Entre agua salada (Libre)

Como era natural en mí, deambulaba solitario por la ciudad, presenciando los últimos rayos de sol. Era mi momento favorito del día, cuando LA mostraba su verdadera cara, la de una peligrosa ciudad que jamás descansa. No tenía demasiado en mente, ya había tenido suficientes matanzas en los barrios bajos con aquella vampiro Aniel. Ahora sólo buscaba un poco de calma para poder disfrutar del ambiente que se respiraba por allí. El mismo que en el resto del mundo. Ambiente de tensión. Todos sabían que una gran batalla se avecinaba, los caídos teníamos la perfecta oprtunidad para hacernos con los humanos, desde la explusión del príncipe celestial Uriel.Estaba perfectamente planeado, sólo aguardaba, al igual que los demás chevaliers du l'enfer, la orden de Lucifer para atacar. Pero por entonces, sólo paseaba sin ánimos bélicos de ningún tipo. Encendí un cigarro y mientras lo fumaba, comencé a caminar distraídamente por la orilla del mar.

Creía que estaba solo, podría haberlo asegurado. El día llegaba a su fin, y la noche sin lugar a dudas sería fría. Por ello me extrañó que hubiera allí una presencia además de la mía. De todos modos, no tuve demasiada oportunidad de meditar acerca de ello, porque de repente una ráfaga de viento se llevó mi cigarro y la marea lo hizo desaparecer frente a mis ojos. Aquello no podía ser natural. Me giré y observé a la persona responsable de la ráfaga. Era una jovencita de ascendencia asiática y gesto dulce que llevaba un vestido blanco. Tal vez su actitud debió haberme molestado más de lo que lo hizo. Sí. Con total seguridad. Pero siempre he sido una persona tranquila, que no se altera con facilidad. Además esa noche estaba especialmente cansado de los enfrentamientos. Como todo caballero, que siempre me he jactado de ser, respondí del mejor modo que pude.
-Niña, sé muy bien lo que hago. No necesito una clase acerca de los daños del tabaco.-Guardé silencio unos segundos.-Y no te preocupes, no voy a agradecerte por arrojar mi cigarrillo al agua. De hecho debería estar furioso por ello. Pero hoy es tu día de suerte.-Sonreí brevemente con algo de sarcasmo.-No traigo ganas de herir a nadie.

La chica respondió con un exagerado sarcasmo. Me sonreí sin una razón precisa. Fue un gesto espontáneo. Obviamente aquella joven no era humana, pero por alguna razón que desconocía, me resultaba difícil averiguar a qué raza pertenecía. Como fuere, ya lo sabría. Me sorprendió que se disculpara, no puedo negarlo. ¿Quién fastidia a alguien y luego le pide perdón por ello?
-Disculpas aceptadas.-Respondí, quitándole importancia al tema. Cuando dijo que a veces se comportaba como una niña malcriada, algo me hizo pensar que eso ocurría muy a menudo.-Pues la verdad, no estaría mal si lo hicieras.-En realidad no me importaba el cigarro, podía conseguir más cuando quisiera, incluso tenía la cajetilla casi completa en el bolsillo, pero sentía que era mi obligación aceptar que lo hiciera, al fin y al cabo, ella me lo había quitado. Permanecí en ese trance de paz absoluta en el que por lo general estaba, contemplando el agitado mar, en total silencio.
-No eres de aquí, eso es claro.-Le dije luego de algunos segundos.-LA es una ciudad muy loca, tal vez deberías intentar no meterte en problemas, por aquí las cosas pueden tornarse algo violentas.-Aquello era más un consejo que una advertencia.-Pero yo no soy de quien debes cuidarte. No eres humana, ni ángel celestial. Las demás razas me dan lo mismo. A menos que tengas planeado fastidiarme, entonces sí estaríamos en otra situación...-Tomé un puñado de arena y lo arrojé al mar, pensativo.

Una sonrisa sarcastica se dibuja en mis labios al escuchar que acepta mis disculpas, pero que mas podia esperar si despues de todo se las habia ofrecido, tal vez una contestacion mas exasperda de su parte, pero por una parte me alegra que no se moleste, asi yo no tengo problemas aunque me los este buscando.

Aoarte mi vista del horizonte y me gire hacia el, extendi mi mano cerrandola en un puño, "aparece" pense para mi y luego abri la mano lentamente, ahora ahi estaba el cigarro de aquel chico, se lo tendi con una media sonrisa infantil -toma-

-¿se nota mucho?- por mis rasgos creo que asi era, pero realmente o me importaba destacar entre la multitud -lo intentare...- lo dije en un tono pensativo, realmente debia mantenerme tranquila en esta ciudad, esto no era el bosque en el que habia crecido, aqui todo era muy diferente -descuida, no tengo planeado fastidiarte- no por el momento claro, me gire y segui viendo el mar, pero estaba cansada asi que me sente sobre la arena, abrazando mis rodilla -asi que ere un angel celestial ¿no?- lo mire de reojo, eso me habian sugerido sus palabras, queria confirmarlo nada mas

Vi que hizo aparecer mi cigarro en su mano. Extendí mi brazo y lo tomé.-Gracias.-Respondí en tono sarcástico y en extremo calmado.-Se nota bastante, debo decir. Pero eso no es nada malo... A no ser que te moleste llamar la atención, entonces estarías en una incómoda posición.-Guardé silencio algunos segundos y devolví mi vista al mar.-Pero eres bonita.-Dije en tono algo seco. Siquiera sé por qué razón se lo dije, pero era cierto. Simplemente se me ocurrió y así como lo pensé, lo expresé, sin mayor meditación. Sonreí y alcé el entrecejo ante su declaración de que no planeaba fastidiarme. De verdad me sorprendía. Asentí con la cabeza, dando mi aprobación a lo que decía. Ciertamente no me enfadaba con facilidad, pero podía ser fatal cuando lo hacía; en una mayoría de las ocasiones, así era. Solté una gran carcajada ante su última pregunta.-Ya quisieran los malditos celestiales que siguiera con ellos.¡Que va! Soy un caído. ¿Qué te hizo creer que era celestial? ¿A caso me parezco a ellos?-Y me observé despacio.-Eso sería comprensible, al fin y al cabo nací siendo uno. Pero no sería agradable.

Sonrio de medio lado mientras contemplo como el sol cae cada vez mas frente a mi, el chico suena bastante calmado, como si nada le afectara, supongo que en cierta medida eso es bueno, ser indiferente a casi todo.

-llamar la atencion...- repito algo pensativa -es algo que se hacer bien- bastante bien diria yo, pero en fin, ese no era el punto ahora.

"eres bonita" habia dicho el pero sin ningun tono en particular, lo mire inclinando la cabeza un poco, tratando de descubrir por que lo habia dicho pero su cara no denotaba nada al igual que su voz -gracias- respondi sin darle mayor importancia

Sonrio divertida mientras lo miro -no lo se, nunca e visto un celestial- confiezo con una media sonrisa -pero debo decir que pareces ser mas agradable que ellos- soy sincera, no tiene sentido ocultar cosas como esa -¿quieres sentarte?- le señalo el lugar a mi lado, solo lo hago por cortesia, y por el hecho de que no me gusta ver a la gente de pie cuando yo estoy sentada

OFF: Mil millones de disculpas por la ETERNA espera

Cuando la joven agradeció mi cumplido, me limité a asentir con la cabeza, sin mirarla al rostro.
-Bueno, supongo que llamar la atención no es nada malo. Bah, aunque todo es relativo. Depende del ojo que lo mire. Yo creo que puede ser interesante. Algunas veces puedes sacar buen provecho de eso.-El tono de mi voz permanece neutral. Mi rostro, inexpresivo.-No te pierdes de nada, créeme.-Respondí ante la confesión que hizo de que nunca había visto a un celestial. Luego asentí con la cabeza cuando dijo que parecía más agradable que ellos. En realidad no se me ocurría qué decir al respecto.-No se necesita demasiado para ser mejor. Aunque te agradezco el cumplido. Es bueno que te digan de vez en cuando que has superado a la escoria de la que provienes.-Mi tono de voz de pronto adquirió algo de asco. No respondí a su última pregunta con palabras; tomé asiento a su lado.
-Mi nombre es Chase. O Kenneth, como prefieras.-Acabé al cabo de un rato, encendiendo nuevamente el cigarro.

Spoiler:

-Nay es un nombre poco común...-Dije, al cabo de unos segundos.-Pero me gusta. Nay...-Repetí, como degustándolo. La chica hizo otra ráfaga de viento, pero esta vez fue sólo para alejar el humo de sí. Me parecía algo tonto su profundo desprecio por el tabaco, o más que eso, la forma en que había reaccionado. Pero, como fuere, cada quien tiene sus propios odios. Yo, por ejemplo, hacia los seres humanos.-Es una vista hermosa.-Aseguré apretando los labios y asintiendo con la cabeza.-Entonces, ¿puedo preguntar qué te trae por aquí o me convertirás en sapo si lo hago?-Bromeé. Ni siquiera sé por qué razón dije dicho eso, pero bueno... Ya no podía retirar mis palabras, de todos modos.

Spoiler:

Permanecí algunos momentos procesando la información. ¿Acababa de bromear, y con alguien que apenas conocía, todo esto sin droga? ¿Qué estaba ocurriéndome? Asentí con la cabeza a su respuesta.-LA es bonita. Tiene sus peligros, es cierto. Pero en los días que corren, no se puede decir que haya un sitio seguro en realidad. No es que me asuste tampoco. A decir verdad me resulta divertido, por eso estoy aquí. Ocio, sólo eso. Un exceso de tiempo que puedo utilizar en ver los estragos de la guerra y lo loco que se ha vuelto el mundo.-Me encojo de hombros, quitándole importancia a mis palabras.-Y.. ¿estás sola?

-Sí. Siempre lo estoy. Me gusta mi soledad. Ella y yo convivimos desde que tengo memoria. Entonces, ¿hiciste este viaje tú sola? Imagino que ha de ser difícil encontrarse tan lejos de casa, pero más aún si no hay nadie que conozcas cerca.-Fruncí el ceño, analizando mis palabras.-Uhm...-Me encogí de hombros.-No estaría mal. Hace mucho que no bebo nada. La vida es extraña cuando no necesitas alimentarte. Creo que podríamos ir a por un café. Nunca he probado uno de esos, y la verdad me llaman la atención; todo mundo habla de ellos.-Había sonado tonto, pero era cierto. Me puse de pie y le extendí la mano para ayudarla a levantarse.

Con su afirmación estaba totalmente de acuerdo. Yo era un viajero errante desde que había caído. Tenía mis propias responsabilidades con el ejército infernal, pero de todas formas en nuestros períodos de recesión, disfrutaba de viajar mucho. Si bien estaba especialmente encariñado con LA, por así decirlo, prefería estar constantemente conociendo lugares nuevos. Al fin y al cabo, la Tierra aún era algo asombroso para mí; todo en ella me sorprendía o maravillaba de una forma u otra.
La chica aceptó mi mano y se puso de pie para luego limpiar su vestido. Creí que iríamos a algún sitio a comprar el café, pero en vez de eso, ella pasó su mano por la mía y de pronto apareció un vaso entre mis dedos. Si bien yo también tenía habilidades y había conocido a una bruja antes que ella, aún sentía un vestigio de asombro frente a esas cosas. Con su pregunta permanecí algunos segundos en silencio, vacilante.-Uhm... Bueno, la verdad es que no tengo idea. No conozco ningún sabor de café, así es que... ¿por qué no me recomiendas uno? Imagino que alguna vez los habrás probado. Tal vez, aunque también es posible que no, tú dime.-Fruncí el entrecejo y aguardé su respuesta.

OFF: disculpa la tardanza, se me pasó :$

Sonreí para mis adentros, la única forma que conocía de sonrisa, podría decirse, cuando dijo que le gustaban las cosas dulces. Eso lo teníamos en común, definitivamente. Mi golosina favorita, de hecho, era el cholocolate. Llenó mi vaso del dichoso líquido caliente y me dijo el sabor que había escogido. Claro que sus palabras no significaban nada para mí. Ni siquiera sabía qué era la vainilla.-Así es que... ¿Esto se bebe caliente?-Prregunté. Ellla podría haber considerado esa interrogante como retórica, pero no lo era en absoluto. Observé el interior del vaso con atención; tenía un líquido marrón y burbujeante que desprendía un aroma penetrante y agradable. De todas formas, dudé antes de beber. Preferí esperar a que bebiera el suyo por alguna extraña razón.

La chica estaba siendo muy cortés conmigo, lo cual por un lado me sorprendía, ya que no me conocía y además al principio había sido un tanto grosera, y por el otro me agradaba. Yo solía tratar a los demás con amabilidad. No siempre era así, pero sí en la mayoría de los casos, así es que me gustaba que las personas tuvieran esa educación conmigo. Asentí con la cabeza a sus palabras.-Estará bien así, supongo.-Me encogí de hombros. Mi desconfianza se calmó, por decirlo de algún modo, al verla beber. Sus últimas palabras me hicieron mirarla fijo. Era extraño. Que hablara así. Que riera y mostrase hasta interés en alguien a quien acababa de conocer. Tal vez eso no era extraño para los demás, sino sólo para mí, un ser acostumbrado a estar solo, vivir por y para sí mismo, un ser que siempre se mostraba neutral y que casi se le había vuelto un hábito ser despiadado y no tener emociones. Acerqué el rostro al vaso para soplar y me sentí muy ridículo al estar haciendo algo como eso, lo que me hizo sonreír espontáneamente. Luego coloqué mis labios en el borde y bebí un sorbo profundo. Era dulce, aunque tenía un retrogusto amargo para contrarrestar. El sabor resultaba tan intenso como el aroma advertía, pero producía una agradable sensación de bienestar. Tonto. De verdad muy tonto. Asentí con la cabeza, dando mi aprobación y bebiendo otro sorbo.-Es bueno... Bastante bueno, debo decir.

"Vaya que pueden..."-Pensé a su primera observación.-"Uno me llevó al Infierno, nada más y nada menos.-"-Ya.-Me limité a responder. Lo cierto era que tampoco sabía demasiado qué decir. Parecía una persona agradable e inocente, pero no era de los que se guiaban por las apariencias, ciertamente.-No estaría mal. Conozco mucho de esta ciudad, supongo que podría llevarte a dar un vistazo por los alrededores.-Desvié mi vista de su rostro a las olas del mar rompiendo en las rocas. Una belleza digna de la admiración de cualquiera.

Aun con mi cafe en las manos, dando pequeños sorbos de vez en cuando, desvio mi vista al mar igual que el a contemplar las olas un momento mientras lo escucho hablar.

-Eso me gustaria- era perfecto, asi podria conocer mas la ciudad y dejar de perderme -entonces... ¿comenzamos el tour?- le pregunto con una sonrisa leve en los labios mientras me giro para verlo, doy otro sorbo de cafe y me pregunto si se comportara asi con todo el mundo, me encojo levemente de hombros ante mis pensamientos y vuelvo a sonreirle

sorry: