A Little Piece Of Heaven - Michelle -

Caminaba, con la calma habitual con la que hacia, observando las pinturas que casi se sabia de memoria en el techo de la capilla, en las paredes.

Cansada, se sentó frente al altar, observando el cristo torturado y la escena que mostraba el cielo y el infierno. Sonrió con calma, pasando sus delgados dedos por sus castaños cabellos, peinandolos levemente, aguardando que en cualquier momento la puerta se abriera dándole paso a su progenie.

Michelle, era parte de ella, en cierta forma, al ser la hija biológica de Adrian, su precioso cachorro por el cual haría lo imposible, con tal de que fuese feliz de alguna forma, aun que últimamente sentía que no todo funcionaba como ella esperaba.

Había recibido por fin la llamada de Nerissa, después de mi encuentro con Armand me había quedado perdiéndome por el mundo, recibiendo informes de lo que pasaba en la ciudad. Un demonio poderoso iba haciendo su imperio de oscuridad por todo el mundo hasta en los ángeles.

Al aterrizar de nuevo en Roma fui hacia el Vaticano, a la capilla sixtina donde ella me esperaba. Caminaba con algo de nerviosismo, de verla de nuevo. Al llegar enfrente de la puerta respire hondo y la abrí con firmeza entrando por el hueco y seguí caminando hacia ella.

Abu? - pregunte levemente mirando las pinturas.

Escucho su voz, clara, como una campanilla, demaciado dulce, pero potente, le recordaba a su propia voz.

-Aqui.-dijo sin moverse de su lugar, sentada de forma elegante un poco informal en sus vestimentas, con las piernas cruzadas, sin despegar su mirada hasta que Michelle se coloco a su lado- Supe que discutiste con tus hermanos.

Indico, volviendo su verde mirada a la chica.

Me acerque hasta donde estaba sentada, sonreí levemente por volver a verla pero me sonroje por lo que dijo desviando la mirada y dando un paso hacia atrás.

Solo quería pasar la navidad en familia, sin discusiones y al final no salió como quería. - murmure sin mirarla y algo nerviosa. Hace unos días vi al abu Armand - sonreí levemente y suspire sentándome a su lado

Puso su mano sobre la suya que estaba en su regazo, sonrei con ella, notando su tristeza.

-Entiendo tu frustracion.-dijo, volviendo a sonreir cuando mensiono a Armand.-supe que se quedo sin memoria o algo asi.

Comento, mirandole de forma fija.

-Debes comprender Michelle, provablemente para Darius que tiene todos sus recuerdos sigas siendo su princesa y trate de cuidarte, pero para Adrian... algo hice mal con él, el solo quiere ser libre y entiendo lo que sientes, por que en el fondo aun deseas a tus padres como tal, no a los hermanos que son.

Asentí un poco cuando dijo sobre la memoria de Armand, mirando un poco el suelo notando su mano en la mía.

Extraño mucho a papa y a mama - murmure metiendo la mano libre al bolsillo sacando un bombón -A veces creo que conocerán a alguien y dejaran de ser pareja - susurre con el bombón en la boca. Luego recordé algo mas importante.

Abu... Hay un demonio... Que esta invadiendo nuestra ciudad de pecado y no podemos hacer nada... Tengo miedo - la mire con los ojos algo llorosos apretando un poco mas su mano.

Levanto una de sus finas cejas a la mension del demonio, torciendo los labios en molestia, sin borrar de su rostro esa exprecion de eterna soberbia.

-Y sabes su nombre, tal vez pueda hacer algo al respecto.-comento y apreto la mano de la joven damphyr.- Todo depende con que tipo de demonio se esten enfrentando, provablemente el este creido que no puedo hacer nada, todos creen que no tengo la capasidad de ser un buen lider, pero eso es por que realmente no me conocen.

Dijo sonriendole de forma amable, levantando su mano para acariciar su mejilla.

-Recuerda quien soy pequeña, de mi depende mucho el destino de la tierra... solo falta un simple elemento, pero no se donde metio Lucifer a su engendro.

Torcí los labios, no me gustaba nombrar aquel nombre, por lo que saque el móvil que tenía en el bolsillo y comencé a buscar la foto que me había enviado uno de nuestros subordinados, cuando la encontré se la mostré.

Es este, y ya tiene muchos locales en Los Ángeles en u poder, ni Amaury puede hacer nada de momento. - dije sin apartar el aparato para que viera la foto de Caim.

Tal vez ella podría hacer algo, lleve a mi boca un bombón de los que hacía Daichi.

Puso los ojos en blanco, soltando la mano de la muchacha, tomando el celular para observar mejor la fotografia.

-Genial.. justamente tenia que ser la puta mayor de Lucifer.-comento y torcio los labios con molestia.-Es el Presidente de los infiernos, siente que tiene todo en su poder, pero lo que no sabe es que realmente Lucifer le deja hacer por conveniencia propia.

Dijo.

-Ya me encargare de Caim, querra hacer algun tipo de movimiento y sera ahi cuando tenga que mover mis influencias para exterminarlo.

Negué con la cabeza levemente y suspirando. Ojalá pudiera hacer algo para que se estuviera quieto, me ponía nerviosa y me daba la impresión que a Amaury también.

Cogí el móvil guardándolo de nuevo, la mire con media sonrisa y me puse para apoyar mi cabeza en sus muslos para cerrar los ojos, me encontraba a gusto con ella.

Creo que volveré a casa un rato y luego iré a Londres

Sonrio ligeramente, sintiendo cierto calor en el pecho de tenerla asi, aun la recordaba pequeña y totalmente inocente, con esa inteligencia infantil. La vio moverse, recostarse en su regazo y acaricio sus cabellos ligeramente, notando que ella se parecia mas a Darius que a su propio hijo, Adrian, de el solo tenia los enormes ojos azules.

-Si tus padres se llegan a separar, creeme que se que jamas dejaran de amarte.-comento, sin dejar de jugar con sus cabellos- Lo que temo es que el tal Northman esta en busca de acrecentar sus negocios, no me agrada.

Tal vez mama vuelva a caer en sus garras - suspire con los ojos cerrados, notando como jugaba con mis cabellos.
Ojalá Adris recordara todo, pero tal vez si recuerda sería peor y se iría, no lo se.- susurre aun con los ojos cerrados con las piernas encogidas en la banca.
No puedo tener pareja? - solté de golpe luego de unos minutos y mirándola, tal vez diría que no como papa.

Levanto una ceja con curiosidad, torciendo sus labios ligeramente en una media sonrisa.

-Vaya cosas que dices.-murmuro, mirandola.-Es solo que encuentres a la persona indicada, tampoco me gustaria verte como tus padres eran, de amante en amante, hasta que aceptaron que se amaban.

Dijo acariciando sus negros cabellos.

-Yo solo espero que Northman no se le acerque tanto, ese hombre no sabe hacer otra cosa que no sean negocios que le beneficien.-indico.-Antes le trajo muchos beneficios a la familia, pero muy malas experiencias a Adrian, y no quiero que suceda lo mismo con Deirdre, creo que se merece ser feliz, totalmente, aun que suene egoista.

Escuchaba sus palabras con atención, memorizándolas por si algún día las necesitaba. Ronronee cerrando de nuevo los ojos, se estaba muy bien así de nuevo a su lado, ahora estaba segura de que estaba mas calmada que antes.

No creo que haya un hombre para mi - susurre sin moverme y vi la imagen de rafa. - En año nuevo conocí a un ángel llamado Rafael... Creo que es aquel arcángel, es muy sexy - me sonroje un poco y me puse a pensar en otra cosa intentando buscar algo mejor. - No creo que mami sea feliz con aquel vampiro

-Ahh.. Rafael-dijo mirandola con extrañeza.- Dudo que quiera que lo boten del infierno y hacernos compañia a Lucifer y a mi en el infierno.-sonrio divertida.- Pero veras que encontraras al indicado, solo no te aferres a alguien que no vale la pena, o terminaras igual que yo, eternamente enamorada de alguien que ni al caso.

Comento, refiriendose claramente a Armand.

-Y bueno, ya sabes, tuve un afair con el y el resultado final de todo eso eres tu.-sonrio,. pasando su mano por la mejilla de Michelle.-Y no me quejo, simplemente no es bueno, deja de buscar y llegara solo y sera mejor, con respecto a tu padre...-suspiro largamente.- Solo espero que no caiga nuevamente en los engaños de Northman y si es asi, espero que sea lo suficientemente inteligente para no dejarse manipular y en lugar de ello, aproveche, que el manipule a Northman esta vez.


Dijo, fijando la vista hacia enfrente, hacia el fresco que indicaba el final de los dias, la caida de gracia de Lucifer y su orda de angeles pecadores.

Sonreí levemente cuando acarició mi mejilla pensando en Armand, suspire y me estire medio bostezando.

Porque no podemos ser una familia feliz como en los cuentos? - murmure dando vuelta y me abrace a su cintura olisqueando su ropa.

Podría tal vez dejar de buscar una pareja para mi, si la había ya la encontraría, solo esperaba que no fuera tarde para eso. Me puse a ronronear con los ojos cerrados intentando no quedar dormida.

Sonrio ligeramente observando a la chica, acariciando sus cabellos enrredando en estos sus largos dedos.

-Esto lo sacaste de Adrian.- comento sin dejar d acariciarla d escuchar sus ronroneos. Ella era dulce, como lo habia sido Adrian cuando pequeño, en esa vida cuando era su hijo, no ahora que no tenia sus recuerdos, solo esas imagenes inconexas que se negaba a aceptar.

Sonreí levemente y alcé el brazo lo justo para acariciar su suave mejilla, tenía miedo de que si ellos dos encontraban a otro a quien amar no volveríamos a ser nunca una familia feliz.

tendría cuatro papis - abrí los ojos mirándola con la cabeza ladeada y haciendo medio puchero. - No se si llegare a aceptar eso... o aceptarles...

-Veras que si.-dije.-Igual para Adrian no fue facil vivir y ser criado por mi padre y mis primos.-sonrei.-Especialmente por Sebastian, el fue como su padre la mayor parte de tiempo, cuando yo tuve que alejarme-indico con cierta tristesa en la mirada.

-Fui demaciado egoista pensar en mi en lugar de su bienestar y no sabes cuanto me arrepiento de ello.-sonrio con amargura, tomando la palida mano de su nieta.-Pero estoy segura que Adrian y Darius jamas dejaran de amarte y bueno, a quienes elijan como pareja, tendran que aceptar esto... que tu eres hija de ambos y que siempre existira ese vinculo entre ellos, el amor que ambos sienten por ti.

Suspire un poco cerrando los ojos escuchando sus palabras, sonreí cuando tomo mi mano y me senté mejor en la banca.

Ojalá que si - sonreí y mire las pinturas de las paredes .
Damos un paseo? - pregunte sin saber mucho que hacer en aquel lugar

Se puso de pie, estirando su mano a la muchaca mientras le sonreia de forma amable, pese a ese eterno semblante altanero en su rostro, en su verde mirada.

-Vamos, hay que tomar un poco de aire y quizas un cafe.

Tome su mano con una sonrisa, y me levante escuchando eso del café haciendo media mueca.

Café no, chocolate si - dije con un tono de niña buena y acaricie un poco sus cabellos, seguían siendo suaves como siempre había recordado.

Sin dejar su mano comencé a caminar hacia afuera de allí ronroneando un poco.

Estaría bien que hicieras alguna visita a casa, aunque tal vez a papa no le gusta mucho - torcí un poco los labios haciendo un puchero

Sonrio, verla asi, debia aceptar que era una niña aun, pese a la edad que tenia.

-Darius nunca me ha querido.-comento sonrie- Pero tiene sus razones, creo que mis amenazas fueron muchas cuando dejo embarazado a Adrian de ti, le dije que no lo quería cerca de el si no se quedaba definitivamente con el...-suspiro largamente- A veces creo que sobreprotejo demaciado a Adrian, y que le hago mas mal que bien.

Iba poniendo caras raras con lo que decía eso de las amenazas a papa si no se quedaba con mami eran raras aunque no me gustaba mucho saber eso por lo que evité responder.

Que tal si vamos a aquella cafetería que esta en las calles cerca de la plaza? Aquella a la que me llevabas cuando era pequeña - pregunte al recordar que ya había estado con aquellos angelitos que me encontré en fin de año.

-Esta bien.-contesto sonriendo, comprendiendo claramente que no era de su agrado el hablar de sus padres- Creo que deberia de dejar de intervenir tanto en el destino de Adrian.

Murmuro, sin dejar de caminar en direccion a la plaza.