En la casa del jefe (priv)

Volvi a sentir la presión en mis manos y pies, las cadenas y las sabanas rodeando mis articulaciones y ella sobre mi cuerpo, sin duda, era demaciad excitante y comenzaba a sentirlo entre mis piernas.

-Juegas rudo, Eh?- dije recibiendo sus labios y el humedo y alcoholico beso, bebi el licor, y comenze a juguetear con mi lengua dentro de su boca, luchando con la suya, levantando ligeramente las caderas, gimiendo en medio de aquel beso casi salvaje.

Sonreí ligeramente, siguiéndola con la mirada, percibiendo el aroma de su excitación, el calor, paradogico, que emanaba su cuerpo entero, la perfección de cada curva femenina, era distinta a otras amantes que había tenido, probablemente debido a que la conocía, sin embargo podía decir con mucha seguridad que era mas bella que cualquier otra con la que hubiera estado.

Sus anchas caderas que eran seguidas por un par de formidables piernas bien torneadas, sus nalgas firmes y el arco de la cintura en su espalda daban un verdadero espectáculo, el largo cabello que rebelde se negaba a ser recogido caída por su espalda donde podía distinguir los huesos de su costillas, sus brazos largos y delgados, las manos de dedos delicadamente delineados, como si se tratara de una muñeca de anime, sus manos femeninas sin duda. Cuando dio vuelta pude seguir admirando su cuerpo, la cintura, sus pechos grandes, sin ser exagerados, firmes coronados por sus oscuros pezones endurecidos por el contacto del viento y su rostro, enormes ojos verde esmeralda, y labios gruesos y sensuales teñidos del carmín mas exquisito que te entraban ganas de morderlos.

-Perfect Skin - sonreí socarronamente - Vaya ... esa música si que me trae viejos recuerdos de mi anterior existencia como mortal - comente, moviéndome, lo mas que pude para acomodarme sobre la cama, sin dejar de mirarla fijamente.

Levante las caderas lo mas que pude al sentir aquel ligero y provocativo rose de su lengua, sintiendo mi pene palpitar ansioso, moviéndose con propia voluntad sobre mi vientre, luego ella sobre mi, con sus piernas al rededor de mi cintura.

Recibí el whisky y sus labios en un beso húmedo y el pinchazo de sus colmillos en mi cuello, podía escuchar el sonido de la sangre corriendo de mi cuerpo a su boca, la forma en que daba largos tragos, me retorcí debajo de su cuerpo, gimiendo de placer, para sentir sus labios nuevamente, mi sangre en su boca era un verdadero aliciente, un afrodisíaco demasiado potente.

Gruñia cada que sentia el filo de sus uñas cortar mi piel, el tacto de su legua y el licor, cada elemento en aquel acto de pervercion total era simplemente excitante y unico, provocando que mi miembro saltara sobre mi vientre a cada largo lenguetaso que ella daba. Parecia una fiera, una sensual pantera sobre mi, lamiendo y dejando todos mis sentidos abotargados por segundos para despues alejarse y asi era una y otra vez, una tortura demaciado placentera.

-Sabes que me podria soltar en cualquier momento - murmure entre gemidos de placer, esperando su respuesta.

Gemi con fuera, apretando las manos que aun tenia atrapadas, sintiendo el hormigueo normal debido a la carencia de circulacion en mis manos, sonrei mientras la escuchaba, sintiendola, anhelante y necesitada, podia incluso oler en el ambiente cuan excitada estaba.

Me movi ligeramente sin tratar de desatarme, aun, solo levantando las caderas para rosar mas contra su humedo sexo.

Gemi alto, tirando de las cadenas que me sostenian cuando senti su humeo sexo tragarme de forma lenta y casi tortuosa, escuchaba sus gemidos y sus senos ergidos frente a mi, queria tocarla, sin embargo, no tenia la consentracion suficiente para soltarme de mis amarras.

Levante las caderas cuando la senti alejarse, solo para sentir nuevamente aquella calida humedad tragarme nuevamente, escuchar los gemidos que salian de sus sensuales labios, y la forma en que todo su cuerpo se estremesia sobre el mio. Cerre los ojos respirando por la nariz con fuerza, conentrandome en el placer y jaleuna mano de forma inconciente, haciendo tronar las cadenas de las esposas, rompiendo los eslavones, tomandola por la cintura al tiempo que mi boca se apoderaba de la suya.

Coloque mis manos sobre sus caderas, sintiendo cuan apretada estaba, la huedad y calor que me rodeaba, tan perfecta, tan unica, tan excitante que me hacia perder el juuicio por instantes, dejandome llevar totalmente por el enloquesedor placer, presionando mis dedos en su palida piel, donde seguro ya tenia marcas, que no permanecian ahi por micho tiempo. Gemia fuerte, llevando mis labios a los suyos, robandole un beso ardiente, mordiendo su labio de forma ligera, cortando la piel, dejando que la sangre manara en pequeñas gotitas mientras empujaba mas y mas dentro de ella, todo lo que aquella posicion me permitia.

Me mantive quieto solo un instante, concentrando mi mente en desatar mis piernas, antes de moverme y tirarla de espaldas a la cama y volvi a arremeter contra ella, dentro de ella, con mas fuerza y velocidad, jadeando como un animal.

Sus labios tenian un leve toque del sabor del whisky y de mi sangre en ellos, su cuerpo era extrañamente tibio y la humedad hacia todo aquello mas facil, la deseaba, de una forma animal, poco delicada y salvaje.

Movia las caderas con fuerza, contra ella, queriendo entrar mas en su cuerpo, dejar mi marca bien clavada en su ser, como si realmente fuera mia, aun que no era asi y provablemente estaba actuando por simple instinto. Abri los ojos momentaneamente, observando su extaciado rostro, y el golpe frio en la nuca, el brillo blanco que vino despues, anunciando mi proximo orgasmo al cual me contuve un poco, sin dejar de moverme, de besarla de morder la piel de su cuello hasta que abri las heridas, bebiendo su sangre, dulce y ardiente como fuego liquido.