Conectarse
Invierno
Últimos temas
Black as the Devil -priv +18
Damned Souls :: :: ● Otros Sitios del Mundo ● :: ● AMÉRICA ● :: ••【 Los Angeles City 】•• :: ● BARRIOS BAJOS ●
Página 1 de 3.
Página 1 de 3. • 1, 2, 3
Black as the Devil -priv +18
Llevaba alrededor de una hora en los barrios bajos, había llegado caminando. Al final había terminado por salir de la casa, no podía soportar tanta presión y para peor, mi maldición empezaba a asfixiarme. Y definitivamente, no quería cometer un error por quedarme en casa, sería demasiado para mi estabilidad mental.
Me había cambiado de ropas, por supuesto. Estaba vestido para trabajar, con el largo cabello suelto, el rostro ligeramente maquillado, y ropas provocadoras... Camiseta negra ajustada al cuerpo, minifalda, botas largas... como una prostituta cualquiera. Me sentía asqueado por hacer eso, pero luego de tantos años, de toda una vida, había terminado por acostumbrarme.
Terminé en una esquina, al menos tenía la libertad y privilegio de seleccionar a mis clientes, tampoco era una puta barata. En mi juventud... de hecho fui la mejor mercancía de un hijo de puta.
Me había cambiado de ropas, por supuesto. Estaba vestido para trabajar, con el largo cabello suelto, el rostro ligeramente maquillado, y ropas provocadoras... Camiseta negra ajustada al cuerpo, minifalda, botas largas... como una prostituta cualquiera. Me sentía asqueado por hacer eso, pero luego de tantos años, de toda una vida, había terminado por acostumbrarme.
Terminé en una esquina, al menos tenía la libertad y privilegio de seleccionar a mis clientes, tampoco era una puta barata. En mi juventud... de hecho fui la mejor mercancía de un hijo de puta.
Última edición por Alexei Linnankivi el Vie Ene 13, 2012 1:46 pm, editado 1 vez
Invitado- Invitado
Re: Black as the Devil -priv +18
Hacía varias noches desconocía el paradero de Louise, ella parecía una luciérnaga que venía a darme luz y después marcharse como si fuera el final del verano. Si bien, disfrutaba de su compañía y sentía su presencia como algo indispensable en mis noches, aunque sobrevivía cuando no sentía su presencia. Era como un dulce recuerdo, lo saboreaba y después podía mantener la boca con su sensación sin obsesionarme por no tenerla.
No tenía porque preocuparme por ella, todo lo malo ya había pasado y desgraciadamente estaba muerta como para volver a estarlo. Yo no podía tenerla encerrada entre mis brazos, tampoco podía rezar para que se fuera definitivamente a un lugar mejor, si existe, y no era quien para pedirle que se quedara como si fuera un triste mendigo de atenciones.
Era un vampiro salvaje, un vampiro que acababa de destrozar una familia entera de seres como yo. Dos vampiros adultos y su hijo, un vampiro joven que tenía unos ojos azules difíciles de soportar. Eran de una organización contraria a la cual yo pertenecía, habían estado tramando planes para atacar a una de las sedes donde se localizaba mi líder, y aquello me reportó la excusa suficiente como para matarlos.
Bebí rasgando su cuello, llevándome parte de su carne, mientras la mordisqueaba bebía y mientras bebía sentía que el mundo me daba vueltas. Yo era un demonio que se colocaba con la sangre, que entraba en una especie de Nirvana, y una vez acabado flotaba prácticamente con una sonrisa de oreja a oreja sintiéndome el rey del mundo, sea cual sea este mundo parecido a los infiernos.
Mis ropas oscuras no destacaban en la noche, amigo largo hasta los pies, bufanda ocultando mi cuello, camisa negra y pantalón ajustado negro. Toda mi ropa estaba manchada con sangre, rezumaba a muerte y destrucción. Mis cabellos negros se movían como los de un ángel, con el mismo hechizo seductor, aunque sólo era un condenado eterno. Mi rostro blanco había tomado color, ahora tenía el color canela que fue habitual en mí. Mis ojos, esos temibles ojos café, deambulaban de un lugar a otro buscando diversión, alguna sana o insana diversión.
Daba gracias que Louise no me vio matar a esas personas, aunque fueran vampiros ella sentiría el odio y se deprimiría volviendo a ser invisible a mis ojos. Por ello me dediqué a la cacería sin un solo acto de piedad, pues el hijo de aquellos vampiros no tenía más de diez años. Era un asesino, un desquiciado asesino, que sólo tenía calma cuando bebía o practicaba el sexo. También llegaba a la calma después de horas de oración, pero prefería los vicios y virtudes que aún embriagaban a toda la humanidad. La muerte y el sexo, dos claros ejemplos de la estupidez y el deseo de los impulsos más mundanos.
Al llegar a una de las esquinas más concurridas paré junto a un sujeto, llevaba una ropa llamativa y sabía que se dedicaba al mágico mundo del sexo sólo por el vistazo que me había echado. Sonreí de lado parándome frente a él, aún con la sangre como perfume y con ganas de divertirme de algún modo. No era un humano corriente, podía percibir que tenía algo fuera de lo común y su esencia era fuerte. ¿Un hechicero? Podría ser, y eso me hizo desear probar aquel cuerpo con mis propias manos.
-Bonitas piernas.
Llegué a decir con una sonrisa en mis labios poco habitual, ya que esa noche había dejado liberar a mi lado más cruel y libertino. Deseaba olvidarme del dolor, el pasado, mi maldición y de no haber hallado a Louise.
No tenía porque preocuparme por ella, todo lo malo ya había pasado y desgraciadamente estaba muerta como para volver a estarlo. Yo no podía tenerla encerrada entre mis brazos, tampoco podía rezar para que se fuera definitivamente a un lugar mejor, si existe, y no era quien para pedirle que se quedara como si fuera un triste mendigo de atenciones.
Era un vampiro salvaje, un vampiro que acababa de destrozar una familia entera de seres como yo. Dos vampiros adultos y su hijo, un vampiro joven que tenía unos ojos azules difíciles de soportar. Eran de una organización contraria a la cual yo pertenecía, habían estado tramando planes para atacar a una de las sedes donde se localizaba mi líder, y aquello me reportó la excusa suficiente como para matarlos.
Bebí rasgando su cuello, llevándome parte de su carne, mientras la mordisqueaba bebía y mientras bebía sentía que el mundo me daba vueltas. Yo era un demonio que se colocaba con la sangre, que entraba en una especie de Nirvana, y una vez acabado flotaba prácticamente con una sonrisa de oreja a oreja sintiéndome el rey del mundo, sea cual sea este mundo parecido a los infiernos.
Mis ropas oscuras no destacaban en la noche, amigo largo hasta los pies, bufanda ocultando mi cuello, camisa negra y pantalón ajustado negro. Toda mi ropa estaba manchada con sangre, rezumaba a muerte y destrucción. Mis cabellos negros se movían como los de un ángel, con el mismo hechizo seductor, aunque sólo era un condenado eterno. Mi rostro blanco había tomado color, ahora tenía el color canela que fue habitual en mí. Mis ojos, esos temibles ojos café, deambulaban de un lugar a otro buscando diversión, alguna sana o insana diversión.
Daba gracias que Louise no me vio matar a esas personas, aunque fueran vampiros ella sentiría el odio y se deprimiría volviendo a ser invisible a mis ojos. Por ello me dediqué a la cacería sin un solo acto de piedad, pues el hijo de aquellos vampiros no tenía más de diez años. Era un asesino, un desquiciado asesino, que sólo tenía calma cuando bebía o practicaba el sexo. También llegaba a la calma después de horas de oración, pero prefería los vicios y virtudes que aún embriagaban a toda la humanidad. La muerte y el sexo, dos claros ejemplos de la estupidez y el deseo de los impulsos más mundanos.
Al llegar a una de las esquinas más concurridas paré junto a un sujeto, llevaba una ropa llamativa y sabía que se dedicaba al mágico mundo del sexo sólo por el vistazo que me había echado. Sonreí de lado parándome frente a él, aún con la sangre como perfume y con ganas de divertirme de algún modo. No era un humano corriente, podía percibir que tenía algo fuera de lo común y su esencia era fuerte. ¿Un hechicero? Podría ser, y eso me hizo desear probar aquel cuerpo con mis propias manos.
-Bonitas piernas.
Llegué a decir con una sonrisa en mis labios poco habitual, ya que esa noche había dejado liberar a mi lado más cruel y libertino. Deseaba olvidarme del dolor, el pasado, mi maldición y de no haber hallado a Louise.
Invitado- Invitado
Re: Black as the Devil -priv +18
-Gracias, guapo -dije con voz suave y calmada, a pesar de que me asfixiaba literalmente. Le sonreí de forma seductora, apenas le vi supe que ese sujeto era un vampiro, y uno antiguo y poderoso, pero no importaba.
No pasé por alto que estaba cubierto de sangre, pero de alguna forma me alivió. Significaba que ya se había alimentado, o sea, que no me mataría. O mejor dicho, no intentaría matarme, puesto que yo tampoco le dejaría.
- ¿Deseas pasar un buen rato? -le pregunté, acercándome de forma seductora a él, pasando si miedo mis manos por su pecho mientras le sonreía, moviendo las caderas en clara invitación.
En este punto ya no pensaba, intentaba mantener mi mente en blanco. Porque la verdad era que yo mismo me daba asco, pero no era algo que podría controlar nunca. Mi cuerpo ya no era mío, sino del rey de los avernos.
No pasé por alto que estaba cubierto de sangre, pero de alguna forma me alivió. Significaba que ya se había alimentado, o sea, que no me mataría. O mejor dicho, no intentaría matarme, puesto que yo tampoco le dejaría.
- ¿Deseas pasar un buen rato? -le pregunté, acercándome de forma seductora a él, pasando si miedo mis manos por su pecho mientras le sonreía, moviendo las caderas en clara invitación.
En este punto ya no pensaba, intentaba mantener mi mente en blanco. Porque la verdad era que yo mismo me daba asco, pero no era algo que podría controlar nunca. Mi cuerpo ya no era mío, sino del rey de los avernos.
Invitado- Invitado
Re: Black as the Devil -priv +18
Coloqué una de mis manos en su cintura nada más ver como se contoneaba, no me importaba ni me interesaba saber hasta que punto le gustaba u odiaba su oficio. Para mí era una noche de diversión, una donde no tenía que implicarme con la persona con la cual me desahogaría. El dolor lo alejé momentáneamente mientras me inclinaba para susurrar en su oído, como si jugara a los amantes con él.
-Depende del buen rato que me quieras hacer pasar.-
Susurré pasando mis manos a sus nalgas, estrujándolas con deseo. Podía pagarme sus servicios, por caros que fueran, y no sólo esa noche sino cualquier otra. Tenía dinero de sobra, dinero que invertía y aumentaba sólo por mero capricho y placer.
-¿Cuánto me van a salir tus juegos?-
Quería saber el precio que me daría por su cuerpo, por disfrutar por como de él, y quizás por hacerle disfrutar aunque sin pretenderlo. Yo era el cliente y el cliente siempre tiene razón.
-Depende del buen rato que me quieras hacer pasar.-
Susurré pasando mis manos a sus nalgas, estrujándolas con deseo. Podía pagarme sus servicios, por caros que fueran, y no sólo esa noche sino cualquier otra. Tenía dinero de sobra, dinero que invertía y aumentaba sólo por mero capricho y placer.
-¿Cuánto me van a salir tus juegos?-
Quería saber el precio que me daría por su cuerpo, por disfrutar por como de él, y quizás por hacerle disfrutar aunque sin pretenderlo. Yo era el cliente y el cliente siempre tiene razón.
Invitado- Invitado
Re: Black as the Devil -priv +18
-Te aseguro que te vas a divertir mucho -le dije, restregándome contra él en cuanto sentí su mano en mi trasero. Dejé escapar un jadeo contra su oreja, por supuesto era fingido, pero yo el mejor actor de todos.
-60 dólares la hora, pero puedo hacerte una rebaja, me encantan los vampiros como tú -susurré, apartándome para mirarle con una sonrisa de invitación. Esperaba que aceptara, tampoco quería tener que conformarme con cualquier alcohólico o drogadicto, o cerdo asqueroso.
Tomé la mano que estaba sobre mi trasero y le apreté más contra él, que me sintiera, que palpara y notara la calidad de la mercancía.
-60 dólares la hora, pero puedo hacerte una rebaja, me encantan los vampiros como tú -susurré, apartándome para mirarle con una sonrisa de invitación. Esperaba que aceptara, tampoco quería tener que conformarme con cualquier alcohólico o drogadicto, o cerdo asqueroso.
Tomé la mano que estaba sobre mi trasero y le apreté más contra él, que me sintiera, que palpara y notara la calidad de la mercancía.
Invitado- Invitado
Re: Black as the Devil -priv +18
-Eso de divertirme mucho ya se verá.
Notaba como se desenvolvía, como me invitaba a adquirirlo como buena mercancía. Sabía que si me iba a buscar a cualquier mujer u hombre tardaría, tal vez más de una hora y eso me impacientaba. Así que acabé apretando tomándole del trasero con ambas manos, haciendo anclaje de ellas en sus firmes carnes.
-¿Me darás calor por cuanto? tal vez sean dos horas, quizás todo lo que resta de noche. No deseo estar solo y tú pareces buena compañía.
Quería sacar la presión, el deseo y el descontrol acumulado y concentrado por más de dos meses. Hacía tiempo que no dejaba que mis bajos instintos surgieran como un león, en medio de la jungla de asfalto en la cual nos enfrentábamos.
-Acepto el trato, te invito a un hotel y a lo que quieras tomar a cambio que me hagas una oferta, una pequeña rebaja.
Notaba como se desenvolvía, como me invitaba a adquirirlo como buena mercancía. Sabía que si me iba a buscar a cualquier mujer u hombre tardaría, tal vez más de una hora y eso me impacientaba. Así que acabé apretando tomándole del trasero con ambas manos, haciendo anclaje de ellas en sus firmes carnes.
-¿Me darás calor por cuanto? tal vez sean dos horas, quizás todo lo que resta de noche. No deseo estar solo y tú pareces buena compañía.
Quería sacar la presión, el deseo y el descontrol acumulado y concentrado por más de dos meses. Hacía tiempo que no dejaba que mis bajos instintos surgieran como un león, en medio de la jungla de asfalto en la cual nos enfrentábamos.
-Acepto el trato, te invito a un hotel y a lo que quieras tomar a cambio que me hagas una oferta, una pequeña rebaja.
Invitado- Invitado
Re: Black as the Devil -priv +18
Sentía que la presión aumentaba y me cortaba el aire por momentos, había esperado demasiado para salir de la casa. Le sonreí alzándome de puntillas para besarle en los labios de forma pasional y entregada aunque pasivo siempre, y al alejarme, luego de unos segundos, sentía que podía volver a respirar otra vez.
-Una noche entera por 250 dólares, en efectivo -le dije, de seguro una noche entera me sería más útil que varias noches de escasas horas. Además, dijo que deseaba compañía, ¿no? Era lo mismo que yo necesitaba por dentro, podría ser una ilusión que me alegrara por unos momentos- Es la mejor oferta que puedo hacerte, ¿qué dices? -pregunté, dejando que mi mano jugueteara en su entrepierna.
-Una noche entera por 250 dólares, en efectivo -le dije, de seguro una noche entera me sería más útil que varias noches de escasas horas. Además, dijo que deseaba compañía, ¿no? Era lo mismo que yo necesitaba por dentro, podría ser una ilusión que me alegrara por unos momentos- Es la mejor oferta que puedo hacerte, ¿qué dices? -pregunté, dejando que mi mano jugueteara en su entrepierna.
Invitado- Invitado
Re: Black as the Devil -priv +18
-Perfecto.-
Estaba tan desesperado como yo, no sabía sus motivos ni me interesaban. Me limitaba a cerrar el acuerdo, no iba a preguntar por qué ese brillo de sus ojos al escuchar que deseaba compañía ni tampoco escudriñaría su mente. No tenía motivos ni deseos sobre el dolor que le consumía, sólo quería consumirme entre sus piernas y era urgente.
Tomé su mano, la cual acariciaba mi bragueta, para pegarla más a mí demostrándole que no tendría que hacer demasiados esfuerzos. Ardía en deseos de tener a alguien en mi cama, aunque fuera una noche. Aparté mi mano de la suya para buscar en mi chaqueta, de esa forma le mostraría el dinero que llevaba encima y que sería suyo.
-Si cumples todo lo que quiero tal vez te de propina.
Mostré mis billetes, tenía 300 dólares en efectivo y era poseedor de tarjetas de crédito. Tenía dinero de mis últimas víctimas más los ahorros de cientos de años. No era un don nadie, era alguien que podía vivir de lujos y que me mantenía aislado en un caserón reconstruido para que no me molestara. La ciudad era divertida, pero prefería a veces la soledad excesiva y cargante del bosque.
-¿Trato hecho?
Estaba tan desesperado como yo, no sabía sus motivos ni me interesaban. Me limitaba a cerrar el acuerdo, no iba a preguntar por qué ese brillo de sus ojos al escuchar que deseaba compañía ni tampoco escudriñaría su mente. No tenía motivos ni deseos sobre el dolor que le consumía, sólo quería consumirme entre sus piernas y era urgente.
Tomé su mano, la cual acariciaba mi bragueta, para pegarla más a mí demostrándole que no tendría que hacer demasiados esfuerzos. Ardía en deseos de tener a alguien en mi cama, aunque fuera una noche. Aparté mi mano de la suya para buscar en mi chaqueta, de esa forma le mostraría el dinero que llevaba encima y que sería suyo.
-Si cumples todo lo que quiero tal vez te de propina.
Mostré mis billetes, tenía 300 dólares en efectivo y era poseedor de tarjetas de crédito. Tenía dinero de mis últimas víctimas más los ahorros de cientos de años. No era un don nadie, era alguien que podía vivir de lujos y que me mantenía aislado en un caserón reconstruido para que no me molestara. La ciudad era divertida, pero prefería a veces la soledad excesiva y cargante del bosque.
-¿Trato hecho?
Invitado- Invitado
Re: Black as the Devil -priv +18
Ya antes había visto tanto dinero junto, de los hombres que cuando joven me compraban... Pero no pude evitar igual sentirme impresionado. Eso era lo genial de los vampiros, todo el dinero que siempre cargaban.
-Trato hecho -le dije sonriéndole con deseo, volviendo a besarle en los labios de forma pasional, para luego alejarme sólo lo suficiente de sus fríos labios- Vamos, no dejemos pasar el tiempo... -le apremié, con voz seductora, suave, con ese timbre único que hacía que mi voz estuviera en una línea intermedia entre lo masculino y lo femenino.
-Trato hecho -le dije sonriéndole con deseo, volviendo a besarle en los labios de forma pasional, para luego alejarme sólo lo suficiente de sus fríos labios- Vamos, no dejemos pasar el tiempo... -le apremié, con voz seductora, suave, con ese timbre único que hacía que mi voz estuviera en una línea intermedia entre lo masculino y lo femenino.
Invitado- Invitado
Re: Black as the Devil -priv +18
Ese beso provocó que me recorriera una corriente elétrica, por ello cuando se separó lo tomé por la nuca volviendo a besarlo de forma más salvaje. No me importaba si alguien nos veía, yo no tenía nada que ocultar y él tampoco pues se lucía con ropa llamativa. Mis manos recorrienron por un instante su cuerpo mientras lo besaba, saboreando sus labios y hundiendo mi lengua hasta prácticamente ahogarlo.
-Perfecto.
Lo agarré de la cintura pegándolo a mí, caminando a su lado apurando el paso. No había tiempo que perder, ni ganas que malgastar. Quería tenerlo desnudo de una vez, metiéndome entre sus piernas y olvidando todo. No quería recordar el pasado ni el presente, ni cargar con las muertes que a veces me afectaban pues aún tenía los ojos de ese muchacho, apenas un niño aún, en mi mente.
-Dame calor, saldrá barato el precio.
Susurré cerca de su oído mientras caminábamos por la calle hasta un lujoso hotel, bajo las luces del hall se vería mi sangre y nadie se atrevería a decirme que no a una de las suites más lujosas. El miedo los paralizaría, tanto al botones como al recepcionista.
Nada más pisar aquel lugar, un hermoso palacete moderno y exuberante, todos los que aún permanecían trabajando y esperando clientes, nos miraron y se paralizaron al ver mis ojos de demonio y el rastro de sangre en mis ropas. No tuve por lo tanto que pulsar al timbre, ni esperar ni un segundo en ver una sonrisa temblorosa en los labios del recepcionista nocturno.
-Buenas noches, caballeros.
-Buenas noches, deseo una de las suites más lujosas. Quiero una de esas que se ve por completo la ciudad, tal vez las de la última planta, y que el servicio de habitaciones nos lleve champaña.
Mi petición era clara, no quería problemas ni titubeos. Pronto me pasaron la llave y el libro para que dejara constancia de mi nombre, así como que me hacía cargo de todos los destrozos que se produjeran en la habitación. Pasé mi tarjeta de crédito al pobre diablo que nos atendía, un muchacho joven y escuálido de ojos pequeños. Tenía un aspecto enfermizo, nervioso y aturdido.
-Pagaré ahora, un día completo.
Si mi acompañante lo deseaba podía quedarse en la cama, descansando, yo me iría a mi guarida una hora antes de la salida del sol. No me detendría a despedidas ni a cursiladas que algunos tenían con sus prostitutas, sólo quería desahogarme y sentirme humano tentado por la carne. Mi mano se deslizó de su cadera a sus nalgas, apretándolas con ansiedad, mientras el pago se efectuaba y me ordenaban firmar el recibo.
-Vamos.
Tiré de él nada más tener de vuelta mi dinero de plástico. Estaba necesitado de atenciones y si por mí fuera tendríamos el primero en el ascensor, pero aún quería guardar algo de decoro. Pulsé el ascensor, el cual no tardó mucho en abrirse, y cuando subimos en él el botones temblequeó.
-Piso quince.
Indiqué mientras acorralaba a aquel humano, deslizando mi mano derecha entre sus muslos y mi boca por su cuello. Quería sexo, lo iba a tener, y no me importaba iniciar ciertos juegos frente al pobre empleado y la cámara de seguridad.
-Perfecto.
Lo agarré de la cintura pegándolo a mí, caminando a su lado apurando el paso. No había tiempo que perder, ni ganas que malgastar. Quería tenerlo desnudo de una vez, metiéndome entre sus piernas y olvidando todo. No quería recordar el pasado ni el presente, ni cargar con las muertes que a veces me afectaban pues aún tenía los ojos de ese muchacho, apenas un niño aún, en mi mente.
-Dame calor, saldrá barato el precio.
Susurré cerca de su oído mientras caminábamos por la calle hasta un lujoso hotel, bajo las luces del hall se vería mi sangre y nadie se atrevería a decirme que no a una de las suites más lujosas. El miedo los paralizaría, tanto al botones como al recepcionista.
Nada más pisar aquel lugar, un hermoso palacete moderno y exuberante, todos los que aún permanecían trabajando y esperando clientes, nos miraron y se paralizaron al ver mis ojos de demonio y el rastro de sangre en mis ropas. No tuve por lo tanto que pulsar al timbre, ni esperar ni un segundo en ver una sonrisa temblorosa en los labios del recepcionista nocturno.
-Buenas noches, caballeros.
-Buenas noches, deseo una de las suites más lujosas. Quiero una de esas que se ve por completo la ciudad, tal vez las de la última planta, y que el servicio de habitaciones nos lleve champaña.
Mi petición era clara, no quería problemas ni titubeos. Pronto me pasaron la llave y el libro para que dejara constancia de mi nombre, así como que me hacía cargo de todos los destrozos que se produjeran en la habitación. Pasé mi tarjeta de crédito al pobre diablo que nos atendía, un muchacho joven y escuálido de ojos pequeños. Tenía un aspecto enfermizo, nervioso y aturdido.
-Pagaré ahora, un día completo.
Si mi acompañante lo deseaba podía quedarse en la cama, descansando, yo me iría a mi guarida una hora antes de la salida del sol. No me detendría a despedidas ni a cursiladas que algunos tenían con sus prostitutas, sólo quería desahogarme y sentirme humano tentado por la carne. Mi mano se deslizó de su cadera a sus nalgas, apretándolas con ansiedad, mientras el pago se efectuaba y me ordenaban firmar el recibo.
-Vamos.
Tiré de él nada más tener de vuelta mi dinero de plástico. Estaba necesitado de atenciones y si por mí fuera tendríamos el primero en el ascensor, pero aún quería guardar algo de decoro. Pulsé el ascensor, el cual no tardó mucho en abrirse, y cuando subimos en él el botones temblequeó.
-Piso quince.
Indiqué mientras acorralaba a aquel humano, deslizando mi mano derecha entre sus muslos y mi boca por su cuello. Quería sexo, lo iba a tener, y no me importaba iniciar ciertos juegos frente al pobre empleado y la cámara de seguridad.
Invitado- Invitado
Re: Black as the Devil -priv +18
Me abstuve de decir nada, simplemete le seguía enseñando una sonrisa a quienes nos miraban, como si en verdad estuviera orgulloso por haber conseguido a un hombre como mi acompañante.
Mi paso era rápido, dejaba que me tocara y me corriera mano y no me importaba mucho el público. Era un profesional, ya no tenía forma de sentir vergüenza, aunque sabía que si Lutho me descubría alguna noche, que si se enteraba de mi "trabajo", se decepcionaría y me odiaría.
Pero no quería seguir pensando en ella esta noche, ni en Lestat ni en nadie ni nada. Simplemente dejé ir mi memoria, me concentré en el trabajo y me mantuve serio en ese aspecto.
El hotel al cual llegamos me impresionó, hacía cientos de años que no visitaba uno así. Mi paso por el infierno me había desacostumbrado a los lugares lujosos como ese, y se me hacía que de todas formas tal vez podría disfrutar algo de esta noche. También me impresionaba el efecto que su presencia causaba en las personas, nada mal para un vampiro.
Ya en el ascensor comenzó la acción. Me dejaba tocar y acariciar sumisamente, aunque sin perder aquella elegancia que me caracterizaba, ese porte fino que provenía de mi familia, de mi orgullo y mi entereza.
Dejaba escapar pequeños jadeos y pasaba mis manos por su espalda y sus nalgas, ignorando al chico aunque apenado por él. Sentía darle ese espectáculo, y más aún no poder evitárselo. Tal vez cuando todo acabara y si él seguía aquí, borrara esa parte de su memoria para no atormentarle.
-Dime tu nombre, guapo... quiero gemir tu nombre -jadeé en su oído antes de lamer el lóbulo de éste de manera ansiosa.
Mi paso era rápido, dejaba que me tocara y me corriera mano y no me importaba mucho el público. Era un profesional, ya no tenía forma de sentir vergüenza, aunque sabía que si Lutho me descubría alguna noche, que si se enteraba de mi "trabajo", se decepcionaría y me odiaría.
Pero no quería seguir pensando en ella esta noche, ni en Lestat ni en nadie ni nada. Simplemente dejé ir mi memoria, me concentré en el trabajo y me mantuve serio en ese aspecto.
El hotel al cual llegamos me impresionó, hacía cientos de años que no visitaba uno así. Mi paso por el infierno me había desacostumbrado a los lugares lujosos como ese, y se me hacía que de todas formas tal vez podría disfrutar algo de esta noche. También me impresionaba el efecto que su presencia causaba en las personas, nada mal para un vampiro.
Ya en el ascensor comenzó la acción. Me dejaba tocar y acariciar sumisamente, aunque sin perder aquella elegancia que me caracterizaba, ese porte fino que provenía de mi familia, de mi orgullo y mi entereza.
Dejaba escapar pequeños jadeos y pasaba mis manos por su espalda y sus nalgas, ignorando al chico aunque apenado por él. Sentía darle ese espectáculo, y más aún no poder evitárselo. Tal vez cuando todo acabara y si él seguía aquí, borrara esa parte de su memoria para no atormentarle.
-Dime tu nombre, guapo... quiero gemir tu nombre -jadeé en su oído antes de lamer el lóbulo de éste de manera ansiosa.
Invitado- Invitado
Re: Black as the Devil -priv +18
Se comportaba como un perro bien adiestrado, de forma sumisa y elegante dejándome abrir bien sus piernas. Mi boca selló sus jadeos, no quería escuchar algo que era falso aún. Mis manos tocaban con cuidado, sin ser basto y buscando la forma de hacer que se abriera no por dinero, sino por necesidad de tenerme. Pude echar a un lado su ropa interior, bajándosela un poco, para poder palpar su entrepierna comenzando a masturbar presionando mis dedos sobre su sexo, haciéndolo con la perfección y destreza que todos mis siglos acarreaban.
-Atsushi.
Susurré en su oído, antes de besar sus mejillas y su cuello notando su aroma. El joven se sentía acorralado, también excitado por las vistas. No me detendría y si el ascensor no marchaba más rápido lo desnudaría allí mismo. Tomé una de sus manos, para llevarla a mi bragueta y ayudarle a bajarla.
-No hace falta que gimas mi nombre, con que me demuestres que he pagado bien me basta.
Dije aquello de forma lasciva lamiendo su cuello, su oreja y su mejilla hasta su boca. Colé mi lengua ahogándolo de nuevo, dominando la suya e imponiéndome con respeto.
-Hemos llegado.
Escuché aquello riendo bajo, escuchando el timbre de la puerta al abrirse, y me aparté de él subiéndome la cremallera. Nada más acomodarme un poco la ropa lo empujé hacia fuera, con cierta impetuosidad. En aquella planta sólo había dos suites, eran enormes y sabía que el lujo se apoderaba de cada rincón.
-Espero que seas bueno, necesito algo más que bonitas sonrisas y jadeos con mi nombre.
A decir verdad necesitaba que alguien soportara el sexo salvaje que siempre regalaba, ofrecía siempre un espectáculo que dejaba aturdido y medio muerto a los humanos, como a los vampiros más jóvenes, y a veces muertos por completo porque terminaba bebiendo de su sangre hasta saciar todos mis impulsos. Pero había bebido, no mordería al pobre desgraciado que me se haría rico a mi costa.
Abrí la puerta pasando la tarjeta para arrojarle dentro, cerrando tras nosotros y mirarle desafiante. Me pegué a él de nuevo, como en el ascensor, acorralándolo en la misma entrada, para sacarle toda la ropa que llevaba encima. Mi lengua se deslizó por sus clavículas hasta estar bajo su mentón. Pero, pronto me aparté y dejé de acariciarle para irme al sofá del enorme salón.
-Ven y demuéstrame cuánto vales.
Fue lo único que dije bajando la cremallera de mi pantalón, esperando que caminara hacia mí y me mostrara sus dotes con la boca. Ya vería que le hacía nada más sentir que estaba preparado para darme un festín con su cuerpo, de mil formas distintas y todas legales puesto que yo había pagado por mi noche.
-Atsushi.
Susurré en su oído, antes de besar sus mejillas y su cuello notando su aroma. El joven se sentía acorralado, también excitado por las vistas. No me detendría y si el ascensor no marchaba más rápido lo desnudaría allí mismo. Tomé una de sus manos, para llevarla a mi bragueta y ayudarle a bajarla.
-No hace falta que gimas mi nombre, con que me demuestres que he pagado bien me basta.
Dije aquello de forma lasciva lamiendo su cuello, su oreja y su mejilla hasta su boca. Colé mi lengua ahogándolo de nuevo, dominando la suya e imponiéndome con respeto.
-Hemos llegado.
Escuché aquello riendo bajo, escuchando el timbre de la puerta al abrirse, y me aparté de él subiéndome la cremallera. Nada más acomodarme un poco la ropa lo empujé hacia fuera, con cierta impetuosidad. En aquella planta sólo había dos suites, eran enormes y sabía que el lujo se apoderaba de cada rincón.
-Espero que seas bueno, necesito algo más que bonitas sonrisas y jadeos con mi nombre.
A decir verdad necesitaba que alguien soportara el sexo salvaje que siempre regalaba, ofrecía siempre un espectáculo que dejaba aturdido y medio muerto a los humanos, como a los vampiros más jóvenes, y a veces muertos por completo porque terminaba bebiendo de su sangre hasta saciar todos mis impulsos. Pero había bebido, no mordería al pobre desgraciado que me se haría rico a mi costa.
Abrí la puerta pasando la tarjeta para arrojarle dentro, cerrando tras nosotros y mirarle desafiante. Me pegué a él de nuevo, como en el ascensor, acorralándolo en la misma entrada, para sacarle toda la ropa que llevaba encima. Mi lengua se deslizó por sus clavículas hasta estar bajo su mentón. Pero, pronto me aparté y dejé de acariciarle para irme al sofá del enorme salón.
-Ven y demuéstrame cuánto vales.
Fue lo único que dije bajando la cremallera de mi pantalón, esperando que caminara hacia mí y me mostrara sus dotes con la boca. Ya vería que le hacía nada más sentir que estaba preparado para darme un festín con su cuerpo, de mil formas distintas y todas legales puesto que yo había pagado por mi noche.
Invitado- Invitado
Re: Black as the Devil -priv +18
Tras lo del ascensor terminé impresionado de verdad, nunca me había tocado a nadie tan pasional y salvaje. Ahora mi respiración se había vuelto agitada y mis jadeos, reales, así que por ello no tendría que preocuparse. Ya en la lujosa habitación, la cual deslumbraba, dejé que la maldición me consumiera por completo. Me volvía un felino elegante, pero totalmente salvaje y deseoso de placer.
Sonreí lascivamente ante su invitación, acercándome contoneándome, moviendo las caderas suavemente. Me arrodillé a sus pies, bajando un poco su pantalón para liberar su miembro.
-Sólo tengo una condición, Atsushi -le dije viéndole, mientras le masturbaba con mi mano, con la misma destreza que él me había masturbado a mí en el ascensor- No utilices tus poderes vampíricos conmigo, por lo demás, puedes hacerme lo que quieras -tras decir aquello, besé la punta de su miembro, lamiendo mis labios antes de empezar a lamerlo en toda su extensión.
Mis manos bajaron a sus testículos, masajeándolos con delicadeza, pero en el punto exacto que producía mayor placer. Mi lengua recorría juguetona y profesional su miembro, y tras algunos minutos terminé por meterlo completamente en mi boca, chupándolo y succionándolo, juegueteando con mi lengua en la punta.
Sonreí lascivamente ante su invitación, acercándome contoneándome, moviendo las caderas suavemente. Me arrodillé a sus pies, bajando un poco su pantalón para liberar su miembro.
-Sólo tengo una condición, Atsushi -le dije viéndole, mientras le masturbaba con mi mano, con la misma destreza que él me había masturbado a mí en el ascensor- No utilices tus poderes vampíricos conmigo, por lo demás, puedes hacerme lo que quieras -tras decir aquello, besé la punta de su miembro, lamiendo mis labios antes de empezar a lamerlo en toda su extensión.
Mis manos bajaron a sus testículos, masajeándolos con delicadeza, pero en el punto exacto que producía mayor placer. Mi lengua recorría juguetona y profesional su miembro, y tras algunos minutos terminé por meterlo completamente en mi boca, chupándolo y succionándolo, juegueteando con mi lengua en la punta.
Invitado- Invitado
Re: Black as the Devil -priv +18
Aquellos movimientos eran los de un gato, me apasionaban los felinos. Siempre había sentido especial predilección por los felinos, grandes o pequeños, porque su erotismo era comparable con el de una mujer o un hombre con ciertas cualidades elegantes. Pasos cortos, marcando el movimiento de su cadera, y unos ojos que deslumbraban cargándome de deseos.
-¿Por qué debería hacerlo?
No tenía porque hacerlo, él no me había hecho nada. Me moría por dentro por culpa de ciertas imágenes, me frustraba tener que ser tan salvaje porque no tenía freno. A pesar de mis más de mil años tenía un impulso, unas ganas de muerte, que no las controlaba. Se debía a la muerte de mi esposa, mi hijo, el posterior deseo de muerte para mí que jamás se llegó a cumplir y por último la desaparición de la mujer que me había recordado todo. Louise me había recordado quién era, algo que prácticamente había olvidado, y eso me consumía. Quería consumirlo a él con esos recuerdos, dejarlos a un lado en la mesilla de noche, después de una noche tórrida y placentera.
Su lengua y su forma de masturbarme eran exquisitas, dejé que mi cabeza se echara hacia atrás disfrutando de aquello. Una de mis manos fue a su cabeza comenzando a tirar de ella, de sus sedosos cabellos, para que llevara un ritmo y unas formas de hacerlo que yo deseaba. Gruñí bajo moviendo leve mis caderas, hundiendo de esa forma mi miembro en él.
Me lo saqué de encima cuando pensé que era suficiente, agarrándolo por los cabellos mientras que con mi otra mano acariciaba su mentón. Realmente tenía un rostro atractivo, una mirada imponente, y sabía hacer bien su trabajo. Sin duda, el dinero pagado sería recompensado. No sólo me complacía tener a alguien que supiera lo que hacía, sino que también quería verlos gemir entre mis manos. Me excitaba escucharlos gritar de placer, porque yo se lo otorgaba realmente.
Lo subí a mis piernas de una forma algo brusca, pero sin serlo demasiado. Las prisas ya no existían, sólo su piel caliente y suave. Tenerlo sobre mis rodillas, igual que un ángel sobre una nube, me atrapaba en una sensación de dominación y seducción. Mis manos acariciaban su torso, pellizcando brevemente sus pezones, hasta llegar a sus caderas y muslos.
-Tienes una piel muy suave.
Murmuré antes de morder su cuello, para después lamerlo. Lo hice sin perforarlo, no quería su sangre sino excitarlo. Me divertía la car de orgasmo de mis víctimas sexuales, porque siempre me parecían entre cómicas y sensuales. Mis manos terminaron sobre su miembro, apretando el glande y acariciando con delicadeza la base intentando darle dos caras de la misma moneda. Masturbaría lentamente su miembro, concentrándome en sus expresiones de placer y en su forma de tiritar sobre mis piernas, hasta que se viniera.
-¿Por qué debería hacerlo?
No tenía porque hacerlo, él no me había hecho nada. Me moría por dentro por culpa de ciertas imágenes, me frustraba tener que ser tan salvaje porque no tenía freno. A pesar de mis más de mil años tenía un impulso, unas ganas de muerte, que no las controlaba. Se debía a la muerte de mi esposa, mi hijo, el posterior deseo de muerte para mí que jamás se llegó a cumplir y por último la desaparición de la mujer que me había recordado todo. Louise me había recordado quién era, algo que prácticamente había olvidado, y eso me consumía. Quería consumirlo a él con esos recuerdos, dejarlos a un lado en la mesilla de noche, después de una noche tórrida y placentera.
Su lengua y su forma de masturbarme eran exquisitas, dejé que mi cabeza se echara hacia atrás disfrutando de aquello. Una de mis manos fue a su cabeza comenzando a tirar de ella, de sus sedosos cabellos, para que llevara un ritmo y unas formas de hacerlo que yo deseaba. Gruñí bajo moviendo leve mis caderas, hundiendo de esa forma mi miembro en él.
Me lo saqué de encima cuando pensé que era suficiente, agarrándolo por los cabellos mientras que con mi otra mano acariciaba su mentón. Realmente tenía un rostro atractivo, una mirada imponente, y sabía hacer bien su trabajo. Sin duda, el dinero pagado sería recompensado. No sólo me complacía tener a alguien que supiera lo que hacía, sino que también quería verlos gemir entre mis manos. Me excitaba escucharlos gritar de placer, porque yo se lo otorgaba realmente.
Lo subí a mis piernas de una forma algo brusca, pero sin serlo demasiado. Las prisas ya no existían, sólo su piel caliente y suave. Tenerlo sobre mis rodillas, igual que un ángel sobre una nube, me atrapaba en una sensación de dominación y seducción. Mis manos acariciaban su torso, pellizcando brevemente sus pezones, hasta llegar a sus caderas y muslos.
-Tienes una piel muy suave.
Murmuré antes de morder su cuello, para después lamerlo. Lo hice sin perforarlo, no quería su sangre sino excitarlo. Me divertía la car de orgasmo de mis víctimas sexuales, porque siempre me parecían entre cómicas y sensuales. Mis manos terminaron sobre su miembro, apretando el glande y acariciando con delicadeza la base intentando darle dos caras de la misma moneda. Masturbaría lentamente su miembro, concentrándome en sus expresiones de placer y en su forma de tiritar sobre mis piernas, hasta que se viniera.
Invitado- Invitado
Re: Black as the Devil -priv +18
Jadeaba entre sus manos, este vampiro, como yo, sabía lo que hacía. Mi piel se estremecía entre sus manos, sus caricias y pellizcos, y mis labios parecían ansiosos de su piel.
-Porque hay algunos... a los que le divierte -le dije entre jadeos, respondiendo a su pregunta. Sobre sus piernas, me pegué a su cuerpo acariciando su ancha espalda y sus cabellos con mis manos. Sonreí cuando escuché lo de mi piel, no podía contenerme ante los halagos, aunque vinieran de mis clientes.
- ¿Te gusta? -le pregunté, sintiendo que el orgullo me inflaba el pecho. Empecé a gemir a un volumen medio por sus caricias y su boca, ya no fingía puesto que me tocaba de una forma en que me enloquecía. Solamente aumentaba un poco el volumen de mis gemidos, para excitarle más- Mmm...!
-Porque hay algunos... a los que le divierte -le dije entre jadeos, respondiendo a su pregunta. Sobre sus piernas, me pegué a su cuerpo acariciando su ancha espalda y sus cabellos con mis manos. Sonreí cuando escuché lo de mi piel, no podía contenerme ante los halagos, aunque vinieran de mis clientes.
- ¿Te gusta? -le pregunté, sintiendo que el orgullo me inflaba el pecho. Empecé a gemir a un volumen medio por sus caricias y su boca, ya no fingía puesto que me tocaba de una forma en que me enloquecía. Solamente aumentaba un poco el volumen de mis gemidos, para excitarle más- Mmm...!
Invitado- Invitado
Re: Black as the Devil -priv +18
Entonces me percaté de cierto hallazgo, era hermafrodita. Bajo su miembro había los labios de una vagina. Eso hizo que mis caricias se centraran en ambos. Mordí su oreja escuchando sus palabras, no soltaba el lóbulo de esta ni dejaba que mi respiración se despegara de su piel.
Me sorprendía, pero había visto tantas cosas e incluso mantenido sexo con ángeles de aspecto tan andrógino que no me confundía. No me importaba, había dado con una compañía apetitosa.
-Delicioso, así habrá más para poder jugar.
Pensaba tener sexo toda la noche, hasta que llegara casi la mañana, y ni siquiera pasaban las diez. Iba a ser una larga y extenuante noche para ambos, para disfrutar y olvidar. Sólo rezaba porque las siguientes encontrara a Louise y mi cordura, junto a ella, volvieran a mi lado y a las conversaciones calmadas y cautelosas de siempre.
Hundí uno de mis dedos entre los labios de su sexo femenino, mientras la otra mano seguía jugando como minutos atrás. Mis dientes no perdían detalle de la piel sedosa de su oreja. Cuando me separé de esta fui a su cuello y seguí mordisqueándolo.
-Pretendo verte gozar toda la noche, me divierte.
Dije notando como mi miembro cobraba cada vez mayor volumen. Todo aquel juego lo despertaba por completo. Se puede decir que me animaba.
Me sorprendía, pero había visto tantas cosas e incluso mantenido sexo con ángeles de aspecto tan andrógino que no me confundía. No me importaba, había dado con una compañía apetitosa.
-Delicioso, así habrá más para poder jugar.
Pensaba tener sexo toda la noche, hasta que llegara casi la mañana, y ni siquiera pasaban las diez. Iba a ser una larga y extenuante noche para ambos, para disfrutar y olvidar. Sólo rezaba porque las siguientes encontrara a Louise y mi cordura, junto a ella, volvieran a mi lado y a las conversaciones calmadas y cautelosas de siempre.
Hundí uno de mis dedos entre los labios de su sexo femenino, mientras la otra mano seguía jugando como minutos atrás. Mis dientes no perdían detalle de la piel sedosa de su oreja. Cuando me separé de esta fui a su cuello y seguí mordisqueándolo.
-Pretendo verte gozar toda la noche, me divierte.
Dije notando como mi miembro cobraba cada vez mayor volumen. Todo aquel juego lo despertaba por completo. Se puede decir que me animaba.
Invitado- Invitado
Re: Black as the Devil -priv +18
Empecé a gemir cuando descubrió mi segundo sexo, sus dedos jugueteando en éste. Mi cara demostraba el placer puro, sus caricias excitaban con rapidez así como su boca de tal forma que ya me habían puesto duro. De forma instintiva, empecé a mover mis caderas contra sus dedos, mi sexo femenino era mucho más sensible a caricias que mi sexo masculino.
-Ahh... Jugaremos todo lo que quieras... -gemí, cerrando los ojos, haciendo muecas de placer pero sin perder mi elegancia, sin ser vulgar en ningún momento, porque era algo que llevaba en mi sangre, en mis genes.
Mis manos empezaron a quitarle la chaqueta, la camisa, y todo lo que llevaba encima, ansiosas por tocar su piel, ansioso yo por sentir la frialdad de su pecho contra el mío.
-Ahh... Jugaremos todo lo que quieras... -gemí, cerrando los ojos, haciendo muecas de placer pero sin perder mi elegancia, sin ser vulgar en ningún momento, porque era algo que llevaba en mi sangre, en mis genes.
Mis manos empezaron a quitarle la chaqueta, la camisa, y todo lo que llevaba encima, ansiosas por tocar su piel, ansioso yo por sentir la frialdad de su pecho contra el mío.
Invitado- Invitado
Re: Black as the Devil -priv +18
Sus manos me desnudaban buscando poder hallar mi piel, para palparla y besarla como merecía, si bien yo no se lo pondría fácil. Quería primero volver su mente un folio en blanco, un papel donde desconociera por completo quién o qué era.
-Te humedeces rápido.
Su sexo femenino se lubricaba por la exitación y se notaba húmedo, caliente, y necesitado de atenciones. Un segundo dedo se introdujo buscando con mi pulgar masajear su clítoris. La otra mano seguía subiendo y bajando, lo hacía de forma que sabía que gemiría de placer de forma más escandalosa.
-Pareces un ángel, quiero escuchar más tu cánto angelical.
Sabía qué hacer con mis dedos, como tocar y qué palabras decir. Le habían gustado mis halagos, por lo tanto le regalaría el oído. No diría mentira alguna, era atractivo así que sería fácil.
-Tus labios son tentadores, así como tu cuello y tus pezones.
Incliné mi rostro sobre él, lamí uno de sus pezones y lo mordisqueé antes de introducir un tercer dedo. Quería escuchar y sentir sus gemidos, notar como temblaba bajo mi cuerpo. No pedía demasiado, sólo lo lógico.
-Te humedeces rápido.
Su sexo femenino se lubricaba por la exitación y se notaba húmedo, caliente, y necesitado de atenciones. Un segundo dedo se introdujo buscando con mi pulgar masajear su clítoris. La otra mano seguía subiendo y bajando, lo hacía de forma que sabía que gemiría de placer de forma más escandalosa.
-Pareces un ángel, quiero escuchar más tu cánto angelical.
Sabía qué hacer con mis dedos, como tocar y qué palabras decir. Le habían gustado mis halagos, por lo tanto le regalaría el oído. No diría mentira alguna, era atractivo así que sería fácil.
-Tus labios son tentadores, así como tu cuello y tus pezones.
Incliné mi rostro sobre él, lamí uno de sus pezones y lo mordisqueé antes de introducir un tercer dedo. Quería escuchar y sentir sus gemidos, notar como temblaba bajo mi cuerpo. No pedía demasiado, sólo lo lógico.
Invitado- Invitado
Re: Black as the Devil -priv +18
Mis gemidos aumentaron de volumen, haciéndome temblar de placer, entorpeciendo mis manos. Nunca nadie me había excitado tanto, ni tan rápidamente, y aquello era consternante. La mayoría de las veces, tenía que fingir orgasmos o gemidos, pero ahora, prácticamente estaba como un primerizo, a merced total de sus manos y boca.
-Ahh... cielos... -gemía, sintiendo sus dedos dentro de mí, haciéndome temblar y gemir como animal en celo. Sus palabras también me ponían, los halagos eran mi punto débil y mis clientes no solían dármelos. Generalmente me trataban de "zorra", "puta" y otras cosas, me humillaban y eso les excitaba. Había dado con un buen cliente.
-Ahh... cielos... -gemía, sintiendo sus dedos dentro de mí, haciéndome temblar y gemir como animal en celo. Sus palabras también me ponían, los halagos eran mi punto débil y mis clientes no solían dármelos. Generalmente me trataban de "zorra", "puta" y otras cosas, me humillaban y eso les excitaba. Había dado con un buen cliente.
Invitado- Invitado
Re: Black as the Devil -priv +18
-Fíjate, floreces abriéndote frente a mí como una extraña rosa.
Dije en su oído en un susurro a penas audible, hundí mis tres dedos entre las paredes de su vagina. Mi mano sobre su miembro masculino iban más rápido, buscaba el llenarlo de placer. Me excitaba ver así a las personas con las cuales mantenía sexo. Primero les hacía sucumbir con mis manos, después con mi boca y miembro, para después hacerles sentir que habían dado con un ángel y no con un vampiro común gracias a mis halagos. Me gustaba verlos abrirse a mí, olvidarse de donde estaban, y aunque había pagado por él... no era menos que el resto.
-Deja que el placer te ciegue, sólo siente escuchando mi voz y notando que tu cuerpo es mío. Un cuerpo delicado, perfecto y suave, que se ofrece como una extraña rosa en medio de un jardín desértico.
Lamí su cuello cuando dije eso, para nuevamente ir a sus pezones mordisqueándolos. Estaban duros, parecía ser muy sensible y estar excitado.
-Dime tu nombre, quiero saber quien posee tan hermoso cuerpo que yace en mis manos.
Dije en su oído en un susurro a penas audible, hundí mis tres dedos entre las paredes de su vagina. Mi mano sobre su miembro masculino iban más rápido, buscaba el llenarlo de placer. Me excitaba ver así a las personas con las cuales mantenía sexo. Primero les hacía sucumbir con mis manos, después con mi boca y miembro, para después hacerles sentir que habían dado con un ángel y no con un vampiro común gracias a mis halagos. Me gustaba verlos abrirse a mí, olvidarse de donde estaban, y aunque había pagado por él... no era menos que el resto.
-Deja que el placer te ciegue, sólo siente escuchando mi voz y notando que tu cuerpo es mío. Un cuerpo delicado, perfecto y suave, que se ofrece como una extraña rosa en medio de un jardín desértico.
Lamí su cuello cuando dije eso, para nuevamente ir a sus pezones mordisqueándolos. Estaban duros, parecía ser muy sensible y estar excitado.
-Dime tu nombre, quiero saber quien posee tan hermoso cuerpo que yace en mis manos.
Invitado- Invitado
Re: Black as the Devil -priv +18
Sentía que en cualquier momento alcanzaba mi orgasmo, sus manos obraban milagros en mi entrepierna. Mientras, las mías se sujetaban de sus hombros apretándolos, incapaces de desabrochar si quiera uno de los botones de su camisa.
Mis gemidos se hacían más fuertes y desesperados, y mi cintura se movía sobre sus dedos imitando con ellos una penetración. Sus palabras me hacían sonreír, abriendo mis ojos para mirarle con deseo reflejado en ellos.
-No me digas esas cosas... harás que me acostumbre... -le dije entre gemidos con una sonrisa, moviéndome un poco más sobre él, abriendo un poco más mis piernas- Alexei... -gemí mi nombre, sintiendo que me llevaba al clímax con sus dedos y sus dientes en mis pezones- Ahh... dioses... ahhh....
Mis gemidos se hacían más fuertes y desesperados, y mi cintura se movía sobre sus dedos imitando con ellos una penetración. Sus palabras me hacían sonreír, abriendo mis ojos para mirarle con deseo reflejado en ellos.
-No me digas esas cosas... harás que me acostumbre... -le dije entre gemidos con una sonrisa, moviéndome un poco más sobre él, abriendo un poco más mis piernas- Alexei... -gemí mi nombre, sintiendo que me llevaba al clímax con sus dedos y sus dientes en mis pezones- Ahh... dioses... ahhh....
Invitado- Invitado
Re: Black as the Devil -priv +18
Finalmente se obró el milagro provocando que se viniera. El orgasmo hizo que su rostro se mostrara más hermoso, lleno de necesidad tal vez por esas palabras a las cuales no tenía costumbre. Besé sus labios de forma suave, con cierta ternura, para luego sentarlo en el sofá.
Frenté a él me desnudé deshaciéndome de la ropa que llevaba, lo hice con cuidado a pesar que estaba cubierta de sangre. Mi cuerpo estaba algo tibio, por culpa de tanta ingesta, pero aún seguía con cierta frialdad sobrenataural.
Cuando estuve desnudo frente a él me acerqué alzando su mentón con una de mis manos, provocando que me mirara a los ojos. Podía notar aún su respiración agitada y quizás su deseo de seguir explorando ese sexo conmigo. Lamí sus labios y hundí mi lengua su en su boca, buscaba que incluso quisiera tener orgasmos por cada beso que daba.
-Alexei, marchemos al dormitorio.
Levanté su cuerpo con cuidado, llevándolo pegado a mí. Mi boca se pegaba a su cuello, mientras la puerta del dormitorio se abría. Una cama inmensa se descubrió frente a nosotros, las vistas a la ciudad eran hacia todos los lados de la habitación. No había pared que no fuera cristal salvo la que poseía la puerta.
La luz de aquel dormitorio era suave, como si fuera un susurro iluminando poco a poco el mundo a oscuras. Podía jurar que eran cristales polarizados y desde fuera no nos vería nadie.
-Recuéstate.
Susurré antes de tumbarlo yo mismo, colocando bien las almohadas bajo su cabeza, para abrir sus piernas y entrar en su vagina. Se acoplaba como el cinto de una espada, apoderándose de mí mientras mi mano sobre su miembro se movía lentamente, y la otra se apoyaba al lado derecho de sus costados. Mi boca pronto buscó la suya, lo besaba lentamente como me movía. Primero lento, muy lento, para luego terminar prácticamente rompiendo la cama.
-Así, un vals.-
Un vals donde mi cadera se movía lenta, mi miembro golpeaba con rotundidad dentro de él y mis dedos no dejaban de jugar con su sexo.
-Vamos, Alexei... quiero ír tu dulce voz gimiendo, pero quiero que gimas de verdad y no finjas. Quiero que seas tú, regálame parte de ti.
Frenté a él me desnudé deshaciéndome de la ropa que llevaba, lo hice con cuidado a pesar que estaba cubierta de sangre. Mi cuerpo estaba algo tibio, por culpa de tanta ingesta, pero aún seguía con cierta frialdad sobrenataural.
Cuando estuve desnudo frente a él me acerqué alzando su mentón con una de mis manos, provocando que me mirara a los ojos. Podía notar aún su respiración agitada y quizás su deseo de seguir explorando ese sexo conmigo. Lamí sus labios y hundí mi lengua su en su boca, buscaba que incluso quisiera tener orgasmos por cada beso que daba.
-Alexei, marchemos al dormitorio.
Levanté su cuerpo con cuidado, llevándolo pegado a mí. Mi boca se pegaba a su cuello, mientras la puerta del dormitorio se abría. Una cama inmensa se descubrió frente a nosotros, las vistas a la ciudad eran hacia todos los lados de la habitación. No había pared que no fuera cristal salvo la que poseía la puerta.
La luz de aquel dormitorio era suave, como si fuera un susurro iluminando poco a poco el mundo a oscuras. Podía jurar que eran cristales polarizados y desde fuera no nos vería nadie.
-Recuéstate.
Susurré antes de tumbarlo yo mismo, colocando bien las almohadas bajo su cabeza, para abrir sus piernas y entrar en su vagina. Se acoplaba como el cinto de una espada, apoderándose de mí mientras mi mano sobre su miembro se movía lentamente, y la otra se apoyaba al lado derecho de sus costados. Mi boca pronto buscó la suya, lo besaba lentamente como me movía. Primero lento, muy lento, para luego terminar prácticamente rompiendo la cama.
-Así, un vals.-
Un vals donde mi cadera se movía lenta, mi miembro golpeaba con rotundidad dentro de él y mis dedos no dejaban de jugar con su sexo.
-Vamos, Alexei... quiero ír tu dulce voz gimiendo, pero quiero que gimas de verdad y no finjas. Quiero que seas tú, regálame parte de ti.
Invitado- Invitado
Re: Black as the Devil -priv +18
Me dejaba manipular por él como si fuera una muñeca, jadeando, respirando agitadamente intentando recuperar el aire. Sentía que la opresión en mi pecho y cuello ya se había esfumado, que por esta noche la cuota estaba saldada. Sin embargo, sólo llevaba con él unos minutos en la cama, quedaba toda una noche y curiosamente no quería irme ni escapar, como solía suceder.
Dejé escapar un gemido de placer y dolor cuando entró en mí, tenía un miembro grande y yo a pesar de los años no dejaba de ser un niño delicado. Me mordí el labio inferior, para luego liberando soltando gemidos de puro placer ante sus embestidas, se sentía como estar en el paraíso.
-Ahh... así... Atsushi... -gemía bajo su cuerpo, eran gemidos reales como me pedía. Pasé mis manos por su cuello, acercándole, pegándole a mí y a mis labios. Sus besos eran tan pasionales y deliciosos como sus manos, sentía que no quería separarme de sus labios- Ahh... más... -le pedí, moviendo las caderas, sintiendo su mano en mi miembro exitándome todavía más.
Dejé escapar un gemido de placer y dolor cuando entró en mí, tenía un miembro grande y yo a pesar de los años no dejaba de ser un niño delicado. Me mordí el labio inferior, para luego liberando soltando gemidos de puro placer ante sus embestidas, se sentía como estar en el paraíso.
-Ahh... así... Atsushi... -gemía bajo su cuerpo, eran gemidos reales como me pedía. Pasé mis manos por su cuello, acercándole, pegándole a mí y a mis labios. Sus besos eran tan pasionales y deliciosos como sus manos, sentía que no quería separarme de sus labios- Ahh... más... -le pedí, moviendo las caderas, sintiendo su mano en mi miembro exitándome todavía más.
Invitado- Invitado
Re: Black as the Devil -priv +18
Realmente se regalaba ante mí, se ofrecía cubierto de la nube de placer. Mis movimientos se volvieron más certeros, buscaba donde parecía complacerle más. Su vagina se sentía estrecha, pequeña, pero tan húmeda y calurosa como cualquier otra que pedía ser de ella. Sonreí al ver y escuchar sus gemidos, porque los gemidos reales no sólo se escuchan. Esos temblores, era forma de aferrarse a mí, eran reales.
-Te daré todo, porque vamos a estar toda la noche.
Aquello era cierto, quería mantenerme toda la noche ofreciéndole un sexo que le hiciera olvidar que cobraba por sentir. Porque estaba sintiendo, no sólo regalándome espectáculo.
Mis movimientos aumentaron de ritmo, mientras sus piernas me rodeaban mejor guiadas por mis manos. Pronto solté su miembro aferrándome a la cama y moviéndome dentro de él con cierto erotismo, buscando ese punto donde le haría chillar y nada más dar con él mi ritmo fue aumentando paultaivamente, pero no en uno monstruoso y doloroso sino en uno que le arrancaría el aire por el gozo.
-Dame más mi dulce Alexei, quiero ver como disfruta tu cuerpo de mí. Necesito saber si el calor de tu cuerpo, tu sudor, es por todo lo que te hago sentir. Mi hermoso Alexei, dame el placer de tus gemidos.
Susurré en su oído antes de parar para llevar un ritmo lento de nuevo, tan lento que parecía no moverme dentro de él, pero ronto di en ese punto de placer con una estocada salvaje, de la cual le sacaría el aliento y esperaba que un gemido ahogado. Volví al ritmo de minutos atrás, uno común y corriente, que iba aumentando de intensidad.
-Alexei, la dulce rosa que florece bajo mi cuerpo... pequeño... nadie te lo hará como yo.
-Te daré todo, porque vamos a estar toda la noche.
Aquello era cierto, quería mantenerme toda la noche ofreciéndole un sexo que le hiciera olvidar que cobraba por sentir. Porque estaba sintiendo, no sólo regalándome espectáculo.
Mis movimientos aumentaron de ritmo, mientras sus piernas me rodeaban mejor guiadas por mis manos. Pronto solté su miembro aferrándome a la cama y moviéndome dentro de él con cierto erotismo, buscando ese punto donde le haría chillar y nada más dar con él mi ritmo fue aumentando paultaivamente, pero no en uno monstruoso y doloroso sino en uno que le arrancaría el aire por el gozo.
-Dame más mi dulce Alexei, quiero ver como disfruta tu cuerpo de mí. Necesito saber si el calor de tu cuerpo, tu sudor, es por todo lo que te hago sentir. Mi hermoso Alexei, dame el placer de tus gemidos.
Susurré en su oído antes de parar para llevar un ritmo lento de nuevo, tan lento que parecía no moverme dentro de él, pero ronto di en ese punto de placer con una estocada salvaje, de la cual le sacaría el aliento y esperaba que un gemido ahogado. Volví al ritmo de minutos atrás, uno común y corriente, que iba aumentando de intensidad.
-Alexei, la dulce rosa que florece bajo mi cuerpo... pequeño... nadie te lo hará como yo.
Invitado- Invitado
Re: Black as the Devil -priv +18
Por los dioses, cómo gemía, más que nunca, más que en ninguna otra noche. Sus movimientos era precisos, eróticos, tan deliciosos que me hacían perder la razón y la cordura. Sus palabras sin embargo eran fundamental para llevarme a ese estado de delirio, en el cual ya había dejado de pensar.
Me abracé a él con fuerza, acariciando su espalda, pegándome a su cuerpo. Sus movimientos y palabras me hacían olvidar que no era nada más que una prostituta, y me hacían creer que sentía algo por mí, que me valoraba, que yo significaba algo.
Aquel pensamiento me hizo entregarme a él de forma distinta, ya no le veía como un cliente, sino como un amante. Me entregué por completo, me volví pasional y cálido.
Cuando tocó ese punto de placer tan repentinamente, dejé escapar un gemido que se escuchó por toda la habitación. Y es que en verdad mis gemidos y gritos de placer no eran muy altos, pero este sí que lo había sido. Atsushi había dado en mi punto exacto, me hacía gritar y respirar frenético mientras yo me movía bajo su cuerpo y le besaba el cuello, mordisqueando un poco.
Me abracé a él con fuerza, acariciando su espalda, pegándome a su cuerpo. Sus movimientos y palabras me hacían olvidar que no era nada más que una prostituta, y me hacían creer que sentía algo por mí, que me valoraba, que yo significaba algo.
Aquel pensamiento me hizo entregarme a él de forma distinta, ya no le veía como un cliente, sino como un amante. Me entregué por completo, me volví pasional y cálido.
Cuando tocó ese punto de placer tan repentinamente, dejé escapar un gemido que se escuchó por toda la habitación. Y es que en verdad mis gemidos y gritos de placer no eran muy altos, pero este sí que lo había sido. Atsushi había dado en mi punto exacto, me hacía gritar y respirar frenético mientras yo me movía bajo su cuerpo y le besaba el cuello, mordisqueando un poco.
Invitado- Invitado
Página 1 de 3. • 1, 2, 3
Temas similares
» Black Wolf ID
» The God of Black Fire {Jukka}
» Black Swan (Pv Nerissa)
» Locura (Priv)
» After All This Time - Priv -
» The God of Black Fire {Jukka}
» Black Swan (Pv Nerissa)
» Locura (Priv)
» After All This Time - Priv -
Damned Souls :: :: ● Otros Sitios del Mundo ● :: ● AMÉRICA ● :: ••【 Los Angeles City 】•• :: ● BARRIOS BAJOS ●
Página 1 de 3.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Jue Mayo 24, 2018 10:09 am por Kenneth Shaw
» Disenchanted [Adrian]
Jue Mayo 24, 2018 7:15 am por Kenneth Shaw
» Links caídos.
Miér Nov 16, 2016 2:25 pm por Leonor Regnault
» Registro de Avatares - OBLIGATORIO
Miér Nov 16, 2016 2:11 pm por Leonor Regnault
» Water Into Wine {Priv: Dennis JonBenét}
Jue Mayo 26, 2016 3:53 pm por Dennis JonBenét
» New Beginning
Jue Abr 21, 2016 2:04 pm por Garret Giordano
» Reconsiderando...
Vie Abr 15, 2016 12:53 pm por Sammael
» Leviathan (Liv Yatan)
Miér Abr 13, 2016 10:34 am por Leviathan
» World of Shadows (normal)
Vie Abr 08, 2016 10:24 am por Invitado