Soledad...dulce soledad {Libre}

Dentro de poco el sol comenzaría a salir por la orilla opuesta del lago, tal vez en un par de horas o tal vez en menos tiempo. Algunos os preguntaréis que me ha traído a este lugar, y la verdad es que ni siquiera yo puedo responder a eso. Supongo que solo he venido aquí para ver las consecuencias de una guerra, de uno de las peores guerras que he visto nunca. Y gracias, o no, a mi elevada edad he vivido muchas de ellas e incluso en algunas decidí tomar partido. Pero nunca había visto tanta desolación y devastación como la que creó esta guerra, la conocida como la tercera guerra mundial. Puede que el caos que se creó en ella fue porque tomaron parte demasiados seres sobrenaturales haciendo que el ser humano no fuese más que un títere sin importancia. Muchos los veían como seres de baja clase, como si el resto fuésemos más evolucionados que ellos o algo por el estilo. Yo sinceramente los veía como mis iguales, gente sin atributos paranormales pero que podían hacer tanta mal o tanto bien como nosotros mismos.

Me acerqué aquel lago cubierto por una fina niebla, metí las manos en él y noté como el agua fría tocaba mis manos. Las subí con rapidez y me lavé la cara con ellas. Llevaba toda la noche fuera de casa, conduciendo para llegar hasta aquí y poder ver lo que quedaba de una de las mayores ciudades que el hombre construyó jamás. Ahora ya no quedaba nada o casi nada, desde mi posición se veían las ruinas de una de las ciudades más maravillosas del mundo, ahora reducida a polvo y escombros. Si todos viesen esta escena, estoy seguro de que aprenderían a hacer las cosas de otra manera, aunque no todos. Siempre hay gente con maldad dispuesta a hacer todo lo posible para salirse con la suya.

Me abroché los botones de mi abrigo hasta arriba, metiendo mi barbilla dentro de él. Aunque el sol empezaba a salir, el frío seguía siendo intenso y la niebla no había conseguido levantarse aún. Me coloco las gafas de sol y me siento en una piedra a la sombra de un árbol, había demasiadas nubes en el cielo por lo que no debería de preocuparme los rayos de aquel sol. Aunque en verano, aquello era otra cosa más por la que preocuparse.

con permiso..

Las ruinas, el habia conciderado en algun momento de su existencia que aquella ciudad tenia cierto atractivo, provablemente la gran cantidad de seres mortales e inmortales que se congrebaban ahi, en el siglo XX se habia convertido en una ciudad popular, base en las conversaciones politicas y economicas de la vida humana.

Sin embargo despues de la tercera guerra mundial se habia convertido en el verdadero centro del mundo, donde se levantaba casi glorioso el gobierno a mando de aquel deplorable damphyr, y despues destrosada por aquel demonio vampiro, uno de su propia clase, un ser que se creia incluso superior a el y que en su vano intento por conquistarlo todo llego a faltarle al respeto.

Provablemente lo hubiera pasado de largo, pero el insulto y la falta de respeto era de las pocas cosas que el no podia tolerar, el hecho que en esa nueva guerra en la que se destruyo en su totalidad la antes reconocida ciudad de Nueva York, que despues fue Vollkommen, fue parte de esa repentina explosion de sentimientos burdos demaciados humanos, por eso el habia ayudado a exterminar a ese ser carente de sentido de la estetica y habia ayudado a despertar a la apocaliptica bestia que ahora recorria el mundo en espera a que se cumplieran las profecias.

Sin embargo el despues de cumplida su venganza, se habia aislado de todo y todos, siendo el mudo testigo de todo, como siempre habia sido, testigo del caos.

Pero siempre regresaba a ese lugar, por que habia algo que lo ataba a el, como habia cosas que lo ataban a la fria Finlandia.

Y por ello aun seguia caminando por el fangoso terreno de los pantanos que habian constituido el territorio del rey damphyr.

Aquel lugar parecía una tumba, no había nadie cerca o por lo menos eso pensaba yo. Ni siquiera grandes animales se atrevían a ir por aquella zona muerta y desolada. Sonidos y ruidos tampoco había, normalmente oyes ramas crujir por la acción del viento o algún animalejo, el canto de los pájaros y más todavía al amanecer. La verdad es que aquel sitio me ponía la piel de gallina y eso que me encanta dar paseos por lugares lúgubres y abandonados, como cementerios pero esto...era diferente al resto de los lugares que conocía. Aunque estuviesen vacíos siempre había alguna presencia que notar ya sea humana o sobrenatural, como fantasmas allí no quedaba nada. Ni la esencia de aquellos que dejaron su vida en la batalla.

Llevaba así unos minutos pensando en la cruda batalla que ocurrió allí, cuando veo una figura andando por la orilla del lago. No entiendo como he podido estar tan absorto y no haber escuchado sus pisadas por el fango. Parece mentira, que me haya pillado desprevenido aunque parece que él tampoco se ha percatado de mi presencia en el lugar. Podría marcharme de allí sin más, pero la curiosidad me puede. Y espero que no me pase como en el refrán. Pero como ya he dicho antes es raro ver a gente por estos lugares, y me gustaría saber que está haciendo aquí aquel ser. Me levanto de la roca donde estaba sentado, con sigilo y delicadeza, pero no ha surtido efecto. Justo debajo de mi pie había una rama que se ha quebrado, haciendo un ruido que es imposible que pase desapercibido en el silencio del lugar. Encojo mis hombros, agachando la cabeza y mordiendo mi labio inferior hasta hacerlo sangrar, sin atreverme a mirar a aquel desconocido, que supongo que estará observándome ahora mismo.

Off: La próxima vez no hace falta que pidas permiso^^

Siguio su tranquilo andar por aquel lugar, el pantano, le parecia haber vuelto a aquellos dias en que podia explorar la tierra sin descubrir, sin seres humanos que destruyeran todo, y era la naturaleza la que reinaba todo.

Escucho un ruido extraño, no era de animales que vivieran ahi, puesto a que el lugar carecia de fauna, pero persibio el aroma inconfundible de la sangre y volvio su rostro con calma, observando entre las sombras aquella figura, un vampiro.

-Moi.-saludo con su marcado asento fines, acercandose de forma lenta y elegante al vampiro.


(moi = hola)

Aquel "hombre", si se podía llamar así porque aquel ser era obvio que no era un ser humano normal. No estoy seguro de lo que puede ser, porque aunque tiene un olor característico a un vampiro como yo, pero mezclado con algo extraño. Como si aquel ser fuese mucho más antiguo y con más...poder que cualquiera de nosotros. Y aunque se ha percatado de mi presencia, no siento aquel temor inicial, aunque debo de seguir con pies de plomo. Se da la vuelta, andando hacia el lugar donde yo me encuentro de forma elgante y pausada. Me saludo con un acento extraño en un idioma que no conozco muy bien.

- Buongiorno - digo en mi idioma natal, el primer idioma que aprendí y el que nunca he olvidado. - Me llamo Markus, y...siento haberte ¿asustado? - digo con una sonrisa, intentando parecer un chico simpático y relajado aunque estaba algo nervioso.

Levanto con perspicacia una de sus cejas, torciendo ligeramente los labios en un amago de sonrisa que no terminaba de concretarse, se detuvo a unos palmos del vampiro y asintio de forma elegante.

-Jukka.-murmuro su nombre, con aquella profunda voz que poseia.- Y no me asusto, mas bien creo que el asustado o nervioso es usted, señor Markus.

Dijo y dio un paso mas, mirandolo fijamente a los ojos.

Sus gestos eran bastante provocativos, como si solo intentase asustarme y ponerme más nervioso con aquella situación. Tal vez aquel ser sea uno de esos demonios vampiros, que son muy anitugos y...bueno, se alimentan de nosotros. No me cuadra otra descripción para él, aquel olor de los vampiros salía de cada poro de su piel, pero ese otro olor de antiguedad y que nunca había olido se mezclaba fuertemente con el otro. Además empieza a acercarse a mí, cada vez más ¿me está intimidando? Pues lo ha conseguido. Trago saliva y me quedo callado, escuchando lo que dice.

Su nombre es Jukka, y añade que aquel que está asustado no es él, sino yo. Minipunto para él, ha dado en el clavo. Termina por acercarse del todo, dejando unos pocos centímetros entre nosotros y mira mis ojos fijamente, casi sin parpadear.

- Es que...tienes algo, que...hace que mi vello se ponga de punta. - añado poniendo una expresión seria. Doy un paso hacía atrás, y saco mi katana de forma rápida. - No me gustaría tener que luchar contigo, pero...estoy preparado para defenderme. - digo poniendo una posición defensiva.

Lo miro con poco interes, como solia observar a los animales pequeños, inspeccionando y estudiandolo ladeando el rostro en un gesto de curiosidad felina, torcio ligeramente los labios en una media sonrisa.

-Tu realmente no prestas atencion a los rumores, no es asi?-pregunto, y dio un paso mas chasqueando los dedos, creando en la punta de los dedos indice medio y pulgar una pequeña llamita de fuego color negro, un fuego que congelaba sus propios miembros.-No es conveniente ponerte en guardia cuando no pretendo dañarte... aun.

Aquel ser no parecía dispuesto a dejarme ir tranquilo, estaba seguro de que disfrutaba viendo el temor y la preocupación en mis ojos. Había seres así, y porque él no iba a ser uno de ellos, por el lugar donde estamos puede encajar perfectamente en eso. Aunque claro, yo también estoy aquí y no soy de esa forma. No retiro mi postura defensiva, ni guardo la katana, cuando le oigo decir que si no presto atención a los rumores. ¿Qué rumores? La verdad es que desde que tuve a Angélica, no me entero de la mayoría de las cosas.

- Nose de que rumores me hablas. - digo en un tono tenso. Da un paso hacía delante, acercándose a mi de nuevo aunque con una amenaza o advertencia visual. Entre sus dedos aparece una especie de fuego de color negro, y lo acompaña con una frase " no pretendo dañarte aún". Retiro la katana, sabiendo que no podría hacer nada contra ese fuego negro. Levanto la vista a sus ojos y me pongo como una persona normal. - ¿Qué quieres entonces? - arqueo mi ceja y me quedo quieto.

Despistado. Podia ponerlo en ese termino, toda la actitud del vampiro que estaba frente a el, sonrio ligeramente desapareciendo la llama de fuego negro en su mano.

-Nada realmente.-contesto.-Simplemente paseaba y te cruzaste por mi camino, supongo que no es por casualidad, es probable que hayas estado aqui en el momento exacto ya que necesito alimentarme.

Dijo, mirandolo altaneramente, medio sonriendo fingidamente, jugando con el vampiro.

Aquel que jugaba conmigo, porque no estaba haciendo otra cosa por el momento, me estaba empezando a poner muy nervioso. Tanto era así, que mi pierna comenzó a temblar en un pequeño tic. Intento pararla o que se note lo menos posible, metiendo la mano en el bolsillo del pantalón. Me muerdo el labio inferior, pensando como salir de esta si al final decidía atacarme, pero me ha pasado de fuerza y una pequeña gota de sangra sale de ellos. Veo como apaga ese fuego negro y me dice que simplemente me he cruzado en su camino, mientras iba a alimentarse. ¡Bien! Soy su comida, y eso es algo que no me gusta nada.

- Me siento halagado, porque me hayas elegido para ser tu festín pero... - digo negando con la cabeza. - Creo que no estoy interesado en ello- pongo la misma sonrisa que él, a veer si así consigo algo.

-La cuestion aqui... Markus, es que no pedire tu autorizacion.-indico, dando un paso mas, fijando sus ojos acumarina en los azules del vampiro, sonriendo de lado, de forma altanera.

Era raro que el prestara ese tipo de atenciones en sus presas, pero aquel vampiro habia llamado su atencion, demaciado solo y parecia ingenuo de todo lo que habia sucedido en ese lugar, demaciado ignorante al respecto, como para pararse en esas ruinas.

El comportamiento de aquel Krusnik, cada vez se volvía más hostil aunque su tono de voz no cambiaba ni un ápice. Aquel ser iba a atacarme pero con todo los buenos modales del mundo, y me resultaba un tanto contradictorio. Sus movimientos, sus gestos y su voz, parecían tranquilos y sin pronosticar lo que en realidad estaba pasando por su mente. No conocía mucho a estos seres, pero había escuchado que se alimentaban de sangra de vampiro y aquello es lo que no me gustaba nada, además...él ya había insinuado que iba a hacerlo. Tenía que hacer algo ¿pero el qué? Ya me había demostrado lo que pasaría si vuelvo a sacar mis armas...

- Entonces que debo hacer...¿arrodillarme y dejarte que te alimentes de mi? - digo mirando aquellos ojos que se clavaban en los míos. - Si vuelvo a sacar mis armas tú sacas ese...fuego o lo que sea, y yo muero igual ¿no es así? - digo sin apartar mis ojos de los suyos. No podía dejar que me amedrantase.

Comenzó a acecharlo, como si el fuese un enorme felino y el joven vampiro frente a el, un ratón.

Le pareció curiosa la reacción del vampiro, su miedo que no intentaba ocultar, esa mirada vidriosa, las ganas que tenia de defenderse aun a sabiendas que no lograría nada con ello.

-Podríamos hacer un trato-hablo, sacando un cigarro, encendiéndolo, sin dejar de acecharle, de caminar tranquilamente al rededor del vampiro-Tu dejas que me alimente de ti y yo te dejo vivir una noche mas, lo que pase después de esto, ya no sera responsabilidad mía.

Aquella situación cada vez me recordaba más a uno de esos programas que trataban sobre la naturaleza que ponían en la tele después de comer. ¿Cómo se llamaba?...documentales o algo parecido. La verdad es que no solía verlos, porque me quedaba dormido en el sofá, era la hora de la siesta y venía bien poner esa clase de cosas en la tele y dormirse con ese ruido de fondo. La cuestión es que Jukka, se comportaba como un carnívoro que daba vueltas alrededor de su presa antes de saltar sobre ella y acabar con su vida. Y era obvio que yo era la presa, y no me gustaba el final que les esperaba a las presas en los documentales y en la vida real. La cadena de la vida que la llaman.

- No he entendido muy bien el trato. - digo siguiendo con los ojos a mi depredador sin mover ni uno de mis músculos, ni si quiera soy capaz de pestañear. - Si no acepto el trato me matas ahora y si lo acepto... - digo rascando mi barbilla de forma pensativa. - Comerás mi sangre, y luego me dejarás una noche en paz...en paz, significa que...me dejarás aquí tirado ¿no? - ¿que podía hacer ahora? creo que lo más normal sería aceptar y...punto. O puedo ofrecer otro trato, aunque esperaré a lo que dice.

-Para ser vampiro eres muy lento.-comento, dejando escapar el humo del cigarro de sus labios- Es claro lo que te propongo, yo bebo de ti y despues te vas.

Aclaro y dejo de andar como animal, acechandolo, simplemente se quedo de pie frente a el disfrutando de su cigarro y aguardando la respuesta del vampiro.

-¿Que dices?


OFF: Disculpa por no responderte antes.

Suspiro, mientras por mi mente pasan distintas formas de poder actuar ante semejante situación. Y todos y cada uno de ellos, acababa peor que el anterior, aunque con un punto en común. Yo siempre acababa muerto o herido tirado en el suelo. En cambio, si acepto aquel trato que me ofrece Jukka, tendré una marca sobre mi piel debido al mordisco que me producirá aquel ser oscuro para beber mi sangre. Pero... ¿qué otra cosa podría hacer? Se de humanos que establecen lazos y tratos con vampiros, para que estos beban su sangre sin acabar con su vida, pues yo tengo que aceptar aquello. Ladeo mi cabeza y asiento con ella.

- Trato hecho. Aunque, espero que seas fiel a tu palabra. - digo algo abatido por lo que va a pasar a continuación. Me bajo un poco el cuello de mi ropa, dejando a la vista mi cuello y la zona preferida para alimentarse de aquella sangre, que es una bendición para ellos. - Cuanto antes empecemos mejor, por favor. - digo sin apartar la vista de los ojos de aquel ser, no los olvidaría nunca.

Off: Tranqui, no pasa nada. Todos tenemos más cosas que hacer ^^

Levanto una de sus tupidas cejas, torciendo los labios en lo que pareciera el amago de una sonrisa, dando un paso en direccion del vampiro, quitando la mano del cuello de su camisa, tomandolo por la muñeca, descubriendola.

Entre abrio los labios, dejando a la vista sus afilados colmillos, clavandolos en la palida piel, sintiendo la sagre correr y llenar su boca, bajar por su garganta, hasta esa zona en su cuerpo donde se supone deberia estar su estomago.

Siguio succionando, alimentandose hasta que sintio la debilidad del vampiro, separandose de la herida, la cual estaba sanando de forma rapida.

Se incorporo sin soltarlo, para no dejarlo caer en la suciedad.

-No la mejor sangre que he bebido, pero no esta nada mal.

Ahora mismo tenía más miedo que antes, y si te estás pensando que es posible, si lo es. No me hace ninguna gracia tener que confiar en aquel Krusnik, ¿quién dice que sea verdad que vaya a parar de alimentarse de mi? Soy de la opinión, de no creer en la palabra de vampiros o demonios, somos...traicioneros, bastante traicioneros. Pero supongo que no me quedaba otra, si confiaba en él podía marcharme de aquí, en el caso de que al final pare de verdad.

Cierro los ojos, esperando que llegue el momento de clavar sus afilados colmillos en mi blanca piel. Noto su aliento sobre mi cuello, y por fin llega el temido momento. Noto como se hunden sus colmillos en mi piel, haciendo que la sangre fluya hasta sus labios. Cada vez me siento más débil, como en el momento de mi conversión. Muerdo los labios con fuerza, para evitar caerme al suelo. Al final se separa de mi cuello, pero sigue sujetándome para no dejarme caer. Respiro aliviado, y le miro con una sonrisa amarga.

- Es lo que hay. - digo con algo de brusquedad, pasando la mano por el cuello para quitar la sangre que se haya quedado allí acumulada. - Aunque supongo, que debería de darte las gracias ¿no? - digo incorporándome con algo de dificultad. - ¿Puedo marcharme?

Siguio mirandole con aquel gesto altanero eterno y desinteresado en su rostro inescrutable, medio sonriendo, saco un cigarro encendiendolo, al tiempo que se separaba de el.

-Se cumplir mis promesas-murmuro, antes de darse media vuelta.-Eres libre de largarte ahora, antes de que reconsidere mi oferta.

Dijo y movio los labios en lo que parecia una sonrisa, demaciado siniestra.