Re: Disfrutando de la lluvia [Abaddon] +18

por Invitado Dom Mar 11, 2012 9:54 pm

Succiono suavemente el miembro en su boca, presionándole apenas con los labios el contorno, mientras que iba aumentando poco a poco el ritmo, teniendo que acallar los gemidos que se iba acumulando en su garganta, al no tener forma de dejarlos escapar. Complacido al escucharle aumento el ritmo de la felacion, presionándole con la lengua la glande. Terminando por dejar que su cuerpo reaccionar a los impulsos que las sensaciones lo arrastraban, a su vez que movía un poco mas su cuerpo contra la mano que le masajeaba, provocando una fricción mas profunda, haciendo que sus cuerpo se frotaran, sintiendo el calor acumulándose en su cuerpo, como si fuera piedra volcánica.

-Tus deseos son ordenes…-Musito en un pensamiento, mientras que deseaba mas de aquel demonio, quería recorrer cada parte de su cuerpo, dejarle arañones en su perfecta y blanca piel, deseaba todo de él y no se detendría hasta tenerlo. Raspo suavemente con sus dientes la virilidad sin llegar a causarle ningún daño, solo provocándole, mientras le tragaba por completo, haciendo que la punta golpéese contra la campanilla de su garganta, mientras sus traviesas manos recorrían con libertad los muslos, dejándole arañones. Antes de sacar el falo de su boca, depositando varios besos y chupetones, atrapando entre sus labios uno de los testículos el cual succiono con la misma intensidad, mientras con sus manos se tomaba el descaro de masajearle uno de glúteos, volviendo beso a beso hasta su miembro para volverle a tragar.

por Invitado Dom Mar 18, 2012 8:14 am

Cerré los ojos sin poder evitar soltar varios gemidos sintiendo lo que estaba haciendo conmigo. Jamás hubiera llegado a imaginar que terminaría en el suelo del faro con aquel ángel caído haciendo todo aquello, no era algo que se me hubiera pasado por la cabeza cuando me encontraba tan tranquilo en la playa bajo la fría e intensa lluvia.

En un acto reflejo llevé una de mis manos a su cabeza para que no se apartara y siguiera haciendo aquello que me estaba haciendo disfrutar de esa manera tan inmensa. Entonces, en un rápido movimiento, sin que mi miembro saliera de su boca, mis labios quedaron justo junto a su miembro. Con el placer que me estaba otorgando no me quedaba demasiado para terminar en su boca, y quería que él también disfrutara como lo estaba haciendo yo. Lamí toda su extensión con la lengua, deteniéndome un poco en la punta, para terminar metiéndomelo todo en la boca, intercalando entre movimientos rápidos y lentos con mis labios y mi lengua en todo su miembro, el cual sentía tan duro como el mío mientras movía mis caderas hacia él para aumentar el roce de su boca en mi dureza. Definitivamente, iba a tardar poco en correrme en su boca, pero cuando acabase no quería que terminara aquel juego. La noche no iba a terminar así.

por Invitado Mar Mar 20, 2012 5:46 pm

Jugueteaba con la virilidad dentro de su boca, la cual succionaba rítmicamente, aumentando la velocidad de la felación, antes de parpadear levemente los ojos azules por aquella maniobra, quedando en 69, sin dejar ningún segundo de succionarle. Un frío escalofrío recorrió toda su espina dorsal, provocando que la piel se le enchinara, al sentir la humedad de la cavidad bucal atrapar su falo, el cual se encontraba completamente endurecido.

A cada segundo que pasaba necesitaba más de la calidad que le proporcionaba aquel demonio, el cual desconocía completamente quien era, mientras que los gemidos que se iban acumulando en su garganta eran ahogados al no tener forma alguna de escapar, deseando a cada segundo mas de el, quería explorar cada rincón de su cuerpo, y robarse la calidez que emanaba.
Sin pensarlo dos veces deslizo una de las manos a las piernas ajenas, acariciándole con completa libertad recorriendo con las yemas de los dígitos sus muslos los cuales araño con cierta saña para dejarle marquitas rojizas en la blanca piel, al mismo tiempo que iba aumentando el ritmo en su boca, presionándole con los labios el miembro, el cual tragaba por completo, mientras que movía las caderas al ritmo contrario de la boca del azabache.

Le miro por un momento con completa picardía, terminando por presionarle la punta del miembro con la lengua el cual había sacado de su boca, torturándole vilmente- uhm aún no puedes…correrte…-Musito sin apartar sus labios del miembro, aunque claramente dándole a entender que eso iba a continuar, por fortuna tenían toda la noche para jugar. Mientras que su respiración era completamente agitada, antes de volver a tragarle de manera lenta, por otro lado una de sus manos se deslizaba hasta los glúteos masajeándole, terminando por colar uno de los dígitos, presionando con este su esfínter, sin llegar colarlo aún.

por Invitado Vie Mar 30, 2012 7:02 am

Continuamos por un rato el juego de nuestras bocas en el miembro ajeno, haciéndonos disfrutar el uno al otro como si nada más importase. Entonces apretó mi punta con su lengua pidiéndome que no me corriese aún.

- Pues me lo estás poniendo muy difícil... - dije entre jadeos antes de lamer su dureza de arriba abajo.

De mi boca salió en aquel momento algo más parecido a un rugido que a cualquier otra cosa, mientras mis ojos seguían encendidos en un rojo demasiado intenso que dejaba clara mi excitación. Además, comenzaba a notar cómo mi cuerpo intentaba cambiar, empezando a salir a la superficie mis pequeños cuernos, mis garras y mis colmillos. Me estaba dejando llevar por mis instintos más primitivos. Aun así, estaba seguro de que llegado el caso de dejar ver mi aspecto demoníaco no haría daño a aquel caído, pues en el fondo no eran tan distintos de los demonios.

En un movimiento tal vez algo brusco lo agarré, dejándolo tumbado bocabajo en el ya no tan frío suelo del faro, mientras rozaba su trasero con mi miembro totalmente duro pero sin llegar a penetrarlo y con mi mano derecha lo masturbaba lentamente mientras jadeaba junto a su oído y soltaba algún que otro gruñido imposible de callar.

- ¿Quieres que continúe el juego? - susurré en su oído antes de morder ligeramente el lóbulo.

por Invitado Vie Mar 30, 2012 6:55 pm

Jugueteaba con la virilidad sin pretender darle tregua, rasgándole suavemente con los dientes pero sin llegar a causarle ningún daño, mientras que con sus traviesas manos se dedicaba a arañarle y masajearle los glúteos. Antes de terminar mirando embobado aquellos cuernitos que se asomaban entre los negros cabellos, preocupándole muy poco si tomaba su forma demoníaca, después de todo, los ángeles y los caídos eran bien conocidos por no sentir dolor, y curar sus heridas en menor tiempo que otras razas, agregándole que era medio masoquista.

Al estar admirando aquellos cuernos, no se percato en el momento en que termino boca abajo contra el piso, el cual para su fortuna no se encontraba tan frío, pues el cuerpo del demonio lo había calentado, mientras que de momento se dejaba llevar sin oponer resistencia, al menos no del todo, pues los gemidos escapaban con libertad de su garganta, terminando por rozar sus caderas contra el falo, siendo un tanto demandante en el roce.
-Los jueguitos de este tipo,uhm se llevan hasta el final…-Susurro con la respiración entrecortada, sintiendo como una corriente eléctrica atravesaba toda su espina dorsal, en el momento en que mordió su oreja, inclinando la cabeza en un vano intento por ocultarle.
Alzo una de las manos llevándola hasta la nuca ajena, enredando los dedos entre los oscuros cabellos, hasta llegar a uno de los cuernos, con el cual jugueteo.

por Invitado Miér Abr 11, 2012 7:32 am

Continué masturbándolo lentamente y haciéndolo sufrir durante un rato más, incluso después de escuchar su respuesta. Me gustaba torturarlo de aquella manera. Yo mismo estaba deseando llegar hasta el final, pero le haría esperar un poco más. Notaba en mi mano lo duro que estaba, y me divertía pensar que era gracias a mí que estaba tan excitado.

Mientras mi mano derecha seguía ocupada jugando con su miembro, la izquierda recorría lentamente su espalda dejando pequeños arañazos. Entonces sentí una de sus manos jugando con mis cuernos, parecían divertirle, y aquello fue la chispa que terminó de encender mi mecha. Cuando salía a la luz mi parte demoníaca en cierto modo estaba más sensible, y mis cuernos eran lo más característico de mi ser. Me había costado mucho dominarlos cuando me excitaba, al igual que las garras y los colmillos, y si alguien me los tocaba... en fin, pasaba a otra dimensión.

Antes de que pudiese darse cuenta estaba dentro de él, masturbando aún su falo con la mano derecha mientras la izquierda estaba en su cadera, agarrándolo con firmeza y moviéndolo en la dirección opuesta a mi miembro, haciendo las penetraciones más profundas y rápidas. Pronto mi mano derecha acompañó a la izquierda en la sujección, con lo cual entraba y salía de él rápidamente, metiéndome hasta el fondo y con fuerza, haciendo que sintiera todo mi miembro endurecido dentro de él sin parar.

por Invitado Miér Abr 11, 2012 7:31 pm

Su sangre se encontraba hirviendo acusa de aquel pecado capital, la lujuria, sintiéndose prisionero de aquella exquisita tortura, la cual estaba acabando con la poca cordura que le quedaba, si es que realmente le quedaba una pizca de ello, pues aquel demonio había conseguido que su cuerpo se encontrase completamente excitado, moviéndose a su propia voluntad sin seguir ordenes de su cabeza, simplemente dejándose llevar por las sensaciones del momento, pegando por un momento su espalda al torso ajeno.

De un momento a otro le fue imposible evitar el impulso que le llevo a acariciar aquel cuerno, el cual tocaba apenas con las yemas de sus dígitos, fascinado con él, a pesar de haber visto miles de demonios en su existencia, aquellos cuernos parecían tener algo especial que provocaba que los tocara con detenimiento, casi como si se tratasen de un objeto en exhibición de un museo, a su vez que enredaba los negros cabellos entre sus falanges, tirando apenas de ellos. Antes de que un sonoro gemido escapase de sus labios, al sentir la invasión en su interior.- Ahm…
Apoyo con fuerza una de las manos contra el piso, aferrando los dedos al pavimento el cual daño por la presión emergida, casi dejando las marcas de sus uñas, mientras que sus caderas se iban moviendo al ritmo impuesto de las estocadas.

Echo un poco más la cabeza hacia atrás, para alcanzar con ello a mordisquearle el cuello, dejándole apenas unos visibles hematomas, buscando vanamente ahogar los gemidos que escapaban con ímpetu de su garganta, golpeando su calido aliento contra la blanca piel, la cual iba humedeciendo con su saliva en cada mordisco que le daba, preguntándose por un segundo cual era el nombre de aquel demonio, aunque olvidándose de ello en cada que su cuerpo reclamaba por mas placer del que ya le era brindado.

por Invitado Mar Abr 17, 2012 9:29 pm

Mientras lo penetraba con fuerza y sin parar ni un solo instante, su boca se encontraba en mi cuello, dejándome pequeños mordiscos que me excitaban aún más, pues que me mordiesen el cuello era algo que me volvía loco, más de lo que estaba normalmente y más de lo que ya me estaba volviendo aquel caído.
Continué penetrándolo con rápidas embestidas que lo llenaban hasta el fondo, sintiendo cómo mi excitación iba aumentando más y más, si es que aquello era posible. Como siguiésemos a ese ritmo no iba a tardar nada en correrme.
De mis labios escapaban gemidos continuos que a veces se convertían en pequeños gruñidos y algún que otro jadeo, sintiendo cómo mi miembro se movía sin dificultad en su interior, lo que me permitía embestirlo más y más rápido.
Mi mano derecha volvió a su miembro. Lo masturbé lentamente pero sin pausa mientras mis caderas no dejaban de moverse en la dirección contraria a las suyas. Su miembro estaba completamente duro en mi mano, al igual que el mío en su interior. Quería que disfrutara, quería volverlo loco de excitación, quería acabar bien la noche, y qué mejor manera que aquella.

- Me sientes, ¿verdad? - susurré en su oído entre gemido y gemido antes de apartar su cabeza de mi cuello y ponerlo de nuevo mirando hacia el suelo sin parar de meterle mi miembro una y otra vez ni cesar el ritmo de mi mano - Estás deseando correrte... Y a mí no me queda demasiado - dije mientras con mi mano izquierda arañaba su espalda mientras ralentizaba el ritmo de las penetraciones para que ambos disfrutáramos más los últimos momentos.

por Invitado Vie Abr 20, 2012 6:38 pm

Sus labios recorrían beso a beso la extensión de su cuello, dejando marcas rojizas al paso de su boca, incluso rasgándole con los dientitos, deseando por un momento tener un par de colmillos para morderle, pero teniéndose que resignarse al no poseerlos, al mismo tiempo que capturaba la manzana de Adán, succionándole gustoso, cual caramelo, dejándole bien marcado el hematoma justo en ese lugar, mientras que los gemidos terminaban muertos contra el cuello, deseando en cada segundo que pasaba sentir mas aquel calido cuerpo, que llenaba todo su ser provocándole escalofríos, que le hacían perder todo el control entregándose simplemente al placer, arqueando un par de veces la espalda, haciendo que se pegase contra la piel del torso, gracias a el sudor que emanaban sus cuerpos.
Apretó un poco mas la mano contra el piso, buscando aferrarse, mientras que contraía su esfínter en cada embestía que daba el demonio de ojos azules en su interior, sintiendo apenas sus manos flaquear, recorriendo los espasmos cada rincón de su cuerpo, cual corriente eléctrica.-Uhm…-Respiro entre jadeos tratando de normalizar la respiración para poder articular palabra alguna. –Cual…amm es tu nombre?…- Musito, en el momento en que su rostro fue apartado del cuello, habiéndole besado antes donde dejo el hematoma, terminando por morderse el labio inferior en un vano intento por acallar los gemidos los cuales salían sin control alguno, entregándose a la locura del momento.
Al sentir las uñas enterrarse en su espalda, un gemido con ímpetu abandono su garganta, mientras sentía como su cuerpo estaba al borde de explotar, pero haciendo uso de la poca cordura que le quedaba para girarse, dejando al dueño de los ojos celestes con la espalda contra el piso, mientras que por su parte quedaba sentado en sus caderas, moviendo con arrebato sus glúteos contra la virilidad en su interior; llevando sus labios hasta el blanco torso donde le mordisqueo uno de los rozados botones, arañado le a hora si uno de los brazos al que se aferraba. -Ahm...demonios...-Gimió ronco, al sentir su cuerpo al punto del colapso.

por Invitado Mar Abr 24, 2012 7:29 am

Los gemidos no dejaban de salir de mi garganta, resonando en el faro, y yo ya no me molestaba en ocultarlos. Fuera seguía lloviendo a mares y probablemente hiciera frío, pero yo estaba ardiendo cual antorcha, más de lo normal, y el fuego que recorría mi interior era imparable, al igual que mis caderas.
Comenzaba a sentir leves escalofríos recorriendo mi espalda, señal de que no me faltaba mucho para correrme en su interior. El ritmo de mis embestidas se había reducido para alargar lo máximo posible los últimos momentos de placer, tanto para él como para mí.
Nuestras respiraciones estaban completamente aceleradas e intentar hablar hubiera sido un gran reto. Aun así, el caído decidió romper aquel silencio repleto de gemidos y gruñidos preguntándome mi nombre. ¿Qué sería lo próximo? ¿Pedirme mi número de teléfono? Tenía que estar de broma...o eso esperaba.

- ¿Qué importa eso ahora? - conseguí susurrar junto a su oído antes de morder el lóbulo de su oreja. - Digamos que...me llaman Derek.

Ni siquiera sabía por qué me había molestado en contestarle, pero aun así prefería no decirle mi nombre demoníaco, el cual sólo unos pocos privilegiados conocían. Sin embargo Derek Slash no estaba presente en aquel momento. Aquel estúpido humano se encontraba lejos de allí. Lo que le estaba haciendo sólo podía hacerlo yo, Arken. El humano no era más que una simple molestia que hacía que me controlase en momentos que requerían gran desenfreno. Aun así, empezaba a amaestrarlo, y sabía que en algún lugar, donde estuviera, estaba disfrutando de aquel polvo tan brutal.

por Invitado Sáb Abr 28, 2012 6:42 pm

Su húmeda lengua se entretenida delineando el botoncito con el cual jugueteaba, mordiéndolo apenas como si se tratara de una fruta, mientras que con una de sus manos, se dedicaba a darle el mismo tratamiento a su gemelo, solo que en vez de mordidas eran suaves pellizcos, mientras acallaba contra la piel cualquier sonido que amenazara con escapar de su garganta, los cuales le era realmente imposibles de controlar; mientras que por otro lado su mano libre se daba la completa libertad de explorar cada rincón de la blanca piel a la cual iba dejando marcas rojizas en el transcurso.

No supo ni en que momento aquella pregunta había abandonado sus labios, pues sólo había sido un pensamiento que estuvo rondando su cabeza insistentemente, pero agradeció profundamente que le hubiese contestado, aunque ni el mismo entendía para que le había preguntado aquello, más sin embargo solo escucho su nombre sin decir ningún comentarios mas, concentrándose en recorrer beso a beso el torso, mientras sus caderas iban aumentando cada vez mas el ritmo hasta volverlo frenético, haciendo un suave sonido al friccionar sus cuerpos.
Alzo la cabeza, mirando de reojo aquellos cuernitos, inclinando el torso hacia adelante para alcanzar a darle un lametón en uno de los cuernos, jugueteando como si se tratase de una paleta la cual saboreaba, al mismo tiempo que gemía muy cerca de la oreja contraria. Sintiendo su cuerpo estremecer en cada arremetida en su interior, completamente perdido en el sin fin de sensaciones que atravesaban su ser.

-Ahm…-Lamió lascivamente la oreja del demonio, mientras aferraba con algo de saña, los dígitos en el hombro donde dejo marcas, arqueando un tanto la espalda antes de que su cuerpo terminara por explotar, corriéndose entre ambos vientres; manchando su abdomen con el blanquecino liquido, al mismo tiempo que un gemido con ímpetu había escapado de sus labios; aprisionando entre sus calidas paredes la virilidad en su interior.

por Invitado Mar Mayo 01, 2012 5:02 am

Mis caderas perdían fuerza alzándose desde el suelo en la nueva posición en la que el caído me había colocado. Sin embargo, así veía su rostro, sus expresiones de placer, y tenía su miembro más a mano, nunca mejor dicho. En cierto modo ahora era él quien tenía el mando, quien controlaba el movimiento de los dos sentado sobre mis caderas, controlando así la profundidad de las penetraciones, aunque yo continuaba moviéndome debajo de él sin ninguna pausa.

Entonces prácticamente se tumbó sobre mí para lamer uno de mis cuernos, lo que provocó que soltara un gemido y lo penetrase con más fuerza por unos instantes. Además, escuchar sus gemidos tan cerca de mis oídos me estaba llevando a la locura, si es que podía volverme más loco de lo que ya estaba. Y no sólo eso, sino que en sus expresiones podía ver lo cerca que estaba del éxtasis.

Cuando ya no podía más, sentí cómo su interior se cerraba alrededor de mi miembro en el momento en que se corrió sobre mi vientre. Escuchar aquel gemido y sentir aquella presión en mi miembro hicieron que yo mismo soltase un gran gemido en el momento en que me corrí en su interior, llenándolo por completo. En ese momento, mis ojos volvieron a tornarse grises y mis garras y mis cuernos se escondieron de nuevo. Quedé completamente exhausto tumbado en el ya no tan frío suelo del faro, con él aún encima y mi miembro aún en su interior.

por Invitado Vie Mayo 04, 2012 7:46 am

Arqueo un par de veces la espalda, sintiendo el mar de sensaciones recorrer toda su espina dorsal, mientras que sus labios se dedicaban a recorrer beso a beso aquellos cuernos con los que se encontraba perdidamente fascinado, en lo que una de sus manos se dedicaba a dejar visibles arañones causados por sus uñas, casi al grado de provocar que un par de finos hilos carmín brotaran de la blanca piel.
Mientras que un par de gemidos más abandonaban sus labios, escapando con ímpetu, al sentir el calido líquido llenar sus entrañas, antes de que su cuerpo terminara desplomado sobre el contrario; subiendo y bajando su pecho por la respiración agitada.

Alzo apenas la cabeza, mirándole através de negros cabellos que se pegaban en su frente a causa del sudor que emanaba su cuerpo, delineando sus facciones con ello, mientras que sus orbes azules se mantenían fijas en como iban desapareciendo aquellos cuernos, junto con aquellas características demoníacas que hace un par de minutos habían aparecido, volviendo a lucir como lo había visto en la playa.
Incorporo apenas un poco el cuerpo, mirando con un tanto embobado al demonio, antes de plantarle un beso en la comisura de los labios, dejándole un pequeño brillo de saliva.
-הם אנג'ל דומה אפילו– Escribió aquellos símbolos sobre el torso denudo, marcándolas apenas con sus uñas, sin hacer ningún ademán por moverse de aquella postura, por el contrario se dedico a repartir varios besos en el cuello.

por Invitado Mar Mayo 22, 2012 5:13 am

Cerré los ojos, tumbado tranquilamente sobre el suelo con el caído sobre mí, ambos respirando con dificultad a causa de todo el ejercicio que acabábamos de hacer. Antes de que mis cuernos desaparecieran sentí sus labios sobre ellos, haciéndome de nuevo cosquillas que no me disgustaban en absoluto.
Finalmente, volvía a tener mi aspecto humano, un aspecto frágil comparado con el de demonio que había mostrado minutos antes. Así parecía incluso indefenso, aunque las apariencias siempre engañaban, y más si se trataba de un ser sobrenatural o un no-humano como éramos los dos.
La sangre de mi pecho, provocada por sus uñas, ya había secado, y las heridas se habían cerrado sin dejar marca alguna, como si jamás hubiesen existido. La única prueba era la sangre que manchaba mi blanca piel.
Abrí ligeramente los ojos y lo encontré mirándome fijamente, ensimismado con algo que no llegaba a comprender. En ese momento a sus ojos y a los de cualquiera era un simple humano, ¿qué le fascinaba tanto?
Seguí con la mirada su uña, haciendo unos símbolos en mi piel que conseguí descifrar, ya que gracias a mi naturaleza, o eso pensaba, era capaz de comprender cualquier lengua existente, ya que en cierto modo yo como demonio nacido en el Inframundo no poseía ninguna y a la vez las poseía todas. Podía haber surgido en cualquier lugar de la Tierra y hacerme entender a la perfección.
Me reí ante aquellas letras - Qué casualidad, eso es lo que significa mi nombre, Ángel. Irónico, lo sé.
En el exterior, la tormenta había llegado a su fin y la oscuridad reinaba en el faro y en la playa. Nosotros podíamos ver sin ningún problema en la ausencia de luz, pero aun así decidí remediarlo. Con un fuerte soplido una enorme llamarada llegó hasta el lugar donde se solía encender la luz del faro. De nuevo todo estaba iluminado y yo me encontraba demasiado cansado como para intentar siquiera moverme.

por Invitado Mar Mayo 22, 2012 8:11 pm

Había dejado caer su cuerpo sobre el contrario, mientras sus orbes se encontraban clavadas en aquel demonio admirando aquel cambio, observando con cuidado como iban desapareciendo aquellos cuernos, quedando en aquella forma humana, que hizo que le mirara perdidamente embobado, como si se encontrara apreciando a la bella diana en todo su esplendor, con ese brillo plateado que deslumbraba todo, y si, esos ojos azules del azabache eran como hermosos zafiros que alumbraban en la oscuridad.
Sonrió ladino sin hacer ningún ademán por levantarse, por el contrario se encontraba muy cómodo recostado sobre el calido cuerpo, el cual le resultaba mucho mas cómodo que un colchón de plumas de golondrina- Pensé que tu nombre era Derek…-Alzo apenas una de las cejas, atrapándole en la mentira, por aquel pequeño comentario- Bastante irónico de verdad, un demonio de nombre Ángel, pero…realmente te queda…-Le guiño un ojo, en un sutil coqueteo, pareciéndole un poco extraño realmente que su nombre significara ángel, pero bueno las ironías de la vida se daban siempre.

Entre cerro los orbes azules, al ver la oscuridad ser desterrada por la llamarada, cosa que provoco que una de sus manos fuera hasta su rostro, para tallase los ojos tratando de acostumbrarse de nueva cuenta a la deslumbrante luz. –Me has dejado ciego…-Dijo claramente jugando por el tono de voz con que lo dijo, siendo un tanto picaron. Mientras sus manos se dedicaban aún a explorar el torso ajeno, delineando con sus dígitos los perfectos pectorales, tocándole apenas con las yemas de los dedos; pero siendo esto un acto inconciente, ya que ni siquiera lo estaba pensando, simplemente sus manos tenían vida propia. Al tiempo que termino apoyando de nueva cuenta su rostro contra el torso, aspirando suavemente su aroma, habiendo logrado ya tranquilizar la agitación de su respiración.

por Invitado Miér Mayo 30, 2012 11:48 pm

Acaricié lentamente la cabeza del caído mientras él seguía tumbado sobre mí. Parecía estar cómodo, y a mí no me importaba tenerlo encima, no me molestaba en absoluto. Sonreí levemente, ya que estaba tan a gusto así que no me apetecía ni sonreír, ni hablar ni nada, pero estaba claro que le debía una explicación - En ningún momento mentí. Dije que me llaman Derek y es cierto, así es como conocen a mi forma humana. Sin embargo, supongo que te mereces saber que mi verdadero nombre es Arken, así me llamaron mis padres al nacer. Así es como se llama ese ser con cuernos, colmillos y garras que has visto antes... - me reí al escuchar que realmente me pegaba llamarme Ángel aun siendo demonio. El mundo estaba repleto de ironías, y yo era una de ellas, un demonio llamado como sus eternos enemigos, qué gracioso. Aun así, cierto era que en mi interior había una parte de bondad que aún no había conseguido comprender, y dudaba que consiguiera hacerlo. - Ahora es cuando tú me dices tu nombre... Sé que no eres Lucifer, pues su esencia no me es desconocida, pero me gustaría saber quién eres, cuál de todos los traidores de Dios ha conseguido seducirme...
Observé con diversión cómo se tapaba los ojos con una mano, a la vez que el tono de su voz indicaba mucha picardía y tal vez un doble sentido en sus palabras. Su otra mano recorría mi torso lentamente antes de apoyar su rostro en él. - Si sigues acariciándome así vas a conseguir calentarme de nuevo...y no te conviene - reí con malicia mientras mi mano acariciaba con cuidado su oreja y su cuello.

por Invitado Vie Jun 01, 2012 5:31 pm

Inclino apenas la cabeza de lado, rozando suavemente su rostro contra la mano del demonio, sin apartar ni un solo segundo la mirada de el, aunque eso si entre cerrando un tanto las orbes, mientras que escuchaba con atención sus palabras, alzando una ceja cuando dijo que su parte humana se llamaba derek, mientras que el lado demoníaco era Arken, bastante curioso realmente que tuviera ese nombre, pero sinceramente le quedaba muy bien, pues lucia como un ser celestial. –Arken, y cual de tus dos nombres te gusta mas?…-Pregunto con curiosidad.

Sonrió suavemente contagiado con la risa del azabache; antes de negar suavemente con la cabeza cuando dijo que era el turno de decir su nombre- Que fuerte suena eso de traidores de dios, mas bien me gusta mas decir que diferimos en ideales, y en efecto no soy Lu…-Dijo con tranquilidad aquel apodo por el que llamaba a su hermano. –Puedes llamarme Ariel…-Musito dando su nombre celestial, el cual tenía bastante tiempo sin pronunciarlo ni el mismo- Aunque también soy Apollyon… -Se mordió el labio inferior al dar su nombre demoníaco.

Continuaba acariciando la tersa piel del abdomen, dibujando pequeños circulitos, siguiendo las líneas de los pectorales. – Uhm y por que no me convendría hacerlo?…-Pregunto con la misma picardía en la voz, mientras su traviesa mano iba descendiendo hasta llegar a los huesitos de la cadera, donde hizo una suave presión con sus dígitos para irle dejando marquitas rojizas, tal vez para probar por que no le convenía, o realmente por que estaba buscando provocarle mas, ni el mismo estaba seguro cual de las dos era la respuesta a sus acciones.
Inclino un poco mas la cabeza de lado, provocándole escalofríos el roce en su oreja, al mismo instante que deposito un beso en el torso.

por Invitado Jue Jun 07, 2012 8:19 pm

Me divertí observando cada una de las expresiones que aparecían en su rostro, parecía un libro abierto. Fruncí el ceño levemente al escuchar su pregunta. - Muy pocos conocen mi verdadero nombre, por eso no te lo dije cuando me preguntaste. Para los humanos y para cualquiera soy Derek Slash, sepan o no que soy un demonio. No me gusta que conozcan mi verdadera identidad, ya que no siempre he tenido este aspecto ni lo tendré siempre, pero el demonio seguirá siendo el mismo, pasen los años que pasen. La carcasa es provisional, somos energía y podemos tener el aspecto que queramos, pero al demonio lo conoce mucha gente, y prefiero pasar desapercibido. Aun así, no me sirve de mucho, ya que los demonios me pueden reconocer... - me reí al darme cuenta del discurso que acababa de soltar y ni siquiera había respondido a su pregunta - Puedes llamarme como quieras. Al fin y al cabo, ambos son mi nombre a ojos prácticos.

De nuevo me puse serio cuando comenzó a explicarse para después contarme quién era en realidad, ya que sentía demasiada curiosidad. Abrí los ojos todo lo que fui capaz cuando escuché su nombre. Únicamente con el celestial ya lo había reconocido, pero me era mucho más familiar su nombre de demonio, ya que era más normal escucharlo por el Inframundo. - ¿Eres Abaddon? ¿El ángel del abismo sin fondo? ¿El Destructor? - pregunté mientras me incorporaba ligeramente sin retirarlo de encima de mí mientras lo miraba con fijeza y curiosidad, además de fascinación - Vaya... Eso sí que no me lo esperaba...

Reí al ver que cada vez lo hacía con más intención, quería provocarme - Porque si me caliento va a volver a subir la temperatura de este faro, tú ya me entiendes... ¿No has tenido suficiente ya? - volví a reírme sin dejar de acariciar lentamente su cuello con las yemas de mis dedos

por Invitado Lun Jun 11, 2012 8:08 am

Dejo escapar una suave risita al escuchar todo el discurso del nombre, llegando a la conclusión de que el verdadero nombre era Arken, o bueno al menos el verdadero nombre de con quien se encontraba hablando en esos momentos, pareciéndole bastante curioso el hecho de que conservara el nombre de su parte humana. –En eso te doy la razón el cascaron es solo provisional… y no siempre conservaremos la misma forma…- Aunque por su parte siempre había lucido como su forma angelical no recordaba día de su existencia en que no fuera así, hasta el día que se tropezó del cielo, fue entonces cuando se hizo poseedor de otra apariencia la cual usaba solo cuando estaba en el hades. –Siendo así entonces te llamare ahm… Derken…-Musito cambiándole el nombre como mala costumbre que tenia.

No solía dar explicaciones de la mala relación que llevaba con el creador pero por alguna extraña razón sentía la necesidad de excusarse por sus malas acciones, y no parecer que fue por simple capricho su caída como en la mayoría de los casos, al menos no deseaba que derken creyese aquello.

-Ah…bueno también me llaman de esa manera en algunos lugares…-Dijo con un picara sonrisa en los labios, encogiéndose un tanto de hombro, semi incorporándose cuando el azabache se movió. –Esperabas un demonio mas grande? –Pregunto curioso, mientras miraba perdidamente las orbes color cielo.

-Uhm hace algo de frió aquí, creo que me agrada la idea de que vuelva a subirse la temperatura…-Musito con voz tersa, mientras depositaba un par de besos mas en l torso, haciendo un caminito transparente hasta subir por su cuello, donde le hizo un pequeño hematoma, asegurándose de dejarle bien marcado- Tu has tenido suficiente ya?…-Respondió aquella pregunta con otra pregunta, inclinándose un poco mas hacia delante, para poder robarle un beso, empujando un poco su lengua contra los labios ajenos, pidiendo permiso para colarse.

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