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Tres, no son multitud (Privado)

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Mensaje por Invitado Vie Ago 03, 2012 9:11 pm

Tras aquella noche repleta de intensas emociones y declaraciones comenzaba el inicio de sus nuevas vidas. Al alba Aren habria recogido todo aquello mas imprescindible y junto con Sean habrian abandonado aquella casa en las colinas de los Angeles. Ambos habian acordado empezar una nueva vida lejos de America que atraia los problemas sobrenaturales como la miel a las abejas y empleando un jet privado y por ultimo un yate, ya iban camino a esas islas paradisiacas griegas. Sean, que despues de su ultima huida de los Angeles, habia perdido grandes cantidades de dinero, aun guardaba una parte importante, destinada ahora a su mejor y mayor proyecto de futuro: Una verdadera familia.

Aren aun dormitaba en el camarote, en su estado a Sean le parecia un tierno osezno en su hibernacion, la mayor parte durmiendo. Decidio dejar que siguiera descansando y no lo despertaria hasta llegar al destino, a no ser que el se levantara antes.
Vestia con un traje comodo de lino blanco, que unicamente se pegaba a su figura cuando asi el viento lo deseaba y estaba apoyado ligeramente en el borde del yate, admirando el paisaje que se abria ante sus ojos. Antes todo mar, ahora encontraba vestigios de tierra.

Mientras su vista se deleitaba, respiraba profundamente y pensaba en su futuro jutno a Aren y a la pequeña criatura que gestaba en su interior y una sonrisa tonta se dibujaba en sus labios. Habia esperanza..por mucha muerte y maldad dresprendidas, por mucho dolor y tristeza y aunque Sean era reaccio a exteriorizar demasiadas emociones, se notaba ese brillo intenso en su mirada, un brillo alegre y emocionado.

El capitan le dió el aviso a Sean y este se dirigio al interior del yate que ademas de una habitacion con todos los lujos necesarios poseia un gran baño con yacuzzi y un amplio comedor con minibar propio.

-Hemos llegado Aren.- dijo el hibrido cuando se hubo acercado al durmiento, alargando la mano para acariciarle los cabellos, mirandolo con aquella intensidad pragmatica -el capitan dara unas vueltas por las islas para que podamos elegir aquella que mas nos guste para empezar nuestra vida- sus dedos se hundian suavemente en aquellas ebras marrones que desprendian ese olor a madreselva, natural y exotico.
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Mensaje por Invitado Lun Ago 27, 2012 10:07 pm

Dormir y hacer el vago siempre se le había dado estupendamente a Aren pero ahora lo hacia por pura necesidad, la criatura que se gestaba en su interior no era humana y no lo se alimentaba de los nutrientes del cuerpo del hechicero sino como ser sobrenatural precisaba de energía místicas para su desarrollo y se desarrollaba rápido, precozmente y Aren percibía su presencia con más fuerza a cada día que pasaba aunque era Sean quien parecía notar mejor el crecimiento del futuro hijo de ambos, posaba la mano sobre el vientre hinchado de Aren y le contaba que movía los deditos de la mano o que estaba girando la cabeza...también pudo decirle que sería un niño, un chico aunque a Aren no le habría importando que fuera una preciosa niña...quizás en otra ocasión. De momento crecía fuerte y saludable en su interior y todas sus energía mágicas iban dirigidas a su sustento, Aren había probado a ejecutar hechizos sencillos y éstos fracasaron, su poder ya no era suyo, era para su hijo que estaba en su seno. Ahora comprendía lo peligroso que era para un hechicero quedarse preñado de una otro ser sobrenatural, se quedaba sin protección aunque él daba debía temer con Sean a su lado.

Su cuerpo moreno destacaba entre las blancas sábanas, su incipiente maternidad parecía haberle dado un lustre especial a su piel y el aroma que ahora desprendía era mucho más dulce e intenso que antes, los largos cabellos estaban desparramados entre los cojines y su rostro mostraba una calma que antes nunca reflejó, quizás era el amor que había desarrollado por el nonato, por su hijo, sus dedos estaban posados protectoramente sobre su vientre, solía dormir así como si quisiera preservar a su hijo de todo peligro. Por suspuesto, como era su costumbre, dormía desnudo aunque sobre el respaldo de una de las sillas del camerote reposaba una ropas de tono mostaza anaranjadas de corte orientes y el antiguo escarabajo de oro que relucía en la penumbra del camarote.

Aren había sorprendido a Sean cuando le mostró el saldo de su propia cuenta corriente, el hechicero había reunido sus recursos en vistas del futuro nacimiento aunque sus poderes podían propocianarle muchos medios de sustento pero no mientras el niño estuviera dentro de él, de momento era más vulnerable que nunca y cuando no estaba durmiendo se pasaba el tiempo aferrado a Sean pero incluso cuando se sentaba a su lado, apoyando la cabeza contra uno de sus hombros, terminaba adormilado con sus verdes y brillantes ojos entrecerrados, con aquella mirada gatuna y penetrante. Cuanto más cerca estuviera del alumbramiento y más y más agotado estaría hasta el último esfuerza que sería alumbra en cesarea con los consiguientes riesgos para una anotamía masculina.

Se movió despacio cuando sintió los dedos de Sean entre sus cabellos y suspiró abriendo poco a poco los orbes esmeraldas aun turbios por el sueño y los posó en su compañero, sonrió, mostrando los blancos dientes-Mmm...¿es la hora de la comida?-ahora comía el doble pero su cuerpo continuaba esbelto, lo que iba abultando era su vientre. Trató de que su mente ahora espasa procesara las palabras de Sean.-Ah..la isla.-su voz continuaba siendo sensual como un ronroneo.

Alzó despacio su cuerpo y suspiró, luego miró a Sean y se abrazó a él, mimosamente, cada día que pasaba estaba más insufrible y empalagoso-Vamos a follar..Sean..tengo muchas ganas- se rió suavemente porque sabía que se negaría con aquella cabellorisidad que solo lograba que lo deseara más todavía pero él tampoco iba más allá de aquellas provocadoras palabras, solo expresaba lo que sentía aunque de momento ni lo habia tocado eróticamete, se sentía demasiado pesado y torpe para tener aquel sexo salvaje que tuvo en el pasado con Sean-Veamos esas islas.

Salió de la cama con algo de torpeza, se puso en pie con un suspiro y cogió el hermoso escarabajo que colocó sobre su pecho, perezosamente se comenzó a vestir-Agh...quieto-sonrió y se acarició el vientre-Sean, díselo tú...a mi no me suele hacer caso.-se giró, tenía los pantalones bombacho puesto y estaba cerrando la camisa, su vientre onduló suavemente.
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Mensaje por Invitado Miér Ago 29, 2012 11:06 pm

La "maternidad" le sentaba muy bien, es lo que pensaba Sean. Aren se habia vuelto un felino de carne y hueso, dormia, comia y muchas veces tenia ganas de saciar sus lascivos apetitos y todo ello lo hacia de una forma adorable que conseguia derretir el caracter estoico del krusnik. Mientras tanto Sean se estaba volviendo mas receloso por todo y hacia todos, si algo le habian enseñado todas esas malas experiencias pasadas es que solo podia confiar, solo y unicamente en una persona, la misma que le abrazaba por la cintura y le pedi sexo con una voz tentadora y gutural. Suspiró largamente y sonrió mientras le acariciaba el cabello negandolo con la cabeza.

-No es el momento- respondio inclinandose para besarle en la coronilla -pero quizas mas tarde...- dejo caer en un susurro antes de que ambos cuerpos se separaran.

Si no habian tenido algo sexual antes es por la aprension de Sean al verlo casi siempre agotado o durmiendo, no se sentia comodo aprovechandose de la debilidad que ahora mostraba el hechicero..sin embargo habia leido sobre el tema, sobre el embarazo y aunque el receptor fuera un hombre, habian similitudes entre ambos comportamientos. El sexo ayudaria a la madre, o en este caso a uno de los padres, a hacer menos insufrible soportar la dura carga de una vida gestandose en el interior. Bueno, Sean deseaba tener un lugar propio, una casa, una cama y hacerlo en ella amparados en la intimidad de su hogar.

-El pequeño esta ansioso por salir- susurro mirando con complicidad al hechicero antes de arrodillarse quedando frente al vientre abultado. Coloco su palma sobre este y lo acaricio un poco, besando encima del ombligo -No tengas tantas prisas por nacer hijo- le dijo convencido de que su niño entenderia algo de sus palabras o al menos percibiria el tono de su voz, percibio un leve movimiento bajo la mano y luego nada mas. Al parecer se habia calmado.

Se incorporó y rodeo a Aren por la cintura llevandolo fuera del camarote hasta la borda. Allí las islas se mostraban en su esplendor, rocosas algunas, repletas de verde otras, con hermosas y paradisiacas playas algunas mas pobladas que otras. Lo que Sean buscaba era una isla pequeña, con excasos habitantes, aunque si no habia ninguno mejor que mejor. Un paraiso privado...y hasta entonces no habia encontrado gran cosa.

-¿Ves algo que te guste Aren?...el capitan se dirigira a donde tu quieras...- le dijo en su oido mientras lo abrazaba por detras con suavidad. Haciendo una seña con la mirada al capitan le pidio que trajera un almuerzo para Aren y una jarra de agua fresca.
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Mensaje por Invitado Sáb Sep 08, 2012 11:52 pm

Los verdes ojos del hechicero examinaban las islas mientras pasaban delante de ellas, deseaba que solo estuvieran ellos dos, no sabía por que pero al menos durante el nacimiento de su hijo solo deseaba que estuviera presente Sean, no necesitaban a nadie mas o eso creia. El mal presentimiento que lo habia acosado mientras estaban en los Angeles no terminaba de abandonar su pecho, intuia que debían estar alejados de todo lo demas cuando estuviera más cerca el alumbramiento, puede que su hijo fuera una criatura fuerte pero cuando abriera los ojos por primera vez al mundo sería tan vulnerable como cualquier bebé. El escabarajo de oro acariciaba su moreno pecho, destellando, Aren ladeó el rostro cuando le pareció sentir un tirón del colgante.

-Creo que ya sé que rumbo debemos tomar-acarició las manos se Sean que apretaban su cintura, notando el calor del musculoso cuerpo de su compañero, le encantaba quedarse dormido a su lado, oliendo su piel y escuchando su respiración. Se giro despacio en su presa y besó su boca, despacio. Luego se apartó y le dijo al capitán hacia donde deseaba que fuera el barco, señalando un punto en el horizonte.

Regresó al lado de Sean y se acomodó para desayunar, se movía de forma algo torpe por el peso extra añadido pero de resto continuaba manteniendo su gracia habitual. Bebió un largo trago de agua y comenzo a devorar con evidente apetito, ingería mucha comida pero era evidente que de igual forma el gasto energético diario era grande. Posó sus verdes orbes en Sean, sonriendole-¿Has pensado en algún nombre?-no lo diría en alto pero el nombre de su primer hijo le habia parecido infantil para un demonio, pero este, este llevaria un nombre adecuado que no causara risitas estupidas cuando fuera pronunciado.

El barco se abrió paso entre las islas, siguiendo el rumbo prefijado por el hechicero, bajo la superficie de las cristalinas aguas se podia apreciar las ruinas blancas de antiguos templos, la isla que se veia en el horizonte era blanca, con algunos acantilados y playas aunque en el interior se divisaba zonas verdes, parecia que no habia nadia de la vista o por lo menos no había construcciones.
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Mensaje por Invitado Mar Sep 11, 2012 2:14 am

Cuando le trajeron el desayuno a Aren, pidio que trajeran también un termo con café para él con lo cual Aren y Sean volvieron a quedarse a solas a excepcion del capitán quien estaba al bordo de los mandos encaminandose hasta donde este le habia indicado.
Se sentó frente al hechicero y lo observo mientras comia con esa voracidad que lo hacia ver deliciosamente tierno. Puesto que Sean funcionaba con un tipo especifico de sangre que ingeria cada cierto tiempo, se pasaba la mayor parte del tiempo en la mesa observando comer al contrario, limitandose solo a tomar aquel cafe solo y amargo.

Hizo una mueca con los labios y fruncio un poco las cejas adoptando unas facciones meditabundas -Esperaba que pudieramos elegirlo entre los dos...pero si, tengo algunos nombres pensados- dijo sereno alternando sus palabras con otro trago de cafe -...Tyrion , Theon, Aerys...por ejemplo- alzo la mirada fijandola en los verdes y hermosos ojos contrarios -Sera un niño muy apuesto y fuerte...deberia tener un nombre adecuado- esbozo una sonrisa tenue y apuró de un trago la taza.

Alzo el rostro en cuanto vislumbro el inicio de una isla desconocida. Si la ubicaba en el mapa, estaba ahí, pero no poseia ningun nombre. Un hormigueo recorrió su columna vertebral, a Sean le daba la vaga sensacion de que en aquella isla salvaje y abandonada habia algo mágico y atrayente.

-Este lugar es perfecto Aren.-pronuncio y se levanto para ir hasta el borde, apoyandose en la barandilla observando mejor el entorno. Le dijo al capitan que los acercara y atracara en donde le fuera posible. Cuando llegaron a la orilla le indico a los demas mozos que cargaran sus equipajes y los siguieran. Fue hasta Aren y le tendió la mano para mantenerlo cerca y ayudarle a caminar por el arisco paisaje. La brisa marina era encantadoramente fresca, el agua cristalina pudiendo divisarse pequeños moluscos, crustraceos y pececillos de colores. Albergaba mucha fauna y flora para ser un lugar tan escueto. Sean no necesitaria mas que su poder y sus manos para crear lo que seria el futuro santuario y hogar de los tres miembros de su familia.
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Mensaje por Invitado Miér Sep 19, 2012 5:02 am

Desde que Aren posó el pie en la isla pudo percibir la enorme corriente de poder que circula allí, se inclinó y se descalzó para sentir la arena blanca bajo sus pies, suspiró con fuerza y sus ojos verdes relucieron, había visto que bajo las aguas estaban sumergidas las ruinas de antiguos templos, seguramente allí se rindió culto a algunos dioses y todavía quedaban vestigios de poder, era un lugar más que adecuado puesto que estimulaba perfectamente su magía. Bajó la vista, observando los granos de arena y pudo percibir que la hierbas comenzaba a surgir justo en el punto donde estaba él, sonrió, en aquella isla tendría más poderes después del nacimiento del niño, más garantías de que sería proteger a su nacienta familia, su círculo de afecto.

Estiró la mano y agarró con firmeza la de Sean, estrechándosela mientras ambos iban penetrando en la isla, poco a poco se veía el bosque, debía existir una fuente subterránea de agua dulce porque era árboles grandes y frondosos, allí, debajo de ellos, el aire era más fresco y dulce. Aren se puso más cerca de su compañero y le sonrió más ampliamente, últimamente le costaba estar serio si estaba cerca de Sean, se le pintaba en la cara aquella estúpida mueca enamorada.

-Tyrion me parece un nombre perfecto, con fuerza-aprobó, prefería los nombres antiguos. Se fueron desplazando entre las foresta, se podía escuchar el canto de algunas pájaros, consiguieron llegar a un claro de rocas blancas, cerca de una laguna de aguas turquesas. Había un pequeño y blanco templo en ruinas, cubierto de enredaderas que daban flores de colores. Aren se acercó y acarició las viejas columnas-seguramente la isla estaba consagrada a algún dios que ha sido olvidado.

Aren se aproximó a la laguna de aguas turquesas y frescas, metio un pie en ella y creó suaves ondas-Sean...-ladeó el rostro para mirarlo-este es el lugar, siento el pálpito, es aquí donde debe nacer Tyrion. Nos quedamos.
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Mensaje por Invitado Dom Sep 23, 2012 4:55 am

Spoiler:

Todo parecia demasiado perfecto y los malicientos pensamientos de Sean siempre se habian inclinado hacia lo peor. Inspiro profundamente, cerro los ojos y observo a su pareja mientras este se empapaba de la magia del lugar. Todo miedo se desvaneció. El no podia permitir que esa sensacion incomoda se hiciera presa de su valor, iba a ser padre, por primera vez en toda su larga existencia. Ya no habia lugar para el egoismo, para la despreocupacion.

-Aprovecharemos la estructura de este antiguo templo- susurro calidamente, el tono de su voz era similar al de un mar en calma, en toda su plenitud. Paseo la palma de sus manos por aquellas columnas blancas y acaricio uno de los tantos petalos de colores que la recorrian como enredaderas. Se giró hasta Aren sonriendo para asentir y lo jaló del brazo suavemente para atraerlo hasta él, envolviendolo finalmente en un firme abrazo.

-Cuando nuestro hogar este completo...tu y yo nos uniremos bajo los ojos de tu diosa.- murmuro cerca de sus labios. Sean sabia cuan importante era la diosa Lilith para él, pues constituia toda su filosofia de vida. Fuera o no una diosa sanguinaria, era su mentora, madre naturaleza. Pues bueno, Sean queria que Aren se sintiera unido del todo a él, un compromiso mas alla de sus palabras, mas alla de todo.

Paseó la diestra por la curvatura de su espalda descendiendo de la nuca que acaricio hasta donde esta perdia el nombre y lo acercó un poco mas hasta sentir ese vientre ligeramente abultado contra el suyo. Acercó sus labios a los del moreno y saboreo muy lentamente los contrarios mientras los cabellos de su nuca se erizaban.
Siendo bastante celoso de su intimidad, Sean no mostraba ese tipo de atenciones frente a otros, sin embargo cuando uno de los mozos llegó hasta ellos con las maletas que cargaban, el krusnik no hizo ademan alguno de separar a Aren de su cuerpo. Su mirada pasó de ser calida a ser implacablamente dura.

-Deja nuestras cosas cerca de las ruinas y podeis retiraros. El capitan os pagara una cuatiosa suma a ti y a tus hombres. Gracias por todo.- dijo, aunque sus palabras no dejaban de sonar menos serias. El mozo asintió y seguido de otros dos dejaron todo lo que Aren y Sean llevaban, que no era demasiada cosa. El de pelo castaño siguió a esos hombres desde que dejaron las maletas hasta que volvieron a desaparecer entre el follaje espeso del bosque y se giro hacia Aren al cual mantenia aun abrazado y lo condujo hasta recargar suavemente su espalda con una de las columnas menos agrietadas y mas altas.

-Ahora que estamos solos podemos bautizar este lugar como queramos...- una sensual sonrisa bailo en sus labios mientras la iridiscencia de sus orbes se volvio brillante y depredadora. Sujeto a Aren alzandolo con facilidad de las nalgas y bebio de sus labios una y otra vez demostrando que cualquier resto de hielo se habia fundido y habia transpirado de sus poros.

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Mensaje por Invitado Miér Oct 10, 2012 12:10 pm


La risa aterciopelada de Aren se alzó musicalmente entre las ruinas cuando su compañero lo cargó por las nalgas y dijo aquellas palabras que le sonaron entre provocadoras y tan románticas que aceleraron su corazón contra su pecho moreno. En otros tiempos hubiera pensando que tanta azúcar no era sana para su cuerpo, que tanta cursileria sin sentido lo enfermería gravemente y le quitaría personalidad o carácter hasta hacerlo un estúpido adicto al amor. Pero si era adicto al amor ahora podia decir que su droga era Sean, dependía de sus gestos, sus miradas, sus palabras, ansiaba a cada segundo que pasaba tocarlo o sentirlo..nunca pensó que volvería a casarse por tercera vez en su dilataba existencia porque eso era lo que acababa de prometerle Sean, el matrimonio a ojos de su diosa. Se enlazarían delante de la salvaje e indomable Lilith, ella bendiciría a su esposo y a su hijo.

Observó que los hombres dejaban sus cosas, las escasas pertenencias de ambos pero aquellos era mas que suficiente, su magia y la fuerza de Sean harían el resto, no precisaban al resto del mundo para ello. Sus brazos rodearon el cuello de Sean mientras se besaban profundamente, la boca ardiente de su compañero era tibia, pasional, siempre le produciría placer ver como Sean cambiaba de ser un ser frío e implacable con los desconocidos a dulce y fuerte con él, su compañero lo trataba delicadamente puesto que el estado de Aren era frágil y ambos deseaban que aquella travesía llegara a buen destino.

Acarició sus cabellos, mirándolo-me ha gustado esa declaración de amor..-susurró sobre su boca-tengo que ponerte ese anillo para que seas mi esposo por los siglos de los siglos, me tengas que aguantar y darme de comer...a cambio te iluminaré la vida como mi grata presencia-se rió por su altivez pero su voz profunda estaba impregnada de adoración-Una buena forma de marcar nuestro nuevo hogar es haciendo el amor.

Hizo un gesto con los dedos y las enredaderas comenzaron a formar el armazón de una cama amplia, fuerte y luego comenzaron a brotar flores y grandes hojas hasta crear un gran colchón para los cuerpos de ambos. Aren inclinó la cabeza y apoyó su frente sobre la de Sean-desde la primera vez que te vi...supe que debías ser mío, Sean.
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Mensaje por Invitado Lun Oct 22, 2012 9:56 am

Las palabras orgullosas de Aren le hicieron recordar al krusnik como lo habia conocido y en que circunstancias. Parecia haber pasado años desde entonces, desde que se encontrara ante una ciudad gobernada completamente por el poder natural del hechicero. Lo que empezó siendo un encuentro feroz entre ambos terminó en una fuerte unión que fue madurando pese a los altibajos que ambos habian sufrido. Sean solo tenia que mirar el rostro de su amante y compañero, sumergirse en la naturaleza verde de sus ojos para olvidarse de todas las penas, de todos los miedos y de toda la ira que habia acumulado a lo largo de su vida. Tenian una nueva oportunidad para ser felices, asi el mundo se desquebrajara, el Krusnik viviria cada segundo al lado del hechicero de manera intensa, como si fuera el ultimo.

-Mentiroso...- susurro en un lento ronroneo esbozando una tenue sonrisa y lo fué llevando hacia aquel improvisado lecho que serviria de cuna para ambos amantes -La primera vez que me viste, era una pantera, tu un leon...y luchamos con fiereza.- continuo mientras lo movia con movimientos gentiles, recostandolo en la superficie floral -aunque cuando...quede desnudo sobre ti confieso que desee beber las mieles de tu cuerpo.- dijo mientras desabrochó la camiseta del moreno descubriendo su pecho de aterciopelada piel el cual acarició con la mano. Recuerda aquel momento de tension en donde su cuerpo casi lo traiciona, la sangre deliciosa escapando por las heridas que él mismo le habia provocado, exhalo un suspiro anhelante y descendió por el vientre ligeramente abultado hasta llegar a la correa del pantalon. Desabrochó con habilidad mientras depositaba besos calmos sobre su hijo no nato y retiraba por completo la prenda de la spiernas del hechicero.

El Krusnik era consciente de que en esta ocasion deberia controlar su temperamento sexual, los encuentros entre ambos acababan por ser torridos, violentos y pasionales, no siempre Sean se contenia con Aren. Observó la morena anatomia de este con los ojos llenos de deseo, tenia esa aura de la maternidad que lo hacia irresistible para el hibrido.
-Donde esta mi educacion señor....- murmuró sonriendo con sorna cuando se separo de Aren para desembarazarse de su chaqueta y camisa. Se inclinó nuevamente mientras tomaba las piernas del moreno y las flexionaba, separandolas para mejor maniobralidad de las manos que acariciaban su cintura, sus ingles y el sexo semirrigido del hechicero. Masajeo los testiculos aterciopelados con una mano al tiempo que acercó su rostro a la entrepierna del ojiverde.

Su boca y su lengua se encargaron generosamente de excitar y estimular ese falo hasta dejarlo completamente tieso. El suyo propio comenzaba a presionarse contra la tela del pantalon deseando salir y jugar con la anatomia del moreno asi que lo liberó al bajar sus pantalones hasta la rodilla -Recuerdo que quisiste violarme vilmente...como el hombre impulsivo y decidido que eres.- dijo evocando aquellos momentos tan pasionales como desoladores. Despues de aquella noche se habia marchado con rapidez, una de sus primeras espantadas, pero ya jamas volveria a huir, su hogar estaba con él. Manoseó un poco mas el miembro ajeno y cubrió con su semi desnudez la contraria sin dejar de presionarle con su peso hasta poder alcanzar con facilidad su boca. Lo beso varias veces, lento, pausado, pasional y voraz, mordisqueando su labio inferior con gula, jadeando entre los tremulos escarceos y antes de desear penetrarlo pensó en que esa postura no seria la mas favodecedora para el no nato.


-Monta sobre mi.- jadeo cerca de su boca, tan cerca que apenas sus labios estaban separados de los contrarios. Con suavidad movió el cuerpo del hermoso hechicero hasta quedar bajo de él abrazandolo por la cintura con sus musculosos brazos.


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Mensaje por Invitado Mar Oct 23, 2012 4:28 am

Aren emitio un largo y profundo gemido cuando el pene se Sean se abrió paso entre sus oscuras y apretadas nalgas para hundirse en su interior. Apoyó las manos en el ancho pecho de su amante y se quedó quieto unos largos segundos, saboreando aquella increible sensación, era la primera vez que lo hacian tan despacio, tan amorosamente que todo el cuerpo parecía estar vibrando, latiendo, cada centímetro de piel estaba completamente despierto y su corazón se aceleró dentro de su pecho de una forma monstruosa y sonrió cuando le pareció escuchar otro ladito menor que se acompasaba al suyo pero más calmadamente, seguramente el pequeño Tyrion. Sus muslos tersos y abiertos apretaron las caderas de Sena y bajó la vista, le sonrió, sus ojos verdes eran dos mares esmeraldas y cambiantes.

-Ahh..Sean...-susurro sensualmente, comenzando a moverse a un ritmo sinuoso, cuidadoso-Cuanto echaba de menos esto contigo...ah..ahhh..-volver a hacer el amor con Sean era maravilloso y más maravilloso aun saber que ambos estaban comprometiéndose el uno con el otro para todo la vida, era más de lo que podía perdir, aquel hombre que estaba bajo él,a quel hombre era cuanto necesitaba para seguir adelante a pesar de los oscuros cambios que agitarian la corriente del mundo y marcarían una segunda época, pero prevalecerían y su descendia también.

Aquella noche se dedicaron a hacer el amor de forma delicada, amorosa y sensual, despacio, recorriendo el cuerpo de cada uno, dejando que sus sentidos se ampliaran de otra manera, incluso Sean bebió apenas un sorbo de la sangre de Aren, justo al final, cuando ya casi amanecía para quedarse los dos dormidos entre las fragantes flores. Los meses siguiente los dedicaron a acondicionar su nuevo hogar, Sean parecía disfrutar enormemente con el trabajo manuel, en construir el nuevo hogar de los tres, Aren proporcionaba toda la comida y la madera, gracias a sus poderes, la isla bajo la influencia de la magia de la propia Lilith, floreció, una enorme bosque abarcaba casi toda la superfice y proporcionaba lo que necesitaban.

Cerca del octavo mes se enlazaron formalmente en el templo casi restaurado que también hacia de casa, un lugar de piedras antiguas y gran dignidad. Se vistieron con túnicas, blanca para Sean y verde para Aren, intercambiaron unos anillos y dieron sus votos el uno al otro, tomandose de las manos, se besaron muy despacio y aunque tuvieron ganas de hacer el amor, se contuvieron puesto que Aren estaba muy cercano al alumbramiento.

La noche que Aren se puso de parto fue cuando los demonios atacaron en todo el mundo, cuando una gran tormenta se abatió por toda Europa, una tormenta de negras nubes, relámpagos rojos y lluvia fria. Aren había comenzado a gemir y tuvo que recostarse mientras Sean lo desnudaba, ya el hechicero había previsto que el alumbramiento sería por cesárea y preparó una poción para dormir la parte inferior de su cuerpo, Sea lo ayudo a beber mientras se escuchaba el retumbar de los trueno.

Inspiró despacio, viendo a Sean tomar el cuchillo fino y delgado para abrir el vientre, jadeó roncamente y recostó la cabeza, su vientre ahora se agitaba, parecía que el pequeño Tyrion deseaba salir ya-Es el momento, Sean. Corta...-susurró.
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Mensaje por Invitado Miér Oct 24, 2012 8:46 am

El krusnik habia descubierto un nuevo hobbie: trabajar con las manos, con su magia y con la sabiduria para crear un nuevo hogar. Si bien es cierto que Aren contribuyo bastante con su magia natural, esto era combinado por Sean por su sentido estetico. No por nada habia participado activamente en el diseño y la arquitectura de todas las mansiones que hubo construido a lo largo de su extensa vida. Los meses venideros fueron buenos, tranquilos, aislados del mundo exterior, el hibrido se sentia inmerso en una especie de paraiso personal, un jardin del Eden para ambos totalmente privado. Poseian un pequeño huerto en donde crecian las plantas generosamente ofreciendo deliciosos frutos y verduras y en cuanto a los productos basicos como la carne, el pan, leche, huevos, una vez a la semana venia un barco para proveerlos. Sean habia prohibido expresamente a cualquiera de los marineros que le hablaran del exterior, no queria saber nada de guerras, de desastres, nada absolutamente y Aren habia estado de acuerdo en esa decision.


Ademas de proporcionar amor y pasion a su pareja habia estado estudiando para asistir el parto de su hijo para evitar cualquier imprevisto que pudiera ocurrir. No deseaba que nadie tocara a su hijo a excepcion de su pareja y el mismo asi que no solo estuvo ocupado en crear un hogar, si no en adquirir conocimientos medicos para cuidar el cuerpo de su esposo. Una de sus hermosas creaciones y de la cual estaba mas orgulloso fue sin duda la cuna de su futuro hijo. Estaba fabricada con madera de roble, fuerte y robusta y tallada con detalles creados a partir de la madera. Por cada uno de los barrotes Sean habia tallado con cincel y paciencia unas enredaderas con florecillas incluidas ademas de un leon recostado y una pantera en movimiento a cada extremo de la misma. Habia puesto el nombre de su hijo en uno de los laterales con su perfeccionista caligrafia y para culminar habia barnizado la madera para que quedara reluciente.

Cerca del momento proximo al nacimiento se enlazaron ante los ojos de la diosa Lilith y ante los ojos de cualquier dios que observase en ese momento. Se pertenecian el uno al otro y no neceistaban mas testigos que ellos mismos. Para entonces ya Sean se sentia algo inquieto y nervioso en su interior, aunque sus expresiones solo reflejaban una estoica tranquilidad. El momento se acercaba y Aren cada vez tenia mas dolores. FInalmente llegó la noche, el cielo estaba oscuro y los rayos tronaban por doquier. Unos espesos nubarrones se encendian al son de los relampagos escondiendo las posibles estrellas que pudieran observar. Hacia frio fuera, estaban a finales de Noviembre, pero dentro una chimenea de piedra a pleno fuego calentaba y caldeaba el ambiente.

Sean se habia enguantado las manos con latex y habia estado esterilizando los instrumentos quirurgicos. Todo estaba preparado...pero sintió que le temblaba la mano cuando Aren le incitó a proceder. Respiró profundamente, cerró los ojos y se centró -Aqui voy....tranquilo.- susurro con aquella voz en calma aunque algo pausada. La sangre brotó al paso de la hoja afilada que secciono el vientre de forma perpendicular y sintió como su corazon se agitaba brioso cuando la placenta se rompió y tuvo que hundir las manos en el cuerpo del hechicero para extraer a su bebe. Sintió la vida entre sus dedos, se agitaba y la sensacion era la misma que cuando coges un pescado con las manos, resbaladiza. Lo sustrajó y quedo ensimismado por el potente rugido de su hijo al llorar, ni siquiera habia sido necesario estimularlo, habia salido del vientre de su esposo con inmensa fuerza, aunque cubierto de placenta y sangre.

Sean se apresuró en cortar el cordon umbilical y en embolver al niño en una calida mantita, pese a que deseaba tenerlo mas tiempo entre sus brazos, para proceder a cerrar la herida en el vientre de su amado esposo.
-Es hermoso....es tan pequeño y tan...nuestro- susurro dejando a un lado cualquier instrumento quirurgico para utilizar su magia y su sangre. Restauró todo el tejido mientras las cuencas de sus ojos se humedecian de la emocion. Y su niño lloraba y lloraba, quizas confundido, quizas rabioso...esos llantos quebraban la entereza de Sean que deseaba ya protegerlo hasta con su vida.

Cuando la herida fue cerrada y el parto terminó Sean se quitó los guantes y cogió nuevamente al fragilbebe, con cuidado, suavemente meciendolo entre sus brazos. Fue hasta Aren mientras el niño le agarraba con fuerza el dedo indice con el cual habia estado acariciando su pequeña naricita y lo dejó en el regazo de él.
-Cuando abra los ojos...se que seran tan verdes y magicos como los tuyos.- dijo el krusnik depositando un beso en la sudorosa frente del hechicero -Os amo...a ambos.- acarició la espesa cabellera castaña de él mientras contemplaba a su bebe sonrosado.
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Mensaje por Invitado Jue Oct 25, 2012 5:54 am

Dice que cuando se esté en el trance de dar a luz era cuando más cercano se estaba a su diosa, Aren experimentó una especie de trance mientras su esposo le abría el vientre para sacar de él al hijo de ambos, un niño con sangre Krusnik y de hechicero milenario en las venas, alguien que sería poderoso tan solo con las ascendencia de ambos padres. Aren se sumergió en la corriente vital del planeta, sus ojos cambiaron a un verde más intenso mientras su sangre era derramada, se fundió con la mente que compartía toda la vida vegetal de aquel mundo. Pudo ver los ataques que se sucedieron por todo el mundo en una serie de destellos visionarios, vio a los demonios que se proclamaban señores absolutos, la ausencia de las fuerzas celestiales sin un lider real que las llevara a la batalla, confundidas y dispersadas a los cuatro puntos cardinales como hojas al viento. Quizás hubiera podido visionar más pero el llanto energico y fuerte de Tyrion lo trajo de vuelta y vio como Sean lo extraía, perfecto, sano y estruendoso.

Inspiró profundamente, sintiendo que su esposo cerraba su vientre, solo quedaría una pequeña cicatriz que probaría que todo aquello fue muy real, eso y el bebé precioso que Sean estaba limpiando y arropando, Aren se contuvo para no hacer el esfuerzo de levantarse e ir a cogerlo en brazos porque no paraba de llorar, era el único llanto de los seres humanos que denotaba que se sentía pletórico de estar con vida. Aren sonrió, agotado, nunca, nunca había sentido hasta ahora un sentido de protección tan fuerte como cuando Sean lo dejó en el regazo de Aren cuando este se incorpoó muy despacio, su cuerpo estaba reluciente de sudor y su sonrisa se amplió cuando los labios de Sean tocaron su frente.

Miró al pequeño, realmete perecía muy fragil aunque se agitaba energicamente y su piel era tan blanca como la de Sean, sus cabellos se adivinaban rubios. Estiró las manos y lo alzó, acercandolo al pecho, el pqueño pareció adiviniar quien era porque estornudó un poco y luego abrió sus ojos, despacio...era muy verdes, como los de Aren, sabía que al contrario de otros bebes, a Tyrion no le cambiaria la tonalidad.

-Pero que guapo eres...-susurró-eres precioso...-su voz estaba colmada de un profundo orgullo, solo le faltaba pavonearse con su hijo de un lado a otro. El pequeño desistió de llorar y lo miró fijamente, con inusitadad seriedad para una criatura de tan solo unos minutos de venida al mundo, Aren se rió por esa mirada, la conocía sobradamente-Se parece mucho a ti..Sean..¿te has fijado como mira?-A Aren estaba a punto de caersele la baba con su hijo, se le notaba. Se sobresaltó un poco cuando Tryrion agarró un pezón con gran decisión y comenzo a mamar, Aren no esperó poder dar leche pero al parecer los caminos de la diosa eran inescrutables.

Tyrion mamó, moviendo su manita que apoyó contra el pecho moreno del hechicero y al cabo de unos minutos se separó y luego bostezó. Aren lo giró un poco y los ojos verdes de Tyrion se posaron en su padre, de nuevo con carita seria y sonrosada-mira a papá..mira a papá-Tyrion bostezó de nuevo, moviendo los dedos que Aren besó delicadamente, lo amaba con locura, esperó siglos para tener su hijo y alli estaba por fin.
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Mensaje por Invitado Vie Oct 26, 2012 11:35 pm

Podria decirse que Sean se habia quedado embobado contemplando al niño, estudiando sus rasgos suaves y redondeados, sus pequeñas manitas, su fragil cuerpecillo y sus excasos cabellos de un color rubio brillante como el oro a la luz de la chimenea. Compartia el orgullo y la dulzura de Aren en cuanto a su hijo y pensó que no habia visto nada tan hermoso en su vida hasta ahora, ahora comprendia la verdadera belleza de la vida y la ilusion de seguir viviendo para ver como su pequeña criatura se iba desarrollando con el paso del tiempo. Su sospecha pronto fué revelada, esos ojos eran tan grandes y tan verdes que no parecian terrenales, eran los ojos de Aren que miraban con seriedad y un pequeño brillo de astucia. Sonrió y asintió, era cierto, se parecia mucho a él.

-Tan pequeño y denota un fuerte caracter.- comentó en lo que alargaba la mano para acariciar suavemente aquella cabecita mientras el niño mamaba del pecho de Aren. La magia era una gran desconocida para él desde ese mismisimo momento y en el momento en el que su pareja quedó preñado, Lilith es una diosa poderosa, para nada como en los libros de demonologia la pintaban. Suspiró satisfecho y conectó con su hijo cuando este lo miró, lo reconocia como su otro progenitor aunque supo que el lazo mas fuerte siempre lo tendria con Aren al haber salido de su vientre.

-Tiene sueño..y tu deberias descansar.- susurro mientras se incorporaba nuevamente pero antes de separarse, tomó a Aren de la barbilla y lo beso suavemente en los labios -traere la cuna para que descanse a tu lado...- murmuró segundos despues alejandose hacia la esquina de la sala en donde estaba su orgullo de madera tallada. En el fondo de la misma habian cojines y una manta de un color verde claro y sobre la misma colgaba un artefacto giratorio del cual pendian unos hilos que llevaban animales de madera fina coloreados vistosamente. La levantó en peso y la acercó a la cama de Aren. Luego tomó con cuidado al bebe de sus brazos el cual emitió un leve quejido pero no llanto alguno y lo deposito en el interior de su pequeño lecho mullido. Hizó girar los animalillos muy levemente despertando la curiosidad de Tyrion que trato de alcanzarlos con las manos y entonces lo escuchó reir. Una risa suave, alegre, otro sonido hermoso que guardar en sus memorias y recuerdos.

-Será un gran chico, un hombre fuerte...mas que tu y que yo.- advirtió girandose para sentarse a los pies de la cama en la que estaba postrado el hechicero -¿Como te encuentras Aren? ¿Deseas que te traiga algo, comida...una almohada mas mullida?.- preguntó mientras retiraba las sabanas ensangrentadas de encima del cuerpo sustituyendolas por unas nuevas, limpias y calidas.
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