Conectarse
Invierno
Últimos temas
Ajuste de cuentas [Priv.]
Damned Souls :: :: ● Otros Sitios del Mundo ● :: ● AMÉRICA ● :: ••【 Los Angeles City 】•• :: ● HOLLYWOOD HILLS ●
Página 1 de 2.
Página 1 de 2. • 1, 2
Ajuste de cuentas [Priv.]
El cráneo de Caim golpeó el suelo con los ojos en blanco y un pie enfundado en metal, plateado y brillante se apoyó sobre él, haciendo presión y Uriel comenzó a aplastarle la cabeza hasta que estalló como una fruta madura con un sonido de cristales rotos y los sesos grises del demonio, del general infernal se esparcieron como gusanos, reptando, buscando una grieta para colarse hacia el inframundo, los plateados ojos de Uriel se prendieron y calcinó los ciegos invertebrados, aniquilando cualquier probabilidad de resurgimiento de Caim, su espadón, Rendención, estaba hundido en el pecho del mismo, haciendo jirores la esencia del diablo y esparciéndola a los cuatros vientos, Caim ya había dejado de existir y no aguantó contra Uriel mas que unos minutos o puede que media hora, al menos su amante, Leviathan resistió un poco mejor las descargar de energía celestiales pero era torpe y tenía más boca que habilidad para el combate, una pareja sin futuro desde que lo atacaron.
Uriel había sobrevivido al combate con Astaroth, estuvo en aquel callejón una noche entera, su cuerpo había sufrido mucho y su alma tambien al traspasar sin protección algunas todos los portales del Infierno, cuando logró reunir algo de fuerza fue cuando ascendió de nuevo a la Ciudad de Plata para ser tratado de sus numerosas heridas pero eso no lo alivió su mente, que no dejaba de pensar en lo sucedido en el Infierno y las palabras de la niña demonia...y sobre todo en Astaroth. Finalmente apartó a sus hermanos y en contra de sus recomendaciones, se puso en pie para vestir su armadura de nuevo, recibió informes de la presencia de Astaroth.
Pero lo que no se esperó cuando descendió a la ciudad de los Angeles es ser atacado por Leviathan y Caim, dos demonios que al parecer se dedicaban a la prostitucion y las drogas, emulando a uno de esos imperior de narcotraficantes, no le sorprendió..¿qué gloria se cabia esperar de un demonio? ¿qué honor o majestuosidad? aquellos dos seres consumidos por el amor a si mismos y su mutua egolatría jamás se habían encontrado cara a cara con un arcángel de verdad, con un guerrero de Dios, una criatura implacable, despiadada y fría, Uriel ni siquiera se tomó la molestia de hablar aunque aquellos dos hablaban mucho, sobre todo para intentar menoscabar su amor propio y creian que lo insultaban, casi...casi lo hacen sonreír. Pero en vez de ellos, desenvainó a Rendención y la hoja forjada en el corazón de una estrella se encargó de dar buena cuenta de ellos, no estaban a su nivel. Podían haber aterrorizado a los más debiles, a los de corazón vacilante o voluntad sumisa pero para Uriel solo eran un montón de escoria que encantado liquidó.
Lo interesante de todo aquello era que lo acusaron de atacar sus hogares y sus negocios, Uriel no podía haber estado menos interesado en los bajos tratos de aquellos dosy sospechaba que algo debía haberlo involucrado de alguna de las formas, no solo eso, hasta algunos de sus hermanos lo acusó de causar bajas mortales y de atacar a la misma ciudad, Uriel no era dado a sutilezas, si él hubiera llevado a ese ataque no lo habría escondido. Se trasladó a lo que quedaba de la mansión de aquel demonio y se desplazó entre los escombros a la luz de la luna, frunció el ceño, su aroma...su propio aroma impregnaba todo el lugar, su poderosa esencia estaba allí pero él...él era la primera vez que ponía un pie allí.
Uriel había sobrevivido al combate con Astaroth, estuvo en aquel callejón una noche entera, su cuerpo había sufrido mucho y su alma tambien al traspasar sin protección algunas todos los portales del Infierno, cuando logró reunir algo de fuerza fue cuando ascendió de nuevo a la Ciudad de Plata para ser tratado de sus numerosas heridas pero eso no lo alivió su mente, que no dejaba de pensar en lo sucedido en el Infierno y las palabras de la niña demonia...y sobre todo en Astaroth. Finalmente apartó a sus hermanos y en contra de sus recomendaciones, se puso en pie para vestir su armadura de nuevo, recibió informes de la presencia de Astaroth.
Pero lo que no se esperó cuando descendió a la ciudad de los Angeles es ser atacado por Leviathan y Caim, dos demonios que al parecer se dedicaban a la prostitucion y las drogas, emulando a uno de esos imperior de narcotraficantes, no le sorprendió..¿qué gloria se cabia esperar de un demonio? ¿qué honor o majestuosidad? aquellos dos seres consumidos por el amor a si mismos y su mutua egolatría jamás se habían encontrado cara a cara con un arcángel de verdad, con un guerrero de Dios, una criatura implacable, despiadada y fría, Uriel ni siquiera se tomó la molestia de hablar aunque aquellos dos hablaban mucho, sobre todo para intentar menoscabar su amor propio y creian que lo insultaban, casi...casi lo hacen sonreír. Pero en vez de ellos, desenvainó a Rendención y la hoja forjada en el corazón de una estrella se encargó de dar buena cuenta de ellos, no estaban a su nivel. Podían haber aterrorizado a los más debiles, a los de corazón vacilante o voluntad sumisa pero para Uriel solo eran un montón de escoria que encantado liquidó.
Lo interesante de todo aquello era que lo acusaron de atacar sus hogares y sus negocios, Uriel no podía haber estado menos interesado en los bajos tratos de aquellos dosy sospechaba que algo debía haberlo involucrado de alguna de las formas, no solo eso, hasta algunos de sus hermanos lo acusó de causar bajas mortales y de atacar a la misma ciudad, Uriel no era dado a sutilezas, si él hubiera llevado a ese ataque no lo habría escondido. Se trasladó a lo que quedaba de la mansión de aquel demonio y se desplazó entre los escombros a la luz de la luna, frunció el ceño, su aroma...su propio aroma impregnaba todo el lugar, su poderosa esencia estaba allí pero él...él era la primera vez que ponía un pie allí.
Invitado- Invitado
Re: Ajuste de cuentas [Priv.]
Astaroth tenia a muchos soldados infiltrados en Los Angeles, los cuales no eran precisamente demonios, si no seres de otras razas que les habian pedido algo y a cambio de ello le respondian con lealtad. Estos no tenian gran cosa que hacer que observar y a través de ellos el caido podia ver. Era una forma de efectivo de enterarse de todo sin necesidad que nadie captara su presencia, ademas lo que a el le interesaba era ver lo que Uriel haria una vez se enfrentara con aquellos demonios buscando venganza, por lo que no podia enviar a Pandora, el alado conseguiria percibir su esencia. Lo habia visto todo, desde que el emplumado bajó a la tierra, desde el trono de su palacio infernal, como si estuviera disfrutando de una pelicula.
Se regodeo mientras Uriel exterminaba a sus "compañeros", en lugar de enfrentarse el mismo que bien hubiese podido prefirio echarle la carnaza al angel, en cierto modo fue como un regalo para él y asi mataba a dos pajaros de un tiro. El caido detestaba a los demonios territoriales que amaban mas la tierra que su propia tierra infernal y que se comportaban como chulos de prostitutas y mafiosos de poca monta, habia subido a la tierra, habia visto el lamentable aspecto que los demonios ofrecian en ese lugar en donde no eran temidos por su crueldad si no por su dinero y habia lanzado la fruta de la discordia...y su plan habia salido realmente bien y por lo tanto era hora de mostrarse.
No obstante antes de subir de nuevo a felicitar a su hermano no caido, se dio el gusto de exterminar lo unico que quedaba de aquella pareja, la podrida fruta de su descendencia, aquel que ellos orgullosamente llamaban el anticristo. Imposible que el fruto entre dos seres tan mediocres pudiera ofrecer algun tipo de resistencia. Astaroth acabo con sus "niñeros" asi como con el propio niño...y asunto finalizado.
Se levantó del trono, vistiendo ropas arabescas con remaches de oro y telas vaporosas en tonos malvas y negros y entro en uno de los diferentes portales que lo llevaba directamente a la ciudad de los angeles. Una vez alli no fue muy dificil encontrar la esencia de Uriel vagando, la sangre que habia derramado tanto de enemigos como la suya propia.
De entre las sombras se escucho el eco de unas palmas que se hizo mas fuerte a medida que llegaba ante el emplumado, hasta que su hermoso rostro y su cuerpo musculado con matices achocolatados emergio de la oscuridad y sus ojos brillantes como amatistas miraron al arcangel.
Enhorabuena Uriel, has superado mis expectativas...
Susurro en ese tono venenoso y ladino, con unas cuantas palabras le habia dado a entender que el artifice de todo esto habia sido el mismo. Se acerco con decision aunque manteniendo cierta distancia por cautela.
Me he excitado...al ver como blandias la espada y la ensartabas en esos cuerpos inutiles...
Relamió sus labios con sensualidad y miró con desinteres el arrasado lugar donde no quedaba mas que polvo y piedras.
Los imperios que se alzan bien rapido cuyos cimientos son debiles, rapido caen..
Se regodeo mientras Uriel exterminaba a sus "compañeros", en lugar de enfrentarse el mismo que bien hubiese podido prefirio echarle la carnaza al angel, en cierto modo fue como un regalo para él y asi mataba a dos pajaros de un tiro. El caido detestaba a los demonios territoriales que amaban mas la tierra que su propia tierra infernal y que se comportaban como chulos de prostitutas y mafiosos de poca monta, habia subido a la tierra, habia visto el lamentable aspecto que los demonios ofrecian en ese lugar en donde no eran temidos por su crueldad si no por su dinero y habia lanzado la fruta de la discordia...y su plan habia salido realmente bien y por lo tanto era hora de mostrarse.
No obstante antes de subir de nuevo a felicitar a su hermano no caido, se dio el gusto de exterminar lo unico que quedaba de aquella pareja, la podrida fruta de su descendencia, aquel que ellos orgullosamente llamaban el anticristo. Imposible que el fruto entre dos seres tan mediocres pudiera ofrecer algun tipo de resistencia. Astaroth acabo con sus "niñeros" asi como con el propio niño...y asunto finalizado.
Se levantó del trono, vistiendo ropas arabescas con remaches de oro y telas vaporosas en tonos malvas y negros y entro en uno de los diferentes portales que lo llevaba directamente a la ciudad de los angeles. Una vez alli no fue muy dificil encontrar la esencia de Uriel vagando, la sangre que habia derramado tanto de enemigos como la suya propia.
De entre las sombras se escucho el eco de unas palmas que se hizo mas fuerte a medida que llegaba ante el emplumado, hasta que su hermoso rostro y su cuerpo musculado con matices achocolatados emergio de la oscuridad y sus ojos brillantes como amatistas miraron al arcangel.
Enhorabuena Uriel, has superado mis expectativas...
Susurro en ese tono venenoso y ladino, con unas cuantas palabras le habia dado a entender que el artifice de todo esto habia sido el mismo. Se acerco con decision aunque manteniendo cierta distancia por cautela.
Me he excitado...al ver como blandias la espada y la ensartabas en esos cuerpos inutiles...
Relamió sus labios con sensualidad y miró con desinteres el arrasado lugar donde no quedaba mas que polvo y piedras.
Los imperios que se alzan bien rapido cuyos cimientos son debiles, rapido caen..
Astaroth- Cantidad de envíos : 195
Fecha de inscripción : 18/03/2012
Localización : Octavo circulo del Infierno
Re: Ajuste de cuentas [Priv.]
Uriel agitó sus alas suavemente, las plumas plateadas lanzaron destellos al aire cuando escuchó los aplausos que retumbaban entre las ruinas, fue girando su cuerpo de dos metros de altura que enfundado en su armadura ofrecía un aspecto impresionante e intimidante. Los orbes incandescentes se posaron en la figura que fue emergiendo de las sombras, cobrando la forma de Astaroth, su piel de tono chocolate parecía más oscura con la escasa luminosidad, siempre fue diferente al resto de sus hermanos, no solo por aquella asombrosa tonalidad sino también por los ojos violetas que en la penumbra parecían dos llamas amatistas, atravesandolo, sin apartar sus mirada de la suya. Hasta que no estuvo a pocos pasos de él, la fría radiación blanca que emitía Uriel bañó a Astaroth, los adornos de oro resplandecieron y sus ropas de estilo árabe lo hacian ver como un principe de otras épocas, evocando los dorados desiertos, las especias, la sensualiad y lo exótico.
Los orbes azul argento repasaron el rostro de su antiguo hermano, era un caído, un renegado, un exiliado de la gloria del Cielo pero todavía poseía aquella majestuosidad de antaño pero no se dejó cegar a pesar que en su mente estaba demasiado presente lo ocurrido en el Infierno. Había abierto de nuevo aquellos recuerdos que estaban en lo profundo de su mente, cuando fueron hermanos, aquellas desgarradoras palabras en las murallas, cuando lo abrazó y él ser marchó, cuando le pidió que fuera con él y Uriel se negó aunque le hubiera gustado suplicarle que se quedara a su lado pero los dos eran tan testarudos como el mismo invierno.
Alzó el enorme espadón apuntando a su pecho desnudo-Mi esencia está regada por todo este lugar, un lugar que yo jamás ataqué-la voz del arcángel era puro hielo-me has utilizado, drenaste mi energía cuando fui tu prisionero y la usaste...-apretó los dientes-bastardo.
Bajó la hoja y esta desapareció en un remolino de pétalos de luz, envolviéndolos a ambos, Uriel dio un paso hacia él-No soy tu juguete, Astaroth-susurró-Dame lo que queda de mi esencia, algo debes tener en tu poder.-alargó la mano-terminarás quemandote si la posees..una gota sobre tu satinada piel y se arrugaría como un papel quemado. No te pertenece-dio otro paso hacia él y sus dedos enguantados en metal se flexionaron, esperando que obedeciera, sin separar sus ojos en los suyos-¿Por qué has venido? ahora no estamos en el inframundo, no cuentas con tu ventaja inicial...¿has venido solo a burlarte o a algo mas? ¿o quizás te atormentan los recuerdos del pasado cuando yacías a mi lado?
Los orbes azul argento repasaron el rostro de su antiguo hermano, era un caído, un renegado, un exiliado de la gloria del Cielo pero todavía poseía aquella majestuosidad de antaño pero no se dejó cegar a pesar que en su mente estaba demasiado presente lo ocurrido en el Infierno. Había abierto de nuevo aquellos recuerdos que estaban en lo profundo de su mente, cuando fueron hermanos, aquellas desgarradoras palabras en las murallas, cuando lo abrazó y él ser marchó, cuando le pidió que fuera con él y Uriel se negó aunque le hubiera gustado suplicarle que se quedara a su lado pero los dos eran tan testarudos como el mismo invierno.
Alzó el enorme espadón apuntando a su pecho desnudo-Mi esencia está regada por todo este lugar, un lugar que yo jamás ataqué-la voz del arcángel era puro hielo-me has utilizado, drenaste mi energía cuando fui tu prisionero y la usaste...-apretó los dientes-bastardo.
Bajó la hoja y esta desapareció en un remolino de pétalos de luz, envolviéndolos a ambos, Uriel dio un paso hacia él-No soy tu juguete, Astaroth-susurró-Dame lo que queda de mi esencia, algo debes tener en tu poder.-alargó la mano-terminarás quemandote si la posees..una gota sobre tu satinada piel y se arrugaría como un papel quemado. No te pertenece-dio otro paso hacia él y sus dedos enguantados en metal se flexionaron, esperando que obedeciera, sin separar sus ojos en los suyos-¿Por qué has venido? ahora no estamos en el inframundo, no cuentas con tu ventaja inicial...¿has venido solo a burlarte o a algo mas? ¿o quizás te atormentan los recuerdos del pasado cuando yacías a mi lado?
Invitado- Invitado
Re: Ajuste de cuentas [Priv.]
Astaroth podia negar muchas verdades y evidencias. No añoraba el cielo, no extrañaba a su creador, ni siquiera sentia deseos de volver a ese mundo de amor y restriccion, de bondad y manipulacion divina, sin embargo sus mentiras resultaban poco creibles si dijera que no echaba de menos esa luz, esa pureza, la inocencia, que manaba del cuerpo de su antiguo hermano. Potente y directa, amenazaba la vision de sus orbes violetas que necias se negaban a apartar la mirada de aquella brillante armadura salpicada de sangre oscura. Supo lo que era la verdadera felicidad cuando estuvo al lado de ese ser, cuando compartian cosas cotidianas, dormir, comer, bañarse, inocentes y puros. Y ahora esa felicidad se habia visto manchada por el pecado, el deseo y por el mismo infierno...y sin embargo el caido estaba completamente seguro de que Uriel tampoco era feliz. No era libre, no era feliz, no siempre fue asi.
Cuando el arcangel alargo la mano con tal peticion el oscuro observó la palma de la mano dispuesta a recoger el vial que él no habia traido consigo puesto que no pensaba devolverlo ni mucho menos. Consciente del poder de esa esencia que a si mismo podria causar un gran daño, no la devolveria, estaba guardada, sepultada junto a la posesion mas preciada de Astaroth que envejecia con los siglos.
No entiendo por que te alteras....has hecho tu trabajo, tu señor estara orgulloso...has eliminado una fea mancha de basura infernal y has destruido una red de corrupcion vanal... Deberias agradecerme por haberte dado el motivo para ello...
Alzó el menton con orgullo volviendo la mirada hacia el arcangel, sus ojos destellaron intensamente como dos gemas preciosas en donde la luz impacta, luz que vino directamente de la armadura plateada. Alargó la mano y la puso sobre la de Uriel, bajandola.
No lo hare, ahora si me pertenece, esa esencia es mia....pero si te consuela, no la volvere a usar para involucrarte en nada mas...
Ladeó el rostro y cruzo sus fornidos brazos sobre su pecho moreno. Su rostro se inclino un poco, reflexivo mientras daba un par de pasos hasta ponerse al lado de Uriel, viendolo de costado. Suspiro y sonrió abiertamente mirandolo de perfil inquisitivo.
¿Sabes? Quizas no te has dado cuenta Uriel por que siempre has estado ciego.... Pero jamas me vas a poder matar, jamas....
Aquella afirmacion no estaba basada en nada, los encuentros entre ambos siempre habian sido dañinos, terribles y apocalipticos, sin embargo tenia una sensacion con el, como un destello de esperanza....esperanza de que sintiera por el algo mas que puro odio. A su vez el pudo haberlo eliminado para siempre, una vez lo tuvo en aquella cupula en donde fue absorvida gran parte de su esencia. Sin embargo puso por medio su subida al mundo terrenal, sabiendo que esteo podia haber esperado...y cuando Pandora lo traiciono, lo dejó escapar, su colera fue terrible y sin embargo una especie de sensacion de gratitud quedo en la accion de la pequeña demonia.
Podemos herirnos, podemos masacrarnos, desangrarnos, destrozar cada hueso, cada musculo...pero no eliminarnos. Jamas.
Su subconsciente se habia revelado, le habia revelado esa gran verdad. Astaroth perderia el sentido de su existencia si alguna vez su espada cercenara la cabeza del angel. Admitirlo fue sin duda, tragar una parte de su enorme orgullo.
Cuando el arcangel alargo la mano con tal peticion el oscuro observó la palma de la mano dispuesta a recoger el vial que él no habia traido consigo puesto que no pensaba devolverlo ni mucho menos. Consciente del poder de esa esencia que a si mismo podria causar un gran daño, no la devolveria, estaba guardada, sepultada junto a la posesion mas preciada de Astaroth que envejecia con los siglos.
No entiendo por que te alteras....has hecho tu trabajo, tu señor estara orgulloso...has eliminado una fea mancha de basura infernal y has destruido una red de corrupcion vanal... Deberias agradecerme por haberte dado el motivo para ello...
Alzó el menton con orgullo volviendo la mirada hacia el arcangel, sus ojos destellaron intensamente como dos gemas preciosas en donde la luz impacta, luz que vino directamente de la armadura plateada. Alargó la mano y la puso sobre la de Uriel, bajandola.
No lo hare, ahora si me pertenece, esa esencia es mia....pero si te consuela, no la volvere a usar para involucrarte en nada mas...
Ladeó el rostro y cruzo sus fornidos brazos sobre su pecho moreno. Su rostro se inclino un poco, reflexivo mientras daba un par de pasos hasta ponerse al lado de Uriel, viendolo de costado. Suspiro y sonrió abiertamente mirandolo de perfil inquisitivo.
¿Sabes? Quizas no te has dado cuenta Uriel por que siempre has estado ciego.... Pero jamas me vas a poder matar, jamas....
Aquella afirmacion no estaba basada en nada, los encuentros entre ambos siempre habian sido dañinos, terribles y apocalipticos, sin embargo tenia una sensacion con el, como un destello de esperanza....esperanza de que sintiera por el algo mas que puro odio. A su vez el pudo haberlo eliminado para siempre, una vez lo tuvo en aquella cupula en donde fue absorvida gran parte de su esencia. Sin embargo puso por medio su subida al mundo terrenal, sabiendo que esteo podia haber esperado...y cuando Pandora lo traiciono, lo dejó escapar, su colera fue terrible y sin embargo una especie de sensacion de gratitud quedo en la accion de la pequeña demonia.
Podemos herirnos, podemos masacrarnos, desangrarnos, destrozar cada hueso, cada musculo...pero no eliminarnos. Jamas.
Su subconsciente se habia revelado, le habia revelado esa gran verdad. Astaroth perderia el sentido de su existencia si alguna vez su espada cercenara la cabeza del angel. Admitirlo fue sin duda, tragar una parte de su enorme orgullo.
Astaroth- Cantidad de envíos : 195
Fecha de inscripción : 18/03/2012
Localización : Octavo circulo del Infierno
Re: Ajuste de cuentas [Priv.]
Uriel no apartó sus ojos de los suyos hasta que Astaroth se puso a su costado con los brazos cruzados sobre su ancho pecho, quizas de forma inconsciente quería darle a entender que no ejercería ninguna acción violenta contra él pero Uriel no se relajó, para estar completamente relajado en presencia de su antiguo compañero tendría que estar dormido. Notó que escrutaba su perfil, los cabellos oscuros se apretaban contra el rostro esculpido de Uriel, la lineas clásicas y masculinas que parecían completamente pétreas, que se resistían a expresar cualquier tipo de emoción aunque éstas pugnaban bajo la piel.
Inspiró despacio, escuchando sin rebatirle todavía nada, quizás mirando hacia el pasado, sabiendo cuantas veces se enfrentaron, cuantas fracasó sin poder acabar lo que empezaba aunque quisiera arrancarle el corazón, de alguna forma siempre terminaba conteniéndose, frenándose antes de que el daño fuera totalmente irreparable porque sabía, muy en el fondo de su ser, que el día que pusiera fin a la existencia de Astaroth con él se irían todas las emociones, toda su pasión y se consumiría dentro de una llama fría hasta que no le importara quitarse la vida porque ya nada lo impuslsaba a seguir hacia delante.
No volvió los ojos hacia él pero su armadura se evaporó de su cuerpo, en cientos de pétalos blancos y luminosos que bailaron en torno a la figura de Uriel, se quedó con una malla plateada de cuerpo entero que se le ajustaba como una segunda piel, perfilando de forma perfecta todos sus músculos y el hueso de la pelvis, la curva suave de su sexo en reposo. Entrecerró sus ojos plateado, sabiendo que significaba cada palabra de aquella, no quería que Astaroth fuera sutil, él no lo era, nunca lo fue.
-¿Y estamos condenados a bailar siempre el mismo son?-su voz profunda fue algo más sensual al ser un susurro.-Recuerdo a un hombre que admitía en mi cama y que dijo que yo no sabía amar...-se giró de repente y lo empujó por el pecho hacia una columna, la espalda de Astaroth tocó la piedra calcinada y Uriel acercó su rostro al suyo-Me dijiste que no sabía amar, que no tenía nada dentro de este pecho capaz de esa emoción..-los orbes del arcángel alumbraban la penumbra-y sin embargo confesé lo que sentía por ti en aquellos instantes..¿acaso has olvidado o no te importo nunca?-era directo como un hoja afilada-dilo ahora, no juegues con las palabras, sabes que eso me cansa..-la mano que estaba sobre el pecho de Astaroth ascendió y acarició su mejilla-¿tanto te duele ser sincero conmigo? ¿qué temes? ¿qué puedes perder? él único que puede perder todo aqui...soy yo.
Inspiró despacio, escuchando sin rebatirle todavía nada, quizás mirando hacia el pasado, sabiendo cuantas veces se enfrentaron, cuantas fracasó sin poder acabar lo que empezaba aunque quisiera arrancarle el corazón, de alguna forma siempre terminaba conteniéndose, frenándose antes de que el daño fuera totalmente irreparable porque sabía, muy en el fondo de su ser, que el día que pusiera fin a la existencia de Astaroth con él se irían todas las emociones, toda su pasión y se consumiría dentro de una llama fría hasta que no le importara quitarse la vida porque ya nada lo impuslsaba a seguir hacia delante.
No volvió los ojos hacia él pero su armadura se evaporó de su cuerpo, en cientos de pétalos blancos y luminosos que bailaron en torno a la figura de Uriel, se quedó con una malla plateada de cuerpo entero que se le ajustaba como una segunda piel, perfilando de forma perfecta todos sus músculos y el hueso de la pelvis, la curva suave de su sexo en reposo. Entrecerró sus ojos plateado, sabiendo que significaba cada palabra de aquella, no quería que Astaroth fuera sutil, él no lo era, nunca lo fue.
-¿Y estamos condenados a bailar siempre el mismo son?-su voz profunda fue algo más sensual al ser un susurro.-Recuerdo a un hombre que admitía en mi cama y que dijo que yo no sabía amar...-se giró de repente y lo empujó por el pecho hacia una columna, la espalda de Astaroth tocó la piedra calcinada y Uriel acercó su rostro al suyo-Me dijiste que no sabía amar, que no tenía nada dentro de este pecho capaz de esa emoción..-los orbes del arcángel alumbraban la penumbra-y sin embargo confesé lo que sentía por ti en aquellos instantes..¿acaso has olvidado o no te importo nunca?-era directo como un hoja afilada-dilo ahora, no juegues con las palabras, sabes que eso me cansa..-la mano que estaba sobre el pecho de Astaroth ascendió y acarició su mejilla-¿tanto te duele ser sincero conmigo? ¿qué temes? ¿qué puedes perder? él único que puede perder todo aqui...soy yo.
Invitado- Invitado
Re: Ajuste de cuentas [Priv.]
- Spoiler:
- (La escuche en directo y me recordo a estos dos <3 https://www.youtube.com/watch?v=Xftm73Z-aM8 )
Astaroth ante todo era un ser que disfrutaba dañando al projimo, habia encontrado un gusto sadico en ver sufrir a los demas. Habia experimentado mucho tras su caida buscando su propia satisfaccion, lo habia visto todo y lo conocia todo y jamas habia conseguido llegar a un solo segundo de paz interior, suponiendo que él tuviera algo de eso ahora. Nada de lo que habia hecho, precario, perverso, horrible, nada lo habia llenado. Habia conocido el cielo, habia nacido alli y una vez alli decidio que su creacion no fue destinada a un unico proposito, el de obedecer. Habia conocido el infierno, ahora vivia en el, habia conquistado, anexionado, causado destrozos, guerras, interminables, largas y sangrientas. Habia luchado contra muchos de sus hermanos...y aun asi seguia sin encontrar ese "algo" que le diera lo que en secreto anhelaba.
Uriel era su nemesis..y habia pensado muchas vecse que si alguien podria acabar con el, solo seria ese arcangel, solo él y..ahora resultaba que ni el mismo podia destruirlo. Aquella escultura bañada en acero y plata, de rostro petreo y mirada penetrante se acerca a él y lo interroga, recordandole el pasado, su pasado...ese amargo momento, la separacion y el inicio de una larga enemistad. Sus ojos lo escrutan duramente, su ceño se frunce y siente como sus puños se cierran con rabia e ira entremezcladas mientras Uriel lo acorrala. El no olvidaba. Nunca olvidaba...simplemente mantenia esos momentos bajo llave, escondidos, asi como estaba escondido su corazon que en alguna parte de su castillo y sus recovecos latia ahora desacompasado.
Tu no sabes amar....no sabes lo que es amar completamente y jamas lo sabras por que prefieres estar preso bajo sus designios, por que prefieres resignarte a experimentar....
Palabra por palabra susurra lo que le dijo aquella vez mientras sus manos se relajan y la ira fluye escapando por sus dedos. Cierra los ojos, la cercania del arcangel, como siempre lo sumerge en la divina esencia que este en particular porta, estigma de su condicion, su olor celestial, la ciudad de plata, las flores que nacieron a su partida, flores nacidas de sus mismas sangres.
Deseas sinceridad....
Abrió los ojos, fuentes de sabiduria y horror, visionarios y truculentos y escruto el rostro del arcangel mientras uno de sus brazos lo asia a la cintura y lo pegaba a su cuerpo. Cierra los ojos de nuevo y pega su frente a la de él, una familiar escena que no se habia repetido desde hacia varios milenios.
¿Sabes por que mi corazon no reposa en mi pecho Uriel?....me lo arranque poco despues de caer del cielo, antes de que este se emponzoñara de maldad y pecado....guardando lo que he sentido por ti, intacto, hermetico y sellado....se desquebraja un poco mas cada vez, cada herida que me haces, cada crueldad que te digo...un pedazo cae...y ya poco queda y...lo unico que he hecho a sido llamar tu atencion, de la peor manera..
Esbozo una breve y escueta sonrisa amarga haciendo una pausa mientras hablaba sobre sus labios que despedian un delicioso frescor. Los roza apenas, un escalofrio recorre su nuca y jadea.
¿Aun me amas como aquella vez? ¿Sigues queriendome Uriel? Pese a todo, pese a mis pecados.....¿Podria ser correspondido esta vez?...
Terminó la pregunta, un suspiro escapo de sus labios antes de que se fundiesen contra los de su ex-hermano. ¿Que temia? Un nuevo rechazo ¿Que podia perder? A Uriel para siempre. Sin embargo pocas cosas le importaban ya, deseaba destuirlo todo incluso asi mismo, lo unico que lo retenia, puesto que las armas las tenia y podria recuperarlas, era el arcangel que ahora besaba con contenida pasion y represivo deseo.
Astaroth- Cantidad de envíos : 195
Fecha de inscripción : 18/03/2012
Localización : Octavo circulo del Infierno
Re: Ajuste de cuentas [Priv.]
Uriel escuchó aquellas palabras, una por una fueron como puñaladas para él, haciendo brotar de nuevo aquel dolor que contuvo dentro de su corazón de hielo, ascendiendo por las grietas que lo cubrían, un dolor que lo hacian sentirse más vivo que nunca, no aquel ser implacable, el lider de los caballeros del cielo, la espada y la llama de Dios, el ejecutor que nunca hacia preguntas, dispuesto a obedecer cada orden sin cuestionarle pero en lo referente a Astaroth, todo se diluía, ya no era tan fácil distinguir el negro del blanco, de hecho dejaba de importarle. Inspiró profundamente cuando el brazo de Astaroth rodeó su cintura, posesivamente y sus cuerpos de apretaron, las alas de Uriel se agitaron como libélulas asustadas y su frente quedó apoyada contra la de su antiguo hermano, en aquella conocida y familiar postura, notó que su corazón se aceleraba monstruosamente.
Escuchó cada palabra, la escuchó con atención, con su mente y su alma porque sabía que de ello dependería su destino, lo que haría a partir de su momento. Entrecerró sus ojos cuando Astaroth hizo su pregunta, quería responderle, quería decir algo pero tanta emoción se quedaba atascado todavía en su garganta pero no necesitó aclararse porque de repente aquella boca caliente y tersa, exótica, salvaje y que ahora no era un sueño sino era una realidad. Uriel jadeó, su boca era fresca, aterciopelada y virgen, Uriel jamás había besado en la boca a nadie, jamás nadie tocó aquellos gajos rosados de esa forma, nadie había tocado aquel cuerpo musculoso, fuerte, aquel cuerpo de guerrero virginal, entregado a Dios y que ahora despertaba para descubrir que también estaba diseñado para sentir.
Uriel se quedó quieto durante unos segudos, alzó las masculinas manos, sabía que era justo el momento de saber, de decidir, de huir o quedarse, de permanecer ante la tormanta y aceptar lo que había dentro de él. Los dedos cogieron la nuca de Astaroth, era virgen pero no era sumiso o débil, tampoco sabía interpretar al muchachito desvalido. Despacio movió su boca a la suya y Uriel cometió su primer pecado, devolviendo el beso de Astaroth. Su boca se amoldó a la suya, con la torpeza del primer beso, los labios temblaban imperceptiblemente pero decididos, se fundió con la boca de Astaroth, aquella era su respuesta a su pregunta, la definitiva. Metió sus dedos entre sus cabellos, ahora posesivamente, no era un beso de hermandad, era un beso de amante y de igual.
-Ah...-el nuevo calor que recorría su cuerpo logró arrancarle un ronco gemido y sus labios se separaron apenas de los de Astaroth-mírame...-susurró, esperando que abriera aquellas hermosas amatistas-ahora dime que no soy capaz de amar...-susurro-dilo si te atreves..-y lo besó él ahora con más intensidad, si debía dejarse una plumas allí aquella noche sería por algo que valiera la pena y haria que ese beso lo valiera de verdad, hasta el fina, ciño su cuerpo musculoso al suyo, adorando su boca con la suya, vertiendo en ella todas aquellas viejas y escondidas emociones.
Escuchó cada palabra, la escuchó con atención, con su mente y su alma porque sabía que de ello dependería su destino, lo que haría a partir de su momento. Entrecerró sus ojos cuando Astaroth hizo su pregunta, quería responderle, quería decir algo pero tanta emoción se quedaba atascado todavía en su garganta pero no necesitó aclararse porque de repente aquella boca caliente y tersa, exótica, salvaje y que ahora no era un sueño sino era una realidad. Uriel jadeó, su boca era fresca, aterciopelada y virgen, Uriel jamás había besado en la boca a nadie, jamás nadie tocó aquellos gajos rosados de esa forma, nadie había tocado aquel cuerpo musculoso, fuerte, aquel cuerpo de guerrero virginal, entregado a Dios y que ahora despertaba para descubrir que también estaba diseñado para sentir.
Uriel se quedó quieto durante unos segudos, alzó las masculinas manos, sabía que era justo el momento de saber, de decidir, de huir o quedarse, de permanecer ante la tormanta y aceptar lo que había dentro de él. Los dedos cogieron la nuca de Astaroth, era virgen pero no era sumiso o débil, tampoco sabía interpretar al muchachito desvalido. Despacio movió su boca a la suya y Uriel cometió su primer pecado, devolviendo el beso de Astaroth. Su boca se amoldó a la suya, con la torpeza del primer beso, los labios temblaban imperceptiblemente pero decididos, se fundió con la boca de Astaroth, aquella era su respuesta a su pregunta, la definitiva. Metió sus dedos entre sus cabellos, ahora posesivamente, no era un beso de hermandad, era un beso de amante y de igual.
-Ah...-el nuevo calor que recorría su cuerpo logró arrancarle un ronco gemido y sus labios se separaron apenas de los de Astaroth-mírame...-susurró, esperando que abriera aquellas hermosas amatistas-ahora dime que no soy capaz de amar...-susurro-dilo si te atreves..-y lo besó él ahora con más intensidad, si debía dejarse una plumas allí aquella noche sería por algo que valiera la pena y haria que ese beso lo valiera de verdad, hasta el fina, ciño su cuerpo musculoso al suyo, adorando su boca con la suya, vertiendo en ella todas aquellas viejas y escondidas emociones.
Invitado- Invitado
Re: Ajuste de cuentas [Priv.]
Aquel beso fresco, humedo, fragante y revitalizante, el primero y el mas intenso, fue suficiente para excitar al caido hasta el punto que sus manos fueron mas posesivas deslizandose por la anatomia que el frio metal cubria amoldandose a su cuerpo escultural. Esa inocente torpeza, esa deliciosa manera de besar, tan inexperta y aun asi pasional desperto unas pequeñas carcajadas, de euforia de diversion mientras sus bocas se separaban para tomar aire. Del amor al odio, del odio al amor...expuestos al mundo, al aire libre...la luz y la oscuridad se funden deseando engullirse el uno al otro. Y es que el caido habia deseado de muchas maneras al caido, lo habia deseado muerto, lo habia deseado desnudo y junto a el, y hasta ahora que sus manos podian recorrer con libertad esas nalgas turgentes.
El hielo se vuelve apasionado, el fuego derrite la coraza y libera la pasion años y años de practica con otros cuerpos. Astaroth devora practicamente esa boca y lleva a Uriel hasta una de las derruidas paredes que aun parece capaz de aguantar el peso de ambos cuerpos. Lo aprisiona contra su cuerpo fibroso, endurecido en la zona de la entrepierna, consumiendose en los labios ajenos.
Tienes razon...estaba equivocado..
Susurro dandole por fin la razon, finalmente y especialmente. Astaroth podria decirse que estaba en cierta manera shockeado...se hubiese esperado una reaccion mas insipida, mas cohartada, tensa...pero el arcangel lo sorprendia demostrando que no solo podia poner pasion en medio de una brutal batalla y eso lo tomo desprevenido.
Sin embargo si no hacia nada por detenerlo, ahí mismo en medio de aquel monton de escombros y a la vista de todos, deboraria centimetro a centimetro aquel cuerpo escultural.
¿Seria capaz Uriel se sentir todo el calor que desprendia el caido? Ese calor sensual, embriagante, aromas de oriente, canela, sandalo...y como el pantalon de seda oscura revelaba una potente ereccion que chocaba con la cadera del arcangel. Y predispuesto a cumplir su perversa fantasia busco su cuello fuerte aunque esbelto empezando por él, y succionó la piel, lamiendola, mordisqueandola, marcandolo con sus labios mientras sus morenas y acholotadas manos ascendian por su cuerpo llevando consigo la malla de Uriel hasta desvestirlo por completo.
Desnudo, lo apreto fuerte entre sus brazos y volvió a buscar sus labios deteniendo un poco aquel alocado impetu propio de un voraz amante. Jadeó manteniendo una minima distancia sobre ellos y dijo.
Estas seguro...Uriel...deseo cada fibra de tu cuerpo.....moldearlo con mis labios y mi lengua, mis manos y beber tus esencias mas prohibidas...¿Estas seguro de que podras ser...totalmente mio?
El hielo se vuelve apasionado, el fuego derrite la coraza y libera la pasion años y años de practica con otros cuerpos. Astaroth devora practicamente esa boca y lleva a Uriel hasta una de las derruidas paredes que aun parece capaz de aguantar el peso de ambos cuerpos. Lo aprisiona contra su cuerpo fibroso, endurecido en la zona de la entrepierna, consumiendose en los labios ajenos.
Tienes razon...estaba equivocado..
Susurro dandole por fin la razon, finalmente y especialmente. Astaroth podria decirse que estaba en cierta manera shockeado...se hubiese esperado una reaccion mas insipida, mas cohartada, tensa...pero el arcangel lo sorprendia demostrando que no solo podia poner pasion en medio de una brutal batalla y eso lo tomo desprevenido.
Sin embargo si no hacia nada por detenerlo, ahí mismo en medio de aquel monton de escombros y a la vista de todos, deboraria centimetro a centimetro aquel cuerpo escultural.
¿Seria capaz Uriel se sentir todo el calor que desprendia el caido? Ese calor sensual, embriagante, aromas de oriente, canela, sandalo...y como el pantalon de seda oscura revelaba una potente ereccion que chocaba con la cadera del arcangel. Y predispuesto a cumplir su perversa fantasia busco su cuello fuerte aunque esbelto empezando por él, y succionó la piel, lamiendola, mordisqueandola, marcandolo con sus labios mientras sus morenas y acholotadas manos ascendian por su cuerpo llevando consigo la malla de Uriel hasta desvestirlo por completo.
Desnudo, lo apreto fuerte entre sus brazos y volvió a buscar sus labios deteniendo un poco aquel alocado impetu propio de un voraz amante. Jadeó manteniendo una minima distancia sobre ellos y dijo.
Estas seguro...Uriel...deseo cada fibra de tu cuerpo.....moldearlo con mis labios y mi lengua, mis manos y beber tus esencias mas prohibidas...¿Estas seguro de que podras ser...totalmente mio?
Astaroth- Cantidad de envíos : 195
Fecha de inscripción : 18/03/2012
Localización : Octavo circulo del Infierno
Re: Ajuste de cuentas [Priv.]
La malla al toque de los morenos dedos de Astaroth se fue desvaneciendo, desprendiéndose del cuerpo de Uriel hasta mostrar aquella blanca piel, los musculos niveos y que vibraban bajo aquella epidermis de cisne, quedando completamente desnudo, expuesto. No era la primera vez que Astaroth lo cotemplaba sin ropa pero ahora todo habia cambiado, aquella inocencia se perdió hace mucho, era como si fuera la primera vez que aquellos orbes violetas recorrían aquella anatomía de guerrero, se posaba sobre su pecho y los rosados pezones que estaban ahora erectos. Uriel no era pudoroso pero sintió una extraña sensación, la de estar más vulnerable que nunca, desprovisto de su armadura y con aquellas manos apretando sus nalgas ahora, duras y altivas, hasta ahora jamás rozadas y eso lo hizo jadear, fruciendo el ceño pero todavía devolviendo el beso hasta que Astaroth lo rompió.
Lo escrutó, su respiracion acelerada, sus labios entreabiertos-¿por qué me haces esas preguntas, Astaroth? sabes que no te habría besado si no estuviera dispuesto a...aceptar las consecuencias de ello...-serían muchas y dolorosas pero era el precio a pagar, su precio y lo pagaría a su manera aunque ni siquiera Astaroth pudiera intuir que estaba dispuesto a sacrficar-Pero no será en medio de las ruinas de un demonio donde vayamos a hacer esto...donde vayamos a hacer el..-guardó silencio, le resultaba complicado decir algo asi, decirlo con total libertad porque estaba al pasado de dar aquellas alas que adornaban su espalda y si lo hacia no era por el mero deseo sexual, era por algo que llevaba guardando siglos en su interior, aquel amor secreto y doloroso.
Posó una mano en su pecho y con firmeza lo hizo hacerse hacia atrás pero sin alejarlo totalmente de su cuerpo, todo en torno a ellos comenzó a desdibujarse, desvanecerse en un torbellino, Uriel estaba haciendo uso de su poder para trasladarse. Bajo los pies de ambos susurró la verde hierba, la luna estaba en lo alto de un cielo estrellado y mas alla de aquella franja verde con frondosos árboles se escuchaba el rumor de mar, de las olas que se abatían contra la blanca orilla, los cristalinos granos de arena, era un lugar salvaje, paradisiaco, sin la huella del ser humano. Uriel no quería una cama ni tampoco paredes, que el cielo y las estrellas fueron testigos, sus testigos.
Lo miró a los ojos y volvió a acercarse a él, le tocó los pantalones, la cintura de los mismos y estos se desvanecieron, bajo la luz de la luna, las plateadas alas de Uriel eran incandescentes-¿Eres lo bastante fuerte para tomarme, Astaroth?-susurró y dio un paso hacia él, le cogió con fuerza de la barbilla y lo besó de nuevo en la boca, suspirando sobre sus labios, no sentía temor, no había miedo solo el ligero estremecimiento de un cuerpo virginal y una voluntad de hierro que se doblegaba poco a poco para no romperse. La otra mano rodeó su cintura y atrajo el moreno cuerpo contra el suyo, sintió la erección de Astaroth contra su cadera y poco a poco pudo sentir que aquello que siempre estaba en reposo se iba despertando entre sus piernas.
Uriel hizo que se fuera tumbando en la fragante hierba y separó su boca de la suya, mirandolo y de igual forma besó su cuello, sus labios casi quemaban, marcando la dorada piel, aquel chocolate tibio-hueles bien..siempre oliste de forma diferente a todos los demas...ese olor en las sábanas por la mañana..-susurró y besó el lóublo de su oreja y su mano libre, poco a poco se alzó y con cierta timidez acarició el pecho, los pezones de Astaroth.
Lo escrutó, su respiracion acelerada, sus labios entreabiertos-¿por qué me haces esas preguntas, Astaroth? sabes que no te habría besado si no estuviera dispuesto a...aceptar las consecuencias de ello...-serían muchas y dolorosas pero era el precio a pagar, su precio y lo pagaría a su manera aunque ni siquiera Astaroth pudiera intuir que estaba dispuesto a sacrficar-Pero no será en medio de las ruinas de un demonio donde vayamos a hacer esto...donde vayamos a hacer el..-guardó silencio, le resultaba complicado decir algo asi, decirlo con total libertad porque estaba al pasado de dar aquellas alas que adornaban su espalda y si lo hacia no era por el mero deseo sexual, era por algo que llevaba guardando siglos en su interior, aquel amor secreto y doloroso.
Posó una mano en su pecho y con firmeza lo hizo hacerse hacia atrás pero sin alejarlo totalmente de su cuerpo, todo en torno a ellos comenzó a desdibujarse, desvanecerse en un torbellino, Uriel estaba haciendo uso de su poder para trasladarse. Bajo los pies de ambos susurró la verde hierba, la luna estaba en lo alto de un cielo estrellado y mas alla de aquella franja verde con frondosos árboles se escuchaba el rumor de mar, de las olas que se abatían contra la blanca orilla, los cristalinos granos de arena, era un lugar salvaje, paradisiaco, sin la huella del ser humano. Uriel no quería una cama ni tampoco paredes, que el cielo y las estrellas fueron testigos, sus testigos.
Lo miró a los ojos y volvió a acercarse a él, le tocó los pantalones, la cintura de los mismos y estos se desvanecieron, bajo la luz de la luna, las plateadas alas de Uriel eran incandescentes-¿Eres lo bastante fuerte para tomarme, Astaroth?-susurró y dio un paso hacia él, le cogió con fuerza de la barbilla y lo besó de nuevo en la boca, suspirando sobre sus labios, no sentía temor, no había miedo solo el ligero estremecimiento de un cuerpo virginal y una voluntad de hierro que se doblegaba poco a poco para no romperse. La otra mano rodeó su cintura y atrajo el moreno cuerpo contra el suyo, sintió la erección de Astaroth contra su cadera y poco a poco pudo sentir que aquello que siempre estaba en reposo se iba despertando entre sus piernas.
Uriel hizo que se fuera tumbando en la fragante hierba y separó su boca de la suya, mirandolo y de igual forma besó su cuello, sus labios casi quemaban, marcando la dorada piel, aquel chocolate tibio-hueles bien..siempre oliste de forma diferente a todos los demas...ese olor en las sábanas por la mañana..-susurró y besó el lóublo de su oreja y su mano libre, poco a poco se alzó y con cierta timidez acarició el pecho, los pezones de Astaroth.
Invitado- Invitado
Re: Ajuste de cuentas [Priv.]
Para Astaroth ver y sentir a Uriel de esta manera también era algo nuevo, los jadeos y la respiracion entrecortada del arcangel, su piel temblando bajo el tacto de sus morenos dedos encendia su deseo, despertaba su libido y era menos consciente de lo que alrededor pasaba. Por ello cuando el arcangel mencionó donde se encontraban Astaroth sonrió dandole la razón, dejando que este obrara su magia. El caido lo miro a los penetrantes ojos mientras sus pies se elevaban del suelo moviendo sus cuerpos en una rafaga de suave viento, consciente de que a Uriel aun muchas cosas se le harian complicadas y dificiles...sin embargo él estaba dispuesto a ayudarlo a sentir el placer en su mayor expresion.
Asi pues cuando llegaron a ese bello escenario el caido espero a que su hermano diese el primer paso...queria saber hasta que punto era capaz de llegar, donde titubearia, donde se arriesgaria...y sonrió ladino al escuchar dicha pregunta..al parecer tendrian que luchar hasta en la cama. Astaroth era versatil cuando necesitaba serlo, sin embargo esta vez deseaba que el angel lo sintiera en toda su magnificiencia. Y se dejo doblegar, la pasion del angel lo ataco cuando lo beso, cuando lo aferro por la cintura y cuando se dispuso a adorarlo con sus labios hasta que reaccionó y cernió los brazos a la cintura del arcangel jadeando profundamente cuando ambas virilidades se tocaron furtivamente, cuando lo beso en el cuello.
Y aun tengo un mejor sabor Uriel...
Respondió en un susurro ronco descendiendo con sus manos a las nalgas del moreno, masajeandolas entre sus dedos, apretandolas, dejando la marquitas de sus dedos durante unos pocos segundos. Busco sus labios nuevamente y hunde la lengua entre ellos enroscandose con la del angel, lenta y posesivamente, la domina mientras hace rodar su cuerpo quedando encima de Uriel. Aprovechando la conexion entre sus bocas su cuerpo fluye y se encaja entre las piernas del pelinegro, sus cuerpos se rozan lentamente despertando en el caido electricas sensaciones. Alejó sus labios para susurrar sobre ellos, sus ojos destellan lujuriosos.
Que hermoso...jamas habia visto algo tan bello...esos ojos repletos de deseo hacia mi...brillantes, como plata liquida..
Una mano repta por su musculoso pecho, por sus abdominales fuertes y agarra el pene de Uriel con la palma de su mano para comenzar a masturbarlo energicamente, atento a cualquiera de las reacciones de este. Hacia mucho que su voz sonaba tan tranquila, sosegada y en cierta manera dulce y melosa, hacia eones que no hablaba de esta forma a su hermano perdido...como en aquellos dias en el cielo, hablaba con ternura.
Su boca se deshace en besos en ese pálido y fuerte cuello, muerde la piel, succiona y desciende por la clavicula derecha sin detener el bombeo de su mano mientras esta experimenta como la languida carne se va endureciendo cada vez mas. Y si algo tenia muy claro el oscuro, era que deseaba mas que nada en estos momentos, probar esa esencia prohibida por lo que fue buscando esas zonas erogenas, los pezones endurecidos del arcangel y los estimulo bajo sus dientes y lenguas hasta enrojecerlos. Y fue bajando mas y mas, descubriendo con su lengua aquellos recobecos, delineando la musculatura de su abdomen hasta que la mano abandonó el endurecido miembro y su boca pudo rozar la punta de este muy sutilmente. Echo su calido aliento sobre la babeante cabeza y luego con su rosada lengua fue lamiendo desde la base hasta la misma. Alzo el rostro para mirarlo.
Quiero que lo sientas todo Uriel...quiero...que saborees el placer...una eternidad de placer..
Y se sumergio de nuevo, ahora con mas pasion y entrega a devorar el erecto miembro del angel con la maestria de un verdadero experto.
Asi pues cuando llegaron a ese bello escenario el caido espero a que su hermano diese el primer paso...queria saber hasta que punto era capaz de llegar, donde titubearia, donde se arriesgaria...y sonrió ladino al escuchar dicha pregunta..al parecer tendrian que luchar hasta en la cama. Astaroth era versatil cuando necesitaba serlo, sin embargo esta vez deseaba que el angel lo sintiera en toda su magnificiencia. Y se dejo doblegar, la pasion del angel lo ataco cuando lo beso, cuando lo aferro por la cintura y cuando se dispuso a adorarlo con sus labios hasta que reaccionó y cernió los brazos a la cintura del arcangel jadeando profundamente cuando ambas virilidades se tocaron furtivamente, cuando lo beso en el cuello.
Y aun tengo un mejor sabor Uriel...
Respondió en un susurro ronco descendiendo con sus manos a las nalgas del moreno, masajeandolas entre sus dedos, apretandolas, dejando la marquitas de sus dedos durante unos pocos segundos. Busco sus labios nuevamente y hunde la lengua entre ellos enroscandose con la del angel, lenta y posesivamente, la domina mientras hace rodar su cuerpo quedando encima de Uriel. Aprovechando la conexion entre sus bocas su cuerpo fluye y se encaja entre las piernas del pelinegro, sus cuerpos se rozan lentamente despertando en el caido electricas sensaciones. Alejó sus labios para susurrar sobre ellos, sus ojos destellan lujuriosos.
Que hermoso...jamas habia visto algo tan bello...esos ojos repletos de deseo hacia mi...brillantes, como plata liquida..
Una mano repta por su musculoso pecho, por sus abdominales fuertes y agarra el pene de Uriel con la palma de su mano para comenzar a masturbarlo energicamente, atento a cualquiera de las reacciones de este. Hacia mucho que su voz sonaba tan tranquila, sosegada y en cierta manera dulce y melosa, hacia eones que no hablaba de esta forma a su hermano perdido...como en aquellos dias en el cielo, hablaba con ternura.
Su boca se deshace en besos en ese pálido y fuerte cuello, muerde la piel, succiona y desciende por la clavicula derecha sin detener el bombeo de su mano mientras esta experimenta como la languida carne se va endureciendo cada vez mas. Y si algo tenia muy claro el oscuro, era que deseaba mas que nada en estos momentos, probar esa esencia prohibida por lo que fue buscando esas zonas erogenas, los pezones endurecidos del arcangel y los estimulo bajo sus dientes y lenguas hasta enrojecerlos. Y fue bajando mas y mas, descubriendo con su lengua aquellos recobecos, delineando la musculatura de su abdomen hasta que la mano abandonó el endurecido miembro y su boca pudo rozar la punta de este muy sutilmente. Echo su calido aliento sobre la babeante cabeza y luego con su rosada lengua fue lamiendo desde la base hasta la misma. Alzo el rostro para mirarlo.
Quiero que lo sientas todo Uriel...quiero...que saborees el placer...una eternidad de placer..
Y se sumergio de nuevo, ahora con mas pasion y entrega a devorar el erecto miembro del angel con la maestria de un verdadero experto.
Astaroth- Cantidad de envíos : 195
Fecha de inscripción : 18/03/2012
Localización : Octavo circulo del Infierno
Re: Ajuste de cuentas [Priv.]
Uriel siempre fue dominante por naturaleza, estaba acostumbrado a dar órdenes, a mandar, a llevar el cnotrl de las situaciones y aunque aquella fuera su primera experiencia sexual, no podía ser de otra forma, quería estar encima, poseerlo porque era todo nuevo para él y porque estaba a punto de cambiar toda su existencia drásticamente. Se dejó llevar por el aroma que desprendía Astaroth, maravilloso y embriagante, que lo transportaba de nuevo a los tiempos pasados cuando dormían juntos, bien, ahora volvían a yacer juntos pero con una finalidad completamente diferente a la de descansar. Frunció levemente el ceño cuando sintió que se apoderaba de aquellas nalgas blancas y duras, fuertes, jadeó cuando rodaron por la hierba, de nuevo lo subestimó, olvidando que Astaroth era tan alto y fuerte como él, lo miró a los ojos cuando lo sintió completamente encima de él y un estremecimiento lo recorrió cuando sus penes entraron en contacto, los dos duros y mojados, frotandose.
Podía sentir bajo la piel de su espalda la cual ya no mostraba sus alas por comodidad, el frescos de la hierba y al tiempo el excitante peso del cuerpo de Astaroth. Respiró más agitadamente cuando aquellos labios tan pecadores y candentes marcaron de nuevo su fuerte cuello, aquella columna de alabastro que se tensó, marcándose sus venas. Aquel cuerpo estaba sorprendiendolo, Uriel nunca creyó que su piel fuera tan sensible, tan dispuesta a ser estimulada, siempre pensó que su Padre lo creó para ser un guerrero, que tener un aparato reproductor que jamás usaría pero ahora descubría que reaccionaba rapidamente, mostrando su buen tamaño y longitud.
Emitió otro suspiro cuando Astaroth estimuló sus rosados pezones que despuntaron sobre los níveos pectorales, sus dedos se movieron y cogieron los cabellos de Astaroth, halando levemente de ellos, echó la cabeza hacia atrás mientras los labios de su hermano comenzaban a recorrer su cuerpo. Los azabaches cabellos de Uriel se desparramaron sobre la verde hierba, creando un intenso contraste. Sus plateados orbes se posaron en el cielo estrellado, suspiró de nuevo, cerró los ojos, sabiendo hacia donde se estaba aventurando Astaroth, hacia aquella dureza que se erguía entre sus tersos muslos, desafiante y con el ancho glande florecido y rosado, mojado.
Cuando aquella boca lo envolvió, Uriel se tensó y estuvo a punto de empujarlo a un lado, tirando de sus cabellos, apretó los dientes, mirandolo, su pecho subía y bajaba por la acelerada respiración, era todo tan...-ah...-emitio un gemido, suave y masculino, lo escrutó después de emitir aquel sonido tan desconocido para él y que manó de sus propios labios, haciendo que su corazón latiera más deprisa, sus caderas se movieron suavemente, embistiendo en su boca-sigue-susurró, de nuevo sin poder evitar ordenar pero alargando la mano y acariciando su mejilla morena despacio y luego su cuello.-Sigue-volvió a tumbarse hacia atrás, sabiendo que aquello era le preludio de lo que deseaba su hermano de él, Astaroth quería estar seguro que sería suyo por ocmpleto, Uriel sonrió entre leves gemidos.
Podía sentir bajo la piel de su espalda la cual ya no mostraba sus alas por comodidad, el frescos de la hierba y al tiempo el excitante peso del cuerpo de Astaroth. Respiró más agitadamente cuando aquellos labios tan pecadores y candentes marcaron de nuevo su fuerte cuello, aquella columna de alabastro que se tensó, marcándose sus venas. Aquel cuerpo estaba sorprendiendolo, Uriel nunca creyó que su piel fuera tan sensible, tan dispuesta a ser estimulada, siempre pensó que su Padre lo creó para ser un guerrero, que tener un aparato reproductor que jamás usaría pero ahora descubría que reaccionaba rapidamente, mostrando su buen tamaño y longitud.
Emitió otro suspiro cuando Astaroth estimuló sus rosados pezones que despuntaron sobre los níveos pectorales, sus dedos se movieron y cogieron los cabellos de Astaroth, halando levemente de ellos, echó la cabeza hacia atrás mientras los labios de su hermano comenzaban a recorrer su cuerpo. Los azabaches cabellos de Uriel se desparramaron sobre la verde hierba, creando un intenso contraste. Sus plateados orbes se posaron en el cielo estrellado, suspiró de nuevo, cerró los ojos, sabiendo hacia donde se estaba aventurando Astaroth, hacia aquella dureza que se erguía entre sus tersos muslos, desafiante y con el ancho glande florecido y rosado, mojado.
Cuando aquella boca lo envolvió, Uriel se tensó y estuvo a punto de empujarlo a un lado, tirando de sus cabellos, apretó los dientes, mirandolo, su pecho subía y bajaba por la acelerada respiración, era todo tan...-ah...-emitio un gemido, suave y masculino, lo escrutó después de emitir aquel sonido tan desconocido para él y que manó de sus propios labios, haciendo que su corazón latiera más deprisa, sus caderas se movieron suavemente, embistiendo en su boca-sigue-susurró, de nuevo sin poder evitar ordenar pero alargando la mano y acariciando su mejilla morena despacio y luego su cuello.-Sigue-volvió a tumbarse hacia atrás, sabiendo que aquello era le preludio de lo que deseaba su hermano de él, Astaroth quería estar seguro que sería suyo por ocmpleto, Uriel sonrió entre leves gemidos.
Invitado- Invitado
Re: Ajuste de cuentas [Priv.]
Mientras Uriel descubria los entresijos del placer, Astaroth usaria esas sensaciones que mantenian en vilo al ángel para someterlo bajo su dominio. Ahora era su boca la que engullia con gula semejante falo y eran las caderas del moreno las que se movian pidiendo más. El masculino y mas intimo sabor se deslizaba por su paladar recogido por su lujuriosa lengua, organo que recorria con devocion la tremula y ardiente piel del ángel.
El demonio solo alejo sus labios de semejante manjar cuando decidió acomodar mejor las fuertes y palidas piernas sobre sus morenos hombros alzandolas y flexionandolas ligeramente. Asi podria acceder facilmente a donde él queria, aquel inexplorado pasaje, oculto por las niveas y apretadas nalgas.
El no tenia prisa, habia esperado mucho y esta noche era solo de ambos...esta y las que vinieran, pues Astaroth estaba convencido de que esto no era un estupido desliz, era algo mas fuerte, comprometido, no solo para Uriel que pensaba que era el que mas perderia aqui.
Asi pues mientras sus oidos se deleitaban con los suaves y tremulos gemidos del arcangel, su mano siguio ejecutando el mecanico movimiento que apretaba y meneaba el humedo capullo mientras su boca se internaba en el apretado trasero.
Sientelo Uriel....siente como el placer recorre todo tu cuerpo sacudiendolo....¿No te resulta familiar?....¿No has sentido algo parecido cuando combates enfilando en alto tu espada?
Preguntó en un susurro entrecortado antes de asomar su carnosa lengua entre sus labios oscuros y lamer el espacio entre los testiculos y el ano. Golpeo suavemente aquella inofensiva franja de piel a sabiendas de que este era un punto muy erotico para los hombres. Ejerció un poco de presión bajo su boca y luego prosiguio dispuesto a usurpar aquel virginal pasaje. Y asi lo hizo, humedeciendo la estrechez primero, alzando un poco mas las piernas del angel y separandolas para asi acceder mejor. Lento, sin prisas, no queria que Uriel se alarmase y lo golpease con aquellas fuertes piernas. Beso, experimento pendiente de cada sonido proviniente de esos suaves y fragantes labios y solo cuando Uriel se vió sumido en su propio deseo, pues ya el oscuro sintio sus dedos humedos, los mismos que no habian dejado de masturbar, se las ingenió para penetrarlo con la larga lengua.
Con movimientos circulares y profundos humedeció el conducto, sin embargo tanto atender a Uriel lo ponia en una comprometida situacion y es que su propio sexo estaba desatendido, solo y tenia ganas de llorar niveas lagrimas de la misma ansiedad.
Mmmmhh.....
Gimió roncamente reteniendo aquel inminente y traicionero orgasmo.
El demonio solo alejo sus labios de semejante manjar cuando decidió acomodar mejor las fuertes y palidas piernas sobre sus morenos hombros alzandolas y flexionandolas ligeramente. Asi podria acceder facilmente a donde él queria, aquel inexplorado pasaje, oculto por las niveas y apretadas nalgas.
El no tenia prisa, habia esperado mucho y esta noche era solo de ambos...esta y las que vinieran, pues Astaroth estaba convencido de que esto no era un estupido desliz, era algo mas fuerte, comprometido, no solo para Uriel que pensaba que era el que mas perderia aqui.
Asi pues mientras sus oidos se deleitaban con los suaves y tremulos gemidos del arcangel, su mano siguio ejecutando el mecanico movimiento que apretaba y meneaba el humedo capullo mientras su boca se internaba en el apretado trasero.
Sientelo Uriel....siente como el placer recorre todo tu cuerpo sacudiendolo....¿No te resulta familiar?....¿No has sentido algo parecido cuando combates enfilando en alto tu espada?
Preguntó en un susurro entrecortado antes de asomar su carnosa lengua entre sus labios oscuros y lamer el espacio entre los testiculos y el ano. Golpeo suavemente aquella inofensiva franja de piel a sabiendas de que este era un punto muy erotico para los hombres. Ejerció un poco de presión bajo su boca y luego prosiguio dispuesto a usurpar aquel virginal pasaje. Y asi lo hizo, humedeciendo la estrechez primero, alzando un poco mas las piernas del angel y separandolas para asi acceder mejor. Lento, sin prisas, no queria que Uriel se alarmase y lo golpease con aquellas fuertes piernas. Beso, experimento pendiente de cada sonido proviniente de esos suaves y fragantes labios y solo cuando Uriel se vió sumido en su propio deseo, pues ya el oscuro sintio sus dedos humedos, los mismos que no habian dejado de masturbar, se las ingenió para penetrarlo con la larga lengua.
Con movimientos circulares y profundos humedeció el conducto, sin embargo tanto atender a Uriel lo ponia en una comprometida situacion y es que su propio sexo estaba desatendido, solo y tenia ganas de llorar niveas lagrimas de la misma ansiedad.
Mmmmhh.....
Gimió roncamente reteniendo aquel inminente y traicionero orgasmo.
Astaroth- Cantidad de envíos : 195
Fecha de inscripción : 18/03/2012
Localización : Octavo circulo del Infierno
Re: Ajuste de cuentas [Priv.]
Uriel se controló, cerrando los ojos, poseía un temperamento fuerte y dominante, estar en aquella postura, estar en aquella situación era completamente nueva para él, a pesar de sentir la corriente de placer que comenzaba a sacudir su cuerpo, doblegando y abriendo todas sus defensas al tiempo retenía el impulso de golpear el rostro de Astaroth cuando le abró y subió las piernas de aquella manera, exponiendo por compelto toda su anatomía, especialmente el camino que llevaba a aquella apertura rosada y suave, palpitante. Un quejido ronco fue arrancado de sus labios cuando sintió la lengua de Astaroth humedeciendo, logrando que se fuera dilatando y Uriel abrió sus ojos, clavandolos en las estrellas que estaban por encima de su cabeza, su pecho blanco subía y bajaba más rápido.
-¿De verdad quieres que hablemos de lo siento cuando combato contigo en este mismo momento?-susurró, hundiendo los dedos en la hierba, suspirando. Notaba que Astaroth quería prepararlo a conciencia, quería que no sientiera más dolor del necesario y que disfrutara de cada minuto que transcurriera entre ellos aquella noche.
Pero ya Astaroth le había ocasionado dolor físico de muchas formas, desde atravesarlo com una espada, golpes que rompían incluso sus huesos celestiales, lograba que sangrara y en el último enfrentamiento hizo que Uriel atravesara dimensiones completas hacie el mismo Infierno, la agonía fue tan intensa que Uriel creyó que su corazón se astillaría en su pecho.
-Astaroth..-susurró-perder la virginidad siempre es doloroso pero en otras ocasiones mas has causado más dolor todavía...quiero sentirlo como un mortal, quiero placer pero quiero ese momento doloroso..lo ansío si lo proporcionas tú-Uriel no se molestaba en edulzar las palabras, decía todo aquello que pasaba por su cabeza justo en ese momento, directo como una flecha, sin doblez o engaño.
Se medio incorporó sobre sus codos, para poder mirarlo y l e sonrió-¿ o acaso tienes miedo de que te mande volando porque te atreves a poseerme?-los plateados destellaron con fuerza, Uriel se veia resplandeciente sobre la hierba, sus pezones rosados estaban erectos, destacando en sus musculoso pectorales.-No soy una mujer ni un muchachito, soy Uriel, lider de los caballeros del cielo...todavía-estiró su cuello con cierto esfuerzo y lo besó en la boca pasionalmente.
-¿De verdad quieres que hablemos de lo siento cuando combato contigo en este mismo momento?-susurró, hundiendo los dedos en la hierba, suspirando. Notaba que Astaroth quería prepararlo a conciencia, quería que no sientiera más dolor del necesario y que disfrutara de cada minuto que transcurriera entre ellos aquella noche.
Pero ya Astaroth le había ocasionado dolor físico de muchas formas, desde atravesarlo com una espada, golpes que rompían incluso sus huesos celestiales, lograba que sangrara y en el último enfrentamiento hizo que Uriel atravesara dimensiones completas hacie el mismo Infierno, la agonía fue tan intensa que Uriel creyó que su corazón se astillaría en su pecho.
-Astaroth..-susurró-perder la virginidad siempre es doloroso pero en otras ocasiones mas has causado más dolor todavía...quiero sentirlo como un mortal, quiero placer pero quiero ese momento doloroso..lo ansío si lo proporcionas tú-Uriel no se molestaba en edulzar las palabras, decía todo aquello que pasaba por su cabeza justo en ese momento, directo como una flecha, sin doblez o engaño.
Se medio incorporó sobre sus codos, para poder mirarlo y l e sonrió-¿ o acaso tienes miedo de que te mande volando porque te atreves a poseerme?-los plateados destellaron con fuerza, Uriel se veia resplandeciente sobre la hierba, sus pezones rosados estaban erectos, destacando en sus musculoso pectorales.-No soy una mujer ni un muchachito, soy Uriel, lider de los caballeros del cielo...todavía-estiró su cuello con cierto esfuerzo y lo besó en la boca pasionalmente.
Invitado- Invitado
Re: Ajuste de cuentas [Priv.]
Astaroth se vió francamente sorprendido de que Uriel aun consiguiera hilar palabras con tanta naturalidad y teson, su cuerpo daba muestras de que varios espasmos de placer lo cruzaban una y otra vez, eso se sabia en las contracciones de sus musculos, en la piel erizada, en el agujero dilatado... Frunció ligeramente el ceño, el arcangel estaba en lo cierto. Lo habia herido con cosas peores, con mas saña y ahora lo acariciaba y trataba con una delicadeza atipica. Si bien era cierto que Astaroth era un amante delicado hasta cierto punto, la violación no entraba en su juego si la otra persona no disfrutaba y lo deseaba o adoraba, pero cuando la pasion lo azotaba en sus entrañas tanto como ahora se estaba conteniendo, una unica palabra bastaba para liberarse.
Angel perverso...¿Cuando te he tenido yo miedo?
Respondio en un susurro grave sonriendo con lasciva diversion y se incorporó para encontrarse con los labios de Uriel, dejando a un lado todas aquellas atenciones por el momento. Su cuerpo descendió sobre el palido del arcangel, parecia que el chocolate estaba a punto de engullir la fuerte anatomia de este, al menos esa era la impresion que le estaria dando a su creador. Astaroth le mandaba un mensaje directo a su creador, al creador de todo: Uriel es mio, ya no podras manipularlo...es mio, completamente. Y dispuesto a sellar sus palabras con actos mientras besaba los suaves y fragantes labios del pelinegro y su cuerpo se rozaba y contoneaba sensualmente contra el otro, se acomodo entre sus piernas y guiandose unicamente de su buen tino hizo que su erecto miembro se abriese camino por las apretadas nalgas.
No hay vuelta atras....Uriel
Ronroneó jadeando tenue sobre el rostro del arcangel mientras que con un movimiento de cadera conseguia hundirse en el interior del alado gimiendo roncamente por ello. Habia su miembro sentido dolor, palpitado en extremo, pues la estrechez era considerablemente abrumadora. Todas las terminaciones de su polla estaban estremecidas bajo la presion de esa piel y no fue lo unico que lo hizo gemir viajando un poco al quejido. La marca de la traiccion latente en su pecho, ribetes de carne que hacian ese dibujo de la cruz invertida, ahora era mas roja que nunca, como si la carne se hubiera abierto y la sangre recorriera avidamente dicho dibujo. Ardia como si esa sangre fuera petroleo y alguien hubiera tirado una cerilla. Estaba corrompiendo algo puro, estaba traicionando de nuevo y por ello aquella marca le estaba alertando de ello.
Caso omiso. Aquel dolor solo era molesto al principio, sin embargo Astaroth habia comprendido al dolor y lo habia aceptado desde hacia ya mucho tiempo. Formaba parte de él, como su mas fiel compañero. No le importaba. Miró a los ojos a Uriel consternado y empujo su cadera fieramente una vez salio a medias de aquella trampa carnal.
Ahh....
Solto un gemido profundo y cerro los ojos deleitandose plenamente con la posesion de un cuerpo virgen y no un cuerpo cualquiera....el de su hermano Uriel. Uriel que era suyo, Uriel que ahora comprenderia lo que entrañaba la magnitud de su deseo. Y su cadera se movió enloquecida clavandose como una estaca dura, sin contemplaciones para que lo sintiera con todo placer y dolor.
Angel perverso...¿Cuando te he tenido yo miedo?
Respondio en un susurro grave sonriendo con lasciva diversion y se incorporó para encontrarse con los labios de Uriel, dejando a un lado todas aquellas atenciones por el momento. Su cuerpo descendió sobre el palido del arcangel, parecia que el chocolate estaba a punto de engullir la fuerte anatomia de este, al menos esa era la impresion que le estaria dando a su creador. Astaroth le mandaba un mensaje directo a su creador, al creador de todo: Uriel es mio, ya no podras manipularlo...es mio, completamente. Y dispuesto a sellar sus palabras con actos mientras besaba los suaves y fragantes labios del pelinegro y su cuerpo se rozaba y contoneaba sensualmente contra el otro, se acomodo entre sus piernas y guiandose unicamente de su buen tino hizo que su erecto miembro se abriese camino por las apretadas nalgas.
No hay vuelta atras....Uriel
Ronroneó jadeando tenue sobre el rostro del arcangel mientras que con un movimiento de cadera conseguia hundirse en el interior del alado gimiendo roncamente por ello. Habia su miembro sentido dolor, palpitado en extremo, pues la estrechez era considerablemente abrumadora. Todas las terminaciones de su polla estaban estremecidas bajo la presion de esa piel y no fue lo unico que lo hizo gemir viajando un poco al quejido. La marca de la traiccion latente en su pecho, ribetes de carne que hacian ese dibujo de la cruz invertida, ahora era mas roja que nunca, como si la carne se hubiera abierto y la sangre recorriera avidamente dicho dibujo. Ardia como si esa sangre fuera petroleo y alguien hubiera tirado una cerilla. Estaba corrompiendo algo puro, estaba traicionando de nuevo y por ello aquella marca le estaba alertando de ello.
Caso omiso. Aquel dolor solo era molesto al principio, sin embargo Astaroth habia comprendido al dolor y lo habia aceptado desde hacia ya mucho tiempo. Formaba parte de él, como su mas fiel compañero. No le importaba. Miró a los ojos a Uriel consternado y empujo su cadera fieramente una vez salio a medias de aquella trampa carnal.
Ahh....
Solto un gemido profundo y cerro los ojos deleitandose plenamente con la posesion de un cuerpo virgen y no un cuerpo cualquiera....el de su hermano Uriel. Uriel que era suyo, Uriel que ahora comprenderia lo que entrañaba la magnitud de su deseo. Y su cadera se movió enloquecida clavandose como una estaca dura, sin contemplaciones para que lo sintiera con todo placer y dolor.
Astaroth- Cantidad de envíos : 195
Fecha de inscripción : 18/03/2012
Localización : Octavo circulo del Infierno
Re: Ajuste de cuentas [Priv.]
Los plateados ojos de Uriel se vieron eclipsado cuando los parpados cayeros sobre ellos y Uriel emitió un quejido ronco de dolor cuando Astaroth lo penetró dura y rudamente como él mismo le pidió, sintiendo cada centímetro de su gruesa y larga polla oscura que desgarraba aquella oscuridad virgen y apretada. La sangre se vertió dentro de él, rodeando el miembro pulsante de Astaroth que comenzó a empujar briosamente, arrancando ahora unos gemidos de sufrimiento de los labios de Uriel, no eran gemidos escandalosos o altos, eran casi suspiros roncos que eran arrancado de los labios entreabiertos de Uriel, labios ahora calientes y húmedos por los besos de aquel principe infernal que era su hermano y aquellos mismos instantes era su primer amante, su único amante porque Uriel no entregaría su cuerpo y sus alas a cualquiera. Jadeó de nuevo y alzó las manos masculinas y fuertes para aferrar los tersos hombros de Astaroth, buscando un ancla, un punto de apoyo para que su cuerpo no fuera zarandeado salvajemente, dijo que estaba acostumbrado al dolor pero aquel dolor era completamente diferente a todos los demas, con la primera gota de sangre vertida pudo sentir que sus alas se estremecían y ardian.
-Ah...agh...-echó la cabeza hacia atrás mostrando el nacarado cuello, la piel de Uriel destellaba hermosamente cubierta de perlas de sudor que cubrían toda la superficie y que ahora se plegaba a la epidermis de chocolate de Astaroth, tan diferente los dos pero al tiempo encajando perfecta, dolorosamente y exquisitamente. Uriel apretó los dientes con fuerza y ahora se abrazó a Astaroh, sus quejidos eran roncos, desgarrados, sintiendo aquel pene que lo horada, logrando que olas de agonía subieran por todo su cuerpo pero entre ellas sintió la primera chispa de placer cuando el glande de Astaroth tocó aquel punto y los gemidos de Uriel se impregnaron de una nota de placer, era placer lo que sentía, un placer sexual que se mezclaba con el dolor de aquel desfloramiento-Ahh..Astaroth...-susurró. Su voz se hizo más tibia y dulce, solo en aquel trance lograba Astaroth derretir todo el hielo de Uriel.
Abrió los plateados ojos, mirando su rostro que tan bien conocía y gimió de nuevo, temblorosamente cuando las plumas plateadas de sus alas comenzaron a cambiar de color, apagándose su glorioso brillo pero Uriel, incluso en aquel estado, en aquella situación era dueño de su destino y había decidido...lo hizo desde que vio a Astaroh entre las ruinas bajo la luna. Buscó la boca de Astaroh y lo besó pasionalmente, a pesar de ser él quien era tomado su beso fue dominante, posesivo, entrelazando sus lenguas justo cuando las plumas se tornaron completamente negras y luego en piebra, la basa de la mismas desgarraron la piel de Uriel por el enorme peso del marmol ébano y cayeron al suelo, haciendose añicos y dos heridas profundas y parelelas quedaron en los omoplatos de Uriel, sus cicatrices jamás se borrarían.
-Ahh...casi...ah..-el musculoso cuerpo de Uriel se estremeció y sobre su cadera derecha comenzó a marcarse a fuego la marca de los traidores y poco a poco la inmortalidad iba escapando del cuerpo de Uriel, se volvía mortal...no sería un mortal cualquiera por supuesto, sería algo diferente pero no sería ni demonio ni caído, sufría en sus carnes la triste y delicada condición de ser mortal, de ser humano. La sangre resbaló por la cadera y entre sus muslos donde su pene largo y grueso se frotaba contra los abdominales de Astaroth-AGGHH-el dolor de la marca era indecible y terminaba de grabarse mientras al tiempo se remontaba en las cúspides de un intenso e increible orgasmo entre los brazos de Astaroh, no quería derramar lágrimas como un niño perdido pero una dos escaparon de sus ojos plateados y azules, resbalandos, lágrimas de fuego blancos que chamuscaron la hierba y Uriel cerró los ojos cuando su cuerpo perdió su dureza diamantina y su condición de celestial pero sin perder su belleza, eso lo conservaría. tendría la forma que su hacedor le otorgó.
Una cascada de esperma blanco brotó de su pene y su ano apretó crudamente el falo de Astaroth cuando Uriel gimió con fuerza y alto al venirse en varias eyaculaciones, el placer más intenso aderezado con el dolor más profundo, el ser que ahora se aferraba Astaroth era humano y no poseía la misma fuerza de antes pero sí era más poderoso que un humano corriente, los dedos estaban hundidos en la piel de Astaroth y la cabeza de Uriel cayó hacia atrás, reposando entre la hierba, con los negros cabellos apretados a su rostro de rasgos cincelados que aun así no mostraban todo lo que sentía en ese momento, continuaban siendo duros y bellos.
-Ah...agh...-echó la cabeza hacia atrás mostrando el nacarado cuello, la piel de Uriel destellaba hermosamente cubierta de perlas de sudor que cubrían toda la superficie y que ahora se plegaba a la epidermis de chocolate de Astaroth, tan diferente los dos pero al tiempo encajando perfecta, dolorosamente y exquisitamente. Uriel apretó los dientes con fuerza y ahora se abrazó a Astaroh, sus quejidos eran roncos, desgarrados, sintiendo aquel pene que lo horada, logrando que olas de agonía subieran por todo su cuerpo pero entre ellas sintió la primera chispa de placer cuando el glande de Astaroth tocó aquel punto y los gemidos de Uriel se impregnaron de una nota de placer, era placer lo que sentía, un placer sexual que se mezclaba con el dolor de aquel desfloramiento-Ahh..Astaroth...-susurró. Su voz se hizo más tibia y dulce, solo en aquel trance lograba Astaroth derretir todo el hielo de Uriel.
Abrió los plateados ojos, mirando su rostro que tan bien conocía y gimió de nuevo, temblorosamente cuando las plumas plateadas de sus alas comenzaron a cambiar de color, apagándose su glorioso brillo pero Uriel, incluso en aquel estado, en aquella situación era dueño de su destino y había decidido...lo hizo desde que vio a Astaroh entre las ruinas bajo la luna. Buscó la boca de Astaroh y lo besó pasionalmente, a pesar de ser él quien era tomado su beso fue dominante, posesivo, entrelazando sus lenguas justo cuando las plumas se tornaron completamente negras y luego en piebra, la basa de la mismas desgarraron la piel de Uriel por el enorme peso del marmol ébano y cayeron al suelo, haciendose añicos y dos heridas profundas y parelelas quedaron en los omoplatos de Uriel, sus cicatrices jamás se borrarían.
-Ahh...casi...ah..-el musculoso cuerpo de Uriel se estremeció y sobre su cadera derecha comenzó a marcarse a fuego la marca de los traidores y poco a poco la inmortalidad iba escapando del cuerpo de Uriel, se volvía mortal...no sería un mortal cualquiera por supuesto, sería algo diferente pero no sería ni demonio ni caído, sufría en sus carnes la triste y delicada condición de ser mortal, de ser humano. La sangre resbaló por la cadera y entre sus muslos donde su pene largo y grueso se frotaba contra los abdominales de Astaroth-AGGHH-el dolor de la marca era indecible y terminaba de grabarse mientras al tiempo se remontaba en las cúspides de un intenso e increible orgasmo entre los brazos de Astaroh, no quería derramar lágrimas como un niño perdido pero una dos escaparon de sus ojos plateados y azules, resbalandos, lágrimas de fuego blancos que chamuscaron la hierba y Uriel cerró los ojos cuando su cuerpo perdió su dureza diamantina y su condición de celestial pero sin perder su belleza, eso lo conservaría. tendría la forma que su hacedor le otorgó.
Una cascada de esperma blanco brotó de su pene y su ano apretó crudamente el falo de Astaroth cuando Uriel gimió con fuerza y alto al venirse en varias eyaculaciones, el placer más intenso aderezado con el dolor más profundo, el ser que ahora se aferraba Astaroth era humano y no poseía la misma fuerza de antes pero sí era más poderoso que un humano corriente, los dedos estaban hundidos en la piel de Astaroth y la cabeza de Uriel cayó hacia atrás, reposando entre la hierba, con los negros cabellos apretados a su rostro de rasgos cincelados que aun así no mostraban todo lo que sentía en ese momento, continuaban siendo duros y bellos.
Invitado- Invitado
Re: Ajuste de cuentas [Priv.]
No era de extrañar que a Astaroth le excitaran tanto sus gemidos como sus quejidos adoloridos, le excitaba todo de aquel hombre que ahora tenia sometido de tan lasciva manera, a su merced, incluso cuando luchaban, incluso cuando lo atravesaba con esa mirada implacable y fria, algo se despertaba en su interior, un fuego que ahora podria aplacar, de una vez por todas. Por ello no se detenia, apremiante embestia aquel sangrante y tierno, asi como apretado interior que lo mantenia en vilo y le dificultaba la respiracion y el pensamiento. Pero ah....su deseo y el placer que repercutia en todo su cuerpo al poseerlo se disipo cuando lo escucho llamarlo..era esa voz, ese tono...recuerdos de aquel pasado en donde ambos eran puros en donde ambos se amaban sin saber aun el significado de dicha palabra. Ahi estaba, ese hielo diluyendose en la friccion y el calor que desprendian ambos cuerpos.
Uriel...mmhhhh....
Alcanzo su rostro, acariciandole la mejilla, inmovilizandolo para no perder de él ninguna expresion, ninguna mueca, nada...mientras el cambio se obraba. Sin duda perdia el brillo, ese don divino y ese dolor eran tan suyo como propio del principe. Su marca de traidor se avivo sobre su pecho, como al hierro vivo emergio por debajo de la piel oscura ardiendo mientras que la de Uriel se dibujaba en la palida piel. Aquel trance le hizo recordar su propia caida y en todas las lagirmas que virtio escondidas, pero esta vez era distinto Uriel no daba muestras de arrepentimiento ni de pena, quizas por que sabia que Astaroth no solo lo habia hecho caer por satisfacer su propio ego, si no para tenerlo a su lado por siempre.
Estimulo el pene del arcangel mientras este gemia agonico, deseaba distraerlo de aquel dolor, que se centrara en el placer, aunque entremezclados -y el lo sabia de veras- tampoco estaba tan mal. Mientras tanto su propio cuerpo comenzaba a sufrir esos deliciosos espasmos que recorren cada terminacion nerviosa y dentro de él ya empieza a correrse con abundancia. Su querido y odiado hermano ya no es un angel, su cuerpo es mortal y el caido puede apreciar un tacto diferente bajo sus dedos, bajo los besos que dejan marca en ese cuello estirado hacia atras.
Dimelo...
Susurra con voz afectada acompañado por una respiracion acelerada buscando los labios jadeantes del contrario que finalmente encuentra. Los besa despacio, percibiendo el fuerte aroma de Uriel, su aroma personal sin aderezo divino, poco quedaba ya de esa luz.
Dime lo que deseo escuchar Uriel
Persiste terco dejando caer parte de su cuerpo sobre el contrario, con una mano sobre el blanco pecho siente el latido de su corazon alejado y sus ojos lo miran con determinacion y avidez. Vuelve a besarlo con mas dulzura, aunque no dejara de insistir si Uriel no le dice aquello que desea oir y que tanto le cuesta expresar a su misma persona.
Uriel...mmhhhh....
Alcanzo su rostro, acariciandole la mejilla, inmovilizandolo para no perder de él ninguna expresion, ninguna mueca, nada...mientras el cambio se obraba. Sin duda perdia el brillo, ese don divino y ese dolor eran tan suyo como propio del principe. Su marca de traidor se avivo sobre su pecho, como al hierro vivo emergio por debajo de la piel oscura ardiendo mientras que la de Uriel se dibujaba en la palida piel. Aquel trance le hizo recordar su propia caida y en todas las lagirmas que virtio escondidas, pero esta vez era distinto Uriel no daba muestras de arrepentimiento ni de pena, quizas por que sabia que Astaroth no solo lo habia hecho caer por satisfacer su propio ego, si no para tenerlo a su lado por siempre.
Estimulo el pene del arcangel mientras este gemia agonico, deseaba distraerlo de aquel dolor, que se centrara en el placer, aunque entremezclados -y el lo sabia de veras- tampoco estaba tan mal. Mientras tanto su propio cuerpo comenzaba a sufrir esos deliciosos espasmos que recorren cada terminacion nerviosa y dentro de él ya empieza a correrse con abundancia. Su querido y odiado hermano ya no es un angel, su cuerpo es mortal y el caido puede apreciar un tacto diferente bajo sus dedos, bajo los besos que dejan marca en ese cuello estirado hacia atras.
Dimelo...
Susurra con voz afectada acompañado por una respiracion acelerada buscando los labios jadeantes del contrario que finalmente encuentra. Los besa despacio, percibiendo el fuerte aroma de Uriel, su aroma personal sin aderezo divino, poco quedaba ya de esa luz.
Dime lo que deseo escuchar Uriel
Persiste terco dejando caer parte de su cuerpo sobre el contrario, con una mano sobre el blanco pecho siente el latido de su corazon alejado y sus ojos lo miran con determinacion y avidez. Vuelve a besarlo con mas dulzura, aunque no dejara de insistir si Uriel no le dice aquello que desea oir y que tanto le cuesta expresar a su misma persona.
Astaroth- Cantidad de envíos : 195
Fecha de inscripción : 18/03/2012
Localización : Octavo circulo del Infierno
Re: Ajuste de cuentas [Priv.]
Uriel abrió los ojos, aun eran los suyos, de aquel plateado azulado, intensos y que ningun mortal poseerian, ojos viejos que habian visto de demasiadas cosas, que poseía ingentes conocimientos y que deslumbraban con luz propia, se posaron en las amatistas de Astaroth, su aliento era entrecortado entre sus labios, la sangre de la espalda teñía de rojo la hierba y la marca se aferraba a su piel de cisne, su inmortalidad se perdía para siempre y ahora sentía el dolor en otra dimensión, su cuerpo era más frágil y costaba más respirar. Lo escrutó, sabiendo que ansiaba de él en aquellos momentos, justo las palabras que lo atarian a Astaroth de una forma profunda y sutil, un lazo para él porque Astaroth jamás las olvidaría cuando manaran de sus labios. Percibia todavia su sexo dentro de él, se estremeció por otra ola de dolor y placer, un quejido fue arrancado de sus labios, acababa de perder todo pero habia sido su elección y viviria con ella pero no sería un caído, el precio por la traición sería entregar su inmortalidad y sus dones, no se creía merecedores de ellos ahora que traicionaba al Cielo y sus hermanos.
-Implacable hasta el final..-susurró, sabía que no lo soltaría ni saldría de él hasta que hablara, entrecerró sus orbes, notando los dedos de Astaroth sobre su rostro, estaba ansioso de conseguirlo y negarlo solo para salvarguardar los restos de las ruinas de su orgullo era de estúpido-te amo..-ni siquiera ahi vacilo la firme y profunda voz de Uriel, no le tembló el pulso, en pocas ocasiones vacilaba y aquella no era una de ellas. Inspiró despacio-ya lo has escuchado.-cerró los ojos y se llevo una mano al pecho, notando que la marca le ardía sobre su piel, la apretó pero esta continuaba hundiendose poco a poco, él en sería mas visible por su nacarado tono. Apartó los dedos, sintiendo que ya no escuchaba las voces de sus hermanos en su cabeza, de hecho...ya no podía escuchar absolutamente nada solo sus propios pensamientos.
Era como estar completamente aislado de la creacion, ya no formaba parte de ella y ni era su protector pero siempre le quedaria su sentido del deber y eso nadie se lo podia arrebatar. Abrió los ojos con esfuerzo, le costaba mantenerse en aquellos insntantes completamente consciente pero se aferraba al hilo de la realidad con fuerza, sobre todo porque estaba entre los brazos de Astaroth-ahora sacala y déjame descansar..-susurró, su tono era una orden, no se borraba una costumbre de milenios en pocos siglos-necesito descansar..-fruncio el ceño y cerro los ojos, despacio, la mano que habia estado en uno de lo shombros de astaroth comenzo a resbalar despacio hasta caer, el cielo se oscureció y comenzo a llover sobre ellos, quizas era una despedida para Uriel, el que fuera lider de los caballeros del cielo y el mas temido de los guerreros de las huestes, ahora exiliado para siempre y marcado como perjuro.
-Implacable hasta el final..-susurró, sabía que no lo soltaría ni saldría de él hasta que hablara, entrecerró sus orbes, notando los dedos de Astaroth sobre su rostro, estaba ansioso de conseguirlo y negarlo solo para salvarguardar los restos de las ruinas de su orgullo era de estúpido-te amo..-ni siquiera ahi vacilo la firme y profunda voz de Uriel, no le tembló el pulso, en pocas ocasiones vacilaba y aquella no era una de ellas. Inspiró despacio-ya lo has escuchado.-cerró los ojos y se llevo una mano al pecho, notando que la marca le ardía sobre su piel, la apretó pero esta continuaba hundiendose poco a poco, él en sería mas visible por su nacarado tono. Apartó los dedos, sintiendo que ya no escuchaba las voces de sus hermanos en su cabeza, de hecho...ya no podía escuchar absolutamente nada solo sus propios pensamientos.
Era como estar completamente aislado de la creacion, ya no formaba parte de ella y ni era su protector pero siempre le quedaria su sentido del deber y eso nadie se lo podia arrebatar. Abrió los ojos con esfuerzo, le costaba mantenerse en aquellos insntantes completamente consciente pero se aferraba al hilo de la realidad con fuerza, sobre todo porque estaba entre los brazos de Astaroth-ahora sacala y déjame descansar..-susurró, su tono era una orden, no se borraba una costumbre de milenios en pocos siglos-necesito descansar..-fruncio el ceño y cerro los ojos, despacio, la mano que habia estado en uno de lo shombros de astaroth comenzo a resbalar despacio hasta caer, el cielo se oscureció y comenzo a llover sobre ellos, quizas era una despedida para Uriel, el que fuera lider de los caballeros del cielo y el mas temido de los guerreros de las huestes, ahora exiliado para siempre y marcado como perjuro.
Invitado- Invitado
Re: Ajuste de cuentas [Priv.]
Inspiro fuertemente y asintio con el rostro una vez escucho aquellas palabras sin vacilacion. Sonreir como un tonto enamorado estaba fuera de lugar, al menos con ese hombre que tan rudo le ordenaba que lo dejase en paz....con lo empalagoso que podria llegar a ser el mismo caido. Sonrió para sus adentros, este era el hombre con el cual se habia obsesionado desde su temprana existencia asi que no podia negarle a Uriel un poco de descanso, despues de todo ahora su cuerpo era mas debil fisicamente y tambien su mente, por asi decirlo.
Obedeció a regañadientes y salió del interior del moreno reteniendo un gemido entre sus labios apretados. Se tendió a su lado mientras el cielo lloraba lagrimas frescas y cerró los ojos.
Se dice que un acto vale mas que mil palabras, Astaroth tomó a Uriel de la mano siendo esta la unica union por el momento y espero a que este quedase dormido para observarlo mientras tanto. Si lloveria largo y tendido, seguramente la congoja de un pobre viejo que acaba de perder a uno de sus hijos mas queridos.
Yo tambien te amo
Respondio tremulo asegurandose de que el otro hubiese caido finalmente dormido, aunque treinta minutos mas tarde, completamente empapados ambos decidió que no era una buena forma para Uriel empezar su vida mortal con un severo resfriado. Lo llevaria a su hogar, al infierno, lugar que conocia y que le disgustaba, pero estaba dormido y ahora no podia renegarle. Asi que lo alzo con gran facilidad sintiendo ese gran cuerpo mas liviano y se hundio en la tierra descendiendo lentamente direccion a su palacio infernal.
Una vez allí lo deposito en su cama arabesca entre suaves telas de varios colores no sin antes secar cada parte de su cuerpo meticulosamente con una pequeña toalla.
Obedeció a regañadientes y salió del interior del moreno reteniendo un gemido entre sus labios apretados. Se tendió a su lado mientras el cielo lloraba lagrimas frescas y cerró los ojos.
Se dice que un acto vale mas que mil palabras, Astaroth tomó a Uriel de la mano siendo esta la unica union por el momento y espero a que este quedase dormido para observarlo mientras tanto. Si lloveria largo y tendido, seguramente la congoja de un pobre viejo que acaba de perder a uno de sus hijos mas queridos.
Yo tambien te amo
Respondio tremulo asegurandose de que el otro hubiese caido finalmente dormido, aunque treinta minutos mas tarde, completamente empapados ambos decidió que no era una buena forma para Uriel empezar su vida mortal con un severo resfriado. Lo llevaria a su hogar, al infierno, lugar que conocia y que le disgustaba, pero estaba dormido y ahora no podia renegarle. Asi que lo alzo con gran facilidad sintiendo ese gran cuerpo mas liviano y se hundio en la tierra descendiendo lentamente direccion a su palacio infernal.
Una vez allí lo deposito en su cama arabesca entre suaves telas de varios colores no sin antes secar cada parte de su cuerpo meticulosamente con una pequeña toalla.
Astaroth- Cantidad de envíos : 195
Fecha de inscripción : 18/03/2012
Localización : Octavo circulo del Infierno
Re: Ajuste de cuentas [Priv.]
Uriel durmió varios dias seguidos sin despertarse mientras las cicatrices de su espalda de iban cerrando poco a poco pero quedaron rojas y pulsantes aunque con el tiempo serían unas lineas blancas sobre sus fuestes omoplatos. Su cuerpo continuaba nacarado pero ya no parecía estar hecho de diamante ni era tan pesado, la piel era mas tibia no tan fría como antes aunque sus rasgos de estatua griega continuaban ingualmente pétreos y hermosos. Su cuerpo ahora necesitaba más tiempo para recuperarse y regenarse, aunque su aroma continua siendo intenso, especial pero sin el toque divino aunque igualmente tentador para cualquier criatura sobrenatural. A la quinta noche sus ojos plateados se fueron abriendo, despacio, quedandose prendiendos en una de las paredes doradas de la habitacion donde reposaba, ladeó el rostro, mirando en torno suyo, lo último que recordaba era haber dicho que amaba a Astaroth y luego caer incosnciente entre sus brazos, desde luego ya no estaba en la tierra, lo sentía.
Con esfuerzo se sentó en la cama y bajó la vista el simbolor era claro en su pecho, lo rozó y apartó los dedos, nada era un sueño, ahora ya no tenia ni alas ni poderes, tan vulnerable como un humano...aunque no del todo, aun poseia algo divino dentro de el, su padre no quiso dejarlo del todo indefenso. Se puso en pie, controlando un ligero temblor que recorrió su cuerpo y desnudo fue hasta uno de los balcones, se asomó y vio que estaba en el Infierno, en el palacio de Astaroth. Sus ojos recorrieron el horizonte en llamas, conocía bien aquel lugar de desesperación y depravación.
-...Azufre y cenizas..-era el olor que venia cuando cambiaba el viento pero mientras solo se respiraba el aroma de las flores de los jardines de Astaroth. Uriel se giró y buscó unas prendas con las que cubrir su cuerpo, ya no podía crear nada, ni siquiera algo tan sencillo como la ropa. Encontro unos pantalones blancos, sueltos con un cinturon de plata pero nada para cubrir su parte de arriba, frunció el ceño apenas, sin armadura...no estaba cómodo, salió de la habitación, descalzo, se movía fluidamente y cuando torció una esquina se topo con varios de aquellos jovenes y hermoso demonios que eran soldados de Astaroth. Éstos se quedaron de piedra y de repente gritaron al reconocerlo, retrocediendo atropelladamente mientras Uriel avanzaba hacia ellos ominosamente. Apartó a uno de un empujón, arrojándolo contra una pared como si fuera un mosquito molesto. Echaba de menos no poder aniquilar con un dedo. El demonio gritó como si creyera que fuera a arder.
-Pandora-llamó a la pequeña, sabiendo que debía estar cerca.
Con esfuerzo se sentó en la cama y bajó la vista el simbolor era claro en su pecho, lo rozó y apartó los dedos, nada era un sueño, ahora ya no tenia ni alas ni poderes, tan vulnerable como un humano...aunque no del todo, aun poseia algo divino dentro de el, su padre no quiso dejarlo del todo indefenso. Se puso en pie, controlando un ligero temblor que recorrió su cuerpo y desnudo fue hasta uno de los balcones, se asomó y vio que estaba en el Infierno, en el palacio de Astaroth. Sus ojos recorrieron el horizonte en llamas, conocía bien aquel lugar de desesperación y depravación.
-...Azufre y cenizas..-era el olor que venia cuando cambiaba el viento pero mientras solo se respiraba el aroma de las flores de los jardines de Astaroth. Uriel se giró y buscó unas prendas con las que cubrir su cuerpo, ya no podía crear nada, ni siquiera algo tan sencillo como la ropa. Encontro unos pantalones blancos, sueltos con un cinturon de plata pero nada para cubrir su parte de arriba, frunció el ceño apenas, sin armadura...no estaba cómodo, salió de la habitación, descalzo, se movía fluidamente y cuando torció una esquina se topo con varios de aquellos jovenes y hermoso demonios que eran soldados de Astaroth. Éstos se quedaron de piedra y de repente gritaron al reconocerlo, retrocediendo atropelladamente mientras Uriel avanzaba hacia ellos ominosamente. Apartó a uno de un empujón, arrojándolo contra una pared como si fuera un mosquito molesto. Echaba de menos no poder aniquilar con un dedo. El demonio gritó como si creyera que fuera a arder.
-Pandora-llamó a la pequeña, sabiendo que debía estar cerca.
Invitado- Invitado
Re: Ajuste de cuentas [Priv.]
Las primeras noches no hizo otra cosa que estar al lado de Uriel y solo le permitia la entrada a Pandora. Ella le llevaba todo lo que necesitaba y se podria decir que ahora reinaba sobre los demas soldados que tenia bajo su cargo el principe infernal. No obstante pronto se requeria su presencia ante el los Chevalier y tuvo que ir a regañadientes para ver que majaderias tendria que escuchar de los otros demonios. Ni siquiera se molesto en avisar a sus subditos que Uriel no era ya peligro para ninguno, se divirtió pensando en lo que su sola presencia podria ocasionar en su estancia palaciega. Seria un largo tiempo fuera, quizas para cuando volviera Uriel seguia durmiendo.
Se molesto en cubrir sus piernas con unos pantalones bombachos de telas vaporosas y ligeramente transparentes y como parte superior unicamente se coloco la insignia, aquel cuervo que lo representaba. No necesitaba mas aderezos para esa insulsa reunion, los odiaba a todos tanto como lo odiaban a él, al menos en eso coincidian.
Mientras tanto Pandora disfrutaba de su reinado a causa de esa ausencia y mando organizar una fiesta de bienvenida. Si, una fiesta, ridicula habria dicho Astaroth, pero para ella divertida, pues podia dar rienda a su imaginacion. A Pandora le gustaba el color purpura, y se afano en que la fuente central en lugar de escupir sangre ininterrumpidamente hiciera que un liquido purpura saliera de ella, similar al agua de un lago, pero menos transparente. Adorno las escaleras con guirnaldas de rosas purpuras y negras, asi como las columnas en donde la naturaleza muerta ascendia estrechando su cerco punzante sobre la fria piedra. En el gran salon la mesa siempre estaba repleta de comida, de todos los estilos, sabores, tamaños y ya se hubo esmerado la muchacha para que no estuviera putrefacta. Ella era la unica que sabia que Uriel era un invitado de honor en aquel lugar y penso que este recibimiento haria que tuviese en Astaroth en mejor y mas alta estima....tampoco sabia lo que ambos sentian el uno por el otro y todo lo que se dijeron y compartieron.
A lo lejos la muchacha escucho una voz poderosa, rugir como un leon.
¿Ya? ¿Tan pronto?
Avanzo danzarina esquivando a los demonios mas debiles y asustadizos -los cuales solian ponerse siempre en el frente de la batalla o como cabezas de turco- que huian del antigua arcangel. Los mas viejos y experimentados lo miraban con verdadero odio y recelo, ocultos entre las sombras.
Aqui aqui!
Dijo la vivaz jovencita.
Pense que nunca te despertarias......pero te hemos preparado un bueeeen desayuno...ahora que eres....
Bajo la voz y se alzo como si tuviera pequeñas alas en los tobillos acercandosele al oido.
.....mortal....
Se giro y fue flotando direccion al comedor esperando que lo siguiera.
...tendras que alimentarte bien!
Y frente a él se abrió la amplia sala, adornada con lugubres pero elegantes colores. Una demonia que temblaba ligeramente sostenia una bandeja de plata y sobre ella una exquisita jarra que contenia el vino mas dulce fermentado en el averno. Otra gemela a su lado, mas segura y sin apartar la vista del frente contenia un vino blanco afrutado, favorito de los mortales que en alguna ocasion gozaron de la gracia de Astaroth.
Se molesto en cubrir sus piernas con unos pantalones bombachos de telas vaporosas y ligeramente transparentes y como parte superior unicamente se coloco la insignia, aquel cuervo que lo representaba. No necesitaba mas aderezos para esa insulsa reunion, los odiaba a todos tanto como lo odiaban a él, al menos en eso coincidian.
Mientras tanto Pandora disfrutaba de su reinado a causa de esa ausencia y mando organizar una fiesta de bienvenida. Si, una fiesta, ridicula habria dicho Astaroth, pero para ella divertida, pues podia dar rienda a su imaginacion. A Pandora le gustaba el color purpura, y se afano en que la fuente central en lugar de escupir sangre ininterrumpidamente hiciera que un liquido purpura saliera de ella, similar al agua de un lago, pero menos transparente. Adorno las escaleras con guirnaldas de rosas purpuras y negras, asi como las columnas en donde la naturaleza muerta ascendia estrechando su cerco punzante sobre la fria piedra. En el gran salon la mesa siempre estaba repleta de comida, de todos los estilos, sabores, tamaños y ya se hubo esmerado la muchacha para que no estuviera putrefacta. Ella era la unica que sabia que Uriel era un invitado de honor en aquel lugar y penso que este recibimiento haria que tuviese en Astaroth en mejor y mas alta estima....tampoco sabia lo que ambos sentian el uno por el otro y todo lo que se dijeron y compartieron.
A lo lejos la muchacha escucho una voz poderosa, rugir como un leon.
¿Ya? ¿Tan pronto?
Avanzo danzarina esquivando a los demonios mas debiles y asustadizos -los cuales solian ponerse siempre en el frente de la batalla o como cabezas de turco- que huian del antigua arcangel. Los mas viejos y experimentados lo miraban con verdadero odio y recelo, ocultos entre las sombras.
Aqui aqui!
Dijo la vivaz jovencita.
Pense que nunca te despertarias......pero te hemos preparado un bueeeen desayuno...ahora que eres....
Bajo la voz y se alzo como si tuviera pequeñas alas en los tobillos acercandosele al oido.
.....mortal....
Se giro y fue flotando direccion al comedor esperando que lo siguiera.
...tendras que alimentarte bien!
Y frente a él se abrió la amplia sala, adornada con lugubres pero elegantes colores. Una demonia que temblaba ligeramente sostenia una bandeja de plata y sobre ella una exquisita jarra que contenia el vino mas dulce fermentado en el averno. Otra gemela a su lado, mas segura y sin apartar la vista del frente contenia un vino blanco afrutado, favorito de los mortales que en alguna ocasion gozaron de la gracia de Astaroth.
Astaroth- Cantidad de envíos : 195
Fecha de inscripción : 18/03/2012
Localización : Octavo circulo del Infierno
Re: Ajuste de cuentas [Priv.]
Uriel sentía las miradas de odio sobre él, viejos demonios que sabían quien era y de lo que fue capaz de hacer, si habia un angel que aniquiló sin piedad a los demonios y destruyó ejércitos completos ese era Uriel. Sabia que seria cuestión de tiempo que todos suspieran de mortalidad y que los grandes señores, los grandes duques pusieran precio a su cabeza o lo que era mejor a todo su cuerpo completo, el demonio que tuviera a Uriel de mascota o prisionera se cubriría de gloria eterna. Pero mientras tanto, los demonios lo temían, continuaban teniendole un profundo miedo y Uriel no mostraba ni cautela y no se amedrentaba, no le daria razones a esos siervos menores para creer que podína ponerle una mano encima. Ladeó el rostro cuando la pequeña apareció, no habia cambiando en absoluto, continuaba siendo toda una descarada, no mostró sorpresa cuando ella le susurró aquellas palabras a sus oidos y la siguió por los pasillos descorados tran extragantemente, los demonios se apartaban, corriendo pero algunos, los mas antiguos se quedaban clavados en su sitio, viendolo pasar.
Uriel contemplo la sala y la comida sobre la mesa, guardando todavia silencio, ahora era mortal y necesitaba alimentar aquel cuerpo, era una molestia pero si no lo hacia aquella carne de debiletaria. Observó a las demonias que sostenían las jarras de vino y negó con la cabeza-Agua, fria y cristalina.-no era momento de beber, necesitaba mantener su mente clara y no creia que pudiera ahora tomar aquellos vinos infernales sin sufrir sus vergonzosas consecuencias, emborracharse no era su primera experiencia en la lista.
Se acomodó sobre uno de los cojines de terciopelo y observó todos aquellas manjares, muchas eran las leyendas sobre probar bocado en el hades pero Uriel sabía que las layes no lo afectaban del todo, comenzó por la fruta y la verduras, todavia sin tocar la carne, masticaba despacio, saboreando mientras sus ojos recorrian la decoracion y el techo de oro. Las demonias apenas se atrevian a acercarse a él que las ignoraba, su belleza demoniaca no lo conmovian, su gelidez era palpable. Poso los ojos en Pandora-Imagino que tu amo estará en sus asuntos-Astaroth no iba a frenar sus planes, de eso estaba completamente seguro ni tampoco detenerse por él. Cogió el plato de oro y puso exquisiteses sobre él-Muéstrame los jardines, Pandora.
Se puso en pie, la tela del pantalon fluyó en torno a sus largas y musculosas piernas, atravesó un arco y sus ojos plateados se posaron en las hermosas fuentes, avanzó hacia ellas, comiendo del plato....incluso en el Infierno habia belleza, solo habia estado en aquel palacio como prisionero, nunca como ¿invitado?....no sabía bien su condicion pero de momento no tenía cadenas sobre su cuerpo, se detuvo en el borde de una de las fuentes y mojo los dedos del piel derecho-Es cuestión de tiempo que otros principes infernales sepan que estoy aqui, Pandora.
Uriel contemplo la sala y la comida sobre la mesa, guardando todavia silencio, ahora era mortal y necesitaba alimentar aquel cuerpo, era una molestia pero si no lo hacia aquella carne de debiletaria. Observó a las demonias que sostenían las jarras de vino y negó con la cabeza-Agua, fria y cristalina.-no era momento de beber, necesitaba mantener su mente clara y no creia que pudiera ahora tomar aquellos vinos infernales sin sufrir sus vergonzosas consecuencias, emborracharse no era su primera experiencia en la lista.
Se acomodó sobre uno de los cojines de terciopelo y observó todos aquellas manjares, muchas eran las leyendas sobre probar bocado en el hades pero Uriel sabía que las layes no lo afectaban del todo, comenzó por la fruta y la verduras, todavia sin tocar la carne, masticaba despacio, saboreando mientras sus ojos recorrian la decoracion y el techo de oro. Las demonias apenas se atrevian a acercarse a él que las ignoraba, su belleza demoniaca no lo conmovian, su gelidez era palpable. Poso los ojos en Pandora-Imagino que tu amo estará en sus asuntos-Astaroth no iba a frenar sus planes, de eso estaba completamente seguro ni tampoco detenerse por él. Cogió el plato de oro y puso exquisiteses sobre él-Muéstrame los jardines, Pandora.
Se puso en pie, la tela del pantalon fluyó en torno a sus largas y musculosas piernas, atravesó un arco y sus ojos plateados se posaron en las hermosas fuentes, avanzó hacia ellas, comiendo del plato....incluso en el Infierno habia belleza, solo habia estado en aquel palacio como prisionero, nunca como ¿invitado?....no sabía bien su condicion pero de momento no tenía cadenas sobre su cuerpo, se detuvo en el borde de una de las fuentes y mojo los dedos del piel derecho-Es cuestión de tiempo que otros principes infernales sepan que estoy aqui, Pandora.
Invitado- Invitado
Re: Ajuste de cuentas [Priv.]
A Pandora le caia bien Uriel, ya lo habia demostrado la primera vez que lo dejó libre de su prision desafiando las ordenes de su amo. No le temia como a los otros, no por que fuera mortal, secreto que unicamente ella conocia, en el pasado tenia la certeza de que podria haberla eliminado facilmente y sin embargo tampoco lo temia, pues para ella el temor no era opcion....a diferencia de los demas presentes. Ella jugueteo un poco con la comida, no le resultaba para nada apetecible y se aburria viendo como el ex-arcangel comia con total solemnidad, asi que para cuando este sugirio que deseaba ver los jardines salto de su asiento y se puso rapidamente en marcha.
Como quieras!
Iba delante, atravesando un sombrio pasillo cuyas antorchas ofrecian un fuego azulado hasta que los arcos de piedra suplantaron una de las paredes dejando ver el inicio del mismo jardin. Este en esencia podria tratarse de un jardin normal, un jardin mortal, con su flora y su fauna, sin embargo no era asi. Habian arboles frondosos de grueso tronco en donde se veian ribeteado una silueta femenina cuyo rostro se encontraba desfigurado por la desesperacion, otras almas moraban en los troncos de diferentes arboles que conformaban un bosque escalofriante. Sin embargo sus copas eran de colores frios, violetas, blancos, azules, celestes y sus hojas caian y florecian instantaneamente dando un aspecto mullido y suave al suelo infernal.
La vegetacion que crecia bajo aquellos agonicos arboles era extensa y floral, habian unos enormes rosales de donde Pandora habia sacado la decoracion para el castillo asi como alguna que otra planta carnivora de un color rojo brillante, cuyo alimento no era otro que la misma sangre. Mas alla de la arboleda se veia el inicio de un lago de aguas cristalinas, la fuente que compartian los baños termales que poseia Astaroth.
Puede que ya sepan que estas aqui y por eso llamaron a mi amo a responder ante ello
Susurro con cierta malicia aunque luego camuflo su tono bajo una dulce sonrisa.
Pero eso no cambia nada, Astaroth es muy celoso y ahora que te tiene, ningun demonio se atrevera a ponerte una garra o un diente encima...a no ser que quieran cabrearlo claro.
Se encogio de hombros y continuo caminando hasta dejar atras aquellos arcos de tierra y pisar el mismo suelo del bosque. Si te quedabas en silencio podrias oir el lamento de aquellas cortezas hajadas asi como tambien algun ruidillo proviniente de los animales que por aqui se encontraban, todos ellos criaturas imposibles y desde luego infernales.
¿Te gusta lo que ves? Ya se que no estas muy acostumbrado a este tipo de belleza pero... ahora que estas asi, seras capaz de observar mas alla de lo que esta bien o lo que esta mal.
Como quieras!
Iba delante, atravesando un sombrio pasillo cuyas antorchas ofrecian un fuego azulado hasta que los arcos de piedra suplantaron una de las paredes dejando ver el inicio del mismo jardin. Este en esencia podria tratarse de un jardin normal, un jardin mortal, con su flora y su fauna, sin embargo no era asi. Habian arboles frondosos de grueso tronco en donde se veian ribeteado una silueta femenina cuyo rostro se encontraba desfigurado por la desesperacion, otras almas moraban en los troncos de diferentes arboles que conformaban un bosque escalofriante. Sin embargo sus copas eran de colores frios, violetas, blancos, azules, celestes y sus hojas caian y florecian instantaneamente dando un aspecto mullido y suave al suelo infernal.
La vegetacion que crecia bajo aquellos agonicos arboles era extensa y floral, habian unos enormes rosales de donde Pandora habia sacado la decoracion para el castillo asi como alguna que otra planta carnivora de un color rojo brillante, cuyo alimento no era otro que la misma sangre. Mas alla de la arboleda se veia el inicio de un lago de aguas cristalinas, la fuente que compartian los baños termales que poseia Astaroth.
Puede que ya sepan que estas aqui y por eso llamaron a mi amo a responder ante ello
Susurro con cierta malicia aunque luego camuflo su tono bajo una dulce sonrisa.
Pero eso no cambia nada, Astaroth es muy celoso y ahora que te tiene, ningun demonio se atrevera a ponerte una garra o un diente encima...a no ser que quieran cabrearlo claro.
Se encogio de hombros y continuo caminando hasta dejar atras aquellos arcos de tierra y pisar el mismo suelo del bosque. Si te quedabas en silencio podrias oir el lamento de aquellas cortezas hajadas asi como tambien algun ruidillo proviniente de los animales que por aqui se encontraban, todos ellos criaturas imposibles y desde luego infernales.
¿Te gusta lo que ves? Ya se que no estas muy acostumbrado a este tipo de belleza pero... ahora que estas asi, seras capaz de observar mas alla de lo que esta bien o lo que esta mal.
Astaroth- Cantidad de envíos : 195
Fecha de inscripción : 18/03/2012
Localización : Octavo circulo del Infierno
Re: Ajuste de cuentas [Priv.]
Uriel posó los plateados ojos en aquellos árboles pero no asomó ni una sola chispa de compasión en ellos, aquellas almas estaban condenadas en el Infierno conforma a las viejas leyes, estaban manchadas de pecados tan negros que merecían retorcerse en el jardín de un príncipe infernal y cada segundo se hacia una eternidad. Uriel mismo había tenido el poder de juzgar y condenar, seguramente en el Infierno vagaban criaturas que el mismo encadenó a los pozos infernales, incluido algún que otro hermano que en su tiempo realizó actos abominables a los ojos del creador. Los pies descalzos de Uriel hollaban las hojas y hasta su olfato llegaba el aroma de las rosas que era intenso y se mezclaba con el del azufre, lejano pero persistente en el aire. Aquel lugar poseía otro tipo de belleza muy diferente del Cielo pero al tiempo le recordaba mucho a Astaroth, las rosas violetas, las plantas carnivoras, algo hermoso, precioso pero rodeado de espinas que herían, sí, algo de la esencia de su hermano impregnaba todo aquel lugar y el gran palacio de estilo oriental.
Ladeó el rostro cuando ella hizo el último comentario y el antiguo ex arcangel casi sonríe-¿Más allá del bien y del mal? eso no existe Pandora, todo es una gran tablero de ajedrez donde se mueven fichas blancas y negras, el tablero es la creación y las fichas ya sabes quienes son. Algunos son reyes y otros peones, otros se quedan fuera temporalmente, algunos cambian de color y otros son comidos. No hay mas allá del bien y del mal, son eternos, igual que muerte y vida, luz y sombra-y se calló, era algo que siempre meditó. Llegaron hasta la zona de las aguas termales, Uriel creía que nada le quedaba por aprender mientras fue arcángel pero le quedaba la enseñanza de ser completamente humano y mortal, unas criaturas a las que nunca apreció ni tuvo confianza en ellas, demasiado frágiles y cambiantes pero su Señor le dio la forma de uno, razones tendría para ello.
-Pero en algo tienes razón-sus ojos se posaron de nuevo en la niña-ahora que soy mortal...algo más deberá haber para que estas criaturas sigan luchando y sigan aquí.
Se movieron de nuevo hacia uno de los grandes salientes y observaron la gran extensión del Infiernos, las torres de los señores infernales se alzaban sobre los páramos de fuego. Astaroth ahora lo protegía y en cierta forma le daba asilo, Uriel suspiró, poseía una gran memoria y el trence de perder las alas no borrar el hecho que le confesara que lo amaba, Astaroth sabía que él era incapaz de mentir o disimular, no estaba en su naturaleza aparentar nada. Las fuertes manos de Uriel se apoyaron en la balaustrada y sus plateados ojos se posaron en las figuras que guardaban las puertas del palacio-¿Tardará en regresar?-alzó la vista y sus orbes recorrieron el cielo, buscando el enorme corcel de Astaroth y sus cuerpos malolientes que tantas molestias le habían ocasionado en sus luchas.
Ladeó el rostro cuando ella hizo el último comentario y el antiguo ex arcangel casi sonríe-¿Más allá del bien y del mal? eso no existe Pandora, todo es una gran tablero de ajedrez donde se mueven fichas blancas y negras, el tablero es la creación y las fichas ya sabes quienes son. Algunos son reyes y otros peones, otros se quedan fuera temporalmente, algunos cambian de color y otros son comidos. No hay mas allá del bien y del mal, son eternos, igual que muerte y vida, luz y sombra-y se calló, era algo que siempre meditó. Llegaron hasta la zona de las aguas termales, Uriel creía que nada le quedaba por aprender mientras fue arcángel pero le quedaba la enseñanza de ser completamente humano y mortal, unas criaturas a las que nunca apreció ni tuvo confianza en ellas, demasiado frágiles y cambiantes pero su Señor le dio la forma de uno, razones tendría para ello.
-Pero en algo tienes razón-sus ojos se posaron de nuevo en la niña-ahora que soy mortal...algo más deberá haber para que estas criaturas sigan luchando y sigan aquí.
Se movieron de nuevo hacia uno de los grandes salientes y observaron la gran extensión del Infiernos, las torres de los señores infernales se alzaban sobre los páramos de fuego. Astaroth ahora lo protegía y en cierta forma le daba asilo, Uriel suspiró, poseía una gran memoria y el trence de perder las alas no borrar el hecho que le confesara que lo amaba, Astaroth sabía que él era incapaz de mentir o disimular, no estaba en su naturaleza aparentar nada. Las fuertes manos de Uriel se apoyaron en la balaustrada y sus plateados ojos se posaron en las figuras que guardaban las puertas del palacio-¿Tardará en regresar?-alzó la vista y sus orbes recorrieron el cielo, buscando el enorme corcel de Astaroth y sus cuerpos malolientes que tantas molestias le habían ocasionado en sus luchas.
Invitado- Invitado
Re: Ajuste de cuentas [Priv.]
Pandora escucho sin mirar al ex-angel su teoria sobre como funcionaban las cosas en este mundo, para este se reducia a un tablero de Ajedrez, curiosa comparacion aunque no menos cierta. ¿Habria pensado asi a raiz de su caida o ya pensaba asi antes cuando llevaba la gloria de Dios a sus espaldas? Quizas sus pensamientos, aquello que siempre habia reprimido por temor a las represalias divinas ahora soltaba al encontrar libre su lengua y su corazon. La niña se encogio de hombros como si eso no fuera para nada con ella y le sonrió entrelazando los dedos de las manos tras su espalda.
¿Vas a liderar un ejercito humano?
Pregunto la chiquilla con una media sonrisa en los labios, la idea de verlo beligerar con la fragbilidad que ahora desprendia le producia una risa dificil de disimular.
Lo siento...es que bueno veras....es dificil acostumbrarse a tu nueva esencia, a tu nuevo ser y....
Se cayó de inmediato sintiendo que la cara se le enrojecia por momentos y por zonas. Percibio la presencia de su señor detras de ella y como sobre sus hombros habia un peso extra, el de las manos de Astaroth que se apoyaban. Sin embargo lo unico que habia de él era un cuervo que estaba apoyado en una de las grandes ramas de aquellos angustiosos troncos.
Bueno señor Uriel....he de irme, tanto gusto en volverlo a ver!
Dijo la muchacha risueña volteandose para salir dando pequeños saltitos hacia donde estaban los grandes arcos. Entonces el cuervo revoloteó y apoyo sus pequeñas patitas en la barandilla de piedra. Miró con sus brillantes y malevolos ojos oscuros a Uriel y soltó un graznido antes de que su figura emplumada se desvaneciera en una nebilina oscura de la cual surgio el de carne y hueso. Sentado sobre aquella barandilla como un jovenzuelo despreocupado desperezo su moreno cuerpo y ladeo el rostro mirando a Uriel con sus implacables amatistas.
¿Como te sientes?
Pregunto primeramente examinando el cuerpo del caido con parsimonia disimulando la crispracion que presentaba su rostro puramente irritado y molesto. Hizo una mueca e inspiró largamente relajando asi las facciones. Aquella reunion practicamente fue una encerrona para Astaroth, trataron algunos temas sin importancia hasta llegar al asunto en cuestion. El lider de los caballeros del cielo ya no era una amenaza y los rumores desembocaron en que el alma de este, el cuerpo del caido y la conciencia del mismo se encontraban en el palacio de Astaroth. Por supuesto deseaban ponerle las manos encima, ajusticiarlo, dominarlo y humillarlo...Uriel habia mandando al olvido a mucho de los siervos de lores y generales infernales.
Al parecer eres un objeto muy codiciado en el infierno... y al parecer son reacios a entender cuanto me perteneces.
Se irguió poniendose de pie y se acercó a Uriel, alzando la mano para rozarle la barbilla con los dedos. Su voz se suavizo dejando atras aquel despotismo, tan acostumbrado a tratar rudamente con él, como cuando peleaban a vida o muerte...pero ahora las cosas eran distintas, serian distintas.
Estaras mas seguro en la tierra que aqui...y estoy seguro que no deseas seguir mas tiempo en este lugar...
¿Vas a liderar un ejercito humano?
Pregunto la chiquilla con una media sonrisa en los labios, la idea de verlo beligerar con la fragbilidad que ahora desprendia le producia una risa dificil de disimular.
Lo siento...es que bueno veras....es dificil acostumbrarse a tu nueva esencia, a tu nuevo ser y....
Se cayó de inmediato sintiendo que la cara se le enrojecia por momentos y por zonas. Percibio la presencia de su señor detras de ella y como sobre sus hombros habia un peso extra, el de las manos de Astaroth que se apoyaban. Sin embargo lo unico que habia de él era un cuervo que estaba apoyado en una de las grandes ramas de aquellos angustiosos troncos.
Bueno señor Uriel....he de irme, tanto gusto en volverlo a ver!
Dijo la muchacha risueña volteandose para salir dando pequeños saltitos hacia donde estaban los grandes arcos. Entonces el cuervo revoloteó y apoyo sus pequeñas patitas en la barandilla de piedra. Miró con sus brillantes y malevolos ojos oscuros a Uriel y soltó un graznido antes de que su figura emplumada se desvaneciera en una nebilina oscura de la cual surgio el de carne y hueso. Sentado sobre aquella barandilla como un jovenzuelo despreocupado desperezo su moreno cuerpo y ladeo el rostro mirando a Uriel con sus implacables amatistas.
¿Como te sientes?
Pregunto primeramente examinando el cuerpo del caido con parsimonia disimulando la crispracion que presentaba su rostro puramente irritado y molesto. Hizo una mueca e inspiró largamente relajando asi las facciones. Aquella reunion practicamente fue una encerrona para Astaroth, trataron algunos temas sin importancia hasta llegar al asunto en cuestion. El lider de los caballeros del cielo ya no era una amenaza y los rumores desembocaron en que el alma de este, el cuerpo del caido y la conciencia del mismo se encontraban en el palacio de Astaroth. Por supuesto deseaban ponerle las manos encima, ajusticiarlo, dominarlo y humillarlo...Uriel habia mandando al olvido a mucho de los siervos de lores y generales infernales.
Al parecer eres un objeto muy codiciado en el infierno... y al parecer son reacios a entender cuanto me perteneces.
Se irguió poniendose de pie y se acercó a Uriel, alzando la mano para rozarle la barbilla con los dedos. Su voz se suavizo dejando atras aquel despotismo, tan acostumbrado a tratar rudamente con él, como cuando peleaban a vida o muerte...pero ahora las cosas eran distintas, serian distintas.
Estaras mas seguro en la tierra que aqui...y estoy seguro que no deseas seguir mas tiempo en este lugar...
Astaroth- Cantidad de envíos : 195
Fecha de inscripción : 18/03/2012
Localización : Octavo circulo del Infierno
Re: Ajuste de cuentas [Priv.]
Uriel casi rió por la sugerencia de Pandora, ¿forma un ejercito? por supuesto que no, él ya había sido lider del ejército más grande conocido y no se veía al mando de un puñado de frágiles humanos cuando siendo él mismo uno carecía de todo poder pero sin embargo acumulaba una cantidad de experiencia y conocimientos que pocos seres en vida podían igualar. Existían distintas formas de luchar, hasta ahora había usado la más violenta pero no estaba completamente desarmado. Dejó que los pensamientos de la niña demonio discurrieran por los caminos equivocados, no pensaba contradecirla, después de todo ella solo le debía fidelidad a su amo y no era su confidente aunque Uriel se sabía en deuda con ella por liberarlo de la prisión cuando estuvo prisionero de Astaroth, imaginaba que aquella osadía le costó un severo castigo.
Entrecerró los ojos cuando ella se interrumpió y se disculpó para apresuramente abandonar el lugar. Uriel ladeó el rostro y posó sus orbes plateados en el cuervo que se acercó, posándose en la barandilla para luego convertirse en la formidable figura de Astaroth, buscó sus ojos amatistas, aquellos ojos tan especiales que ninguno de sus otros hermanos poseía, la piel chocolate relucía levemente, lustrosa..y suave, sabía que era muy tersa porque lo había abrazado mientras perdía su virginidad entre sus manos y los ojos del mismo Cielo. Se limitó a alzar una ceja cuando escuchó sus palabras, aquellos no representaba ningún tipo de sorpresa para él, no se movió cuando los dedos de Astaroth tocaron su marcada barbilla.
-Ambos sabíamos que sería así, he matado a muchos de ellos y otros tantos los he condenado a estos páramos-alzó la mano derecha y le agarró con fuerza la muñeca a Astaroth, escrutándolo penetrantemente-Ni siquiera tú con todo tu poder podrías hacer frente a todo el Infierno...-susurró-Y yo tampoco deseo verte herido o destruido-tiró de su mano hacia él, logrando que Astaroth se acercara, su rostro se inclinó ligeramente hacia su hermano-Sabes que no me gusta este lugar, no pertenezco a él-suspiró-a pesar de su horrible belleza..aquí sería una presa demasiado fácil, mi aroma destaca sobre todas las criaturas.
Soltó su muñeca y sus dedos volaron al ancho pecho de Astaroth, acariciando el pectoral a la altura de su corazón en silencio, durante un largo minuto-Debemos separarnos...un tiempo al menos-apretó los dientes, aquello lo molestaba aunqe no lo dijera, habían estado siglos separados y ahroa que él renunciaba a sus alas, debían alejarse de nuevo.
Entrecerró los ojos cuando ella se interrumpió y se disculpó para apresuramente abandonar el lugar. Uriel ladeó el rostro y posó sus orbes plateados en el cuervo que se acercó, posándose en la barandilla para luego convertirse en la formidable figura de Astaroth, buscó sus ojos amatistas, aquellos ojos tan especiales que ninguno de sus otros hermanos poseía, la piel chocolate relucía levemente, lustrosa..y suave, sabía que era muy tersa porque lo había abrazado mientras perdía su virginidad entre sus manos y los ojos del mismo Cielo. Se limitó a alzar una ceja cuando escuchó sus palabras, aquellos no representaba ningún tipo de sorpresa para él, no se movió cuando los dedos de Astaroth tocaron su marcada barbilla.
-Ambos sabíamos que sería así, he matado a muchos de ellos y otros tantos los he condenado a estos páramos-alzó la mano derecha y le agarró con fuerza la muñeca a Astaroth, escrutándolo penetrantemente-Ni siquiera tú con todo tu poder podrías hacer frente a todo el Infierno...-susurró-Y yo tampoco deseo verte herido o destruido-tiró de su mano hacia él, logrando que Astaroth se acercara, su rostro se inclinó ligeramente hacia su hermano-Sabes que no me gusta este lugar, no pertenezco a él-suspiró-a pesar de su horrible belleza..aquí sería una presa demasiado fácil, mi aroma destaca sobre todas las criaturas.
Soltó su muñeca y sus dedos volaron al ancho pecho de Astaroth, acariciando el pectoral a la altura de su corazón en silencio, durante un largo minuto-Debemos separarnos...un tiempo al menos-apretó los dientes, aquello lo molestaba aunqe no lo dijera, habían estado siglos separados y ahroa que él renunciaba a sus alas, debían alejarse de nuevo.
Invitado- Invitado
Página 1 de 2. • 1, 2
Temas similares
» Duda sobre cuentas de usuario
» All you need is.... SEX - priv +18-
» Beyond Redemption - Priv -
» Enchaîné -priv-
» Wings [Priv.]
» All you need is.... SEX - priv +18-
» Beyond Redemption - Priv -
» Enchaîné -priv-
» Wings [Priv.]
Damned Souls :: :: ● Otros Sitios del Mundo ● :: ● AMÉRICA ● :: ••【 Los Angeles City 】•• :: ● HOLLYWOOD HILLS ●
Página 1 de 2.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Jue Mayo 24, 2018 10:09 am por Kenneth Shaw
» Disenchanted [Adrian]
Jue Mayo 24, 2018 7:15 am por Kenneth Shaw
» Links caídos.
Miér Nov 16, 2016 2:25 pm por Leonor Regnault
» Registro de Avatares - OBLIGATORIO
Miér Nov 16, 2016 2:11 pm por Leonor Regnault
» Water Into Wine {Priv: Dennis JonBenét}
Jue Mayo 26, 2016 3:53 pm por Dennis JonBenét
» New Beginning
Jue Abr 21, 2016 2:04 pm por Garret Giordano
» Reconsiderando...
Vie Abr 15, 2016 12:53 pm por Sammael
» Leviathan (Liv Yatan)
Miér Abr 13, 2016 10:34 am por Leviathan
» World of Shadows (normal)
Vie Abr 08, 2016 10:24 am por Invitado