Conectarse
Invierno
Últimos temas
El llamador de Ángeles (Ha Neul/Gabriel)
Damned Souls :: :: ● Otros Sitios del Mundo ● :: ● AMÉRICA ● :: ••【 Los Angeles City 】•• :: ● SUNSET STRIP ●
Página 1 de 1.
El llamador de Ángeles (Ha Neul/Gabriel)
Dicen que no hay nada como los recuerdos…
Fotografías, joyas, amuletos y reliquias que se guardan porque nos hacen rememorar.
Y aunque a nosotros no nos estaba permitido tener posesiones materiales... Yo me había saltado aquella norma por tan solo un pequeño objeto...
Un objeto que tenia muchísimos mas años que los humanos que caminaban por mi lado, y que me recordaba tiempos antiguos, e incluso mas civilizados que los actuales...
Aquel día caminaba por aquella calle sin prestar mucha atención, pues miraba mi colgante con algo de tristeza.
El llamador de ángeles que solía llevar siempre conmigo reposaba ahora en mi mano, pues la cadena que la sostenía había cedido hasta romperse.
La había cambiado unas tres o cuatro veces, pero esta ultima bastante había resistido! Si mi memoria no fallaba, me atrevía a decir que había durado unos doscientos setenta y ocho años. Aunque lo que más me relajaba y alegraba era que el llamador estaba en perfectas condiciones y eso que con lo antigua que era se podía tratar ya como una reliquia.
Observe aquel objeto tan similar a un cascabel. Se trataba de una joya sencilla, con algunos decorados tallados en el metal, pero aun así, su brillo y la limpieza de sus tallados y formas seguía estando como el primer día, como si no hubiese pasado el tiempo.
Aun recordaba el día en que me lo habían regalado. Había sido el gesto más bonito que alguien había tenido conmigo, y aunque no debía tener posesiones materiales había decidido quedármelo como un recuerdo, pues tenía gran valor sentimental para mí. No todos los días podía decir que aun albergaba el regalo de un amigo!...Me preguntaba con frecuencia que habría sido de ella...No lo sabia, pero albergaba la esperanza de que hubiese tenido una vida feliz.
Solté un suspiro,y cual distraida que iba la cadena cayo de mis manos. Pare para recogerla y la guardé en mi bolsillo para no perderla, quedándome con el llamador entre mis dedos. Volví a erguirme y fue entonces cuando me fije en donde me ubicaba. Aquella calle albergaba algunas tiendas, y la gente paseaba con calma entrando en una y saliendo de otra.
Frente mío, un escaparate mostraba diversos objetos que no eran tan comunes como los de las tiendas contiguas. Asi que me acerque un poco para observarlos con mas detenimiento.
Ohh! Que bonito! Solte un tanto espontanea,pues los diversos objetos que allí se mostraban parecían muy curiosos. Algunos elementos eran brillantes con diversos cristales de colores, otros parecían de aspecto artesanal, fije mi atención en los atrapadores de sueños y luego en los llamadores de ángeles. Una amplia sonrisa apareció en mi rostro, aquellos eran diferentes al mío, pero aun así habían llamado mi atención, mire el cartel de la tienda algo pensativa. No debía husmear, no era de mi incumbencia….Pero no podía evitar sentir curiosidad por aquello. Una sonrisa picara salió de mis labios y me adentre en aquella tienda, haciendo sonar la campanilla de la entrada. Después de todo, solo que quería observar, y con ello no incordiaria a nadie....¿no?
-Mmmm Hola? … Me asome un poco. En la trastienda se escuchaban algunos ruidos, posiblemente habría alguien allí. Pero como tampoco venia en calidad de cliente, me encogí de hombros y comencé a pasear por los pasillos, inclinándome para mirar las pequeñas figuritas de madera y los colgantes con bonitas piedras de colores talladas. Una de las figuritas tenía forma de ángel y me hizo sonreír. Claro que aquel tenía un rostro de un pequeño niño alegre…Eso me dejo pensativa, siempre se pensaba que los ángeles eran la alegría personificada, pero algunos de mis hermanos estaban constantemente malhumorados. No todos los ángeles eran siempre como se les describían en los cuentos…Algunos eran serios y a veces inflexibles….
Toque la figurita y esta se cayó hacia un lado, haciendo que las figuras de su alrededor cayesen también en un efecto dómino hasta voltear un pequeño cuenco que albergaba agua y pétalos de flores, quizás en modo de ambientador o algo así.
Me mordí los labios y parpadee…Si, unos ángeles eran serios e inflexibles y otros -como me sentía yo en este instante- eran a veces demasiado curiosos y metían la pata…
Se oyeron unos ruidos cercanos y yo me apresure en dirigirme hacia el cuenco que había hecho voltear sin querer. Lo sujete con una mano y comencé a tomar los pétalos con la otra, tomándolos rápidamente para ponerlos dentro del mismo, no quería llamar la atención así que tenia que darme prisa en recogerlo. Hice que el agua derramada tomase aspecto de pequeñas burbujas que pensaba depositar dentro de aquel recipiente. Pero me estaban faltando manos y el llamador de ángeles que aun sostenía entre mis dedos resbalo, rodando lejos por el suelo ante mi gesto -que ahora que se acercaban unos pasos- comenzaba a desesperar...
Fotografías, joyas, amuletos y reliquias que se guardan porque nos hacen rememorar.
Y aunque a nosotros no nos estaba permitido tener posesiones materiales... Yo me había saltado aquella norma por tan solo un pequeño objeto...
Un objeto que tenia muchísimos mas años que los humanos que caminaban por mi lado, y que me recordaba tiempos antiguos, e incluso mas civilizados que los actuales...
Aquel día caminaba por aquella calle sin prestar mucha atención, pues miraba mi colgante con algo de tristeza.
El llamador de ángeles que solía llevar siempre conmigo reposaba ahora en mi mano, pues la cadena que la sostenía había cedido hasta romperse.
La había cambiado unas tres o cuatro veces, pero esta ultima bastante había resistido! Si mi memoria no fallaba, me atrevía a decir que había durado unos doscientos setenta y ocho años. Aunque lo que más me relajaba y alegraba era que el llamador estaba en perfectas condiciones y eso que con lo antigua que era se podía tratar ya como una reliquia.
Observe aquel objeto tan similar a un cascabel. Se trataba de una joya sencilla, con algunos decorados tallados en el metal, pero aun así, su brillo y la limpieza de sus tallados y formas seguía estando como el primer día, como si no hubiese pasado el tiempo.
Aun recordaba el día en que me lo habían regalado. Había sido el gesto más bonito que alguien había tenido conmigo, y aunque no debía tener posesiones materiales había decidido quedármelo como un recuerdo, pues tenía gran valor sentimental para mí. No todos los días podía decir que aun albergaba el regalo de un amigo!...Me preguntaba con frecuencia que habría sido de ella...No lo sabia, pero albergaba la esperanza de que hubiese tenido una vida feliz.
Solté un suspiro,y cual distraida que iba la cadena cayo de mis manos. Pare para recogerla y la guardé en mi bolsillo para no perderla, quedándome con el llamador entre mis dedos. Volví a erguirme y fue entonces cuando me fije en donde me ubicaba. Aquella calle albergaba algunas tiendas, y la gente paseaba con calma entrando en una y saliendo de otra.
Frente mío, un escaparate mostraba diversos objetos que no eran tan comunes como los de las tiendas contiguas. Asi que me acerque un poco para observarlos con mas detenimiento.
Ohh! Que bonito! Solte un tanto espontanea,pues los diversos objetos que allí se mostraban parecían muy curiosos. Algunos elementos eran brillantes con diversos cristales de colores, otros parecían de aspecto artesanal, fije mi atención en los atrapadores de sueños y luego en los llamadores de ángeles. Una amplia sonrisa apareció en mi rostro, aquellos eran diferentes al mío, pero aun así habían llamado mi atención, mire el cartel de la tienda algo pensativa. No debía husmear, no era de mi incumbencia….Pero no podía evitar sentir curiosidad por aquello. Una sonrisa picara salió de mis labios y me adentre en aquella tienda, haciendo sonar la campanilla de la entrada. Después de todo, solo que quería observar, y con ello no incordiaria a nadie....¿no?
-Mmmm Hola? … Me asome un poco. En la trastienda se escuchaban algunos ruidos, posiblemente habría alguien allí. Pero como tampoco venia en calidad de cliente, me encogí de hombros y comencé a pasear por los pasillos, inclinándome para mirar las pequeñas figuritas de madera y los colgantes con bonitas piedras de colores talladas. Una de las figuritas tenía forma de ángel y me hizo sonreír. Claro que aquel tenía un rostro de un pequeño niño alegre…Eso me dejo pensativa, siempre se pensaba que los ángeles eran la alegría personificada, pero algunos de mis hermanos estaban constantemente malhumorados. No todos los ángeles eran siempre como se les describían en los cuentos…Algunos eran serios y a veces inflexibles….
Toque la figurita y esta se cayó hacia un lado, haciendo que las figuras de su alrededor cayesen también en un efecto dómino hasta voltear un pequeño cuenco que albergaba agua y pétalos de flores, quizás en modo de ambientador o algo así.
Me mordí los labios y parpadee…Si, unos ángeles eran serios e inflexibles y otros -como me sentía yo en este instante- eran a veces demasiado curiosos y metían la pata…
Se oyeron unos ruidos cercanos y yo me apresure en dirigirme hacia el cuenco que había hecho voltear sin querer. Lo sujete con una mano y comencé a tomar los pétalos con la otra, tomándolos rápidamente para ponerlos dentro del mismo, no quería llamar la atención así que tenia que darme prisa en recogerlo. Hice que el agua derramada tomase aspecto de pequeñas burbujas que pensaba depositar dentro de aquel recipiente. Pero me estaban faltando manos y el llamador de ángeles que aun sostenía entre mis dedos resbalo, rodando lejos por el suelo ante mi gesto -que ahora que se acercaban unos pasos- comenzaba a desesperar...
Invitado- Invitado
Re: El llamador de Ángeles (Ha Neul/Gabriel)
Estaba concentrada en lo que estaba haciendo como si la vida me fuera en ello. No estaba haciendo una operación a vida o muerte, pero en mi fuero interno esa era la sensación que me daba. Estaba cuidando a una azalea que se había puesto enferma y que había tenido que trasplantar. Cada vez que una planta se trasplantaba terminaba con las raíces tocadas y muchas veces terminaban mustias, incluso pudiendo a llegar a morir, por lo que intentaba haciendo con el más sumo de los cuidados. La tienda había estado bastante tranquila por lo que me había decidido a aquello en ese momento justo en el que sabía por experiencia que nadie se haría acto de presencia por allí porque seguramente estaban más ocupados yendo a tomarse un café o a comprarse ropa. El sonido de la puerta me distrajo por un momento, estando a punto de provocar un auténtico estropicio, pero pude controlarlo en el último momento dejando escapar un suspiro de alivio.
Tardé unos minutos más en asegurarme que se encontraba bien y en dejar que parte de la energía que se encontraba a mí alrededor pasara a la planta que pareció resplandecer por un momento y que me arrancó una sonrisa. Eran tan agradecidas… no entendía por qué la humanidad se había empeñado en arrasar con la Naturaleza cuando con unos simples cuidados nos daban mucho más de lo que muchos humanos eran capaces de otorgarnos. Pasaba lo mismo con los animales, que muchas veces arrancaban sonrisas simplemente con su presencia. Al menso a mí me sucedía lo mismo. El problema es que estaba claro que yo era más bien un caso único en todo aquel mundo en el que nos encontrábamos.
Estaba justo saliendo por la puerta de la trastienda cuando el sonido de varios objetos cayéndose me alarmó. Sabía que muchas veces entraban en la tienda jovencitas que no tenían ni una pizca de cuidado, que terminaban rompiendo más de una cosa y que después simplemente se olvidaban de ello, saliendo corriendo sin mirar atrás. No era la primera, ni la última vez. El problema de regentar ese tipo de tiendas era que entraba todo tipo de personas y de seres. Era como un foco que aunque tranquilo la mayor parte de las ocasiones podía terminar en problemas si la otra persona no entendía un poco de la ética de esos lugares. Y la mayor parte de la gente se había olvidado por completo lo que significaba la hospitalidad.
Respiré hondo por un instante mientras me dirigía hacia el lugar de donde había venido el ruido, esperándome lo peor. La realidad, sin embargo, fue muy diferente a lo que me esperaba. Una joven rubia se encontraba arrodilla intentando recoger el cuenco con agua y flores que solía usar para dar un poco de olor a la tienda más allá del de polvo en ocasiones o el incienso que de vez en cuando dejaba que fluyera cuando el lugar necesitaba una limpieza o cuando yo misma necesitaba relajarme. Pero no fue eso lo que llamó mi atención, sino el hecho de que pequeñas burbujas de agua flotaran a su alrededor y la presencia que de repente me golpeó con fuerza, como hacía mucho que no sucedía.
No estaba ante una humana normal, tampoco era una hechicera, era algo más, algo mucho más poderoso. Fue entonces cuando noté un pequeño golpecito contra mis pies tras un ligero tintineo que me resultaba conocido. Al bajar la mirada me encontré con lo que a simple vista parecía una esfera plateada, algo similar a un cascabel, pero sabía que no tenía nada que ver. Me agaché entonces para recogerlo quedándome por un momento inmóvil por completo porque ese objeto, el mismo que ahora mismo descansaba entre mis manos, me resultaba extremadamente conocido.
— ¿Qué…?— susurré, sin llegar a terminar la frase todavía agachada como estaba, alzando la mirada hacia la mujer intentando encontrar una respuesta. Aquel objeto había sido cambiado de manos hacía demasiado tiempo, pero seguía presente en mi mente porque había sido entregado a una de las personas que más me habían marcado en mi vida, pero… ¿sería el mismo o la imaginación me estaba jugando una mala pasada?
Tardé unos minutos más en asegurarme que se encontraba bien y en dejar que parte de la energía que se encontraba a mí alrededor pasara a la planta que pareció resplandecer por un momento y que me arrancó una sonrisa. Eran tan agradecidas… no entendía por qué la humanidad se había empeñado en arrasar con la Naturaleza cuando con unos simples cuidados nos daban mucho más de lo que muchos humanos eran capaces de otorgarnos. Pasaba lo mismo con los animales, que muchas veces arrancaban sonrisas simplemente con su presencia. Al menso a mí me sucedía lo mismo. El problema es que estaba claro que yo era más bien un caso único en todo aquel mundo en el que nos encontrábamos.
Estaba justo saliendo por la puerta de la trastienda cuando el sonido de varios objetos cayéndose me alarmó. Sabía que muchas veces entraban en la tienda jovencitas que no tenían ni una pizca de cuidado, que terminaban rompiendo más de una cosa y que después simplemente se olvidaban de ello, saliendo corriendo sin mirar atrás. No era la primera, ni la última vez. El problema de regentar ese tipo de tiendas era que entraba todo tipo de personas y de seres. Era como un foco que aunque tranquilo la mayor parte de las ocasiones podía terminar en problemas si la otra persona no entendía un poco de la ética de esos lugares. Y la mayor parte de la gente se había olvidado por completo lo que significaba la hospitalidad.
Respiré hondo por un instante mientras me dirigía hacia el lugar de donde había venido el ruido, esperándome lo peor. La realidad, sin embargo, fue muy diferente a lo que me esperaba. Una joven rubia se encontraba arrodilla intentando recoger el cuenco con agua y flores que solía usar para dar un poco de olor a la tienda más allá del de polvo en ocasiones o el incienso que de vez en cuando dejaba que fluyera cuando el lugar necesitaba una limpieza o cuando yo misma necesitaba relajarme. Pero no fue eso lo que llamó mi atención, sino el hecho de que pequeñas burbujas de agua flotaran a su alrededor y la presencia que de repente me golpeó con fuerza, como hacía mucho que no sucedía.
No estaba ante una humana normal, tampoco era una hechicera, era algo más, algo mucho más poderoso. Fue entonces cuando noté un pequeño golpecito contra mis pies tras un ligero tintineo que me resultaba conocido. Al bajar la mirada me encontré con lo que a simple vista parecía una esfera plateada, algo similar a un cascabel, pero sabía que no tenía nada que ver. Me agaché entonces para recogerlo quedándome por un momento inmóvil por completo porque ese objeto, el mismo que ahora mismo descansaba entre mis manos, me resultaba extremadamente conocido.
— ¿Qué…?— susurré, sin llegar a terminar la frase todavía agachada como estaba, alzando la mirada hacia la mujer intentando encontrar una respuesta. Aquel objeto había sido cambiado de manos hacía demasiado tiempo, pero seguía presente en mi mente porque había sido entregado a una de las personas que más me habían marcado en mi vida, pero… ¿sería el mismo o la imaginación me estaba jugando una mala pasada?
Invitado- Invitado
Re: El llamador de Ángeles (Ha Neul/Gabriel)
Entre mi torpeza y la desesperación por sentir aquellos pasos acercarse, note que no me daba tiempo a salir de allí antes de que se diesen cuenta. Aquella persona estaba detrás de mi.
Me mordí los labios.
"Vale me han pillado, me disculpare, recogeré esto y desapareceré de aquí…."pensé.
-Ahm…Lo siento mucho, ha sido culpa mía…estaba mirando unas cosas, y de pronto el ángel…bueno aquella figurita…jejeje comencé a reír al ponerme nerviosa. lo que quería decir es que…Mi voz se vio entrecortada cuando gire el rostro para ver a aquella joven, que acuclillada a poca distancia mía, tenía entre sus manos mi llamador. Sin embargo no fue aquello lo que me desarmo completamente, sino el hecho de ver a alguien que yo conocía…alguien que conocía demasiado bien…Claro que de eso hacía ya muchos siglos. ¿cómo era posible?
Las burbujas de agua que aun flotaban a mi alrededor cayeron precipitadamente empapándolo todo, pero ni siquiera me preocupo en aquel momento, y eso que debíamos extremar los cuidados para que nadie nos viese nunca usando nuestros poderes.
Le contemple totalmente sorprendida, y me acerqué arrodillada como estaba hacia ella. Quedándome en silencio un instante mientras observaba aquellos ojos brillantes.
Intente gesticular, decir algo, pero ninguna palabra salió de mis labios, era como si el tiempo se hubiese detenido, como si de pronto nos encontrásemos en otra época, en otro lugar, en donde incluso mi aspecto era distinto…
Tome su rostro con ambas manos y sonreí sin creérmelo, ¿era posible que fuese ella? ¿Era posible que fuese aquella dulce joven con extraordinarios poderes, que había conocido hacia ya tantos siglos? ¿Aquella con la que habíamos compartido tantos momentos y con la que nos habíamos visto inmersos en tantos problemas?.... Algo me decía que si, que debía ser ella, esa energía que desprendía y esa mirada era inconfundible. Aunque la duda de que fuese una descendiente me atormentaba.
¿Y si fuese eso? , ¿alguien con su misma energía y con la misma aura?... En ese caso me veía inspeccionando a una extraña, analizando y sujetando el cálido y bello rostro... de una extraña.
Le solté y parpadeé, dándome cuenta de que me había quedado ahí sin sujetandole extasiada, como si el tiempo no siguiese su curso. Me puse en pie con rapidez y le mire hacia abajo con cierta verguenza.
-Oh, yo lo siento mucho! No quería causar tal estropicio…Sera mejor que me marche. Comente con la cabeza gacha mientras me dirigía sin dilación hacia la salida. Llegue hasta la puerta y deje mi mano sobre el pomo.
¿Es que estaba huyendo?...¿porque quería huir?...Tal vez porque prefería pensar que aquella joven era una extraña, quizás porque la idea de que ella siguiese viva era algo que me sorprendía demasiado….Quizás…porque si se trataba de quien yo pensaba, debía más de una explicación, empezando por mi desaparición sin más de su vida…Y aunque no era algo que me gustase reconocer, temía su desprecio o su odio hacia mi…
Sonreí con cierto pesar y solté el pomo de la puerta, muchas cosas habían pasado en todos este tiempo y sin darme cuenta, habían transcurrido más de seis siglos como si tan solo fuesen un suspiro... Aquella joven aun tenía mi llamador entre sus manos, asi que fuese ella o no, aun no me podia ir.
En aquel momento recordé cuando me enviaron a buscar a aquella joven por primera vez, y tambien el modo en el que intente descubrir si se trataba de la hechicera que me habían mandado a proteger...
Busco el susurro…
de aquella que lleva consigo una marca,
dicen que su voz es apenas un murmullo…
Dime…Eres tu quien maneja las aguas?
Gire el rostro para mirarla. Ha Neul…Oh mi pequeña…Eres realmente tu?...
Me mordí los labios.
"Vale me han pillado, me disculpare, recogeré esto y desapareceré de aquí…."pensé.
-Ahm…Lo siento mucho, ha sido culpa mía…estaba mirando unas cosas, y de pronto el ángel…bueno aquella figurita…jejeje comencé a reír al ponerme nerviosa. lo que quería decir es que…Mi voz se vio entrecortada cuando gire el rostro para ver a aquella joven, que acuclillada a poca distancia mía, tenía entre sus manos mi llamador. Sin embargo no fue aquello lo que me desarmo completamente, sino el hecho de ver a alguien que yo conocía…alguien que conocía demasiado bien…Claro que de eso hacía ya muchos siglos. ¿cómo era posible?
Las burbujas de agua que aun flotaban a mi alrededor cayeron precipitadamente empapándolo todo, pero ni siquiera me preocupo en aquel momento, y eso que debíamos extremar los cuidados para que nadie nos viese nunca usando nuestros poderes.
Le contemple totalmente sorprendida, y me acerqué arrodillada como estaba hacia ella. Quedándome en silencio un instante mientras observaba aquellos ojos brillantes.
Intente gesticular, decir algo, pero ninguna palabra salió de mis labios, era como si el tiempo se hubiese detenido, como si de pronto nos encontrásemos en otra época, en otro lugar, en donde incluso mi aspecto era distinto…
Tome su rostro con ambas manos y sonreí sin creérmelo, ¿era posible que fuese ella? ¿Era posible que fuese aquella dulce joven con extraordinarios poderes, que había conocido hacia ya tantos siglos? ¿Aquella con la que habíamos compartido tantos momentos y con la que nos habíamos visto inmersos en tantos problemas?.... Algo me decía que si, que debía ser ella, esa energía que desprendía y esa mirada era inconfundible. Aunque la duda de que fuese una descendiente me atormentaba.
¿Y si fuese eso? , ¿alguien con su misma energía y con la misma aura?... En ese caso me veía inspeccionando a una extraña, analizando y sujetando el cálido y bello rostro... de una extraña.
Le solté y parpadeé, dándome cuenta de que me había quedado ahí sin sujetandole extasiada, como si el tiempo no siguiese su curso. Me puse en pie con rapidez y le mire hacia abajo con cierta verguenza.
-Oh, yo lo siento mucho! No quería causar tal estropicio…Sera mejor que me marche. Comente con la cabeza gacha mientras me dirigía sin dilación hacia la salida. Llegue hasta la puerta y deje mi mano sobre el pomo.
¿Es que estaba huyendo?...¿porque quería huir?...Tal vez porque prefería pensar que aquella joven era una extraña, quizás porque la idea de que ella siguiese viva era algo que me sorprendía demasiado….Quizás…porque si se trataba de quien yo pensaba, debía más de una explicación, empezando por mi desaparición sin más de su vida…Y aunque no era algo que me gustase reconocer, temía su desprecio o su odio hacia mi…
Sonreí con cierto pesar y solté el pomo de la puerta, muchas cosas habían pasado en todos este tiempo y sin darme cuenta, habían transcurrido más de seis siglos como si tan solo fuesen un suspiro... Aquella joven aun tenía mi llamador entre sus manos, asi que fuese ella o no, aun no me podia ir.
En aquel momento recordé cuando me enviaron a buscar a aquella joven por primera vez, y tambien el modo en el que intente descubrir si se trataba de la hechicera que me habían mandado a proteger...
Busco el susurro…
de aquella que lleva consigo una marca,
dicen que su voz es apenas un murmullo…
Dime…Eres tu quien maneja las aguas?
Gire el rostro para mirarla. Ha Neul…Oh mi pequeña…Eres realmente tu?...
Invitado- Invitado
Re: El llamador de Ángeles (Ha Neul/Gabriel)
La sensación del tiempo ralentizado no sucedía demasiado a menudo. Era producto de nuestra mente —salvo que hubiera algún ser capacitado para ello cerca— que hacía que pareciera que todo se movía mucho más lento, que los minutos no pasaran, que la imagen se había quedado estática. Las palabras de la mujer apenas habían llegado a mis oídos cuando se acercó hasta donde me encontraba y tomó mi rostro entre sus manos. Por un momento no supe qué hacer o qué decir, demasiado asombrada por su familiaridad. Una familiaridad que se extendió rápidamente por ese contacto que se me hizo demasiado conocido. Una sensación que golpeó por completo mis sentidos mientras fruncía apenas el ceño.
Ni siquiera me había dado cuenta de que el agua se había desparramado por el suelo. Esa sensación me llevaba al pasado, a un pasado que parecía que últimamente quería arrastrarme con él y olvidarme de lo que estaba viviendo en esos momentos. Apreté ligeramente la mano donde estaba el llamador de ángeles, hasta que me hice daño sabiendo perfectamente que era lo suficientemente fuerte como para no romperse. Y después llegó su movimiento, ese que me dejó todavía más asombrada, aquel en el que se levantó y se dirigió hacia la puerta de salida.
— No tiene importancia, es agua, se puede limpiar.
Esas fueron las palabras que salieron de mis labios al tiempo que me incorporaba dispuesta a seguirla. El problema es que no sabía qué decirla o por qué lo hacía en realidad. ¿Por qué seguir a una desconocida solo por una sensación? Hacía años que había aprendido que las sensaciones podían dar respuestas, respuestas verdaderas. Las intuiciones como aquella que te dejaban sin respiración y que hacían detenerse el tiempo aunque fuera de forma figurada conseguían golpear hasta en lo más profundo de los sentidos. El problema es que aquello quizá fuera una intuición pero sus palabras eran tan conocidas, la entonación sonaba tan igual, que mis ojos se abrieron de golpe. ¿Era él? ¿Cómo podía ser? Las imágenes del pasado parecía que deseaban llegar para sobreponerse a la realidad.
Un pasado en el que esas palabras habían sido dichas por un hombre, por un guerrero occidental que había formado parte de mi vida y que se había convertido en mi amigo. Un guerrero que había desaparecido tal y como había llegado, sin explicaciones, sin palabras, como si se hubiera esfumado en el aire. Había sido el responsable de ayudarme a sanar las heridas, el que me dio su compañía cuando más lo necesitaba y el que había desaparecido cuando estaba más o menos sanada. Fruncí el ceño ligeramente. A pesar de los siglos pasados sobre la tierra, a pesar del tiempo que había ido de un lado para otro, todavía existían situaciones, sucesos que me sorprendían.
Y aquel era uno de ellos.
— ¿Gabriel?— pregunté, recordando ese nombre que había memorizado. Un nombre angelical. Notaba los labios secos y la garganta áspera, como si fuera difícil respirar. Y sabía que todo era producto de la espera, de intentar saber si era él o era una imaginación. Abrí la mano para mirar el llamador de ángeles que reposaba sobre mi palma, el mismo que había dejado marcas sobre la piel al haberlo apretado. — Es el mismo…
Lo era, esas marcas, esos grabados, incluso… Lo alcé para mirarlo, porque había grabado su nombre y el mío hacía mucho, mucho tiempo, en aquellos signos que solo unos pocos podían leer y comprender.
Ni siquiera me había dado cuenta de que el agua se había desparramado por el suelo. Esa sensación me llevaba al pasado, a un pasado que parecía que últimamente quería arrastrarme con él y olvidarme de lo que estaba viviendo en esos momentos. Apreté ligeramente la mano donde estaba el llamador de ángeles, hasta que me hice daño sabiendo perfectamente que era lo suficientemente fuerte como para no romperse. Y después llegó su movimiento, ese que me dejó todavía más asombrada, aquel en el que se levantó y se dirigió hacia la puerta de salida.
— No tiene importancia, es agua, se puede limpiar.
Esas fueron las palabras que salieron de mis labios al tiempo que me incorporaba dispuesta a seguirla. El problema es que no sabía qué decirla o por qué lo hacía en realidad. ¿Por qué seguir a una desconocida solo por una sensación? Hacía años que había aprendido que las sensaciones podían dar respuestas, respuestas verdaderas. Las intuiciones como aquella que te dejaban sin respiración y que hacían detenerse el tiempo aunque fuera de forma figurada conseguían golpear hasta en lo más profundo de los sentidos. El problema es que aquello quizá fuera una intuición pero sus palabras eran tan conocidas, la entonación sonaba tan igual, que mis ojos se abrieron de golpe. ¿Era él? ¿Cómo podía ser? Las imágenes del pasado parecía que deseaban llegar para sobreponerse a la realidad.
Un pasado en el que esas palabras habían sido dichas por un hombre, por un guerrero occidental que había formado parte de mi vida y que se había convertido en mi amigo. Un guerrero que había desaparecido tal y como había llegado, sin explicaciones, sin palabras, como si se hubiera esfumado en el aire. Había sido el responsable de ayudarme a sanar las heridas, el que me dio su compañía cuando más lo necesitaba y el que había desaparecido cuando estaba más o menos sanada. Fruncí el ceño ligeramente. A pesar de los siglos pasados sobre la tierra, a pesar del tiempo que había ido de un lado para otro, todavía existían situaciones, sucesos que me sorprendían.
Y aquel era uno de ellos.
— ¿Gabriel?— pregunté, recordando ese nombre que había memorizado. Un nombre angelical. Notaba los labios secos y la garganta áspera, como si fuera difícil respirar. Y sabía que todo era producto de la espera, de intentar saber si era él o era una imaginación. Abrí la mano para mirar el llamador de ángeles que reposaba sobre mi palma, el mismo que había dejado marcas sobre la piel al haberlo apretado. — Es el mismo…
Lo era, esas marcas, esos grabados, incluso… Lo alcé para mirarlo, porque había grabado su nombre y el mío hacía mucho, mucho tiempo, en aquellos signos que solo unos pocos podían leer y comprender.
Invitado- Invitado
Temas similares
» Encuentros - Privado (Ha Neul)
» Honoo no maseki ( Kang Ha Neul )
» El Banquete . (Ámbar/Gabriel)
» Demonios que van de ángeles - LIBRE
» Gabriel "Lord" - en construcción-
» Honoo no maseki ( Kang Ha Neul )
» El Banquete . (Ámbar/Gabriel)
» Demonios que van de ángeles - LIBRE
» Gabriel "Lord" - en construcción-
Damned Souls :: :: ● Otros Sitios del Mundo ● :: ● AMÉRICA ● :: ••【 Los Angeles City 】•• :: ● SUNSET STRIP ●
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Jue Mayo 24, 2018 10:09 am por Kenneth Shaw
» Disenchanted [Adrian]
Jue Mayo 24, 2018 7:15 am por Kenneth Shaw
» Links caídos.
Miér Nov 16, 2016 2:25 pm por Leonor Regnault
» Registro de Avatares - OBLIGATORIO
Miér Nov 16, 2016 2:11 pm por Leonor Regnault
» Water Into Wine {Priv: Dennis JonBenét}
Jue Mayo 26, 2016 3:53 pm por Dennis JonBenét
» New Beginning
Jue Abr 21, 2016 2:04 pm por Garret Giordano
» Reconsiderando...
Vie Abr 15, 2016 12:53 pm por Sammael
» Leviathan (Liv Yatan)
Miér Abr 13, 2016 10:34 am por Leviathan
» World of Shadows (normal)
Vie Abr 08, 2016 10:24 am por Invitado