Rip Out the Wing of a Butterfly

sonrió satisfecho al notar  que el demonio era victima de su mismo pecado de manera tan simple, a la sola mención de su hermana,  brillaban sus ojos llenos de envidia... era algo simplemente delicioso de contemplar, como se consumían ellos mismos.

- deberías de tener cuidado...- le advirtió ante esas palabras, mirando la sangre en los labios ajenos, evidentemente el sabia que era una vision tentadora, aun no soltaba su cuello, por lo que le hizo levantar mas el rostro- pues a veces.. cobro demasiado caro... estas dispuesto a pagar el precio?... puedes siquiera pagarlo?- sonrió de manera provocadora, como retándole a un duelo quizás, pues era  la mejor manera de divertirse en esos días, retar a otros demonios.. en tanto no tuviera la ubicación de sus hermanos aun en gloria.

Miro a Lucifer, consciente de que no me limpié del todo la sangre y me siento bastante sensual, aunque por supuesto, esto depende de lo que opine él. Con palabras excitantes y sin haberse separado, habla de precios, respuestas a las acciones que uno cometa contra él. La sola idea es quizá más de lo que podría soportar mi imaginación, que ya piensa en todas esas cosas que puede querer Lucifer como pago a lo que uno le haga.

Bajo la mirada para contemplar mi mano que acaricia su estómago, sube por su pecho y se detiene en su hombro.

- Quizá si me dice sus precios, todo podría ser más fácil. Porque dispuesto... creo que ya le demostré que estoy dispuesto.

- buscas tener algo de que alardear luego y poder probocar la envidia en todos los demonios?- pregunto haciendo que se levante aun sin soltarle del cuello y arastrandole hasta una de las mesas de la sala.

- la envidia es un pecado que ciertamente reina sobre los demonios... la envidia, la ira y la lujuria es lo que los motiva al parecer... los otros pecados son mas dignos de los humanos...- murmura hacercando sus cuerpos, acorralando al pecado contra aquella mesa.

- por que decirtelos... si es mas divertido que los descubras sobre la marcha...- agrega antes de lamer la sangre que se derrama por su menton y volver a deborar esos labios mientras soltaba al fin su cuello y lo aferraba con fuerza de la cadera con una mano y practicamente de las costillas con la otra

Sonrío y niego. Ciertamente esto era parte, pero no era mi objetivo principal.

- Espero que no piense que sólo quiero eso. Deleitarme en mi pecado no lo es todo.

Escucho atento e incluso un tanto divertido al escuchar que mi pecado es uno en el que se deleitan los demonios. Es con sumo agrado que siento cómo me arrastra hasta una mesa y no pongo resistencia.

- También creo que es un pecado que comete Dios. ¿Acaso no echó a Adán y a Eva del Paraíso para que no fueran como él? ¿Acaso no te echó a ti? Dios envidia.

Lucifer me acorrala contra la mesa y lo miro a los ojos, encantado con esto. Pregunto por sus precios y no quiere decírmelos. Lame la sangre que corre por mi cara y me besa. Siento sus manos sobre mi cuerpo y meto mis manos entre su cabello mientras nos besamos. Tiro un poco de él y me pierdo en sus labios.

probablemente la intencion de aquel pecado era animar un poco mas el animo de Lucifer al denigrar a dios ante el, diciendo que era victima de los pecados, pero la mera mencion de aquel ser, molesto al caido de manera peligrosa, al punto que lastimo brutalmente aquellos labios y clavo sus uñas de manera profunda en las costillas y cadera de Envidia.

- no es la mejor idea...- siseo casi sobre los lastimados labios ajenos, precionando mas sus uñas contra aquella carne, de manera poco amigable - nombrarlo en mi precensia no es la mejor idea no si estoy disfrutando el momento- sus ojos brillaban con peligroso odio enmarcado.

no era que no estubiera acostumbrado a que se lo nombraran, la mayoria de los seres del infierno lo nombraban tratando de denigrarlo ante lucifer, pero eso no le hacia contento, y de hecho solo toleraba su mencion cuando se estaban maquinando planes diversos para hacerle daño directa o indirectamente, mas en medio de una situacion como la que estaban llevando, solo sacaba lo peor de el.

Grito de dolor y esta vez no es un dolor agradable como me gustaría. Esta vez Lucifer incurre en la ira, sin comprender lo increíblemente genial de que Dios sucumba a un pecado como un vulgar humano. Al final yo creo que su debilidad es justamente que plantó pistas de cómo es por todo el mundo, todas ella creadas a "imagen y semejanza suya". Pero Lucifer sólo me demuestra la ira que siente y se la cobra conmigo. Bien, no hablaré entonces de esto y punto, aunque yo no le veo lo malo, la verdad.

- ¡Entendí, entendí!

Pese a todo, había hecho un buen descubrimiento y es que Lucifer es vulnerable a la ira. Y es sádico, cosa que me agrada personalmente. Sufrir su ira y el dolor me parecen precios bajos por este conocimiento.

la sonrisa sadica en los labios de lucifer ante aquel grito de dolor, y aquella proclamación de haber entendido, era mas que palpable, y auqnue envidia haya proclamado entender, por un momento, Lucifer no disminuye en lo mas minimo la precion sobre auqellas carnes, iriendole, sintiendo solo el el placer en esos momentos.

- ho... de veras entiendes?- pregunta casi con veneno en cada palabra, mientras afloja su agarre, desenterrando sus uñas, llevando sus manos una al cuello ajeno de nuevo, y la otra a sus cabellos, jalandole hacia atrás, sin tanta violencia.

- entonces entenderás lo que no debes hacer en mi presencia- declara inclinandole contra aquella mesa, mientras lleva su rostro hacia el pecho ajeno y atravéz de las ropas, le muerde, no de forma feroz, pero tampoco de buena manera...

- esto es una advertencia, y sera la única que recibas, la próxima, me deleitare arrancando tus miembros, comprendes?- su voz, sigue siendo venenosa y fria, aunque sus manos se suavizan poco a poco, dado que, no era en la ira en lo que tenia planeado caer en esos momentos.

Pronto el dolor empieza a sentirse mejor.  Sigue siendo dolor, pero este demonio loco adora el dolor, lo entiendan los demás o no.  Sin embargo, asiento.  He entendido que no debo mencionar al "buen" Dios frente a Lucifer, y no volveré a hacerlo.  Dudo que me vaya tan bien si repito esto.  Jala mi cabello y mi cabeza se mueve, dejándo mi cuello en una posición vulnerable pero pese a eso, excitante. 

- Lo entiendo, señor.

Me recuesta sobre la mesa y noto que estoy jadeando, tanto de dolor como del placer que este me produce. Gimo cuando me muerde y me cuesta entender como amenaza grave lo que me dice, es casi como si yo estuviera en otro mundo. La verdad es que para un demonio que puede regenarse no es una amenaza tan terrible como lo sería para alguien que no puede hacerlo, aunque igual y significa que puede arrancármelos por más tiempo, justamente por esto mismo.

Bajo la mirada hasta sus manos, que pese a la brutalidad de hace un momento, ahora son incluso delicadas. Y el contraste quizá es peor para este pobre cuerpo que cae fácilmente en otros pecados.

Lucifer sonrio ante lo facil que sucumbia Envidia ante el pecado regido por su hermana... pero se sentia muy fuera de su elemento al haber reducido drasticamente la violencia de su tacto, lo que proboco que de pronto le besara con violencia rompiendo la carne de los labios ajenos con sus dientes y las prendaa de aquel demonio laa desgarro sin delicadeza alguna con sus garras.

- ho... lo siento... no soy de los amantes cuidadosos y amables.... de heho suelo ser mas de los que toman por la fuerza... - sonrio relamiendose la sangre de sus labios y recogiendo co unos dedos la sangre del menton ajeno, arrastrandola de regreso a los labios del demonio.

El dolor me hace caer, aunque también es verdad que pocos podrán seguramente presumir que el mismísimo Lucifer los había tomado. Esto me haría la envidia de todos también.

Parecía sólo una pequeña tregua, pero pronto, el delicioso dolor vuelve. Un beso que me descoloca por lo violento y el ardor en mis labios rotos. Quizá me preocupa más mi ropa rota, pero al gran Lucifer, todo se le perdona.

La advertencia, porque era más eso que una disculpa, no hace sino excitarme. Recibo con gusto mi propia sangre de vuelta a mi boca.

- Tome por la fuerza todo lo que quiera de mí...

Lucifer rio por lo bajo ante las palabras de envidia.

- que poca prudencia tienes para ser un demonio tan antiguo...- la sonrisa en sus labios era una mescla perfecta entre lasiba y sadica, - que imprudencia tan atractiva.-

Deslizo su mano hasta la nuca de envidia y le aferro por los cabellos, besandole de manera profunda mientras su otra mano hacia lineas de sangre por su vientre, disminuyendo la precion de sus uñas al meterce dentro de sus pantalones.

- es bueno q disfrutes el dolor... -

¿Prudencia? ¿Yo? ¡Por supuesto que no! Soy un demonio y sé que puedo sanar de heridas imposibles, soy la Envidia y no puedo desaparecer del mundo. Si le atrae que haga locuras, mejor por mí, porque soy justamente así. No es como si me dedicara a pensar arduamente antes de actuar, y menos cuando lo que está en juego es cometer algún pecado.

- La prudencia es una virtud, mi señor, no tiene cabida en mí.

Jadeo al sentir cómo me jala el cabello y de nuevo me besa de esa forma tan ruda y le correspondo, aunque sin intentar dominar en el beso. Me distrae y me encanta sentir sus manos sobre mi vientre.

- Adoro el dolor, aprovécheme.