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Puto cuerpo humano -privado-
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Puto cuerpo humano -privado-
Se hizo un bollito contra un muro... o bueno, lo que quedaba de un muro, en la playa. No estaba convencida de que si había sido buena idea ir ahí teniendo en cuenta el frío que hacía y la poca ropa que llevaba... aunque el viento frío ayudaba un poco a disminuir las oleadas de nauseas.
Soltó un gruñido antes de cagarse mentalmente en todos los muertos... y los vivos también, y ya de paso en los dioses, semidioses, santos, no tan santos y cualquier otro bicho viviente que se le viniera a la cabeza, ignorando olímpicamente la vocecita de Kitty diciendo que "en realidad no servía de nada que se cagara en todos porque 1º que la idea de tragarse los 3 kg de chocolate, más los dulces y el café había sido de ellas, 2º que las dos sabían que deberían haber dormido un poco esos últimos días, 3º que ella (Kitty) le había dicho que bañarse en aquel lago no era buena idea porque hacía mucho frío (lo cual era una mentira monumental porque había sido Kitty quien insistió en que "la pureza del lago y el no sé qué del bosque y los espíritus y blablabla"), y 4º.... eran muchas personas y no les iba a alcanzar la mierda.
Gimió lastimeramente ante la sarta de boludeces que le soltó su otro yo (aunque la última le había hecho algo de gracia), y porque de nuevo estaba luchando por contener las arcadas, cuando sintió una risita burlona del tipo que generalmente significaban problemas. Fulminó con la mirada al infeliz que venía a joderla solo para darse cuenta de que a falta de uno iba a tener que lidiar con 5 y que definitivamente no tenía ganas de mover un puto dedo para romperles el culo a todos. Como si fuera a servir de algo en su estado actual...
Tomó una bocanada de aire antes de apoyarse en la pared para ponerse en pie, preguntándose como coño iba a arreglárselas ya que era obvio que esos tipos no querían nada bueno.
Soltó un gruñido antes de cagarse mentalmente en todos los muertos... y los vivos también, y ya de paso en los dioses, semidioses, santos, no tan santos y cualquier otro bicho viviente que se le viniera a la cabeza, ignorando olímpicamente la vocecita de Kitty diciendo que "en realidad no servía de nada que se cagara en todos porque 1º que la idea de tragarse los 3 kg de chocolate, más los dulces y el café había sido de ellas, 2º que las dos sabían que deberían haber dormido un poco esos últimos días, 3º que ella (Kitty) le había dicho que bañarse en aquel lago no era buena idea porque hacía mucho frío (lo cual era una mentira monumental porque había sido Kitty quien insistió en que "la pureza del lago y el no sé qué del bosque y los espíritus y blablabla"), y 4º.... eran muchas personas y no les iba a alcanzar la mierda.
Gimió lastimeramente ante la sarta de boludeces que le soltó su otro yo (aunque la última le había hecho algo de gracia), y porque de nuevo estaba luchando por contener las arcadas, cuando sintió una risita burlona del tipo que generalmente significaban problemas. Fulminó con la mirada al infeliz que venía a joderla solo para darse cuenta de que a falta de uno iba a tener que lidiar con 5 y que definitivamente no tenía ganas de mover un puto dedo para romperles el culo a todos. Como si fuera a servir de algo en su estado actual...
Tomó una bocanada de aire antes de apoyarse en la pared para ponerse en pie, preguntándose como coño iba a arreglárselas ya que era obvio que esos tipos no querían nada bueno.
Yoko Kitty- Edad : 27
Cantidad de envíos : 571
Fecha de inscripción : 26/11/2011
Re: Puto cuerpo humano -privado-
Le agradaba pasear por la playa a pesar del enorme frío que hacía. El viento enredaba sus largos rizos dorados pero eso a Kanade no le importaba; su vista permanecía fija en las altas y peligrosas olas que rompían con fuerza en la arena, en el sonido furioso del mar aquella tarde de invierno. En el cielo, las nubes de un tono grisáceo anunciaban una próxima lluvia, pero el joven nipón estaba bien preparado.
Vestía unos pantalones de cuero y una camiseta negra con el logo de su propia banda, y sobre ésto, un largo abrigo impermeable en caso de lluvia. Su cuello estaba cubierto por una gruesa bufanda y sus manos por guantes de lana, aunque éstos no impedían la aguda frialdad de sus largos y finos dedos. Y por último, sus habituales terraplenes que como siempre, le conferían varios centímetros de más a su estilizada figura.
Luego de un largo rato de caminar por el borde costero, decidió regresar al pavimento de la ciudad y más aún, deseaba volver a la calidez que brindaba la chimenea de su hotel, o la estufa de su cuarto. Sentía la presión bastante baja y no quería resfriarse nuevamente y mucho menos cuando pronto debería volver a los escenarios. Con las manos en los bolsillos de su abrigo regresó sobre sus pasos, con los pensamientos en el aire y más concretamente, en una pequeña figura pelirroja que no podía quitar de su mente.
En aquel momento, se detuvo. Había escuchado una risa que le hizo fruncir el ceño y, al buscar con la vista la procedencia de ésta, logró ver a cinco hombres rodeando a una muchacha, todos mal vestidos, todos con malas intenciones que comentaban entre risas. No parecía una buena situación pero tampoco, el joven podía seguir caminando tranquilamente, ya que su consciencia no lo permitía ni tampoco su moral. Maldijo en voz baja el no llevar con él su katana, y con la vista, buscó algo que le sirviera de apoyo, encontrando una larga vara de madera en la arena.
Alzó la vista justo para ver cómo uno de los sujetos le ponía una mano encima a la chica, tirándola con rudeza al suelo. La roja cabellera de ella le recordaban a quien le quitaba el sueño por las noches y, sin medir las consecuencias e ignorando el hecho de que a diario muchas personas eran asesinadas, violadas e incluso torturadas, decidió interferir.
-Hey, ¿no han considerado meterse con alguien de su tamaño? -Les preguntó en voz alta y con gesto arrogante, jugueteando con la vara de madera entre sus manos-. ¿O es su cobardía tan grande que no encuentran anda mejor que abusar de una mujer indefensa? -Los tipos le miraron de arriba a abajo y rieron con sorna, provocados por sus palabras. Dos se le acercaron sacando sus navajas, pero no contaban con las habilidades del japonés, quien dominaba más de un arte marcial.
En cuestión de segundos, los dos hombres estaban en el suelo, aturdidos, mientras que Kanade sonreía de lado a los otros tres que le observaban con furia. Aquella vara le había sido de bastante utilidad a decir verdad, y aquel breve enfrentamiento apartó el frío sustituyéndolo por adrenalina.
Vestía unos pantalones de cuero y una camiseta negra con el logo de su propia banda, y sobre ésto, un largo abrigo impermeable en caso de lluvia. Su cuello estaba cubierto por una gruesa bufanda y sus manos por guantes de lana, aunque éstos no impedían la aguda frialdad de sus largos y finos dedos. Y por último, sus habituales terraplenes que como siempre, le conferían varios centímetros de más a su estilizada figura.
Luego de un largo rato de caminar por el borde costero, decidió regresar al pavimento de la ciudad y más aún, deseaba volver a la calidez que brindaba la chimenea de su hotel, o la estufa de su cuarto. Sentía la presión bastante baja y no quería resfriarse nuevamente y mucho menos cuando pronto debería volver a los escenarios. Con las manos en los bolsillos de su abrigo regresó sobre sus pasos, con los pensamientos en el aire y más concretamente, en una pequeña figura pelirroja que no podía quitar de su mente.
En aquel momento, se detuvo. Había escuchado una risa que le hizo fruncir el ceño y, al buscar con la vista la procedencia de ésta, logró ver a cinco hombres rodeando a una muchacha, todos mal vestidos, todos con malas intenciones que comentaban entre risas. No parecía una buena situación pero tampoco, el joven podía seguir caminando tranquilamente, ya que su consciencia no lo permitía ni tampoco su moral. Maldijo en voz baja el no llevar con él su katana, y con la vista, buscó algo que le sirviera de apoyo, encontrando una larga vara de madera en la arena.
Alzó la vista justo para ver cómo uno de los sujetos le ponía una mano encima a la chica, tirándola con rudeza al suelo. La roja cabellera de ella le recordaban a quien le quitaba el sueño por las noches y, sin medir las consecuencias e ignorando el hecho de que a diario muchas personas eran asesinadas, violadas e incluso torturadas, decidió interferir.
-Hey, ¿no han considerado meterse con alguien de su tamaño? -Les preguntó en voz alta y con gesto arrogante, jugueteando con la vara de madera entre sus manos-. ¿O es su cobardía tan grande que no encuentran anda mejor que abusar de una mujer indefensa? -Los tipos le miraron de arriba a abajo y rieron con sorna, provocados por sus palabras. Dos se le acercaron sacando sus navajas, pero no contaban con las habilidades del japonés, quien dominaba más de un arte marcial.
En cuestión de segundos, los dos hombres estaban en el suelo, aturdidos, mientras que Kanade sonreía de lado a los otros tres que le observaban con furia. Aquella vara le había sido de bastante utilidad a decir verdad, y aquel breve enfrentamiento apartó el frío sustituyéndolo por adrenalina.
Kanade Yuji- Cantidad de envíos : 472
Fecha de inscripción : 06/12/2012
Re: Puto cuerpo humano -privado-
Su intento por mantener medianamente intacto el orgullo se fue a la mierda en cuanto uno de los infelices logró tirarla al suelo apenas de un empujóncito que no era nada comparado a lo que estaba acostumbrada. Soltó una palabrota antes de ver sorprendida como un tipo rubio y aaaaaalto se metía para... defenderla. No supo si agradecerle o gritarle que ella sabía defenderse muy bien sola, y que si estaba en el piso ahora era porque se le antojaba (aunque eso último no fuera del todo cierto).
Luchó para ponerse de pie, aprovechando que los 5 tipos estaban distraídos, porque luego de echarle un vistazo al rubio se dio cuenta de que parecía una de esas personas forradas en dinero y no estaba muy segura de quien terminaría defendiendo a quien. Pero al final se quedó bastante sorprendida, y por lo que veía no era la única, en cuanto el rubio demostró que era capaz de romperles el orto a los hijos de la gran puta que andaban jodiendo, y más también.
Eso no quería decir que su orgullo fuera a dejar que otro la defendiera así tan tranquilo. Total, las arcadas se le habían pasado... más o menos, y no estaba escrito en ningún lado que una no podía molerse a golpes con alguien cuando se le nublaba la vista, al contrario! tenía oportunidad de mostrar también que tan buena era... y de paso ver cuanto aguantaba sin desmayarse.
Tacleó al que tenía más cerca, derribándolo probablemente porque tenía de su lado el elemento sorpresa, y en cuanto lo tuvo en el piso comenzó a partirle la cara a puñetazos, centrándose lo más posible en su nariz y viendo si podía bajarle más dientes que al último infeliz con el que se había cagado a golpes.
-El rubio tiene razón! cómo se atreven a meterse con una pobre niñita indefensa como yo, eh? cómo? cómo?! malditos hijos de puta y la reconcha de su madre!!!- gritaba solo por hacer un poco de drama a medida que repartía golpes y medio esquivaba los que venían de regreso, lástima que uno de los amiguitos no tardó en agarrarla desde atrás, sosteniéndola mientras el tipo al que golpeaba se ponía de pie.
Echó un vistazo al rubio y vio que tenía al tercer tipo amenazándolo con una navaja- rubio!!!! metesela en el culo y hacele molinete!!!!- gritó forcejeando para que el idiota que tenía detras suyo la soltar y queriendo patear al que venía de frente diciendo no sé que mierdas sobre lo bien que la iban a pasar con ella al mismo tiempo.
Luchó para ponerse de pie, aprovechando que los 5 tipos estaban distraídos, porque luego de echarle un vistazo al rubio se dio cuenta de que parecía una de esas personas forradas en dinero y no estaba muy segura de quien terminaría defendiendo a quien. Pero al final se quedó bastante sorprendida, y por lo que veía no era la única, en cuanto el rubio demostró que era capaz de romperles el orto a los hijos de la gran puta que andaban jodiendo, y más también.
Eso no quería decir que su orgullo fuera a dejar que otro la defendiera así tan tranquilo. Total, las arcadas se le habían pasado... más o menos, y no estaba escrito en ningún lado que una no podía molerse a golpes con alguien cuando se le nublaba la vista, al contrario! tenía oportunidad de mostrar también que tan buena era... y de paso ver cuanto aguantaba sin desmayarse.
Tacleó al que tenía más cerca, derribándolo probablemente porque tenía de su lado el elemento sorpresa, y en cuanto lo tuvo en el piso comenzó a partirle la cara a puñetazos, centrándose lo más posible en su nariz y viendo si podía bajarle más dientes que al último infeliz con el que se había cagado a golpes.
-El rubio tiene razón! cómo se atreven a meterse con una pobre niñita indefensa como yo, eh? cómo? cómo?! malditos hijos de puta y la reconcha de su madre!!!- gritaba solo por hacer un poco de drama a medida que repartía golpes y medio esquivaba los que venían de regreso, lástima que uno de los amiguitos no tardó en agarrarla desde atrás, sosteniéndola mientras el tipo al que golpeaba se ponía de pie.
Echó un vistazo al rubio y vio que tenía al tercer tipo amenazándolo con una navaja- rubio!!!! metesela en el culo y hacele molinete!!!!- gritó forcejeando para que el idiota que tenía detras suyo la soltar y queriendo patear al que venía de frente diciendo no sé que mierdas sobre lo bien que la iban a pasar con ella al mismo tiempo.
Yoko Kitty- Edad : 27
Cantidad de envíos : 571
Fecha de inscripción : 26/11/2011
Re: Puto cuerpo humano -privado-
Su rostro reflejó perplejidad cuando uno de los tipos cayó, con la joven pelirroja sobre él. Aunque más perplejidad reflejó aún cuando ella lanzó aquella ronda de insultos y palabrotas que Kanade nunca había escuchado antes de los labios de una mujer. Y aquella distracción, lamentablemente, fue suficiente para que uno de los sujetos, quien sostenía una navaja afilada, se abalanzara sobre él y le tumbara.
Ambos hombres forcejearon en la arena unos momentos hasta que el tipo desconocido consiguió liberarse y atacarle con la navaja... dejándole un enorme y feo corte en su mejilla derecha. La sangre manchó rápidamente su piel, y Kanade, sorprendido, pudo sentir la calidez de su propia sangre y el ardor del corte en su mejilla. El tipo rió complacido y fue a cortar nuevamente su rostro, pero no contaba con que el cantante fuera un superficial de primera. Lo había hecho enfadar bastante.
Con un fuerte golpe, Kanade se libró del peso del bandido y, cogiendo nuevamente la vara, le propinó una paliza tal que le dejó sin conocimiento sobre la arena. Luego, enfadado aún y herido en su orgullo, se limpió la sangre del rostro con su mano enguantada y se dirigió a los dos que quedaban y que intentaban desnudar a la chica, quien pataleaba y seguía gritando sin parar.
Agarró al primer sujeto por la espalda y lo apartó de ella, empujándole. Rápidamente consiguió tumbarlo, apenas bastaron un par de patadas en la cabeza y algunos golpes con la vara de madera. Ahora que sólo quedaba uno, el joven oriental sonrió de lado con malicia. Nadie tocaba su rostro, ¡lo consideraba casi sagrado! Su apariencia perfecta era su mayor tesoro, y aquel corte que atravesaba su mejilla y que no dejaba de sangrar le había herido el orgullo terriblemente.
-Monsieur... le sugiero correr -dijo con voz ronca y amenazante, soltando la vara y dejándola caer sobre la arena. Dio un par de pasos hacia el tipo, quien tiró a la chica al suelo, intimidado, y se alejó corriendo del lugar. El cantante se acercó entonces a la chica, agachándose frente a ella y tendiéndole la mano-. ¿Te encuentras bien?
Ambos hombres forcejearon en la arena unos momentos hasta que el tipo desconocido consiguió liberarse y atacarle con la navaja... dejándole un enorme y feo corte en su mejilla derecha. La sangre manchó rápidamente su piel, y Kanade, sorprendido, pudo sentir la calidez de su propia sangre y el ardor del corte en su mejilla. El tipo rió complacido y fue a cortar nuevamente su rostro, pero no contaba con que el cantante fuera un superficial de primera. Lo había hecho enfadar bastante.
Con un fuerte golpe, Kanade se libró del peso del bandido y, cogiendo nuevamente la vara, le propinó una paliza tal que le dejó sin conocimiento sobre la arena. Luego, enfadado aún y herido en su orgullo, se limpió la sangre del rostro con su mano enguantada y se dirigió a los dos que quedaban y que intentaban desnudar a la chica, quien pataleaba y seguía gritando sin parar.
Agarró al primer sujeto por la espalda y lo apartó de ella, empujándole. Rápidamente consiguió tumbarlo, apenas bastaron un par de patadas en la cabeza y algunos golpes con la vara de madera. Ahora que sólo quedaba uno, el joven oriental sonrió de lado con malicia. Nadie tocaba su rostro, ¡lo consideraba casi sagrado! Su apariencia perfecta era su mayor tesoro, y aquel corte que atravesaba su mejilla y que no dejaba de sangrar le había herido el orgullo terriblemente.
-Monsieur... le sugiero correr -dijo con voz ronca y amenazante, soltando la vara y dejándola caer sobre la arena. Dio un par de pasos hacia el tipo, quien tiró a la chica al suelo, intimidado, y se alejó corriendo del lugar. El cantante se acercó entonces a la chica, agachándose frente a ella y tendiéndole la mano-. ¿Te encuentras bien?
Kanade Yuji- Cantidad de envíos : 472
Fecha de inscripción : 06/12/2012
Re: Puto cuerpo humano -privado-
Yoko dejó de prestarle atención al rubio en cuanto sintió que tenía al infeliz que había estado golpeando anteriormente lo suficientemente cerca como para patearlo, intentando así desequilibrar al que la mantenía agarrada por la espalda, pero su malestar decidió atacar al mismo tiempo haciendo que sus movimientos fuesen más lentos y que el hijo de puta atrapara sus piernas antes de que estas lograran hacerle daño.
Tomó una bocanada de aire intentando calmar las arcadas y al mismo tiempo evitar que los tipos le quitaran la ropa, el rubio parecía defenderse bien aunque en ese momento no podía siquiera echarle un vistazo, pero de todas formas tampoco podía dejarle todo el trabajo a él. Si no fuera porque evidentemente tenía la presión por el suelo o... lo que fuera que la hiciera sentirse como si en cualquier momento fuera a desmayarse, y al mismo tiempo escupir el estómago y los intestinos por la boca, podría partirle todos los putos huesos a esos dos como quería. Eso si, la satisfacción de vomitarle encima a cualquiera de los dos que la jodían si se acercaban de más, no se la iba a sacar ni Dios.
La pelirroja se retorció y soltó cuanto insulto le venía a la mente en su lucha por librarse de esos dos, o al menos hacerles la mayor cantidad de daño posible antes de "morirse". Casi dio gracias al cielo cuando el que intentaba quitarle la ropa fue cagado a golpes por el rubio, aprovechó esto para darle un codazo al que tenía detrás pero al parecer no sirvió de muco porque lo único que consiguió fue una carcajada como respuesta. Definitivamente era una mierda sentirse enfermo, sobre todo cuando lo que más enfermo sentía era el orgullo por no ser capaz de dar un puto golpe de manera decente.
Soltó un gruñido al caer al suelo, de haber podido habría corrido al hombre para arrancarle las pelotas con sus propias manos, pero terminar doblada escupiendo las tripas por eso no valía la pena...
Asintió con la cabeza hacía donde creía que estaba el rubio-sip, gracias por darme una mano- sonrió levemente sabiendo que debería ponerse de pie, pero no muy segura con la idea. Sospechaba que terminaría besando el suelo si lo intentaba... además la arena se sentía bonita en ese momento, por no decir que todavía estaba conteniendo arcadas.
Tomó una bocanada de aire intentando calmar las arcadas y al mismo tiempo evitar que los tipos le quitaran la ropa, el rubio parecía defenderse bien aunque en ese momento no podía siquiera echarle un vistazo, pero de todas formas tampoco podía dejarle todo el trabajo a él. Si no fuera porque evidentemente tenía la presión por el suelo o... lo que fuera que la hiciera sentirse como si en cualquier momento fuera a desmayarse, y al mismo tiempo escupir el estómago y los intestinos por la boca, podría partirle todos los putos huesos a esos dos como quería. Eso si, la satisfacción de vomitarle encima a cualquiera de los dos que la jodían si se acercaban de más, no se la iba a sacar ni Dios.
La pelirroja se retorció y soltó cuanto insulto le venía a la mente en su lucha por librarse de esos dos, o al menos hacerles la mayor cantidad de daño posible antes de "morirse". Casi dio gracias al cielo cuando el que intentaba quitarle la ropa fue cagado a golpes por el rubio, aprovechó esto para darle un codazo al que tenía detrás pero al parecer no sirvió de muco porque lo único que consiguió fue una carcajada como respuesta. Definitivamente era una mierda sentirse enfermo, sobre todo cuando lo que más enfermo sentía era el orgullo por no ser capaz de dar un puto golpe de manera decente.
Soltó un gruñido al caer al suelo, de haber podido habría corrido al hombre para arrancarle las pelotas con sus propias manos, pero terminar doblada escupiendo las tripas por eso no valía la pena...
Asintió con la cabeza hacía donde creía que estaba el rubio-sip, gracias por darme una mano- sonrió levemente sabiendo que debería ponerse de pie, pero no muy segura con la idea. Sospechaba que terminaría besando el suelo si lo intentaba... además la arena se sentía bonita en ese momento, por no decir que todavía estaba conteniendo arcadas.
Yoko Kitty- Edad : 27
Cantidad de envíos : 571
Fecha de inscripción : 26/11/2011
Re: Puto cuerpo humano -privado-
La chica parecía encontrarse mal y no sólo por los forcejones y golpes que había recibido de aquellos tipos. Kanade liberó un suspiro y posó sus manos delicadamente sobre los hombros de ella, haciéndola que se recostara bien sobre la arena temiendo que en cualquier momento se desmayara.
-Tranquila, cherie. Será mejor que te recuestes un rato -susurró con voz suave, notando cómo algunas gotitas de sangre caían sobre el rostro de ella. Se llevó de inmediato la mano enguantada a la mejilla y al retirarla, notó la lana de su guante teñida totalmente de rojo. Un tanto afligido -bueno, bastante aunque sabía disimularlo bien-, se quitó los guantes dejando ver sus blancas manos y volvió su atención a la muchacha-. Llamaré a un taxi para llevarla a casa, ¿vale?
Tan pronto como dijo eso buscó su teléfono en sus bolsillos y marcó a su chófer, quien no debería estar demasiado lejos. Le indicó que pasara a buscarle lo más pronto posible y tras colgar, buscó su pañuelo de blanca seda y lo pasó por el rostro de la muchacha, limpiándolo de la sangre y la arena que ensuciaba sus mejillas y frente. Se sorprendió al descubrirse pensando en que ella era muy bella y a la vez muy joven, y sus cabellos pelirrojos no dejaba de asociarlos con una versión femenina de aquel vampiro de rostro por siempre aniñado que había conocido escasas noches atrás.
- ¿Se siente muy mal? Ahora está a salvo. Dígame dónde le duele... -susurraba con la voz más suave que podía para evitar asustarla, torciendo el gesto ligeramente cada que el viento soplaba demasiado fuerte y le hacía escocer la mejilla. Le preocupaba que saliera tanta sangre, ¿habría sido tan profundo el corte? Pero más aún, le preocupaba la cicatriz que le dejaría. Se consoló pensando que era mejor así, al menos a la muchacha no le habían hecho ningún daño similar y sólo estaba agotada y adolorida.
-Tranquila, cherie. Será mejor que te recuestes un rato -susurró con voz suave, notando cómo algunas gotitas de sangre caían sobre el rostro de ella. Se llevó de inmediato la mano enguantada a la mejilla y al retirarla, notó la lana de su guante teñida totalmente de rojo. Un tanto afligido -bueno, bastante aunque sabía disimularlo bien-, se quitó los guantes dejando ver sus blancas manos y volvió su atención a la muchacha-. Llamaré a un taxi para llevarla a casa, ¿vale?
Tan pronto como dijo eso buscó su teléfono en sus bolsillos y marcó a su chófer, quien no debería estar demasiado lejos. Le indicó que pasara a buscarle lo más pronto posible y tras colgar, buscó su pañuelo de blanca seda y lo pasó por el rostro de la muchacha, limpiándolo de la sangre y la arena que ensuciaba sus mejillas y frente. Se sorprendió al descubrirse pensando en que ella era muy bella y a la vez muy joven, y sus cabellos pelirrojos no dejaba de asociarlos con una versión femenina de aquel vampiro de rostro por siempre aniñado que había conocido escasas noches atrás.
- ¿Se siente muy mal? Ahora está a salvo. Dígame dónde le duele... -susurraba con la voz más suave que podía para evitar asustarla, torciendo el gesto ligeramente cada que el viento soplaba demasiado fuerte y le hacía escocer la mejilla. Le preocupaba que saliera tanta sangre, ¿habría sido tan profundo el corte? Pero más aún, le preocupaba la cicatriz que le dejaría. Se consoló pensando que era mejor así, al menos a la muchacha no le habían hecho ningún daño similar y sólo estaba agotada y adolorida.
Kanade Yuji- Cantidad de envíos : 472
Fecha de inscripción : 06/12/2012
Re: Puto cuerpo humano -privado-
Ugh... se sentía como un pedazo de mierda aplastada contra el asfalto, o peor. Había llegado al punto en que definitivamente mataría por meterse en su auto-casa, un armario o cualquier otro agujero donde pudiera hacerse un bollito y "morirse" hasta que pudiera revivir. Eso o conseguir más chocolates y suicidarse de una vez.
Yoko frunció un poco el ceño cuando sintió los brazos del rubio empujándola hasta dejarla recostada a pesar de que intento en vano impedirlo, logrando que soltara un suspiro resignado y, por qué no, algo frustrado.
-Pero estoy bien...- murmuró porque su orgullo se negaba a quedarse en silencio, a pesar de que estaba a nada de hacerse un bollito y comenzar a mariconear como bebé.
Dejó a un lado los pensamientos al sentir varias gotitas cayendo en su rostro, haciendo que su vista nublada fuera a parar a la mejilla sangrante del chico que la había salvado e intentara sentarse de nuevo- te lastimaron... por ayudarme- murmuro sintiéndose un poco culpable. En otra situación probablemente habría felicitado al chico por conseguir un "trofeo de guerra", pero ahora mismo sus neuronas estaban demasiado ocupadas manteniéndola medianamente como persona más que como piltrafa humana.
Yoko negó con la cabeza-no tienes que llamar a nadie, ya hiciste bastante- intentó persuadirlo aunque ya era demasiado tarde.
El rubio la mareaba con la forma en que la trataba, ni siquiera su propia madre la había tratado como si fuese de cristal o algo así con ella, a pesar de que definitivamente la amaba. Pero él no, ese rubio parecía de verdad creer que se iba a romper si era apenas un poco más brusco.
-Soy Yoko, no seas tan formal... me pone nerviosa, y me siento vieja- soltó antes de siquiera pensar una respuesta a lo que él preguntaba. Lo curioso era que a pesar de no estar acostumbrada a ese tipo de trato tan... tan... iug! en ese momento no le disgustaba tanto como lo haría si estuviese perfectamente. Incluso le faltaba poco para meterse entre sus brazos a pedir mimos aunque apenas lo conocía. - Y... estoy bien, solo... me pasé un poco con los chocolates... me duele un poco el estómago, nada más- hizo un gesto con la mano quitándole importancia al asunto, e ignorando el hecho de que su voz la delataba.
Yoko frunció un poco el ceño cuando sintió los brazos del rubio empujándola hasta dejarla recostada a pesar de que intento en vano impedirlo, logrando que soltara un suspiro resignado y, por qué no, algo frustrado.
-Pero estoy bien...- murmuró porque su orgullo se negaba a quedarse en silencio, a pesar de que estaba a nada de hacerse un bollito y comenzar a mariconear como bebé.
Dejó a un lado los pensamientos al sentir varias gotitas cayendo en su rostro, haciendo que su vista nublada fuera a parar a la mejilla sangrante del chico que la había salvado e intentara sentarse de nuevo- te lastimaron... por ayudarme- murmuro sintiéndose un poco culpable. En otra situación probablemente habría felicitado al chico por conseguir un "trofeo de guerra", pero ahora mismo sus neuronas estaban demasiado ocupadas manteniéndola medianamente como persona más que como piltrafa humana.
Yoko negó con la cabeza-no tienes que llamar a nadie, ya hiciste bastante- intentó persuadirlo aunque ya era demasiado tarde.
El rubio la mareaba con la forma en que la trataba, ni siquiera su propia madre la había tratado como si fuese de cristal o algo así con ella, a pesar de que definitivamente la amaba. Pero él no, ese rubio parecía de verdad creer que se iba a romper si era apenas un poco más brusco.
-Soy Yoko, no seas tan formal... me pone nerviosa, y me siento vieja- soltó antes de siquiera pensar una respuesta a lo que él preguntaba. Lo curioso era que a pesar de no estar acostumbrada a ese tipo de trato tan... tan... iug! en ese momento no le disgustaba tanto como lo haría si estuviese perfectamente. Incluso le faltaba poco para meterse entre sus brazos a pedir mimos aunque apenas lo conocía. - Y... estoy bien, solo... me pasé un poco con los chocolates... me duele un poco el estómago, nada más- hizo un gesto con la mano quitándole importancia al asunto, e ignorando el hecho de que su voz la delataba.
Yoko Kitty- Edad : 27
Cantidad de envíos : 571
Fecha de inscripción : 26/11/2011
Re: Puto cuerpo humano -privado-
-Oh, ya veo... -las palabras de la chica le enternecieron y con el máximo cuidado que le fue posible, la tomó en brazos y la acurrucó contra su pecho, para así empezar a caminar lejos de aquel solitario y peligroso lugar. El frío viento le hizo tiritar ligeramente y entonces notó que la adrenalina ya había menguado tras aquella pelea, pero intentó no darle demasiada importancia a aquel detalle ahora insignificante.
-Un verdadero placer conocerte, Yoko -comentó con una amable sonrisa-. No tienes de qué preocuparte, ésto no fue nada. Sólo... un pequeño corte -dudó ligeramente al terminar la frase, intentando por dentro convencerse de que así era, de que no sería nada grave y de que no dejaría ni cicatrices ni secuelas. Su tono de voz y sus palabras eran como el ronroneo para los gatos: una forma de calmarse a sí mismo y mantenerse relajado.
Caminando, finalmente dejó la arena atrás para al fin pisar terreno firme y pavimentado. Buscó con la mirada algún punto de referencia para cuando llegara su coche y se acercó a una banca de madera que daba la espalda al mar, y allí se sentó con ella aún en brazos. Con sus fríos dedos acarició ligeramente la mejilla y la sien de ella, buscando relajarla del dolor que sentía.
-Tus ojos se ven afligidos -comentó casi en un susurro-. Si deseas llorar puedes hacerlo, después de todo, ambos recibimos una buena paliza -sonrió empática y amablemente-. Tal vez no deberías comer tantos chocolates. ¿Deseas vomitar? -Preguntó preocupado, más por ella y su salud que por él y sus ropas. Cosa que sorprendería a cualquiera que le conociera, pues aquella imagen de superficialidad y vacía arrogancia era lo que prefería proyectar.
-Un verdadero placer conocerte, Yoko -comentó con una amable sonrisa-. No tienes de qué preocuparte, ésto no fue nada. Sólo... un pequeño corte -dudó ligeramente al terminar la frase, intentando por dentro convencerse de que así era, de que no sería nada grave y de que no dejaría ni cicatrices ni secuelas. Su tono de voz y sus palabras eran como el ronroneo para los gatos: una forma de calmarse a sí mismo y mantenerse relajado.
Caminando, finalmente dejó la arena atrás para al fin pisar terreno firme y pavimentado. Buscó con la mirada algún punto de referencia para cuando llegara su coche y se acercó a una banca de madera que daba la espalda al mar, y allí se sentó con ella aún en brazos. Con sus fríos dedos acarició ligeramente la mejilla y la sien de ella, buscando relajarla del dolor que sentía.
-Tus ojos se ven afligidos -comentó casi en un susurro-. Si deseas llorar puedes hacerlo, después de todo, ambos recibimos una buena paliza -sonrió empática y amablemente-. Tal vez no deberías comer tantos chocolates. ¿Deseas vomitar? -Preguntó preocupado, más por ella y su salud que por él y sus ropas. Cosa que sorprendería a cualquiera que le conociera, pues aquella imagen de superficialidad y vacía arrogancia era lo que prefería proyectar.
Kanade Yuji- Cantidad de envíos : 472
Fecha de inscripción : 06/12/2012
Re: Puto cuerpo humano -privado-
Abrió la boca para quejarse cuando la tomó en brazos, pero una fuerte briza la hizo cambiar de opinión casi de inmediato. De todas formas agradeció que aquel viento disipara por un rato las nauseas.
Volvió a abrir los ojos y devolvió la sonrisa, un poco divertida al notar que él no se había presentado-tengo buen gusto, así que no soy médico, pero me metí en bastantes peleas como para tener una idea sobre heridas... y esa no creo que deje marca. Aunque quizás tarde un poco en terminar de desaparecer. Lástima, particularmente me gustan las cicatrices...- comentó no muy segura de que el chico apreciara las cicatrices también, esperaba al menos dejarlo tranquilo si es que no le gustaban las marcas-oye, y... se supone que te toca decirme tu nombre también- susurra bajito, volviendo a cerrar los ojos y apoyando su cabeza en su pecho.
Se sentía demasiado bien así, y que le dieran a su orgullo, pero no tenía intención de moverse hasta dentro de un bueeen rato... aunque tampoco quería dejar al rubio hablando solo porque se quedo dormida o algo, eso si, él no hacía nada por ayudar. Casi ronroneaba por las leves caricias y el contacto era casi nulo.
Se acomodó en su regazo en cuanto se sentó y sonrió algo divertida al oírlo-afligidos? llorar? por una pelea? bueno... creo que si podría llorar, pero porque no pude partirles el culo como hubiese querido...-- respondió consciente de que su voz sonaba como si apenas se despertara, o como si no hubiese dormido en varios días y estuviese sin café, lo cual era el caso. Negó con la cabeza a la segunda pregunta, había logrado controlar las nauseas y esperaba que se mantuviera así-descuida, estoy bien por ahora... solo... necesito un poco de café para despertarme y ya- dijo, a pesar de que la idea del café no le parecía tan buena a su estómago.
Al final volvió a cerrar los ojos y apoyar su cabeza en el pecho del rubio, odiando saber que había agotado la reserva de energía y que probablemente tuviera que ponerse a recargar un par de días.
Volvió a abrir los ojos y devolvió la sonrisa, un poco divertida al notar que él no se había presentado-tengo buen gusto, así que no soy médico, pero me metí en bastantes peleas como para tener una idea sobre heridas... y esa no creo que deje marca. Aunque quizás tarde un poco en terminar de desaparecer. Lástima, particularmente me gustan las cicatrices...- comentó no muy segura de que el chico apreciara las cicatrices también, esperaba al menos dejarlo tranquilo si es que no le gustaban las marcas-oye, y... se supone que te toca decirme tu nombre también- susurra bajito, volviendo a cerrar los ojos y apoyando su cabeza en su pecho.
Se sentía demasiado bien así, y que le dieran a su orgullo, pero no tenía intención de moverse hasta dentro de un bueeen rato... aunque tampoco quería dejar al rubio hablando solo porque se quedo dormida o algo, eso si, él no hacía nada por ayudar. Casi ronroneaba por las leves caricias y el contacto era casi nulo.
Se acomodó en su regazo en cuanto se sentó y sonrió algo divertida al oírlo-afligidos? llorar? por una pelea? bueno... creo que si podría llorar, pero porque no pude partirles el culo como hubiese querido...-- respondió consciente de que su voz sonaba como si apenas se despertara, o como si no hubiese dormido en varios días y estuviese sin café, lo cual era el caso. Negó con la cabeza a la segunda pregunta, había logrado controlar las nauseas y esperaba que se mantuviera así-descuida, estoy bien por ahora... solo... necesito un poco de café para despertarme y ya- dijo, a pesar de que la idea del café no le parecía tan buena a su estómago.
Al final volvió a cerrar los ojos y apoyar su cabeza en el pecho del rubio, odiando saber que había agotado la reserva de energía y que probablemente tuviera que ponerse a recargar un par de días.
Yoko Kitty- Edad : 27
Cantidad de envíos : 571
Fecha de inscripción : 26/11/2011
Re: Puto cuerpo humano -privado-
Sonrió divertido ante las palabras de ella, aquel intento de consuelo que interiormente agradecía. Debía pensar positivo, mantener su personaje, firme, altivo... Una posible cicatriz no debería desestabilizar su mundo como lo estaba haciendo. Luego, con el susurro de ella, rió suavemente en voz baja, desviando la mirada hacia la acera del frente, en donde se podía ver, en un letrero iluminado con luces que parpadeaban cada tanto, su rostro, en un primer plano, y detrás, el de cuatro chicos japoneses más. El nombre de la banda resaltaba con letras rojas bordeadas de negro y blanco.
-Soy Kanade -se presentó con simpleza, sonriendo levemente para sí mismo. Luego desvió la vista de nuevo hacia la muchacha, quien tenía los ojos cerrados y se acomodaba contra su pecho. El cantante suspiró y con cuidado se quitó el abrigo, cubriendo con él a la chica y envolviéndola con cuidado. Hacía un frío cada vez más horrible, pero luchó por reprimir los escalofríos y se concentró en imaginar que pronto estaría frente a la estufa en su cuarto, envuelto en mil frazadas y bebiendo un delicioso café o chocolate caliente, lo que fuera para combatir el frío.
-Eres una chica muy ruda, ¿no es así? Hoy en día se ven pocas mujeres con tu valentía -comentó, acariciando su frente y mejilla, desviando su vista cada tanto hacia la calle en busca de su coche. Se estaba congelando, temía convertirse en una versión de hielo de sí mismo aunque era consciente de que exageraba, como siempre-. Hoy será una noche fría y larga, si quieres, puedes quedarte conmigo. Tendrás todo el café que gustes, una cama caliente y mantas suaves. ¿Qué dices? -invitó amablemente, pensando en que quería irse directo a su cama, a acurrucarse. No odiaba el frío, pero sí que sufría con él, como ahora.
En eso, a lo lejos se vieron las luces de los faros del coche. El rostro de Kanade se iluminó como sus cabellos, como el mismo sol, al verlo y se puso de un salto de pie, sonriendo de oreja a oreja pese al ardor de su mejilla. El coche se detuvo frente a ellos y rápidamente el chófer le abrió la puerta. Adentro, la calefacción casi hizo ronronear al cantante, quien se acomodó en el asiento tiritando sin poderlo evitar. El vehículo se puso rápidamente en movimiento para alejarse de aquel barrio en apariencia desolado y peligroso, y en escasos minutos, se encontraban en una de las principales avenidas de la ciudad.
-Soy Kanade -se presentó con simpleza, sonriendo levemente para sí mismo. Luego desvió la vista de nuevo hacia la muchacha, quien tenía los ojos cerrados y se acomodaba contra su pecho. El cantante suspiró y con cuidado se quitó el abrigo, cubriendo con él a la chica y envolviéndola con cuidado. Hacía un frío cada vez más horrible, pero luchó por reprimir los escalofríos y se concentró en imaginar que pronto estaría frente a la estufa en su cuarto, envuelto en mil frazadas y bebiendo un delicioso café o chocolate caliente, lo que fuera para combatir el frío.
-Eres una chica muy ruda, ¿no es así? Hoy en día se ven pocas mujeres con tu valentía -comentó, acariciando su frente y mejilla, desviando su vista cada tanto hacia la calle en busca de su coche. Se estaba congelando, temía convertirse en una versión de hielo de sí mismo aunque era consciente de que exageraba, como siempre-. Hoy será una noche fría y larga, si quieres, puedes quedarte conmigo. Tendrás todo el café que gustes, una cama caliente y mantas suaves. ¿Qué dices? -invitó amablemente, pensando en que quería irse directo a su cama, a acurrucarse. No odiaba el frío, pero sí que sufría con él, como ahora.
En eso, a lo lejos se vieron las luces de los faros del coche. El rostro de Kanade se iluminó como sus cabellos, como el mismo sol, al verlo y se puso de un salto de pie, sonriendo de oreja a oreja pese al ardor de su mejilla. El coche se detuvo frente a ellos y rápidamente el chófer le abrió la puerta. Adentro, la calefacción casi hizo ronronear al cantante, quien se acomodó en el asiento tiritando sin poderlo evitar. El vehículo se puso rápidamente en movimiento para alejarse de aquel barrio en apariencia desolado y peligroso, y en escasos minutos, se encontraban en una de las principales avenidas de la ciudad.
Kanade Yuji- Cantidad de envíos : 472
Fecha de inscripción : 06/12/2012
Re: Puto cuerpo humano -privado-
Abrió los ojos un poco sorprendida al sentir cómo la envolvía en su abrigo haciendo que una parte de si misma se sintiera ofendida porque insultaba su orgullo (cosa que ni para ella tenía mucho sentido), y otra parte agradeciera a los dioses por el ángel que le acababan de enviar tan tierno y caballeroso- te vas a enfermar...- murmuró algo preocupada al darse cuenta de que no era la única con frío, mientras intentaba hacerse chiquitita en su regazo para poder envolverlo un poco más a él. Negó levemente con la cabeza, aunque dejando entrever que tenía sus dudas-no sé si ruda, ruda... soy loca, pero no de las locas peligrosas. Bueno, mientras no me molestes no soy de las locas peligrosas, cuando me molestas ahí si soy de las locas peligrosas y... ok, creo que si era ruda...- intentó explicar, haciéndose bolas en el camino, y al final tomando el "camino más fácil". Más que nada porque las caricias del chico estaban logrando adormecerla, se sentía muy bien estar así tranquila entre sus brazos.
-No hace falta que...- empezó en tono soñoliento, hasta que oyó la palabra mágica-hum... vale, pero solo porque eres irresistiblemente encantador y me darás café. De hecho, solo con el café ya soy feliz- sonrió en respuesta.
Se sobresaltó un poco cuando Kanade se levantó de golpe, pero en lugar de quejarse solo se acurrucó entre sus brazos pensando que estaba a punto de irse a la casa de un desconocido. Aunque la había ayudado con los tipos hacía un rato...
De todas formas no le importó demasiado, el chico bonito tenía un algo que le agradaba y por lo general su instinto no se equivocaba nunca. Además... el auto estaba calentito. Muy, muuuuuy calentito....-purrrrrrrr....- ronroneó contra su pecho, luchando para no cerrar los ojos y al mismo tiempo mantener su estómago calmado. Aunque se sentía algo mejor que hace un rato.
-No hace falta que...- empezó en tono soñoliento, hasta que oyó la palabra mágica-hum... vale, pero solo porque eres irresistiblemente encantador y me darás café. De hecho, solo con el café ya soy feliz- sonrió en respuesta.
Se sobresaltó un poco cuando Kanade se levantó de golpe, pero en lugar de quejarse solo se acurrucó entre sus brazos pensando que estaba a punto de irse a la casa de un desconocido. Aunque la había ayudado con los tipos hacía un rato...
De todas formas no le importó demasiado, el chico bonito tenía un algo que le agradaba y por lo general su instinto no se equivocaba nunca. Además... el auto estaba calentito. Muy, muuuuuy calentito....-purrrrrrrr....- ronroneó contra su pecho, luchando para no cerrar los ojos y al mismo tiempo mantener su estómago calmado. Aunque se sentía algo mejor que hace un rato.
Yoko Kitty- Edad : 27
Cantidad de envíos : 571
Fecha de inscripción : 26/11/2011
Re: Puto cuerpo humano -privado-
El vehículo circulaba con rapidez por las calle semi desiertas, aunque tampoco era tan tarde, poco más de medianoche. Aún así, en cosa de pocos minutos llegaron al lujoso hotel en donde Kanade se hospedaba, con su habitual tránsito de gente y de vehículos que llegaba y que salían-. No te duermas, Yoko, ya hemos llegado -susurró suavemente, apartando el cabello de la chica de su rostro y apretando ligeramente su mano.
El chófer abrió la puerta y su joven guardaespaldas le ayudó a salir del coche, regañándolo dulcemente en japonés por haber salido solo. El chico no era más que un licántropo de joven apariencia, algo afeminado tanto de rostro como de andar, y suavemente, se colocó al lado de Yoko para ayudarla a caminar, se notaba muy sonmolienta y cansada. Los tres entraron al hotel y se fueron directamente al elevador, a la suite del cantante, la cual era exquisitamente decorada, con muebles de estilo victoriano, una enorme chimenea aunque sólo era de decoración, un agradable aroma a vainilla cubría el ambiente y la calefacción invitaba a quitarse cualquier abrigo.
-Ya hemos llegado, ponte cómoda, querida -dijo amablemente, dejando a Yoko sentada en el sofá de fino terciopelo negro. Luego se giró hacia el joven licántropo y pidió amablemente-. Yuuki, ¿puedes pedir que nos traigan café y chocolate caliente? También necesito que canceles los eventos de mañana, estoy seguro de que mañana amaneceré enfermo por esta hipotermia... ¡Ah! Y pide unas mantas extra y algunas almohadas, si eres tan amable... -sonrió encantadoramente y el chico salió en silencio, con rostro algo contrariado por todas las cosas que tendría que hacer.
El chófer abrió la puerta y su joven guardaespaldas le ayudó a salir del coche, regañándolo dulcemente en japonés por haber salido solo. El chico no era más que un licántropo de joven apariencia, algo afeminado tanto de rostro como de andar, y suavemente, se colocó al lado de Yoko para ayudarla a caminar, se notaba muy sonmolienta y cansada. Los tres entraron al hotel y se fueron directamente al elevador, a la suite del cantante, la cual era exquisitamente decorada, con muebles de estilo victoriano, una enorme chimenea aunque sólo era de decoración, un agradable aroma a vainilla cubría el ambiente y la calefacción invitaba a quitarse cualquier abrigo.
-Ya hemos llegado, ponte cómoda, querida -dijo amablemente, dejando a Yoko sentada en el sofá de fino terciopelo negro. Luego se giró hacia el joven licántropo y pidió amablemente-. Yuuki, ¿puedes pedir que nos traigan café y chocolate caliente? También necesito que canceles los eventos de mañana, estoy seguro de que mañana amaneceré enfermo por esta hipotermia... ¡Ah! Y pide unas mantas extra y algunas almohadas, si eres tan amable... -sonrió encantadoramente y el chico salió en silencio, con rostro algo contrariado por todas las cosas que tendría que hacer.
Kanade Yuji- Cantidad de envíos : 472
Fecha de inscripción : 06/12/2012
Re: Puto cuerpo humano -privado-
Se removió un poco al oír la voz de Kanade, luchando para abrir sus ojos y no ceder a la tentación de acomodarse mejor para seguir durmiendo, y medio agradeció, medio maldijo mentalmente cuando la puerta del coche se abrió y el viento helado le llegó de repente ayudándola a despavilarse un poco.
Dejo que la ayudaran a salir del auto, pero intento mantener su dignidad, caminando por si sola cuando un chico de apariencia joven y aura extraña se ofreció a ayudarla luego de haber regañado... entre muuuuuchas comillas... a kanade. De todas formas, la "dignidad" le duro poco y nada, porque no tardo en olvidarse que debía caminar por su cuenta y medio apoyarse en los dos hombres, o al menos usarlos de perros lazarillo cuando sintió que la presión le había bajado de tal forma que apenas y veía algo... Eso si, en ningún momento se molestó en avisar ni se planteó la idea de que quizás podría llegar a asustarlos si se daban cuenta. Ella iba muy feliz viendo "quién era más fuerte, si ella o el pobre intento de desmayo que la acosaba".
Frunció levemente el ceño al sentir el calor repentino cuando entraron a lo que supuso que sería la habitación de Kanade, no tardando casi nada en moverse para devolverle el abrigo al rubio antes de sentarse en un sillón todo suave y caer en la cuenta de que el lugar olía a postrecito. Sabía que su olfato era malísimo, pero... tenía la sensación de que sentía un aroma parecido al de los postrecitos que le gustaban a Kitty.
-Siiii, yo quiero café con chocolate!- exclamó poniéndole cara de cachorro abandonado al chico, a pesar de que no entendía muy bien si era el sirviente, o qué... Y sorprendiéndose un poco por todas las demás cosas que pidió el rubio-estas forrado en plata, verdad...?- murmuró más con curiosidad que otra cosa, mientras se apoyaba contra el respaldo y cerraba los ojos por unos segundos.
Era una de las pocas veces en las que no le molestaba que le estuvieran encima, por no decir que era capaz de dejar su orgullo de lado para ir a acurrucarse junto a quien tuviera más cerca, mientras agonizaba-de verdad crees que enfermaras mañana...? o solo cancelaste cosas por mi? si es así, no las canceles... no quiero molestarte
Dejo que la ayudaran a salir del auto, pero intento mantener su dignidad, caminando por si sola cuando un chico de apariencia joven y aura extraña se ofreció a ayudarla luego de haber regañado... entre muuuuuchas comillas... a kanade. De todas formas, la "dignidad" le duro poco y nada, porque no tardo en olvidarse que debía caminar por su cuenta y medio apoyarse en los dos hombres, o al menos usarlos de perros lazarillo cuando sintió que la presión le había bajado de tal forma que apenas y veía algo... Eso si, en ningún momento se molestó en avisar ni se planteó la idea de que quizás podría llegar a asustarlos si se daban cuenta. Ella iba muy feliz viendo "quién era más fuerte, si ella o el pobre intento de desmayo que la acosaba".
Frunció levemente el ceño al sentir el calor repentino cuando entraron a lo que supuso que sería la habitación de Kanade, no tardando casi nada en moverse para devolverle el abrigo al rubio antes de sentarse en un sillón todo suave y caer en la cuenta de que el lugar olía a postrecito. Sabía que su olfato era malísimo, pero... tenía la sensación de que sentía un aroma parecido al de los postrecitos que le gustaban a Kitty.
-Siiii, yo quiero café con chocolate!- exclamó poniéndole cara de cachorro abandonado al chico, a pesar de que no entendía muy bien si era el sirviente, o qué... Y sorprendiéndose un poco por todas las demás cosas que pidió el rubio-estas forrado en plata, verdad...?- murmuró más con curiosidad que otra cosa, mientras se apoyaba contra el respaldo y cerraba los ojos por unos segundos.
Era una de las pocas veces en las que no le molestaba que le estuvieran encima, por no decir que era capaz de dejar su orgullo de lado para ir a acurrucarse junto a quien tuviera más cerca, mientras agonizaba-de verdad crees que enfermaras mañana...? o solo cancelaste cosas por mi? si es así, no las canceles... no quiero molestarte
Yoko Kitty- Edad : 27
Cantidad de envíos : 571
Fecha de inscripción : 26/11/2011
Re: Puto cuerpo humano -privado-
Se acercó a la muchacha y se sentó a su lado, acurrucándose junto a ella mientras con un mando a distancia aumentaba la calefacción. Tiritó ligeramente pese a que el calor en la habitación ya era casi sofocante y observó a la chica, sonriendo al escuchar sus preguntas-. Tengo un poco de dinero extra... -comentó con un ronroneo suave, recargando la espalda y la cabeza en el respaldo del sofá y cerrando los ojos-. En realidad no es molestia, además, sí que me voy a enfermar, tengo muy bajas defensas y estoy temblando... creo que tengo fiebre.
Y efectivamente así era, ya que al haber peleado con aquellos tipos, el cantante se había quedado con la ropa sudada, la cual se había humedecido en su espalda y le había enfriado más aún. El rubio suspiró largo y luego giró el rostro para ver a Yoko con una suave sonrisa, como si en realidad estuviera acostumbrado a la fiebre y los resfriados, cosa que así era-. ¿Tienes hambre? Podemos pedir algo de comer si te apetece.
Y efectivamente así era, ya que al haber peleado con aquellos tipos, el cantante se había quedado con la ropa sudada, la cual se había humedecido en su espalda y le había enfriado más aún. El rubio suspiró largo y luego giró el rostro para ver a Yoko con una suave sonrisa, como si en realidad estuviera acostumbrado a la fiebre y los resfriados, cosa que así era-. ¿Tienes hambre? Podemos pedir algo de comer si te apetece.
Kanade Yuji- Cantidad de envíos : 472
Fecha de inscripción : 06/12/2012
Re: Puto cuerpo humano -privado-
Se apoyó contra el cuerpo del rubio ni bien lo tuvo cerca. Ahora que se sentía mal, los impulsos de Kitty por estar en contacto con otros cuerpos (no necesariamente teniendo sexo) se hacían más fuertes. Frunció levemente el ceño mientras lo escuchaba, preocupándose y sintiéndose un poco culpable-lo siento, es culpa mía por no defenderme como corresponde- se disculpó, pensando que en realidad era culpa de su café, por no haberse quedado en su estómago y no haber cumplido su trabajo de mantenerla despierta y con energía.
-Deberías darte un baño y cambiarte-sugirió, preguntándose por qué ella no se enfermaba cada vez que tomaba frío luego mientras estaba sudada-tus defensas no son muy buenas, verdad...?- pensó en voz alta, antes de caer en la cuenta de que quizás las defensas del rubio fueran normales, y la loca que no se enteraba si andaba por la vida con fiebre era ella.
-Si, si te...- sintió como el estómago le daba vueltas con la sola idea de consumir comida, se hizo un bollito respirando profundo para calmar las nauseas, y con todo el dolor del mundo declino la oferta de chocolates-creo... que mejor luego... Creo que mis defensas tampoco son de lo mejorcito que había...- se quejó -no es justo! solo estuve un par de días... que fueron 5, sin dormir, y no comí porquerías. Solamente chocolate, café y dulces... De hecho, hasta hice el esfuerzo por comer algo sano y compre unas porciones de pizza el otro día- suspiró toda frustrada antes de apoyar la cabeza en el regazo del rubio, todavía hecha un ovillo.
-Deberías darte un baño y cambiarte-sugirió, preguntándose por qué ella no se enfermaba cada vez que tomaba frío luego mientras estaba sudada-tus defensas no son muy buenas, verdad...?- pensó en voz alta, antes de caer en la cuenta de que quizás las defensas del rubio fueran normales, y la loca que no se enteraba si andaba por la vida con fiebre era ella.
-Si, si te...- sintió como el estómago le daba vueltas con la sola idea de consumir comida, se hizo un bollito respirando profundo para calmar las nauseas, y con todo el dolor del mundo declino la oferta de chocolates-creo... que mejor luego... Creo que mis defensas tampoco son de lo mejorcito que había...- se quejó -no es justo! solo estuve un par de días... que fueron 5, sin dormir, y no comí porquerías. Solamente chocolate, café y dulces... De hecho, hasta hice el esfuerzo por comer algo sano y compre unas porciones de pizza el otro día- suspiró toda frustrada antes de apoyar la cabeza en el regazo del rubio, todavía hecha un ovillo.
Yoko Kitty- Edad : 27
Cantidad de envíos : 571
Fecha de inscripción : 26/11/2011
Re: Puto cuerpo humano -privado-
-Por supuesto que no es culpa tuya, si aquellos sujetos te atacaron -dijo de inmediato, mirándola con el ceño fruncido y una mueca de preocupación en su rostro, la cual, ocasionó un ligero ardor en su herida. Negó con la cabeza suavemente, ante la pregunta de la muchacha, dejando una sutil y cálida caricia sobre su frente-. No, tiendo a enfermarme a menudo. Mis defensas son bastante bajas en comparación con la gente normal -le explicó con suavidad, para luego, ver cómo la joven parecía hacerse un ovillo sobre su vientre.
Cuando ella empezó a hablar y contar aquellas cosas, se quedó congelado y estático en su lugar, sin poder creer lo que escuchaba, ¡aquella chica vivía en pésimas condiciones! Tanto su falta de sueño como su precaria alimentación, podrían ocasionarle un paro cardíaco o algo similar, incluso un derrame cerebral o una alza de la glucosa a causa de tanta azúcar. Definitivamente, ella no estaba bien y no podía quedarse simplemente de manos cruzadas, no cuando su instinto y su consciencia le instigaban de aquella forma a ayudarla.
-Yoko, cherie, ¡eso realmente está muy mal! ¡No puedes seguir viviendo de esa forma, afectará tu salud de forma horrible! -No pudo contenerse de regañarla, aunque con esa suavidad de gestos y de voz que tanto le caracterizaba, casi como si le ronroneara aunque en verdad, estaba más que preocupado. Iba a eguir regañándola, cuando entonces la muchacha hizo unos extraños gestos y se llevaba las manos a la boca, definitivamente, eso no era bueno-. Mon dieu, te llevaré al baño, permíteme ayudarte...
Tras pedir permiso, y sin esperar realmente una respuesta, se puso de pie y tomó a la jovencita en brazos, cargándola rápida y cuidadosamente hasta el baño y acercándole el basurero para que vomitara. Actuó justo a tiempo y mientras la chica devolvía, el cantante mantenía sus cabellos recogidos con una mano mientras con la otra, los apartaba para que no se ensuciaran.
Cuando ella empezó a hablar y contar aquellas cosas, se quedó congelado y estático en su lugar, sin poder creer lo que escuchaba, ¡aquella chica vivía en pésimas condiciones! Tanto su falta de sueño como su precaria alimentación, podrían ocasionarle un paro cardíaco o algo similar, incluso un derrame cerebral o una alza de la glucosa a causa de tanta azúcar. Definitivamente, ella no estaba bien y no podía quedarse simplemente de manos cruzadas, no cuando su instinto y su consciencia le instigaban de aquella forma a ayudarla.
-Yoko, cherie, ¡eso realmente está muy mal! ¡No puedes seguir viviendo de esa forma, afectará tu salud de forma horrible! -No pudo contenerse de regañarla, aunque con esa suavidad de gestos y de voz que tanto le caracterizaba, casi como si le ronroneara aunque en verdad, estaba más que preocupado. Iba a eguir regañándola, cuando entonces la muchacha hizo unos extraños gestos y se llevaba las manos a la boca, definitivamente, eso no era bueno-. Mon dieu, te llevaré al baño, permíteme ayudarte...
Tras pedir permiso, y sin esperar realmente una respuesta, se puso de pie y tomó a la jovencita en brazos, cargándola rápida y cuidadosamente hasta el baño y acercándole el basurero para que vomitara. Actuó justo a tiempo y mientras la chica devolvía, el cantante mantenía sus cabellos recogidos con una mano mientras con la otra, los apartaba para que no se ensuciaran.
Kanade Yuji- Cantidad de envíos : 472
Fecha de inscripción : 06/12/2012
Re: Puto cuerpo humano -privado-
-Si, pero... - estuvo a punto de decirle que ella los había estado provocando hasta que recordó que esta vez no había provocado a nadie. Lo cual le resultaba muy extraño, ella jamás haría algo así... dejar pasar la oportunidad de una provocación era casi como una herejía! Al final solo soltó un suspiro medio resignado, frunciendo un poco el ceño mientras escuchaba la respuesta del rubio-suena a que es una reverenda mierda... pobre, no hay nada que puedas hacer para que sean mejores? envíalas a un gimnasio a que entrenen...- sonrió levemente luego de soltar aquél chiste malísimo.
Parpadeó varias veces, sorprendida por el regaño, o más bien por lo raro que le sonó. Para empezar no estaba muy acostumbrada a que le dijeran nada por su actitud porque había pasado bastante tiempo sola, de todas formas, cuando Darius la regañaba por lo general la cagada a pedos venía acompañada por un zape o algo así. Pero con Kanade... -ese ha sido el regaño más dulce de mi vida- comentó muy sorprendida. Tanto que hasta le entraban ganas de escucharlo.
Estaba por decir algo más, o quizás abrazarlo muerta de ternura, cuando su estómago decidió que ya era hora de darle una visita al inodoro y abrazarlo un poco para que no se sintiera solito. De todas formas había sido tan repentino que a duras penas pudo contenerlo lo suficiente como para darle tiempo a Kanade a llevarla hasta el baño y tomar el cesto. Incluso en ese momento, le sorprendió notar que el rubio era tan atento que hasta se preocupaba por apartarle el pelo cuando probablemente ella no se habría dado cuenta hasta tenerlo todo lleno de vómito.
Pasó un rato hasta que pudo sacarse toda la mierda de adentro para dejarse caer contra el rubio, mientras se limpiaba la boca con la manga de la camiseta que llevaba puesta-....que gusto... a mierda...- se quejó un poco agitada, sintiéndose más mareada de lo que estaba antes-quiero pizza...- agrego medio haciendo pucheros, un poco para sacarse el sabor de la boca, y otro poco porque de verdad sentía hambre ahora que tenía el estómago vacío. Aunque estaba convencida de que nada de lo que metiera iba a quedarse adentro.
-Lo siento... no suelo ir a vomitarle el baño a todos los que conozco... a menos no en la primer cita...- murmuró intentando bromear un poco, aunque el tono salía algo apagado.
Parpadeó varias veces, sorprendida por el regaño, o más bien por lo raro que le sonó. Para empezar no estaba muy acostumbrada a que le dijeran nada por su actitud porque había pasado bastante tiempo sola, de todas formas, cuando Darius la regañaba por lo general la cagada a pedos venía acompañada por un zape o algo así. Pero con Kanade... -ese ha sido el regaño más dulce de mi vida- comentó muy sorprendida. Tanto que hasta le entraban ganas de escucharlo.
Estaba por decir algo más, o quizás abrazarlo muerta de ternura, cuando su estómago decidió que ya era hora de darle una visita al inodoro y abrazarlo un poco para que no se sintiera solito. De todas formas había sido tan repentino que a duras penas pudo contenerlo lo suficiente como para darle tiempo a Kanade a llevarla hasta el baño y tomar el cesto. Incluso en ese momento, le sorprendió notar que el rubio era tan atento que hasta se preocupaba por apartarle el pelo cuando probablemente ella no se habría dado cuenta hasta tenerlo todo lleno de vómito.
Pasó un rato hasta que pudo sacarse toda la mierda de adentro para dejarse caer contra el rubio, mientras se limpiaba la boca con la manga de la camiseta que llevaba puesta-....que gusto... a mierda...- se quejó un poco agitada, sintiéndose más mareada de lo que estaba antes-quiero pizza...- agrego medio haciendo pucheros, un poco para sacarse el sabor de la boca, y otro poco porque de verdad sentía hambre ahora que tenía el estómago vacío. Aunque estaba convencida de que nada de lo que metiera iba a quedarse adentro.
-Lo siento... no suelo ir a vomitarle el baño a todos los que conozco... a menos no en la primer cita...- murmuró intentando bromear un poco, aunque el tono salía algo apagado.
Yoko Kitty- Edad : 27
Cantidad de envíos : 571
Fecha de inscripción : 26/11/2011
Re: Puto cuerpo humano -privado-
El cantante se dedicó a sujetar los cabellos de la chica mientras ella vomitaba toda la porquería que tenía dentro, mirándola con preocupación en sus ojos y dejando escapar escasos suspiros también de preocupación cierto nivel de resignación. Lamentablemente para él, pensaba, aquella no era la primera vez que sujetaba los cabellos de una mujer mientras ella vomitaba, aunque en el pasado siempre se había tratado de la misma muchacha, su adorada hermana mayor. La situación era relativamente similar, lo cual no era de mucha ayuda a su estado anímico, sumando a esto su instinto de protección hacia quienes parecían más débiles o necesitados. Exactamente, como Yoko.
Cuando finalmente la joven pelirroja dejó de vomitar y se recostó en su pecho, casi por inercia y de forma un tanto instintiva Kanade la rodeó con sus brazos dándole cobijo y un poco de calor, olvidando del todo sus malestares propios para concentrarse solamente en ella. Ante sus palabras referentes al sabor en su boca, el cantante se estiró en todo su larga estatura hasta alcanzar una toalla, la cual le entregó a la chica mientras le sonreía levemente, de forma amable.
-Dudo mucho que la pizza sea una buena idea, querida... -comentó ayudándola a limpiarse con cuidado, para luego levantarla suavemente del suelo y, tras asegurarse de que ya no seguiría vomitando, cargarla hasta su propia cama y depositarla sobre las mullidas mantas-. Oh, descuida cherie, por ser tú, podemos saltarnos los clásicos convencionalismos y saltarnos las reglas de la primera cita -comentó con una relajada y amable sonrisa, aunque inevitablemente también destilando parte de su coquetería innata-. ¿Te sientes un poco mejor ahora, querida? Deberías descansar...
Cuando finalmente la joven pelirroja dejó de vomitar y se recostó en su pecho, casi por inercia y de forma un tanto instintiva Kanade la rodeó con sus brazos dándole cobijo y un poco de calor, olvidando del todo sus malestares propios para concentrarse solamente en ella. Ante sus palabras referentes al sabor en su boca, el cantante se estiró en todo su larga estatura hasta alcanzar una toalla, la cual le entregó a la chica mientras le sonreía levemente, de forma amable.
-Dudo mucho que la pizza sea una buena idea, querida... -comentó ayudándola a limpiarse con cuidado, para luego levantarla suavemente del suelo y, tras asegurarse de que ya no seguiría vomitando, cargarla hasta su propia cama y depositarla sobre las mullidas mantas-. Oh, descuida cherie, por ser tú, podemos saltarnos los clásicos convencionalismos y saltarnos las reglas de la primera cita -comentó con una relajada y amable sonrisa, aunque inevitablemente también destilando parte de su coquetería innata-. ¿Te sientes un poco mejor ahora, querida? Deberías descansar...
Kanade Yuji- Cantidad de envíos : 472
Fecha de inscripción : 06/12/2012
Re: Puto cuerpo humano -privado-
Suspiró acurrucándose un poco más y agradeciendo que el rubio la envolviera en sus brazos, odiaba admitirlo pero necesitaba ese consuelo y de todas formas Kanade parecía buena persona, lo habría sentido si no lo fuera.
Dejó que la ayudara a limpiarse no tanto porque lo necesitara, sino porque se sentía bien que la mimaran un poco y el rubio le caía lo suficientemente bien como para darle esa confianza, algo que no hacía muy a menudo-lo sé, pero es una mierda que me de hambre justo ahora- murmuró su protesta, suspirando un tanto frustrada por eso y por sentirse tan asquerosamente uke hasta el punto de dejarse llevar en brazos como si fuese damisela en apuros.
Soltó una carcajada al oír lo de saltarse las reglas de la primera cita, sobretodo por el tono que usaba Kanade-cuidado, rubio, podría pensar que estas intentando convencerme de hacer cosas indecentes- respondió en tono juguetón, ignorando olímpicamente el mareo y el cansancio. Asintió con la cabeza- solo me quedó un poco de hambre, pero no creo que sea buena idea comer nada- suspiró resignada antes de hacer un pequeño puchero-pero no quiero dormir, no estoy tan cansada- mintió de forma descarada. Odiaba tener pesadillas, y aunque no las tuviera, también odiaba perder el tiempo cuando podría estar divirtiéndose con algo más.
Dejó que la ayudara a limpiarse no tanto porque lo necesitara, sino porque se sentía bien que la mimaran un poco y el rubio le caía lo suficientemente bien como para darle esa confianza, algo que no hacía muy a menudo-lo sé, pero es una mierda que me de hambre justo ahora- murmuró su protesta, suspirando un tanto frustrada por eso y por sentirse tan asquerosamente uke hasta el punto de dejarse llevar en brazos como si fuese damisela en apuros.
Soltó una carcajada al oír lo de saltarse las reglas de la primera cita, sobretodo por el tono que usaba Kanade-cuidado, rubio, podría pensar que estas intentando convencerme de hacer cosas indecentes- respondió en tono juguetón, ignorando olímpicamente el mareo y el cansancio. Asintió con la cabeza- solo me quedó un poco de hambre, pero no creo que sea buena idea comer nada- suspiró resignada antes de hacer un pequeño puchero-pero no quiero dormir, no estoy tan cansada- mintió de forma descarada. Odiaba tener pesadillas, y aunque no las tuviera, también odiaba perder el tiempo cuando podría estar divirtiéndose con algo más.
Yoko Kitty- Edad : 27
Cantidad de envíos : 571
Fecha de inscripción : 26/11/2011
Re: Puto cuerpo humano -privado-
-Depende del concepto que tengas por "cosas indecentes" -comentó en el mismo tono juguetón, esbozando una seductora sonrisa demasiado inherente en su persona y pasando sutilmente sus labios por sobre la oreja de la chica, rozándola apenas para luego separarse y sentarse a su lado, sobre la cama. Escuchó sus reclamos y sonrió de lado con amabilidad, estirando su mano y acariciando levemente el estómago de la chica, pensando en qué podría hacerle sentir mejor.
-Lo mejor será que descanses de todas formas, podría llamar a tu casa y avisar que estás bien aquí, conmigo -ofreció gentil y caballerosamente. En el momento en que se puso de pie, la puerta del cuarto se abrió y entró el joven licántropo, Yuuki, prácticamente haciendo malabares con las mantas, los almohadones extra y la bandeja con café y chocolate caliente. Tras dejar la bandeja en una mesita cercana y el resto de cosas sobre los pies de la cama, salió del cuarto prácticamente esfumándose y esta vez definitivamente.
-Arigato, Yuuki -agradeció el cantante antes de que el chico desapareciera, y luego se giró a Yoko con expresión un tanto contrariada, pues no sabía qué tan bien o mal le haría a la muchacha beber chocolate caliente o café-. Tal vez deberíamos dejar esto para más tarde, ¿no crees? -Preguntó, volviendo la vista hacia la pelirroja, casi adivinando que ella podría levantarse a coger la taza y recostándose a su lado, pasando los brazos por su cintura, estrechándola suavemente hacia su cuerpo-. ¿Molesta si hago ésto?
-Lo mejor será que descanses de todas formas, podría llamar a tu casa y avisar que estás bien aquí, conmigo -ofreció gentil y caballerosamente. En el momento en que se puso de pie, la puerta del cuarto se abrió y entró el joven licántropo, Yuuki, prácticamente haciendo malabares con las mantas, los almohadones extra y la bandeja con café y chocolate caliente. Tras dejar la bandeja en una mesita cercana y el resto de cosas sobre los pies de la cama, salió del cuarto prácticamente esfumándose y esta vez definitivamente.
-Arigato, Yuuki -agradeció el cantante antes de que el chico desapareciera, y luego se giró a Yoko con expresión un tanto contrariada, pues no sabía qué tan bien o mal le haría a la muchacha beber chocolate caliente o café-. Tal vez deberíamos dejar esto para más tarde, ¿no crees? -Preguntó, volviendo la vista hacia la pelirroja, casi adivinando que ella podría levantarse a coger la taza y recostándose a su lado, pasando los brazos por su cintura, estrechándola suavemente hacia su cuerpo-. ¿Molesta si hago ésto?
Kanade Yuji- Cantidad de envíos : 472
Fecha de inscripción : 06/12/2012
Re: Puto cuerpo humano -privado-
Mordió su labio estremeciéndose levemente al sentir el rose en su oreja, sintiendo que el rubio no era tan "bueno" como parecía y que incluso sabía muy bien como provocar ese tipo de reacciones en alguien y lo usaba a su favor.
Bajo la voz para que solo él la oyera a pesar de que estaban solos- no estoy muy segura de qué exactamente, pero no incluye ropa...- respondió, incapaz de no caer en la provocación del rubio y subir la apuesta. Se sentía como la mierda, pero no podía evitar seguir el juego, aunque maldecía a su cuerpo empezar a tomar temperatura ante la más mínima insinuación.
Suspiró sintiendo la mano del rubio, sabiendo que su toque no tenía nada que ver con algo sexual, pero sin poder evitar que su cuerpo se diera por enterado. Lo bueno era que de momento podía disimular... aunque no estaba segura de querer.
Negó con la cabeza ante la sugerencia y abrió la boca deteniéndose antes de decir que no tenía casa. Estaba tan acostumbrada a vagar por la calle que por momentos se olvidaba que la casa de Dar ahora podría sentirla como suya-preocuparíamos a mi hermano por nada, estoy bien, y tengo un enfermero sexy que me cuida- le guiñó el ojo antes de sonreír al pobre chico que entro con todo lo que Kanade le había pedido... al menos hasta que sus ojos cayeron en el café y el chocolate, haciendo se removiera en su lugar muriéndose por ir a buscar cualquier cosa de lo que había en la bandeja.
Asintió con la cabeza, incapaz de alejar la vista de la bandeja y suspirando en cuanto el rubio se recostó a su lado, un poco frustrada porque ya no podría atacar ni al café ni al chocolate, y otro poco agradecida porque... sabía muy bien adónde iría a parar cualquier cosa que ingiriera. Se acurrucó contra Kanade cerrando los ojos por un momento-no vayas al sillón, quédate conmigo...- pidió, a lo mejor si él se quedaba podía mantenerse despierta y no la molestarían las pesadillas... -no tengo sueño, juguemos a algo- agregó sin darse cuenta de que sus palabras podían mal interpretarse hasta que ya fue tarde.
Bajo la voz para que solo él la oyera a pesar de que estaban solos- no estoy muy segura de qué exactamente, pero no incluye ropa...- respondió, incapaz de no caer en la provocación del rubio y subir la apuesta. Se sentía como la mierda, pero no podía evitar seguir el juego, aunque maldecía a su cuerpo empezar a tomar temperatura ante la más mínima insinuación.
Suspiró sintiendo la mano del rubio, sabiendo que su toque no tenía nada que ver con algo sexual, pero sin poder evitar que su cuerpo se diera por enterado. Lo bueno era que de momento podía disimular... aunque no estaba segura de querer.
Negó con la cabeza ante la sugerencia y abrió la boca deteniéndose antes de decir que no tenía casa. Estaba tan acostumbrada a vagar por la calle que por momentos se olvidaba que la casa de Dar ahora podría sentirla como suya-preocuparíamos a mi hermano por nada, estoy bien, y tengo un enfermero sexy que me cuida- le guiñó el ojo antes de sonreír al pobre chico que entro con todo lo que Kanade le había pedido... al menos hasta que sus ojos cayeron en el café y el chocolate, haciendo se removiera en su lugar muriéndose por ir a buscar cualquier cosa de lo que había en la bandeja.
Asintió con la cabeza, incapaz de alejar la vista de la bandeja y suspirando en cuanto el rubio se recostó a su lado, un poco frustrada porque ya no podría atacar ni al café ni al chocolate, y otro poco agradecida porque... sabía muy bien adónde iría a parar cualquier cosa que ingiriera. Se acurrucó contra Kanade cerrando los ojos por un momento-no vayas al sillón, quédate conmigo...- pidió, a lo mejor si él se quedaba podía mantenerse despierta y no la molestarían las pesadillas... -no tengo sueño, juguemos a algo- agregó sin darse cuenta de que sus palabras podían mal interpretarse hasta que ya fue tarde.
Yoko Kitty- Edad : 27
Cantidad de envíos : 571
Fecha de inscripción : 26/11/2011
Re: Puto cuerpo humano -privado-
-Así que enfermero sexy, ¿no? Vaya, me hace sentir halagado -comentó el rubio japonés, acariciando el estómago de Yoko suave y ligeramente, casi como dando suaves masajes para que pasara su dolor. Mientras la muchacha hablaba, Kanade coló una e sus manos bajo su camiseta palpando la cálida piel de la muchacha con sus manos frías como el hielo, casi como si él mismo fuera un vampiro aunque se debiera a su temperatura corporal normal o usual-. Si esto te molesta, me avisas, ¿vale? -anunció casi en un ronroneo sobre el oído de la pelirroja, sin segundas intenciones sinceramente más allá de bromear con las palabras. El resto de sus gestos, de su coquetería, eran rasgos propios y normales de su personalidad.
-Está bien, me quedaré contigo -prometió, sonriendo de lado de forma coqueta e irresistible ante la sugerencia de la muchacha, sobre jugar... Ideas no muy castas venían a su mente es que no podía evitarlo, pues Kanade era un muchacho joven, apuesto y vivía una vida de excesos más que nada orientada al sexo de una noche, conocer mujeres bonitas que desearan pasar un buen rato con él era cosa de todos los días... más aún, siendo ésto potenciado por su creciente fama.
-¿Y a qué podríamos jugar en una cama, estando tú enferma, cherie? ¿Acaso algo en lo que no se incluya ropa alguna? -Preguntó con tono suave y ronco, apenas un susurro seductor para luego lamer el lóbulo de la oreja de la aludida. Sin embargo, esta vez Kanade se moderaba bastante, pues tenía muy presente el estado de salud de esa joven muchacha aunque poco le importaba el propio, esa fiebre molesta que atentaba con provocarle crecientes cefaleas, pero en el fondo nada nuevo en su persona ni nada que no pudiera soportar e ignorar convenientemente.
-Está bien, me quedaré contigo -prometió, sonriendo de lado de forma coqueta e irresistible ante la sugerencia de la muchacha, sobre jugar... Ideas no muy castas venían a su mente es que no podía evitarlo, pues Kanade era un muchacho joven, apuesto y vivía una vida de excesos más que nada orientada al sexo de una noche, conocer mujeres bonitas que desearan pasar un buen rato con él era cosa de todos los días... más aún, siendo ésto potenciado por su creciente fama.
-¿Y a qué podríamos jugar en una cama, estando tú enferma, cherie? ¿Acaso algo en lo que no se incluya ropa alguna? -Preguntó con tono suave y ronco, apenas un susurro seductor para luego lamer el lóbulo de la oreja de la aludida. Sin embargo, esta vez Kanade se moderaba bastante, pues tenía muy presente el estado de salud de esa joven muchacha aunque poco le importaba el propio, esa fiebre molesta que atentaba con provocarle crecientes cefaleas, pero en el fondo nada nuevo en su persona ni nada que no pudiera soportar e ignorar convenientemente.
Kanade Yuji- Cantidad de envíos : 472
Fecha de inscripción : 06/12/2012
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