Fight Fire With Fire +18 { Priv Samael }

Aun seguía en un raro estado de animo, entre la depresión y la frustración, me sentía como en mi otra vida, durante mi adolescencia mortal, esas ganas de querer morir, el poco valor para afrontar mi patética realidad o terminar con ella.

Justo así me sentía en esos instantes, por ello que me la había pasado de bar en bar, de cama en cama, tratando de olvidar esa situación, la razón por la cual me encontraba asi, la perdida de lo único que aun daba valor a mi existencia, aun que sonara patético, Adrian y Michelle eran mis pilares y a la perdida de uno de ellos sentía que todo mi mundo y mis pocos logros se venían a abajo.

Aquella noche particularmente me había ido a meter a un lupanar de lo mas desagradable, uno de los lugares de vulgar entretenimiento pertenecientes a ese demonio que creía podría venir a adueñarse de la ciudad. Era una forma de afrontar los problemas, ingenua, pero de alguna forma tenia que ir afrontando que estaba solo en esto y que no habría otra forma de actuar, de momento, sin que Belial se entrometiera en toda la situación, sin tener que recurrir a los beneficios que ser nieto de ese caído me otorgaba o probablemente y lo que menos deseaba, tener que recurrir a los beneficios de ser asociado de ese vampiro, Northman.

Así que me introduje a dicho establecimiento, siendo atendido por mujeres, bellas y con tan baja moral que podrían morir con tal de complacer a sus pervertidos clientes. Me acerque a una de las mesas, pidiendo una botella de su mejor Wiskey y aguarde, observando a todos los comensales y a las mujeres y los hombres que ahí trabajaban.

SI bien esos muladares eran una representación bastante acertada de como eran los infiernos en varios de sus círculos, resultaba tremendamente incómodo verse rodeado de humanos o criaturas inferiores, rondándole sin una pizca de decencia. Peste y lujuria seguramente estarían muy orgullosos de dicho establecimiento, sin lugar a dudas.

El demonio esbozó un gesto de desprecio y desagrado mientras se internaba en aquellos lares, viéndose con la necesidad de hacerlo al quedar con uno de sus hermanos allí. 'Pésimo gusto' reflexionó hastiado. Hombres y mujeres que se arrastraban como cucarachas en pos de que les metieran algo por el culo o por unos cuantos billetes destinados a alimentar sus vicios.

Espantó a las humanas, con sus vestidos extravagantemente cortos, con una sola mirada, haciéndolas retrocede ante la fuerza de su presencia. Avanzó a paso firme y dominante hasta la barra, refunfuñando por la suciedad que se aspiraba en cada rincón. Se sentó en la barra, rechazando cualquier tipo de bebida que le ofrecieran; no quería introducir nada a su fino paladar que no fuera merecedor del mismo.

Me quede observando a la gente, sus pateticas existencias, solo para asegurarme que la mia no estaba tan jodida, yo no tenia necesidad de rogar por visios, por contacto, simplemente tenia que deshacerme de todas penas que me embargaban y volveria a ser el de antes, eso, o volver a hacerme de esa coraza fria con la que antes me habia movido por la tierra.

Era oportunidad de volver a ser Abysm, de alguna form, eso era mejor que pasar la eternidad dando tumbos por ahi y por haya, esperando el golpe final, la muerte real.

Suspire vagamente, sacando un cigarro, encendiendolo, aspirando el aroma del tabaco, disfrutando realmente de aquello, olvidandome del wiskey, que olia peor que queroseno, asi que preferi simplemente fumar y aguardar, hasta encontrar una victima lo suficientemente vil, lo suficientemente desesperada para poder alimentarme de el o ella, dejarla seca, sin sangre y sin energia alguna.

-Este sitio es un asco...-gruñó el demonio, deformando su rostro en completo desagrado, arrugando la nariz-para sitios tan ruines, debí citarlo en Hades. Incluso los infiernos son más entretenidos

Samael bufó, acomodándose con la espalda derecha y la mirada apreciativa, detectando a su costado a un ser que no parecía tan desgraciado como el resto de esas almas. Un no vivo, seguramente, la carencia de color en su piel era un fácil delator.

Se permitió observarlo más detenidamente, no estaba mal, para un juguete de usar y tirar.

Deje escapar el humo del cigarro, permitiendome en lugares como esos, estar sin mis habituales gafas oscuras, provablemente por que era mas facil asi observar, y por que sabia que en lugares asi nadie te miraba directamente a los ojos, de hecho, en general, nadie te daba la cara.

Todos indignos, aun asi uno se podia encontrar con ciertos seres, diamantes en brutos, que podia uno usar, o verdaderas joyas... o habia encontrado hacia tanto una y la habia perdido.

Deje que la cenisa del cigarro cayere sobre la superficie plana de la mesa, sintiendo una penetrante mirada sobre mi, levante el rostro, buscandolo con la mirada, hayando de forma inmediata en medio de aquel mar de almas corrompidas, a las mas corrompida de todas, un Demonio y no uno cualquiera, uno de alto rango...

Sonrei ligeramente, manteniendole la mirada, sin asustarme, pues nunca habia temido a seres como el, al contrario, siempre me habia agradado en cierta forma su naturaleza tan vil, todos y gran honor...

Con elegancia y soltura, Samael se levantó de su puesto, mostrando su desagrado al pisar nuevamente mugroso suelo. Avanzó hasta Darius, permitiéndose sonreír con cierta excitación al ver el reto en las pupilas claras.

-Me sostienes la mirada. Eso me agrada-se detuvo a su lado, apoyando ambas manos sobre la cabeza de serpiente de su bastón, mucho más higiénica que el resto de los rincones de ese cuchitril-dejando la educación a un lado, como es que estas metido en esta apestosa caja, ingiriendo por decisión propia cosas cuyo sabor arruinarán tu lengua? De ser posible, yo evitaría pisar estos rincones.

Le mantuve la mirada en todo el recorrido que habia hecho desde su asiento en la barra hasta estar frente a mi, recargandome un poco mas en el asiento, sin quitar de mi rostro el gesto altanero que siempre estaba en mi, sonrei ante sus palabras, sacudiendo un poco el cigarro para desechar las cenisas sobre el sucio piso, antes de dar una calada y contestar.

-Supongo que es el unico lugar donde puedo encontrar diversion en la desgracia ajena, supongo.-murmure, dejando escapar el humo del cigarro, dejando que este me rodeara- Busco sangre asi de simple, sangre intoxicada... es todo... asi de facil y sensillo, reservo las buenas cosechas para mas entrada la noche...

-Me alegra saber que tu gusto no se limita a estos escondrijos de alimañas, sería triste admitir que mis propias decisiones se han depreciado a tal grado-miró las cenizas caer y el humo flotar.

Con movimientos veloces y felinos, le arrebató el cigarro con cautela, llevándolo a sus labios y dando una larga y profunda calada, permitiendo que el humo se anidara en sus pulmones y brotara con elegancia, alegrándose de contagiarse con ese aroma, supliendo la esencia de mugre que insistía en anidarse en su nariz.

-Entonces, aquí es donde tomas tu...-hizo una floritura con la muñeca-tentempie? antes de buscar a una criatura cuya sangre tenga un sabor más seductor?

Levante una ceja, algo ofendido al ver como me arrebataba el cigarro. Saque la cigarrera plateada, de la cual tome otro cigarrillo, encendiendolo con total calma con el viejo zippo que aun y extrañamente conserbaba de mis años adolescentes de mi otra existencia, hacia doscientos años, o mas.

Exhale el humo del cigarro, que hizo volutas al rededor mio, sin dejar de mirar al demonio.

-No siempre vengo a este lugar.-comente- Simple curiosidad, ademas que tengo que ver que tipo de lugares es los que el demonio Caim a introducido a mi ciudad.

Dije,en un tono de por mas arrogante, volviendo a acercarme el cigarro a los labios.

-Caim...-murmuró el nombre, paladeándolo.

Con ese demonio había sostenido una de sus mejores conversaciones. Era astuto, arrogante, frío y cruel. El tipo de demonios que poco a poco estaban escaseando en los infiernos, aquellos cuya naturaleza era maligna y ponzoñosa, que disfrutaba decorroer todo a su paso, dominar y doblegar a quien estuviera a su mano. Era de aquellos que no solo reaccionaban sin pensar, sino que reflexionaba sus movimientos, como un buen estratega, como alguien que sabía comandar...le había agradado.

-Si, le conozco-afirmó, pestañeando un par de ocasiones para retornar su atención al moreno-según recuerdo, me comentó que tenía sus locales abiertos por doquier. Sitios que iban de lo más vulgar a lo extremadamente lujoso. Todo dependiendo del gusto de los clientes de la zona-miró a su alrededor, frunciendo la nariz-no será este una de sus propiedades?

-Es... una de sus propiedades-mensione recalcando mis siguientes palabras-Es presisamente lo que acaba de indicarle segundos antes, estoy aqui, para ver que tipo de lugares a puesto Caim en mi ciudad.

Repeti, sin moverme mucho, desviando ligeramente la mirada hacia una chica, que parecia perdida, mas bien, en exceso drogada.

-Lamento mi despiste, divagaciones-se excusó, siguiendo con los ojos la mirada del moreno, acomodándose en uno de los bancos, al costado de Darius, suponiendo que estaba entre sus prospectos de presa-Adelante-dijo al muchacho y a la nada, dejando sus orbes estacionadas en la joven que se tambaleaba-

Sonrei ligeramente, antes de volver la mirada a la joven que seguia en busca de su diler, ya que necesitaba mas droga para evitar el bajon.

-Excuze moi-murmure, poniendome de pie, aplastando la colilla del cigarro en el cenicero.

Camine en direccion de la joven, sonriendole, e invitandole una copa y provar una nueva droga.

Era facil engatusar gente asi, facil por su desesperacion, sus ganas de morir de aquella patetica manera, me recordaba tanto a mi.

Fue cuestion casi de segundos, llevarla al baño, meterla en un cubiculo, beber su sangre y dejar su cuerpo tirado en el sucio piso del lugar. Nadie la buscaria, nadie lloraria su perdida.

Sali del lugar acomodando mi cabello y la chaqueta, encendi un nuevo cigarro, mientras dejaba que la droga en la sangre agena se diluyera en mi sistema.

El espectáculo resultaba tétricamente seductor, pero Samael pensaba que tenía mucho mayor encanto cuando se engatusaba a una criatura en sus cinco sentidos y ésta no estaba del todo dispuesta a acceder a la compañía de alguien con tanta facilidad.

Observó, cual espectador, los movimientos de Darius, desde que se acercó a la chica hasta cuando salió. Ladeó la cabeza, dejando a su imaginación volar cuando el muchacho se internó a los baños, siempre curioso de saber el como se sentiría tener enterrados dos colmillos en el cuello y que te succionaran la vida con cada chupetón.

-¿Qué tal el almuerzo?-interrogó con su compostura de vuelta, cruzándose de piernas y mirándolo con una ceja arqueada

Me volvi a sentar frente al demonio, medio sonriendo, mientras expulsaba el humo del cigarro, con los ojos cerrados, pues me sentia un tanto aturdido por las drogas en la sangre de la mujer.

-No estaba mal.-comente, dejando mi mano sobre la mesa.-He provado mejores, pero para empezar la noche no esta del todo mal.

-Y...¿cómo és?-se aventuró a preguntar-he de admitir que me intriga todo eso de...beber sangre. En lo personal, los demonios podemos hacerlo por diversión, pero supongo que no es lo mismo que cuando se trata de algún tipo de necesidad. Además, por más humillante que me sea admitir alguna 'incapacidad', dudo el poder diferenciar el sabor entre un trago de vitae 'puro' y otro adornado con el sabor de las drogas humanas.

-Si has experimentado el extasis sexual.-comente abriendo los ojos para responderle.-Podria decirse que es algo similar.

Indique.

-De hecho, en mucha de la literatura y leyendas sobre vampiros, se toma como una excelente analogia de una penetracion sexual a la mordida de un vampiro, es casi similar, y experimentas el mismo extacis, con el plus de la sangre, que es simplemente el elixir de la vida, muchos seres son incapases de vivir sin ella, los Krusnik por ejemplo, estan condenados a nunca perder su ansiedad por beber sangre, a diferencia de nosotros los vampiros, llegamos a cierta edad en la cual, la sangre deja de tener el efecto que nos provocaba cuando recien te transforman, y otros, los medio vampiros, que ese seria mas mi caso, no necesariamente estamos atados a esa sed o necesidad de sangre.

El demonio asintió en señal de comprensión, más no por ello menguó la intensidad de su mirada al observar a Darius.

Había leído aquellos relatos que comparaban la 'alimentación' de los vampiros con el placer sexual, pero supuso que eran delirios humanos infundados por su lívido e imaginación. Pero ahora que conversaba con uno de aquellos hijos de la oscuridad comprobaba gratamente que era cierto.

-Sin embargo, el placer orgásmico sólo es para el 'cazador', supongo-opinó, como si conversaran de nimiedades como el tiempo-No veo como la presa puede experimentar alguna sensación agradable. ¿O es acaso que segregan algún tipo de 'afrodisiaco' en el proceso?

Sonrei y baje la mirada, observando la cenisa en el cenicero, pensando en mi respuesta.

-Tenemos la capacidad de jugar con nuestras victimas, algunos de nosotros nos gusta verlos sufrir, yo simplemente dejo que fluya.-dije.- La sensacion de dolor, para muchos o la mayoria de seres, es un disparador de quimicos que provocan placer, a veces se confunde, aun que el hecho de beber sangre, ayuda a dilatacion de ciertos vasos sanguineos, los cuales tambien llegan a provocar reacciones normales de la actividad sexual.

El demonio sonrió para sí mismo. Resultaría un espectáculo digno de verse. O de sentirse...de igual forma. Dirigió la mirada a la boca del dhampir, contemplando sus colmillos sin rastro de disimulo, alzándola poco a poco hasta encontrarse nuevamente con los ojos ajenos.

-Interesante. Simple y sencillamente: Interesante-exhaló, esbozando una sonrisa por cuyas esquinas se asomaban rastros de lujuria-Sería una curiosa experiencia. Dudo que muchos seres humanos tengan la oportunidad de gozar el proceso, a menos claro que sea su deseo-refiriéndose a las criaturas que se alimentan de ellas-Y dime, ¿existe algún tipo de sabor, placer o reacción en especial cuando bebes de ángeles o demonios?

Sonrei sin disimular, sin ocultar mis colmillos de su vista o de cualquiera.

-mmm.. de hecho-dije- La sangre de demonios y angeles, cualquiera el rango que tengan, resulta ser un tipo de droga, la forma en que actua en nuestros cuerpos, es casi como si usaras el extasis y lcd combinados, de deshinibe, no se son demaciadas sensaciones, te hago referencia a esas drogas por que ...-guarde un breve silencio.-En mi otra vida yo fui un adicto a drogas mortales, por ello se las reacciones de estas, ahora la sangre de vampiro, demonio y angeles, e inclusive de licantropo, se usan como droga.

Segui sonriendo ligeramente.

-Así que drogas...-Samael se molestó en ocultar su sonrisa, ladeando ligeramente el cuello hacia un costado, dándole la oportunidad a Darius de contemplarlo un poco mejor, pues sus prendas mismas escondían bastante piel-Hn...¿Qué te parece hacer un pequeño trato? Yo te permito que 'me succiones'-paladeó las últimas palabras, imprimiéndole cierto tono insinuante y seductor-toda la sangre que gustes hasta quedar satisfecho, y tú me permites experimentar esa misma experiencia? Puedo asegurarte que no te arrepentirás.

-Beber de mi?-pregunte de forma retorica sonriendo abiertamente, no en burla, aun que asi lo parecia- Seria interesante, sangre de generales infernales no he bebido, pero si de uno de los principes infernales, mas a la fuerza que de ganas.

Comente, refiriendome a Belial.

-Pues en esta ocasión tendrás la oportunidad de paladear el sabor hasta embriagarte con él-Samael ensanchó su sonrisa, colocándose de pie mientras se reservaba la necesidad de avisar que aunque él fue uno de los primeros 'demonios', su naturaleza era más angelical. Aunque apostaba que el sabor de su sangre había cambiado con el paso de los milenios-¿Nos vamos? Sería muy desagradable el intentar dejarse llegar en un sitio como éste...-murmuró despectivo, echando una última mirada al lugar-s

Sin poder evitarlo, solte una carcajada demaciado divertido ante sus palabras finales, pues me recordo a lo que exactamente le habia dicho a ese chico que habia conocido hace mas de dos meses. Andrew.

Me puse de pie, caminando tras el hasta darle alcanse, saliendo del bar, dejando que el viento frio limpiara mi cabeza de pensamientos estupidos, que se me quitara un poco el estupor alcoholico que habia dejado en mi las sangre de aquella mujer.

-Y... a donde iremos?