Peek a Boo - Jukka

Sintió el arranque repentino de emociones mezcladas del humano, queriendo realmente reconocer cada una de ellas, logrando solo reconocer la desesperación en sus ojos azules.

-Era... frágil y temerosa - murmuro, observando el perfil iluminado del joven - Impetuosa, como tu...

Guardo silencio, cerrando los ojos, trayendo del baúl de sus memorias el rostro pálido de Helena, la sonrisa y los rojos cabellos.

-¿Cuantos años tienes, Andrew? -Pregunto repentinamente, sin moverse del lugar donde se había apostado segundos antes.

- ¿Seguro? Por que si realmente era así no puedo imaginarla casada con alguien como mi padre, seguro que no estas confundido? - Sonrió dudoso pero alegre de por aquello, algo decía que no mentía – Solo eso puedes decirme? Siempre he querido saber algo de ella, aun así te lo agradezco y tengo 19 – respondió mirándolo apenas – no hace mucho cumplí 19 años ¿Por que?.

Jukka sonrió ligeramente, despejada su duda, saco otro cigarro y lo puso sobre sus labios, encendiéndolo.

-Ella realmente no amaba a tu padre - indico - O eso me dijo ella, no estoy seguro al cien por ciento si sus palabras eran ciertas o no, lo que sabia con seguridad, es que no estaba muy a gusto con él, y cuando la conocí... - dejo escapar el humo del cigarro - Creo que estaba algo encandilada de mi... justo hace poco mas de diez y nueve años, tuvimos lo que ust... los humanos llaman: "Un tórrido romance".

Rió ligeramente, una vez mas, era una sonrisa falsa, carente de emoción, un simple reflejo de aquello que no sabia reconocer.

Sentí un hueco en el estomago con sus palabras, cada una de ellas retumbo en mi mente, sentí el frio aire golpearme con fuerza, “ella no lo amaba”, “hace 19 años tuvimos un tórrido romance”, mi mente hizo muchas conexiones, di un paso atrás en una mezcla entre confusión y miedo - ¿Qué estas diciendo? – tenia los ojos bien abiertos y mis manos sudaban – tu y mi madre …. Eran amantes.

Di un paso mas hacia atrás mirándolo guardando silencio un instante – Aerys no es mi padre – murmure dejar de verlo, eso daba sentido a todo en mi vida - ¡Contestame! Estas diciendo que ....

-Aerys, no es tu padre- indico - Por eso luces distinto a él y a tu hermano - se acerco nuevamente, tirando los restos de su cigarro- Por eso tus ojos, y la palidez de tus ojos, de ahí tu don de jugar con los sueños de otros y esa inexplicable sed de sangre.

Extendió su mano, posandola sobre su frente, cerro los ojos dejando que sus memorias de su madre pasaran a él.

Eso era algo que ya intuía pero no me había atrevido a darlo por hecho, por eso el nunca me había amado, esa era la razón de su molestia de su ausencia, yo no era su hijo y el lo sabia, pero por que no me lo había dicho por que mantenerme en esa mentira, tenia tantas cosas en la mente cuando sentí su mano fría sobre de mi y entonces la vi por primera vez, su cabello rojo cayendo sobre sus hombros, su sonrisa, sus ojos, pude ver a mi padre a través de los ojos de ese hombre - ¡Basta! – grite separándome de el de golpe cayendo de rodillas al suelo, sentí las mejillas húmedas con mis propias lagrimas.

Me quede en silencio llorando a los pies de jukka por un par de minutos hasta que pude levantar el rostro hacia el – Tu eres mi padre, yo no soy humano y tu eres mi padre – murmuré – tu eres mi padre – volvi a agachar la mirada apretando las manos en el suelo – tu también me dejaste

-Yo no sabia de tu existencia - contesto, en el mismo tono en que expresaba todo, sin emoción alguna, aun que extrañamente, el ver al humano... no, al híbrido arrodillado a sus pies le hacia sentir algo incomodo.

Se agacho, después de unos minutos de dejarlo llorar, tomo su barbilla entre sus dedos para que lo mirara a los ojos.

-De haber sabido de tu existencia no te hubiera abandonado -dijo en un murmullo -  Probablemente no sea un ser que exprese correctamente sus emociones, pero eso no es excusa para evitar las responsabilidades... Es muy distinto crear a un vampiro, que tener a un hijo propio.

Me obligo a mirarlo, a ver dentro de la profundidad de sus ojos un tanto verdes, un tanto azules, mi padre, mi verdadero padre, mis sentimientos era muy complicados de entender, por un lado ahora entendí muchas cosas sobre mi vida y me surgieron otras.

Instintivamente pase mi lengua por los colmillos, ligeramente mas grandes que los usuales pero mas pequeños que los de un vampiro ¿Cómo nunca note eso?

– Ellos nunca me dijeron nada – murmure, quizá entendía las razones de mi madre para callar su secreto a voces, quizá tampoco creyó que yo fuese hijo de aquel vampiro y murió antes de saberlo. La cabeza empezó a punzarme – Tu, de haberlo sabido – murmure – ¿te hubieras quedado? - preguntarle que si me hubiese amado estaba de mas, recordaba perfectamente su carencia de sentimientos y tampoco le preguntaría si se quedaría - ¿Con que propósito me has dicho esto? ¡Siempre necesite un padre! ¿por qué apareces ahora que ya desistí de esa necesidad?¿Que no lo sabias?¿Es que nunca sentiste curiosidad por saber que paso con ella?

Me separe de su toque - ¿Qué se supone que debo hacer ahora?

-Tu mio con tu madre jamas fue algo serio - indico - Solo fue algo pasajero, un acto de rebeldia de ella y para mi, fue una forma de conocerla de otra manera, de saciar mi curiosidad.

Dijo de forma seria, agachandose para mirarlo fijamente, con esos ojos brillantes e inexpresivos.

-Me quedare si tu quieres... si quieres saber lo que realmente eres - ofrecio -  No soy un ser que sepa expresarse de forma correcta, al menos no emocionalmente hablando, pero tengo mucho conocimiento que puedo transmitirte solo si tu quieres.

Me senti incapaz de levantarme o de sentir ganas de hacerlo, mi mente estaba en blanco, quizá era efecto del shock, solo sentia que una parte de mi quería empujarlo, decirle que se fuera y luego salir corriendo a alguna cantina para beber lo primero que se cruzara enfrente, ahogarme en alcohol, pero la otra parte .... la otra había sido seducida por sus palabras, estaba cedienta de curiosidad, esa parte deseaba quedarse.

Y creo que ya sabia cual de las dos habia ganado - ¿Que soy? - murmure - Ahora entiendo que no soy un humano, pero no me siento como un vampiro - trate de ponerme en pie - y tampoco creo ser como tu

- Eres un híbrido - murmuro estirando su mano para ayudar a su joven vástago a ponerse de pie - Una mezcla genética entre un perkele y un ser humano - indico - No te sientes como un vampiro, por que te educaron como un humano casi común - dijo - Nunca has bebido sangre, por ello no sientes esa necesidad, a diferencia de otros híbridos.

Permaneció de pie frente al joven, mirándolo a los ojos, medio sonriendo.

- Pero esa es tu decisión ahora, el que desees o no beber sangre humana o de otros vampiros para sobrevivir, te ayudara a vivir mas años, quizás alcances la inmortalidad en algún punto de tu existencia, pero lo que esta claro  es que en el instante que bebas sangre, y a tu edad, tu crecimiento biológico se detendrá y permanecerás con este aspecto.

En cuanto me puse de pie y me tope con aquella pesada mirada sobre mi gire la cabeza retrocediendo un poco, era demasiado cerca de momento.

Lo mire y comence a pasar las manos por mi cabello desesperadamente.
 
- Espera, espera - repeti - Los vampiros estan muertos, los vampiros carecen de un alma, eso es lo que se me enseño toda mi maldita vida - camine en circulos con las manos enfrente de mi - me estas diciendo que en el momento en el que beba sangre yo - puse mi mano en el pecho sobre mi corazon - ¿moriré?

-No precisamente - dijo y le miro de forma fija, esforzándose en entender su reacción, ese miedo que emanaba de él -. A diferencia de los vampiros, que tienen que morir primero, los híbridos solo se .... ¿adaptan? No lo se con exactitud, pero tienes un alma, ella va a permanecer contigo a menos que decidas venderla para obtener algo a cambio... lo que sea.

Sonrió ligeramente, una sonrisa falsa sin sentimiento.

-Como yo... vendí mi alma a cambio de mi poder - señalo el fuego - Darius lo hizo por ... amor. Y así como muchos otros, estamos atados a la tierra hasta que nuestro dueño decida que ya no les somos útiles o se aburra.

Mientras mas respuestas me daba mas dudas golpeaban mi cabeza pero no sabia como ponerlas en palabras, escuche sus palabras asimilando el hecho de que estaba frente a mi padre ...mi verdadero padre

- ¿Las cosas no van a cambiar del todo? - murmuré - aun si acepto beber sangre - le di la espalda y camine al fuego, me detuve cerca de el, suspire - No quiero tener un alma. Ni siquiera se si quiero vivir ... - tome un trozo de madera a mis pies y lo arroje al fuego

Le observo en silencio, siguiendo sus movimientos solo con los ojos, su desesperación, el como se sentía perdido, fuera de lugar, le recordaba un poco a él mismo, en su juventud.

-¿Ni siquiera vivirías por aquello que tanto amas? -pregunto - Darius parece importante para ti.

Cuando oí ese nombre el corazón se me encogió, le había dado al clavo.

- ¿Tan evidente soy? - agache la cabeza apenado y luego sonreí mirando las confortables llamas - es una buena razon pero - lo mire - no voy a presionarlo, creo que si después de contarle todo esto yo parezco con la brillante idea de elegir la eternidad tal vez el se sienta con la responsabilidad de quedarse conmigo por que de alguna forma el me trajo a este mundo - intente sonreirle -  no quiero llegar a ser una carga sabes

Suspire.

- ¿Como funciona esto? - señale las llamas - son un tanto relajantes, hasta familiares, siento que las he visto toda mi vida - guarde silencio - ¿Que pasara ahora Jukka? ¿Esperas que te diga padre y tengamos momentos familiares? ¿te iras?

-¿Por que no hablas con él?- sugirió y se movió de sitio, andando a paso lento hasta llegar al altar donde ardía la fogata, parado detrás de ella como un sacerdote, mirando a través de las llamas a su .. hijo.

-¿Que deseas tu, Andrew?- pregunto y paso su fría mano sobre las llamas, dentro de ellas, jugando, sintiendo el frio que helaba sus huesos, pero no sentia dolor, no habia dolor para él - El fuego fue un regalo que Los Dioses dieron a los humanos y yo deseaba ese poder de crearlo... Fue un acto de ambicion lo que me llevo a vender mi alama, y fue Belial el que se ofreció a brindarlo. Le entregue lo único mas valioso y el fuego que era tan puro y cálido en mi poder se volvió frió y corrupto, justo como lo es mi alma.

Saco su mano de entre las llamas, solo para atravesaras y quedarse de pie frente al joven humano.

-Dime que deseas, Andrew... ¿Quieres que sea tu padre? ¿Quieres que me quede, que te muestre mi mundo? -pregunto- Si es eso, solo tienes que pedirlo, realmente desearlo y haré lo que me pidas, hijo mio.

Él solo movió los labios en un amago de sonrisa, estirando su brazo para atraer a... su hijo.

Algo extraño, pero era cierto, lo sentía en su sangre.

-Te daré mi sangre, pero no esta noche, es muy pronto aun...- indico - Dejare que pienses sobre eso... que decidas si realmente quieres ser un inmortal totalmente... Cierra tus ciclos, Andrew y en cuanto tengas resuelto todo, lo haré si es que así lo deseas.

Le dijo y le estrecho entre sus brazos, un abrazo fraterno como nunca antes había dado o recibido.

-Por ahora puedes llamarme, cuando desees, y preguntar todo lo que quieras saber - murmuro y guardo silencio, esperando alguna respuesta.

El abrazo del vampiro fue tanto extraño como sorpresivo, por unos instantes me sentí como un tonto sin saber que hacer luego cuando comenzaba a darme cuenta de la situación mis manos que se habían mantenido a mis costados subieron hasta su espalda aferrándose a su ropa.

Allí esta, aquel abrazo nunca dado que durante tantos años le había suplicado a un desconocido, mi labios se movieron un par de veces articulando un "padre" pero no salio sonido alguno de ellos.

Asintió a sus palabras - Lo haré - de algo estaba seguro, que a partir de ese instante iba a hacer absolutamente todo lo que ese vampiro dijera u ordenará - ¿Como voy a encontrarte?¿Como voy a llamarte?

- ya no quiero sentir dolor - murmure pegado a el - enséñame a ya no sentir dolor

-Sentiras dolor el tiempo que sea necesario, es mejor que vivr insensiblemente en el mundo, ajenao a todo y todos - indico, en un tono bajo de su voz -. Quizas, si llegas a vivir muchos años puedas volverte como yo, aun que eso sera cuestion tuya, hijo mio.

Dijo y lo separo ligeramente de su abrazo, aun manteniendole cerca, lo suficiente para mirarle a los ojos.

-Te dare solo un poco de mi sangre - musito - La suficiente para saber donde estas y poder escucharte cuando me llames, estare pendiente de ti, asi como hago con Darius, se donde esta y cuando esta en peligro latente, lo mismo pasara contigo, supongo yo, que a un nivel mayor, por que tu si eres mi hijo totalmente.

Mire a sus ojos, impenetrables y distantes, podría jurar que las llamas de aquel fuego azul bailaban dentro de ellos, aquello provoco que la sensación de estar cayendo en un pozo de pronto se sintiera como si flotase en el vació.

Asentí sin encontrar palabras para responderla.

Entonces mis neuronas hicieron un click que mas bien fue como un relámpago, di un paso atrás para separarme de el, había la posibilidad que si ambos teníamos la sangre de Jukka entonces - es mi hermano? - susurré tan bajo como pude.

-Podría decirse - indico, cuando su hijo se alejo de el - Pero no de la manera que tu crees, pero a quien le importa. -dijo con calma y saco un cigarro, encendiéndolo con la misma parsimonia.

-El solo es mi progenie como vampiro, pero... no es hijo de mis genes, así que no cuenta mucho.

Tal vez a el no le importaba pero a mi si y su respuesta me tranquilizo como no tenia idea, no le respondí, el hecho de hablarle sobre la extraña relación, si es que la había, que tenia con aquel vampiro no era nada fácil, trague saliva, al menos eso le restaba un pecado menos a mi condena.

Me quede mirándolo mientras fumaba, bueno eso también explicaba una de mis adicciones pero ¿hasta que grado nos pareceríamos? 

- Entonces .... - dude - ¿debo morderte? No se aun como funciona esto, si pensarlo es extraño creo que hacerlo no sera facil

Dejo el cigarro, tirándolo en las llamas y se acerco a su hijo al tiempo que se levantaba la manga de su camisa.

-Supongo que al ser tu primera vez, sera difícil - dijo con calma, sacando de la bolsa de interna de su chaqueta una pequeña daga de plata y la llevo a su muñeca, haciendo un pequeño corte en ella. 

La sangre mano, espesa como miel, de un color casi purpureo, una sangre distinta a la humana o la de los vampiros comunes, la sangre de un híbrido como lo era el, parte demoníaca, parte angelical.

Dio un par de pasos mas, mientras la sangre manchaba de gotitas el suelo de la iglesia, dejándola frente al rostro de su hijo.

-Bebe - ordeno, aguardando a que el joven se moviera.