Disfrutando de la lluvia [Abaddon] +18

por Invitado Sáb Feb 11, 2012 10:56 am

No hacía demasiado tiempo que había llegado a la ciudad de Los Ángeles, de hecho no llevaba en ella ni un mes, pero empezaba a acostumbrarme a ella. Lo que más me gustaba era el mundo de la noche, pero eso siempre me había gustado, llevaba viviendo en las sombras casi 900 años, aunque también salía de día de vez en cuando, ya que en casa me aburría demasiado.
Aquella noche decidí ir a la playa, ya que era una noche perfecta, con viento y lluvia.
Caminé por la orilla del mar durante un buen rato y después decidí sentarme en la arena, a contemplar desde allí la luna, las olas del mar chocando contra las rocas y la lluvia enfureciéndolo aún más mientras empapaba mi ropa. Aquello sí que merecía la pena y por eso podría acostumbrarme a aquella ciudad.
Inmerso como estaba en mis pensamientos, no fui consciente de que no estaba solo en el lugar...

por Invitado Sáb Feb 11, 2012 3:25 pm

Había pasado la mayor parte del día en el puerto, asoleándose a pesar de que ni el mismo sol quemaba su blanca piel, hasta que callo la noche. Últimamente llevaba semanas enteras paseándose por ahí, particularmente por que no le gustaba estar rodeado de personas, y al parecer los mortales temían por su existencia si se acercaban demasiado al borde. Aquello le causaba bastante gracia, y más cuando se tropezaban por accidente y caían al agua.
Pero para su desgracia ese día que había decidido leer con calma, la lluvia se soltó mojando todas las hojas de su libro, y para colmo perdiendo las gafas de lectura, bonito día? No.
Lo único que tenia de agradable era el rugir de las olas que azotaban con tremenda fuerza a la horilla, rompiéndose algunas con las rocas. Una muestra de la fuerza de la naturaleza, y por que no admitirlo una de sus más grandiosas obras de arte, el mar.

Termino resignándose por la lluvia, por lo que opto por admirar el mar en todo su esplendor, formándose una pequeña capa de espuma en la arena, percatándose en el momento que no se encontraba sólo. “Un alma para torturar”- pensó mientras avanzaba hasta él, llevando las manos metidas en los bolsillos del pantalón. –Encantadora noche…-Dijo antes de observar al demonio, percatándose de que había algo raro, y no era un humano común y corriente, si no una clase de criatura infernal, poco le importo aquello, después de todo necesitaba algo con que entretenerse, mortal o inmortal, bueno o malo, pensaba torturarle.

por Invitado Dom Feb 12, 2012 8:55 am

Cuando quise darme cuenta de que había alguien más en el lugar, ya era demasiado tarde, él también había reparado en mi presencia, y no sólo eso, sino que había tenido la genial idea de hablarme.

"Lo que me faltaba, tener que aguantar a algún niño llorón cuando estaba tan a gusto yo solo..."

Giré la cabeza ligeramente y olfateé disimuladamente para intentar averiguar qué era aquel que había osado molestarme, pues estaba claro que no se trataba de un humano. No... Atrás había dejado su identidad de ser celestial, pero aún quedaba en él algún rastro de su anterior vida. No había duda, era un caído. Sonreí levemente, la noche no había hecho más que empezar. Siguiera siendo un ángel o no, aquel desplumado iba a ser mi entretenimiento. Ante la idea de jugar un poco, mis ojos se volvieron rojos por completo antes de volverse grises de nuevo.

- Sí...genial... - contesté sin siquiera girarme de nuevo a mirarle, aunque antes tampoco me había detenido a observarlo, solamente a olfatearlo. Aun así, no me interesaba en absoluto saber si era alto o bajo, moreno o rubio.

Aún bajo la lluvia, cambié mi postura de sentado a tumbado, con los ojos cerrados y la ropa ya empapada por completo.

por Invitado Dom Feb 12, 2012 9:39 am

Camino entre la arena, hundiendo sus pies en esta al andar, dejando huellas mientras se encaminaba un poco hacia el mar, observando detalladamente las olas, mientras pensaba que clase de maldad le entretendría el día de hoy, pues muy a pesar de que el otro fuese un demonio, pretendía usarlo de carne de cañón, después de todo él era un caído y no por nada lo habían arrojado del cielo, o si?.
-Veo que alguien se carga un pésimo humor…-Dijo al notar aquella frívola respuesta, la cual era completamente de esperarse viniendo de un demonio.
Paseo sus orbes celestes por el cuerpo de su acompañándote, notando como la tela de la ropa se le pegaba completamente a sus pectorales, a causa de la lluvia, que provocaba que todo se humedeciera.

Busco entre sus ropas una cajetilla de cigarrillos, llevándose uno a la boca, sin llegarlo a prender todavía, jugando simplemente con este en sus labios, al tiempo que comenzaba a patear un poco la arena, la cual cubría parte de las piernas del demonio, ocurriéndosele la grandiosa idea de enterrarlo, aunque no le parecía tan maligno por lo que descarto la idea.- Tiene mejor vista el mar desde el mirador… gustas venir… puede que caiga un rayo y destruya todo a su paso…

por Invitado Dom Feb 12, 2012 10:41 am

Escuchaba cada uno de sus pasos por la arena más que húmeda de la playa, esperando que no se acercase demasiado a mí, pues sólo me gustaba estar bien cerca de las mujeres, y estaba bien claro que él no era una mujer, por lo que no me interesaba lo más mínimo. Me encantaba el sexo, eso era cierto, y también era cierto que alguna que otra vez había experimentado con hombres, ya que en mis 851 años había tenido tiempo de hacer muchas cosas, pero no era tan satisfactorio como hacerlo con mujeres. Eso sí que me volvía loco, sentir cada curva del cuerpo de una mujer pegada a mi piel, moviéndonos a un mismo ritmo en cientos de posturas diferentes. Con un hombre, sin embargo, no había muchas opciones posibles, y terminaba siendo tremendamente aburrido.

¿Realmente se sorprendía por mi tan agradable humor? Aquel caído debía de haber conocido pocos demonios a lo largo de su miserable existencia. ¿Qué esperaba? ¿Un cálido abrazo y una conversación amistosa? No iba a recibir ninguna de las dos cosas por mi parte, eso estaba más que claro.

Le observé un momento sin mostrar ningún tipo de expresión en mi rostro y lo descubrí recorriendo cada milímetro de mi cuerpo con sus ojos. Estaba claro de qué plan iba aquel tipo, y si esperaba que cayera lo llevaba claro. Sonreí ante la idea de que aquel ser me creyera fácil de conseguir, qué equivocado estaba si así era.

Me reí ante su proposición de ¿dar un paseo juntos? No tenía fe... Con un simple chasquido de dedos encendí el cigarrillo que tenía en los labios antes de responderle.

- No te conviene estar en un lugar demasiado elevado en mi compañía... No olvides que ya no tienes alas... - pensé en la posibilidad de que cayera un rayo como él había dicho - Es posible, y me gustaría estar presente cuando eso ocurra. Además, nadie ha dicho que yo esté observando el mar. No sé si te has dado cuenta de que tengo los ojos cerrados. - así era, de nuevo estaba tumbado con los párpados cubriendo mis ojos.

por Invitado Dom Feb 12, 2012 12:02 pm

En medio de su recorrido sus orbes azules se toparon con las azulinas contrarias, aunque no por ello dejo de observarle con detalle, después de todo era libre de mirar lo que le viniera en gana, además sin las gafas no tenia muy buena vista. No negaría que estaba de muy buen ver, pero eso no lo iba a librar de ser una de sus victimas, y cuando se refería a victima, no era a una de sus victimas de noches, para nada, si no a quienes torturaba bajo el bisturí y disfrutaba de verles sufrir.

Exhalo el humo del cigarrillo, formando con esta pequeñas donas que se iban perdiendo en el aire, guardándose las palabras de agradecimiento, después de todo el no pidió fuego para su cigarrillo., por lo que no tenía que agradecerlo.
-O pequeño ingenuo, puede que no tenga mis alas pero eso no significa que no pueda evitar la caída…- Dijo completamente divertido, causándole hasta cierta gracia aquella actitud tan a la defensiva por parte del demonio, definitivamente eso seria bastante divertido, y al parecer el ingenuo demonio pensaba que era mas torpe que una gaviota.
-Vas a quedarte aquí tirado en la arena, o vendrás a ver desde el faro?…-Tomo con dos de sus dedos el cigarrillo, retirándolo de su boca, mientras observaba las orbes cerradas, comprobando lo que decía el morocho. Se giro dándole la espalda comenzando a andar en dirección al faro, mientras pensaba en una y mil formas para torturarlo en ese lugar, por el simple hecho de que le recordó sus alas pérdidas, aunque realmente no necesitaba de ni una motivación, ya que tenia planteada la idea de fastidiarlo.

Continúo avanzando hasta llegar al faro, abriendo el candado con facilidad para poder entrar, comenzando a subir las enormes escaleras en espiral, sujetándose del pasa manos para no resbalarse por la humedad de sus pies, importándole poco que todo se encontrase a oscuras.

por Invitado Lun Feb 13, 2012 6:39 am

Aun teniendo los ojos cerrados, sabía que aquel caído continuaba observándome, sentía sus ojos clavados en mí, sensación que no me agradaba demasiado pero que preferí obviar. Mis oídos podían percibir cómo su cigarrillo se iba quemando poco a poco y él le daba una calada antes de exhalar el humo. No sabía cómo se habría tomado el hecho de que le hubiera encendido el cigarrillo, pero me importaba poco. Aunque sabía que no me lo iba a agradecer, se lo había encendido con un fuego que no se iba a apagar bajo la lluvia, algo que parecía no haber comprendido, pues cualquier mechero hubiera sido inútil en semejante situación.

Escuché de nuevo sus pasos, esta vez alejándose de mí, supuse que en dirección al faro. Abrí los ojos y, cuando me pareció que estaba lo suficientemente lejos, me transformé en cuervo y salí volando en su misma dirección, sólo que yo llegué antes que él y me colé por una de las ventanas superiores del faro antes de volver a mi forma humana.

Poco después oí que llegaba el caído y abría la puerta, entrando con mucho cuidado, probablemente porque el suelo estaría resbaladizo. Cuando estuve seguro de que estaba en la misma estancia que yo, encendí un único dedo, suficiente para iluminarme la cara y revelar mi presencia, además de la sonrisa de superioridad de mi rostro.

- Yo soy un demonio...y tengo alas. - me reí, restándole importancia al hecho de que me había tenido que quitar la camisa para hacer más fácil mi transformación en pájaro - Ahora dime, ¿por qué querías que viniera? ¿Pretendes matarme o algo así? - volví a reírme ante aquella idea.

por Invitado Lun Feb 13, 2012 11:28 am

Miro de momentos de reojo hacía atrás, percatándose de que aquel demonio ya no se encontraba tirado a la horilla del mar, por lo que se imagino que se encontraba ya en el faro. Negó con la cabeza, pues no había nada mas grato que caminar en la arena, o bueno aquello era desde su punto de vista.

Continúo con su paso tranquilo, subiendo las escaleras hasta llegar al final de la torre, sin tropezar a pesar de que todo se encontraba en perfectas penumbras.
Dibujo apenas una pequeña sonrisa en los labios al ver aquella pequeña antorcha anunciando la presencia del dueño de los cristales azules, causándole cierta gracia aquella sonrisa de autosuficiencia, aunque claro para el fue algo mas encantador que una muestra de poder.

-Claro querubín, de seguro son alas de algún animal, ya dudo mucho que tengas unas alas emplumadas… además dudo mucho que te queden…-Dijo aun con el cigarro en la boca, el cual sorprendentemente no se había apagado con la lluvia, que parecía diluvio.
-Jaja para nada, como crees que te e traído solo asesinarte?… -Dijo con completo sarcasmo en la voz, pues cual mas podía ser su intención siendo un ángel caído sin nada divertido que hacer. –Como te dije, te e invitado a ver los rayos que caerán…-Señalo hacia el cielo, donde comenzaban a formarse pequeños rayos los cuales aún no daban señal de querer caer. –Eres un exagerado…-Dijo con calma, manteniendo sus ojos lejos del cuerpo del demonio, pues tenia intenciones de torturarlo, no de admirarlo.

por Invitado Mar Feb 14, 2012 8:15 am

Me reí al escuchar cómo me llamaba. Querubín, un adjetivo interesante para calificar a un demonio.

Apagué de un soplido la pequeña vela que había formado en mi dedo, ya que en verdad no necesitaba de luz alguna para ver en la oscuridad. Observé al caído de los pies a la cabeza por primera vez desde que había tenido la osadía de acercarse a mí. Para ser sincero, no me importaría pasar una noche loca con él, y por la forma en que lo había pillado mirándome estando yo sin camisa, estaba prácticamente seguro de que a él tampoco le importaría. Aun así, si quería algo, se lo iba a tener que montar bien, pues yo sólo era fácil con las mujeres.

- ¿Y si no son emplumadas, cómo son las alas de los animales según tú? - pregunté riéndome detrás de él, donde había ido a parar en un rápido movimiento. Era tan divertido desesperar a los demás... - Siento decirte que no va a caer rayo alguno. La tormenta está parando. Es una lástima, me gusta sentir la lluvia sobre mí... - dije prácticamente susurrándole al oído antes de subir de un salto donde debería estar la bombilla del faro y encender una hoguera para alumbrarlo todo.

por Invitado Mar Feb 14, 2012 9:20 am

Parpadeo apenas los orbes azules al notar la ausencia de la pequeña vela, que a decir verdad no le molestaba en lo absoluto, por el contrario le agradaba ya que era como un tipo de imán para voltear a ver al demonio con una buena excusa y no simple y mero descaro, aunque era un caído era lo mínimo que podía esperarse de su parte el demonio.
Una pequeña sonrisa adorno sus labios al sentirse observado por primera vez en todo el rato junto al demonio, aunque no permitió que notara la picardía en su rostro.
-Depende de que animalucho estemos hablando, los murciélagos tienen alas de cartílago sin ninguna pluma, y bueno las palomas y cuervos son disque emplumadas, por que son diminutas las plumas a comparación de los ángeles…son casi como un cuarto en tamaño…- Dijo mientras recordaba la diferencia que tenían, a decir verdad demasiadas diferencias.
-A caso eres el oráculo para predecir si van a caer?…No te confíes que en cualquier minuto caerá uno…-Escucharlo hablar tan cerca solo provoco que inclinase la cabeza de lado, intentando ocular la oreja, pues aquello le ocasionaba escalofríos, aunque también fue una clara invitación a tentarlo, nadie venia a hablarle a la oreja y después salía bien librado.
Se giro para encontrarse con el, pero para eso el demonio ya estaba prendiendo la hoguera- Quien fuera la lluvia…- Musito divertido, jugando con el cigarrillo en su boca, mientras se encaminaba hasta donde estaba el oji azul, al mismo tiempo que comenzaba a caer un rayo.- Ya viste, sabia que caerían…-Alzo ambas cejas en un gesto bastante divertido, posando dos de sus dedos en la boca ajena, para que no se atreviera a arruinar el momento diciendo que el lo había provocado, aunque en efecto había sido así, solo para contradecir al demonio. Rozo con suavidad los labios tocandole solo con las yemas de los digitos antes de quitar su mano.

por Invitado Mar Feb 14, 2012 10:18 am

Reprimí un bostezo ante la retahíla de cosas que dijo sobre las alas de distintos animales, arrepintiéndome de haber abierto la boca. Lo que tenía de atractivo, lo tenía de aburrido. Se me estaban quitando las ganas de jugar con él...a excepción de a un juego, que estaba seguro me sacaría del aburrimiento.

- Bueno, yo no controlo las tormentas, aunque me gustaría. La electricidad se la dejo a otros. Lo mío es el fuego y la tierra, aunque en menor medida. - ¿Por qué le daba explicaciones de mis poderes a aquel tipo? Ni siquiera sabía su nombre... y tampoco es que me interesase demasiado, la verdad.

Definitivamente, él también quería jugar, pues de lo contrario no habría dicho que le gustaría ser la lluvia para que la sintiera por mi cuerpo...

Estaba a punto de decir algo respecto a los rayos pero me quedé totalmente de piedra cuando me puso dos dedos en los labios. Aun cuando los hubo quitado me quedé sin saber qué decir, simplemente me separé de él y volví a subir donde la hoguera que había preparado, dispuesto a secarme un poco, aunque podía haberlo hecho hacía rato, pero tenía el pantalón completamente pegado a mí, como si de una segunda piel se tratase, y aunque estaba seguro de que el caído apreciaría tal visión, resultaba ciertamente molesto para mí, y no estaba dispuesto a quitarme el pantalón...de momento.

por Invitado Mar Feb 14, 2012 4:14 pm

Miro entretenido al demonio cuando le daba explicaciones, de sus poderes, cosa que le causo cierta gracia, pues era demasiado extraño que le diera esa clase de explicaciones, por su parte prefería controlar un poco de cada elemento, pero su favorito siempre seria el agua, nada como el elemento de la vida, después de todo aquel mundo esta hecho de H2O.

Había callado al demonio evitando que hablara, mientras sus dedos se dedicaban a delirarse los labios, tocándole apena con las yemas de los dígitos antes de apartarlos, llevándolos a sus propios labios en un acto reflejo, como si pudiese sentir aquel tacto, aunque claro nunca admitiría que fue por aquello.

Frunció el entre cejo al ver que se apartaba hacia la hoguera, pensando lo trágico de la situación, pues si la ropa se le secaba no lucirían igual esos pantalones, los cuales se ajustaban al cuerpo del demonio, dándole una bonita vista del panorama.
Dio un paso subiendo a donde estaba la hoguera, mientras que los rayos continuaban cayendo como si fueran realmente parte de la lluvia la cual no pensaba ceder. –Ese es un método muy lento para secarse…considerando que traes el cabello mojado…-Para eso ya se encontraba al lado del ojiazul, sacudiéndole los cabellos con calma para hacer que las gotas de agua salieran, aunque de paso tomandose la libertad de masajearle el cuello, sin bajar mas las manos.

por Invitado Miér Feb 15, 2012 8:51 pm

Incluso sin que él me lo dijera, tenía claro que aquella hoguera tardaría un buen rato en secarme el pantalón, pero me importaba más bien poco, lo único que quería era mantener una distancia de seguridad con él, aunque no parecía estar de acuerdo.

- Podría secarme antes de lo que se tarda en parpadear, ya que, como te he dicho, controlo el fuego, y ese elemento recorre todo mi cuerpo, por eso estoy siempre tan caliente, aparte de por mi propia naturaleza. Pero me gusta estar aquí, junto a las llamas. Me siento como en casa.

Callé por un momento y recordé el Infierno, todo cubierto de fuego, lava y sangre, donde sólo se oían lamentos de los desgraciados que iban a parar allí y eran torturados. Un escalofrío recorrió mi espalda al pensar en todo aquello.

Sin embargo, no duró demasiado esa sensación, pues enseguida otro tipo de escalofrío, de significado desconocido para mí, me recorrió desde la parte alta del cuello hacia toda la espalda cuando sentí los dedos del caído sobre mi pelo y mi cuello, masajeándome lentamente con intención, en teoría, de secarme el pelo. No podía negar que aquella sensación era agradable y sentía una especie de cosquillas por todo el cuerpo cuando me tocaba, pero no iba a caer tan fácilmente. Aun así, mi cuerpo comenzaba a traicionarme, pues mis ojos se habían puesto completamente rojos a causa de la excitación que comenzaba a apoderarse de mí y la temperatura de mi piel, normalmente mucho más caliente que la de los humanos, había ascendido unos grados.

Me separé de un brinco del caído y volví a la parte baja del faro, completamente a oscuras, lo cual no suponía un problema para mí, y menos aún con mis ojos rojos de demonio, los cuales no conseguía disimular, además de los colmillos que empezaban a aflorar entre mis labios.

por Invitado Jue Feb 16, 2012 8:21 pm

Una divertida sonrisa adorno sus labios al escuchar lo de que siempre estaba caliente, cosa que le causo cierta gracia y picardía, pues aquello podía ser tomado con doble sentido, el cual su mente retorcida era el primero que escuchaba, incluso sobre lo razonable de que se refiriera al infierno, aunque ese no era precisamente un lugar que le gustase recordar, por que si fuera de ese modo se encontraría ahí y no en la tierra.

Dejo de pensar tanto en aquel lugar de llamas, concentrándose en secarle los azabaches cabellos, deslizando con cuidado sus dígitos entre las hebras, las cuales iba haciendo buclecitos para sacar cada gotita de agua, al mismo tiempo que masajeaba con lentitud el cuello, tocándole solo con las yemas de los dedos, haciendo apenas una suave presión en la tersa piel; recorriendo toda la extensión de su cuello, formando pequeños círculos; terminando por olvidarse el principal fin que era secarle.
Se atrevió apenas a bajar un poco las manos por los hombros al sentir la piel un tanto mas calidad, cosa que fue como un incentivo para continuar con su recorrido, buscando quitar las bolitas de estrés que se acumulaban justo en los hombros.

Parpadeo los orbes zafiros al ver el brinco que había dado, lo cual lo regreso de golpe al faro, encontrándose con unos atractivos ojos rojizos- Te encuentras bien? O te has vuelto loco? –Pregunto en un tono un tanto juguetón y melodioso. Comenzaría a creer que aquel demonio estaba bastante loquito, cosa que sinceramente la agradaba y le hacia querer seguir jugando. –Te perderás la mejor parte de los rayos si te quedas ahí…-Dijo con completa tranquilidad, dando un par de pasos hacia el barandal, apoyando ambas manos en el pasamanos; admirando por un momento las olas del mar.
Antes de aparecer enfrente del demonio, recargando la espalda en la pared mientras le observaba inquisitivo- No se te ve muy bien…deberías relajarte…-Llevo una de las manos hasta los colmillos que comenzaban a brotar, rozando su dedo pulgar en ellos, pasando después a sus labios para terminar apoyando aquella mano en la mejilla atrayéndole un poco hacia el, rozando apenas sus labios sin hacer nada mas.

por Invitado Jue Feb 16, 2012 10:05 pm

Mis ojos rojos brillaban con intensidad en la oscuridad del faro, únicamente iluminado por algún relámpago ocasional. Lo único que destacaba en el centro de lo que parecían dos pequeños lagos de sangre eran mis retinas, levemente alargadas como las de un felino, cuyos instintos a veces me superaban.

Sonreí con una expresión que bailaba entre la picardía y la malicia cuando me preguntó si me encontraba bien, ya que aquella reacción por mi parte únicamente se debía a la excitación que él mismo estaba provocando en mí, algo que no estaba dispuesto a admitir pero que no parecía ser necesario hacerlo, pues estaba seguro de que faltaba poco para que todo explotara.

- Ahora mismo los rayos me importan un bledo... - dije prácticamente gruñendo, pues sentía que salían a la luz mis instintos de demonio y aquello podía no ser demasiado bueno, pues podrían ocurrir dos cosas, o que terminase cediendo a aquel juego que se traía el caído y nos volviésemos locos los dos, o que me volviese loco únicamente yo en el mal sentido, en cuyo caso las consecuencias podían llegar a ser devastadoras.

Le miré a los ojos cuando se presentó ante mí y me dijo que debería relajarme, pues en esos momentos se me estaba ocurriendo una buena manera de relajación que seguramente le gustaría...

Un leve gruñido resonó en mi garganta cuando me tocó los colmillos que empezaban a asomar en mi boca, tras lo cual rozó mis labios y mi mejilla, acercándose peligrosamente a mí hasta rozar sus labios con los míos, lo que provocó una reacción en mí que probablemente él no esperaba. En un rápido movimiento cambié nuestras posiciones, apoyando su espalda en la pared tal vez con demasiada brusquedad. Entonces mis ojos brillaron con más intensidad cuando me lancé a su boca con los labios entreabiertos e introduje mi lengua en ella, buscando la suya desesperadamente.

por Invitado Vie Feb 17, 2012 8:18 pm

Una traviesa sonrisa esbozo sus labios, al escuchar el comentario del demonio, si los rayos le importaban un bledo en ese momento, entonces que era lo que le importaba?, se pregunto mentalmente, divirtiéndose con las acciones ajenas, mientras sus orbes seguían cada uno de los movimientos del a hora ojirubi, siguiéndolo de cerca, manteniendo apenas un discreta distancia cuando le siguió.

Rozo suavemente la yema del pulgar contra uno de los colmillitos, como si quisiera provocar un pequeño corte, pero sin hacerlo, simplemente dedicándose a juguetear, con las mas finas intenciones de provocarle cuando rozó sus labios.
Parpadeo apenas los ojos por la reacción del azabache, quedando con la espalda apoyada contra la pared, pero restándole importancia a la brusquedad con que le acorralo, ya que se encontraba mas enfocado en el tacto de los labios ajenos, los cuales devoraba en medio del beso, entre abriendo un poco la boca, para entrelazar su lengua con la contraria, recorriendo cada rincón de la cavidad bucal. Tomándose la libertad de llevar una de las manos hasta el torso del morocho, deslizando con tranquilidad sus dedos sobre la tersa piel, tomando unas cuantas gotitas de agua entre ellos, las cuales paseo delineándole los perfectos pectorales, terminando por presionarlos un poco para dejarle pequeñas marquitas rojizas en el transcurso hasta llegar a los huesitos de la cadera, viendo truncado su camino por el cinturón del pantalón.
Bajo un poco más aquella traviesa mano hasta ir a parar a la espalda baja, acariciándole en suaves roces, al tiempo que iba arrastrando de la pretina el pantalón entre sus manos, llegando a acariciarle los glúteos, en sus forcejeos contra la prenda.

Separo apenas sus labios, rozándolos suavemente, para atraparle el labio inferior entre los propios, tirando de el un par de milímetros, antes de volverle a besar con la misma intensidad, inclinando un poco la cabeza de lado para encajar perfectamente sus bocas como si se tratasen de dos piezas de rompecabezas.

por Invitado Mar Feb 21, 2012 9:16 am

Reaccionó a mi beso como yo esperaba, sin apartarse y besándome con bastante intensidad, ya que se notaba que era lo que llevaba deseando desde que me había visto mojándome en la playa. En un principio yo no tenía interés alguno en él, pues aunque no tenía problema en acostarme con hombres, prefería hacerlo con mujeres.

Tiré de su camisa prácticamente arrancándosela, viendo así su torso desnudo y aún mojado por la lluvia. Solté sus labios y pasé a su cuello, paseando mi lengua por él y mordiéndolo levemente mientras mis manos recorrían todo su cuerpo, tanto por delante como por detrás, deteniéndose de vez en cuando sobre su miembro, rozándolo sobre la tela del pantalón, también húmedo, al igual que el mío.

Continué lamiendo su cuello y pasé a lamer su torso, deteniéndome en sus pezones mientras le desabrochaba el pantalón y jugaba con mi mano sobre su miembro sin introducirlo aún en la prenda.

por Invitado Mar Feb 21, 2012 4:36 pm

Rasgo suavemente la lengua ajena, mientras jugueteaba en medio del beso, disfrutando del adictivo sabor del demonio, tomándose su tiempo en recorrer la cavidad bucal, explorando tal pirata en mares desconocidos. Inclinando la cabeza hacia atrás cuando bajo por su cuello, el cual dejo totalmente expuesto y a merced del oji azul; sonriendo con picardía al ver su camisa hecha trizas, ya después se preocuparía por sus ropas, de momento tenia cosas mas importantes que ocupaban su cabeza, como la suavidad de la piel del azabache.

Un suave gemido abandono sus labios, escapando con libertad, erizándosele la piel al tacto de las calidas manos sobre su fría piel. Mientras que su traviesa mano se paseo con completa libertad y descaro por la espalda ajena, antes de pasarla hacia el abdomen, tomando el botón del pantalón para desabrochárselo, para colar su mano dentro de las prendas, acariciándole con las yemas de los dígitos la extensión de la virilidad.

Apego su cuerpo al contrario, terminando por llevar sus labios a la oreja ajena, atrapando entre sus labios el lóbulo el cual succiono lascivamente, terminando por colar su lengua dentro de la oreja, dibujando pequeños círculos.-Vaya que no era albur eso de que siempre estas caliente….-Murmuro sin apartar la lengua del oído.

por Invitado Vie Feb 24, 2012 11:52 pm

Un leve gruñido resonó en mi garganta cuando sentí su mano en mi miembro, el cual ya de por sí siempre estaba caliente, al igual que todo yo, pero comenzaba a reaccionar ante sus caricias y el contacto con su cuerpo.

Mordí suavemente su oreja y su cuello antes de contestarle - Aunque siempre puedo ponerme más caliente... Puedes probar, tal vez lo consigas. - dije antes de arrancarle, literalmente, los pantalones, dejándolo únicamente en ropa interior, la cual no duraría mucho tiempo más puesta en su cuerpo, pues si no se la quitaba él terminaría quitándosela yo, eso estaba claro.

En otro rápido movimiento gracias a mi naturaleza, cambié nuestras posiciones, apoyando su espalda contra el suelo del mirador, volviendo a besarle mientras mis manos paseaban a su antojo por cada milímetro de su cuerpo semidesnudo.

por Invitado Sáb Feb 25, 2012 6:17 pm

Atrapo entre sus dígitos la virilidad masajeándole lenta y tortuosamente, mientras que le presionaba con el pulgar la glande. Inclino de lado la cabeza al sentir el mordisco en su oreja, cosa que le provoco escalofríos, escapándosele un suave suspiro de los labios- Me apetece sentir que tanto puede calentarse tu cuerpo…-Musito con perversión en la voz, al tiempo que hacía mas presión con la mano, estrujando con suavidad el falo, con las intenciones de ver hasta que temperaturas podía llegar a alcanzar el cuerpo del azabache.

Enarco divertido una de las cejas al notar sus pantalones fuera, antes de terminar recostado en el piso, con su espalda tocando el frío pavimento, mientras que sus labios se volvían a fundir con los contrarios, enredando sus lenguas en una sensual danza por tener el control; al mismo tiempo en que le saco los pantalones junto con la ropa interior, la cual arrojo a algún rincón del faro.

Posó una de las manos en el torso ajeno, empujando al demonio para intercambiar posiciones dejándolo recostado contra el piso, mientras que por su parte quedaba sentado en las caderas, sin despegar ni un milímetro sus labios, los cuales devoraba con gusto, teniendo que separarlos un poco para tomar algo de aire, llevándolos después por su torso desnudo, atrapando uno de los pezones entre sus labios, el cual succiono, dándole uno que otro mordisco.

por Invitado Jue Mar 01, 2012 12:28 am

Sentía cómo poco a poco mi miembro comenzaba a reaccionar a sus caricias, poniéndose cada vez más duro y caliente, lo que estaba claro que pretendía que ocurriera, sino no me torturaría de esa manera.

- Pues lo vas a poder comprobar. Por tu culpa me está subiendo la temperatura... - dije, antes de sentir cómo presionaba aún más con su mano entre mis piernas.

Pronto me vi sin pantalones y sin ropa interior, completamente desnudo sobre el ángel caído, aunque aquella postura duró poco, pues enseguida cambió nuestras posiciones, dejándome a mí sobre el suelo, el cual a pesar de estar mucho más frío que mi cuerpo no me afectaba en absoluto, pues yo jamás sentía frío. Entonces le arranqué su ropa interior para estar los dos totalmente desnudos, pues no me parecía justo que él siguiera teniendo ropa y yo no.

Recorrió todo mi torso con sus labios hasta llegar a mis pezones y entretenerse en esa zona mientras mis manos jugaban traviesas por su cuerpo, hasta que una de ellas llegó a su miembro, agarrándolo con fuerza y comenzando a masturbarlo lentamente.

- Veamos lo caliente que puedes llegar a estar tú...

por Invitado Jue Mar 01, 2012 8:39 pm

-Ese es el propósito… averiguar a cuantos grados comienza a hervir tu cuerpo…-Murmuro con cierta picardía en la voz, manteniendo el ritmo de aquel masaje que le brindaba con la mano, el cual iba aumentando poco a poco la velocidad para después disminuirla y continuar así sucesivamente, bajando y subiendo.
Una vez que le dejo recostado contra el piso del faro, se dedico a explorar su abdomen beso a beso, dándole uno que otro chupetón el cual no le dejaría muy marcados hematomas, ya que la presión en sus labios no era lo suficiente para llegar a ello, o no al menos para que duraran las marquitas mas de dos segundos, o al menos eso fue hasta que capturo entre sus labios el rozado botón, el cual mordisqueo con saña, presionándole con los dientes mientras le succionaba hasta dejarlo erecto.

Alzo una ceja al sentir sus boxers siendo retirados, cosa que le causo un gran alivio pues comenzaban a ser completamente estorbosos; escapándosele un suave gemido al sentir la calida mano rodear su virilidad, provocándole suaves escalofríos.-Querubín soy como el agua… mi punto de ebullición son los 100 ºC…-Dijo con cierta diversión ya que su elemento favorito siempre había sido el agua, a la vez que dejaba que el calido aliento de sus suspiros golpeara la blanca piel, mientras comenzaba a descender por el torso, bajando hasta llegar al ombligo, donde introdujo la lengua, dibujando con ella pequeños círculos, a su vez que le mordisqueaba.

por Invitado Dom Mar 04, 2012 9:09 am

- Cuando comience a hervir lo sentirás, créeme, pues será única y exclusivamente culpa tuya...

Sentí cada uno de sus besos recorriendo mi torso y su lengua y dientes jugando en mis pezones, lo que por supuesto traía consecuencias. Mientras tanto mi mano seguía un ritmo lento pero sin pausa en su miembro, buscando reacciones en él que pudieran interesarme, pues ya no había vuelta atrás, lo quería todo, y lo iba a tener. Si normalmente mi piel estaba a temperaturas tan exageradamente altas que para un humano serían mortales, cuando me alteraba de aquella manera podía ser imparable. Y no pensaba quedarme con el calentón, no señor.

- No pienso parar hasta que los alcances... - Agarré una de sus manos y la llevé a mi miembro, el cual ya estaba bastante duro, como quería que estuviera el suyo - ¿Me vas a dejar así? ¿O vas a hacer algo para remediarlo?

por Invitado Jue Mar 08, 2012 9:14 pm

Una media luna ilumino sus delgados labios, realmente satisfecho saberse el único culpable en esa noche de que la temperatura del demonio aumentase.- Eso es música para mis oídos…-Susurro con picardía en la voz, mientras degustaba la tersa piel beso a beso, dándole uno que otro mordisco para ir dejándole pequeñas marcas rojizas en la blanca piel de porcelana. Antes de que un suave suspiro abandonara sus labios, erizandosele la piel al sentir el calor que emanaba el cuerpo contrario, causando que el propio cuerpo comenzara a elevarse la temperatura, al solo el tacto de sus manos, aquellas que causaron que arqueara la espalda, comenzando a erguirse su virilidad, realmente aquel demonio le gustaba bastante desde que lo vio recostado en la playa.

-Tu cuerpo emana demasiado calor…-Dijo extasiado de solo sentir la calidez de su cuerpo, por lo que se tomaba la libertad de acariciarle la piel, como si deseara robarle el calor, presionando con malicia el miembro del azabache- Permíteme hacer algo para solucionar tu problema…-Musito jugueteando, mientras inclinaba un poco la cabeza dándole un lametón en la punta del miembro, para después pasar su lengua de forma lasciva por toda la extensión, atrapando la glande entre sus labios, la cual comenzó a succionar de manera lenta y tortuosa buscando con ello solo provocarle mas.

por Invitado Dom Mar 11, 2012 9:54 am

Sonreí al escuchar que le gustaba lo que le había dicho. Sabía que así conseguiría que siguiera intentando elevar mi temperatura corporal, y en verdad esperaba y deseaba que siguiera haciéndolo, pues no podía dejarme así, ya que estaba en aquel faro y en aquel estado por culpa de aquel ángel caído del que ni siquiera sabía aún el nombre, algo que seguía sin importarme. Tal vez se lo preguntase después, pero en ese momento deseaba otras cosas de él.

Mi mano derecha continuaba jugando en su miembro, mientras la izquierda recorría su espalda y su trasero, dejando pequeños arañazos en su piel.
Escuché atentamente lo que decía, esperando con ansia para comprobar qué iba a hacerme. Entonces pude comprobarlo con el primer lametón que dio a mi miembro, tras lo cual comenzó un juego con su boca en esa zona, lo que provocó que mis ojos se volvieran totalmente rojos y varios gruñidos escapasen de mis labios, en señal de que me gustaba aquello.

- Más... - prácticamente rugí.

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