Reconsiderando...

(Con permiso)

La muralla... Realmente tenia algo interesante, sabia que no eran mas que ladrillos acomodados metódicamente, unidos con una especie de argamasa que los mantenía unidos. Podía ver el escudo de la Orden, después de siglos seguía viva, pero ahora ya no se ocultaban. No, ahora ellos eran dueños y guardianes de la ciudad y sus pobladores, todos humanos o casi todos.

Antes, se le antojaba pasear dentro de las murallas, engañando los sentidos de los mortales, que se decían totalmente entrenados, ellos eran vulnerables a los dones de seres mas poderosos que los vampiros comunes, de licantropos y otras criaturas, pese a su conocimientos de seres como él y los otros, ángeles y demonios, los humanos dentro de las murallas seguían creyentes que todo dentro de aquellas paredes era seguro, sin imaginar siquiera que dentro, alguna vez, vivieron seres inmortales.... "oscuros", como la orden gustaba llamarles.

Caminaba, sin entrar a los territorios, observando a los guardias entre las sombras, hombres y mujeres, con un gesto adusto y temerario, para Jukka, todo aquello le parecía entretenido, incluso pensar en como derruir esas murallas, solo por saber cual seria la expresión en sus rostros.

Como era su costumbre, se había quedado prendado de cosas simples, un mortal que seguía en su ronda, con aquel uniforme que tanto le recordaba a los soldados Nazi en el siglo XX y los soldados a cargo de Viassus, aun que estos no eran tan salvajes como aquellos mortales e inmortales, que aquellos ropajes eran solo para mantener un orden y un estatus, pero ello restaba interés.

Seguía con los sentidos fijos en aquel mortal, solo hasta que aquella oscura presencia que ya había percibido desde su llegada, se hizo aun mas fuerte, mas estable y solida, entonces se volvió, levantando a penas el rostro para mirar al "hombre".

-No - respondió, en un tono parco, carente de emoción, ese habitual tono con el que se expresaba y resultaba perturbador para aquel que llegara a conocerle mas a fondo, que seguía siendo cuestionado por su familia biológica, especialmente por los pequeños hijos de su vástago.

Levanto una de sus cejas, en un gesto que podría reflejar sorpresa o interés, aun que realmente también su cuerpo reaccionaba de formas que el no reconocía, a veces pensaba en lo que era, en como actuaba y en como los demás lo percibían. Se preguntaba si era correcta su forma de expresarse, o mejor dicho, de no expresarse, y principalmente su carencia de empatia.

-Mi nombre es... Jukka, son lo que los mortales llaman un Perkele - respondió, con el mismo tono calmo, mirando al "hombre" -. Quizás alguno de ustedes me vea como un demonio de bajo rango, no sabría realmente responder a vuestra pregunta, señor.

-Hijo de Belzebu - corrigió en su respuesta, sin quitarle la mirada de encima, no que el nombre de su padre fuera realmente importante para él, pero debía aclarar que el no provenía de aquel rango de seres, el no era un Nephilim, aun que realmente el haber sido procreado por un demonio de alto rango y un ángel común, no le daba tampoco indicadores de lo que realmente era, pese a los milenios que había vagado por la tierra.

Despego la mirada un instante del "hombre", sacando su cajetilla, usando su poder de manipulación y creación del fuego para encender su cigarrillo una vez estuvo entre sus labios, inhalando profundo.

-Sammael - respondió, exhalando el humo que aparentaba ser blanco en medio de la negrura de la noche.