Siete canciones hasta la muerte -privado-

Caminaba a paso firme por el Sunset de nuevo, buscaba... Nada en especial, podía alimentarme de cualquier demonio inferior recuperando poco a poco aquel orgullo arrebatado. Destruyendo edificios a mi paso, volvía a ser yo poco a poco a medida que pasaban los días.

Me había creado un vestido nuevo, era como de lycra de color negro con algunos toques de color en el pecho y las mangas largas. Sentía la leve presencia de Caim por todos los locales, ya casi uno no podía ni estar tranquilo, aquello poco a poco parecía el infierno.

Comencé a cantar una de las canciones que había escrito hacia varios siglos, no quería entrar en ningún local, me ponía enferma entrar en ellos, era volver a recordar aquellas imágenes.

vestido:

canción:

Caminaba sin rumbo por las calles de Los Ángeles como acostumbraba a hacer cada noche hasta que se me ocurría qué hacer o dónde ir.
Aquella noche me había puesto lo primero que había visto por el armario, tan repleto de ropa que ya apenas cabía. Llevaba un vestido blanco que bien podía parecer que era una camisa larga, con un cinturón negro. Tampoco me preocupaba demasiado por mi aspecto, pues sabía que estaba atractiva con cualquier cosa. Ventajas de ser un vampiro.

Llegué a Sunset Strip y comencé a caminar más lentamente para observar el ambiente que tenía a mi alrededor. Decenas de locales con la música a todo volumen y porteros con cara de pocos amigos procurando que entrase sólo gente "digna".
Entonces vi pocos metros por delante de mí a una chica que enseguida reconocí como krusnik, igual que yo, cantando una canción que creía haber escuchado hacía tiempo, pero no estaba segura. Me detuve en medio de la calle y la observé, intentando averiguar si la había visto antes.

Spoiler:

No me gustaba mucho pasar por delante de los locales de Caim pero no me quedaba otra, aunque tampoco tenía la intención de entrar, había encontrado antros de mala muerte mejores que los suyos llenos de pecado.

De pronto note la presencia de alguien... Un krusnik como yo, pero no era Jukka que mejor para mi, ni Amaury. Suspire levemente sin dejar de cantar viendo que se había parado para ver si me conocía de algo. Me acerque hasta ella quedando a unos metros de distancia terminando la canción.

Buenas noches - murmure mirándola de arriba a bajo intentando recordarla pero nada

Parecía que había reparado en mi presencia, lo cual me quedó claro cuando se giró y se acercó a mí hasta quedar a pocos metros de distancia, sin dejar de cantar en ningún momento, hasta que por lo visto terminó la canción. Cuando la tuve cerca me di cuenta de que tal vez estuviera equivocada. Seguía sin tener claro si la había visto antes o no, y ella no parecía reconocerme, así que tal vez la hubiera confundido con otra persona, algo que me sucedía bastante a menudo.

- Buenas noches. - contesté, y después miré a nuestro alrededor - ¿No te animas a entrar a ningún local? En la calle no hay diversión. Todo está ahí dentro. - señalé con la cabeza el local más cercano.

Ladee la cabeza y juguetee con un mechón de mi cabello sin dejar de mirarla, cuando preguntó que si no entraba en los locales, miré hacia el que señaló e hice una leve mueca de desagrado.

No me interesan, ya estuve en uno, todos son lo mismo, llenos de humanos que se dejan poseer por la lujuria el deseo y los lujos que le da alguien a quien odio - respondí sin ninguna emoción en mi voz.

Volví a suspirar cerrando los ojos y seguí jugando con mi cabello.

Igualmente tienen la música muy alta, me es algo incómodo para tener una conversación con alguien el cual no termine en sexo, que para eso están - negué con la cabeza.

Conocido un local de Caim conocidos todos.

Estás en alguna organización? Por cierto soy Hella y tu?

Fruncí el ceño levemente cuando vi en su rostro una mueca de desagrado al pensar en los locales de aquella zona. Por lo visto no le gustaba divertirse tanto como a mí, o había tenido una mala experiencia anterior.

Me reí ante su comentario antes de responderle - No suena mal según lo pintas. Humanos desesperados por conseguir un poco de atención de alguien como nosotros. No me disgusta. - Pensé en la persona que podía inspirar su odio, el dueño de todo aquello. Había oído hablar de él, era un demonio poderoso que no se andaba con tonterías, pero aún no había tenido el placer o disgusto de conocerle.

Estaba claro que algo le había ocurrido en alguno de aquellos locales, pero decidí no preguntar.

- Yo soy Kayla. Hace un tiempo me uní a la organización llamada Thorns. ¿La conoces?

Encogí mis hombros ante sus palabras, estaba algo cansada de que siempre fuera lo mismo, jugué un poco con mis cabellos sin dejar de mirarla, no era del tipo de Caim, sonreí levemente.

Ah...Que bien... Yo también soy de los Thorns, soy ayudante del general de los Krusnik - sonreí mostrando mis dientes - Hace medio mes que entre en la organización, por una cosa que me pasó, y Amaury me ayudó - encogí mis hombros y volví a sonreír. Mire de nuevo hacia aquel local y negué con la cabeza. Te atienden mejor en los locales de los Thorns, tenía pensado ir allí ahora.

Torcí la cabeza con curiosidad y sonreí levemente cuando dijo que ella también pertenecía a los Thorns, aunque por lo visto no llevaba demasiado tiempo en la organización, sino probablemente nos habríamos conocido antes.

- Yo llevo algún que otro siglo en la organización, aunque en general voy bastante a mi aire. - decidí que lo mejor sería no preguntar qué era esa cosa que le había pasado, pues estaba claro que no era de mi incumbencia, y además nos acabábamos de conocer y probablemente ni siquiera me lo contaría. - Entonces vayamos a esos locales si lo prefieres.

Parpadee algo extrañada al decir sobre cuanto estaba dentro de la organización, conocía poco a Ama pero estaba segura que por unos siglos no era. Ladee la cabeza y busque rápida información que había leído de la organización desde que había entrado.

Vaya yo pensaba que la organización se había formado después de la gran guerra - dije con el ceño fruncido al haber encontrado lo que buscaba.

Sonreí levemente con lo otro que dijo y comencé a caminar de nuevo hacia uno de los locales de los thorns, me había costado algo que aquellos lobos me aceptaran en el local ya que no se fiaban de que fuera de la organización pero al final cedieron al contarles lo que me había hecho entrar en los thorns

Escuché lo que me decía y me eché a reír.

- Perdona, quería decir que llevo varios siglos en la ciudad. En la organización llevo algunos años, no siglos. No sé dónde tengo la cabeza últimamente... - la verdad es que llevaba unos días un tanto extraña y hasta juraría haber visto cosas raras en mi piso, pero ya dudaba de todo. Debía empezar a salir menos de fiesta, parecía que aun siendo un vampiro me pasaba factura.

Sonreí al ver que comenzaba a caminar en dirección a los locales de los thorns. Empezaba a estar prácticamente segura de que algo le había ocurrido con el demonio dueño de casi todos los locales que estaban antes a nuestro alrededor.
Al fin llegamos a uno de los locales de la organización y entramos. Era diferente a lo que estaba acostumbrada, pero me gustaba. Cualquier cosa era buena si se podía disfrutar de ella.

Sonreí levemente por sus palabras, al entrar por fin al bar de los lobos sonreí levemente al ver que se giraban todos a verme, moví la mano un poco en forma de saludo y me acerque a Jack para hablar con él.

Sé que no hay mucha gente pero mas tarde me gustaría cantar... Puedo? - pregunte con una leve sonrisa.

- Claro sin problemas - aceptó y se fue a preparar el micrófono.

Yo regrese con aquella chica sabía que le carcomía por dentro lo que me había pasado con Caim pero no iba a decirle nada, al menos por el momento. La conduje hasta una de las mesas esperando a que trajeran algo de beber.

Porque te interesa tanto lo que me haya pasado con Caim? - pregunte por fin porque no quería terminar con dolor de cabeza.

Nada más entrar en el local pude ver algunos licántropos y alcé una ceja en señal de sorpresa. No es que me cayeran demasiado bien los perritos, pero era evidente que en la organización había algunos, como en todas partes.

Escuché cómo mi acompañante le decía al que supuse el dueño del bar si podía cantar más tarde y cómo éste le daba permiso para ello. Era muy probable que la canción que estaba cantando antes fuera suya. Tal vez en su vida humana hubiera sido hasta famosa.

No es que me importase demasiado qué era lo que le hubiera ocurrido con el demonio dueño de los otros locales, y si hubiera querido podría haber indagado en su mente, pero ni siquiera me interesaba.

- Simple curiosidad. No hace falta ser muy perspicaz para ver que algo ha ocurrido, pero no tienes por qué contármelo, no somos amigas.

Miré de nuevo a mi alrededor para quedarme con todos los detalles posibles de aquel lugar. Si algo no había cambiado con mi transformación era mi inmensa curiosidad por todo.

Genial en algo estamos de acuerdo. Por cierto, te agradecería que no intentaras meterte en mi cabeza, tengo cinco mil años y un escudo de fuego indestructible que podría dañarte esa cabecita - sonreí de lado mientras la miraba.

No era de dejar mis pensamientos al aire a la demás gente, y si lo intentaba descubriría un agujero negro antes de aquella barrera de fuego. Tomé mi copa con sangre y le di un sorbo mirando al escenario, como había predicho en nada había llegado mas gente. Sonreí y me levante para ir al escenario, puse mejor el micro y me los quede mirando.

Buenas noches a todos! Bienvenidos a mi primer y único concierto. Espero que disfruten - volví a sonreír, cogí el micro y me puse a cantar la primera canción

https://www.youtube.com/watch?v=hW4FwRtfM8U

La escuché atentamente cuando me habló de su mente y un escudo protector de fuego y sonreí levemente, pero decidí no contestarle. Jamás decía mi edad real y no se la iba a decir tampoco a ella, siendo una desconocida como era, pero había vivido varios siglos como hechicera y hacía mucho tiempo que era un krusnik, por lo que no me intimidaba en absoluto. Sin embargo, opté por mantener la sonrisa y pedir una copa al camarero mientras ella se dirigía al escenario, cogía un micrófono y comenzaba a cantar. No era precisamente mi estilo favorito de música, pero empezaba a sentirme a gusto en aquel lugar y no me apetecía irme tan pronto, pues la noche no había hecho más que comenzar.

La verdad es que no llego a comprender muy bien porque había decidido salir de mi casa e ir a un sitio como este. Había escuchado en el cuartel de la organización a la que pertenecía, que solían reunirse en unos locales donde hablaban de ciertos asuntos y se podía tener una noche tranquila, sin sustos. Allí estabas rodeados de gente como tú, de los Thorns. ¿Qué podía haber de malo en todo esto? Era el nuevo en esta organización y quería conocer al resto de personas y bueno, labrarme un nombre. No quedarme atrás de todo esto por ser simplemente el nuevo.

Llegué a la calle, donde se encontraba el local de los Thorns. Suspiré de forma amplia antes de entrar y abrí la puerta. De fondo se escuchaba una canción cantada en directo por una chica rubia que...por su olor era un krusnik. La última vez que me encontré con uno de esos seres no salió nada bien, acabé con un par de agujeros en mi cuello mientras el otro se alimentaba. Me acerqué a la barra y pedí una cerveza, justo cuando aquella chica dejaba de cantar. Di un trago al botellín y lo dejé de nuevo en la barra, para aplaudir a la rubia platino.

- ¡Bravo! - digo silbando, metiendo los dedos en mi boca.

Hacia tiempo que no daba un concierto con mucha gente, perdí la última vez en que di uno en condiciones, en la época en la que estaba ahora suponía que nadie se acordaba de mi ni mis conciertos. Sentía como la gente se emocionaba con las canciones.

Cuando termine aquella canción abrí los ojos cuando un vampiro silbó parecía que le había gustado, sonreí mirándole y pensé cual sería la siguiente canción.

Esta es Butterfly cry - cerré los ojos recordando rápidamente cual era la letra de aquella canción.

https://www.youtube.com/watch?v=z2GT68O-mbA&feature=fvsr
Todas hablaban de cosas diferentes pero a la vez todas llevaban un mismo destino. A cada palabra y melodía veía como entraba mas gente al bar dando así trabajo a los chicos. Mi cuerpo se movía con la música que salía de un reproductor, cuando termine escuche los aplausos de la gente, hice una leve reverencia sonriendo, bebí un poco de ron que tenía allí cerca buscando la siguiente canción.

Esta va dedicada a aquellas niñas que siempre han tenido problemas físicos y que las demás niñas se burlan de estas. Not a barbie doll

https://www.youtube.com/watch?v=0DgVx9BxjMo&feature=related

Estaba cómoda sentada en uno de los taburetes situados alrededor de la barra, bebiendo vodka y escuchando el concierto que daba la que hasta hace poco me estaba dando conversación. Empezaba a aburrirme, aunque no tenía nada mejor que hacer aquella noche, por lo que decidí quedarme al menos un rato más.
Entre canción y canción escuché los aplausos y vítores de alguien que parecía estar disfrutando mucho del concierto, pues se le había oído por encima de los aplausos y silbidos del resto de asistentes. Le observé detenidamente, era un vampiro, y por lo solitario que estaba deduje que tal vez fuera nuevo en la organización, aunque tampoco es que yo acostumbrase a ir a los locales de los thorns, por lo que bien podría ser un miembro antiguo. Sonreí al ver su entusiasmo y volví a prestar atención a las canciones. La verdad era que no estaban nada mal, tenían su mensaje y aquello era interesante.