Haciendo de las mias - Darius Merchant y libremente familia

Ya llevaba alrededor de tres semanas en aquella casa y todo le parecía aún nuevo. Su nueva familia era hermosa y agradecía el ser aceptaba en aquel lugar a pesar que su lado mas egocéntrico señalaba que era imposible no quererla con lo linda que era, nada que decir de su actuar ya que el hecho de no poder pronunciar aún alguna palabra la volvía más tierna aún, si escucharan lo que pienso se dijo a si mismo sonriente.
Siguió gateando por el piso alfombrado, no tenía idea a donde se dirigía pero se le había metido en la cabeza recorrer y reconocer cada rincón de aquella enorme mansión y es que,el que ahora era su padre si que sabía vivir bien, todo era lujo y mas lujo unido a un enorme jardín donde podía pasarse todo el día jugando son aburrirse. Algo distraída iba cuando chocó con la mata de una silla, en un segundo es escuchó un diminuto bum y aquella cosa que antes la pata de una silla ahora era solo aserrín, no tenía idea porque le pasaba eso pero no lo lamentaba, el hecho que cada ves que algo le molestaba el fruto de su desdicha quedara reducido a ceniza mas bien le divertía aunque ya llevaba quebrado unos 2 espejos, un pequeño macetero con planta incluida, la pata de un conejo despistado no le resultaban preocupante para ella, simplemente quería adaptarse lo mas rápido posible consciente que debía ser mejor.
Siguió gateando hacia la cocina, aquel lugar que combinaba olores tan ricos como la sangre de los trabajadores como el alimento humano que la obligaban a beber todos los días,esa cosa que si bien no calmaba su sed si el sonajero de tripas; no se quedó mucho tiempo siguiendo el recorrido por donde la llevara el infinito y mas allá, tenía todo el tiempo del mundo para poderse en aquel lugar y volver a encontrar el camino

SAbia que ultimamentedormia mas delo necesario, probablemente debido al sin fin de preocupaciones que me rodeaban, al hecho de que ya no tenia a Adrian cerca para poder cuidar de el como habia jurado a su madre, el que mis sentimientos hacia a Andrew me confundieran, el que no supiera nada de Michelle y las continuas llamadas de atencion que tenia que poner a Yoko debido a sus carencia de precaucion y ahora... ese niña pequeña, esepequeño ser que habia llegado a mi vida, llenando el espacio en blanco de mi corazón, ese espacio que estaba asi desde que Michelle habia desaparecido.

Suspire largamente al despertar sin encontrar a la niña en la parte de mi habitacion donde ella dormia. Me pare rapidamente, buscandola, encontrando la puerta abierta y baje rapidamente las escaleras,segui su escencia, y su aroma,hayandola cerca, peligrosamente cerca de la zona donde guardaba todo el armamento de la guardia.

-Cahetel - la llame, acercandome a ella, tomandola en brazos.- No deberias salir asi... no sola, deberias aguardar a que yo llegue si es que quieres salir y conocer la casa.

Salió de mi boca algo muy parecido a un maullido molesto al ser detenida por mi nuevo papi, lo miré directamente a los ojos estirando mis manitas y jugando con sus mejillas, justo me dirigía a un lugar desconocido y había sido "pillada con las manos en la masa", bufé como había visto hacer a el mismo arrugando graciosamente mi nariz pero no podía estar molesta con él, mas que mal bien que me había recibido en su casa sin ningún problema y era un amor en todo lo que el significaba. No podía decir que lo conociera mucho ni mucho menos pero se veía en su esencia una persona muy buena, hice memoría recordando bien la primera impresión que tenía de él pero en mi mente todo era una nebulosa pasajera, a veces recordaba perfectamente todo con sumo detalle y otras veces todo se esfumaba como si nunca hubiese existido, dejándome simplemente sentimientos y emociones por lo que ya confiaba en ella totalmente, en mi instinto se podría decir.
Le señalé a donde quería ir insistentemente pero el sonido de mi propio estómago me descolocó, mis ojos se agrandaron mirando mi barriga con curiosidad, ya sabía que cada ves que dolía o sonaba era hambre pero muchas veces no se calmaba con tomar leche o comer algo humanos sino mas bien con la sangre, esa que olía tan bien en todos, de hecho, mi papi olía muy muy bien. Me apegué a él colocando mi nariz cerca de cuello simplemente para grabar ese olor y esa sensación de paz que lo acompañaba y me rodeaba cada ves que estaba en sus brazos

Sonrei y la estreche contra mi, podia sentir su calor y el dulce aroma que tenian en su mayoria todos los bebés. Me hacia recordar a Michelle, cuando ella habia nacido, cuando habia abierto sus enormes ojos azules, como los de Adrian.

Cahetel era muy parecida a ella, cabello oscuro, ojos azules, hermosas las dos e igual de caprichosas.

-Oh, creo que necesitas comer algo primero ya despues te llevare a pasear, te parece? - Pregunte besando su frente, y llevarla a la cocina, buscando un biberon y una unidad de sangre metiendola al horno de microondas.-Te dare esto, y veremos si te gusta, si no buscare darte algo mas, esta bien?

Me había quedado dormido, nadie me había despertado y no desperté sino hasta que el sonido de los guardianes yendo y viniendo entro por la ventana abierta, me levante con pesades, baje por las escaleras aun con el cabello alborotado y la ropa del día pasado.

Camine por el pasillo en dirección al cuarto de Darius pero su voz y unos balbuceos de bebe sonaron desde la cocina: un bebé, si ahora había un bebé en casa, desde hacia un poco mas de un par de semanas la casa llenaba de sus sonidos y sutiles aromas. Sonrei sin saber por que y llegue a la cocina.

Me quede parado en la puerta mirándolos juntos, era una linda escena que no me atrevía a romper.