Navidad en familia - Bloody Rose family-

Estaba en casa decorándola con los motivos navideños que saque del desván, les había sacado ya el polvo antes de ponerlos. Quedaban pocos días para navidad, esperaba que vinieran la abu neriss, el tio cat y el primo román...El abu Lestat... Y Dar y Adris.

Quería volver a reunirlos a todos, aunque Cat odiaba a Dar... No recordaba si ellos sabían que papa y mama habían muerto, tenía muchas cosas en la cabeza y nadie me ayudaba en nada.

Tenía en el refrigerador, bolsas de sangre que un contacto me había traído del hospital de Roma, pavo.... pasteles... chocolate...

Salí con el coche a buscar un gran árbol de navidad para ponerlo en el salón y decorarlo. No sabia si eso sería una fiesta, pero quería tener a mi familia cerca, la necesitaba mucho y nadie últimamente parecía prestarme la atención que necesitaba. Encima Darius me negaba a chicos porque decía que aun era niña. Estaba harta de todo y algún día desaparecería de la faz de la tierra.

Habia llegado a la casa, encontrandola totalmente adornada con artilugios navideños, olia a comida, y a navida en general, no sabria explicarlo bien, pero era una convinacion de tantos aromas que me indicaban a mi subconciente que era navidad, y la sensacion de calides, algo que yo realmente desconocia...

Al menos en mi anterior vida no habia tenido festejos asi desde que mis padres habian muerto, y en esta... ja... simplemente nunca habiamos tenido un festejo asi, desde que habia reencarnado.

Desde que había visto a ambos, tanto a mi pequeña Michelle como a Darius, sentí la imperiosa necesidad de rondar la casa alguna que otra noche. Sabía de la fiesta, me había llegado invitación. Si bien, no me atrevía a estar en un espacio pequeño tanto tiempo con Darius. No quería que Michelle llorara, deseaba verla feliz y elegante como cualquier otra chica. Aunque admito que, como Darius, la veía como una niña. Tal vez, después de todo, en algo teníamos que coincidir.

En un coche cercano, el cual había adquirido hacía unos días, tenía los regalos que eran para todos. Había oído que Cat tuvo un hijo, pero no sabía siquiera su nombre, recordé a Dio y según informaciones había muerto junto a dos de mis nietos. No sabía como había afectado eso a mi hijo, pero quería verlo.

Llamé a la puerta acomodando mis gemelos, llevaba uno de mis impolutos trajes negros con camisa de igual corte y color. Mis cabellos estaban largos porque esa noche decidí dejarlos de ese modo. Mis rizos caían sobre mis hombros y la bufanda azul de mi cuello compartía el mismo color que mi abrigo. Era un humano más en apariencia, pero sin duda uno de los vampiros que más desastres había vivido.

Me habia escapado de la casa hacia algunos dias, suponia que nadie se habia dado cuenta, pues ultimamente pasaba desapersivido para todos.

Michelle con su trabajo, Darius y sus viajes diplomaticos, y nadie mas tenia que ver por mi. Habia pasado dias en Vollkommen, y conocido a un vampiro muy simpatico, pero eso no se lo diria a nadie, con ese sentido sobre protector que tenian Michelle y Darius sobre mi, especialmente Darius.

Me acerque a la casa, comiendo una paleta de caramelo, observando a un hombre alto, casi como Darius, de largos cabellos rubios que tocaba la puerta.

-Viene buscando a alguie?-pregunte cuando estuve frente a el, con las llaves en la mano.

Noté su presencia, pero también escudriñaba dentro de la casa buscando a los demás. Cuando escuché su voz tan cerca me giré, era la presencia de Adrian y su físico era prácticamente exacto. Sonreí ampliamente, para terminar abrazándolo por inercia. Aquel pequeño curioso y en ocasiones estúpido, por haber caído en brazo de Darius cuando él era incapaz de cuidarlo como se debía, me hizo sentir en casa nuevamente, algo que no había logrado desde que todo aquello había sucedido.

-Oh, Adrian.-dije cuando me separé tomándole del rostro.-Dime ¿sigues tan despistado como siempre?-pregunté mirándole a los ojos.-Soy Lestat.-comenté sonriendo leve.-Me invitó Michelle, creí que lo sabrías... o al menos que me reconocerías.

Me habia sorprendido la forma en que me habia hablado, con esa familiaridad poco habitual, que me causo algo de avercion, me separe de el tratando de no ser grosero, y me acomode la chaqueta.

-Perdone, pero realmente me temo que se equivoca de persona.-dije, aun que su nombre revoloteaba por mi cabeza, buscando de donde lo habia escuchado, hasta que cai en cuenta de que era probable que el... -Ah... este...-dije nervioso, tirando las llaves, abriendo mas los ojos, al caer en cuenta de que el, ese hombre rubio y palido como el marmol, era Lestat d'Lioncourt, mi ahora abuelo, el que habia sido padre de Darius....

-Perdon...-dije algo compunjido, sintiendo las mejillas totalmente sonrojadas.

Tomé las llaves que se cayeron al suelo, para luego tendérselas. Lo hice con una sonrisa calmada, mientras buscaba en sus ojos el asombro.

-Veo que algo recuerdas.-dije alzando su mentón.-Sigues siendo igual, incluso el estúpido de Darius aunque ahora es algo más alto.-murmuré escuchando entonces una voz conocida.

"Porque soy tu padre ¡por eso!"

-Esa voz.-murmuré girándome hacia la dirección de procedencia, ahí estaba Cat mostrándose como siempre tirando de un chico.-Veo que seremos todos esta vez.

Había recibido aquella invitación extraña, no había visto reunida jamás a la familia. Román se había tardado más de lo acostumbrado, todo porque se quedaba dormido en cualquier lugar. Aquel niño era demasiado relajado, muy pacífico, y parecía lirón. En cualquier lugar se dormía, incluso parecía dormirse de pie.

Llevábamos ambos ropa de cuero, aunque su camiseta era azul como sus ojos y tenía un gato dibujado. Intentaba que siguiera siendo mi niño, a pesar que ya era todo un adulto. Sabía que Darius tendría el mismo sentimiento con Michelle, sobretodo si se parecía un poco a "nuestro" padre.

-Porque soy tu padre... ¡por eso!-iba regañándole y él me pedía que dejara de hacerlo.

Cuando llegué a la puerta vi a Adrian y Lestat, sabía que no era el Adrian habitual sino su reencarnación. No sabía si se acordaba de mí o no.

-Hola papá.-dije a Lestat colocando a Román entre mis brazos.-Di hola al abuelo, cariño.

Papá me había estado dando bulla todo el tiempo, me metía prisa incluso lavándome los dientes. Pero yo tenía mucho sueño, había pasado toda la noche acurrucado junto a él porque pocas veces se quedaba conmigo cuando anochecía... y habíamos estado hablando. Por la mañana no dormí, estuve de un lado a otro buscando esconder la camiseta que llevaba... pero papá sabía mis escondrijos. Iba frustrado, a punto de llorar, y simplemente rompí a llorar frente al que era mi abuelo.

-¡No quiero llevar esta maldita camiseta! ¡Ya parezco niño y no quiero parecerlo aún más!-dije llorando sin moverme de entre sus brazos, para terminar siendo abrazado por el que era mi abuelo.-¿Eh?-parpadeé antes de sonrojarme.-¿Y tú?

Entré el árbol por la puerta de la terraza del salón, lo puse en la esquina libre que había dejado y con un pequeño hechizo que me sabia de memoria hice que las bolas de colores fueran a su lugar para terminar de decorarlo y puse nieve por encima de este con otro hechizo.

Llevaba puesto un vestido largo palabra de honor de color azul y unos pendientes a juego con un collar y unas pulseras cuando escuche revuelo en la puerta de la entrada. Todas aquellas presencias familiares me hicieron sonreír, fui hacia la puerta y la abrí viéndolos a todos allí, y a Román lloriqueando.

Bienveniiiidoooooooossss!!!! -grite para que me prestaran atención

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Me habia quedado perplejo ante la familiaridad con la que me trataba el vampiro, el hecho de que supiera quien era por esa otra vida, suponia que en eso entonces le era de su agrado, por alguna extraña razon, por que de haber sido yo, el, creo que me seria demaciado desagradable.

No hable y ni dije nada, simplemente me separe de el, y de los dos chicos que llegaban armado barullo, di la media vuelta y estaba a punto de abrir cuando escuche la voz de Michelle, mi Michelle.

Habia sentido la presencia de Lestat en la puerta de entrada, y otras tantas que no lograba identificar.

Ahi estaba Adrian y la voz alegre de Michelle. Sonrei, o al menos creo que eso hice, mientras caminaba de la cocina, ya que habia entrado por la puerta tracera, hacia el recibidor, donde encontre a toda la comitiva...

Lestat, Louis, un chico desconocido, la radiante Michelle y mi hermoso Adrian.

-Hey... que reunion familiar?-comente sin dejar de sonreir, quitandome las oscuras gafas, mientras caminaba para saludar a mis hermanos.

Me quedé mirando sus enormes ojos azules llenos de lágrimas y después tiré leve de la mejilla de Cat. Él comenzó a bufar cual gato rabioso mientras intentaba alejarse.

-Deja a tu hijo ser, después decías de mí.-dije tomando al chico entre mis manos, acariciando sus mejillas.-Viste como quieras, lo ordeno yo.-dije mirando de reojo a Cat.

-Ordenas, ordenas...-murmuró antes de ver a Adrian.

-Oh, Michelle.-susurré abrazándola y besando su mejilla.-Mi pequeña Michelle, aún no puedo creer que no pueda cargarte en brazos.-comenté antes de empezar a reír.-Esto no es una reunión familiar, falta Armand y Louis.-mis ojos se quedaron opacos al recordar que quizás no volvía a verlos.-¿Pasamos dentro? ¿O terminamos la reunión aquí?

Mis ojos se posaron en Adrian, deseaba abrazarlo y pedir que me contara como había estado. Era mi único amigo, realmente el único que tenía. Si bien, ni recordaba a Lestat el cual siempre había estado de su parte aplastando a Darius y sus intentos de conquista... menos a mí.

-Es duro ver que cuando me miras ni sonríes, no recuerdas todo lo que hemos vivido.-susurré antes de tomar a Román entre mis brazos y sonreír al ver a Michelle y Darius.-Darius, siempre tan acertado... para unas cosas y no para otras.-dije antes de besar la mejilla de Michelle.-Has crecido mucho... ¿tienes novio? ¿hay un chico que te guste? dime... ya que no puedo regalarte muñecas...

-Es de mi edad... y tú no me dejas tener novio.-escuché la vocecilla de Román antes de ocultarse tras Lestat.

-Perro del demonio, ven aquí... si no te dejo tener pareja es porque sólo te usarían.

Escuchaba a unos y a otros, hasta que vino Darius. Me causó curiosidad, igual que Adrian, y por último Michelle. El abuelo parecía un vampiro poderoso, al menos uno de esos al cual hay que temer. Papá dijo algo sobre la memoria de Adrian, recordé algo pero tenía sueño.

-Quiero dormir.-murmuré frotándome un ojo, para luego sonreír a Darius y Adrian.-Vuestra Michi es bonita... -saqué una de mis piruletas y comencé a lamerla-

Sonreí correspondiendo al abrazo de Lestat y ronroneando, le di un beso en la mejilla y le acaricie esta.

Mis contactos no encuentran a Armand... Y no se si la Abu sabra donde esta Louis, no se tampoco si ella vendrá.

Suspire y fui abrazada ahora por Cat, sonreí y fruncí el ceño medio enfurruñada.

Dar no quiere, me los espanta - susurre tomando la mano de Adris
Me gire y le di un beso a Darius a pesar de lo que dije y entre arrastrando a Adris y a Roman.

Encontré en el desbán adornos antiguos de navidad - murmure dejando ver la casa adornada de ellos sin dejar de sonreir

Medio sonrei, sintiendome extraño entre todos que parecian conocerse desde años, yo a penas recordaba, rostros, algunas voces y nada mas, por que cuando trataba de recordar mas me daba el dolor de cabeza y preferia aislarme.

-Hola Mish.-murmure, dandole un beso en su mejilla, escuchando al chico de ojos azules que decia algo sobre mi familia.-Gracias....

Creo que murmure y entre a la casa, sintiendo el brazo de Darius sobre mis hombros y su voz en mi mente, hablandome....

"Tranquilo, hermoso...."

Y era su voz mucho mejor que cualquier calmante...

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Mi viene vestido asi: http://26.media.tumblr.com/tumblr_livxvjF7mI1qhnirno1_400.jpg

Me fui tras ellos, tomando obviamente a Román de la mano. Si bien, se quedó mirando fijamente a Lestat, el cual parecía el de siempre sin un ápice de cambio. Su sonrisa burlona me estremecía, así como sus ojos que parecían zafiros.

-He traído regalos, están en mi auto.... una furgoneta al otro lado de la calle... luego vamos a por ellos.-dije tomando bien a mi hijo por los hombros.-Román quería deciros algo ¿verdad cielo?-él sin embargo seguía mirando la puerta, así como los andares de gato de Lestat... como los que tiene un noble.-Román... te hablo a ti.

Mi abuelo me impresionaba, me preguntaba dónde demonios había dejado yo sus genes. Era más parecido a un tapón que a él o que Dio, era una pulga. Yo quería tener ese pelo tan bonito, así como esos labios algo gruesos y esas manos de pianista. Por mucho que me veía... sólo podía rechazarme y sentirme más pequeño. Adrian también era bonito y Darius era alto, Michelle tenía una estatura considerable.

-Soy un enano.-dije en un murmullo mientras papá me hablaba.-¿Eh? sí... que muchas gracias por pensar en nosotros, es un placer... un placer estar aquí en familia y que espero que todo sea perfecto y que nos llevemos bien.-comenté sonriendo de forma tierna sin proponérmelo.

Noté como llamaba la atención a Román, así como lo extraño que podía ser para Adrian. Era doloroso ver a quienes uno quiso como parte de la familia, incluso llegó a proteger y cuidar, frente a ti sin recuerdo alguno. Entré dentro con el resto, cerrando la puerta y quitándome guantes, así como la bufanda y abrigo, lo colgué en un perchero en la entrada y seguí a mi familia.

-Cachorro de perro y vampiro.-dije acariciando sus cabellos.-Es raro que seas tan calmado.-murmuré notando como Cat me miraba desafiante.-Sólo digo que suelen ser algo nerviosos, él parece asustadizo y calmado.

-No le llames cachorro de perro, Dio no era un perro.

-Lo siento, cachorro de lobo.-dije antes de reír bajo al ver que seguía mirándome con curiosidad.

De nada bonito - sonreí abrazándole y dándole un beso en la mejilla.

Escuché lo de los regalos y con un chasquido gracias a otro hechizo los hice aparecer debajo del árbol al igual que los del abuelo Lestat.
Los lleve hasta el salón donde tenía toda la comida humana y la sangre que había adquirido cuando me reencontré con Lestat.
Junto con muchos dulces que había comprado en la pastelería que quedaba cerca de la tienda de D.

Espero que os guste, hice yo la comida humana y la sangre... bueno los dulces son de una buena pastelería. - sonreí un poco nerviosa mirándoles a todos.

Posiblemente después de aquella fiesta haría las maletas y me iría a Europa o a Asia

Sonrei a Michelle con calma sintiendo aun el braso de Darius en mis hombros y no dejaba de mirara al chico que paresia asustado.

-Creo que aun no nos han presentado del todo- dijo Darius,soltandome para acercarse al delgado muchacho que se me habia quedado viendo cuando llego.-Louis Cat, no es asi?

Dijo Darius y los saludo dandole un fuerte abrazo.

Era divertid aun como me miraba Cat, uraño, como siempre, sabia que despues de todo no era su persona favorita, segun el por el daño que le habia causado a Adrian, en nuestra otra vida, algo de lo que aun me seguia arrepintiendo.

-Hola, son Darius.-salude al chico, suponiendo que ese niño de bonitos ojos azules era el hijo de Cat.- Tu... primo....

Noté como Román se echaba hacia atrás y se ocultaba detrás de su padre. Sus ojos salieron de detrás de los hombros de Cat y yo comencé a reír a pura carcajada. Reía sin poder evitarlo.

-¡Has hecho que sea un cobarde!-grité.-Román te daré lecciones de como burlarse hasta del diablo.-se giró para verme sin comprender demasiado.-Tu abuelo vi los infiernos, ha visto los cielos, el desastre, brujas...

-Y que es un puto fanfarrón al que no debes hacer caso.-bufó el gato alejándose de Darius.-Y sabes perfectamente quien soy, no estás tan desmemoriado... mocoso.

Todos me daban miedo, tenían escrito en la frente "PERVERTIDO". Michi y Adrian parecían los únicos calmados. Todos tenían los ojos de mi padre cuando veían "alimento"... sobretodo mi abuelo, tenía ese brillo.

-No gracias, si a brujas te refieres a las putas de las cuales hablaba tu ex... no gracias.-aquello lo dejó con cara de pasmo mientras mi padre reía abrazado a mí.-Yo quiero dulces, sólo quiero dulces... no me hace falta ser valiente para lograr dulces.-saqué entonces chocolate y comencé a comer calmado.-Hola Darius... un placer.-le ofrecí de la chocolatina con una sonrisa inocente.-¿Quieres? son belgas.