All these things I hate - Privado Cerberus

Dejé de gruñir cuando dijo que me enfrentara a él, que lo devorara, y bajé la vista, retrocediendo un par de pasos y negando con la cabeza. No podía matar a aquel ser ni mucho menos devorarlo, aunque fuera un demonio y aunque estuviera tomando mis cosas sin permiso, ¡no era motivo suficiente para matarle! Además, tampoco podía devorarle, pues iba en contra de mis principios y estilo de vida, no comer nada de carne, no alimentarme de ningún animal ni mucho menos un ser consciente. 

Probablemente, por esa razón mi naturaleza crynos había matado a ese humano, por la falta de carne. Miré mis manos sintiéndome un ser horrible, prácticamente un asesino, un monstruo. Luego miré a Fenrir y negué con la cabeza y pesar en mi mirada, no podía hacerlo, aunque corriera el riesgo de perder esa foto. Aunque podía recordar las veces en que me enfrenté al alfa cada que tomaba mis cosas y amenazaba con detruirlas, y recordaba un par de ocasiones en que -lo más probable, si lo pensaba bien-, me había dejado vencerle. Pues era imposible que yo le ganara a otro lobo en ese entonces, y era imposible que me enfrentara a un demonio ahora. 

-No puedo -dije bajo, sosteniéndole la mirada y cerrando mis puños con fuerza-. No puedo hacer lo que dices... Onegai, te lo ruego... ayúdame a recuperar mis cosas... No puedo hacerlo -murmuré en un tono algo más alto para asegurarme de que me podía oír bien, pese a ser un demonio. Porque además, después de todo, un poquito, un mínimo de dignidad sí tenía, para pedir en voz alta que me ayudara.

el demonio los observaba, notando que hablaban de el, escuchandolos, y comenzó a reír cuando yuuki dijo que no podía devorarle, y le pidió ayuda a Fenrir.

fenrir hizo una mueca de molestia, ante esa actitud... de yuuki, no la del demonio, la del demonio era completamente natural, de hecho el mismo reiría si se encontrara en esa situación observando a alguien pedirle ayuda a otro demonio para recuperar sus cosas...

- Pedirle ayuda a un demonio, que ser patético, que no sabes niño que entre nosotros no nos robamos nuestras presas, si quieres tus cosas siempre puedes darme tu alma a cambio! jajajajaja- declaro el demonio alzando la foto que había encontrado entre los papeles, entre sus dedos, riendo de manera estridente...

los ojos de fenrir brillaron peligrosos ante la foto y ante esas palabras.

- me temo que este joven solo hará un pacto conmigo... y tu.. ya no podrás hacer pactos con nadie...- aparto al joven Lycan con brusquedad al tiempo que tomaba la forma de un can de tres cabezas, una forma que media aproximadamente unos tres metros de altura, donde su pelaje era negro como la misma noche sin luna, y de sus colmillos un liquido negro manaba, era veneno mortal... su cola, era una serpiente con el mismo veneno, que se movia inquieta.

gruño en direccion al demonio, las tres bocas gruñeron, y los 6 ojos brillaban con furor, el demonio que jamas habia visto a cerberus, pero si sabia de el, casi que sonrio diciendo algo de que devolveria a la mascota de lucifer a las entrañas del mundo... solo enfureciendo al can, logrando que los pelos de su lomo se erizaran.

- devuelve lo que no te pertenece, y saldras vivo de aqui, demonio imprudente.... gruño la cabeza de la derecha.

- devuelve lo que no es tuyo y tal vez solo pierdas las extremidades....- dijo la cabeza del medio

- o mejor... te devoraremos y recuperaremos lo que has robado, escoria del inframundo....- gruño la cabeza izquierda

Desvié la vista hacia aquél demonio gruñéndole bajo ante sus palabras, por cierto que no necesitaba que me recordaran lo patético que era, me bastaba con sentirlo. Sin embargo, cunado vi MI fotografía entre sus dedos... algo ardió con fuerza dentro de mi pecho, ese mismo sentimiento que sentí aquel día, cuando mi teléfono vibró mientras aguardaba afuera de la iglesia hace ya ocho años. 

Mi expresión total fue de amenaza y estuve a punto de olvidar cualquier norma de educación y cortesía, a punto de cambiar y saltar a destruir su garganta, cuando Fenrir me hizo a un lado con brusquedad, distrayéndome. Sin darme cuenta, había estado a punto de cambiar a crynos, de nuevo... Y entonces, apareció el lobo, Cerbero, el can de tres cabezas que custodiaba las puertas del infierno. Al menos, ahora sabía que no mentía con respecto a su identidad, aunque debo admitir que ver aquella forma dejaba casi sin aliento. 

Retrocedí un poco más para no acabar aplastado por alguna de sus patas, pero no podía dejar de mirarle impresionado, casi con asombro y cierta morbosa admiración. Era un ser casi alucinante, y el sólo pensar que él, me entrenaría, me hizo sentir cohibido... y pánico, mucho pánico. Y por momentos, recordar la rudeza y fuerza de mi fallecido lobo alfa ya no me parecía algo tan terrible.

"Mátalo", quise pedirle, escuchando las amenazas de cada cabeza a ese demonio. Quise pedirle que le destruyera, que le dejara de tal forma, que ya no pudiese volver a tomar las cosas de nadie nunca más. Podía ver cómo ese demonio seguía sujetando mi foto y mis temblores, por momentos, se volvían incontrolables. Lo único que podía pensar con claridad, era mi deseo de que Cerbero, Fenrir, le diera una lección.

notaba al joven lycan a su lado, esas ansias por transformarse, y ese poco control, esa ira dirigida al demonio que sostenia burlon la fotografia y atacaba con fuego al can infernal....

esas llamas, se combirtieron en una energia transparente, al tiempo que los ojos del can se tornaron rojisos y las tres cabezas tragaron cada una una parte de esa energia, cerberus era un demonio de fuego, y de este se alimentaba.

a punto estubo de utilizar el mismo fuego como represaria, pero aquella foto y esos papeles se verian dañados y perdidos irremediablemente, por lo que salto contra el demonio atacandole, mordiendole el brazo que no sostenia aquel recuerdo, , sacudiendolo. lo habia agarrado con la cabeza derecha, y la central y e izquierda, trataban de cazarle, mientras el demonio se devatia, hiriendo a Cerberus en el cuello, de lo que apenas se percato al soltarlo. aquella fotografia ahora reposaba en el piso entre ambos demonios, y cerberus salto nuevamente contra el cuerpo ajeno, alejandolo de aquel trozo de papel, para que yuuki lo tomara.. si se daba cuenta...

el demonio creo un arma con la cual defenderce, hiriendole en las patas delanteras, probocando que en su envestida, callera rodando un poco.

Veía embelesado cómo Fenrir en su forma de Cerbero mordía con una de sus cabezas a aquel demonio, y cómo, éste le hería, ante lo cual, dejé escapar un leve grito ahogado. Más aún, cuando ese demonio dejó caer mi fotografía, creando un arma con la cual atacaba al can infernal. Desde aquí en adelante, básicamente, actué por instinto, supongo, que de la misma forma que hace una manada de lobos cuando ven a su alfa en problemas. 

Tomé entre mis manos el amuleto y la argolla oculta que colgaba junto a él, y cerrando los ojos, con decisión, me lo quité y lo dejé oculto en un rincón, junto a la argolla en mi dedo. Y sin soportarlo más, sintiendo cómo la magia dejaba de controlar mi forma lupus bajo el efecto de la luna, cambié otra vez, de forma dolorosa, a un pequeño lobo de pelaje cobrizo oscuro. Apenas el dolor de la transformación remitió, me levanté en mis cuatro patas y corrí a rescatar mi vieja fotografía, sujetándola con cuidado entre mis dientes, siendo consciente de cada acción que realizaba. 

De paso también cogí la correa de mi morral con los dientes y cargué con ambos objetos hasta donde había quedado mi amuleto, el cual sólo miré con ojos indiferentes. Mi parte lycana repudiaba aquel objeto que me sellaba y mantenía mi naturaleza suprimida, pero mi parte humana consiguió evitar que lo tomara entre mis dientes y lo rompiera. En cambio, me giré a ver a aquel par de demonios y gruñí con gesto amenazador a aquel que sostenía aquel arma y volvía a atacar a Cerbero, mi nuevo alfa, el definitivo... pues así lo sentía mi naturaleza lupina. 

Y le costo sólo un descuido a aquel demonio, para que de un salto le atacara por la espalda y mordiera su cuello, desgarrándolo, sintiendo su sangre en mis fauces y sin perder tiempo, arrancarle la cabeza con fiereza y fuerza.

con dolor sobre sus patas delanteras, a causa de las heridas tan bien acestadas, se lñevanto al tiempo que vio al joven lycan en forma lobo agarrar por el cuello al demonio y separar la cabeza de este de su cuerpo.. pero los demonios son extraños en su naturaleza, y algunos, incluso después de decapitados, se regeneran... por lo que sin pensarlo aplasto el cuerpo inerte y entre las tres fauces comenzaron a descuartizarlo, comerlo. dejando alguna que otra parte por si yuuki decidía comer tambien...

una vez las tres cabezas terminaron de comer, con su pelaje manchado de sangre, propia y ajena, miro a yuuki en lobo.

- has hecho bien lobo, has sido valietne- dijo la cabeza derecha

- imprudente y valiente, podria haber contenido acido el demonio como sangre...- dijo la cabeza del medio

- ha sido un buen lobo, eso ha sido...- sentencio la cabeza izquierda tirandole un tarascon a las otras dos que gruñeron. al tiempo que aquel cuerpo gigante comenzaba a desvanecerce, dejando la forma humana de rodillas, sosteniendose el cuello, con la mirada perdida, aquel collar, simplemetne parecia haberse anulado al decidir combertirce, pero ahora, devoraba su energia como si de su existencia dependiera... y lo devilitaba en demacia....

soltando un jadeo levanto la mirada, y observo al lobo.

- es bueno ver.. que cuando es preciso, tomas esa forma. declaro cerrando los ojos al levantarse, sintiendo la sangre en sus brazos, por causa de esas heridas qeu cerraban paulatinamente

Me aparté de un ágil salto cuando Fenrir tumbó el cuerpo del demonio, gruñéndole levemente mientras le veía descuartizar el cuerpo y comerlo. Abrí mis fauces sintiendo hambre, casi babeando ante la visión de la carne y el aroma de la sangre y relamiéndome la que tenía en el hocico, pero no me acerqué , sino que me quedé sentando con las orejas en alto y la cola rodeando parte de mis patas delanteras, aguardando a que acabara. 

Aquellas actitudes, eran cosas que había aprendido a base de golpes en mi antigua manada: siempre, dejar al alfa comer primero. Mis ojos ambarinos observaban la escena con frialdad, suprimiendo casi por completo mi lado humano, sólo me quedaba actuar como un lobo, pensar como uno y sentir de la misma forma. Una vez Fenrir acabó y me dedicó unas cuantas palabras, no pude sentirme menos que ligeramente orgulloso, manteniendo esa pose y observándole fijamente, moviendo la cola ligeramente, agradecido. 

Entonces recuperó su forma humana y rápidamente me acerqué a él notándole débil, bajando la cabeza y las orejas manteniéndome por debajo de él de forma sumisa. Le observé preocupado mientras se levantaba y casi tímidamente, lamí sus manos y la sangre que había en éstas, sintiendo mi hambre crecer pero aguantando, instintivamente. Si no me permitía comer, no lo haría, no debía hacerlo.

noto como el lobo se acercaba preocupado, y sintió esas lamidas, viendo los pedazos del cuerpo que había dejado para que el comiera, pero que no habían sido tocados, y sin embargo el hambre de carne parecía hacer mella en el de cierta forma... podía notarlo.

- no deberias esperar mi aprobación para comer... pero si eso es lo que esperas, ve y come, es tu turno...- dijo acariciando aquellas orejas de animal.. era extraño nuevamente poder tocar cosas... había perdido esa costumbre...

entonces noto, casi sintiendoce burlado por si mismo y por su naturaleza, que aquel lobo se estaba comportando como si de una manada se tratara esto, y el alfa comia primero... alfa...

Acepté con gusto, moviendo la cola ligeramente, aquellas caricias en mis orejas y le observé silencioso, mirándole agradecido cuando me permitió ir a comer. Mi lado humano se negaba fervientemente a comer carne, pero ahora mismo, era el lobo el que dominaba, y en realidad, probar la sangre me había abierto el apetito de nuevo. Me retiré hacia los restos desperdigados que Fenrir me había apartado y los devoré con ferocidad, sintiendo que llevaba siglos sin comer de esa forma, de manera "decente", como susurraba el lobo dentro de mí.

Y en realidad, ya habían pasado un par de años desde la última vez que probé la carne, lo cual era bastante. Tal vez por eso, como lobo me veía tan pequeño y de apariencia tan frágil, inclusive como crynos. La carne de demonio sabía de forma diferente a la humana, y mucho más deliciosa que la vampírica, y en pocos minutos, mi hambre se vio relativamente saciada. Regresé junto a Fenrir moviendo la cola ligeramente y relamiéndome la sangre del hocico, esperando alguna orden por su parte o simplemente, seguir caminando. Miré hacia el lugar en donde yacían mis cosas y luego al demonio frente a mí.

lo observo comer contento, aquel lobo parecía no haber probado bocado de carne en años, y su tamaño tal vez, se debía a ello, porque ciertamente era pequeño incluso en ese estado.

volvió con el rabo contento, hasta donde fenrir estaba, y el demonio le observaba mirar sus pertenencias y luego a el. fenrir no tendría todo el tiempo del mundo, en algún momento su energía se debilitaría... y dado que la había estado utilizando sin consideración no podía perder mucho mas tiempo.

busco entre las pertenencias ajenas y tomo el collar, arrodillándose ante el lobo y poniéndoselo.

- no se tu.. pero no conozco hoteles donde dejen a un lobo y a un humano entrar para tener relaciones y no me atrae la idea de tener relaciones con alguien en forma de lobo tampoco... ahora... mi tiempo se limita cada vez mas dado a todo el poder que he utilizado,... aclaro mientras esperaba la transformación.

Eché las oreja hacia atrás cuando colocó nuevamente el collar con el amuleto en mi cuello y ante sus palabras, sólo le solté un gruñido leve, sintiendo cómo aquel objeto mágico empezaba a absorber mi energía lycana haciendo que mi parte humana volviera a predominar en mi mente. Sin embargo al mirarle e imaginarme aquella escena, un lobo manteniendo relaciones con un humano... o más bien viceversa, casi me dio un ataque de algo y sentí que mi nariz sangraba, lo cual era mucho más vergonzoso por el hecho de seguir en mi forma Lupus. 

Así que tras relamerme el hocico intentando limpiarme de la sangre, cerré los ojos concentrándome en cambiar, sin mucho éxito al principio pues aún me costaba, pero ya el amuleto se dignaba a suprimir al lobo, pese a la luna llena. Regresé a mi fase humana de forma dolorosa sintiendo todos mis huesos crujir y cambiar su tamaño y ubicación, reacomodándose. Una vez el cambio se completó, quedé jadeando en el suelo de dolor, aovillándome e intentando cubrir mi desnudez con mis manos y replegando las piernas, muerto de la vergüenza y maldiciendo con toda mi alma mi imaginación explosiva. 

-R-ro... ropa... p-por f-favor... n-nece... necesito cu... cubrirme -rogué bajito, totalmente avergonzado y ruborizado, incapaz casi de mirarle porque ya me imaginaba su sonrisa burlona. Y me ruboricé todavía más, al sentir que la humedad de mi nariz seguía y que la sangre me manchaba el rostro, ¿es que acaso nunca dejaría de desangrarme vivo por la nariz? ¡Malditos nervios traidores!

sonrio de manera muy divertido ante los pequeños gruñidos, ante esa sangre que el lobo dejo salir por su nariz, y ante el pedido ahogado por vestimentas al estar hecho un obillo en el suelo y desnudo, nuevamente con la nariz sangrando, volvio a darle el pañuelo al tiempo que posaba su otra mano en el hombro ajeno, cubriendole con ropas simples de nuevo.

- deverias hacer algo con esa nariz tuya... se que hay operaciones donde te cauterizan esas venillas para que no sangren con facilidad....- comento risueño y con malicia, pero enseguida volvio a ponerse serio

- lo digo en serio, si no quieres de pronto encontrarte con un lycan malhumorado, que no entiende razones y que no recuerda como lego de volkomen a New orleands, mejor decide a donde ir, mi poder es limitado aun, y en unas horas volvere a olvidar quien soy.- declaro ayudandole a levantarce de nuevo.

-Y-ya sé... y-ya me o...operé... es por los... los nervios -balbuceé mirándole feo por esa sonrisa y tono, sintiendo que se reía de mí y se divertía a mi costa. Sin embargo de verdad le agradecía que me diera ropa y pañuelos, que me tuviera tanta paciencia en ese sentido o sino, ya habría colapsado mentalmente. Luego de limpiarme, metí rápidamente mis cosas de vuelta a mi morral procurando que la fotografía no se ensuciara ni arrugara más de lo que ya estaba, y me dejé ayudar por él para levantarme.

-Ah... donde sea... donde quieras su..supongo que es-estará bien -dije totalmente apenado y avergonzado, pero tras un fugaz pensamiento, creo que casi le hago brincar por el casi grito que dejé salir de la nada-. ¡Menos en la vía pública! -Aclaré, no fuera que se le ocurriera ponerse a hacer cosas indebidas allí mismo o en algún callejón. Luego miré mis manos, esta vez, sin la argolla de matrimonio puesta dado que la había metido también al morral. En realidad no sería capaz de acostarme con ese demonio mientras la trajera puesta, pues sentía, que era como traicionar su memoria... 

-Creo... creo que hay... lugares... hoteles por aquí cerca... podríamos ir allí... -sugerí rogando mentalmente que la tierra me tragase, pues yo en realidad nunca había sido del tipo de persona de ir a un hotel de esa clase. En realidad nunca había sido del tipo de persona que tenía sexo por una noche, ni mucho menos con desconocidos, era demasiado pudoroso y tímido para eso y usualmente terminaba o espantando a mis casi nulos ligues, o espantándome a mí mismo hasta salir huyendo.

ya estaba estirando su mano para agarrar al joven lycan cuando este pego el grito de que no podía ser en la vía publica, provocando nuevamente que comenzara a reír divertido.

- de acuerdo... a un hotel sera entonces... - declaro caminando hacia donde sentía aquellas energías que podía emanar un hotel donde la gente va a tener sexo.

- podemos ir aclarando los terminos del acuerdo.... mis terminos seran que protegeras la vida de... hum.. quienquiera que sea tu amo.... y cuidaras de Morgan...a cambio de esto te enseñare a controlar tu poder, con el fin de que dejes ese talisman... salvo las noches de luna llena que en esos momentos no puedes hacer nada por ams que lo controles, la maldicion te combertira y con ello aseguro asi la felicidad de mi hijo y su tranquilidad puesto que su pareja estara a salvo.- decía mientras caminaba con tranquilidad, y acomodandoce los cabellos que estaban descontrolados tras la transformación anterior.

-este pacto sera sellado mediante el acto sexual... quieres agregar algo a todo esto?.. ho, si, tambien como bonus, prometo no comerme ahora o en un futuro, el alma tuya o de tu amo..-

Le seguí en silencio evitando mirarle, escuchando sus términos y evaluándolos en silencio, detenidamente. No quería cometer algún error o dejar algún cabo suelto que hiciera que luego, el Príncipe acabara mal por culpa mía, y eso incluía también el mantener segura su alma. Cuando mencionó lo del acto sexual sentí que mis mejillas se tiñeron de un rojo demasiado marcado, de hecho, sospechaba que era imposible llegar a ese nivel de rubor, pero al parecer... 

-Ahm... Tengo algunas dudas. El Príncipe y yo siempre estamos viajando -indiqué ya sin balbucear, por suerte podía controlarme lo suficientemente bien como para tratar temas serios como ese-. Así que el trato debería ser, cuidar de Morgan mientras estemos, mínimo, en la misma ciudad. Y quisiera agregar... que siendo tan fuerte y poderoso como eres... mantengas nuestras almas a salvo, de ti y de cualquier otro demonio. Sé que puedes, el instinto me lo dice. 

giro la cabeza para mirarle sind ejar de caminar mientras el aclaraba algunso puntos, sonriendo viendo que tomaba el valor y la seriedad necesaria para ello.

- es cierto... de morgan solo seras responsable cuando esten en la misma ciudad... mas bien cuando esten en compania uno del otro o cuando morgan este con ... el principe....- no pudo evitarlo, ese termino le habia donado a medio burla aunque no era su intencion

- con respecto a resguardar tu alma y la de tu amo... aun no puedo... como te dije, aun no estoy al 100% de mi poder, pero cuando lo este... deveria poder proteger esas almas... pero el es libre de hacer lo que se le plasca .. si quiere vender su alma no puedo evitarlo, comprendes?- se detuvo mirando al joven lycan un momento.

- mientras el no quiera vender su alma, entonces estara bajo mi proteccion... cuando pueda hacerlo... mi propia alma en estos momentos esta particionada y hasta que no vuelva a ser uno, no podre hacer mucho, pero, pronto sere solo uno... y mi poder estara completo... y sus almas estaran protegidas.- le aclaro con serenidad, y volvio a caminar.

Ante el tono con el cual nombró a mi amo, le miré con el ceño fruncido y dejé escapar apenas, un gruñido bajo, de advertencia. Sin embargo cambié mi expresión a medida que se explicaba, indicándome el punto de las almas con mayor detalle prácticamente, ilustrándome en aquel tema. Asentí a cada cosa que me decía oyéndole con atención, deteniéndome cuando él lo hizo y mirándole a los ojos cuando me preguntó si comprendía. 

-Comprendo... -respondí bajo, casi ausente, pensando en que no dejaría que de ninguna forma, el Príncipe vendiera su alma a algún demonio, aunque conociéndolo como le conocía, estaba seguro de que jamás lo haría. No al menos, sin una buena razón, pero allí estaría yo para convencerle de no hacerlo. Empecé a caminar junto a él otra vez volviendo a mirarle con cierta curiosidad cuando mencionó lo de su propia alma, en realidad hasta ahora tenía muchas preguntas que no había podido hacer por varias razones. ¿Podría hacerlo en algún momento? 

Mientras pensaba en ello, llegamos a la calle que le había mencionado antes... prácticamente un boulevard dedicado a los moteles y locales de ese estilo, lo cual, sólo me puso más nervioso y avergonzado, pues era prácticamente primera vez que estaba en un sitio así. Ya no podía arrepentirme e ir al hotel, ¿verdad? Pero allí estaba Dante... Mejor no arriesgarme a eso, ya había llegado hasta allí y con un demonio, no podía arrepentirme y salir huyendo como siempre hacía. No podía ser tan malo después de todo, supongo.

sonrió cuando el joven dijo que comprendía, notando que de todos modos parecía tener un millón de preguntas en la punta de la lengua, pero como no las hizo, no insistió en el tema, no era su intención andar contestando preguntas toda la noche.. tenia mejores planes... miro el boulevar de moteles y busco cual le parecia mejor...

- aquel te parece bien?.... trata de no salir corriendo.. no seria la mejor de las situaciones....- dijo viendole tan nervioso, al tiempo que le guiaba a uno de esos moteles, que no parecia uno barato presisamente, probablemente todo lo contrario, era elegante, por decirlod e alguna manera.

Me vi prácticamente arrastrado hacia uno de los moteles sintiendo que mi alma se quedaba atrás, mirándome como si se lamentara por mí. O al menos así me lo imaginaba y aunque me dijera que tratara de no salir corriendo, cada paso que daba era más tenso, más difícil de darlo. Cuando entramos a la recepción de aquel lugar, miré a mi alrededor notando que era demasiado elegante para mi bolsillo, aunque tenías las tarjetas de crédito que mi amo me había dado, pero ¡qué vergüenza!

-Y-yo... -empecé a balbucear, casi incapaz de decirle que no podía pagarlo y que tampoco esperara que él lo hiciera, pues no quería sentir que me aprovechaba de su dinero. La misma situación, que me ocurría con mi amo cuando quería comprarme cosas caras y elegantes. Luego volví a mirar a mi alrededor nervioso, viendo a algunas parejas salir y otras entrar, sintiendo que en cualquier momento me desmayaría de los nervios porque alguien me viera allí con un demonio, un extraño. Aunque era un pensamiento estúpido, ya que yo no conocía a nadie en la ciudad y en teoría, el yo escritor estaba muerto para el mundo. 

-U-una... una co-copa... necesito... una.. una copa.. -balbuceé nervioso, notando que una chica que salía del brazo de su pareja me quedaba mirando y casi, casi, desmayándome de la vergüenza, abrazándome al pecho del demonio para ocultar mi rostro y que ya dejara de verme-. ¿N-no hay... no hay m-modo d-de... de hacer... esto m-menos v-vergonzoso? -Pregunté ahogado contra su pecho y en un hilillo de voz, sintiendo que las piernas me temblaban demasiado para caminar.

estaba hablando con el recepcionista, aunque probablemente yuuki no se habia percatado de ello, dado a sus nervios y a su verguenza... de hecho ya habia pagado para cuando el chico  pidio una copa y se le agarro al pecho preguntando aquello, lo que le saco una risa, mientras tomaba la llave uqe el recepcionista con una sonrisa le entregaba... no sabia si  corresponder la sonrisa o   no... por lo que decidió ignorarle,  al tiempo que sin mirarle ya girando para llevarse a yuuki a la habitación.

enseguida dirigió al joven agasapado en su pecho hasta la habitación, de la cual abrió la puerta y   entro sin  problema alguno.

la habitación era lujosa, tenia una cama de dos plazas y media, tenia varias almohadas  con fundas rojas,  y el cobertor era negro, pero las sabanas eran tambien rojas sangre... a unos dos metros de la cama había  un cuviculo de vidrio curvo, que encerraba una ducha,  la cual dejaba a quienquiera que se bañara en ella, a plena vista de su acompañante. había una pequeña neverita que en su interior  contenía unas botellas de  champagne y Vino Tinto. tambien habia unos sillones de color negro, la iluminacion era  rojisa aunque no demaciado, y en las mesillas de luz junto a la cama, habia preservativos y locion lubricante...

- ponte comodo... voy a sacarme la sangre ajena de encima... tu tambien deberías hacerlo de hecho... para no corromper el pacto.- dijo despegandocelo y  comenzando a desvestirce, mientras caminaba hacia ese cubiculo ducha, quedando desnudo al tiempo que prendia el agua, se quedo esperando a que se calentara solo un poco y luego se metio bajo el agua tomando el jabon  y limpiando su cuerpo, eliminando  cualquier rastro de sangre que no le perteneciera. aunque de paso y limpiaba todo su cuerpo.

Me dejé guiar a la habitación sin despegarme de su pecho, sintiéndome al borde casi del colapso nervioso y procurando aferrarme bien para no acabar en el suelo en pleno pasillo. Me sentía demasiado nervioso y avergonzado, en exceso, más aún cuando me despegó de él diciéndome que me pusiera cómo, como si en verdad pudiera estarlo en esa situación. Ni una copa siquiera me había invitado el desgraciado...

Y casi me desangré vivo de nuevo, cuando empezó a desnudarse. Sin duda, aquella sería una noche larguísima, de esas que es entretenido casi contar como anécdota en un futuro muy muy lejano, pero que en el momento... Me giré cuando le vi quitarse la ropa interior entrando a ese intento de ducha, pues sabía que no soportaría verle sin que terminara en el suelo riendo nervioso, casi como un crío en su primera vez. Aunque para justificarme un poco, podía defenderme diciendo que en realidad después de más de 10 años de tener una única pareja estable, y omitiendo mi desastroso intento de relación con mi alfa, no había estado con casi nadie... Lo cual, en ese sentido, me volvía casi un primerizo. 

Bueno, ya tendría mi oportunidad de demostrar que no era tan primerizo como podría parecer, sino simplemente demasiado tímido, nervioso y reprimido. Me senté en uno de los sillones sintiendo que aquel lujo me recordaba un poco a mi cuarto de hotel, relajándome casi una ínfima parte aunque al menos era algo. Replegué las piernas contra mi pecho demasiado cohibido, más aún al pensar que él no sería tan considerado de no mirar cómo me bañaba en esa ducha transparente y ruborizándome ante ello. 

Así que lo mejor, en esos casos... Me puse rápidamente de pie y casi que corrí a la pequeña nevera, sacando una botella de vino tinto y sirviéndome una copa, la necesitaba. La bebí de golpe a sabiendas de que terminaría relativamente mareado y me serví una nueva copa, regresando al sillón y esta vez, bebiéndola de poco, degustando el sabor del tinto intentando distraerme y no pensar en el hombre desnudo que estaba a pocos metro de mí, bañándose, ni en el agua surcar su pecho... Sí, definitivamente acabaría desangrándome a este paso.

termino de quitarse la sangre y de limpiar su cuerpo, saliendo al fin dela ducha pero dejando el agua corriendo para el lycan, a quien vio bebiendo una copa de vino.

- deverías bañarte ahora...- era una sigerencia, no una orden, y la decia chorreando agua por todos lados mientras tomaba una toalla y la usaba para envolcer su cadera, y asi no probocarle un infarto al joven, dejando a la vista su cuerpo zurcado por cicatrices, ciertamente, pensaba, su cuerpo habia tomado todas las cicatrices de su vida humana, como reteniendolas por algun motivo... sentimental tal vez? su espalda, su pecho, sus brazos y sus piernas, todo....

la herida de su cuello ya habia cerrado por completo, pero la de sus manos aun estaban en proceso de curacion, ya solo eran costras de un color rojo vivo, pero seguian alli.

sin mirar mucho a yuuki, mientras este terminaba su copa, llevo sus dedos a su boca y los lastimo con los colmillos, dejandolos sangrar. marcando en los muros unos simbolos, escritura demoniaca, susurrando unas palabras, mientras su sojos brillaban, estaba dando los terminos del trato, y minuciosamente hiba marcadno en cuatro puntos, diferentes simbolos, en cada direccion ( norte, sur, este oeste).

al acabar con aquello, se sento tambien en uno de los sillones observando al lycan

Pegué un brinco cuando le escuché y me puse de pie de un salto casi, dejando la copa sobre la alfombra y viéndole... sin poder evitar recorrer su pecho casi comiéndomelo con los ojos, observando cada una de esas cicatrices preguntándome por qué no se le habían borrado. Sin embargo, se veía tan sexy, chorreando agua, marcado, tan varonil... Tras babear un par de segundos igual que un crío, sacudí la cabeza limpiándome la sangre de la nariz con los dedos para empezar a desnudarme, intentando con toda mi fuerza de voluntad, el ignorar su mirada iridiscente. 

Antes de terminar de desnudarme, cogí la copa de vino del suelo bebiéndola de un trago, rogando por medio embriagarme y adquirir un mínimo de valor. Luego me dediqué a terminar de desnudarme para meterme a la ducha, cuya tibia agua de inmediato relajó mis músculos, destensándolos. Y de hecho, el agua ayudaba bastante, haciendo fluir mis emociones, llevándose los problemas y nervios con ella y calmando un poco mi nerviosismo, haciéndome olvidar todo, desde el lugar en donde estaba, hasta el hecho de que probablemente fuera observado por mi acompañante.

Me lavé minuciosamente de la sangre notando que aún la herida en mi pecho estaba en proceso de cicatrización, recién empezando a sanar decentemente de hecho. La limpié con cuidado y una vez estuve totalmente limpio y algo más tranquilo, cerré el grifo del agua y me envolví en una toalla rápidamente, empezando a secarme en silencio volviendo a sentirme algo cohibido ante él, ante su mera presencia, sus ojos, su cuerpo.

del joven lycan bañándose, realmente solo vio menos de un minuto, dado a los preparativos del pacto. al salir sin embargo le hecho una descarada mirada a su cuerpo mientras se envolvía en esa toalla.

se levanto y se hacerco al joven, tomando una de sus manos en silencio con cierta parsimonia llebandola a sus labios y mordiendo la llema de sus dedos, haciendole sangrar.

- ven...- le llevo con calma y disfrutando de ello realmente, a cada marca de sangre en los muros, remarcando solo una parte de los simbolos con la sangre de yuuki, siempre sosteniendo la mano ajena, casi pegando su pecho a la espalda del chico... demasiado divertido quisas...

- ya esta... ahora... solo falta el sellar el pacto... comento separandoce y llendo hacia la botella, sirvio dos copas y volvio, entregandole una copa de vino a yuuki, clavando sus ojos en el.

Temblé notoriamente cuando se acercó y tomó mi mano de esa forma, casi imaginándome que haría de todo menos lo que hizo. Hice una leve, casi imperceptiblemente mueca de dolor y más que nada sorpresa, cuando mordió mi dedo haciéndome sangre, y luego le seguí mansamente sujetándome la toalla a la cintura con la mano libre. Seguí con los ojos cada movimiento de mi dedo sobre esos símbolos, tensándome en demasía al sentir su pecho casi pegado a mi espalda haciéndome hiperventilar por momentos. 

Empecé a sentirme ansioso y el doble de nervioso, más aún, cuando se separó de mí y sirvió dos copas de vino. Cierto, había que sellar el pacto... ¿No podía arrepentirme verdad? Miré la cama y luego a Fenrir, soltando una risita nerviosa y bebiéndome de golpe la copa, casi rezando porque me hiciera efecto pronto... pero había comido carne... y seguía teniendo cierta resistencia al alcohol. Maldije mentalmente por mi fallido intento por embriagarme y volví a reír nervioso, mirándole el pecho, las cicatrices, casi babeándome aunque conservando mi dignidad. 

Sí, tal vez también estaba un poco desesperado luego de una larga abstinencia y tal vez esa fuera una oportunidad para volver a disfrutar de mi sexualidad y no una condena... Al menos podía intentar verlo por el lado positivo, recalcando en exceso la palabra "intentar". Dejé la copa a un lado y me senté en el sillón más cercano, aún envuelto en la toalla pero sin sentirme del todo preparado, o más bien, del todo cómodo-. S-sí... el.. el pacto... ahh... dame... un re-respiro... p-por favor... -le pedí entre balbuceos, intentando respirar profundamente y exhalar, cubriendo mi pecho y mis heridas con mis manos.