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Invierno
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In my heaven, your heaven...
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Re: In my heaven, your heaven...
-No deberías temer a la noche, pues en ellas se ve las estrellas y podemos contemplar la luna.
Comenté caminando entorno a ella, sabía donde estaba aunque no la veía. Podía sentir el aire cálido entorno a ella, las flores invernales que no se movían con la acaricia de la noche.
-Hay aves que viven en la noche, como los búhos y la vida también germina en la oscuridad. Yo soy el señor de los sueños y las pesadillas, estoy condenado a ello.
Me senté frente a su presencia y sonreí como un gato.
-Los gatos duermen de día y viven de noche... incluso hay flores que sólo se abren cuando el sol se va.
Extendí mis manos, tan blancas como la nieve, con mis uñas negras pintadas con laca hacía horas. Cerré mis ojos, comencé a tararear mientras los árboles se movían lentamente. Era como un canto a la naturaleza, buscaba en ella algo que la calmara.
Comenté caminando entorno a ella, sabía donde estaba aunque no la veía. Podía sentir el aire cálido entorno a ella, las flores invernales que no se movían con la acaricia de la noche.
-Hay aves que viven en la noche, como los búhos y la vida también germina en la oscuridad. Yo soy el señor de los sueños y las pesadillas, estoy condenado a ello.
Me senté frente a su presencia y sonreí como un gato.
-Los gatos duermen de día y viven de noche... incluso hay flores que sólo se abren cuando el sol se va.
Extendí mis manos, tan blancas como la nieve, con mis uñas negras pintadas con laca hacía horas. Cerré mis ojos, comencé a tararear mientras los árboles se movían lentamente. Era como un canto a la naturaleza, buscaba en ella algo que la calmara.
"Flores de sakura en tus cabellos de noche,
flores para la joven de sonrisa de cerezo.
Labios de primavera en rostro de invierno,
lágrimas hechas con escarcha y duelo.
Ramillete de amapolas de sangre,
las cuales son el sonrojo de hadas.
Ramillete de poemas para el ángel,
el cual sufre en silencio su corazón herido.
Pétalos de rosas con sabor a caramelo,
azules y amarillas bailando con el blanco
en el vestido de la dama de manos de santo.
Pétalos que son tus zapatos en el frío suelo.
Ramillete de sensaciones en tu sangre,
la cual fluye hasta tu corazón dulce.
Ramillete de palabras para el demonio,
oración que reza como cuervo en su nido."
flores para la joven de sonrisa de cerezo.
Labios de primavera en rostro de invierno,
lágrimas hechas con escarcha y duelo.
Ramillete de amapolas de sangre,
las cuales son el sonrojo de hadas.
Ramillete de poemas para el ángel,
el cual sufre en silencio su corazón herido.
Pétalos de rosas con sabor a caramelo,
azules y amarillas bailando con el blanco
en el vestido de la dama de manos de santo.
Pétalos que son tus zapatos en el frío suelo.
Ramillete de sensaciones en tu sangre,
la cual fluye hasta tu corazón dulce.
Ramillete de palabras para el demonio,
oración que reza como cuervo en su nido."
Invitado- Invitado
Re: In my heaven, your heaven...
-Me aterra esa oscuridad -murmuré, sintiendo que el aire a mi alrededor se empezaba a perturbar conforme me desesperaba. Una vez alguien me dijo, que mi deseo de seguir viva era tan fuerte y mi alma tan pura al momento de mi muerte, que habían hecho que mi poder fuera enorme.
A mi alrededor, las luces empezaban a parpadear y las viejas ampolletas terminaron por estallar, así como pequeños incendios en torno a los fusibles y los cables, todos sobrecargados por mi energía perturbada.
-Recuerdo... -sollocé, sin levantar la vista en ningún momento- Que la oscuridad quería llevarme lejos, que me dañaba y me quitaba la luz que me mantiene aquí... Es horrible que los demás tengan que soportar esa oscuridad cuando es tan fría y vacía... -murmuraba, recordando ese lugar, el bosque que representaba mi propio limbo y en el cual, la oscuridad era una masa amorfa que insistía en llevarme lejos.
Notaba casi ausente cómo el fuego consumía algunas atracciones y árboles viejos, así como troncos podridos. Tanta energía desbordaba, que volví a hacerme visible, pero con mi aspecto original y verdadero: marcas en el cuello señal de quien me ahorcara, lágrimas de sangre y una bata de hospital cubierta de sangre, heridas que no cicatrizaban ni jamás lo harían, porque se habían venido conmigo.
-No quiero que mueras -sollocé, levantando la vista, hablando con la boca sellada y cosida con hilos negros. Era de nuevo un alma en pena, igual que en mis primeros años, todo producto del miedo y el dolor, un ánima muerta que no puede despertar.
A mi alrededor, las luces empezaban a parpadear y las viejas ampolletas terminaron por estallar, así como pequeños incendios en torno a los fusibles y los cables, todos sobrecargados por mi energía perturbada.
-Recuerdo... -sollocé, sin levantar la vista en ningún momento- Que la oscuridad quería llevarme lejos, que me dañaba y me quitaba la luz que me mantiene aquí... Es horrible que los demás tengan que soportar esa oscuridad cuando es tan fría y vacía... -murmuraba, recordando ese lugar, el bosque que representaba mi propio limbo y en el cual, la oscuridad era una masa amorfa que insistía en llevarme lejos.
Notaba casi ausente cómo el fuego consumía algunas atracciones y árboles viejos, así como troncos podridos. Tanta energía desbordaba, que volví a hacerme visible, pero con mi aspecto original y verdadero: marcas en el cuello señal de quien me ahorcara, lágrimas de sangre y una bata de hospital cubierta de sangre, heridas que no cicatrizaban ni jamás lo harían, porque se habían venido conmigo.
-No quiero que mueras -sollocé, levantando la vista, hablando con la boca sellada y cosida con hilos negros. Era de nuevo un alma en pena, igual que en mis primeros años, todo producto del miedo y el dolor, un ánima muerta que no puede despertar.
Invitado- Invitado
Re: In my heaven, your heaven...
-Tú eres una luciérnaga que resplandece en la noche.
Sentencié aquello acariciando el pasto, notando como se movía suave mientras las luces parpadeaban.
-El candil de Dios, un candil que alumbra la oscuridad que ejerce un demonio.
Susurré aquello como si fuera un poema, pero en realidad era algo que podía palparse. Yo estaba hecho de noche, de pura noche, mientras mis ojos brillaban con una luz distinta igual que un gato cuando intenta mirar en la oscuridad.
-En las noches las pesadillas nos tiran, pero hay sueños que cantan. En la noche las luciérnagan juegan, la luna ilumina los pastos creando damas imaginarias y muchos seres cobran vida.-
Me levanté levitando, para terminar sobre una de las ramas de un árbol alejado de ella. Mis pies se movían suavemente, como si el aire pudiera moverme. Mis ojos se cerraron, igual que mis labios, mientras mi espíritu parecía jugar en aquel lugar.
-En la oscuridad vivo echando de menos el sol, la luz entre las rendijas de una cortina o iluminando las mejillas de una mujer. Pero, no es aquello que más temo... mi único temor en este mundo es no soñar. Aunque llevo años sin soñar, sin un solo sueño decente, ya que todo lo que viene a mí es la guerra que hace poco viví... sólo tengo pesadillas.
Sentencié aquello acariciando el pasto, notando como se movía suave mientras las luces parpadeaban.
-El candil de Dios, un candil que alumbra la oscuridad que ejerce un demonio.
Susurré aquello como si fuera un poema, pero en realidad era algo que podía palparse. Yo estaba hecho de noche, de pura noche, mientras mis ojos brillaban con una luz distinta igual que un gato cuando intenta mirar en la oscuridad.
-En las noches las pesadillas nos tiran, pero hay sueños que cantan. En la noche las luciérnagan juegan, la luna ilumina los pastos creando damas imaginarias y muchos seres cobran vida.-
Me levanté levitando, para terminar sobre una de las ramas de un árbol alejado de ella. Mis pies se movían suavemente, como si el aire pudiera moverme. Mis ojos se cerraron, igual que mis labios, mientras mi espíritu parecía jugar en aquel lugar.
-En la oscuridad vivo echando de menos el sol, la luz entre las rendijas de una cortina o iluminando las mejillas de una mujer. Pero, no es aquello que más temo... mi único temor en este mundo es no soñar. Aunque llevo años sin soñar, sin un solo sueño decente, ya que todo lo que viene a mí es la guerra que hace poco viví... sólo tengo pesadillas.
Invitado- Invitado
Re: In my heaven, your heaven...
Le miré mientras decía aquello, levantándome dejando el pasto completamente quemado en donde estuviera segundos antes sentada. El fuego a mi alrededor se expandía, haciendo desaparecer incluso a los ecos de los niños que antes jugaban conmigo.
Di unos cuentos pasos en el aire, puesto que en aquel estado ya no podía tocar el suelo. Mis pies ya habían desaparecido, y yo no era más que un espectro como cualquier otro, uno perturbado que no podía evitar arrastrar la muerte conmigo.
En menos de un segundo, aparecí frente a él, mirándole con la sangre manchando mi rostro, extendiendo mis manos para tomarlas. Tenía frío, sentía que necesitaba el calor de alguien para regresar a mi estado normal, aunque como me solía pasar cuando entraba en este estado de pánico, lo más seguro fuera que terminara por absorber parte de su sangre al tocarle.
-Luciérnaga fui en vida, así como hada y princesa... No soy nada más que un eco... -murmuré con la vista gacha.
Di unos cuentos pasos en el aire, puesto que en aquel estado ya no podía tocar el suelo. Mis pies ya habían desaparecido, y yo no era más que un espectro como cualquier otro, uno perturbado que no podía evitar arrastrar la muerte conmigo.
En menos de un segundo, aparecí frente a él, mirándole con la sangre manchando mi rostro, extendiendo mis manos para tomarlas. Tenía frío, sentía que necesitaba el calor de alguien para regresar a mi estado normal, aunque como me solía pasar cuando entraba en este estado de pánico, lo más seguro fuera que terminara por absorber parte de su sangre al tocarle.
-Luciérnaga fui en vida, así como hada y princesa... No soy nada más que un eco... -murmuré con la vista gacha.
Invitado- Invitado
Re: In my heaven, your heaven...
-Te equivocas.
Dije notando como se apagaba la felicidad en ella, como todo a su alrededor se volvía caos y miseria. Había que temer a los vivos, no a los muertos. Con esa idea la abracé pegándola a mí.
-Soy oscuridad, pero no te daño.
Notaba como emanaba su poder, como ella se parecía tanto a mí. Ambos estábamos solos, habíamos vivido el dolor en nuestra piel, no éramos comprendidos y arrastrábamos la condena. Aunque amaba la sangre, destrozar a todo aquel que se interponía en mi camino, no dejaba de ser un hombre que amaba la belleza y ella era hermosa a pesar del daño que habían hecho a su alma. Me había enamorado de su fuerza, un amor cálido que recorría cada trozo de mi...
-Louise, vuelve a brillar para mí.
Dije notando como se apagaba la felicidad en ella, como todo a su alrededor se volvía caos y miseria. Había que temer a los vivos, no a los muertos. Con esa idea la abracé pegándola a mí.
-Soy oscuridad, pero no te daño.
Notaba como emanaba su poder, como ella se parecía tanto a mí. Ambos estábamos solos, habíamos vivido el dolor en nuestra piel, no éramos comprendidos y arrastrábamos la condena. Aunque amaba la sangre, destrozar a todo aquel que se interponía en mi camino, no dejaba de ser un hombre que amaba la belleza y ella era hermosa a pesar del daño que habían hecho a su alma. Me había enamorado de su fuerza, un amor cálido que recorría cada trozo de mi...
-Louise, vuelve a brillar para mí.
Invitado- Invitado
Re: In my heaven, your heaven...
-Lo siento... -me disculpé mientras me abrazaba. Apenas pasé mis brazos por su cuerpo, sentí que empezaba a absorber parte de su sangre, casi uniéndome con él, entrando en su cuerpo. No podía evitar a veces el llamado cálido de la sangre, y la de él era excepcionalmente poderosa.
Terminé por atravesar su cuerpo, volviendo a sentir el mío real, y cómo las energías perturbadas se empezaban a alejar. Me giré a verle y a abrazarle por la espalda, habían casos en que mis "víctimas"? Se desmayaban y algunos humanos incluso caían en coma... Por eso evitaba sentirme mal. Porque la sangre era lo único que me sosegaba y me hacía ser real otra vez.
-Perdóname, no pude evitarlo -susurré en su oído, abrazándole con fuerza por la espalda, levitando- Soy luz y te causo la muerte... No puedo brillar por mí misma nunca más...
Terminé por atravesar su cuerpo, volviendo a sentir el mío real, y cómo las energías perturbadas se empezaban a alejar. Me giré a verle y a abrazarle por la espalda, habían casos en que mis "víctimas"? Se desmayaban y algunos humanos incluso caían en coma... Por eso evitaba sentirme mal. Porque la sangre era lo único que me sosegaba y me hacía ser real otra vez.
-Perdóname, no pude evitarlo -susurré en su oído, abrazándole con fuerza por la espalda, levitando- Soy luz y te causo la muerte... No puedo brillar por mí misma nunca más...
Invitado- Invitado
Re: In my heaven, your heaven...
Noté como bebía de mí, usualmente eso no sucedía en las apariciones. Recordé los viejos escritos en los cuales decía que un viejo espírito se volvió adicto a la sangre, terminó introducido en otro cuerpo y se mezcló con toda su esencia. De ahí, y no de los infiernos, venimos nosotros los ángeles.
Escuché sus palabras, me dolió haber fallado en mi explicación. Ella pensaba que causaba la muerte a ser luz, pero no era así.
-Tú no me causas la muerte. Eres otro tipo de luz.
Percibía como me rodeaba dándome una calidez impresionante, algo pasmoso, y también desconcertante. Mis ojos se perdieron en las atracciones, mis brazos cayeron a ambos lados de mi cuerpo y terminé girándome hacia ella.
-Ven conmigo, ven a mi casa.
Escuché sus palabras, me dolió haber fallado en mi explicación. Ella pensaba que causaba la muerte a ser luz, pero no era así.
-Tú no me causas la muerte. Eres otro tipo de luz.
Percibía como me rodeaba dándome una calidez impresionante, algo pasmoso, y también desconcertante. Mis ojos se perdieron en las atracciones, mis brazos cayeron a ambos lados de mi cuerpo y terminé girándome hacia ella.
-Ven conmigo, ven a mi casa.
Invitado- Invitado
Re: In my heaven, your heaven...
-Soy la misma luz que el sol emite, por eso me dueles -suspiré en voz baja, sin soltarle, no quería que al quedar débil pudiera caer al vacío y hacerse daño.
Cuando se giró, yo aún le mantenía sujetado. Mi cuerpo ahora era tan real como el suyo, la sangre no fluía ni mis pulmones respondían, pero me había vuelto de carne y hueso. Tal vez un poco más de su sangre y podría hacer latir mi corazón, pero no quería hacerle más daño. Me había impuesto mi propio límite, y era este, en el que yo era tan real y palpable como cualquier otro ser humano.
-Está bien, sólo porque tú quieres que esté a tu lado... estoy enamorada de ti, Atsushi Sakura -volví a decirle, cerrando los ojos mientras mis mejillas se encendían sin razón alguna- Me he prendado de tu energía y tu calidez.
Cuando se giró, yo aún le mantenía sujetado. Mi cuerpo ahora era tan real como el suyo, la sangre no fluía ni mis pulmones respondían, pero me había vuelto de carne y hueso. Tal vez un poco más de su sangre y podría hacer latir mi corazón, pero no quería hacerle más daño. Me había impuesto mi propio límite, y era este, en el que yo era tan real y palpable como cualquier otro ser humano.
-Está bien, sólo porque tú quieres que esté a tu lado... estoy enamorada de ti, Atsushi Sakura -volví a decirle, cerrando los ojos mientras mis mejillas se encendían sin razón alguna- Me he prendado de tu energía y tu calidez.
Invitado- Invitado
Re: In my heaven, your heaven...
-La luna es el refeljo de la luz solar, pero no me daña.
Era mi respuesta a todas sus dudas, el reflejo de la luz y la luz artificial jamás me haría daño. Sólo la luz producida por los rayos solares me quemaría, porque el sol era fuego y el fuego me mataba.
La tomé entre mis brazos, cubriéndola con las escasas prendas que aún me quedaban, para alzarme sobre los cielos en dirección a un poblado cercano. Allí, en un viejo caserón, me guarecía. Lejos del ruido incesante de los automóviles y de cientos de almas en busca del tiempo perdido. Quería paz, y la paz me la transmitía las aguas subterráneas y el crujir de las viejas maderas. Aquello era el paraíso.
Nada más llegar abrí el portón dejando que ella fuera a mi lado. Todo el lugar se iluminó en un instante, provocado por mi mente, y dejó ver la chimenea humeante y los muebles perfectos de otras épocas. Aunque el polvo anidaba en alguna estantería, pero eso era lo menos importante.
-Pasa, yo vivo abajo.
Era mi respuesta a todas sus dudas, el reflejo de la luz y la luz artificial jamás me haría daño. Sólo la luz producida por los rayos solares me quemaría, porque el sol era fuego y el fuego me mataba.
La tomé entre mis brazos, cubriéndola con las escasas prendas que aún me quedaban, para alzarme sobre los cielos en dirección a un poblado cercano. Allí, en un viejo caserón, me guarecía. Lejos del ruido incesante de los automóviles y de cientos de almas en busca del tiempo perdido. Quería paz, y la paz me la transmitía las aguas subterráneas y el crujir de las viejas maderas. Aquello era el paraíso.
Nada más llegar abrí el portón dejando que ella fuera a mi lado. Todo el lugar se iluminó en un instante, provocado por mi mente, y dejó ver la chimenea humeante y los muebles perfectos de otras épocas. Aunque el polvo anidaba en alguna estantería, pero eso era lo menos importante.
-Pasa, yo vivo abajo.
Invitado- Invitado
Re: In my heaven, your heaven...
Me dejé cargar por él hasta su hogar, viendo que éste era casi un paraíso. Sonreí, me parecía hermoso, brillante y la vez opaco, un equilibrio entre la muerte que le sobrellevaba el tiempo y la vida que Atsushi le entregaba.
-Es hermoso, parece un castillo sacado de cuentos de hadas -le dije, mirando con ojos curiosos todo a mi alrededor, viendo las cosas tan limpias y luminosas, como si todo estuviera vivo y no tan muerto como yo- Se parece al lugar en el cual crecí -comenté, acercándome a la chimenea.
No sentía el calor del fuego, a decir verdad casi no sentía nada salvo el calor del tacto del vampiro. Luego de contemplar las llamas, me giré de nuevo hacia él, con expresión de tranquilidad y paz.
- ¿Por casualidad tienes algún piano? Me gusta tocar, le da más vida a la casa. Uno de estos días, cuando encuentre mi verdadero violín, tocaré mis sinfonías para ti.
-Es hermoso, parece un castillo sacado de cuentos de hadas -le dije, mirando con ojos curiosos todo a mi alrededor, viendo las cosas tan limpias y luminosas, como si todo estuviera vivo y no tan muerto como yo- Se parece al lugar en el cual crecí -comenté, acercándome a la chimenea.
No sentía el calor del fuego, a decir verdad casi no sentía nada salvo el calor del tacto del vampiro. Luego de contemplar las llamas, me giré de nuevo hacia él, con expresión de tranquilidad y paz.
- ¿Por casualidad tienes algún piano? Me gusta tocar, le da más vida a la casa. Uno de estos días, cuando encuentre mi verdadero violín, tocaré mis sinfonías para ti.
Invitado- Invitado
Re: In my heaven, your heaven...
El tiempo se había detenido en aquel lugar para acogerla a ella como dueña y señora de aquellos muros. Parecía una dulce princesa esperando quizás a su príncipe azul, deseando aferrarse a los cuentos de hadas y libros de caballeros de brillante armadura. Aquel fortín era el recuerdo de los conquistadores, de aquellos que vinieron a las tierras en busca de fortuna y fama. Un hermoso lugar reconstruido y conservado para guarecerme. Ella podía darle vida, darle algo de su luz.
-Tienes un piano en la sala de baile.
Dije señalando una de las pesadas puertas, tras ella había una enorme sala con un suelo especial que hacía vibrar la música. Las grandes ventanas estaban tintadas de colores para cuando llegara el día el sol se luciera, ya que sus rayos entraban y daban color especial a todo lo que podía iluminar. Había también un pequeño bar, viejos licores se guardaban allí esperando quizás que regresara a ser humano para saborearlos.
Las plantas superiores eran biblioteca, dos baños, dos roperos, dos enormes habitaciones y una pequeña sala. La planta inferior era el hall donde nos encontrábamos, el salón de baile, la cocina y un comedor que tenía puerta al jardín.
-¿Quieres ver donde descanso?
-Tienes un piano en la sala de baile.
Dije señalando una de las pesadas puertas, tras ella había una enorme sala con un suelo especial que hacía vibrar la música. Las grandes ventanas estaban tintadas de colores para cuando llegara el día el sol se luciera, ya que sus rayos entraban y daban color especial a todo lo que podía iluminar. Había también un pequeño bar, viejos licores se guardaban allí esperando quizás que regresara a ser humano para saborearlos.
Las plantas superiores eran biblioteca, dos baños, dos roperos, dos enormes habitaciones y una pequeña sala. La planta inferior era el hall donde nos encontrábamos, el salón de baile, la cocina y un comedor que tenía puerta al jardín.
-¿Quieres ver donde descanso?
Invitado- Invitado
Re: In my heaven, your heaven...
Sonreí abiertamente en cuanto dijo aquello, deseando ir ya a la sala de baile y tocar alguna pieza. Hacía mucho tiempo que no tocaba un piano, pero no olvidaba cómo se hacía.
Pero tampoco podía negarme a su invitación, y en menos de una fracción de segundo aparecía a su lado tomando su mano con las mías.
-Por supuesto -respondí, disfrutando de la calidez que su mano me proporcionaba, mucho mejor que el fuego e infinitamente más agradable que el hielo.
- Luego ¿me dejarás tocar un poco? -le pregunté, mirándole con gesto de súplica, esperando que me diera permiso, pues tampoco tocaría su piano si no me lo permitía.
Pero tampoco podía negarme a su invitación, y en menos de una fracción de segundo aparecía a su lado tomando su mano con las mías.
-Por supuesto -respondí, disfrutando de la calidez que su mano me proporcionaba, mucho mejor que el fuego e infinitamente más agradable que el hielo.
- Luego ¿me dejarás tocar un poco? -le pregunté, mirándole con gesto de súplica, esperando que me diera permiso, pues tampoco tocaría su piano si no me lo permitía.
Invitado- Invitado
Re: In my heaven, your heaven...
Tomé su mano con una leve sonrisa, ya que ella me transmitía viejos recuerdos a los que me aferraba aquella noche. No sabía si se quedaría todo el tiempo que yo quisiera, pero deseaba creer que así era.
-Podrás tocar toda la mañana, si así deseas.
Di a un interruptor colocado en la pared, oculto entre unos cuadros, y un pasadizo se hizo vislumbrar entre los tablones de aquella entrada. Una escalera de madera invitaba a pasar. Era lo suficientemente grande para bajar ambos, además ella era tan menuda que aún siendo justa para mí hubiera podido pasar a mi lado.
Bajé con calma encendiendo mentalmente cada antorcha, mostrando así una enorme cama en medio de aquella habitación. Todo estaba decorado con símbolos y objetos japoneses, así como libros muy antiguos apilados en uno y otro lado.
-Duermo aquí. No salgo hasta que el sol se ha ido.
-Podrás tocar toda la mañana, si así deseas.
Di a un interruptor colocado en la pared, oculto entre unos cuadros, y un pasadizo se hizo vislumbrar entre los tablones de aquella entrada. Una escalera de madera invitaba a pasar. Era lo suficientemente grande para bajar ambos, además ella era tan menuda que aún siendo justa para mí hubiera podido pasar a mi lado.
Bajé con calma encendiendo mentalmente cada antorcha, mostrando así una enorme cama en medio de aquella habitación. Todo estaba decorado con símbolos y objetos japoneses, así como libros muy antiguos apilados en uno y otro lado.
-Duermo aquí. No salgo hasta que el sol se ha ido.
Invitado- Invitado
Re: In my heaven, your heaven...
Le sonreí contenta, me dedicaría toda la mañana a tocar el piano y tal vez más tarde iría a buscar mi violín, como siempre hacía. Sólo esperaba no perderme, o no tardar demasiado mientras lo buscaba.
Bajé tomada de su mano, mirando en silencio a mi alrededor. No sentía miedo, aunque tal vez un poco de sorpresa, aquel lugar era impresionante y muy extraño, nunca había visto nada igual.
Una vez abajo, miré su cama y las paredes, preguntándome qué significaban aquellos símbolos extraños. Me solté de su mano caminando hacia una de las paredes para ver de cerca, y luego caminé hasta su cama tocando con la punta de mis dedos las sábanas, parecían suaves y sedosas.
-Este lugar es impresionante... Pero me pregunto qué significan los símbolos -comenté, volviendo a mirarle sonriente.
Bajé tomada de su mano, mirando en silencio a mi alrededor. No sentía miedo, aunque tal vez un poco de sorpresa, aquel lugar era impresionante y muy extraño, nunca había visto nada igual.
Una vez abajo, miré su cama y las paredes, preguntándome qué significaban aquellos símbolos extraños. Me solté de su mano caminando hacia una de las paredes para ver de cerca, y luego caminé hasta su cama tocando con la punta de mis dedos las sábanas, parecían suaves y sedosas.
-Este lugar es impresionante... Pero me pregunto qué significan los símbolos -comenté, volviendo a mirarle sonriente.
Invitado- Invitado
Re: In my heaven, your heaven...
Junto a aquellos símbolos estaban mis armas y mi armadura. Poseía tantos recuerdos de mi pasado como también de mi presente, sobre el escritorio estaba el último poema que había escrito en mi lengua materna y un libro de conjuros que había tomado prestado para conocer un poco más sobre el arte de la hechicería. Yo no tenía fuerza para ello, pero la curiosidad me devoraba.
-Honor, respeto, igualdad, lealtad.-
Fui señalándolos uno a uno, contemplando como ponía atención a mis movimientos y mis palabras.
-Belleza, nobleza y poder.
Dije finalmente quedando frente a él, contemplándolo como el decorado de pétalos de sakura me recordaban tanto a mis orígenes que me hacían sentir en casa.
-Este es un poema, un Haiku.-
Comenté con una leve sonrisa antes de entonarlo.
"El gato camina elegante por las calles,
La mariposa sobrevive a una nevada"
-Honor, respeto, igualdad, lealtad.-
Fui señalándolos uno a uno, contemplando como ponía atención a mis movimientos y mis palabras.
-Belleza, nobleza y poder.
Dije finalmente quedando frente a él, contemplándolo como el decorado de pétalos de sakura me recordaban tanto a mis orígenes que me hacían sentir en casa.
-Este es un poema, un Haiku.-
Comenté con una leve sonrisa antes de entonarlo.
"El gato camina elegante por las calles,
La mariposa sobrevive a una nevada"
Invitado- Invitado
Re: In my heaven, your heaven...
Escuchaba atenta sus palabras, mirando los símbolos otra vez con rostro curioso. Me senté entonces en su cama, se notaba lo ligero que era mi cuerpo ya que apenas se había hundido, a pesar de que era tan real como el de Atsushi.
Conservaba mi aspecto real, pero el que tuve cuando estaba viva, antes de que la pesadilla de mi muerte comenzara. Mi vestido blanco, de hecho, era el mismo que usaba la noche antes de que me enviaran al hospital.
- ¿"Hai-ku"? -repetí, escuchando sus palabras. Tenía una bonita voz, agradable, y una entonación bastante parecida a la mía cuando leía en voz alta. Sonreí, recostándome sobre su cama mirando el techo, escuchando sus palabras mientras mis cabellos se desparramaban sobre las sábanas.
Conservaba mi aspecto real, pero el que tuve cuando estaba viva, antes de que la pesadilla de mi muerte comenzara. Mi vestido blanco, de hecho, era el mismo que usaba la noche antes de que me enviaran al hospital.
- ¿"Hai-ku"? -repetí, escuchando sus palabras. Tenía una bonita voz, agradable, y una entonación bastante parecida a la mía cuando leía en voz alta. Sonreí, recostándome sobre su cama mirando el techo, escuchando sus palabras mientras mis cabellos se desparramaban sobre las sábanas.
Invitado- Invitado
Re: In my heaven, your heaven...
-Sí, así es. Son pequeños poemas de origen chino que tuvieron influencia en mi cultura. Los símbolos que ves son kanjis, es como escribimos nosotros. El arte de la escritura es muy prestigioso, quien tiene una letra hermosa tiene suerte y es contratado para escribir este tipo de adornos.
Decía todo aquello con una inusual sonrisa. Estaba fascinado porque alguien quisiera saber de mi cultura, aunque solo fuera breves fragmentos. Sobretodo, estaba dichoso porque era ella quien se interesaba.
-Podría mostrarte más haikus, incluso a elaborarlos.
Me senté sobre aquella cama estilo japonés. El colchón estaba sobre una pequeña tabla y era mullido a pesar de su aspecto. La calefacción de aquella habitación venía gracias a un horno que siempre estaba encendido y vigilado por medidas de seguridad muy eficientes. Mantenía la casa caliente, sobretodo la habitación donde estábamos.
-Duerme conmigo, aunque no sé si puedes hacerlo.
Decía todo aquello con una inusual sonrisa. Estaba fascinado porque alguien quisiera saber de mi cultura, aunque solo fuera breves fragmentos. Sobretodo, estaba dichoso porque era ella quien se interesaba.
-Podría mostrarte más haikus, incluso a elaborarlos.
Me senté sobre aquella cama estilo japonés. El colchón estaba sobre una pequeña tabla y era mullido a pesar de su aspecto. La calefacción de aquella habitación venía gracias a un horno que siempre estaba encendido y vigilado por medidas de seguridad muy eficientes. Mantenía la casa caliente, sobretodo la habitación donde estábamos.
-Duerme conmigo, aunque no sé si puedes hacerlo.
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Re: In my heaven, your heaven...
-Todo esto es muy extraño y muy bonito, nunca vi nada igual, estoy segura de que lo recordaría -murmuré, con gesto de admiración, mirándole desde la cama. Cuando se sentó a mi lado, estiré mi mano hacia él para juguetear con sus cabellos, me encantaba hacer eso, era relajante.
Cuando mencionó aquello último, le miré con el ceño fruncido en gesto curioso. Me incorporé en la cama, sentándome a su lado.
- ¿Dormir? -pregunté, extrañada- ¿Qué es eso? -no lo recordaba, pero tenía la vaga sensación de haberlo experimentado. Era como si esos recuerdos se hubieran nublado casi hasta desaparecer.
Cuando mencionó aquello último, le miré con el ceño fruncido en gesto curioso. Me incorporé en la cama, sentándome a su lado.
- ¿Dormir? -pregunté, extrañada- ¿Qué es eso? -no lo recordaba, pero tenía la vaga sensación de haberlo experimentado. Era como si esos recuerdos se hubieran nublado casi hasta desaparecer.
Invitado- Invitado
Re: In my heaven, your heaven...
-Lo que pensaba, no puedes descansar. Yo, si te sirve de consuelo solo cierro los ojos y quedo como muerto. Pero otros son capaces de soñar, yo entro en sus sueños y los cambio. Si la persona se ha portado decente conmigo, o creo que merece sentir algo agradable, manipulo para que sea perfecto. Creo mundos, los creo cuando las personas cierran sus ojos y respiran lento. Mis mundos de fantasía son como los jardines de un Dios bondadoso. Los sueños terribles, aquellos que tienen mis víctimas, esos que intentan asesinar lo bueno de este mundo o ir contra mi organización, también contra mí, terminan espantados por culpa de estos y jamás saben que era una pesadilla. A veces, así los elimino y no vuelven.
No deseaba confesar que mataba en esos sueños, captaba la sangre y energía de mis presas. Había matado a niños de ese modo, los adormecía y bebía de ellos hasta que morían. Normalmente eran niños enfermos, hijos de vampiros que habían sido asesinados por mi organización y yo les daba muerte mejor que verlos solos y desamparados. Nadie quiere a un engendro, menos cuando ese engendro te ve como su próximo alimento.
No deseaba confesar que mataba en esos sueños, captaba la sangre y energía de mis presas. Había matado a niños de ese modo, los adormecía y bebía de ellos hasta que morían. Normalmente eran niños enfermos, hijos de vampiros que habían sido asesinados por mi organización y yo les daba muerte mejor que verlos solos y desamparados. Nadie quiere a un engendro, menos cuando ese engendro te ve como su próximo alimento.
Invitado- Invitado
Re: In my heaven, your heaven...
Quedé más confusa tras su explicación, mirándole fijamente mientras intentaba comprender eso. ¿Creaba mundos dentro de las personas? Algo así había entendido. Bajé la vista llevando mis dedos a mis labios, en gesto pensativo. Para cuando le volví a mirar, con una sonrisa tierna y un tanto infantil, ya habían pasado unos cinco minutos.
-Eso me parece sorprendente, pero muy confuso para mí. Tal vez, algún día pueda volver a soñar o dormir, me gustaría mucho saber cómo es eso. Pero no me gustaría tener un sueño terrible, creo que me daría mucho miedo y me pondría triste…–volví a recostarme en la cama, mirando el techo, mientras mis pensamientos circulaban libres por la habitación- ¿Cómo es eso de tu organización? Aún no lo entiendo bien, y me da curiosidad… -de pronto me incorporé de golpe, había recordado algo y dejado de lado por completo mi duda.
- ¡Ah! ¿Sabes? Acabo de recordar algo. Tú eres como mi padrino. Ahora recuerdo de dónde escuché eso de dormir y soñar. Mi padrino también hace algo parecido, pero recuerdo que él “creaba” fantasías. Cuando estaba viva, siempre me visitaba, pero sólo durante las noches. Jugaba conmigo cuando aún era una niña –estaba emocionada contándole aquello, eran recuerdos que no sabía que tenía pero que me alegraban- Solía traerme siempre ramos con flores blancas, y aunque creo que no era pariente cercano… Recuerdo que me quería mucho. Me… me había prometido protegerme siempre –susurré, frunciendo el sueño. El recuerdo se hacía borroso, pero sentía que si dejaba de hablar se iría para siempre junto a los demás- Antes de irme, recuerdo que estaba muy triste, como si supiera… lo que me pasaría. Pero me dejó ir, porque quería verme feliz…
No sabía por qué, pero las lágrimas se deslizaban por mi rostro, el cual tenía un gesto ausente. Me apenaba, estaba angustiada pero no podía recordar el motivo, y sin embargo, mi cuerpo permanecía totalmente visible y materializado.
-Creo que así se siente extrañar a alguien, pero es u lindo recuerdo que tengo de él. Recuerdo su rostro y su sonrisa, tenía unos dientes como los tuyos… pero no puedo recordar su nombre –con el dorso de mi mano, limpié aquellas lágrimas cristalinas, y le miré con una sonrisa- Recuerdo que no le gustaba verme llorar, decía que había que ser fuertes para las personas que nos quieren. Lo siento, no me di cuenta de que lloraba…
-Eso me parece sorprendente, pero muy confuso para mí. Tal vez, algún día pueda volver a soñar o dormir, me gustaría mucho saber cómo es eso. Pero no me gustaría tener un sueño terrible, creo que me daría mucho miedo y me pondría triste…–volví a recostarme en la cama, mirando el techo, mientras mis pensamientos circulaban libres por la habitación- ¿Cómo es eso de tu organización? Aún no lo entiendo bien, y me da curiosidad… -de pronto me incorporé de golpe, había recordado algo y dejado de lado por completo mi duda.
- ¡Ah! ¿Sabes? Acabo de recordar algo. Tú eres como mi padrino. Ahora recuerdo de dónde escuché eso de dormir y soñar. Mi padrino también hace algo parecido, pero recuerdo que él “creaba” fantasías. Cuando estaba viva, siempre me visitaba, pero sólo durante las noches. Jugaba conmigo cuando aún era una niña –estaba emocionada contándole aquello, eran recuerdos que no sabía que tenía pero que me alegraban- Solía traerme siempre ramos con flores blancas, y aunque creo que no era pariente cercano… Recuerdo que me quería mucho. Me… me había prometido protegerme siempre –susurré, frunciendo el sueño. El recuerdo se hacía borroso, pero sentía que si dejaba de hablar se iría para siempre junto a los demás- Antes de irme, recuerdo que estaba muy triste, como si supiera… lo que me pasaría. Pero me dejó ir, porque quería verme feliz…
No sabía por qué, pero las lágrimas se deslizaban por mi rostro, el cual tenía un gesto ausente. Me apenaba, estaba angustiada pero no podía recordar el motivo, y sin embargo, mi cuerpo permanecía totalmente visible y materializado.
-Creo que así se siente extrañar a alguien, pero es u lindo recuerdo que tengo de él. Recuerdo su rostro y su sonrisa, tenía unos dientes como los tuyos… pero no puedo recordar su nombre –con el dorso de mi mano, limpié aquellas lágrimas cristalinas, y le miré con una sonrisa- Recuerdo que no le gustaba verme llorar, decía que había que ser fuertes para las personas que nos quieren. Lo siento, no me di cuenta de que lloraba…
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Re: In my heaven, your heaven...
Ella preguntó si se sentía de ese modo al extrañar a alguien, pero yo me preguntaba si un ángel podía verse tan hermoso como ella. Sus ojos parecían los de una niña intentando recordar, imaginar figuras y hacer real aquel trozo de sentimientos que era su recuerdo.
-Vampiro.
Fue lo único que dije antes de rodearla. Un vampiro había protegido aquella niña, seguro que era por la luz que tranmistía como una luciérnaga en medio del bosque. Parecía uno de los luceros nocturnos, esos que ayudan a los caminantes a guiarse. Una estrella, una composición de luz mística que envolvía todo con una calidez imposible de describir o menospreciar. Ella era luz, una luz que a cualquier vampiro dejaría cegado y pegado a ella como las polillas hacia los candiles.
-Fuiste cuidada con cariño, sosiego y él era como yo. Tal vez no poseía mi don, pero sí mi legado.
Mumuré antes de tomar sus manos entre las mías, acariciándolas. Notaba su cuerpo como si fuera tan real como el mío propio, pero sabía que sólo era su poder el cual la mantenían con nosotros, entre los vivos o algo vivos.
-Tengo un líder. Un hombre lleva a los guerreros a la lucha, como los viejos reyes y faraones, luchando codo con codo con nosotros. Lucha para que seamos libres de nuestras acciones, para que no nos impliquen en leyes absurdas que sólo llevan al odio entre las razas. No estamos solos, tenemos aliados de otros grupos. Somos vampiros, lobos, hechiceros, brujas y cualquier criatura que desee colaborar por un mundo como el que tuvimos una vez.
-Vampiro.
Fue lo único que dije antes de rodearla. Un vampiro había protegido aquella niña, seguro que era por la luz que tranmistía como una luciérnaga en medio del bosque. Parecía uno de los luceros nocturnos, esos que ayudan a los caminantes a guiarse. Una estrella, una composición de luz mística que envolvía todo con una calidez imposible de describir o menospreciar. Ella era luz, una luz que a cualquier vampiro dejaría cegado y pegado a ella como las polillas hacia los candiles.
-Fuiste cuidada con cariño, sosiego y él era como yo. Tal vez no poseía mi don, pero sí mi legado.
Mumuré antes de tomar sus manos entre las mías, acariciándolas. Notaba su cuerpo como si fuera tan real como el mío propio, pero sabía que sólo era su poder el cual la mantenían con nosotros, entre los vivos o algo vivos.
-Tengo un líder. Un hombre lleva a los guerreros a la lucha, como los viejos reyes y faraones, luchando codo con codo con nosotros. Lucha para que seamos libres de nuestras acciones, para que no nos impliquen en leyes absurdas que sólo llevan al odio entre las razas. No estamos solos, tenemos aliados de otros grupos. Somos vampiros, lobos, hechiceros, brujas y cualquier criatura que desee colaborar por un mundo como el que tuvimos una vez.
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Re: In my heaven, your heaven...
Me dejé abrazar correspondiendo también al abrazo. Me sentía muy pequeña a su lado, aquello me hacía recordar aún más a aquel que en vida me cuidase y visitase tan a menudo.
"Vampiro" había dicho. ¿Podría estar vivo? Cerré los ojos con fuerza, sintiendo su mano tomar las mías. Mis dudas se dispersaron nada más el volvió a hablar, y bes que me distraía con demasiada facilidad.
-Entiendo... quisiera que no existieran las guerras y que nadie muriera... -comenté, aún abrazada a él. Luego de algunos minutos me separé y me puse de pie, caminando por la habitación mirando otra vez aquellos símbolos- ¿Puedo tocar el piano ahora? -pregunté de repente, recordando el piano. Me giré a él con una sonrisa infantil de súplica, acercándome y tomando sus manos entre las mías- Puedes sentarte a mi lado y escuchar, ¿qué dices?
"Vampiro" había dicho. ¿Podría estar vivo? Cerré los ojos con fuerza, sintiendo su mano tomar las mías. Mis dudas se dispersaron nada más el volvió a hablar, y bes que me distraía con demasiada facilidad.
-Entiendo... quisiera que no existieran las guerras y que nadie muriera... -comenté, aún abrazada a él. Luego de algunos minutos me separé y me puse de pie, caminando por la habitación mirando otra vez aquellos símbolos- ¿Puedo tocar el piano ahora? -pregunté de repente, recordando el piano. Me giré a él con una sonrisa infantil de súplica, acercándome y tomando sus manos entre las mías- Puedes sentarte a mi lado y escuchar, ¿qué dices?
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Re: In my heaven, your heaven...
-Mi tiempo se agota.
La luz del día estaba a punto de bañar la tierra, provocando de ese modo que entrara en trance y acabara dormido, casi muerto, en la cama. Me recosté contemplándola, mis párpados caían y yo me esforzaba por saber que estaba allí. Mis dedos querían rozar el borde de su vestido y notar que era real, aunque fuera sólo por su poder y no porque existiera realmente.
-Mi momento llega, el sol aparece y mis sueños me ahogan en sus mares calmos
No eran calmos, sino agitados y corruptos por el dolor, si bien jamás me hubiera atrevido a decirle la verdad. Quería mantener esa inocencia que parecía brotar de ella. La misma calma que me provocaba la lluvia, el eco del cabalgar de caballos salvajes, el ver como brotaba una flor en medio de un campo masacrado o la sangre de mis víctimas en mi boca y en mis ropas. Era la calma que necesitaba, la belleza dentro de la tragedia. Era la mujer que deseaba para que fuera la nana de un guerrero sanguinario.
La luz del día estaba a punto de bañar la tierra, provocando de ese modo que entrara en trance y acabara dormido, casi muerto, en la cama. Me recosté contemplándola, mis párpados caían y yo me esforzaba por saber que estaba allí. Mis dedos querían rozar el borde de su vestido y notar que era real, aunque fuera sólo por su poder y no porque existiera realmente.
-Mi momento llega, el sol aparece y mis sueños me ahogan en sus mares calmos
No eran calmos, sino agitados y corruptos por el dolor, si bien jamás me hubiera atrevido a decirle la verdad. Quería mantener esa inocencia que parecía brotar de ella. La misma calma que me provocaba la lluvia, el eco del cabalgar de caballos salvajes, el ver como brotaba una flor en medio de un campo masacrado o la sangre de mis víctimas en mi boca y en mis ropas. Era la calma que necesitaba, la belleza dentro de la tragedia. Era la mujer que deseaba para que fuera la nana de un guerrero sanguinario.
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Re: In my heaven, your heaven...
Le miré ladeando ligeramente el rostro, viendo que se recostaba. Me tendí a su lado, abrazándole y apoyando mi cabeza sobre su pecho, acariciando sus cabellos con suavidad.
-Tus ojos susurras verdades diferentes, y si me permites, puedo cuidar tus sueños y que sean dulces. Imagina que soy la flor que te da calma, y lo seré para ti -le susurré, cerrando los ojos y rozando su nariz con la mía- Cuando duermas, iré a tocar el piano para que tus sueños sean claros y tranquilos... Tal vez durante el día salga otra vez a buscar mi violín...
-Tus ojos susurras verdades diferentes, y si me permites, puedo cuidar tus sueños y que sean dulces. Imagina que soy la flor que te da calma, y lo seré para ti -le susurré, cerrando los ojos y rozando su nariz con la mía- Cuando duermas, iré a tocar el piano para que tus sueños sean claros y tranquilos... Tal vez durante el día salga otra vez a buscar mi violín...
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Re: In my heaven, your heaven...
Su voz era un dulce eco melódico que provocaba que mi cuerpo reaccionara de forma tibia. Notaba como cierto calor recorría toda mi columna vertebral, llegando inclusive a la punta de mis dedos. Sentía que mi sistema nervioso reaccionaba de forma agradable a su voz, era como si activara un mecanismo que incluso yo desconocía.
-Quédate conmigo.
Susurré aquello antes de caer en un letargo profundo. Podía sentir su aura cerca de mi, sus manos y su cuerpo creado con energía eran para mí vibraciones constantes. El piano se escucharía a través de las maderas, retumbando con la belleza de antaño. Mientras, yo descansaba en mi lecho ella tocaría una nana continua como si se tratara de una caja musical. Si bien, la bailarina no giraría sino que provocaría el hechizo de la música.
Mi aspecto era el de un gigante de cera, o tal vez mármol, caído en medio de un lecho revuelto de sábanas oscuras y blancas. Mis ropas aún tenían aroma a mar y a robles centenarios. Mis ojos cerrados, como los de un bendito, y mis labios arqueados en una sonrisa mostrarían mi lado más afable, no el violento y sanguinario que todos conocían. Ella me daba vida, otra vida, tan distinta a la conocida que me abrumaba y a la vez satisfacía todos mis sentidos.
-Quédate conmigo.
Susurré aquello antes de caer en un letargo profundo. Podía sentir su aura cerca de mi, sus manos y su cuerpo creado con energía eran para mí vibraciones constantes. El piano se escucharía a través de las maderas, retumbando con la belleza de antaño. Mientras, yo descansaba en mi lecho ella tocaría una nana continua como si se tratara de una caja musical. Si bien, la bailarina no giraría sino que provocaría el hechizo de la música.
Mi aspecto era el de un gigante de cera, o tal vez mármol, caído en medio de un lecho revuelto de sábanas oscuras y blancas. Mis ropas aún tenían aroma a mar y a robles centenarios. Mis ojos cerrados, como los de un bendito, y mis labios arqueados en una sonrisa mostrarían mi lado más afable, no el violento y sanguinario que todos conocían. Ella me daba vida, otra vida, tan distinta a la conocida que me abrumaba y a la vez satisfacía todos mis sentidos.
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