y volteó el rostro para escrutarlo con sus ojos pardos Cassel se irguió por completo y se aferro con las uñas al marco de la puerta.
Lo reconoció como un igual, pero no era igual que él. Podia sentir la enorme cantidad de energia que manaba, el poder que desprendia aquella mirada que parecia atravfesarlo sin piedad. Apartó la mirada y buscó instintivamente al cuarto integrante, su sire, su amante y odiado David. Por un lado se alegró de no verlo, pues cuando lo sentia cerca una mezcla de odio, respulsion y pena se conjugaban para saludarlo con palabras mudas. Una parte de él lo amaba con locura y estaba dispuesto a perdonar aquella temeridad, dispuesto a echarse a sus brazos, dejarse besar, besar y fundirse con el cuerpo contrario. Otra parte lo condenaba y lo repudiaba hasta la saciedad y le resultaba horriblemente dificil mantener el equilibrio entre ambas partes.
Aquellos sentimientos fueron percibidos inmediatamente por el vampiro pelirrojo que lo miraba eclepticamente y sin darse cuenta Cassel avanzó hacia él y hacia su hermana que lo recibia con una amplia y soñadora sonrisa. Cass habia oido hablar por sus labios de aquel chico de 17 años eternamente joven. Sabia quien era, pero jamas se habria imaginado que seria tan...sobrecogedor.
-Buenas noches.- entonó en un lugubre tono. Julia fue mas efusiva y se levantó del piano para abrazarlo. Vittorio correspondió, pero su mirada seguia fija en Armand, calibrando si era alguien en quien podria confiar o si solo era pura apariencia.
Mas no habia sol, no habia luz, tan solo una oscuridad iluminada tenue y precariamente. Percibió los otros dos ataudes, ambos vacios. Por lo visto habia sido el ultimo en despertarse de a quel largo sueño. En la comoda contigua a su ataudo habia una muda para cambiarse. Automaticamente lo hizo sin prestar atencion a lo que se ponia o a como se lo ponia. Tenia la mente dispersa y mucha hambre. Lo sentia en las entrañas, como le ardian, como deseaban embriagarse de nuevo con aquel liquido que era su perdición propia. En la habitación reinaba el silencio, pero a medida que se alejaba de ella, una vez se hubo adecentado los ropajes, el bullicio cobraba vida.
Se escuchaba la torpe ejecución de la escala de un piano seguido de un suspiro de frustración. Tras ello una voz amable y aterciopelada le daba directrices al novato pianista y entonces volvia a sonar la escala, ahora si a un ritmo mas atractivo. Cass avanzó en pulcro silencio, con timidez y un poco de miedo. Desconcia aquel entorno y desconfiaba de él, pero cuando vió la espalda de su hermana sentada frente al piano, que resulto ser la torpe novata sintió que podria exhalar un suspiro de alivio. Junto a ella vió a una figura de un joven de larga melena castaño rojiza. Conforme la luz incidia sobre aquel cabello nuevos tonos de color sangre despertaban, la sola vision del cabello resultó reveladora e inquietante, incluso un poco hipnotizante. Sin embargo cuando el joven se incorporó y volteó el rostro para escrutarlo con sus ojos pardos Cassel se irguió por completo y se aferro con las uñas al marco de la puerta.
Lo reconoció como un igual, pero no era igual que él. Podia sentir la enorme cantidad de energia que manaba, el poder que desprendia aquella mirada que parecia atravfesarlo sin piedad. Apartó la mirada y buscó instintivamente al cuarto integrante, su sire, su amante y odiado David. Por un lado se alegró de no verlo, pues cuando lo sentia cerca una mezcla de odio, respulsion y pena se conjugaban para saludarlo con palabras mudas. Una parte de él lo amaba con locura y estaba dispuesto a perdonar aquella temeridad, dispuesto a echarse a sus brazos, dejarse besar, besar y fundirse con el cuerpo contrario. Otra parte lo condenaba y lo repudiaba hasta la saciedad y le resultaba horriblemente dificil mantener el equilibrio entre ambas partes.
Aquellos sentimientos fueron percibidos inmediatamente por el vampiro pelirrojo que lo miraba eclepticamente y sin darse cuenta Cassel avanzó hacia él y hacia su hermana que lo recibia con una amplia y soñadora sonrisa. Cass habia oido hablar por sus labios de aquel chico de 17 años eternamente joven. Sabia quien era, pero jamas se habria imaginado que seria tan...sobrecogedor.
-Buenas noches.- entonó en un lugubre tono. Julia fue mas efusiva y se levantó del piano para abrazarlo. Vittorio correspondió, pero su mirada seguia fija en Armand, calibrando si era alguien en quien podria confiar o si solo era pura apariencia.
V. Cassel- Cantidad de envíos : 264
Fecha de inscripción : 23/02/2012
Localización : Los Angeles
Re: El puente de los suspiros [Privado]
La llamada de David fue una grata sorpresa para mí, pese al tono lugubre de su voz que parecia mas envejecida. Cuando dí con su esencia mas alla de mares y cielos y percibi dos esencias mas a su lado comprendí que no venia solo y que los que los acompañaban eran de su misma sangre, por obra y gracia de su creación. Pero ¿Por que David habia decidido crear no un vampiro, si no dos? Él se habia negado, me lo habia dicho personalmente en el ultimo encuentro torrido que tuvimos, jamás crearia a un hijo...y sin embargo lo habia hecho y mi curiosidad sobre el por que de dicha decision no hacia mas que mantenerme inquieto y anhelante, pese a que mi rostro no diese muestras de ello.
Llegaron al medio día. Tres ataudes negros de igual tamaño. Las puertas de mi mansion estaban abiertas para que los que los transportaban pudieran dejarlos, aun asi los guié desde mi lecho de oscuridad hacia la zona en donde descansarian de momento los tres invitados. La mansión era amplia y contaba con muchas habitaciones espaciosas. La mayoria habian estado destinadas para visitas como estas, para albergar a bastantes almas en pena, pero también poseia otras instalaciones: Piscina climatizada, un gran salon anexo a una biblioteca selecta, un comedor que generalmente no usabamos pero igual de bellamente decorado e incluso una pequeña sala de reproduccion de filmes.
A la caida del sol terminó mi descanso. Me incorporé y me acomode unas ropas sencillas de lino color crema. Los pantalones eran ligeramente amplios y la camisola tambíen, solo que la llevaba entreabierta mostrando mi pecho desnudo....y el primero en recibirme fue el mudo David Talbot. Le habria abrazado, incluso besado, lo habria sometido contra la pared, pues todo aquello era lo que me despertaba el antiguo investigador, mas desde el último encuentro pasional...pero su mirada detuvo mis actos. Habia un gran pozo de pena en ellas adornado con frustración e ira...su piel parecia casi translucidad y sus facciones mas enjutas. Comprendí a donde se dirigia, y es que necesitaba cazar. Mentalmente me dijo con palabras tranquilas "Hablaremos en privado mas tarde". Asentí y ví como marchaba con celeridad.
Me dejó con sus chiquillos y puesto que tenia curiosidad en conocerlos los llame en silencio. Uno de ellos fue mas receptivo. Escuché como abria a duras penas la pesada tapa del ataud y como se deslizaba por el pasillo hasta llegar al salón en donde me encontraba. Era esbelta como un junco, gracil y su cabellera castaña caia en forma de bucles por sus hombros y espalda...mas sin duda lo que mas destacaba en su rostro bonito eran unos ojos grandes y verdes como un par de esmeraldas relucientes. Ella contuvo el aliento, la noté agitada, emocionada y llena de desbordante curiosidad. Me reconoció y me observó como si fuera un amigo lejano al que hacia tiempo que no veia. Se acercó a mi y sonrió con timidez mientras se presentaba, la cogí de la mano, la alzé y bese el dorso estudiando con mi mirada las facciones de ella. Sin duda su conversión habia sido reciente, quizas tan solo tuviera tres o cuatro dias de vida, pero se habia adaptado a su nueva existencia pues no sentia en ella nada de miedo, ni tristeza..nada que no desprendiera el otro habitante del terced ataud.
Me habló de ella y me habló de mi mismo, de como me conocia por el testimonio que le habia dado a David de mi vida, supe que era como una de esas fanaticas descerebradas amantes de lo sobrenatural, sin embargo ella no era para nada estupida. Demostró ser dulce y encantadora. Le pedí que me hablara de su hermano, del segundo hijo de David y su rostro cambió reflejando dolor en sus hermosas facciones. Comprendí donde residia el problema, toda la facilidad con la cual ella se habia adaptado, el joven carecia de aceptacion a su nuevo despertar.
Cuando irrumpió su esencia, habia estado absorto enseñandole las escalas de piano a Julia. Otra vez unos ojos como esmeraldas, brillantes y seductores sin percatarse de esa intención, mas llenos de melancolia y tristeza. Un hombre joven con un rastro de barba en el rostro de la cual jamas se podria deshacer excepto en unos minutos con una faz atractiva y un cuerpo que se reflejaba fuerte bajo las ropas que portaba. Supe quien era sin que me dijera una palabra, su mente era un libro abierto, una invitacion a leer la historia de su vida. Era la debilidad de Talbot, el amor lo habia cegado y habia decidido llevarselo a la oscuridad por siempre. Me acerqué con pasos lentos al joven desconfiado y le tendi mi mano junto a una sonrisa -No temas Vittorio, aqui estais a salvo, aqui os enseñaremos a desenvolveros en la oscuridad y a aceptar vuestra condición.- vi la duda en sus ojos verdes, pero también comprendi que mi presencia lo habia absorvido por completo. Puede que David hubiera causado el mismo efecto al conocerle por primera vez. Era demasiado impresionable. Apretó mi mano, con su fria mano y asintió con una fugaz y temblorosa sonrisa.
Llegaron al medio día. Tres ataudes negros de igual tamaño. Las puertas de mi mansion estaban abiertas para que los que los transportaban pudieran dejarlos, aun asi los guié desde mi lecho de oscuridad hacia la zona en donde descansarian de momento los tres invitados. La mansión era amplia y contaba con muchas habitaciones espaciosas. La mayoria habian estado destinadas para visitas como estas, para albergar a bastantes almas en pena, pero también poseia otras instalaciones: Piscina climatizada, un gran salon anexo a una biblioteca selecta, un comedor que generalmente no usabamos pero igual de bellamente decorado e incluso una pequeña sala de reproduccion de filmes.
A la caida del sol terminó mi descanso. Me incorporé y me acomode unas ropas sencillas de lino color crema. Los pantalones eran ligeramente amplios y la camisola tambíen, solo que la llevaba entreabierta mostrando mi pecho desnudo....y el primero en recibirme fue el mudo David Talbot. Le habria abrazado, incluso besado, lo habria sometido contra la pared, pues todo aquello era lo que me despertaba el antiguo investigador, mas desde el último encuentro pasional...pero su mirada detuvo mis actos. Habia un gran pozo de pena en ellas adornado con frustración e ira...su piel parecia casi translucidad y sus facciones mas enjutas. Comprendí a donde se dirigia, y es que necesitaba cazar. Mentalmente me dijo con palabras tranquilas "Hablaremos en privado mas tarde". Asentí y ví como marchaba con celeridad.
Me dejó con sus chiquillos y puesto que tenia curiosidad en conocerlos los llame en silencio. Uno de ellos fue mas receptivo. Escuché como abria a duras penas la pesada tapa del ataud y como se deslizaba por el pasillo hasta llegar al salón en donde me encontraba. Era esbelta como un junco, gracil y su cabellera castaña caia en forma de bucles por sus hombros y espalda...mas sin duda lo que mas destacaba en su rostro bonito eran unos ojos grandes y verdes como un par de esmeraldas relucientes. Ella contuvo el aliento, la noté agitada, emocionada y llena de desbordante curiosidad. Me reconoció y me observó como si fuera un amigo lejano al que hacia tiempo que no veia. Se acercó a mi y sonrió con timidez mientras se presentaba, la cogí de la mano, la alzé y bese el dorso estudiando con mi mirada las facciones de ella. Sin duda su conversión habia sido reciente, quizas tan solo tuviera tres o cuatro dias de vida, pero se habia adaptado a su nueva existencia pues no sentia en ella nada de miedo, ni tristeza..nada que no desprendiera el otro habitante del terced ataud.
Me habló de ella y me habló de mi mismo, de como me conocia por el testimonio que le habia dado a David de mi vida, supe que era como una de esas fanaticas descerebradas amantes de lo sobrenatural, sin embargo ella no era para nada estupida. Demostró ser dulce y encantadora. Le pedí que me hablara de su hermano, del segundo hijo de David y su rostro cambió reflejando dolor en sus hermosas facciones. Comprendí donde residia el problema, toda la facilidad con la cual ella se habia adaptado, el joven carecia de aceptacion a su nuevo despertar.
Cuando irrumpió su esencia, habia estado absorto enseñandole las escalas de piano a Julia. Otra vez unos ojos como esmeraldas, brillantes y seductores sin percatarse de esa intención, mas llenos de melancolia y tristeza. Un hombre joven con un rastro de barba en el rostro de la cual jamas se podria deshacer excepto en unos minutos con una faz atractiva y un cuerpo que se reflejaba fuerte bajo las ropas que portaba. Supe quien era sin que me dijera una palabra, su mente era un libro abierto, una invitacion a leer la historia de su vida. Era la debilidad de Talbot, el amor lo habia cegado y habia decidido llevarselo a la oscuridad por siempre. Me acerqué con pasos lentos al joven desconfiado y le tendi mi mano junto a una sonrisa -No temas Vittorio, aqui estais a salvo, aqui os enseñaremos a desenvolveros en la oscuridad y a aceptar vuestra condición.- vi la duda en sus ojos verdes, pero también comprendi que mi presencia lo habia absorvido por completo. Puede que David hubiera causado el mismo efecto al conocerle por primera vez. Era demasiado impresionable. Apretó mi mano, con su fria mano y asintió con una fugaz y temblorosa sonrisa.
Armand- Cantidad de envíos : 407
Fecha de inscripción : 29/11/2011
Re: El puente de los suspiros [Privado]
Armand....ay, Armand, no había cambiando, nunca lo haría, ni aunque el sol cayese del cielo y la tierra se abriera para dar paso a las cascadas de lava del mismo Infierno. Siempre que lo veía, David sentía que se estremecía y si dentro de su pecho fuerte latiera un corazón, éste se detendría unos segundos mientras lo contemplaba, la visión de su belleza clásica y atemporal lograba convomoverlo, seducirlo, incluso alejaba la tristeza que ahora aprisionaba el alma de David, ver su anhelo porque él estuviera allí, elevaba su orgullo y lograba que sus ojos volvieran a relucir de forma distinta. Marius podía tener mil hijos más que ninguno se parecería jamás a Armand, en él puso toda su pasión y amor, siempre sería el niño oscuramente predilecto, amante y santo al tiempo.
David se levantó primero, acuciado por el hambre, un hambre atroz y una extrema debilidad, había dado a luz a dos vampiros en una misma noche, otro vampiro con menos poder habría muerto en el intento pero él sobrevivió pero muy en el límite, ahora era frágil como un bebé, una presa fácil y notaba que podía hacerse polvo si un rayo de sol lo rozaba.Pero a pesar de su necesidad, David no olvidaba las formas, se vistió de forma elegante y sobria, una camisa blanca, unos pantalones de pinza, una chaqueta que resaltaba su cintura estrecha y su ancha espalda, su musculoso pecho. Aquel cuerpo no era de David pero indudable su esencia lo había colmado, tenía aquel indefinible aire inglés, aquel aspecto de caballero, de distinción de innata en aquel cuerpo esbelto pero fuerte pero transmiento inteligencia, perspicacia, sabiduria. Se arregló los gemelos y bajó los escalones, conocía aquella masión, en tiempos pasados estuvo temporadas enteras en Venecia por invitación de Marius o Armand.
Se encontró con el vampiro pelirrojo en uno de salones donde estaba el piano blanco y ambos se miraron, David suspiró pero no se acercó, estaba agotado, hambriento y aunque deseaba saludar a Armand y darle explicaciones, ahora necesitaba cazar de forma acuciante. Hablarían en privado más tarde y salió raudo por las antiguas puertas, la sangre lo llamaba. David fue un buen cazador desde el primer momente que nació como vampiro, para el asombro del propio Lestat, no fue torpe ni temeroso, sino implacable y rápido. David cazaba por necesidad, no disfrutaba de aquello pero indudablemente disfrutaba del momento, no volvería en casi toda la noche, no quería volver hasta que parte del dolor de su cuerpo de viera aliviado por la ingesta de sangre. Aquella noche murieron ocho hombres adultos a sus manos, no se detuvo hasta que se sintió saciado, completo y para entonces quedaba cerca de una hora para el amanecer.
Regresó a la mansión, estaba completamente seguro que Armand ya conocía a Julia y Vittorio, con seguridad los había encandilado a ambos, ese era uno de sus poderes, la fascinación profunda que causaba.Traspasó las antiguas y magnificas puertas de acero y madera, de lustre y leones venecianos para seguir la presencia de Armand en uno de los pequeños salones decorado con ricos tapices y una asombrosa alfombra persa en el suelo.
-Armand-David entró y cerró la puerta, presentaba mucho mejor aspecto, de nuevo su piel tenia aquel lustre dorado, aquella patina sobrenatural, sus cabellos eran un nimbo luminoso y sus ojos dos intensos orbes ambarinos, el cuerpo se veía más firme, más marcado bajo el caro traje. Ambos vampiros se miraron durante unos largos segundos, Armand tanteó su mente pero David no dejaba entrar a nadie en ella ni siquiera a Armand, ni tampoco al mismo Lestat cuando era mortal. David se acercó sin ser brusco y luego lo abrazó despacio, acercandolo a su cuerpo, apretandolo-Gracias por acogernos.-besó la sedosa mejilla que estaba al alcance de sus labios y se separó despacio-Realmente no sabía...dudaba a donde acudir, esta situación es completamente nueva para mi-como siempre David se expresaba con flema- Y lamento si he pecado de abusar de tu generosidad.-miró un sillón de orejas y se acomodó en él.-Ya los habrás conocidos, a los dos hermanos. Julia y Vittorio-cuando pronunció su nombre hubo una nota de dolor que no se expresó en toda su amplitud.
David se levantó primero, acuciado por el hambre, un hambre atroz y una extrema debilidad, había dado a luz a dos vampiros en una misma noche, otro vampiro con menos poder habría muerto en el intento pero él sobrevivió pero muy en el límite, ahora era frágil como un bebé, una presa fácil y notaba que podía hacerse polvo si un rayo de sol lo rozaba.Pero a pesar de su necesidad, David no olvidaba las formas, se vistió de forma elegante y sobria, una camisa blanca, unos pantalones de pinza, una chaqueta que resaltaba su cintura estrecha y su ancha espalda, su musculoso pecho. Aquel cuerpo no era de David pero indudable su esencia lo había colmado, tenía aquel indefinible aire inglés, aquel aspecto de caballero, de distinción de innata en aquel cuerpo esbelto pero fuerte pero transmiento inteligencia, perspicacia, sabiduria. Se arregló los gemelos y bajó los escalones, conocía aquella masión, en tiempos pasados estuvo temporadas enteras en Venecia por invitación de Marius o Armand.
Se encontró con el vampiro pelirrojo en uno de salones donde estaba el piano blanco y ambos se miraron, David suspiró pero no se acercó, estaba agotado, hambriento y aunque deseaba saludar a Armand y darle explicaciones, ahora necesitaba cazar de forma acuciante. Hablarían en privado más tarde y salió raudo por las antiguas puertas, la sangre lo llamaba. David fue un buen cazador desde el primer momente que nació como vampiro, para el asombro del propio Lestat, no fue torpe ni temeroso, sino implacable y rápido. David cazaba por necesidad, no disfrutaba de aquello pero indudablemente disfrutaba del momento, no volvería en casi toda la noche, no quería volver hasta que parte del dolor de su cuerpo de viera aliviado por la ingesta de sangre. Aquella noche murieron ocho hombres adultos a sus manos, no se detuvo hasta que se sintió saciado, completo y para entonces quedaba cerca de una hora para el amanecer.
Regresó a la mansión, estaba completamente seguro que Armand ya conocía a Julia y Vittorio, con seguridad los había encandilado a ambos, ese era uno de sus poderes, la fascinación profunda que causaba.Traspasó las antiguas y magnificas puertas de acero y madera, de lustre y leones venecianos para seguir la presencia de Armand en uno de los pequeños salones decorado con ricos tapices y una asombrosa alfombra persa en el suelo.
-Armand-David entró y cerró la puerta, presentaba mucho mejor aspecto, de nuevo su piel tenia aquel lustre dorado, aquella patina sobrenatural, sus cabellos eran un nimbo luminoso y sus ojos dos intensos orbes ambarinos, el cuerpo se veía más firme, más marcado bajo el caro traje. Ambos vampiros se miraron durante unos largos segundos, Armand tanteó su mente pero David no dejaba entrar a nadie en ella ni siquiera a Armand, ni tampoco al mismo Lestat cuando era mortal. David se acercó sin ser brusco y luego lo abrazó despacio, acercandolo a su cuerpo, apretandolo-Gracias por acogernos.-besó la sedosa mejilla que estaba al alcance de sus labios y se separó despacio-Realmente no sabía...dudaba a donde acudir, esta situación es completamente nueva para mi-como siempre David se expresaba con flema- Y lamento si he pecado de abusar de tu generosidad.-miró un sillón de orejas y se acomodó en él.-Ya los habrás conocidos, a los dos hermanos. Julia y Vittorio-cuando pronunció su nombre hubo una nota de dolor que no se expresó en toda su amplitud.
David Talbot- Cantidad de envíos : 394
Fecha de inscripción : 14/02/2012
Localización : Puede que Trafalgar Square
Re: El puente de los suspiros [Privado]
Tenia ante él a un joven de unos dieciseis o diecisiete años mas o menos. Su larga melena ondulada y rojiza resbalaba suavemente por las formas redondeadas de sus hombros y por su espalda y la tela dejaba entre ver un pecho palido, delgado pero para nada desnutrido. A Vittorio le parecio un joven hermoso, parecia sacado de algun cuadro renacentista o mas bien seria el modelo favorito de un pintor de tal estilo. Su tono de voz era tranquilo, amable...no habia nada que indicara malestar y Cass se permitio relajarse un poco mas. Se dijo asi mismo que era necesario encontrarse entre seres de su misma condicion y agradecia a alguien más que no fuera David para aliviar la tension que seguia habiendo entre ellos.
Julia preguntaba, Armand respondia diligente y Cass escuchaba en silencio, ultimamente las palabras que nacian en su garganta morian en sus labios y quedaban solo como pensamientos. Pensamientos que seguramente aquel ser inmortal podria ver sin problema, mas no le importaba realmente. Eran huespedes en aquel lugar, preferia que el vampiro viera las respuestas e inquietudes en su mente antes de compartirlas con su hermana Julia. De Talbot no habia rastro y él volvió a sentir una acuciada sed aunque no lo dijo verbalmente. ¿Sentian esa ansiedad todos los recien nacidos? preguntó Julia, algo que tambien queria saber el ojiverde. Armand respondió que si, que él mismo era un ser insaciable y que su maestro lo llevaba a cazar regularmente. La palabra "cazar" provoco un escalofrio en Vittorio. Armand se acercó a él y le rozó la mejilla con los palidos y delgados dedos. No hizo ademan de separarse, cerró los ojos durante unos segundos y suspiró largamente.
"Eres un hombre noble con fuertes ideales" le habia dicho "has perseguido la maldad con las pocas armas que te dió tu estatus...pero ahora podras ejercer justicia bajo esta nueva condición...no hay piedad para los malvados" y comprendío perfectamente a que se referia. Meter a asesinos despiadados entre rejas y comprobar que al cabo del rato saldrian de igual manera por el modelo de justicia desfasado le provocaba que la boca le supiera a amargura y que su frustración aumentase. Pero aún asi....no se sintió con derechos a arrebatarle la vida a nadie...
La velada siguió tranquila. Julia aprendia a tocar Claro de Luna y resultó ser una excelente y avispada alumna cuya conexion con su maestro ya se estaba cimentando. Observó como ella miraba a Armand, lo idolatraba y se ruborizaba cuando él le dedicaba algun cumplido amable. Parecia que estuviera enamorada y quizas así lo fuera...y si asi era, Armand lo sabia.
Cuando el joven les aconsejó que fueran a descansar en sus respectivos ataudes Cass se levantó de aquel solitario sillon y fue hasta ambos vampiros. Mordió su labio inferior antes de decir lo siguiente -¿Podria ser....que mañana...- un suave rubor se cobró en sus mejillas -fueramos de...- carraspeó -caza?- su voz sonó como un susurro aspero, seco. Armand dejó escapar una risotada dulce y lirica y asintió con taimada inclinacion de rostro. Una vez expuesto sus deseos de forma mas precisa, cogió a su hermana por la mano y juntos se dirigieron a la oscuridad de sus habitaciones.
Julia preguntaba, Armand respondia diligente y Cass escuchaba en silencio, ultimamente las palabras que nacian en su garganta morian en sus labios y quedaban solo como pensamientos. Pensamientos que seguramente aquel ser inmortal podria ver sin problema, mas no le importaba realmente. Eran huespedes en aquel lugar, preferia que el vampiro viera las respuestas e inquietudes en su mente antes de compartirlas con su hermana Julia. De Talbot no habia rastro y él volvió a sentir una acuciada sed aunque no lo dijo verbalmente. ¿Sentian esa ansiedad todos los recien nacidos? preguntó Julia, algo que tambien queria saber el ojiverde. Armand respondió que si, que él mismo era un ser insaciable y que su maestro lo llevaba a cazar regularmente. La palabra "cazar" provoco un escalofrio en Vittorio. Armand se acercó a él y le rozó la mejilla con los palidos y delgados dedos. No hizo ademan de separarse, cerró los ojos durante unos segundos y suspiró largamente.
"Eres un hombre noble con fuertes ideales" le habia dicho "has perseguido la maldad con las pocas armas que te dió tu estatus...pero ahora podras ejercer justicia bajo esta nueva condición...no hay piedad para los malvados" y comprendío perfectamente a que se referia. Meter a asesinos despiadados entre rejas y comprobar que al cabo del rato saldrian de igual manera por el modelo de justicia desfasado le provocaba que la boca le supiera a amargura y que su frustración aumentase. Pero aún asi....no se sintió con derechos a arrebatarle la vida a nadie...
La velada siguió tranquila. Julia aprendia a tocar Claro de Luna y resultó ser una excelente y avispada alumna cuya conexion con su maestro ya se estaba cimentando. Observó como ella miraba a Armand, lo idolatraba y se ruborizaba cuando él le dedicaba algun cumplido amable. Parecia que estuviera enamorada y quizas así lo fuera...y si asi era, Armand lo sabia.
Cuando el joven les aconsejó que fueran a descansar en sus respectivos ataudes Cass se levantó de aquel solitario sillon y fue hasta ambos vampiros. Mordió su labio inferior antes de decir lo siguiente -¿Podria ser....que mañana...- un suave rubor se cobró en sus mejillas -fueramos de...- carraspeó -caza?- su voz sonó como un susurro aspero, seco. Armand dejó escapar una risotada dulce y lirica y asintió con taimada inclinacion de rostro. Una vez expuesto sus deseos de forma mas precisa, cogió a su hermana por la mano y juntos se dirigieron a la oscuridad de sus habitaciones.
V. Cassel- Cantidad de envíos : 264
Fecha de inscripción : 23/02/2012
Localización : Los Angeles
Re: El puente de los suspiros [Privado]
Cuando los niños se hubieron marchado, los adultos se reunieron. El atractivo sobrio y galante de David regreso a su rostro y a su complexion atletica de piel dorada cuando acudió a mi. Percibi el aroma de muchas sangres diferentes en él, de muchas almas sesgadas y de muchos hombres, lo cual era lógico tras crear a dos seres de tal magnitud en una sola noche. Ambos hermanos eran fuertes, la mujer lo era mas por que aceptaba su condición, el hombre era debil por que su mente estaba debilitada por la pena, pero al menos ya habia aceptado que tenian que cazar para subsistir. Le hablaria a David de ello mas tarde, primero aguardó a que decidiera acercarse, pues muchas cosas habian cambiado desde la ultima vez que se hubieran visto. Me alegré de saber que al menos su afecto por mi no desminuyó en absoluto. Correspondí a su abrazo rodeandole la cintura con los brazos, fue agradable y comprendí que para él era mas que necesario.
No podia leer su mente, jamás podria lo mas seguro. El muro infranqueable que habia creado era inexpugnable...pero ya no me desvanecia los sesos en intentarlo, muchas veces alguna mirada o algun gesto delataba su estado...y era el siguiente. Se sentia agotado pese a la cantidad de sangre ingerida, inquieto al verse peligrosamente cerca de la extinción, no solo de él mismo, si no de sus seres queridos, habia acudido a mi por que necesitaba mi ayuda y yo se la ofrecia desinteresadamente por que él, queria creer, haría lo mismo por mi en caso contrario.
-David Talbot...somos amigos y compañeros en el sendero oscuro de la eternidad...y en estos tiempos que corren no esta de más ayudarnos los unos a los otros.- caminó tras él y se sentó en el sillón de enfrente e inevitablemente llego a su mente los recuerdos de aquella noche. Habia empezado igual que esta, sentados en diferentes sillones, hablando, debatiendo sobre Dios, sobre la bondad y la maldad...que estupidez habia sido, que bien que finalmente hubiese abierto los ojos.
-Son dos criaturas extraordinarias, entiendo que cedieras a la tentación de convertirlos y estoy seguro que lo hiciste para protegerlos- admití en un tono taimado y relajado -Ella es hermosa e inteligente, perspicaz y muy curiosa...- fundió sus ojos pardos con los dorados de él -en cambio él...- hizo una pausa y recordó como habia pedido entre cortado salir a cazar la noche siguiente -Cuando Lestat convirtió a Louis en su igual, el joven negó durante muchos años su condición, ya sabemos como de melancólico es nuestro amigo....otros vampiros optan por volverse locos...otros tanto perecen en garras de depredadores mayores.- hizo otra pausa y pensó en el sombrió Du Lac. ¿Seguiria encerrado en sus libros? ¿Estaria al lado de Lestat como el rubio siempre hubo deseado?.
-Al menos comprende que debe alimentarse, es un paso hacia adelante David. El chico me pidió ir a cazar mañana en la noche y creo que lo mas conveniente es que les enseñes a hacerlo correctamente. Ella aprendera y lo hará bien, la moralidad del chico sera un problema.- hablaba con sinceridad desde la experiencia propia. Vittorio debia liberarse cuanto antes de esos fantasmas -¿Lo amas David? ¿Cuanta devoción sientes por él?.- pregunté por último. Debia ser mucho para haber traicionado sus principios...pero la cuestión era si seguia amandolo ahora, tal y como se encontraba la relación entre ambos.
No podia leer su mente, jamás podria lo mas seguro. El muro infranqueable que habia creado era inexpugnable...pero ya no me desvanecia los sesos en intentarlo, muchas veces alguna mirada o algun gesto delataba su estado...y era el siguiente. Se sentia agotado pese a la cantidad de sangre ingerida, inquieto al verse peligrosamente cerca de la extinción, no solo de él mismo, si no de sus seres queridos, habia acudido a mi por que necesitaba mi ayuda y yo se la ofrecia desinteresadamente por que él, queria creer, haría lo mismo por mi en caso contrario.
-David Talbot...somos amigos y compañeros en el sendero oscuro de la eternidad...y en estos tiempos que corren no esta de más ayudarnos los unos a los otros.- caminó tras él y se sentó en el sillón de enfrente e inevitablemente llego a su mente los recuerdos de aquella noche. Habia empezado igual que esta, sentados en diferentes sillones, hablando, debatiendo sobre Dios, sobre la bondad y la maldad...que estupidez habia sido, que bien que finalmente hubiese abierto los ojos.
-Son dos criaturas extraordinarias, entiendo que cedieras a la tentación de convertirlos y estoy seguro que lo hiciste para protegerlos- admití en un tono taimado y relajado -Ella es hermosa e inteligente, perspicaz y muy curiosa...- fundió sus ojos pardos con los dorados de él -en cambio él...- hizo una pausa y recordó como habia pedido entre cortado salir a cazar la noche siguiente -Cuando Lestat convirtió a Louis en su igual, el joven negó durante muchos años su condición, ya sabemos como de melancólico es nuestro amigo....otros vampiros optan por volverse locos...otros tanto perecen en garras de depredadores mayores.- hizo otra pausa y pensó en el sombrió Du Lac. ¿Seguiria encerrado en sus libros? ¿Estaria al lado de Lestat como el rubio siempre hubo deseado?.
-Al menos comprende que debe alimentarse, es un paso hacia adelante David. El chico me pidió ir a cazar mañana en la noche y creo que lo mas conveniente es que les enseñes a hacerlo correctamente. Ella aprendera y lo hará bien, la moralidad del chico sera un problema.- hablaba con sinceridad desde la experiencia propia. Vittorio debia liberarse cuanto antes de esos fantasmas -¿Lo amas David? ¿Cuanta devoción sientes por él?.- pregunté por último. Debia ser mucho para haber traicionado sus principios...pero la cuestión era si seguia amandolo ahora, tal y como se encontraba la relación entre ambos.
Armand- Cantidad de envíos : 407
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Re: El puente de los suspiros [Privado]
Los dos vampiros quedaron frente a frente, el hermoso y angelical Armand, con aquel aspecto de santo virginal, de adolescente eterno y la sabiduria de una criatura ya milenaria, David, de aspecto caballeroso, inglés, intelectual pero con un cuerpo de cazador, de guerrero. Eran muy diferentes, en sus vidas mortales, en sus respectivos maestros, Armand abrazó la oscuridad con naturalidad, David se adaptó a ella cuando Lestat en su ambición por poseerlo de alguna manera lo convirtió a la fuerza, sin embargo ambos se comprendían, se querían, tenían largas conversaciones y la última vez traspasaron la frontera de las palabras para tener un sexo salvaje, desenfrenado de más de una noche. David no lo olvidaba, era algo imposible y con los recientes acontencimientos, el distanciamiento helado de Vittorio, se volvían más vívidos esos recuerdos.
David ladeó el rostro, su cuello dorado contrastaba con la impoluta camisa blanca, entrecerró sus brillantes ojos y alzó descuidamente la mano derecha y la colocó bajo la masculina barbilla, escuchando, meditando sus palabras. Armand no le reprochaba las palabras que pronunció meses atrás, cuandoDavid se creía en posesión de la verdad y renunció a sus principios por proteger a los dos hermanos, había sacrificado parte de sus creencias por amor y dolorosamente se había equivocado pero no podía volver atrás en el tiempo.
-Vittorio ahora me odia y ahora es un vampiro, mi hijo-el tono de David era algo ronco, parecia que la garganta le raspara dolorosamente-El odio de un vampiro puede durar siglos, aplasté ese amor inocente, puro que sentía por mi, le di el don oscuro para protegerlo de todo lo que está a punto de avecinarse-volvió los aureos orbes hacia el maravilloso y oscuro ser que ocupaba el otro sillón-Le amo pero entiendo su odio y me duele porque se que tiene todo el derecho del mundo a repudiarme, no volverá a dejar que lo toque...le resulta repulsiva mi presencia pero se sienta atado a mi. Vittorio a veces es un niño y otras un hombre, ahora no es ni lo uno ni lo otro, odia en lo que se ha convertido.-los dedos de David se posaron en en los antebrazos, hundiendo los dedos, posando los ojos en el dibujo de la alfombra, la caza del unicornio.-Pero quiero que sobreviva, quiero que luche por vivir...aprenderá, no lo dejaré libre hasta que crea que no intentará alguna estupidez como ponerse bajo el sol o dejarse morir de hambre.
Volvió los ojos de nuevo hacia Armand y su mirada de dulcificó-Armand, perdóname por las palabras que te dije hace tiempo, tenías razón, eres más viejo que yo y sabes del amor mucho mas que yo. En mi vida mortal no tuve un amor que me arrebatara mi criterio y ahora que soy más anciano, pierdo el tino y le doy el don oscuro a dos hermanos, a mi amante que no me perdonará. Tenías razón...fui perverso.-David de repente bajó la cabeza y llevó la mano al rostro, ocultado momentaneamente su expresión, la expresión en sus hermosos rasgos masculinos. Respiró varias veces, profundamente, no le gustaba perder el control delante de nadie, era de muy mala educación-Discúlpame, estoy algo sensible por la perdida de sangre y la situación, dame unos segundos-David se había guardado todo dentro, no era necesario que Julia o Vittorio lo vieran en aquel estado, era su Sire, debía ser fuerte.
David ladeó el rostro, su cuello dorado contrastaba con la impoluta camisa blanca, entrecerró sus brillantes ojos y alzó descuidamente la mano derecha y la colocó bajo la masculina barbilla, escuchando, meditando sus palabras. Armand no le reprochaba las palabras que pronunció meses atrás, cuandoDavid se creía en posesión de la verdad y renunció a sus principios por proteger a los dos hermanos, había sacrificado parte de sus creencias por amor y dolorosamente se había equivocado pero no podía volver atrás en el tiempo.
-Vittorio ahora me odia y ahora es un vampiro, mi hijo-el tono de David era algo ronco, parecia que la garganta le raspara dolorosamente-El odio de un vampiro puede durar siglos, aplasté ese amor inocente, puro que sentía por mi, le di el don oscuro para protegerlo de todo lo que está a punto de avecinarse-volvió los aureos orbes hacia el maravilloso y oscuro ser que ocupaba el otro sillón-Le amo pero entiendo su odio y me duele porque se que tiene todo el derecho del mundo a repudiarme, no volverá a dejar que lo toque...le resulta repulsiva mi presencia pero se sienta atado a mi. Vittorio a veces es un niño y otras un hombre, ahora no es ni lo uno ni lo otro, odia en lo que se ha convertido.-los dedos de David se posaron en en los antebrazos, hundiendo los dedos, posando los ojos en el dibujo de la alfombra, la caza del unicornio.-Pero quiero que sobreviva, quiero que luche por vivir...aprenderá, no lo dejaré libre hasta que crea que no intentará alguna estupidez como ponerse bajo el sol o dejarse morir de hambre.
Volvió los ojos de nuevo hacia Armand y su mirada de dulcificó-Armand, perdóname por las palabras que te dije hace tiempo, tenías razón, eres más viejo que yo y sabes del amor mucho mas que yo. En mi vida mortal no tuve un amor que me arrebatara mi criterio y ahora que soy más anciano, pierdo el tino y le doy el don oscuro a dos hermanos, a mi amante que no me perdonará. Tenías razón...fui perverso.-David de repente bajó la cabeza y llevó la mano al rostro, ocultado momentaneamente su expresión, la expresión en sus hermosos rasgos masculinos. Respiró varias veces, profundamente, no le gustaba perder el control delante de nadie, era de muy mala educación-Discúlpame, estoy algo sensible por la perdida de sangre y la situación, dame unos segundos-David se había guardado todo dentro, no era necesario que Julia o Vittorio lo vieran en aquel estado, era su Sire, debía ser fuerte.
David Talbot- Cantidad de envíos : 394
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Re: El puente de los suspiros [Privado]
¿Por que su historia era tan dolorosamente familiar? Posiblemente por que habian rasgos comunes, sentimientos que podia identificar y me remontaba a siglos atrás cuando compartia mi eternidad con el maestro que me dió la nueva vida. Pero yo lo habia deseado desde el princpio aunque puede que alguna vez se lo reprochara. Habia deseado ser inmortal pero la relacion entre maestro y alumno habia acabado por deformarse por varias circunstancias y cuando antaño nos habiamos amado con todas nuestras fuerzas (o eso queria creer), ahora ya no quedaba nada. No queria eso para David, no queria que sufriera lo que habia padecido Marius. Sabia que mi corazon era dificil de ganar y mantener, que era ácido y corrosivo y que mis propias acciones acababan por alejarme de los demas...pero Vittorio no tenia por que ser asi. Aun estabamos a tiempo de reedirigirlo por el buen camino.
Su aflicción me llevó a levantarme del sillon y caminar hasta David. Me senté en el posabrazos de su asiento y le acaricié los cabellos con suavidad mientras seguia hablando. Era la primera vez que veia a David perder el control de esa forma, llevada a la tristeza, pues ya lo habia visto mientras cazaba. Esta era otra faceta oculta del refinado y correcto caballero inglés. Me pedia perdón, pero no tenia nada por lo que perdonarle... no seria correcto reprocharle nada ahora. Podia ser dulce y zalamero, comprensivo y cariñoso...solo en ciertas ocasiones cuando me empapaba de las emociones ajenas de las cuales carecia.
Lo atraje paulatinamente hacia mi pecho abrazandolo por el cuello -No dejare que vuestra relación la destruya el odio..no quiero para vosotros lo que me ocurrió a mi...y tu lo sabes mejor que nadie David, sabes que mi existencia no ha sido un camino de rosas y sabes que he bebido de la amarga soledad en incontables ocasiones.- deposité un beso en la coronilla y a mi nariz llegaron diversos aromas, todos ellos de las presas que habia consumido recientemente -Permiteme aconsejarte David...se que temes a su repulsion pero no lo esquives ni lo evites, no te cierres..persiste, daselo todo aunque él no lo pida... es un joven que esta demasiado ligado a la vida aun en su muerte.- movi delicadamente las ebras con la barbilla y terminé por separarme al cabo de unos segundos, mas no me moví de aquel nuevo asiento.
-Mañana le prometí que iriamos de caza....pero yo me llevare a Julia y la enseñare...y tu te llevaras a Vittorio..os acercareis y persistiras...ya se cuan terco puedes ser Lord Talbot.- susurró permitiendose una pequeña sonrisa.
Su aflicción me llevó a levantarme del sillon y caminar hasta David. Me senté en el posabrazos de su asiento y le acaricié los cabellos con suavidad mientras seguia hablando. Era la primera vez que veia a David perder el control de esa forma, llevada a la tristeza, pues ya lo habia visto mientras cazaba. Esta era otra faceta oculta del refinado y correcto caballero inglés. Me pedia perdón, pero no tenia nada por lo que perdonarle... no seria correcto reprocharle nada ahora. Podia ser dulce y zalamero, comprensivo y cariñoso...solo en ciertas ocasiones cuando me empapaba de las emociones ajenas de las cuales carecia.
Lo atraje paulatinamente hacia mi pecho abrazandolo por el cuello -No dejare que vuestra relación la destruya el odio..no quiero para vosotros lo que me ocurrió a mi...y tu lo sabes mejor que nadie David, sabes que mi existencia no ha sido un camino de rosas y sabes que he bebido de la amarga soledad en incontables ocasiones.- deposité un beso en la coronilla y a mi nariz llegaron diversos aromas, todos ellos de las presas que habia consumido recientemente -Permiteme aconsejarte David...se que temes a su repulsion pero no lo esquives ni lo evites, no te cierres..persiste, daselo todo aunque él no lo pida... es un joven que esta demasiado ligado a la vida aun en su muerte.- movi delicadamente las ebras con la barbilla y terminé por separarme al cabo de unos segundos, mas no me moví de aquel nuevo asiento.
-Mañana le prometí que iriamos de caza....pero yo me llevare a Julia y la enseñare...y tu te llevaras a Vittorio..os acercareis y persistiras...ya se cuan terco puedes ser Lord Talbot.- susurró permitiendose una pequeña sonrisa.
Armand- Cantidad de envíos : 407
Fecha de inscripción : 29/11/2011
Re: El puente de los suspiros [Privado]
David se permitió respirar profundamente, algo muy humano, uno de aquellos tantos gestos que sus naturaleza vampirica no había logrado suprimir de él. Se sentía consolado por aquellas palabras, era complicada toda aquella situación y dolorosa para todos los implicados, no pudo permitirse que Julia o Vittorio lo vieran en aquel estado, suficiente era con tener que asumir su nueva naturaleza, no necesitaban más peso ni miedos, David era su sire y ellos sus retoños, los protegería fuera como fuera, sus primeros niños de la oscuridad. Alzó la vista hacia arriaba, escrutando el prístino rostro de Armand que tanto fascinación causó en Marius, hasta obcesionarlo, Marius quiso tener el compañero perfecto pero no lo logró, él tenía y no tenía a Vittorio, el caminor del amor no era un camino de rosas y menos entre vampiros. Se permitió esbozar una blanca sonria al escuchar el título nobilario que la asignaba el vampiro pelirrojo.
-Lord Talbot.-apoyó el rostro contra el muslo de Armand, cerrando los dorados-ya no tengo tierras ni mansión, todo será poseía por algún demonio o principe infernal, quien sabe, quizás Astaroth o Asmodeo.-Venecia era una especie de terreno neutral, era cierto que los vampiros eran depredadores solitarios, territoriales y pocos dados a entablar relaciones de amistad con los de sus misma especia pero también eran criaturas racionales, antiguas y eran capaces de aliarse, haciendo a un lado sus diferencias, para hacer frente a un mal comun. Pactarian con los demonios y sabía que los demonios adoraban Venecia, sus negros lujos, sus perversas fiestas y muchos nobles infernales gustaban de tener amantes vampiricos.
David se separó despacio, abriendo de nuevo sus ojos-de acuerdo, mañana por la noche saldremos de caza con los niños.-se puso en pie con elegancia, se giró y le tomó la mano derecha a Armand, se inclinó y la besó como el caballero que era, sonrió brevemente sobre el dorso de la misma, mirandolo-Gracias, Armand. Buenas noches.-se apartó, saliendo del pequeño saloncito, rumbo a la habitación donde estaba su ataúd, la noche siguiente no sería sencilla ni para Vittorio ni para él.
El día transcurrió y la noche cayó, David se despertó antes que sus neófitos, saliendo del ataúd en silencio, se duchó y peinó con aquella pulcritud habitual en él y que era parte de su encanto, peinó sus cabellos castaños con sus dedos, se vistió con un traje marron oscura, con una chaleco rojo debajo y camisa de tono ocre dorado que resaltaba más todavía sus ojos. Descendió al piso inferior, esperando a que se prensetaran Julia y Vittorio, fue hasta donde sonaba el piano, era de nuevo Armand, se aproximó por detrás de él, mirandolo y luego se acomodó a su lado, posó sus manos sobre las teclas y tocaron una partitura de Mozart a dos manos, los dedos de ambos volaban sin equivocarse, sin chocarse, los dos vampiros llenaban de melodia las paredes, los pasillos, tocaban una composición con muchos siglos pero llena todavía de vida.
-Lord Talbot.-apoyó el rostro contra el muslo de Armand, cerrando los dorados-ya no tengo tierras ni mansión, todo será poseía por algún demonio o principe infernal, quien sabe, quizás Astaroth o Asmodeo.-Venecia era una especie de terreno neutral, era cierto que los vampiros eran depredadores solitarios, territoriales y pocos dados a entablar relaciones de amistad con los de sus misma especia pero también eran criaturas racionales, antiguas y eran capaces de aliarse, haciendo a un lado sus diferencias, para hacer frente a un mal comun. Pactarian con los demonios y sabía que los demonios adoraban Venecia, sus negros lujos, sus perversas fiestas y muchos nobles infernales gustaban de tener amantes vampiricos.
David se separó despacio, abriendo de nuevo sus ojos-de acuerdo, mañana por la noche saldremos de caza con los niños.-se puso en pie con elegancia, se giró y le tomó la mano derecha a Armand, se inclinó y la besó como el caballero que era, sonrió brevemente sobre el dorso de la misma, mirandolo-Gracias, Armand. Buenas noches.-se apartó, saliendo del pequeño saloncito, rumbo a la habitación donde estaba su ataúd, la noche siguiente no sería sencilla ni para Vittorio ni para él.
El día transcurrió y la noche cayó, David se despertó antes que sus neófitos, saliendo del ataúd en silencio, se duchó y peinó con aquella pulcritud habitual en él y que era parte de su encanto, peinó sus cabellos castaños con sus dedos, se vistió con un traje marron oscura, con una chaleco rojo debajo y camisa de tono ocre dorado que resaltaba más todavía sus ojos. Descendió al piso inferior, esperando a que se prensetaran Julia y Vittorio, fue hasta donde sonaba el piano, era de nuevo Armand, se aproximó por detrás de él, mirandolo y luego se acomodó a su lado, posó sus manos sobre las teclas y tocaron una partitura de Mozart a dos manos, los dedos de ambos volaban sin equivocarse, sin chocarse, los dos vampiros llenaban de melodia las paredes, los pasillos, tocaban una composición con muchos siglos pero llena todavía de vida.
David Talbot- Cantidad de envíos : 394
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Re: El puente de los suspiros [Privado]
Permití que David buscase un minimo de tranquilidad y sosiego mientras le acariciaba los cabellos. El concepto que tenia de él habia cambiado por completo. Siempre lo habia percibido como alguien correcto, que siempre tenia un plan "b", que siempre tenia la correccion o la ultima palabra, un ser seguro de si mismo, fuerte, decidido e inteligente...pero ahora se hallaba perdido, dubitativo, triste y cansado. Queria recuperar al indomito David y con el tiempo se que volveria a ser quien fue. Todo tenia que ver con su amante, Cassel. Si el chico terminaba por sentirse medianamente feliz entonces David recuperaria un poco de ese aplomo. Lo unico que debia encontrar era algo de su nueva condicion que le resultara atractivo al. Mas la primera noche la pasarian solos, David y él. Yo me llevaria a la encantadora Julia y le enseñaria a ser la cazadora mas letal de toda Italia.
Antes de que el sol se escondiera por el horizonte yo habia despertado de mi habitual ensoñacion. Me habia ataviado con un sobrio traje y chaqueta negro y una camisa blanca ligeramente abierta asomaba por la apenas abrochada americana. Había decidido despertar a los jovenes vampiros con una dulce melodía de piano y el silencioso David se acomodó a mi lado reinventandose una melodia a cuatro manos que casaba perfectamente con mi tonada. Lo miré de reojo y sonrei -Buenas noches David.- alegué inclinando hacia adelante el rostro en señal de bienvenida.
Apenas un minuto después atraida por la musica la joven y bella Julia aparecia por el salon. Llevaba un encantador vestido color crema, ceñido hasta la cintura y suelto bajo esta. El escote insinuaba lo suficiente para salvaguardar el encanto inocente de ella y su cabello estaba lustroso, brillante y cayendo en bucles por su espalda.
-Buenos dias princesa.- me levanté para recibirla y la tomé de la mano para besarla el dorso -¿Estas preparada?.- pregunté, pero ya sabia la respuesta. Pude ver en sus ojos que lo estaba verdaderamente deseando. Me giré hacia David sonriendo satisfecho por la compañera que tenia -Si nos disculpas Talbot...al alba nos volveremos a ver. No te preocupes, esta en buenas manos.- alegué rodeandola suavemente por la cintura con un brazo. Ella se despidió y ambos caminamos hacia la salida de la mansion para comernos la noche.
Antes de que el sol se escondiera por el horizonte yo habia despertado de mi habitual ensoñacion. Me habia ataviado con un sobrio traje y chaqueta negro y una camisa blanca ligeramente abierta asomaba por la apenas abrochada americana. Había decidido despertar a los jovenes vampiros con una dulce melodía de piano y el silencioso David se acomodó a mi lado reinventandose una melodia a cuatro manos que casaba perfectamente con mi tonada. Lo miré de reojo y sonrei -Buenas noches David.- alegué inclinando hacia adelante el rostro en señal de bienvenida.
Apenas un minuto después atraida por la musica la joven y bella Julia aparecia por el salon. Llevaba un encantador vestido color crema, ceñido hasta la cintura y suelto bajo esta. El escote insinuaba lo suficiente para salvaguardar el encanto inocente de ella y su cabello estaba lustroso, brillante y cayendo en bucles por su espalda.
-Buenos dias princesa.- me levanté para recibirla y la tomé de la mano para besarla el dorso -¿Estas preparada?.- pregunté, pero ya sabia la respuesta. Pude ver en sus ojos que lo estaba verdaderamente deseando. Me giré hacia David sonriendo satisfecho por la compañera que tenia -Si nos disculpas Talbot...al alba nos volveremos a ver. No te preocupes, esta en buenas manos.- alegué rodeandola suavemente por la cintura con un brazo. Ella se despidió y ambos caminamos hacia la salida de la mansion para comernos la noche.
Armand- Cantidad de envíos : 407
Fecha de inscripción : 29/11/2011
Re: El puente de los suspiros [Privado]
Cuando entró en el salón solo estaba David. Habia sido el ultimo en levantarse de aquella breve inconsciencia y había empleado una gran tranquilidad en colocarse la ropa. Ni siquiera sabia que se habia puesto, simplemente habia cogido lo primero que habia pillado, pero el calzarse cada prenda lo habia hecho con tedio y lentitud. Unos vaqueros gastados, una camiseta de algodon azul oscura y la cazadora de cuero. Llevaba los cabellos alborotados, pero no le importaba. Avanzó con pasos lentos en dirección al vampiro, al sire, al creador y a su amante y comprobó lo radiante que estaba enfundado en aquella gama de colores textiles.
Hubiese preferido que Armand los acompañara también. El vampiro pelirrojo lo hacia parecer todo fácil y le daba palabras de aliento aun cuando ni se las pedia. Resulto ser un joven cautivador que ya habia impresionado a su hermana aun conociendolo solo de los testimonios que dejó escritos.
-Estoy preparado...cuando quieras nos vamos.- musitó con languidez desviando la mirada de sus orbes doradas hacia el instrumento en el cual estaban posadas sus manos. Suspiró largamente y se volteó caminando hacia la salida de la sala. Tenia hambre, sentia la ansiedad por la sangre coagulandose en su garganta y los colmillos tan inquietos que practicamente no podia controlarlos, pero su rostro se habia envuelto en tristeza y gelidez, una mascara fria que camuflaba sus emociones.
Hubiese preferido que Armand los acompañara también. El vampiro pelirrojo lo hacia parecer todo fácil y le daba palabras de aliento aun cuando ni se las pedia. Resulto ser un joven cautivador que ya habia impresionado a su hermana aun conociendolo solo de los testimonios que dejó escritos.
-Estoy preparado...cuando quieras nos vamos.- musitó con languidez desviando la mirada de sus orbes doradas hacia el instrumento en el cual estaban posadas sus manos. Suspiró largamente y se volteó caminando hacia la salida de la sala. Tenia hambre, sentia la ansiedad por la sangre coagulandose en su garganta y los colmillos tan inquietos que practicamente no podia controlarlos, pero su rostro se habia envuelto en tristeza y gelidez, una mascara fria que camuflaba sus emociones.
V. Cassel- Cantidad de envíos : 264
Fecha de inscripción : 23/02/2012
Localización : Los Angeles
Re: El puente de los suspiros [Privado]
Hubo un breve suspiro en el aire y David se materializó delante de Cassel, moviéndose tan rápido que era invisible a un ojo humano y una vampirico si era el vampiro era joven, poco versado en los poderes de la nueva condición inmortal de bebedor de sangre. Lo escrutó, observando su indumentaria, notaba su falta de voluntad en cada una de sus acciones, el dolor bajo el rostro que él le parecía prístino, Vittorio siempre fue muy vital, tan expresivo que no se percataba de ello, incluso ahora, esa parte de él no había muerto con el nacimiento del nosferatu, no, estaba allí todavía. David alargó las manos y comenzó a colocarle mejor la ropa, metiendo la camiseta por dentro del pantalón para empezar, el cuerpo de VIttorio se notaba duro y musculoso, recordaba perfectamente su imagen desnuda, cuando yacían los dos en la cama, un cuerpo masculino, fuerte, deseable.
-Aunque salgamos de caza no puedes salir de cualquier forma, Vittorio-David lo recriminó con suavidad, le acuchillaba dolorosamente su expresión de martirio pero no podía permitir que eso lo afectara, tenía que guiar a Vittorio en sus primeros pasos. Los dedos morenos subieron al cuello de la cazadora de cuero, la puso de forma correcta y lo miró a los ojos mientras lo hacia, aquellos verdes ojos, tan semejantes a esmeraldas, David sintió la acuciante necesidad de acercar su rostro y besarlo en la boca pasionalmente pero se contuvo, se contuvo porque sería rechazado, ahora Cassel solo deseaba comer y no sus labios precisamente. Apartó las manos y comenzó a caminar con pasos largos y elegantes-vamos, nos espera la noche.
Se adentraron en las calles de Venecia, las avenidas solo eran anchas en las zonas de las catedrades y grande edificios publicos pero Venecia en su mayoría era callejuelas con paredes de ladrillos cubiertas de rosas, canales de agua y palacios antiguos. David se colocó a su lado y le puso una mano en la cintura-yerguete, Vittorio-susurró a su oido-no camines como un vagabundo, algunas presas solo se acercaran a ti porque las encandilas pero creo que todavía no estás preparado para seducir a tu alimento, eso será más adelante cuando tu hambre sea algo menos molesto, este controlada por ti y no al contrario.
Dejó de tocarlo y David desvió sus pasos hacia una zona más oscura de la ciudad, de barrios más sucios y descuidados, donde se organizaba todo tipo de negocios, las mujeres de mala vida estaban en cada esquina y almas atormentadas buscaban una esperanza vana al sumergirse en polvo blanco. Eran mirados de reojo, sobre todo David con su aspecto elegante y distinguido.
-Atiende, Vittorio. Tu ya posees facultades que te permiten ver o sentir parte de los recuerdos o emociones de los seres humanos, usarás eso para buscar a tu presa. Como tienes tanta hambre, deberá ser un hombre grande, que te suministre una buena cantidad de sangre.-ladeó el rostro-luego, con el tiempo quziás seras más gourmet con tus presas pero de momento lo haremos así.-David entró en un callejón que apestaba y agarró a VIttorio, lo hizo saltar a un balcón que estaba a diez metros sobre la cabeza de ambos y aterrizaron con la suavidad de un gato. David se asomó y vio una traficante en el fondo de la callejuela, contando los billetes después de su último cliente, vestía de forma chillona, con ropa deportiva y era grueso, enorme.-Esa es tu presa-le susurró a Cassel-Debes ser rápido, agarralo y hunde tus colmillos, tapale la boca para evitar que grite.-su tono era de instrucctor, desapasionada, informativo, sin emociones.
-Aunque salgamos de caza no puedes salir de cualquier forma, Vittorio-David lo recriminó con suavidad, le acuchillaba dolorosamente su expresión de martirio pero no podía permitir que eso lo afectara, tenía que guiar a Vittorio en sus primeros pasos. Los dedos morenos subieron al cuello de la cazadora de cuero, la puso de forma correcta y lo miró a los ojos mientras lo hacia, aquellos verdes ojos, tan semejantes a esmeraldas, David sintió la acuciante necesidad de acercar su rostro y besarlo en la boca pasionalmente pero se contuvo, se contuvo porque sería rechazado, ahora Cassel solo deseaba comer y no sus labios precisamente. Apartó las manos y comenzó a caminar con pasos largos y elegantes-vamos, nos espera la noche.
Se adentraron en las calles de Venecia, las avenidas solo eran anchas en las zonas de las catedrades y grande edificios publicos pero Venecia en su mayoría era callejuelas con paredes de ladrillos cubiertas de rosas, canales de agua y palacios antiguos. David se colocó a su lado y le puso una mano en la cintura-yerguete, Vittorio-susurró a su oido-no camines como un vagabundo, algunas presas solo se acercaran a ti porque las encandilas pero creo que todavía no estás preparado para seducir a tu alimento, eso será más adelante cuando tu hambre sea algo menos molesto, este controlada por ti y no al contrario.
Dejó de tocarlo y David desvió sus pasos hacia una zona más oscura de la ciudad, de barrios más sucios y descuidados, donde se organizaba todo tipo de negocios, las mujeres de mala vida estaban en cada esquina y almas atormentadas buscaban una esperanza vana al sumergirse en polvo blanco. Eran mirados de reojo, sobre todo David con su aspecto elegante y distinguido.
-Atiende, Vittorio. Tu ya posees facultades que te permiten ver o sentir parte de los recuerdos o emociones de los seres humanos, usarás eso para buscar a tu presa. Como tienes tanta hambre, deberá ser un hombre grande, que te suministre una buena cantidad de sangre.-ladeó el rostro-luego, con el tiempo quziás seras más gourmet con tus presas pero de momento lo haremos así.-David entró en un callejón que apestaba y agarró a VIttorio, lo hizo saltar a un balcón que estaba a diez metros sobre la cabeza de ambos y aterrizaron con la suavidad de un gato. David se asomó y vio una traficante en el fondo de la callejuela, contando los billetes después de su último cliente, vestía de forma chillona, con ropa deportiva y era grueso, enorme.-Esa es tu presa-le susurró a Cassel-Debes ser rápido, agarralo y hunde tus colmillos, tapale la boca para evitar que grite.-su tono era de instrucctor, desapasionada, informativo, sin emociones.
David Talbot- Cantidad de envíos : 394
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Re: El puente de los suspiros [Privado]
Siguió con desanimo como su sire le colocaba las ropas. Antaño habria reido, se habrian ruborizado sus mejillas sin poder controlarlo, habria considerado ese gesto como cariñoso y le habria acariciado el rostro con sus cálidos dedos. Tan solo apretó los mortecinos puños y asintió en silencio emprendiendo el camino. Recordaba Venecia, pero no los lugubres rincones por los que deambulaban si no los amplios canales, el sol bañandole el rostro, las aguas claras rodeando la gondola, la hermosa plaza de San Marcos y el encanto romantico que poseian esos parajes de ensueño. Mientras David le enseñaba la "leccion" del buen vampiro, él se preguntó si alguna vez olvidaria la calida sensacion del sol bañando su piel. La alarma presionó su cerebro cuando David mencionó la palabra "presa". Hablaba de las vidas humanas como si fueran ciervos y ellos leones hambrientos....podria ser un simil, pero Vittorio consideraba que eso les despojaba de la condicion de seres humanos, por mucho que sus vicios hubieran sido los peores.
Quiso gritarle, pero se contuvo, el hambre y los olores que desprendian los cuerpos vivos, a rancio, a rosas, a sudor, a sangre... todo lo terminó por subyugar. Frunció el ceño, otra palabra del sire le molesto. Gourmet.... personas como comida, seres con alma, como alimento. Mordió su labio inferior y ladeó el rostro agachandolo hacia el lado derecho. Él era esto, un cazador ávido de sangre...y debia de asumirlo.
Su presa estaba frente a él, segura de si mismo, contando los billetes que habia ganado en la noche. Fisicamente habria sido dificil subyugarlo de haber sido humano, pero ya no lo era ¿Cierto?. Asi que hizo lo que David le pedia, ahora era un profesor, no su amante y él era a fuerzas, su alumno. Se concentró y buscó los pecados de aquel hombre en el caos de su cabeza, hurgó y encontro recuerdos. El hombre tenia esposa y le era infiel con otras mujeres..sin embargo vió el momento en el que se conocieran, para entonces no era tan gordo si no esbelto como un junco y con una sonrisa agradable. Vió unos retazos de su enlace matrimonial, recuerdos bonitos que impedian que sintiera ganas de atacar a su "presa"...pero con la facilidad con la cual llegaron dichos recuerdos, llegaron también otros. Era un maltratador y aunque a su mujer no le alzó la mano, la tenia aterrorizada psicologicamente y se descargaba con las putas que estaban bajo su dudosa proteccion.
Habia matado a dos hombres, rival de profesion y cliente sin banca para pagar los servicios de una de sus chicas. El método había sido limpio, balazos en la sien..pero la forma de deshacerse de los cadaveres habia sido cruel y desproporcionada. Al tipo le gustaba manejar carne muerta..¿Cuanto tardaria en descubrir que cortar carne viva era mas excitante?. Su simpatia hacia ese sujeto moria cuanto más recuerdos visionaba y entonces ya tuvo suficiente. Con determinación se acerquo a él, con tal sutileza que este no lo vió hasta que se encontraba a dos pasos de su gruesa silueta.
Se movió rapido, sus acciones fueron bruscas y al agarrarle del cuello con una mano, descargó tanta fuerza que se lo partió. Percibió como la vida se iba de los enrojecidos ojos, como el ultimo aliento escapaba...pero su sangre aún bullia, su corazón aun latia, lentamente, casi sin vida, pero latia. Aun podia atraparlo. Acercó su boca al grueso cuello del caballero y presionó con los colmillos muy lentamente. Sus pupilas estaban dilatadas y el iris se habia beteado de un rojo intenso.
Quiso gritarle, pero se contuvo, el hambre y los olores que desprendian los cuerpos vivos, a rancio, a rosas, a sudor, a sangre... todo lo terminó por subyugar. Frunció el ceño, otra palabra del sire le molesto. Gourmet.... personas como comida, seres con alma, como alimento. Mordió su labio inferior y ladeó el rostro agachandolo hacia el lado derecho. Él era esto, un cazador ávido de sangre...y debia de asumirlo.
Su presa estaba frente a él, segura de si mismo, contando los billetes que habia ganado en la noche. Fisicamente habria sido dificil subyugarlo de haber sido humano, pero ya no lo era ¿Cierto?. Asi que hizo lo que David le pedia, ahora era un profesor, no su amante y él era a fuerzas, su alumno. Se concentró y buscó los pecados de aquel hombre en el caos de su cabeza, hurgó y encontro recuerdos. El hombre tenia esposa y le era infiel con otras mujeres..sin embargo vió el momento en el que se conocieran, para entonces no era tan gordo si no esbelto como un junco y con una sonrisa agradable. Vió unos retazos de su enlace matrimonial, recuerdos bonitos que impedian que sintiera ganas de atacar a su "presa"...pero con la facilidad con la cual llegaron dichos recuerdos, llegaron también otros. Era un maltratador y aunque a su mujer no le alzó la mano, la tenia aterrorizada psicologicamente y se descargaba con las putas que estaban bajo su dudosa proteccion.
Habia matado a dos hombres, rival de profesion y cliente sin banca para pagar los servicios de una de sus chicas. El método había sido limpio, balazos en la sien..pero la forma de deshacerse de los cadaveres habia sido cruel y desproporcionada. Al tipo le gustaba manejar carne muerta..¿Cuanto tardaria en descubrir que cortar carne viva era mas excitante?. Su simpatia hacia ese sujeto moria cuanto más recuerdos visionaba y entonces ya tuvo suficiente. Con determinación se acerquo a él, con tal sutileza que este no lo vió hasta que se encontraba a dos pasos de su gruesa silueta.
Se movió rapido, sus acciones fueron bruscas y al agarrarle del cuello con una mano, descargó tanta fuerza que se lo partió. Percibió como la vida se iba de los enrojecidos ojos, como el ultimo aliento escapaba...pero su sangre aún bullia, su corazón aun latia, lentamente, casi sin vida, pero latia. Aun podia atraparlo. Acercó su boca al grueso cuello del caballero y presionó con los colmillos muy lentamente. Sus pupilas estaban dilatadas y el iris se habia beteado de un rojo intenso.
V. Cassel- Cantidad de envíos : 264
Fecha de inscripción : 23/02/2012
Localización : Los Angeles
Re: El puente de los suspiros [Privado]
David sabía que Vittorio había leido todos los libros escritos por él, todas las famosas crónicas vampiriras, aparte de relatar la vida de grandes vampiros, también se relataba los inicios, para algunos fue sencillo, un sire los guiaba, cuidaba de ellos como fue el caso de Armand pero en otros, se debía aprender simplemente por las malas, mediante error y acierto, ese fue el caso de Lestat. David gozó de la tutela del vampiro de dorados cabellos y extravagante comportamiento en las primeras horas de su nacimiento a la oscuridad, pero David controló muy bien, para asombro de Lestat, su nueva naturaleza, su nuevo cuerpo, de hecho se atrevió a cazar sin su ayuda, a alimentarse por cuenta propia. Equivocamente pensó que Cassel aplicaría todos esos conocimientos adquiridos, que tendría sensatez suficiente para saber una de las reglas principlas; no te alimentarás de los muertos.
El crujido del cuello roto por la inmensa fuerza de los dedos de Vittorio fue audible para David desde el balcón, la cabeza se balanceó como la un muñeco roto y Caseel aproximó la boca para beber de un cuello cuya sangre aunque estuviera caliente era solo animada por la sombre de un corazón que se paraba, aquello ya era carne en putrefacción. David saltó del balcón, corrió a lo largo del callejón-¡Cassel, no!-agarró el brazo del cádaver, halando bruscamente de él para arrancarselo de los brazos a su pupilo y lo lanzó lejos, se giró y lo tomó por los hombros, apretandolos-mírame.-esperó que Vittorio enfocara aquellas hermosas esmeraldas sobre su rostro, esperando que se centraba, pudo observar los blancos colmillos que asomaban sobre sus labios entreabiertos, apetitosos, turgentes, una ola de deseo inconfesable recorrió a David...lo echaba tanto de menos, los besos.
-Nunca, nunca debes alimentarte de un muerto, en su último latido te llevará con él y si eres un recien nacido con más razón, recuerda lo que la trampa que le tendió Claudia a Lestat-esperó que se calmara, viendo que jadeaba ligeramente, las pupilas dilatadas y el rostro tenso, hermoso...sí, el don oscuro le había dado más belleza a Cassel, había alisado las minusculas arrugas de la cara que habían sido visibles para Daviad, la piel blanca ahora era casi de un nacarado fantasmal, el cabellos tenía los destellos del ala de un cuervo. David alzó despacio las manos de los hombros de su compañero, acarició despacio su cuello, notando el constraste de sus dedos dorados sobre la epidermis de cisne, ascendió poco a pocos y los pulgares de ambas manos, acariciaron los labios de Vittorio-buscaremos otra presa...esta noche te saciarás...-susurró David y acercó su faz elegante, esculpida y su boca tocó apenas la de Cassel durante unos segundos, luego se apartó-busquemos.
Le cogió de la mano, entrelazando sus dedos, sacandolo con pasos apresurados del apestoso callejón. Presas como aquella había de sobra en la ciudad, pero tendría que ser poco a poco, ya había presenciado que Vittorio no se controlaba aun, David usó sus poderes mentales, tanteando, buscando una cosnciencia sucia, perversa, un agujero negro, solia ser la firma de un asesino sin escrúpulos. Lo encontró dos kilómetros más lejos de la primera muerte, en una esquina apanas iluminada, fumando un porro. David soltó la mano de Cassel y se movió con aquella velocidad que parecía hacerlo invisible. Una mano se posó en la boca del hombre, tapandoa, cuando quiso golpear a David, este le partió el brazo limpiamente, luego hizo que se arrodillara, mientras gemía de dolor, boqueando entre los dedos impasibles del vampiro, David le arranco la camiseta y le torció ligeramente la cabeza para mostrar el cuello, las venas resaltadas-ven.-le ordenó a Vittorio.
El crujido del cuello roto por la inmensa fuerza de los dedos de Vittorio fue audible para David desde el balcón, la cabeza se balanceó como la un muñeco roto y Caseel aproximó la boca para beber de un cuello cuya sangre aunque estuviera caliente era solo animada por la sombre de un corazón que se paraba, aquello ya era carne en putrefacción. David saltó del balcón, corrió a lo largo del callejón-¡Cassel, no!-agarró el brazo del cádaver, halando bruscamente de él para arrancarselo de los brazos a su pupilo y lo lanzó lejos, se giró y lo tomó por los hombros, apretandolos-mírame.-esperó que Vittorio enfocara aquellas hermosas esmeraldas sobre su rostro, esperando que se centraba, pudo observar los blancos colmillos que asomaban sobre sus labios entreabiertos, apetitosos, turgentes, una ola de deseo inconfesable recorrió a David...lo echaba tanto de menos, los besos.
-Nunca, nunca debes alimentarte de un muerto, en su último latido te llevará con él y si eres un recien nacido con más razón, recuerda lo que la trampa que le tendió Claudia a Lestat-esperó que se calmara, viendo que jadeaba ligeramente, las pupilas dilatadas y el rostro tenso, hermoso...sí, el don oscuro le había dado más belleza a Cassel, había alisado las minusculas arrugas de la cara que habían sido visibles para Daviad, la piel blanca ahora era casi de un nacarado fantasmal, el cabellos tenía los destellos del ala de un cuervo. David alzó despacio las manos de los hombros de su compañero, acarició despacio su cuello, notando el constraste de sus dedos dorados sobre la epidermis de cisne, ascendió poco a pocos y los pulgares de ambas manos, acariciaron los labios de Vittorio-buscaremos otra presa...esta noche te saciarás...-susurró David y acercó su faz elegante, esculpida y su boca tocó apenas la de Cassel durante unos segundos, luego se apartó-busquemos.
Le cogió de la mano, entrelazando sus dedos, sacandolo con pasos apresurados del apestoso callejón. Presas como aquella había de sobra en la ciudad, pero tendría que ser poco a poco, ya había presenciado que Vittorio no se controlaba aun, David usó sus poderes mentales, tanteando, buscando una cosnciencia sucia, perversa, un agujero negro, solia ser la firma de un asesino sin escrúpulos. Lo encontró dos kilómetros más lejos de la primera muerte, en una esquina apanas iluminada, fumando un porro. David soltó la mano de Cassel y se movió con aquella velocidad que parecía hacerlo invisible. Una mano se posó en la boca del hombre, tapandoa, cuando quiso golpear a David, este le partió el brazo limpiamente, luego hizo que se arrodillara, mientras gemía de dolor, boqueando entre los dedos impasibles del vampiro, David le arranco la camiseta y le torció ligeramente la cabeza para mostrar el cuello, las venas resaltadas-ven.-le ordenó a Vittorio.
David Talbot- Cantidad de envíos : 394
Fecha de inscripción : 14/02/2012
Localización : Puede que Trafalgar Square
Re: El puente de los suspiros [Privado]
Cuando David se interpuso entre el cuello del muerto y su persona Cass soltó un pequeño aullido seguido de un jadeo de sofoco. Se habia olvidado por completo de todas las lecciones que suponia ya debia de conocer. Los libros, en los tiempos en los que los vampiros no se daban a conocer al mundo, eran pura fantasia, eran ocio, se leian y se olvidaban...Cass aun cuando los vampiros caminaban entre los otros, se habia olvidado. Sentia la hiel en la garganta, un escozor al ser privado del futuro alimento, su cuerpo se habia preparado, se habia inquietado y lo habia perdido...fue la misma sensación que cuando trato de cazar una rata por primera vez. No controlaba su cuerpo ni sus otras cualidades, habia pasado varias veces mas allá de ella sin detenerse.
Sus ojos miraron, velados y ligeramente brillos, como dos faros amenazadores e incandescentes en la oscuridad. David le reprendia y le tocaba con ternura y pavor, Cass no sabia como responder en dicho momento, queria sangre, queria mucha sangre...queria beber de los pecados de los mortales, hacer ese tipo de justicia idilica que tanto practicaban los vampiros. Quizas así se sentiria mejor, quizás asi se comprenderia mejor.
Por un momento sus piernas estaban reticentes a coordinarse, parecia borracho, ebrio de algo que aun no habia probado. Apretó la mano en torno a David hasta que este buscó otra presa adecuada y contuvo el tambaleo irguiendose con toda la elegancia que encontró. Cuando Talbot se desprendió de su lado el aguardó, aunque inquieto y a su llamado acudió. Se acercó despacio con la respiración desbocada y los labios entreabiertos de donde asomaban los puntiagudos y pequeños colmillos. Hasta ahora no se habia percatado, era necesario vivirlo desde este lado, David tendria que haber aplicado un gran autocontral cuando ambos se encontraban en la cama enlazados como si fueran uno. En cualquier momento el vampiro podria rasgado como a una hoja de papel...¿Llegaria él a tal tipo de sutileza?.
La vena latia, palpitando monstruosamente, invitandolo a comenzar el festín y Cass no puso demasiadas trabas morales, no ahora que su cuerpo practicamente se lo exigia. Se inclinó sobre el cuello, olia a marihuana y a colonia barata, pero también apreciaba el olor de la sangre, el que se desprendia de la piel, de su cuerpo. Le costaba ver al individuo como un alma y no como un animal, una presa..y pensar que antes se habia cabreado con David por como llamaba a los futuros cadaveres.
Alzó el rostro buscando la mirada de su sire, los ojos dorados como dos pepitas de puro oro y entonces procedió a sumergirse dentro del malhechor a traves de la succión de su sangre. El primer sorbo fue miel recien extraida del panal, fue el sabor de un vino de alta calidad, un chocolate muy puro y delicioso, nectar de sibaritas...cosas que le resultaban deliciosas, le producia la misma sensación. Asi que bebio mientras jadeaba, mientras su cuerpo robaba el calor del contrario y sus mejillas se volvian mas calidas, su piel cobraba mas color, sus mejillas se enrojecian suavemente. Bebió sin prestar atención a los pecados del futuro cadaver. Bebió sin mas pensamiento que el de beber, nutrirse, experimentar el placer y el gozo. Bebió tanto que sintió un cosquilleo en la entrepierna y cuando se palpó la encontró de lo mas rigida y entonces David consideró que era suficiente apartó a la presa de su boca. Habia percibido como el ritmo de los latidos decrecia hasta sonar casi extinto...si no podia beber de los muertos por hecho daba que tampoco podia beber hasta matarlos.
Apoyó la espalda en la pared y la cabeza también, exhalando, con ojos cerrados y labios entreabiertos, enrojecidos por la vida que habia robado. Bajó una mano por su vientre, acariciandolo en un ronroneo, bajando hasta su entrepierna por debajo del pantalón. Parecia que habia bebido un orgasmo liquido y cada fibra de su ser reconocia la sensacion y la multiplicaba por mil.
Sus ojos miraron, velados y ligeramente brillos, como dos faros amenazadores e incandescentes en la oscuridad. David le reprendia y le tocaba con ternura y pavor, Cass no sabia como responder en dicho momento, queria sangre, queria mucha sangre...queria beber de los pecados de los mortales, hacer ese tipo de justicia idilica que tanto practicaban los vampiros. Quizas así se sentiria mejor, quizás asi se comprenderia mejor.
Por un momento sus piernas estaban reticentes a coordinarse, parecia borracho, ebrio de algo que aun no habia probado. Apretó la mano en torno a David hasta que este buscó otra presa adecuada y contuvo el tambaleo irguiendose con toda la elegancia que encontró. Cuando Talbot se desprendió de su lado el aguardó, aunque inquieto y a su llamado acudió. Se acercó despacio con la respiración desbocada y los labios entreabiertos de donde asomaban los puntiagudos y pequeños colmillos. Hasta ahora no se habia percatado, era necesario vivirlo desde este lado, David tendria que haber aplicado un gran autocontral cuando ambos se encontraban en la cama enlazados como si fueran uno. En cualquier momento el vampiro podria rasgado como a una hoja de papel...¿Llegaria él a tal tipo de sutileza?.
La vena latia, palpitando monstruosamente, invitandolo a comenzar el festín y Cass no puso demasiadas trabas morales, no ahora que su cuerpo practicamente se lo exigia. Se inclinó sobre el cuello, olia a marihuana y a colonia barata, pero también apreciaba el olor de la sangre, el que se desprendia de la piel, de su cuerpo. Le costaba ver al individuo como un alma y no como un animal, una presa..y pensar que antes se habia cabreado con David por como llamaba a los futuros cadaveres.
Alzó el rostro buscando la mirada de su sire, los ojos dorados como dos pepitas de puro oro y entonces procedió a sumergirse dentro del malhechor a traves de la succión de su sangre. El primer sorbo fue miel recien extraida del panal, fue el sabor de un vino de alta calidad, un chocolate muy puro y delicioso, nectar de sibaritas...cosas que le resultaban deliciosas, le producia la misma sensación. Asi que bebio mientras jadeaba, mientras su cuerpo robaba el calor del contrario y sus mejillas se volvian mas calidas, su piel cobraba mas color, sus mejillas se enrojecian suavemente. Bebió sin prestar atención a los pecados del futuro cadaver. Bebió sin mas pensamiento que el de beber, nutrirse, experimentar el placer y el gozo. Bebió tanto que sintió un cosquilleo en la entrepierna y cuando se palpó la encontró de lo mas rigida y entonces David consideró que era suficiente apartó a la presa de su boca. Habia percibido como el ritmo de los latidos decrecia hasta sonar casi extinto...si no podia beber de los muertos por hecho daba que tampoco podia beber hasta matarlos.
Apoyó la espalda en la pared y la cabeza también, exhalando, con ojos cerrados y labios entreabiertos, enrojecidos por la vida que habia robado. Bajó una mano por su vientre, acariciandolo en un ronroneo, bajando hasta su entrepierna por debajo del pantalón. Parecia que habia bebido un orgasmo liquido y cada fibra de su ser reconocia la sensacion y la multiplicaba por mil.
V. Cassel- Cantidad de envíos : 264
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