About my Sorrow - {Dennis}

Trague duro cuando el me tomo por la barbilla, y lo mire fijamente.

-Yo no tengo nada que sea mio - confesé y desvié el rostro, soltándome de su agarre - Esto es lo unico que tengo -comente, poniendo mi mano sobre mi pecho y volviendo a mirarle - El poder que me fue otorgado por ser hijo de quien soy y lo que puedo hacer con el.

- En ese caso - regreso su mano al bolsillo - tienes el poder de tomar lo que quieras, podrías hacer tuyo cualquier cosa ¿Por qué no lo has hecho? - pregunto - ¿Qué es lo que más deseas Adrian?

-Y que si te dijera que te deseo a ti en este momento - dije mirándole a escasos pasos de mi, mi mirada quedo fija en sus ojos y luego la desvie nuevamente -  Tengo el poder suficiente para destruir una ciudad entera, pero ya te dije, si dejo que el mundo sea destruido, perdería mas que ganar y yo no quiero que las cosas sean como lo dicen las profesias.

Arqueó la boca en algo parecido a una sonrisa dando un paso más había el chico - El mundo es capa de destruirse solo - levanto su barbilla con ayuda de un par de dedos - se destruye cada día, a cada hora, a cada segundo, no tienes que hacer nada

Sonreí ligeramente, fijando la mirada en el.

-Entonces... eso significa que puedo hacer lo que me plazca con mi poder? - pregunte retoricamente. No esperaba respuesta, sabia que podía, no estaba seguro si debía, pero... ¿Que mas daba? A final de cuentas quien podrida juzgar al hijo del mismo rey infernal.

Levante la mano, atrapando la  muñeca ajena, tirando de Dennis al tiempo que me incorporaba y me acercaba a sus labios.

-Te deseo a ti, ahora - murmure robandole un beso que llevaba deseando desde que lo había visto en la playa.

Pudo haber contestado, fácilmente podría haber encontrado las palabras adecuadas para responder a esas frases, lo que no esperaba era aquella reacción impulsiva del chico, su primer pensamiento correspondió a el llenarse pero el segundo .....

Sujetó la muñeca del chico con fuerza atrayéndolo con brusquedad hasta el, sujetando con su mano libre la barbilla del chico para sujetarla mientras le besaba con fuerza y lo empujaba contra la pared

Sonreí en medio del beso, enredando mi brazo libre en torno a su cuello, pegandome mas a el, buscando estar mas cerca, incluso mientras me ponia de puntillas para alcanzarle.

-Oh Dennis - murmure sobre sus labios, sin dejar de besarle, de disfrutar del calor que emanaba su cuerpo.

Lo sujeto por la cintura reduciendo el inexistente espacio entre ellos sin soltar sus labios o su calor, dejando llevar por el instinto salvaje que aquel chico le provocaba, deseaba poseerlo, sin razón o casi locamente lo deseaba.

Adentro sus manos bajo la ropa tocando la suavidad de la piel blanca deslizandose rápidamente a través de su espalda.

Ronronee al sentir sus cálidas manos bajo mi ropa, sus labios insistentes sobre mi boca, aquel beso que me hacia perder la conciencia de quien era y donde estaba, era el deseo mas salvaje que había sentido en años, el estar con Dennis cerca.

Tire de sus ropas, intentando quitar el saco de su cuerpo, la ropa estorbosa, pues tenia necesidad de sentir su cuerpo desnudo sobre el mio.

Ayudo al chico a quitar el saco de sus hombros  y rápidamente desabotono su camisa sin apararse por mucho tiempo de los labios rosas, levantándolo por los muslos y levantándolo lo suficiente hasta alcanzar la medianamente amplia mesa.

A penas me dio tiempo de reaccionar, cuando me senti levantado y recostado sobre la fria superficie de la mesa, gemi ligeramente antel el contacto del marmol en mi espalda, sin embargo no deje de besarle, de tirar de la estorbosa corbata hasta quitarla, de los botones de su camisa, sin dejar de moverme bajo el peso de su cuerpo.

Dirigió sus manos a la cintura del joven para luego deslizarlas por la amplitud del suave vientre, sus labios mientras tanto recorrían un camino imaginario por su cuello, todo de forma rápida y energética, no había espacio para la delicadeza cuando su cuerpo hervía en el deseo.

Casi ronroneaba al contacto de sus manos en mi piel, retorciéndome cada que podía, estirando mis brazos para poder tocarle, para arrancarle la ropa.

-Dennis - dije en un jadeo, tirando de el para besarle nuevamente, disfrutando del sabor de su boca y el calor de su pecho ahora desnudo contra el mio.

Sus manos acariciaron los bordes donde la piel era cubierta por la tediosa tela del pantalón, oyó su nombre pero no respondió, no dio sonido alguno que fuese ajeno a ese gruñido seco que emanaba de lo profundo de su garganta.

Levanto al chico ligaremente para sentirlo cerca.

Me aferre a su cuello, impidiendole separarse de mi, besando sus labios, pasando una de mis manos por su costado, arañando su calida piel, sin dejar de jadear deseoso por sentirlo nuevamente, adorando el sonido que emitian sus labios.

Sus manos se movieron una vez por el pequeño cuerpesillo, habilmente sus largos dedos desabrochaon y se deshicieron del resto de la ropa de chico, la blanca piel que poseia quedo al descubierto para sus ojos, una vez mas se mantuvo en silencio correspondiendo al beso del chico

- Tienes demaciada ropa - murmure entre ligeros gemidos, moviendo mis manos por su ancha espalda, bajando lentamente, disfrutando de la forma de sus musculos, arañando la suave y caliente piel a la que tenia acceso ahsta llegar a la cinturilla del pantalon, metiendo a penas mis dedos, con ganas de destrosar la prenda con mis garras.

Podía haber fingido que le prestaba atención o que siquiera había oído lo que el chico acaba de pronunciar, pero todo su interés estaba enfocado en satisfacer sus ya despiertos instintos.

Sujetó la pequeña mandíbula firmemente para besarlo mientras que con su mano libre desprendía con fuerza el resto de la ropa del chico. Dejando a la vista la blanquea de un cuerpo tan perfecto como provocativo, no le tomo ni el mínimo esfuerzo el levantarlo y girarlo sobre la mesa con el pecho pegado a la fría madera, dos segundos más para dejarse a sí mismo expuesto y uno para penetrarle sin el mínimo aviso.

Deje que mis labios y cuerdas vocales emitieran los sonidos que eran mas importantes en un instante así, después de recibir aquel ardiente beso y sentir la frescura del viento tocar mi piel, sin esperar el brusco movimiento, que me pusiera boca abajo y la tosca intromisión, no pude evitar soltar un grito, reponiendome casi de inmediato, moviéndome contra su cuerpo, sin dejar de gemir.