Peek a Boo - Jukka

La sangre comenzó a deslizarse sobre su piel y yo no podía quitarle la vista de encima mientras se acercaba a mi, trague saliva y enseguida sentí la garganta seca, abrí un poco la boca cuando su muñeca estuvo a centímetros de mi, levante las manos y tome su antebrazo para terminar de acercarlo, mire sus ojos fijos en mi y cualquier duda que pudiese tener se esfumo, confiaba en el, mucho.

Cerré los ojos y puse mis labios alrededor de la herida y la sangre por si sola comenzo a avanzar a mi lengua antes de que yo comenzara a succionarla con firmeza.

De sus labios escapo un gruñido, ligero al sentir la boca de su hijo adherida a la herida, el como succionaba con sed insaciable, suponía que era algo normal, el sabia la sensación de no beber sangre durante mucho tiempo, la poca satisfacción que dejaba en ti, algo que el agua no saciaba.

Llevo su mano libre, posandola en su cabeza, acariciando el corto cabello negro y sedoso y luego tiro de el, separandolo de la sangre.

-Es suficiente, por ahora - dijo el, con calma - Ahora sabre donde estas... y sabre cuando me necesites.

El sabor era único, podía sentir toda su travesía desde la garganta hasta mi estomago, sin embargo no fue hasta que sentí su mano entre mi cabello que me di cuenta de la fuerza con la que estaba succionando sobre la herida y con la que seguiría si no me hubiese separado de el.

Respiraba ligeramente agitado y mis piernas comenzaron a ponerse débiles, di unos paso y tropezones hasta una de las bancas, me abrace el estomago mientras me inclinaba hacia adelante victima de aquel fuego que ardía en mi interior - Más - murmure.

Y en el acto lleve mis manos hacia mi cabello, tirando de el, sin duda algo había muerto de manera significativamente dentro de mi, ¿en que me había convertido?  - ¿Que soy? - senti que volveria a llorar.

-Esta bien- dijo con calma, caminando hasta llegar a a su lado, sentándose junto a el, pasando su mano por su espalda, como si estuviera acariciando a un gato - Mi sangre es demasiado fuerte, quizás tengas efectos, por que eres mitad vampiro, eso que sientes es ansiedad, es la sed de sangre que todos los vampiros creados sienten la primera noche, y tienes dos opciones, beber sangre humana o de otro vampiro.

Me lleve las manos al rostro, cerrando los ojos tratando de controlarme - Necesito estar solo - murmuré y me puse de pie - Lo siento, lo siento - lo mire - son demaciadas cosas por esta noche - mis manos regresaban a mi cabeza con nerviosismo - yo  ... yo necesito pensar y eso - di unos pasos atras - lo siento - me volví a disculpar.

- ¿Podre verte después? ¿Donde puedo buscarte? - tantee mis bolsillos buscando papel, mi celular, cualquier cosa

-Puedes buscarme, puedes llamarme cuando quieras- indico sin dejar de mirarle fijamente - Solo concéntrate, y llámame, yo estaré pendiente para cualquier cosa que necesites, donde quiera que estés, podre sentir tu llamado, por que eres mi hijo y ahora has bebido de mi sangre.

- Eso no suena muy complicado - respondí - bueno yo no se hacer eso así que ... pues ... vivo en casa de Darius, supongo que sabes donde es ¿no? Planeo quedarme un tiempo allí por si alguna vez quieres hablar conmigo de algo o alguna cosa así - aunque la verdad eso sonaba tan poco probable.
 
- Entonces - dije nervioso - me voy - me acerque un poco a el, en un principio le extendí la mano para despedirme con un apretón de manos pero en un ligero arrebato lleve mis manos sobre su espalada en un abrazo rápido que no duro mas de dos segundos y luego camine hacia aquella abertura por donde había entrado donde me detuve a dedicarle la ultima mirada.