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Darkness hope (Privado)
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Darkness hope (Privado)
Tuve un sueño. No, no fue exactamente un sueño, era tan real como una vision de un pasado o quizas un futuro cercano. Podia percibir con toda claridad el aroma de la vision cenicienta de una iglesia medio en ruinas. Veia como unas plumas caian incesantes, acariciando calidamente mi rostro, mis parpados que se mantenian cerrados ante tal delicado tacto. Senti un gozo inexplicable, diferente al placer que se obtenia de beber sangre, diferente al placer que sentia en esas pequeñas muertes...senti la sensacion de estar vivo nuevamente. Mis manos se mantenian calidas, de mi boca exhalaba un visible alientol provocado por el humedo ambiente de aquel lugar desconocido. Las plumas caian y caian haciendome girar con los brazos extendidos, sintiendome como un niño nuevamente.
Abrí mis ojos mientras seguia moviendome extasiado y una mancha rojiza salpico mi vision descontrolando mis movimientos. Caí al suelo jadeante y observé el rostro de la virgen Maria, serena y apacible...con el pecho abierto y un corazon sangrante que latia lastimosamente. Me quedaba sin "aire", palidecí y percibi como la caliez escapaba de mis manos con rapidez dejandome en la fria realidad, valdia y eterna soledad. Esa sensacion se desvaneció dejando un amargura y dolor que latigueó mi mente, mi cuerpo...
Desperte sobresaltado, aun el sol se negaba a ocultarso descansando perezoso en la interminable linea del horizonte, pero mis pasos me dirigieron hacia la ventana. Subí la persiana y descorrí las persianas. De inmediato emití un quejido, la debil luz solar baño mi piel oscureciendola apenas, hirio mi vista durante excasos segundos hasta que se ocultó dando paso a la oscura noche. Mi piel apenas se habia agrietado, habia sentido esa combustion interna iniciarse debilmente asi como se subyugo.
Sonreí quedo...ese sueño, esa pesadilla, esa vision...solo habia quedado en eso por mucho significado que pudiera destramar o desenrrolar de tal locura. El sol podia herirme seriamente, pero para matarme necesitaba una exposicion mas duradera. ¿Llegaria el dia que ni el astro rey pudiera tornarme cenizas? Sentí un latigazo interno, la sola idea me enfermaba.
El tiempo apremiaba. Me habia propuesto como voluntario para restaurar las pinturas de la Basílica de San Pedro mientras eregían una nueva con una nueva dirección. Al parecer algunos hechiceros devotos habian participado en la construcción dotandola de protecciones varias para evitar que un desastre así ocurriese nuevamente. Quizas albergué una nula esperanza de ver al señor Talbot por alli..pero su aroma se habia alejado, quizas no nos volvieramos a ver en meses, años o quizas siglos.
Solo nuevamente.
Solo acompañado con un pincel y una paleta de mezclas. A solas con mi inspiración y mi conocimiento sobre arte...de mi intuicion y de mi tecnica pictórica.
Antes de comenzar a plasmar la gran pared blanca que tenia frente a mí, me cercioné de que nadie observab, solo entonces di rienda suelta a la danza de los matices, sombras y relieves.
Abrí mis ojos mientras seguia moviendome extasiado y una mancha rojiza salpico mi vision descontrolando mis movimientos. Caí al suelo jadeante y observé el rostro de la virgen Maria, serena y apacible...con el pecho abierto y un corazon sangrante que latia lastimosamente. Me quedaba sin "aire", palidecí y percibi como la caliez escapaba de mis manos con rapidez dejandome en la fria realidad, valdia y eterna soledad. Esa sensacion se desvaneció dejando un amargura y dolor que latigueó mi mente, mi cuerpo...
Desperte sobresaltado, aun el sol se negaba a ocultarso descansando perezoso en la interminable linea del horizonte, pero mis pasos me dirigieron hacia la ventana. Subí la persiana y descorrí las persianas. De inmediato emití un quejido, la debil luz solar baño mi piel oscureciendola apenas, hirio mi vista durante excasos segundos hasta que se ocultó dando paso a la oscura noche. Mi piel apenas se habia agrietado, habia sentido esa combustion interna iniciarse debilmente asi como se subyugo.
Sonreí quedo...ese sueño, esa pesadilla, esa vision...solo habia quedado en eso por mucho significado que pudiera destramar o desenrrolar de tal locura. El sol podia herirme seriamente, pero para matarme necesitaba una exposicion mas duradera. ¿Llegaria el dia que ni el astro rey pudiera tornarme cenizas? Sentí un latigazo interno, la sola idea me enfermaba.
El tiempo apremiaba. Me habia propuesto como voluntario para restaurar las pinturas de la Basílica de San Pedro mientras eregían una nueva con una nueva dirección. Al parecer algunos hechiceros devotos habian participado en la construcción dotandola de protecciones varias para evitar que un desastre así ocurriese nuevamente. Quizas albergué una nula esperanza de ver al señor Talbot por alli..pero su aroma se habia alejado, quizas no nos volvieramos a ver en meses, años o quizas siglos.
Solo nuevamente.
Solo acompañado con un pincel y una paleta de mezclas. A solas con mi inspiración y mi conocimiento sobre arte...de mi intuicion y de mi tecnica pictórica.
Antes de comenzar a plasmar la gran pared blanca que tenia frente a mí, me cercioné de que nadie observab, solo entonces di rienda suelta a la danza de los matices, sombras y relieves.
Armand- Cantidad de envíos : 407
Fecha de inscripción : 29/11/2011
Re: Darkness hope (Privado)
Uriel era orgulloso, nunca lo negó, más que otros de su hermanos, pecaba de cierta soberbia que era intrénseca a su ser, después de todo era un arcángel, un siervo de Dios, una de sus criaturas, la luz forma parte de su ser y aquel cuerpo nació cuando en aquel Universo fueron necesarias las formas, los contenedores, pero antes de eso era Voluntad en estado puro y en aquellos tiempos, cuando sentía la presencia de todos sus hermanos, fue inmensamente feliz e inocente. Luego tuvo que tener carne, no eligió la forma, nació sola, el color de sus cabellos, sus azules ojos y el musculoso cuerpo, un cuerpo para hacer la guerra, un cuerpo para defender y batallar, y se sintió orgulloso de sus alas y de ser quien era, de la dignidad íntrinseca de Celestial que tantos de sus hermanos parecian despreciar como algo superfluo.
Y dentro de su orgullo no tenía fisuras...ahora sí mentía, poseía alguna en estricto secreto, su armadura tenía punto débiles que si eran explotados podían permitir el paso de la punta de una lanza para acabar con su vida. Por eso los cubría con celo, incluso a sus propios ojos, no debía tener nada que lo hiciera débil, nada que lo hiciera flaquear, no deseaba caer en desgracia, no deseaba que sus alas se volvieran plomizas en señal de su falta. Pero no era ajeno ni a la curiosidad ni la tentación que suponía acercarse a un tipo determinado de criatura. Uriel era salvaje en ese aspecto, no estaba dotado de la cercanía de sus hermanos ni de la familiaridad con los humanos. Pero con uno tuvo algo más que palabras y por eso estaba en aquel lugar, en aquella iglesia.
Armand, el niño vampiro como lo apodaban algunos, Amadeus como lo bautizó su creador, lo halló en Paris, dirigiendo a los vampiros de una secta satánica, no creía en Dios y Uriel, con su aparición ante sus ojos, cambió radicalmente de idea, pensó en matarlo pero al verlo arrepentido y sabiendo que precisaba de alguien que lo mantuviera en contacto con aquel mundo mortal, lo perdonó. Estableció con él una relación que para sus cánones era cercana, visitándolo cada cierto tiempo y haciendo que guardara el secreto sobre sus visitas, hasta el pundo que Armand ni siquiera se las reveló a David al contar su vida. Uriel encontraba la forma de hablar del vampiro fascinante, apasionado como un místico pero analítico como un ciéntifico y perverso, una perversidad diferente, no era la de un demonio, era mucho más sutil y elegante.
Pero Armand se convirtió en una debilidad, algo de lo cual no debía seguir pendiente y tomó medidas, medidas despiadas pero no tanto como lo que pensó que sería su primera opción. Y ahora, de nuevo, lo buscaba, sabía que estaba vagando por el mundo, sentía su presencia y aunque se quiso sustraer de la tentación que lo llevaba a verlo, no pudo evitarlo, allí estaba de nuevo aunque el vampiro no guardara recuerdos de él.
Las moléculas del aire se agitaron a la espalda de Armand, destellando, girando en remolino hasta comenzar a dar forma a un figura masculina de dos metros de alto, musculosa y con unas grandes alas blancas y plateadas, unas manos se alargaron y taparon suavemente los ojos del vampiro, no quería que se girara todavía, aun no, no estaba seguro de querer ver ese rostro perfecto y los rojos cabellos agitándose, lo retuvo así, sin usar su fuerza, solo su presencia.
-Armand.-inclinó el rostro hacia delante, sus labios rozaron algunas de las hebras-Dios esté contigo, vampiro.-no sabía que decir, no sabía siquiera si deseaba verse reflejado en sus ojos.
Y dentro de su orgullo no tenía fisuras...ahora sí mentía, poseía alguna en estricto secreto, su armadura tenía punto débiles que si eran explotados podían permitir el paso de la punta de una lanza para acabar con su vida. Por eso los cubría con celo, incluso a sus propios ojos, no debía tener nada que lo hiciera débil, nada que lo hiciera flaquear, no deseaba caer en desgracia, no deseaba que sus alas se volvieran plomizas en señal de su falta. Pero no era ajeno ni a la curiosidad ni la tentación que suponía acercarse a un tipo determinado de criatura. Uriel era salvaje en ese aspecto, no estaba dotado de la cercanía de sus hermanos ni de la familiaridad con los humanos. Pero con uno tuvo algo más que palabras y por eso estaba en aquel lugar, en aquella iglesia.
Armand, el niño vampiro como lo apodaban algunos, Amadeus como lo bautizó su creador, lo halló en Paris, dirigiendo a los vampiros de una secta satánica, no creía en Dios y Uriel, con su aparición ante sus ojos, cambió radicalmente de idea, pensó en matarlo pero al verlo arrepentido y sabiendo que precisaba de alguien que lo mantuviera en contacto con aquel mundo mortal, lo perdonó. Estableció con él una relación que para sus cánones era cercana, visitándolo cada cierto tiempo y haciendo que guardara el secreto sobre sus visitas, hasta el pundo que Armand ni siquiera se las reveló a David al contar su vida. Uriel encontraba la forma de hablar del vampiro fascinante, apasionado como un místico pero analítico como un ciéntifico y perverso, una perversidad diferente, no era la de un demonio, era mucho más sutil y elegante.
Pero Armand se convirtió en una debilidad, algo de lo cual no debía seguir pendiente y tomó medidas, medidas despiadas pero no tanto como lo que pensó que sería su primera opción. Y ahora, de nuevo, lo buscaba, sabía que estaba vagando por el mundo, sentía su presencia y aunque se quiso sustraer de la tentación que lo llevaba a verlo, no pudo evitarlo, allí estaba de nuevo aunque el vampiro no guardara recuerdos de él.
Las moléculas del aire se agitaron a la espalda de Armand, destellando, girando en remolino hasta comenzar a dar forma a un figura masculina de dos metros de alto, musculosa y con unas grandes alas blancas y plateadas, unas manos se alargaron y taparon suavemente los ojos del vampiro, no quería que se girara todavía, aun no, no estaba seguro de querer ver ese rostro perfecto y los rojos cabellos agitándose, lo retuvo así, sin usar su fuerza, solo su presencia.
-Armand.-inclinó el rostro hacia delante, sus labios rozaron algunas de las hebras-Dios esté contigo, vampiro.-no sabía que decir, no sabía siquiera si deseaba verse reflejado en sus ojos.
Invitado- Invitado
Re: Darkness hope (Privado)
Los minutos dieron lugar a las horas y mi pincel seguia aun goteando prendido de mi mano, detenido, a la espera de la ejecución del primer trazo real, el boceto de antes no contaba, aunque se podia apreciar la figura de la virgen Maria sujetando al recien nacido Jesus entre sus brazos. Me habia quedado detenido, de piedra, como una estatua mas en aquel lugar idolatrado por su iconoclastia..mi mente estaba en aquel sueño, sentia deseos de emplear el pigmento rojo mas de lo habitual, de plasmar la imagen de esa virgen de corazón destrozado.
Cerré los ojos y suspiré profundamente buscando alejar de mis pensamientos esos deseos vanales e inutiles. Mantuve los parpados abajo mientras alzaba el pincel y empezaba a pintar a ciegas. Veia con los ojos del corazón, de un corazón que posiblemente ya no existiera o se hubiera tornado cenizas en el mismo moento ene l cual me convertí en un caminante eterno. De cualquier forma guiaba mi mano la intuicion y mi talento, mas para cuando abrí los ojos contemple mi obra con asco. Esta se habia tornado monstruosa, sangrienta y diabolica.
-Como es posible... ¿He hecho yo al cosa?- me pregunté al borde de la histeria que se sofocó en cuanto desbordé contra la pared toda la blanca pintura borrando todo signo de herejía. Mi mano tembló, el pincel se desembarazó de ella y quede clavado, observando con la fijeza de mis pardos ojos como aun se podia percibir el matiz del rojo conjugado con el fuerte matiz negro. La pureza del blanco no podia borrar....la pureza en esa pared era una mentira...era un simil de mi mismo. ¿Eso habia querido decir tal sueño? ¿Era mi subsconsciente el que me anunciaba la vileza que amasaba mi alma?
-Señor...te lo ruego, dame templanza y claridad.- susurre alzando el rostro para fijar la vista en una colorida vidriera, debilmente iluminada por las luces de las farolas exteriores. En respuesta, creí, la densidad del ambiente se tornó humedo y floral, como una corriente primaveral que mueve con ellas sus esencias de lavanda, orquideas y rosas silvestres. Unas manos calidas me privaron del sentido de la vista y en lugar de sobresaltarme por ello sonrei ampliamente. El mero contacto desprendia una sensacion de paz, bondad y pureza que yo recordaba de recientes encuentros con esos seres alados, enviados de Dios. Pense en David, el angel, en sus palabras "Te dare templanza cuando la necesites". Iluso de mi pensé que quien estaba tras de mí era aquel rubio pero la tesitura de esa voz disipó mis teorias.
Me giré y tuve que alzar el rostro, un poco mas de lo normal, para contemplar a ese ser alado de lustrosas alas de plata, pues era plata pura lo que parecia conformarlas. Abrí en demasia mis orbes, sorprendido al tener tan majestuosa presencia ante mí. No podia evitar sorprenderme, sobrecogerme, sentirme miserable y alegre...todas esas emociones fluyendo y amasandose entre si.
-Disculpeme si sueno mas grosero de lo debído, pero... ¿Le conozco señor?.- su presencia habia logrado que me evadiera de mi falta de inspiracion, de mi absoluta necedad para la pintura esta noche...de esa pesadilla.
Cerré los ojos y suspiré profundamente buscando alejar de mis pensamientos esos deseos vanales e inutiles. Mantuve los parpados abajo mientras alzaba el pincel y empezaba a pintar a ciegas. Veia con los ojos del corazón, de un corazón que posiblemente ya no existiera o se hubiera tornado cenizas en el mismo moento ene l cual me convertí en un caminante eterno. De cualquier forma guiaba mi mano la intuicion y mi talento, mas para cuando abrí los ojos contemple mi obra con asco. Esta se habia tornado monstruosa, sangrienta y diabolica.
-Como es posible... ¿He hecho yo al cosa?- me pregunté al borde de la histeria que se sofocó en cuanto desbordé contra la pared toda la blanca pintura borrando todo signo de herejía. Mi mano tembló, el pincel se desembarazó de ella y quede clavado, observando con la fijeza de mis pardos ojos como aun se podia percibir el matiz del rojo conjugado con el fuerte matiz negro. La pureza del blanco no podia borrar....la pureza en esa pared era una mentira...era un simil de mi mismo. ¿Eso habia querido decir tal sueño? ¿Era mi subsconsciente el que me anunciaba la vileza que amasaba mi alma?
-Señor...te lo ruego, dame templanza y claridad.- susurre alzando el rostro para fijar la vista en una colorida vidriera, debilmente iluminada por las luces de las farolas exteriores. En respuesta, creí, la densidad del ambiente se tornó humedo y floral, como una corriente primaveral que mueve con ellas sus esencias de lavanda, orquideas y rosas silvestres. Unas manos calidas me privaron del sentido de la vista y en lugar de sobresaltarme por ello sonrei ampliamente. El mero contacto desprendia una sensacion de paz, bondad y pureza que yo recordaba de recientes encuentros con esos seres alados, enviados de Dios. Pense en David, el angel, en sus palabras "Te dare templanza cuando la necesites". Iluso de mi pensé que quien estaba tras de mí era aquel rubio pero la tesitura de esa voz disipó mis teorias.
Me giré y tuve que alzar el rostro, un poco mas de lo normal, para contemplar a ese ser alado de lustrosas alas de plata, pues era plata pura lo que parecia conformarlas. Abrí en demasia mis orbes, sorprendido al tener tan majestuosa presencia ante mí. No podia evitar sorprenderme, sobrecogerme, sentirme miserable y alegre...todas esas emociones fluyendo y amasandose entre si.
-Disculpeme si sueno mas grosero de lo debído, pero... ¿Le conozco señor?.- su presencia habia logrado que me evadiera de mi falta de inspiracion, de mi absoluta necedad para la pintura esta noche...de esa pesadilla.
Armand- Cantidad de envíos : 407
Fecha de inscripción : 29/11/2011
Re: Darkness hope (Privado)
Uriel posó sus azules ojos que de repente parecieron tornarse completamente plateados cuando se posaron en los orbes pardos de Armand. Que bien conocía aquellos ojos, cuántas veces los observó mientras el vampiro movía las manos con gestos elegantes, describiendo a Uriel el funcionamiento de un teléfono o la maravilla que le había producido su primera sesión en el cine, el brillo curioso y atractivo de los mismos, lo penentrantes que eran y que sobre todo nunca se apartaban de los suyos, muchos seres cuando de encontraban cara a cara con un celestial, bajaban la vista, cohibidos, asustados o simplemente creyendo que había que rendirles adoración o pleitesía. Armand no, se mostró siempre respetuoso pero no servil.
Lo recordaba todo demasiado bien y lo observó, no lo reconocía, había sellado perfectamente todos sus recuerdos y aunque no lo lamentaba su acción si encontraba extrañamente meláncolico al ver que no había nada de familiaridad en su forma de mirarlo. Uriel iba desnudo, no tenía pudor, el pudor nació cuando adam y eva mordieron la manzana, él no creía en la lujuria o en la maldad, no creía que su cuerpo no fuera otra cosa que un arma, un contenedor de su voluntad, no era nada más que eso y una espalda no tenía por qué estar siempre cubierta. Cuando se vestía era con su armadura.
Alzó las manos grandes y las posó en las mejillas del vampiro, estudiándolo sin decir todavía nada, sus dedos acariaron despacio los pómulos, Armand no había cambiado en absoluto, ascendieron y se metieron entre los rojos cabellos, observando los rojizos destellos que danzaban entre ellos, frunció el ceño...porque eso lo conmovió. Retiró las manos y sus alas plateadas se agitaron levemente, quizas en respuesta a su propia turbación.-No, no me conoces, Armand.
Uriel posó sus dedos en el pecho del vampiro, sin apartar los ojos de los suyos, sería sencillo hundir las yemas en su pecho y arrancarle el corazón y luego la columna, sería tan fácil...ya no supondría nada porque sería nada. Pero no lo hizo, solo se quedo quieto como una estatua, la luz de las vidrieras de colores acariciaba su cuerpo musculoso y grande pero no desproporcionado. Alzó los ojos y vio la mancha en la pared, el rojo que intentaba cubrir el blanco-¿malos sueños?-susurró-algo está turbando tu paz...
Lo recordaba todo demasiado bien y lo observó, no lo reconocía, había sellado perfectamente todos sus recuerdos y aunque no lo lamentaba su acción si encontraba extrañamente meláncolico al ver que no había nada de familiaridad en su forma de mirarlo. Uriel iba desnudo, no tenía pudor, el pudor nació cuando adam y eva mordieron la manzana, él no creía en la lujuria o en la maldad, no creía que su cuerpo no fuera otra cosa que un arma, un contenedor de su voluntad, no era nada más que eso y una espalda no tenía por qué estar siempre cubierta. Cuando se vestía era con su armadura.
Alzó las manos grandes y las posó en las mejillas del vampiro, estudiándolo sin decir todavía nada, sus dedos acariaron despacio los pómulos, Armand no había cambiado en absoluto, ascendieron y se metieron entre los rojos cabellos, observando los rojizos destellos que danzaban entre ellos, frunció el ceño...porque eso lo conmovió. Retiró las manos y sus alas plateadas se agitaron levemente, quizas en respuesta a su propia turbación.-No, no me conoces, Armand.
Uriel posó sus dedos en el pecho del vampiro, sin apartar los ojos de los suyos, sería sencillo hundir las yemas en su pecho y arrancarle el corazón y luego la columna, sería tan fácil...ya no supondría nada porque sería nada. Pero no lo hizo, solo se quedo quieto como una estatua, la luz de las vidrieras de colores acariciaba su cuerpo musculoso y grande pero no desproporcionado. Alzó los ojos y vio la mancha en la pared, el rojo que intentaba cubrir el blanco-¿malos sueños?-susurró-algo está turbando tu paz...
Invitado- Invitado
Re: Darkness hope (Privado)
Su familiaridad me desconcertó. Tocaba mi rostro con sus manos encallecidas, al llevar grandes armas, con una suavidad sorprendente, similar a las caricias que habían desplegado aquellas plumas al caer sobre mi rostro alzado hacia el cielo. E incluso cerré mis ojos mientras lo hacia. Suspiré largamente, alejandome un paso hacia atrás cuando considere que el contacto habia sido suficiente, no dejaba de sentirme extraño, ajeno.
Sentí deseos de inspeccionar hasta lo mas recondito de esa mente. ¿Cuales serian sus sueños? ¿Sus esperanzas? ¿Por que habia bajado de los cielos? ¿Seria para librar batalla o para proteger a la humanidad? Todos los angeles eran tan diferentes entre sí...al menos cuales yo había conocido. Compartian la seriedad y la serenidad, pero sus corazones eran mas ardientes o mas frios dependiendo de los enriquecidos caracteres.
Entrar en su mente seria probablemente la mayor falta de respeto...y aun asi seguramente no podria hacer tal cosa. Su poder era tal que abrumaba, empequeñecia sin proponerselo al espiritu mas fuerte y decidido. Bajé la mirada fijandome en sus manos, en las durezas que recorrian ciertas partes, en esos largos dedos, fuertes y no obstantes gráciles.
-Si.- ¿para que mentirle? -He tenido una pesadilla perturbadora, que desearia olvidar y que bloquea ahora mi mente...- esboce una leve sonrisa -Aun podemos soñar...temer..cuando nuestro cuerpo requiere forzadamente descanso..- confesé quedo bajando la vista ahora en busca de mi pincel de cerdas gruesas caido. Lo retomé de vuelta y lo limpie con un trapo que colgaba del bolsillo trasero de mi pantalon hasta retirar gran parte de la blanca pintura.
-¿Como se llama señor?- pregunte al alado percatandome de que mas allá de ese pecho trabajado se encontraba la esculpida anatomia del angel, desnuda y sin pudor alguno. No hubo calor en mis mejillas, pero bien podria haberse presentado si aun estuviera vivo. Si al ángel no le molestaba su desnudez, entonces a mi tampoco deberia molestarme...por mucho que mis ojos buscasen ver con curiosidad los atributos de los emplumados.
-Jamas vi un angel desnudo...siempre pensé que eran asexuados para evitar que cayeran en el pecado de la tentacion y la lujuria...- mis palabras fluyeron rapidas, concisas y en un tono hilarante, sonrei al final con cierta picardia -Dios mio...no tengo salvacion- susurre para mi mismo caminando hasta la escalerilla que sujetaba la paleta de pinturas en donde dejé el pincel.
Sentí deseos de inspeccionar hasta lo mas recondito de esa mente. ¿Cuales serian sus sueños? ¿Sus esperanzas? ¿Por que habia bajado de los cielos? ¿Seria para librar batalla o para proteger a la humanidad? Todos los angeles eran tan diferentes entre sí...al menos cuales yo había conocido. Compartian la seriedad y la serenidad, pero sus corazones eran mas ardientes o mas frios dependiendo de los enriquecidos caracteres.
Entrar en su mente seria probablemente la mayor falta de respeto...y aun asi seguramente no podria hacer tal cosa. Su poder era tal que abrumaba, empequeñecia sin proponerselo al espiritu mas fuerte y decidido. Bajé la mirada fijandome en sus manos, en las durezas que recorrian ciertas partes, en esos largos dedos, fuertes y no obstantes gráciles.
-Si.- ¿para que mentirle? -He tenido una pesadilla perturbadora, que desearia olvidar y que bloquea ahora mi mente...- esboce una leve sonrisa -Aun podemos soñar...temer..cuando nuestro cuerpo requiere forzadamente descanso..- confesé quedo bajando la vista ahora en busca de mi pincel de cerdas gruesas caido. Lo retomé de vuelta y lo limpie con un trapo que colgaba del bolsillo trasero de mi pantalon hasta retirar gran parte de la blanca pintura.
-¿Como se llama señor?- pregunte al alado percatandome de que mas allá de ese pecho trabajado se encontraba la esculpida anatomia del angel, desnuda y sin pudor alguno. No hubo calor en mis mejillas, pero bien podria haberse presentado si aun estuviera vivo. Si al ángel no le molestaba su desnudez, entonces a mi tampoco deberia molestarme...por mucho que mis ojos buscasen ver con curiosidad los atributos de los emplumados.
-Jamas vi un angel desnudo...siempre pensé que eran asexuados para evitar que cayeran en el pecado de la tentacion y la lujuria...- mis palabras fluyeron rapidas, concisas y en un tono hilarante, sonrei al final con cierta picardia -Dios mio...no tengo salvacion- susurre para mi mismo caminando hasta la escalerilla que sujetaba la paleta de pinturas en donde dejé el pincel.
Armand- Cantidad de envíos : 407
Fecha de inscripción : 29/11/2011
Re: Darkness hope (Privado)
Uriel lo dejó pasar, girando su gran cuerpo para ver como se dirigía a la escalerilla, su comentario sobre la sexualidad hizo que unas leves chipas de diversión surcaran la superficie de sus pupilas, cruzó los brazos sobre su ancho y musculoso pecho. La inocencía no era ajena a Uriel, ni siquiera prestaba atención a aquello que tenía entre las piernas, era un complemento más que venía con aquella forma aunque le intrigaba la fascinación que ejercía sobre algunas criaturas la desnudes, parecía que lo natural incitaba al pecado y la lujuria, para él, en cambio la desnudez de otra criatura mostraba parte de su alma en la piel, sobre todo cuando aquella desnudez estaba libre de todo vicio. ¿Acaso los niños cuando se desnudaban en la playa era algo especial? hasta que no crecían y le decían que aquello estaba mal no había perversidad alguna, el mal lo creaban otro, no era intrínseco.
-Soy Uriel.-se presentó con aquella voz profundamente masculina y bien modulada, sin acento alguno. Se ahorró decir que era el lider de los caballleros del cielo, aquello no tenía importancia alguna allí. Todo tenía su momento y su lugar. Uriel se movió por la plataforma, observando algunos de los dibujos en carboncillo, uno de ellos, un ángel precisamente que ayudaba a ponerse en pie a un niño, alargando sus hermosas manos hacia él.
-Problamente los ángeles que hayas visto creen que lo adecuado es estar vestidos pora hablar con lo mortales, después de todo esperan que no vayamos desnudos por el mundo. Pero al principio de todo, en el Jardín, todos íbamos desnudos.-alzó sus brillantes ojos hacia la vidriera y poco sus labios fueron dibujando una sonrisa, hacía mucho que Uriel no sonreía. Abrió las grandes alas y descendió al piso inferior, delante de Armand.
-Como ves no estoy asexuado, soy masculino y mi cuerpo es proporcional en todo. No es una ilusión lo que estás viendo, Armand. Tenemos sexualidad y el hecho de sentir es lo que nos pone a prueba a cada momento. Pero para mi...esto no es más que un estorbo y un punto débil en una batalla, no me importaría no tener nada entre mis muslos-sus palabras eran desnudas y directas, sin rodeos ni sonrojos.
Lo observó y luego alzó los dedos, tocándose el pecho-pero si te turba mi desnudez...-varias particulas en el aire brillaron, danzando graciosamente en torno al cuerpo de Uriel para dar forma a una túnica blanca que lo cubrío, unos broches plateados la cogían en los hombros, al estilo de las túnicas romanas, los pies desnudos, los pliegues cayeron en torno a la esculpida anatomía del ángel. Volvió la vista a la blanca pared, aun fresca por la pintura-no todas las figuras de una iglesia deben estar llenas de paz y amor, la vida también tiene agonía y sufrmineto, ni siquiera yo soy ajeno a eso, deberías pintar...aunque creas que sea algo horrible, deberías plasmarlo.
-Soy Uriel.-se presentó con aquella voz profundamente masculina y bien modulada, sin acento alguno. Se ahorró decir que era el lider de los caballleros del cielo, aquello no tenía importancia alguna allí. Todo tenía su momento y su lugar. Uriel se movió por la plataforma, observando algunos de los dibujos en carboncillo, uno de ellos, un ángel precisamente que ayudaba a ponerse en pie a un niño, alargando sus hermosas manos hacia él.
-Problamente los ángeles que hayas visto creen que lo adecuado es estar vestidos pora hablar con lo mortales, después de todo esperan que no vayamos desnudos por el mundo. Pero al principio de todo, en el Jardín, todos íbamos desnudos.-alzó sus brillantes ojos hacia la vidriera y poco sus labios fueron dibujando una sonrisa, hacía mucho que Uriel no sonreía. Abrió las grandes alas y descendió al piso inferior, delante de Armand.
-Como ves no estoy asexuado, soy masculino y mi cuerpo es proporcional en todo. No es una ilusión lo que estás viendo, Armand. Tenemos sexualidad y el hecho de sentir es lo que nos pone a prueba a cada momento. Pero para mi...esto no es más que un estorbo y un punto débil en una batalla, no me importaría no tener nada entre mis muslos-sus palabras eran desnudas y directas, sin rodeos ni sonrojos.
Lo observó y luego alzó los dedos, tocándose el pecho-pero si te turba mi desnudez...-varias particulas en el aire brillaron, danzando graciosamente en torno al cuerpo de Uriel para dar forma a una túnica blanca que lo cubrío, unos broches plateados la cogían en los hombros, al estilo de las túnicas romanas, los pies desnudos, los pliegues cayeron en torno a la esculpida anatomía del ángel. Volvió la vista a la blanca pared, aun fresca por la pintura-no todas las figuras de una iglesia deben estar llenas de paz y amor, la vida también tiene agonía y sufrmineto, ni siquiera yo soy ajeno a eso, deberías pintar...aunque creas que sea algo horrible, deberías plasmarlo.
Invitado- Invitado
Re: Darkness hope (Privado)
Quizas mas tarde sintiera la suficiente inspiración para empezar la obra, por ahora Uriel clamaba mi atención, no podia darle simplemente la esaplda a semejante angel asi como tampoco podia evitar centrar mis todos mis sentidos en su persona. Uriel.... ¿Lo habria llamado inconscientemente? o ¿Simplemente habia acudido a este lugar encontrandome con el por pura casualidad? Me resulto curioso el hecho de tener que ver la cosas para creerlas...en todos esos años, todos esos siglos, habia tenido una fe ciega, pero solo cuando vi con mis propios ojos que esos seres existian, mi fe se vió reforzada y armada por completo.
Escuche y comprendi sus palabras permitiendo que mi rostro , habitual mascara, mostrara una sonrisa de ternura. El árcangel poria ser infinitamente sabio pero jamas conoceria ciertas cosas que yo si habia experimentado, al igual que yo jamas experimentaria la paz que se encontraba mas alla de las nubes. Ambos eramos sabios a nuestra manera, aunque mi sabiduria venia por una experiencia que habia sido borrada.
-Mentiria si le dijera que su desnudez no incita a mi deseo e imaginación...pero hace mucho tiempo que no soy amante de causas perdidas- respondi con sinceridad, de nada valia esconderme tras una mascara de superficialidad y mentira, para él seguramente era tan transparente como el agua.
Me pareció ver de pronto al mismo Apolo, el dios griego de las artes y la belleza masculina, aquella tunica holgada pero ceñida a la estrecha cintura tenia un corte clásico griego. Impropio para estas epocas pero bastante personal. Pensé en David y en su particular estilo de clásico caballero y luego traslade la imagen de aquellas ropas sobre Uriel que superaria incluso esa imagen de lord inglés.
-No puedo hacer lo que me dice Uriel- mis palabras fluyeron conforme ma acercaba nuevamente al ángel y continue diciendo en un tono ciertamente melancólico -La mayoria de las personas acude a estas edificaciones buscando un refugio de paz...¿Como podria yo perturbarlos con semejantes visiones? Incluso me sentiria sucio desplegando tales artes y doy por hecho de que nadie, a excepcion de usted, lo comprenderia- desvié la mirada hacia la pared fugazmente. La poca esperanza que quedaba para los hombres se setaba perdiendo con tanto caos y violencia, mi intención era trasmitirles mediante la pintura que aun quedaba esperanza, que esos angeles que pintaba eran de carne y hueso y que pronto harian algo al respecto para librarlos del mal. Guarde unos segundos de silencio en lo pensaba la pregunta que habia rondado minutos antes por mi cabeza.
-¿Puedo hacerle una pregunta?...No quiero sonar pretencioso...¿Ha venido a verme o es fruto de la casualidad que le haya encontrado?-
Escuche y comprendi sus palabras permitiendo que mi rostro , habitual mascara, mostrara una sonrisa de ternura. El árcangel poria ser infinitamente sabio pero jamas conoceria ciertas cosas que yo si habia experimentado, al igual que yo jamas experimentaria la paz que se encontraba mas alla de las nubes. Ambos eramos sabios a nuestra manera, aunque mi sabiduria venia por una experiencia que habia sido borrada.
-Mentiria si le dijera que su desnudez no incita a mi deseo e imaginación...pero hace mucho tiempo que no soy amante de causas perdidas- respondi con sinceridad, de nada valia esconderme tras una mascara de superficialidad y mentira, para él seguramente era tan transparente como el agua.
Me pareció ver de pronto al mismo Apolo, el dios griego de las artes y la belleza masculina, aquella tunica holgada pero ceñida a la estrecha cintura tenia un corte clásico griego. Impropio para estas epocas pero bastante personal. Pensé en David y en su particular estilo de clásico caballero y luego traslade la imagen de aquellas ropas sobre Uriel que superaria incluso esa imagen de lord inglés.
-No puedo hacer lo que me dice Uriel- mis palabras fluyeron conforme ma acercaba nuevamente al ángel y continue diciendo en un tono ciertamente melancólico -La mayoria de las personas acude a estas edificaciones buscando un refugio de paz...¿Como podria yo perturbarlos con semejantes visiones? Incluso me sentiria sucio desplegando tales artes y doy por hecho de que nadie, a excepcion de usted, lo comprenderia- desvié la mirada hacia la pared fugazmente. La poca esperanza que quedaba para los hombres se setaba perdiendo con tanto caos y violencia, mi intención era trasmitirles mediante la pintura que aun quedaba esperanza, que esos angeles que pintaba eran de carne y hueso y que pronto harian algo al respecto para librarlos del mal. Guarde unos segundos de silencio en lo pensaba la pregunta que habia rondado minutos antes por mi cabeza.
-¿Puedo hacerle una pregunta?...No quiero sonar pretencioso...¿Ha venido a verme o es fruto de la casualidad que le haya encontrado?-
Armand- Cantidad de envíos : 407
Fecha de inscripción : 29/11/2011
Re: Darkness hope (Privado)
Uriel no sabía mentir, no sabía disimular nada cuando se trataban de emociones, resultaba tan transparente como un vaso de agua para quien supiera ver aunque muchos estuvieran ciegos. Era recio en la batalla donde no se permitír dividir sus acciones entre razón y corazón, la vacilación cuando se empuñaba un arma y llevabas a muchos al campo de batalla de los cuales eras responsable de sus vidas, dudar, era un debilidad imperdonable, sobre todo cuando tus enemigos eran demonios, demonios que aprovecharían para buscar un hueco en su armadura y darle muerte. Las cicatrices que Uriel poseía, las conservaba a consciencia, eran su recordatorio de momento de vanidad o de imprudencian que le costaron caros.
Cuando Armand hizo esa pregunta, el arcángel posó sus ojos azules en el hermoso rostro, ahora dotado de una frágil inocencia que pudiera quebrar si le devolvía todos sus recuerdos, Armand había sufrido mucho y a consecuencia de ello se había forjado aquella personalidad que nadaba entre una razón científica y unas creencias que pudieran rozar el fanatismo si ahondaba en ellas. En aquel momento era una criatura en relativa paz pero aun así, aun así...poseía inquietudes que agitaban las aguas de su alma y se reflejaban en aquel reclamo a Uriel.
Un destello plateado iluminó desde el fondo de la pupila del celestial y su pecho ancho y fuerte se agitó apenas bajo la túnica de corte clásico, moviendo los sedosos pliegues y luego sus labios se movieron, despacio-No ha sido casualidad, te he buscado-no tenía sentido negarlo, no era un ángel que "cayera" del cielo para aconsejar sobre pinturas en una Iglesia, desde luego..él no tenía demasiado sentido artístico aunque sabía apreciar la belleza...aunque no todas las bellezas eran iguales.
Estiró una mano y los fuertes dedos se desplegaron, las uñas eran nacaradas pero no lo rozón esta vez, aquella mano de Uriel se veía poderosa y parecía que el rostro del vampiro, cerca de ella, fuera delicado, frágil-Nos conocimos en el pasado, Armand. Y creo que se podría decir que con contigo mantuve lo más cercano a lo que se llama una "relación" en cierta manera.-no se escondía ni se engañaba a si mismo, había creado un lazo de dependencia con el vampiro que decidió cortar por lo sano, a costa de los recuerdos de Armand-Quería ver...si estabas bien-en el voz de Uriel había un tono de nostalgia, aquello era lo más cercano que pudiera estar de otro ser sin traspasar la frontera de las normas de las criaturas como él.
Cuando Armand hizo esa pregunta, el arcángel posó sus ojos azules en el hermoso rostro, ahora dotado de una frágil inocencia que pudiera quebrar si le devolvía todos sus recuerdos, Armand había sufrido mucho y a consecuencia de ello se había forjado aquella personalidad que nadaba entre una razón científica y unas creencias que pudieran rozar el fanatismo si ahondaba en ellas. En aquel momento era una criatura en relativa paz pero aun así, aun así...poseía inquietudes que agitaban las aguas de su alma y se reflejaban en aquel reclamo a Uriel.
Un destello plateado iluminó desde el fondo de la pupila del celestial y su pecho ancho y fuerte se agitó apenas bajo la túnica de corte clásico, moviendo los sedosos pliegues y luego sus labios se movieron, despacio-No ha sido casualidad, te he buscado-no tenía sentido negarlo, no era un ángel que "cayera" del cielo para aconsejar sobre pinturas en una Iglesia, desde luego..él no tenía demasiado sentido artístico aunque sabía apreciar la belleza...aunque no todas las bellezas eran iguales.
Estiró una mano y los fuertes dedos se desplegaron, las uñas eran nacaradas pero no lo rozón esta vez, aquella mano de Uriel se veía poderosa y parecía que el rostro del vampiro, cerca de ella, fuera delicado, frágil-Nos conocimos en el pasado, Armand. Y creo que se podría decir que con contigo mantuve lo más cercano a lo que se llama una "relación" en cierta manera.-no se escondía ni se engañaba a si mismo, había creado un lazo de dependencia con el vampiro que decidió cortar por lo sano, a costa de los recuerdos de Armand-Quería ver...si estabas bien-en el voz de Uriel había un tono de nostalgia, aquello era lo más cercano que pudiera estar de otro ser sin traspasar la frontera de las normas de las criaturas como él.
Invitado- Invitado
Re: Darkness hope (Privado)
Tras aquellas pupilas de un azul platino se escondia una profunda turbación, un flujo de emociones entrelazadas siendo unas las que deseaban salir, asi como otras las que trataban de frenarlas. Uriel no llevaba la mascara de "hierro" frente a mí y pese a que esas alas plateadas lo hacian ver quien era en verad, por lo demas parecia humano, tan humano como podria parecerlo yo antes de ser tornado eterno caminante. Sus palabras bien pudieron haberme privado de un aliento que ya no poseia. Me buscaba, dijo. ¿A caso era mi angel de la guarda? Imposible, estos no se mostraban a aquellos que guardaban, preferian creer que el protegido se mostraba ignorante a ellos. En cierta forma me sentí dichoso, yo que siempre habia buscado a Dios, a la verdad, a los angeles, a la razon de la existencia....y ahora un angel me buscaba da mí. En cierta forma lo senti ironico.
Alzó la mano y la detuvo cerca de mi rostro sin apenas tocarlo. Habia en sus gestos un cariño que desaeba contener y que yo deseaba que desatara. Una tensión que ni conocia, que conformaba sus facciones ahora duras.
-Siento no recordar como fue dicha.."relacion".- baje la mirada momentaneamente -Y como puede comprobar, estoy bien, sigo adelante en este mundo de locos- alce los ojos y con decision tome esa mano para acercarla a mi mejilla, que es donde estaba destinada en principio.
-Pero me causa mucha dicha que alguien como usted se preocupe por un maldito como yo- cerre los ojos, el tacto de sus dedos era tan calido y reconfortante -Respondame a algo por favor...¿Fue usted el angel que me elimino toda mi vida pasada?.- volque mis sospechas en dicha pregunta. Quizas aquel angel queria comprobar que habia hecho bien su trabajo y que seguia sin recordar nada. ¿Deberia comentarle de esas sensaciones que de pronto se despertaban en mi mente al pasar por ciertos lugares, al esuchcar ciertas canciones, al ver a cierta gente? ¿Deberia criticar ese trabajo por haberlo hecho precariamente? No recordaba nada no...pero a veces se instalaba en mi un deseo de anhelar algo que no sabia que era, la necesidad de ver a alguien desconocido que me consumia dejandome por horas inmovil, reflexivo.
Alzó la mano y la detuvo cerca de mi rostro sin apenas tocarlo. Habia en sus gestos un cariño que desaeba contener y que yo deseaba que desatara. Una tensión que ni conocia, que conformaba sus facciones ahora duras.
-Siento no recordar como fue dicha.."relacion".- baje la mirada momentaneamente -Y como puede comprobar, estoy bien, sigo adelante en este mundo de locos- alce los ojos y con decision tome esa mano para acercarla a mi mejilla, que es donde estaba destinada en principio.
-Pero me causa mucha dicha que alguien como usted se preocupe por un maldito como yo- cerre los ojos, el tacto de sus dedos era tan calido y reconfortante -Respondame a algo por favor...¿Fue usted el angel que me elimino toda mi vida pasada?.- volque mis sospechas en dicha pregunta. Quizas aquel angel queria comprobar que habia hecho bien su trabajo y que seguia sin recordar nada. ¿Deberia comentarle de esas sensaciones que de pronto se despertaban en mi mente al pasar por ciertos lugares, al esuchcar ciertas canciones, al ver a cierta gente? ¿Deberia criticar ese trabajo por haberlo hecho precariamente? No recordaba nada no...pero a veces se instalaba en mi un deseo de anhelar algo que no sabia que era, la necesidad de ver a alguien desconocido que me consumia dejandome por horas inmovil, reflexivo.
Armand- Cantidad de envíos : 407
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Re: Darkness hope (Privado)
Los dedos de Uriel no eran tersos, eran algo ásperos como su propio carácter, siempre empuñando una espada, encallecidos por el uso contante de la misma, las manos de un guerrero pero su tacto fue gentil, delicado y era tibio. Se quedó pasada allí, mirándolo desde su gran altura, siguiendo con sus orbes cada una de las sombras de los gestos de Armand, viendo sus emociones más claramente reflejadas pero continuaba sin ser completamente transparente, nunca lo fue, cuando lo conoció era un manipulador, usaba los sentimientos a su conveniencas, mostrando y ocultando como un prestidigitador. Suspiró, sintiendo la sedosa piel del vampiro, su frialdad que era como agua fresca, solo el leve contacto para él era mas que suficiente.
Cuando escuchó la pregutna, un dolor extraño se extendión por el pecho, ¿era caso culpabilidad? podría ser, para evitar que aquel vampiro lo tentara y caer como uno más, Uriel prefierió tomar medidas más drásticas, no había hecho nada, ni siquiera lo tocó cuando tuvieron aquella extraña relación aunque Armand se empeñó, en varias ocasiones, en poner a prueba su paciencia, acercándose, traspasando las barreras que el arcángel se empeñó en levantar para mantener a distancia al mundo entero.
Los ojos de Uriel se tornaron turbios, el brillo pletados pareció apagarse momentaneamente, inspiró y el ancho pecho se hinchó bajo la túnica, apartó los dedos de su pómulo y los cerró hasta forma un puño pero no apartó la vista, los oscuros cabellos enmarcaban su rostro-Fui yo, te robé todos esos recuerdos y los tengo en mi poder...-susurró y retrocedió un paso-creí que eso deseabas aunque también lo deseaba yo...de alguna manera, Armand.
Cuando escuchó la pregutna, un dolor extraño se extendión por el pecho, ¿era caso culpabilidad? podría ser, para evitar que aquel vampiro lo tentara y caer como uno más, Uriel prefierió tomar medidas más drásticas, no había hecho nada, ni siquiera lo tocó cuando tuvieron aquella extraña relación aunque Armand se empeñó, en varias ocasiones, en poner a prueba su paciencia, acercándose, traspasando las barreras que el arcángel se empeñó en levantar para mantener a distancia al mundo entero.
Los ojos de Uriel se tornaron turbios, el brillo pletados pareció apagarse momentaneamente, inspiró y el ancho pecho se hinchó bajo la túnica, apartó los dedos de su pómulo y los cerró hasta forma un puño pero no apartó la vista, los oscuros cabellos enmarcaban su rostro-Fui yo, te robé todos esos recuerdos y los tengo en mi poder...-susurró y retrocedió un paso-creí que eso deseabas aunque también lo deseaba yo...de alguna manera, Armand.
Alzó los ojos y los posó sobre la cruz que estaba al fondo de la iglesia, guarando silencio durante un minuto exacto-¿Necesitas que te compense de alguna forma?-era lo más cercano a una súplica de perdón que podía dar el arcángel.
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Re: Darkness hope (Privado)
Percibí la culpabilidad en esa mirada clara, mas yo no deseaba que sintiese tal congoja, una vez mi curiosidad fue saciada no habia por que lanzar reclamo alguno. Hasta el momento el pasado no se podia cambiar, pero si se podian enmendar los errores. Sus palabras me dieron a entender que mis recuerdos seguian vivos dentro de él. Entonces cabia la posibilidad de que pudiera devolvermelos y seguramente si se lo pedia, me los ofreceria pero la pregunta era: ¿Deseaba yo hacerlo? ¿Deseaba sucumbir a la merced de mis propios demonios?
-No- respondi con franqueza y rotundidad. Era absurdo pedir algo imposible a ese ser por muy poderoso que fuera. Me ahogaba pensando en la posibilidad de la felicidad completa cuando sabia que era imposible que existiera como tal. Solo tenia las pinturas, millones de sueños rotos y una vaga esperanza de que la maldad sucumbiera y la risa se impusiera a las lagrimas. Mi tiempo de vida en este lugar habia acabado...pero me empeñaba en sentirme vivo continuamente.
-Estoy seguro de que hizo lo mejor para mi...y se lo agradezco- incliné ligeramente su rostro y sonrei levemente alejandome de su imponente figura, dirigiendo mi mirada y mi rostro al gran panel blanco.
-¿Sabe lo que ha ocurrido aqui?- pregunté tomando nuevamente mis utiles de pintura. Acabaria el cuadro aunque la luz incidiese por las vidrieras y lastimara mi piel, pintar relajaba mi mente, plasmar lo que reflejaba mi mente me hacia sentir mas util.
-Alguien destruyó este santo lugar...y se ha reconstruido con rapidez pero...en mi humilde opinion no debieron hacerlo...se ha construido sobre sangre derramada. ¿Como puede estar un terreno sagrado manchado de sangre inocente?.- argumente evidenciando mi descontento mientras trazaba los primeros bosquejos de lo que serian los siete arcangeles y su creador.
-No- respondi con franqueza y rotundidad. Era absurdo pedir algo imposible a ese ser por muy poderoso que fuera. Me ahogaba pensando en la posibilidad de la felicidad completa cuando sabia que era imposible que existiera como tal. Solo tenia las pinturas, millones de sueños rotos y una vaga esperanza de que la maldad sucumbiera y la risa se impusiera a las lagrimas. Mi tiempo de vida en este lugar habia acabado...pero me empeñaba en sentirme vivo continuamente.
-Estoy seguro de que hizo lo mejor para mi...y se lo agradezco- incliné ligeramente su rostro y sonrei levemente alejandome de su imponente figura, dirigiendo mi mirada y mi rostro al gran panel blanco.
-¿Sabe lo que ha ocurrido aqui?- pregunté tomando nuevamente mis utiles de pintura. Acabaria el cuadro aunque la luz incidiese por las vidrieras y lastimara mi piel, pintar relajaba mi mente, plasmar lo que reflejaba mi mente me hacia sentir mas util.
-Alguien destruyó este santo lugar...y se ha reconstruido con rapidez pero...en mi humilde opinion no debieron hacerlo...se ha construido sobre sangre derramada. ¿Como puede estar un terreno sagrado manchado de sangre inocente?.- argumente evidenciando mi descontento mientras trazaba los primeros bosquejos de lo que serian los siete arcangeles y su creador.
Armand- Cantidad de envíos : 407
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Re: Darkness hope (Privado)
Uriel aguardó la respuesta del vampiro, no con tristeza o miedo, quizás curiosidad por si iba a imprecarle, gritarle o llorar por haber perdido la vida entera y aquellos que lo amaban meditar sus propias acciones de las cuales eran conscientes hasta límete insospechados pero vivía con ella aunque pudiera ser que pecara de egoista con Armand cuando le concedió aquello que a ambos beneficiaba. Pero cuando el pelirrojo no mostró arrepentimiento, Uriel se sintió algo aliviado, confortado, no le gustaba dar marcha atras a sus decisiones y le alegraba comprobar que al vampiro tampoco, aunque Armand pidió aquello en un momento de desesperación pero consciente completamente o eso prefería pensar Uriel. Los dedos que descansaban a los costados del cuerpo del celestial se contrajeron levemente, por unos insntantes sintió la loca tentación de tomar el rostro de Armand entre ellos para observar los reflejos de sus ojos, la inflexion de su boca mientras hablaba pero se contuvo, dejando que el momento pasara sin agarrarlo, debía ser así, tenía que ser así.
Alzó el rostro y sus ojos recorrieron las vidrieras, despacio, caminó unos pasos, la túnica blanca, destellante, ondeó en torno a su cuerpo alto y musculoso, viril por entero. En aquel lugar, sin la presencia de nadie más que de ellos dos, se respiraba una extraña paz a pesar de como decia el vampiro estar erigido sobre sangre de inocentes, el podría restaurarlo con su poder pero no era el tipo de milagros que los ángeles hacían, Dios no pedía aquellos enormes templos aunque los humanos los edificaran en su vanidad.
-Un hechicero irrumpió y lo derribó, ni uno de mis hermanos intervino y por aquel entonces...yo no estaba en esta dimensión por así decirlo..-ni uno de ellos apareció para castigar aquel crimen. Se acercóa al vampiro para ver como comenzaba, hábilmente a trazar los bocetos, suspirnado porque parecía que ya no quedaban dudas en su mente que lo atormentaran-Puede ser pero al tiempo, quizás, es una forma de recordar que ocurrió aquí, de recordar a los que murieron...aunque yo no comprendo porque se contruyen semejante templos aunque no dejo de apreciar su belleza..-posó sus ojos azul plata sobre los rojos cabellos del vampiro que se agitaban levemente-como aprecio la tuya.-directo como su espada era siempre Uriel.
Alzó el rostro y sus ojos recorrieron las vidrieras, despacio, caminó unos pasos, la túnica blanca, destellante, ondeó en torno a su cuerpo alto y musculoso, viril por entero. En aquel lugar, sin la presencia de nadie más que de ellos dos, se respiraba una extraña paz a pesar de como decia el vampiro estar erigido sobre sangre de inocentes, el podría restaurarlo con su poder pero no era el tipo de milagros que los ángeles hacían, Dios no pedía aquellos enormes templos aunque los humanos los edificaran en su vanidad.
-Un hechicero irrumpió y lo derribó, ni uno de mis hermanos intervino y por aquel entonces...yo no estaba en esta dimensión por así decirlo..-ni uno de ellos apareció para castigar aquel crimen. Se acercóa al vampiro para ver como comenzaba, hábilmente a trazar los bocetos, suspirnado porque parecía que ya no quedaban dudas en su mente que lo atormentaran-Puede ser pero al tiempo, quizás, es una forma de recordar que ocurrió aquí, de recordar a los que murieron...aunque yo no comprendo porque se contruyen semejante templos aunque no dejo de apreciar su belleza..-posó sus ojos azul plata sobre los rojos cabellos del vampiro que se agitaban levemente-como aprecio la tuya.-directo como su espada era siempre Uriel.
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Re: Darkness hope (Privado)
No precisaba de escaleras para alzarme y llegar a los lugares mas altos de aquel enorme mural, me bastaba con ese poder que los años me habian concedido. Levitar ya no tenia ningun misterio para mi, aunque me hacia sentir constantemente que era un ser sobrenatural y que nada humano quedaba ya en mi, algo que causaba cierta congoja. Sin embargo en esta ocasion lo hice sin pararme a pesar siquiera en ello. En lo alto pintaria a nuestro Señor como siempre lo habian hecho los antiguos pintores italianos. Sin embargo no pintaria a Dios, pintaria a su representación carnal, aquel que vivio y murio por una humanidad que estaba ahora casi extinta por las continuas batallas.
Recordaba su rostro. Recordaba cada una de sus facciones con reminiscencias claramente judias, incluso cada gota de sangre que pobló su frente por culpa de aquella corona. Habian recuerdos mas fuertes que otros, recuerdos a los que me habia arraigado con terrible fuerza, de tal forma que ni el arcangel podia disiparlos del todo. Plasmar su rostro, su figura, elegir los tonos tierra y palidos blancos, perlas y nacarados, fue algo facil y que en cuestion de minutos quedó definido.
Aun faltaban los detalles que harian del mural lo realista que debian ser.
-Se lo que ocurrió....me encontre con un viejo conocido que se vió tan sorprendido como yo ante lo sucedido y él me dijo que iria tras la pista del culpable...pero no he vuelto a saber nada de él.- comente mientras descendia poco a poco. David. ¿Que habria sido de David? Puede que jamas lo volviera a ver, aunque me consta que se ha dejado ver frecuentemente en los Ángeles y he confirmado tal rumor al sentir su aroma y esencia en esa ciudad. Sin embargo no me atrevi a buscarle, no deseaba molestarlo con mis ideas y pensamientos superfluos. Talbot era un hombre de convicciones y ya lo habia dejado bien claro en aquel encuentro, su relacion con Dios no era la mejor.
-El ser humano..es bastante complicado. Quizas para ti este lugar no represente mas de lo que es, un monton de ladrillos y cemento que ha tomado forma...sin embargo para nosotros...para ellos, es un lugar capaz de darnos paz y serenidad, aunque solo sea una forma de autoengañarnos.- respondi quedando a la "altura" de Uriel mientras mis labios se curvaron en una jovial sonrisa respecto a su informacion -La belleza es algo relativo y efimero, tan efimero que mi propio rostro podria ser desfigurado, podria ser el monstruo mas horrible que se alimenta de ratas en las alcantarillas... ¿Seguiria viendo belleza en mi?.- pregunté mirandolo directamente con mis pardas y generosas orbes -La belleza es un don y una maldicion...- desvie la mirada hacia el juego de pinceles tomando ahora el de brocha gorda -empezare a pintar su rostro....jamas tendre mejor modelo que usted.- admiti sonriendo con cierto infantilismo.
Recordaba su rostro. Recordaba cada una de sus facciones con reminiscencias claramente judias, incluso cada gota de sangre que pobló su frente por culpa de aquella corona. Habian recuerdos mas fuertes que otros, recuerdos a los que me habia arraigado con terrible fuerza, de tal forma que ni el arcangel podia disiparlos del todo. Plasmar su rostro, su figura, elegir los tonos tierra y palidos blancos, perlas y nacarados, fue algo facil y que en cuestion de minutos quedó definido.
Aun faltaban los detalles que harian del mural lo realista que debian ser.
-Se lo que ocurrió....me encontre con un viejo conocido que se vió tan sorprendido como yo ante lo sucedido y él me dijo que iria tras la pista del culpable...pero no he vuelto a saber nada de él.- comente mientras descendia poco a poco. David. ¿Que habria sido de David? Puede que jamas lo volviera a ver, aunque me consta que se ha dejado ver frecuentemente en los Ángeles y he confirmado tal rumor al sentir su aroma y esencia en esa ciudad. Sin embargo no me atrevi a buscarle, no deseaba molestarlo con mis ideas y pensamientos superfluos. Talbot era un hombre de convicciones y ya lo habia dejado bien claro en aquel encuentro, su relacion con Dios no era la mejor.
-El ser humano..es bastante complicado. Quizas para ti este lugar no represente mas de lo que es, un monton de ladrillos y cemento que ha tomado forma...sin embargo para nosotros...para ellos, es un lugar capaz de darnos paz y serenidad, aunque solo sea una forma de autoengañarnos.- respondi quedando a la "altura" de Uriel mientras mis labios se curvaron en una jovial sonrisa respecto a su informacion -La belleza es algo relativo y efimero, tan efimero que mi propio rostro podria ser desfigurado, podria ser el monstruo mas horrible que se alimenta de ratas en las alcantarillas... ¿Seguiria viendo belleza en mi?.- pregunté mirandolo directamente con mis pardas y generosas orbes -La belleza es un don y una maldicion...- desvie la mirada hacia el juego de pinceles tomando ahora el de brocha gorda -empezare a pintar su rostro....jamas tendre mejor modelo que usted.- admiti sonriendo con cierto infantilismo.
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