All these things I hate - Privado Cerberus

lo observo aullar angustiado, al vorde del descontrol, al vorde de volver al crynos, pero su dolor, y su tristesa pudieron mas, y su cuerpo volvio a ser humano, un humano adolorido, angustiado y desnudo, un cuerpo demaciado delicado.

sin preguntar ni pedir permisos, puso su mano sobre la espalda ajena, creandole unas vestimentas simples, cubriendo su cuerpo, pues veia la angustia y sabia que en ese estado le seria imposible hablar con ese lycan.

para que le prestara atencion, y no se perdiera en su angustia, le jalo del talisman sin romperlo ni nada, sino para llamarle, aunque no solto aquel dije.

- quieres aprender a controlarlo? pregunto con mirada seria, una mirada peligrosa tambien - si me lo pides puedo ayudarte...- giro los ojos hacia un costado teniendo en cuenta los horarios y estilo de vida de su parte humana....- puedo ayudarte durante el dia...- aclaro.

Pegué un brinco casi sobrehumano al sentir su mano en mi espalda y le miré con los ojos muy abiertos, más aún, cuando tomó mi amuleto. Sentí pánico ante esa acción y sujeté sus muñecas mirándole, sintiendo que esos ojos podrían matarme si así lo deseaba y bajando la vista rápidamente, con las mejillas demasiado rojas y encendidas. Al menos me había dado ropa y se lo agradecía de todo corazón, pero no dejaba de ser un demonio, de ser poderoso, y de ser prácticamente el patriarca de los licántropos.

-¿P-por... por q-qué? -Le pregunté tímidamente, casi con un hilo de voz. Desvié la mirada hacia el cuerpo destrozado de aquel desdichado humano y nuevas lágrimas salieron de mis ojos, haciendo que mi agarre en sus muñecas fuera más fuerte, más desesperado. No quería dañar a nadie, no había sido mi intención matar a esa persona y tampoco, mi intención hacía sido convertirme en un crynos. Repudiaba mi naturaleza con toda mi alma y definitivamente, no quería tener que aprender a hacer uso de mi naturaleza, de aceptarla, de convertirme en un licántripo. 

-¿P..por q-qué no... no m-me... golp-golpeaste? ¿Hasta d-dejarme... inconsciente...? -cerré los ojos apenado al preguntar eso, casi enterrándole las uñas sin darme cuenta. Podía sentir casi, cómo se formaban feos hematomas en mi rostro debido a sus golpes, y cómo la herida en mi pecho dejaba al fin de sangrar, aunque seguía doliendo el mero acto de respirar. Rogué con toda mi alma que los golpes en mi rostro desaparecieran para el día siguiente, aunque en sí, mi recuperación siempre había sido algo lenta debido a la falta de carne en mi dieta.

- por que?...- repitio con cierta frialdad, ante su pregunta y su agarre, sin soltar ese talisman.. en cierto modo... ese talisman le probocaba molestia, miro el cuerpo destrozado.

- porque devia detenerte? en que me venefisiaba detenerte exactamente?- podia notar en su vos, en esos ojos que huian a su mirada, y en esas uñas que se clababan en su piel, que aquel muchacho no queria ser un lycan.

llevo su mano libre al cuello ajeno y le obligo aferrandole con fuerza, a levantar el rostro a mirarle.

- esta bien que no quieras ser un lycan, que no lo hayas decidido, como tus acciones lo revelan... pero no puedes hacer nada al respecto, es lo que eres, eres un lycan, y lo seras por sientos de años si no te asesinan antes... si tienes algo que quieres protejer... en este mundo en decadencia, este mundo invadido de demonios.. entonces dejame decirte lycan... eres devil... y como eres devil eres un eslabon perdido en la cadena de mi desendencia, por eso, te ofresco mi ayuda para volverte fuerte... para que puedas protejer de manera descente a aquel que mi hijo ama...- su mirada era peligrosa, y su agarre era firme, aunque no le dañaba, no le ahogaba, solo le obligaba a verle. le solto y tambien solto aquel talisman alejandoce del agarre ajeno.

Guardé silencio ante sus preguntas sintiendo un frío nudo en la garganta que me impedía hablar, aunque cuando aferró también mi cuello, con aquella firmeza y fuerza, le miré con ojos muy abiertos y expresión de pánico. Sin embargo, a medida que iba hablando mis uñas dejaron de enterrarse en su piel y mi ceño se fruncía paulatinamente. 

"Eres débil", "Para que puedas proteger de manera decente a aquel que mi hijo ama...". Sentí que con cada palabra me ofendía más y pese a que me ofrecía ayuda, pese a sus motivos... Me sentí demasiado ofendido y herido, pues básicamente decía que yo era incapaz de proteger al Príncipe, de proteger a aquellos a quienes quería. Cuando me liberó de sus agarres y se deshizo de mis manos, bajé la mirada hacia mi argolla, aquella única joya que siempre llevaba conmigo y que casi milagrosamente, no había perdido con todos los años transcurridos ni de transformaciones. Era de un material muy resistente, mágico... 

-Tú... ¡Tú no tienes derecho a decir que no puedo proteger a mi amo de forma adecuada! -Exploté cerrando los puños con fuerza, olvidando por un momento que él era un demonio fuerte y puntualmente alto, y yo, apenas un licántropo que no sabía controlar mi naturaleza ni fuerza-. ¿Acaso crees que todo se basa en la fuerza física o en el control cuando se trata de defender a quien se ama? ¿Crees que no tendría voluntad para hacerlo aunque fuera el humano más frágil y débil del mundo? ¡Eres un insensible! -Le increpé y sin pensarlo dos veces, me medio puse de puntillas y con una mano lo atraje hacia abajo sujetándole por la camisa con fuerza, soltándole un fuerte palmetazo en la cabeza.

se le quedo mirando divertido ante esas acciones, manteniendose cerca, a la distancia reducida que el mismo habia creado, y sonrio ante ese golpe, ante ese valor... aunque tal ves era una imprudencia....

sonrio divertido, con malicia y a la vez con cierta amabilidad.

- No te equiboques, nadie hablo de fuerza... pero el control, el control es primordial para poder proteger a quien quieres proteger... pues dime...- lo tumbo al piso con fuerza, y se agasapo sobre el, dejando sus rostros a pocos centimetros, casi demaciado escasos, y con una sonrisa peligrosa. - que pasaria si te descontrolas en cercania de tu amo humano?...- antes de darle tiempo a responder, se desvanecio en llamas que no le quemaron y aparecio a unos metros. - ese talisman no podra controlarte por siempre, ya lo has visto hoy... si no aprendes control sobre ti mismo, entonces un dia tu amo humano quedara como ese cadaber... y eso... no le sirve a nadie o si?...- sus palabras eran frias, y crueles... y probablemente ireverentes, pero eran sinceras y tambien su preocupacion, no porque le interezaba el humano ni el lycan, sino por su hijo.

Me sobresalté cuando me tumbó al piso dejando escapar un quejido de dolor, más que por el golpe de mi espalda con el cemento, por el hecho de que con esa brusquedad se me había medio cortado la respiración. Y al tener su rostro tan cerca, era casi imposible no mirar aquellos ojos color verde iridiscente, estremeciéndome completamente y llevando por instinto mis manos a sus hombros, como queriendo apartarle o mantenerle a aquella distancia y que no se acercara más. 

Entonces se esfumó en llamas, que me hicieron cubrir el rostro para no quemarme aunque parecían no irradiar un calor peligroso para mí. Apenas me vi libre de su peso y agarre, me puse de pie con gran agilidad y retrocedí varios pasos, quería alejarme de ese demonio que no me agradaba en lo absoluto. Cuando mencionó de que podría matar al Príncipe, bajé la mirada, eso no pasaría aunque me descontrolara, era un pacto que ambos teníamos. Ya le había visto matar un licántropo antes y no uno cualquiera, mi alfa, un puro, un ser muy fuerte. Si me descontrolaba frente a mi amo, él sabía que debía matarme.

-¿Y a ti en qué te afecta? ¿Por qué a un demonio como tú siquiera le llama la atención el asunto? -Pregunté sin entender del todo sus intenciones, tal vez siendo demasiado irreverente y directo con mis preguntas, pero esa no era mi intención pese a la molestia que sus frías palabras me provocaban, pues me herían. Y vaya que dolían, más que las heridas de mi pecho-. Si acepto... si acepto y... te dejo ayudarme... ¿qué ganarás a cambio? 

sonrio.. esta era una sonrisa extraña, mas extraña que las anteriores, una sonrisa que los ojos no acompañaban.

- que ganare a cambio...- repitio con vos pausada y miro en direccion al hotel donde su hijo se encontraba. donde el amo de aquel lycan estaba.

- por si no lo notas, trato de asegurar la felicidad de mi hijo.. su calma... si tu sabes controlarte, si aprendes a utilizar tu poder tu control y tu fuerza mi hijo no vivira en constante preocupacion a causa de su pareja humana... por diferentes circunstancias, no conosco a mi hijo no pude estar con el, pero si puedo hacer algo para su bienestar, lo hare...- ciertamente... estaba comenzando a notar lo agotdor que era ser un buen padre...

Me quedé de piedra frente al argumento de sus intenciones, asimilando sus palabras. Entonces todo eso lo hacía por su hijo, aquel híbrido que era pareja de mi amo y que de alguna forma que aún no entendía muy bien, ahora también era mi responsabilidad cuidar y proteger. Bajé la mirada nuevamente hacia mi argolla y sonreí levemente, casi de forma imperceptible. Me parecía incluso un motivo noble.

-Eso... eso sueña c-como a-algo muy... muy lindo... -comenté de forma casi inaudible, subiendo nuevamente la vista. Era un demonio, pero parecía que de verdad quería a ese chico y quería su bienestar. Sin embargo, ¿debía creer totalmente en sus palabras y confiarle el hecho de entrenarme? Prácticamente, el derecho a ser mi alfa... Volví a bajar la mirada, pensando en mi fallecido lobo alfa, aquel que tanto daño me hizo. Tal vez no fuera una buena idea después de todo. 

-Yo... ¿cómo puedo confiar... en un demonio? -Pregunté casi de forma retórica, aunque de todas formas, aguardaba a que me diera una respuesta. Retrocedí un nuevo paso hasta sentir nuevamente la muralla a mi espalda-. Tal vez... parezca j-joven e... in-inexperto... p-pero no lo soy t-tanto. ¿C-cómo p-puedo creer.. todo lo que... me dices? 

penso, que al menos aquel lobo era astuto y no se dejaba convencer solo por las palabras, era bueno que buscara una certificacion.

- no lo se... o usas tu instinto, o me pides algo para que pueda demostrarte que mi palabra es cierta... quieres que te demuestre que soy el padre de morgan?.... o que soy Fenrir? en caso de lo segundo necesitare un lugar mas ... espacioso si no quieres que mi cuerpo aplaste muchas cuadras a la redonda.... dijo sin mucho problema llevandoce las manos a los cabellos que caian sobre su rostro, tratando de acomodarlos hacia atras.

- aun no estoy al 100% asi que no puedo hacer.. cualquier cosa en si... pero puedo hacer mucho... dijo distraidamente

Me llevé una mano distraídamente a los labios pensando en qué pedirle. En realidad, cuando una persona tiene tantas e infinitas posibilidades de pedir algo, es increíblemente complicado siquiera esbozar claramente una idea sin que la otra ya la haya reemplazado, e inevitablemente, pronto sentí mi mente medio colapsar sin saber qué pedirle en realidad. ¿Qué me haría confiar en él? Mi instinto de mucho no servía, pues notaba que sí era aquel ser que decía ser, Fenrir, y lo sabá porque se había comunicado conmigo en forma crynos... y los demonios normales, hasta donde sabía, no podían hacer eso. 
 
Y demostrarme que era el padre de Morgan... Eso podría ser, pero, ¿cómo realmente? Había dicho que el híbrido no poseía poder demoníaco, y no sentía la misma esencia ya conocida, de ese muchacho. Y aunque me demostrara que era su padre, eso no me brindaba más confianza del hecho de que no lo fuera. 

-L-lo siento... yo... no sé en r-realidad q-qué pedir... -me excusé dejando caer mi mano tras palparme la comisura del labio, haciendo una leve mueca de dolor y ya seguro de que se me había formado un hematoma descaradamente enorme-. Y... aunque m-me d-demuestres... que eres... eres padre d-de Morgan... eso no c-cambiaría m-mucho... los demonios su-suelen ser tramposos... p-por eso no confío en ti... y no sé en realidad... cómo podría... hacerlo...

escucha su argumento y no es refutable, puesto que tiene razon, pero no conose lo retorcido realmente qeu son los demonios, no evidentemente... puesto que llamaba tramposo a aquel demonio que se encargaba de "recuperar" el honor de las personas mediante tratos... aunque muy probablemente era quien hacia que lo perdieran en un principio....

clavo su mirada en los ojos ajenos y sonrio.

- puedes hacer un contrato de sangre conmigo- sujirio divertido cruzandoce de brazos, viendo que reaccion daba aquello. - un pacto de sangre se sella de manera muy particular....-

-¡¡¿¿UN P-PACTO??!! -Casi chillé empalideciendo de golpe, pegándome a la muralla todo lo que podía y casi entrando en un ataque de pánico. Sin embargo me sentía demasiado agotado y adolorido como para cambiar de nuevo a crynos por el mero nerviosismo y pánico y me obligué a respirar profundamente, cerrando los ojos aunque sin poder dejar de temblar y tensándome tanto, que me dolían las heridas.

-¡¡¿¿T-te com... comerás.. m-mi a-alma??!! -Lo má probable es que de haber sido un simple humano, ya me habría desmayado, así que en cierto sentido agradecía el ser un lycan pues al menos, me brindaba cierta resistencia a mis propios nervios.

se quedo mirandole sorprendido ante todo el ataque de histeria y panico... y luego comenzo a reir.. rio tanto y tan divertido que termino doblado sobre su vientre riendo...

- pero que... jajajjajaj ... que clase de niño eres? jajajajajaja- pregunto muy divertido y de pronto dejo de reir, se enderezó y clavo su mirada en los ojos ajenos, ya de forma seria, acortando la distancia entre ellos a casi nada.

- un pacto de sangre, sellado mediante las energias liberadas en el acto sexual, en lo que tu prometes dar, es la proteccion de tu amo y mi hijo, y tu entrega al entrenamiento y yo prometo no devorar tu alma y enseñarte a controlar tu poder... tu verdadero poder de lycan...- dijo sosteniendo el menton del joven, hacercandoce tanto que sus labios estaban a escasos milimetros. y sus ojos enfrentados.

- no tengo necesidad de almas, viviendo en la tierra - le aclaro sin alejarse

Le miré ofendido cuando empezó a reírse, respirando profundamente hasta calmarme mientras él se partía de la risa figurativamente. Sin embargo, apenas conseguí recuperar la calma y recuperar el control de mis temblores y mi nerviosismo, sentí que todo mi esfuerzo por calmarme fue en vano. Esa mirada seria y aquellos ojos iridiscentes casi me provocaron dejar de respirar, era el mismo efecto que tenía la mirada del Príncipe cuando clavaba sus ojos imposiblemente azules en mí. Como si pudiesen devorar mi alma en cualquier momento, cohibiéndome y paralizándome. 

Pero aún más paralizado quedé cuando se acercó de esa forma, sintiendo mi espacio personal prácticamente violado y esos labios casi sobre los míos, haciéndome pegarme más a la pared a pesar de que me mantenía firmemente aferrado. Por instinto llevé mis manos a sus hombros intentando apartarle, pero estaba tan nervioso y tembloroso que ni de alejarle fui capaz, menos aún, con esa explicación. 

¡¿Acto sexual?! Casi me dio un ataque de algo... Desde hacía poco menos de cuatro años que no estaba con nadie y tampoco había sentido el interés de estarlo, y desde luego, aquel demonio... Sentí que casi colapsé cuando mi maravillosamente inoportuna imaginación explosiva recreó la escena en mi mente. Y de hecho, sentí, con las mejillas a punto de estallar, cómo mi nariz se humedecía y empezaba a sangrar, haciéndome desear que la Tierra me tragara. 

-Y-yo.. ahm... cr-e... ah.. -empecé a balbucear una serie de incoherencias casi sin saber qué decir, o cómo decirlo. Estaba demasiado avergonzado, demasiado cohibido por esos ojos y en exceso nervioso, casi como si las piernas en cualquier momento me fallaran y me hicieran acabar en el piso semi convulsionando. Casi ni podía pensar con claridad, pero... pero por el Príncipe... mi amo... Kanade... por protegerle, yo había jurado entregar incluso mi vida de ser necesario. Entonces si hacía aquel pacto no debía de ser nada tan terrible, ¿verdad? Protegerle a él y a Morgan, aunque no me terminara de convencer su relación... Supongo que lo correcto y adecuado sería aceptar, ¿no? ¿¿NO??

sonrio al ver que se pegaba cuanto podía a la pared, como su respiracion se detenia abruptamente, y su cuerpo se paralizaba, como sus brazos le tomaban por los hombros en un fallido e inconcluso intento de apartarle... como su cuerpo temblaba ante su propia mente y como su nariz sangraba... sonrio como los demonios sonrien...

- demasiado... - declaro sosteniendolo por la barbilla al tiempo que lo besaba de forma apasionada, aunque sin lastimar la bopca ajena, ni la propia... por el momento, se contentaria con el sabor de la sangre que se habia mesclado entre sus labios, al caer desde su nariz.

- y? no tengo toda la noche.... bueno....- miro la luna. - esta noche si la tengo...-

Creo que sin exagerar, casi me desmayé con ese beso. La sangre seguía saliendo copiosamente de mi nariz y cerré los ojos con fuerza, sin corresponder a ese beso y sintiéndome casi violado, aunque en realidad, tal vez no era tan así. Parte de mí quería corresponder y rodearle el cuello, pues hacía demasiado tiempo que no estaba con nadie, desde aquella noche un tanto accidentada hace poco menos de cuatro años... 

Y la otra mitad de mí, la más racional y herida, la más instintiva podría ser, me gritaba que lo apartara de un buen golpe y le gritara que quién se creía él para robarme un beso de esa forma. Sin embargo y por suerte para mí, se apartó y si no hubiera sido por su agarre, me iba de boca al suelo. Le miré con el ceño fruncido sintiéndome extraño, molesto, muy molesto y a la vez, muy deseoso de que lo hiciera de nuevo. 

-¡No tienes derecho a besarme de esa forma! -Reclamé totalmente rojo, sin dejar de temblar y llevándome las manos a la nariz, intentando limpiarme de esa sangre odiosa con los dedos. Me sentía demasiado humillado por las reacciones de mi cuerpo, ¡no era justo que con mi edad, me traicionara de aquella forma ante un simple beso! Me sentí tan avergonzado que me volví a pegar a la muralla todo lo que podía, ocultando mi rostro entre mis manos terminando por mancharme completo con la sangre que seguía saliendo de mi nariz-. V-vale... a-acepto e-el... el t-trato... -susurré muy bajito y ahogado contra mis manos, cada vez más rojo.

creo un pañuelo y lo puso frente al joven, para que se limpiara el rostro

- no necesito tener derecho para besar a nadie.. soy un demonio, no lo olvides... ademas... puedes negarlo todo lo que quieras, pero tu cuerpo pide mas besos como ese....- a pesar de que sus palabras podian sonar rudas, su tono de voz era suabe, casi conciliador.

- no me interesa forzar las cosas de todos modos... es bueno que aceptes... me deja mas tranquilo en cierto aspecto...- dijo pensando que al menos podria enseñarle cosas a aquel que cuidaba a quien su hijo amaba....

- joven, no soy exigente con respecto a locaciones... pero... quieres que sea qui al aire libre? o en un lugar mas privado?- para cuando hiso esa pregunta... ya se estaba tomando la livertad de tomar la muñeca de la mano derecha con una mano, y con el otro brazo rodear la cintura ajena mientras lo besaba de nuevo, sin esperar que le respondiera en ese gesto...

- cual es tu nombre?- pregunto con vos profunda sobre lso labios ajenos.

Acepté agradecido su pañuelo y me limpié el rostro y las manos, notando que finalmente dejaba de desangrarme con cierto alivio, aunque sabía que debía prepararme mentalmente ahora, que ya había aceptado y tendría que... volví a ruborizarme a más no poder de sólo pensar en eso, en ese demonio sobre mí, y en el tacto de sus labios de nuevo. Eso era demasiado malo para mí, definitivamente, pero no podía arrepentirme ahora, ¿o sí? 

-Mi cuerpo no pide nada -negué frunciendo el ceño, mirándole ofendido y ruborizado, ¿acaso se creía que por ser un demonio podía ir y besarme así? Casi que me entraban renovadas ganas de golpearlo, por animal. Le fui a devolver el pañuelo, cuando entonces salió con esa pregunta... Y tras casi echar humo por las orejas y volver a desangrarme vivo, sangrando por la nariz sin parar, sentí que me besaba otra vez sin dejarme responder.

¡¡¿¿Nani??!! Ahora sí que quería separarme y salir huyendo, estaba demasiado avergonzado y sus manos sujetándome me hacían estremecer de forma demasiado vergonzosa. Tal vez ya había pasado demasiado tiempo sin que un hombre me tocara y eso ayudaba a que mi cuerpo reaccionara de esa forma tan alarmante. Tal vez eso podría ser una buena, ¿y retorcida? idea... Casi me parecía algo sacado de mis antiguos mangas y novelas.

Y luego, para finalizar... casi me derretí en sus brazos cuando preguntó mi nombre con aquella voz tan profunda y masculina, haciéndome temblar aunque era incapaz de abrir los ojos y enfrentarle. Así, con los ojos cerrados, era todo más sencillo-. W-wa... watashi... -susurré, notando que hablaba en japonés, y para variar, demasiado formal. Me corregí inmediatamente mientras me ruborizaba y me aferraba a sus brazos, volviendo a hablar en inglés-. A... Ayano... Ayano-sama... -susurré suavemente sin apartarme, ya olvidando el hecho de que hacía medio beso atrás había querido golpearle y llamarle de todo. Y en cuanto a mi nombre, prefería darle mi pseudónimo y entrar a cierto juego de rol, imaginar que era así, como en mis escritos, como en mis mangas.

le solto del beso al fin v escucho ese nombre que le daba mientras se relamia la sangre que le habia manchado el rostro.

clavo sus ojos de manera severa en el joven lycan al tiempo que le daba un golpe en la frente, tirandolo al piso dejandolo sentado en realidad y parandoce a sus pies.

- no soy un demonio devil y tonto sabias? y para tu informacion, los tratos hechos ccon nombres falsos son invalidos... o sea no me obligan a nada, podria jurarte que jamas tocare tu alma o la de tu amo y luego, devorarlos a ambos... ahora dime tu nombre real y deja de juegos...- le molestaban esas tonterias de niños.... no le parecian dignas y en el mundo un joven de la edad de ese lycan ya era considerado un adulto...

- donde quieres ir? o sea donde quieres que se realize el trato?- pregunto ayudandolo a levantarse y posando su mano sobre el horrible moreton que se le estaba formando en el rostro por el golpe anterior... sanando esa inchazon y ese dolor, tambien sano esa venilla en su nariz que le probocaba ese violento desangrado... al menos por el momento.

- ya.. asi estas mas presentable...- dijo sonriendo aunque bien conciente estaba que la herida de su pecho no la habia curado en lo mas minimo... pero el olor de la herida era demasiado delicioso.

Y de la nada estaba sentado en el suelo, sin entender qué demonios había sucedido y sobándome la frente, en donde me había golpeado. Realmente no me dolía, pero era casi instintivo en mí hacer esa clase de cosas, como si fuera un humano. Oí cómo me reprendía y subí la vista aún con la mano en mi frente, mirándole sorprendido y algo avergonzado.

-Eh... ese es... m-mi segundo... nombre... -indiqué, tomando su mano para poder levantarme y sintiendo cómo posaba su mano en mi rostro, haciendo que cerrara con fuerza mis ojos, casi por mera inercia, como esperando un golpe más fuerte y violento-. M-me llamo... Yuuki Ayano Ichihara -indiqué mi nombre completo, abriendo los ojos lentamente al notar que ya nos sangraba ni me dolía tanto el hematoma del labio, adivinando que él me había sanado. Le miré cohibido y agradecido por eso, y bajé de inmediato la mirada a mis manos temblorosas, sintiendo que parte de mi autoestima se iba al drenaje cuando dijo que ya estaba más presentable. 

-¿D-dónde? Ah... -No era tan despistado e ingenuo como para llevarle a mi cuarto de hotel, tan cerca del Príncipe y de Dante. Quien de seguro se enfadaría mucho y terminaría corriéndome a patadas del hotel. Mejor no imaginarme esa escena, mejor no pensar en ninguno de los dos por el momento y concentrarme un poco más en mí. Pensé en ir a algún motel o algo, pero la idea me daba vergüenza y además, ¿cuánto dinero traía encima? 

Me giré buscando mi morral y abrí unos enormes ojos al ver que no colgaba de mi brazo-. ¡Mi morral! ¡Debí perderlo cuando me convertí! -exclamé angustiado, mirando a mi alrededor y comprobando que ni siquiera estaba en la calle en la cual me había topado con ese demonio. Lo miré con ojos suplicantes y tomé su mano sin percatarme de ello-. Por favor, tengo cosas muy importantes ahí, ¿me ayudas a buscarlo? Te lo ruego, prometo ir donde quieras pero en verdad necesito recuperar mi morral, ¡onegai!

era muy interesante.. el hilo depensamientos de ese lycan.. y tan facil seguirlos... habilidades de demonios tan basicas como leer las mentes... las tenia bien asimiladas, aun cuando su cuerpo aun no asimilaba su poder bien... asi que solo sonreia divertido mietnras el pensaba a donde ir para "cerrar" el pacto.

- tu morral?- repitio con la ceja levantada - que llevas de importante alli?- pregunto curioso. mientras caminaba tranquilo por la calle en la direccion de la que venian, tal vez la habia perdido en su caminata desde el hotel.

Bajé la mirada ante su pregunta y noté que aferraba su mano, la cual solté de inmediato mientras me ponía realmente sonrojado. Y entonces suspiré pesado empezando a caminar junto a él, usando mi olfato para saber qué calles seguir y d dónde había venido. Al menos, mi sentido de orientación era con lo mejor que contaba, así que en ese sentido no tenía problemas para orientarme.

-N-nada de... de gran valor... no monetario al menos -indiqué hablando cada vez más bajo, pensando en los objetos que tenía allí: mi teléfono, mi billetera con mis documentos y algo de dinero, mi libreta de notas y apuntes y lo más importante... aquella fotografía de mi difunto prometido y yo, escondida entre las hojas de mi libreta. La angustia que sentía crecía casi de forma exponencial con cada paso que daba, rogando interiormente porque nadie hubiera cogido mis cosas o al menos, que la libreta siguiera allí-. Tengo un recuerdo muy importante que no quisiera perder -susurré apenas, caminando con rapidez, ¿cómo había podido avanzar tanto? Empecé a notar nuevamente el dolor en las heridas de mi pecho con lo rápido que respiraba.

- un recuerdo hu...?- murmuro y sus ojos brillaron extraños...

torció su rostro sabiendo de la extraña de su mirada y cerro los ojos, concentrandose en el aroma de ese lycan y en buscar a donde había ido aquel morral que debería de tener su esencia impregnada, abrió los ojos agarrando el brazo ajeno cuando ubico el objeto perdido. -lo tengo...- las llamas los envolvieron, sin quemarles, puesto que era la forma que el tenia de transportarce de un lado al otro y como lo aferraba, lo llevo con el... apareciendo entre las llamas a unas cuantas cuadras de distancia donde un demonio menor que vivía de robos y hurtos y de conseguir almas a cambio de lo que robaba, se encontraba desvalijando ese morral.

- eso... no te pertenece o si?- pregunto alertando al demonio que muy concentrado estaba, a la par que soltaba a yuuki - son tus cosas verdad?- dijo mirando al lycan

Me sobresalté cuando me aferró del brazo, pues estaba demasiado concentrado en rastrear el aroma de mi morral y que de algo me sirvieran aquellos sentidos más desarrollados, aquella naturaleza, aparte de torturarme la existencia. Apenas vi las llamas rodearnos, sin quemarnos curiosamente, me medio abracé al cuerpo del demonio, asustado y alertado por el fuego. 

Me sobresalté cuando habló y abrí los ojos al notar que no se dirigía a mí, sino a alguien más, otro demonio aunque por lo que sentía, mucho menos poderoso que él. Y para variar... estaba desvalijando mi morral-. ¡Hey! ¡Esas son mis cosas! -Exclamé casi al mismo tiempo de que Fenrir me preguntaba si eran mis pertenencias. Cuando el demonio me miró con expresión burlona, casi por instinto e inercia le enseñé los dientes y mis colmillos algo más afilados que los de un humano normal, a la vez, que dejaba escapar un gruñido amenazador.

miro como el lycan amenazaba con sus dientes y el demonio le miraba burlón... ese demonio no había salido del infierno mientras el cuidaba las puertas... a el .. alguien mas lo había dejado salir... aquel que le remplazaba, probablemente.... y por ende, no le conocía...

- no solo enseñes tus dientes, el tambien tiene... ve por tus cosas.. reclama las como es debido...- se inclino sobre el oído ajeno - devoralo.- sonreía divertido... ese lycan se atrevería acaso a enfrentar un demonio por recuperar aquel recuerdo?... si fuera cerberus... su parte humana... el... seguro no solo se enfrentaría a ese demonio... sino que vencería... al menos si lo que ganara fuera un recuerdo.